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CAPÍTULO VII EL SENDERO DE PROBACIÓN |
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Preparación
para la Iniciación.
[e62] [i63]
El sendero de probación precede al sendero de iniciación
o santidad, y señala esa etapa de la vida del hombre cuando se pone
definidamente del lado de las fuerzas de la evolución, trabajando al
mismo tiempo en la construcción de su propio carácter. Entonces se
controla a sí mismo, cultiva las cualidades de que carece y procura
controlar afanosamente su personalidad. Construye su cuerpo causal con
deliberado propósito, llenando los vacíos que puedan existir y tratando
de convertirlo en adecuado receptáculo para el principio crístico. La
analogía entre el período prenatal del ser humano y el desarrollo del
espíritu interno, es sumamente interesante, y podría ser considerada
como:
El
sendero de probación corresponde al último período de gestación, a la
formación del Cristo niño en el corazón. En la primera iniciación el
niño comienzo el peregrinaje en el sendero, lo cual representa simplemente
el paso de un grado a otro. Se establece una estructura para el recto
vivir, recto pensar y recta conducta. A esto se lo llama carácter, y
ahora debe ser vivificado e internamente vivido. Thackeray ha descripto
muy bien este proceso de construcción en las palabras frecuentemente
citadas: [i64] "Siembra
una idea y cosecharás una acción; siembra una acción y cosecharás un
hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter; siembra un carácter
y cosecharás un destino". El
destino inmortal de cada uno y de todos, consiste en alcanzar la conciencia
del yo superior y, por lo tanto, la del Espíritu Divino. Cuando la forma
está preparada y cuando el templo de Salomón ha sido edificado en la
cantera de la vida personal, entonces penetra la vida crística y la
gloria del Señor se proyecta en [e63]
Su templo. La forma se hace vibrante. Aquí reside la diferencia
entre la teoría y la conversión de esa teoría en parte de uno mismo.
Podemos tener un cuadro o imagen perfecta, pero carece de vida; la vida
podrá ser modelada de acuerdo a lo divino, hasta donde sea posible;
podrá ser una excelente copia, pero carece del principio crístico interno.
El germen ha estado allí, pero aletargado: Entonces es sustentado y
traído a la vida, y así se logra la primera iniciación. Mientras
el hombre recorre el sendero de probación, se le enseña principalmente
a conocerse a sí mismo, a cerciorarse de sus debilidades y a corregirlas.
Al principio aprende a trabajar como auxiliar invisible, manteniéndose
generalmente durante varias vidas en este tipo de trabajo. Más tarde,
y a medida que progresa, se le da un trabajo más selecto, se le enseña
los rudimentos de la Sabiduría Divina y entra en los últimos grados
del Aula del Aprendizaje. Es conocido por un Maestro y está bajo el
cuidado, para su enseñanza definitiva, de uno de los discípulos de ese
Maestro, o de un iniciado si posee grandes aptitudes. Los
iniciados de primero y segundo grado instruyen a los discípulos aceptados
y a quienes están en probación, realizándolo en todo el mundo entre
las diez de la noche y las cinco de la mañana, lográndose así la completa
continuidad de la enseñanza. Se reúnen en el Aula del Aprendizaje, y
el método es parecido al de las grandes Universidades, clases a ciertas
horas, trabajo experimental, exámenes, y un [i65]
gradual ascenso y progreso a medida que se aprueban los
exámenes. Cierto número de egos en el sendero de probación están en
un sector análogo al de las escuelas de enseñanza secundaria y otros
han ingresado en la Universidad. La graduación se obtiene cuando se
recibe la iniciación y el iniciado entra en el Aula de la Sabiduría. Los
egos avanzados y los de tendencia espiritual, que no están en el sendero
de probación, reciben instrucciones de los discípulos y, para bien
de ellos, a veces los iniciados dictan clases muy extensas. Su trabajo
es más rudimentario, aunque oculto desde el punto de vista mundano,
y aprenden a ser auxiliares invisibles, pero son supervisados. Éstos
por lo general son extraídos de entre los egos avanzados. Quienes están
en el sendero de probación, los más avanzados y los que están cerca
de la iniciación, colaboran a menudo en lo que podría denominarse trabajo
departamental, y forman un grupo de auxiliares para los Miembros de
la Jerarquía. [e64] Métodos
