Los Rayos y las Iniciaciones - Regla VI

      


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PRIMERA PARTE

CATORCE REGLAS PARA LA INICIACIÓN GRUPAL

REGLA VI

 

     [e112] [i124] Una lectura superficial de esta regla daría la impresión de ser un simple enunciado respecto a la universalidad de la Vida, y también de contener una afirmación del hecho fundamental del hilozoísmo.

Regla Seis.

Que el grupo sepa que la vida es una, y nada puede tocar ni quitar esa vida. Que el grupo conozca la vívida, flamígera y saturante Vida que anega al cuarto, cuando se conoce el quinto. El quinto se nutre del cuarto. Que el grupo -fusionado en el quinto- sea nutrido entonces por el sexto y el séptimo, y que comprenda que las reglas menores son reglas en tiempo y espacio y no pueden retener al grupo. Éste sigue adelante.

     Me resulta extremadamente difícil expresar el significado de esta regla y hacerlo en tal forma que imparta algún sentido, y ello se debe a dos cosas: Primero, porque prevalece en sumo grado la idea de la Vida Una, llegando a ser una verdad tan trillada e incomprendida, que casi no tiene efecto cuando la oímos. Segundo, la historia de la vida -su propósito, divina voluntad y absoluta determinación- y los eternos proyectos del Señor del Mundo son tan difíciles de comprender que ninguna nación posee un idioma capaz de expresarlos.

     Expondré ahora una serie de instrucciones para los discípulos, que están en proceso de entrenamiento para la iniciación. No he dicho de entrenamiento para iniciaciones superiores, pues esto se proporciona en forma distinta, y la enseñanza se imparte en el ashrama interno. Debido a que ustedes no han recibido la tercera iniciación, la comprensión monádica está por lo tanto más allá de su entendimiento, y sólo mediante ese elevado estado de comprensión se podrá captar con claridad la percepción de la fundamental intención divina, subyacente en todos los fenómenos, desarrollo evolutivo y desenvolvimiento del mundo, dentro del alcance de los cuatro reinos de la naturaleza, y en todas las ampliaciones y expansiones de conciencia preliminares.

     En consecuencia, sólo puedo tocar la significación interna [i125] de lo que es evidente, y tratar de expresar ciertas ideas que pondrán a prueba la percepción mental, evocarán la intuición e iniciarán el proceso de reconocimiento y captación, que oportunamente llevarán a la conciencia iniciática.

     [e113] La Regla Seis para discípulos es el polo opuesto de esta misma regla para aspirantes. En esta última hallarán, si consultan mi exégesis sobre la misma, en el libro Iniciación Humana y Solar, que su propósito consistía en obtener la pureza física, acentuando la necesidad de someterse a un régimen vegetariano durante determinada etapa del proceso preparatorio. Las razones para someterse a esa disciplina eran dos: purificación, y la necesidad de que el aspirante (en esa etapa) se abstenga de compartir los beneficios derivados de "quitar la vida", según se dice. Pero, ¿se puede quitar la vida? No lo creo. La Vida ES. Nada en el cielo o la tierra puede tocarla o afectarla. Esto es algo que frecuentemente se olvida. En consecuencia, la regla para los aspirantes concierne a su capacidad de aceptar y adherirse a una disciplina autoimpuesta. Por medio de esa disciplina el aspirante se demuestra a sí mismo el control de las naturalezas física y astral, y su efecto le revelará ciertas fallas inevitables y básicas, como ser el control ejercido por la naturaleza animal, la poderosa imposición del deseo, el sentido de superioridad, orgullo y separatividad. Su capacidad en mantener la disciplina y su propia estimación por haberlo realizado, además de su sentido de superioridad demostrado hacia quien no se disciplina, todo indica fallas esenciales. Su fanatismo latente o expresado, emerge con claridad en su conciencia, y -cuando es sincero- es consciente de haber logrado alguna medida de pureza física, pero al mismo tiempo se da cuenta que quizás comenzó por lo externo y evidente, cuando debió hacerlo por lo interno y por aquello que no es tan fácil hacer contacto o expresar. Ésta es una grande y muy importante lección.

     Lo antedicho constituye también una interesante ilustración de la técnica que emplean los Maestros, por la cual Ellos permiten que una falla no sea corregida (pues fue originada por el discípulo [i126] y sólo él debe eliminarla) y se use un lenguaje que imparte una impresión errónea. Con tal método, el que emplea dicho lenguaje descubre oportunamente su erróneo acercamiento a la verdad. En sentido espiritual, la vida no se puede quitar. Este error o equívoco en el acercamiento a la verdad, lleva al hombre y mujer, en el sendero de probación, a demostrar su anhelante y sincera aspiración mediante la disciplina, usando como sustituto el producto "del segundo" y absteniéndose de sostener la vida con el producto "del tercero". Al sacrificar la vida del segundo reino de la naturaleza (empleando la errónea afirmación del propio aspirante) y nutrir con él el cuerpo físico, el discípulo en probación logra romper el aferramiento o potencia de la naturaleza física, lo cual siempre ayuda. Aún no sabe que esta cumpliendo reglas menores en tiempo y espacio y una vez que se haya demostrado a sí mismo que puede cumplirlas y obedecerlas, queda [e114] liberado de ellas y ya no las necesitará. El discípulo y el aspirante a la iniciación sabe que la vida es una, aunque ella tome una forma en el segundo, tercero o cuarto reinos, y también que la vida que en él reside es una con la vida del primer reino, el mineral; aprende que la vida es indestructible y no puede quitarse ni destruirse, sino que "pasa" de una forma a otra, de una experiencia a otra, hasta que por medio de la vida se expresa la perfecta voluntad de Dios.

     El verdadero discípulo no necesita del vegetarismo ni de disciplina física, por la razón de que ningún apetito de la carne lo domina. Su problema reside en otra parte, constituyendo pérdida de tiempo y de energía, dedicar la atención en "hacer las cosas físicamente correctas", porque lo hace automáticamente y porque sus hábitos espirituales contrarrestan las tendencias físicas inferiores; la adquisición de dichos hábitos le permite vencer automáticamente el llamado de esos deseos que dan por resultado la satisfacción del deseo inferior. Nadie es aceptado en el círculo del ashrama (nombre técnico aplicado a la categoría correspondiente a quienes están en vísperas de recibir la iniciación o son preparados para la misma) si existe peligro [i127] de ser dominado por los apetitos físicos. Ésta es una afirmación verídica. Atañe particular y específicamente a los que se preparan para la primera iniciación. Quienes se preparan para la segunda iniciación deben demostrar que se han liberado de la esclavitud de las ideas, de la reacción fanática a cualquier verdad o dirigente espiritual, y del dominio ejercido por su aspiración -que por su intensa dedicación, sacrificaría tiempo, personas y la vida misma, al llamado del Iniciador- o, para ser más exacto, lo que él cree que es Su llamado.

     Puntualizaré que la tercera iniciación se encara desde el valle de la experiencia y conciencia y no desde las cumbres de la aspiración, del sacrificio fanático, o desde el ángulo de la devoción, que obstaculiza el servicio del devoto y del Maestro, a quien trata de servir. Sabe, como aspirante a la iniciación:

1. Que el grupo sepa que la vida es una, y nada puede tocar ni quitar esa vida.

     Adquiere un justo sentido de proporción respecto a la forma. Mira adelante hacia el alma y no atrás hacia la forma. Numerosos devotos sinceros y aspirantes promisorios se preocupan tanto por la forma y su disciplina, que no tienen tiempo para dedicarse a la expansión del alma. Es tan intenso el interés por sus reacciones a la disciplina autoimpuesta y su capacidad para ajustarse o no a ella, que las verdades espirituales, que tratan de penetrar en sus corazones, no pueden hacerlo. La moderación en todas las [e115] cosas, el inteligente empleo de las formas sustentadoras y el olvido de sí mismo, son las características del discípulo, pero no del principiante. Actualmente existen numerosos discípulos que deberían estar actuando en el Aula de la Sabiduría; están trabajando fanáticamente en el Aula del Conocimiento y tan absorbidos por las disciplinas físicas que ignoran las del alma. Les pido que reflexionen sobre esto. Los aspirantes deben aprender la significación de las palabras contenidas en la Regla Seis para discípulos: "las reglas menores lo son en tiempo y espacio y no pueden retener al grupo".

     Me pregunto si pueden llegar a comprender la calidad de conciencia que caracteriza a la Jerarquía, aunque [i128] sea imaginativa y teóricamente. El grupo "sigue adelante en la vida". Trabaja en el reino de la energía de la vida; la forma, para Ellos, es algo que en definitiva han dejado atrás; ya no son conscientes de la atracción o rechazo y aferramiento de la forma, quedando como recuerdo de un lejano campo de batalla donde las victorias logradas fueron relegadas al olvido y las conquistas obtenidas quedaron tan lejos, que se hallan bajo el umbral de la conciencia. Hablando en forma amplia y general, los que trabajan en las filas de la Jerarquía (no he dicho "con la Jerarquía") se clasifican en dos grupos principales: los que se dedican a desarrollar la conciencia iniciática de los discípulos del mundo, y los de grado más avanzado que se ocupan del aspecto vida y de su expresión en la vida de los iniciados del mundo. Los discípulos activos (que trabajan en colaboración con la Jerarquía) actúan también en dos grupos mayores: los que se ocupan de los aspirantes y procuran implantar las disciplinas físicas e impartir ciertos valores menores a fin de que los principiantes puedan conocer la etapa alcanzada. Luego tenemos los que tratan de sustituir las disciplinas físicas y los primeros e inevitables fines egoístas por la comprensión y el servicio.