de Enseñanza. Tres
departamentos de instrucción tienen a su cargo tres sectores del desarrollo
del hombre. Primero:
Se le da instrucción, tendiente a disciplinar su vida, formar el carácter
y desarrollar el microcosmos en líneas cósmicas. Se le enseña al hombre
el significado de sí mismo; llega a conocerse como una compleja y completa
unidad, una réplica en miniatura del mundo externo. Al conocer las leyes
de su propio ser, llega a comprender al yo y a conocer las leyes fundamentales
del sistema. Segundo:
Se le da instrucción referente al macrocosmos v se le amplía su acervo
intelectual sobre la actuación del cosmos. Se le imparte información
sobre los reinos de la naturaleza, enseñándosele las leyes de esos
reinos y explicándosele la actuación de estas leyes en todos los reinos
y [i66]
planos. Adquiere un profundo caudal de conocimiento general,
y cuando alcanza su propia periferia, es recibido por quienes lo conducirán
al conocimiento enciclopédico. Cuando ha alcanzado la meta, quizás no
conoce todo lo que debe saber de los tres mundos, pero tiene
a su disposición el medio para saber cuáles son las fuentes del conocimiento
y las reservas de la información. Un Maestro puede en todo momento obtener
información sobre cualquier tema, sin la más mínima dificultad. Tercero:
Se le da instrucción sobre lo que podría denominarse síntesis. La
información sólo es posible a medida que la intuición se coordina. En
realidad es la comprensión oculta de la ley de gravedad o atracción
(ley básica del segundo sistema solar), con todos sus corolarios. El
discípulo aprende el significado de la cohesión oculta y el de la unidad
interna, que mantiene al sistema como una unidad homogénea. Generalmente
se le da la mayor parte de esta instrucción después de la tercera iniciación,
aunque ya se ha comenzado al principio del entrenamiento. Maestros
y Discípulos. Los
discípulos y egos avanzados que están en el sendero de probación reciben
instrucciones en esta particular época, por dos razones principales: a.
Para probar su aptitud en el trabajo especial del futuro; este
trabajo es sólo conocido por los Guías de la raza. Se pone a prueba
su capacidad para vivir en comunidad, con miras a seleccionar a quienes
son apropiados para ingresar en la colonia de la sexta subraza. Se los
prueba [e65]
en distintos aspectos del trabajo, muchos de ellos ahora
incomprensibles para nosotros, y a medida que pase el tiempo se convertirán
en métodos comunes de desarrollo. Los maestros también ponen a prueba
a aquellos cuya intuición ha llegado a una etapa de desarrollo que indica
el comienzo de la coordinación del vehículo [i67]
búdico o, con más exactitud, cuando han alcanzado la etapa
en que pueden ser percibidas, en el aura del ego, las moléculas del
séptimo subplano del plano búdico. Cuando esto ocurre los Maestros pueden
continuar confiadamente Su trabajo de instrucción, porque saben que
algunos de los hechos impartidos serán comprendidos. b.
Actualmente
se está instruyendo a un grupo especial de individuos que han encarnado
en este período crítico de la historia del mundo. Lo han hecho todos
al mismo tiempo y en todo el mundo, para llevar a cabo el trabajo de
vincular los dos planos, el físico y el astral, por medio
del etérico. La
frase antedicha merece una seria consideración, porque abarca el trabajo
que vinieron a realizar ciertos individuos de la nueva generación. Para
vincular los dos planos se requieren personas que estén polarizadas
en sus cuerpos mentales (o si no, bien desarrolladas y equilibradas),
por lo tanto pueden trabajar sin peligro e inteligentemente en este
tipo de tarea. Esto, ante todo, requiere personas en cuyos vehículos
haya cierta proporción de materia del subplano atómico, de modo que
pueda efectuarse la comunicación directa entre lo superior y lo inferior,
por medio de la sección transversal atómica del cuerpo causal. No resulta
fácil explicar esto con claridad, pero un estudio del diagrama que
aparece en el libro Estudio sobre la Conciencia de Annie Besant,
puede ser de utilidad para aclarar algunos puntos difíciles. Al
reflexionar sobre el asunto de los Maestros y Sus discípulos, debemos.
reconocer dos cosas: Primero, que en la Jerarquía nada se pierde cuando
no se acepta la Ley de Economía. Todo consumo de fuerza por parte de
un Maestro o Instructor, está sujeto a una sabia previsión y discernimiento.