     Reiteraré: las disciplinas físicas tienen su valor en las primeras etapas e imparten un sentido de proporción y percepción de defectos y limitaciones Tienen su lugar en tiempo y espacio, eso es todo. Una vez que el discípulo ha penetrado en el mundo del alma, emplea todas las formas con inteligencia, comprende su propósito, no comete excesos ni se preocupa ni siente mayor interés por ellas. Aparta sus ojos de sí mismo y los dirige al mundo de los verdaderos valores No guarda ningún sentimiento autointeresado, porque la percepción grupal va reemplazando rápidamente su conciencia individual. Las palabras:

2. Que el grupo conozca la vívida, flamígera y saturante Vida que anega al cuarto, cuando se conoce el quinto,

     [e116] tienen suma importancia para quienes quieren y pueden [i129] beneficiarse por lo que trato de impartir, mediante la interpretación -hasta donde me es posible- de estas reglas. El conocimiento del quinto reino de la naturaleza, por medio de la conciencia del cuarto reino, el sacrificio del cuarto reino al quinto, el del ser humano al alma y el de la humanidad al reino de Dios, constituyen el paralelismo (en una vuelta más elevada de la espiral) del sacrificio del tercer reino o animal, al cuarto o reino humano. Así sucesivamente en escala descendente -eterno sacrificio de lo inferior a lo superior.

     Por lo tanto, la decisión debe hacerla el discípulo individual, aunque sea un neófito que está, en consecuencia, regido por las "reglas en tiempo y espacio", o un aspirante a la iniciación, que sabe que la vida es una y que la forma no tiene significado material, excepto como campo de experiencia para el alma.

     Llegamos ahora a la parte más importante de esta regla particular, pues proporciona la clave de la meta inmediata para quienes han obtenido cierta comprensión. Las palabras importantes son:

3. Que el grupo -fusionado en el quinto- sea nutrido entonces por el sexto y el séptimo.

     En otras palabras: "Que el grupo -identificado con el alma- reciba su sustento y vitalidad por el descenso de la intuición y voluntad espiritual, que emanan de la Tríada espiritual". Lógicamente hay otros significados, pero éste es el más práctico para los discípulos. Un concepto mayor, pero similar, reside en la comprensión de que la familia humana, el cuarto reino de la naturaleza, es absorbida por el quinto reino o reino de Dios y (cuando esto sucede) puede acrecentar su armonía con el sexto y séptimo reinos. Estos últimos reinos aún no tienen nombre, y sólo ahora están comenzando a penetrar levemente en las conciencias del discípulo y del iniciado. El sexto reino pertenece a las "Tríadas" influyentes -conjunto de vidas liberadas del cual forman parte [i130] los iniciados elevados de la Jerarquía, siendo para ese grupo espiritual lo que el nuevo grupo de servidores del mundo es para la humanidad. No sé en qué otra forma podría explicar esta verdad.

     El séptimo reino de la naturaleza es el de las vidas que colaboran con plena capacidad comprensiva, con el Grupo de Seres que constituyen el núcleo del Concilio en Shamballa. Este grupo gira alrededor del Señor del Mundo; Su conciencia y estado de ser es apenas comprendido por los más avanzados Miembros de la Jerarquía, y la relación de estas Vidas con el Señor del Mundo es [e117] similar, aunque fundamentalmente diferente, a la relación de los miembros de la Jerarquía con los tres Grandes Señores -el Cristo, el Manu y el Mahachoan. A través de estos Señores afluye la energía que emana desde Shamballa, trasmitiendo el propósito y motivando el plan de Sanat Kumara -el Plan de Su Vida. Lo que ustedes denominan "el Plan" es la respuesta de la Jerarquía a la afluyente voluntad plena de propósito del Señor del Mundo. A través de Sanat Kumara, el Anciano de los Días (así denominado en La Biblia), fluye la ignota energía cuya expresión son los tres aspectos divinos. Él es el Custodio de la voluntad de la Gran Logia Blanca en Sirio, y el peso de esta "intención cósmica" es compartido por los Budas de Actividad y por esos Miembros del Gran Concilio cuya conciencia y vibración son tan elevadas que sólo una vez al año (por medio de su emisario, el Buda), pueden sin peligro hacer contacto con la Jerarquía.

     Sólo trato de señalar un horizonte más amplio que el registrado generalmente por los discípulos, y empleo estas amplias analogías a fin de expandir el punto de vista de ustedes. Al hacerlo puedo impartir a la persona iluminada un sentido de síntesis, de definido planeamiento y de integridad planetaria. Esta gran estructura espiritual de Existencia, de Vida y de Dirección, es algo que los discípulos e iniciados del mundo necesitan hoy, en su esfuerzo por mantenerse firmes, ante la presión de los acontecimientos mundiales, e inquebrantables en su determinación de colaborar en las actividades y planes de los Directores Mundiales, "la Sociedad de Mentes [i131] iluminadas y organizadas", conocida como la Jerarquía. En la actualidad, lo que más agudamente se precisa, es iluminación y la consiguiente organización.

     Por lo tanto, observarán el significado de la enseñanza que se está impartiendo acerca de la construcción del antakarana. Sólo por este puente o hilo, el discípulo puede ascender hasta ese peldaño, en la escala de evolución, que lo llevará fuera de los tres mundos, pondrá a la personalidad en armonía con la Tríada espiritual y, finalmente, conducirá a los miembros de la Jerarquía (cuando haya terminado su ciclo de servicio) al Sendero de Evolución Superior. El antakarana es construido por aspirantes, discípulos e iniciados, que pertenecen a los siete tipos de rayo y es, por lo tanto, un hilo séptuple, constituyendo la primera etapa del Sendero de Evolución Superior. La experiencia sufrida por la Vida de Dios, en el reino mineral, es para ese sendero lo que el cuarto reino o humano, es para esa misma Vida, cuando ha llegado a ese reino. Observarán, por lo tanto, cuán significativa es la futura Ciencia de Comparación; la ciencia del análisis comparativo aún no ha sido aplicada al acercamiento a la verdad [e118] definidamente reconocida. La Ley de Analogía es la llave que abre la comprensión.

     Todos los discípulos conocen algo de la cualidad y poder revelador de la intuición; constituye a veces (por su misma rareza) una importante "exaltación espiritual". Produce efectos y estímulo; indica una futura receptividad hacia verdades tenuemente presentidas y tiene afinidad (si pudieran comprender) con el fenómeno de la previsión. Registrar algún aspecto de captación intuitiva constituye un acontecimiento importante en la vida del discípulo que comienza a hollar el sendero que conduce a la Jerarquía. Es el testimonio, que él puede reconocer, de conocimientos, sabiduría y significados desconocidos hasta ahora por los intelectuales; garantiza la posibilidad de desarrollar su propia naturaleza superior, la comprensión de sus conexiones divinas y la posibilidad de lograr su ultérrima y más elevada realización espiritual; reemplaza constantemente al conocimiento del alma y, la energía que afluye a su conciencia [i132] desde la Tríada espiritual -especialmente la energía de la sexta y séptima esferas de actividad-, es la energía específica y particular que finalmente causa la destrucción del cuerpo causal, la aniquilación del Templo de Salomón y la liberación de la Vida.

     Entonces lo que en tiempo y espacio fue denominado alma "sigue adelante en la Vida". La evolución tal como la entendemos ahora, cesa; sin embargo el desenvolvimiento evolutivo prosigue hacia nuevas direcciones, basadas en el pasado, pero que producirán resultados muy diferentes de los que el discípulo avanzado, en sus momentos más elevados, ha presentido tenuemente. Aparece una nueva expresión de la vida que sigue adelante, libre de la forma, pero aún sujeta a limitaciones "dentro del círculo de influencia de la Vida mayor", aunque no limitada por la vida residente en las numerosas formas que progresan circundadas por ese círculo, "el divino círculo no se pasa". Aún tenemos el tan amplio como confinado alcance del propósito e intención de la vida del Logos planetario, pero dentro de esa periferia y esfera de actividad las Tríadas se mueven en perfecta libertad. Su avance hacia estados más elevados del Ser es llevado a cabo de acuerdo al impulso de la vida en Quien ellas viven, se mueven y tienen su ser. Observarán que estas palabras en realidad abarcan o se refieren a los procesos de la vida y no a la construcción de la forma o a la experiencia en ellas, como se entiende comúnmente.

     La consideración de estas verdades actualmente inaccesibles, podrá servir para inspirar sus mentes, evocar la intuición y proporcionar la visión y acrecentada percepción espiritual.


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