Así como no nos valemos de profesores universitarios para enseñar a
los principiantes, tampoco los Maestros trabajan individualmente con
los hombres si no han llegado a cierta etapa de evolución ni están preparados
para aprovechar la instrucción. [i68]
Segundo,
debe recordarse que cada uno de nosotros es reconocido por el brillo
de su luz. Éste es un hecho oculto. Cuanto más sutil es la materia de
nuestros cuerpos, más brillará la luz interna. La luz es vibración,
y por la intensidad de la vibración [e66]
se mide la aptitud de cada uno. De allí que nada pueda impedir
el progreso del hombre, siempre que trate de purificar sus vehículos.
A medida que continúa el proceso de refinamiento, la luz interna brillará
con claridad cada vez mayor, hasta que -cuando predomine la materia
atómica- grande será la gloria del hombre interno. En consecuencia,
todos somos graduados de acuerdo a la intensidad de la luz, al grado
de vibración, a la pureza del tono y a la claridad del color. Por lo
tanto, de nuestra graduación depende quien será nuestro Instructor.
El secreto reside en la similitud de vibración. Se dice con frecuencia,
que cuando la demanda es suficientemente fuerte, el Instructor aparece.
Cuando construimos con la debida vibración y nos ponemos a tono con
la clave correcta, nada puede impedir que descubramos al Maestro.
Los grupos de egos se forman de acuerdo a 1
su rayo,
2.
su subrayo, 3.
su grado de vibración.
Además son agrupados para su clasificación,
1. en
egos, de acuerdo al rayo egoico,
2.
en personalidades, de acuerdo al subrayo que rige la personalidad. Todos
están graduados y clasificados. Los Maestros tienen Sus archivos, donde,
mediante un sistema de clasificación incomprensible para nosotros por
su magnitud y necesaria complicación, se guardan las fichas que están
[i69]
al cuidado del Chohan de cada rayo, pues cada rayo posee
su propia colección. Estas fichas divididas por secciones (se refieren
a egos encarnados, desencarnados y perfeccionados) están a su vez bajo
el cuidado de guardianes subalternos. Los Señores Lipikas, con sus numerosos
grupos de auxiliares, las utilizan con más frecuencia. Muchos egos desencarnados
que esperan encarnar, o que recién han dejado la tierra, sacrifican
su tiempo en el cielo para ayudar en este trabajo. Dichos archivos se
encuentran, en su mayoría, en los niveles inferiores del plano mental
y en los superiores del astral, porque allí pueden ser mejor utilizados
y más fácilmente accesibles. Los
iniciados reciben directamente instrucciones de los Maestros o de algunos
de los grandes devas o ángeles. Estas enseñanzas se imparten generalmente
por la noche, en clases poco numerosas o, si la ocasión lo justifica,
individualmente en el estudio particular del Maestro. Lo antedicho se
aplica a los iniciados encarnados o a quienes están en los planos internos.
Si [e67]
están en los niveles causales reciben instrucción, en cualquier
momento que se considere aconsejable, directamente del Maestro al ego. A
los discípulos encarnados se los instruye en grupos, en el ashrama del
Maestro, o en clases, durante la noche. Aparte de estas reuniones regulares,
y con el objeto de recibir enseñanza directa por un motivo especial,
el Maestro puede llamar a Su estudio a un discípulo para una entrevista
privada, o cuando quiere ver a un discípulo para alentarlo, prevenirlo
o decidir si su iniciación es conveniente. La mayor parte de la tutela
de un discípulo está en manos de algún iniciado o discípulo avanzado,
que vigila a su hermano menor y es responsable, ante el Maestro, de
su progreso, informándolo regularmente. El karma es, en gran parte,
el árbitro de esta relación. Precisamente,
en la actualidad, y debido a la gran necesidad mundial, se emplea un
método ligeramente diferente. Algunos Maestros que hasta ahora no admitían
discípulos, instruyen intensamente [i70]
a algunos de ellos. El trabajo de los Maestros que aceptan
discípulos es tan grande, que fueron delegados a otros Sus estudiantes
más prometedores, reuniéndolos en pequeños grupos durante un breve
período. Se está realizando el experimento de intensificar la enseñanza
y someter a los discípulos, no a los iniciados, a la frecuente y fuerte
vibración de un Maestro. Hay un riesgo en ello, pero si el experimento
da buenos resultados, contribuirá a ayudar enormemente a la raza.
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