Psicología Esotérica Vol. II - Enfermedades y Problemas de los Discípulos y los Místicos
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Libros Azules
Clasificaré lo que tengo que decir sobre este tema, en cuatro títulos:
a. PROBLEMAS QUE SURGEN DEL DESPERTAR Y EL ESTÍMULO DE LOS CENTROS Quienes leyeron mis otros libros y tratados, sabrán cuán inmenso es el tema que nos ocupa y qué poco se conoce y enseña sobre los centros, sus emanaciones de fuerza y la actividad del cuerpo vital o etérico, que es el receptor y distribuidor [i521] de energías, energías que determinan y condicionan las circunstancias y la psiquis del ser humano y produce, en último análisis, la manifestación fenoménica del hombre en el plano físico, además de sus características inherentes. Esta información ya la he dado anteriormente y pueden leerla y estudiarla quienes tienen interés. Así podrán esclarecer su conocimiento sobre los distintos centros. Una cosa quisiera señalar aquí, que más adelante dilucidaré, y es la relación que existe entre los diversos centros y los rayos:
Podría aprenderse mucho reuniendo en un sólo libro toda la información dada sobre este tema, y relacionando así lo que se conoce sobre estos puntos específicos de energía que se hallan en la estructura humana. Sólo puedo dar una idea general sobre el tema, indicar ciertas líneas de desarrollo y relación, respecto a los siete centros mayores, las siete glándulas principales y los lugares y zonas del cuerpo humano donde están ubicadas estas glándulas y centros. También quisiera pedirles que traten de comprender cinco cosas:
Todo el procedimiento, como podrá verse, consiste en desarrollar, utilizar y transferir, como sucede en todo el desarrollo evolutivo. Existen dos centros principales de trasferencia en el cuerpo etérico -el plexo solar y el laríngeo- y un centro mayor a través del cual la energía del alma debe afluir cuando llegue el momento apropiado y afluirá conscientemente y con plena percepción del discípulo. A ese centro se lo denomina coronario, o el loto de mil pétalos, en la filosofía oriental. El problema del hombre común está por consiguiente vinculado al plexo solar. El problema del aspirante avanzado, del discípulo y del iniciado de grado inferior, está vinculado con el centro creador, el laríngeo. Recordaré a los estudiantes que en los tres [i523] puntos siguientes, relacionados con la trasferencia de energía, debe tenerse en cuenta:
Todos los centros del cuerpo son impelidos a una actividad ordenada por las fuerzas del amor y de la voluntad. Entonces tiene lugar la última transferencia de todas las energías corporales y síquicas al centro coronario, efectuada por el despertar de los centros en la base de la columna vertebral. Luego los dos grandes polos opuestos, tal como lo simbolizan y expresan el centro coronario (el órgano de energía espiritual) y el centro de la base de la columna vertebral (el órgano de las fuerzas materiales), se fusionan y mezclan, y desde ese momento el hombre es controlado únicamente desde arriba por el alma. En consecuencia, cuando estudiamos al místico y sus dificultades se deberán tener en cuenta dos puntos: primero, el período del [e402] despertar y la consiguiente utilización de los centros; segundo, el período en que se transfieren las energías del plexo solar al corazón y después desde los cuatro centros ubicados en la columna vertebral al centro laríngeo, antes de enfocar la energía de todos los centros en el centro ajna (entre las cejas). Este centro controla la vida de la personalidad y desde toda la orientación y la guía de la personalidad va hacia los cinco centros inferiores que éste sintetiza. Cada una de estas etapas trae consigo sus dificultades y problemas. Sin embargo, nos ocuparemos de ello de acuerdo a lo que puedan afectar a la oportunidad actual u obstaculizar al hombre que se halla en el Sendero y, por lo tanto, toma en sus manos su propia evolución. Entonces permanece en medio de los pares de opuestos y esto significa (en lo que respecta a nuestro interés particular en este momento) que existen tres etapas en el trabajo místico, señalando cada una un período definido de crisis con sus consiguientes comprobaciones y pruebas:
La tercera y última parte, de la cual no nos ocuparemos, es donde se produce la fusión total de las fuerzas corpóreas (enfocadas a través del centro ajna) con las fuerzas del alma (enfocadas por medio del centro coronario). En este momento se produce la evocación final de la voluntad de la personalidad (purificada y [e403] consagrada) que ha estado, como la serpiente de la sabiduría, durmiendo enroscada en la base de la columna vertebral, la cual asciende por el impulso de la devoción, la aspiración y la voluntad iluminada, fusionándose en la cabeza con la voluntad espiritual. Ésta es la elevación final, por un acto de determinación discriminadora del fuego kundalini, elevación que tiene lugar en tres etapas o impulsos: [i529]
Los estudiantes se preguntarán ¿existen otras energías debajo del diafragma, además de las del centro sacro y las que están enfocadas en el centro de la base de la columna vertebral, que son elevadas al centro ajna por medio del centro plexo solar? Hay un sinnúmero de centros menores y sus respectivas energías, pero no las especificaré detalladamente en bien de la claridad. Sólo me ocuparé de los centros principales y de sus efectos e interrelaciones. El tema ya es bastante abstruso y difícil en todos los casos para que nosotros lo compliquemos indebidamente. Tenemos por ejemplo, energías que afluyen al bazo, provenientes de fuentes planetarias, y también a dos centros menores cerca de los riñones, uno a cada lado, además de otros; estas fuerzas deben ser comprendidas, transmutadas, transformadas y transferidas. Es interesante observar que los dos pequeños centros que están cerca de los riñones se relacionan con los niveles inferiores del plano astral y engendran en el sistema corpóreo gran parte del temor, etc., factor característico de esos subplanos. Por lo tanto se hallan cerca del centro que puede controlarlos, porque hasta el endocrinólogo moderno sabe que cuando las glándulas adrenales son estimuladas, producen (como resultado psicológico de un acontecimiento físico) excesiva valentía y una especie de voluntad dirigida, que le permite hacer cosas que en otro momento sería imposible realizar. Quisiera indicarles que la afirmación que frecuentemente se hace en los libros ocultistas de que el kundalini duerme es parcialmente veraz. El centro en la base de la columna vertebral está sujeto [i530] a la misma vida rítmica que los demás centros. Este período específico en que el kundalini despierta se refiere a ese período en que el punto en el centro se hace vibrante, poderoso y activo; entonces su fuerza puede pasar a través de la columna [e404] vertebral hasta llegar al centro más elevado de la cabeza. Sin embargo, esto no sería posible si anteriormente no se hubieran efectuado las tres elevaciones de la fuerza latente de la voluntad, elevaciones que sirven para limpiar el conducto ascendente de la columna, penetrando y destruyendo la trama etérica que separa cada centro y la zona que cada uno controla desde el centro que está más arriba. Estas trasferencias y organizaciones internas producen, lógica y naturalmente, perturbaciones y conflictos en la vida del místico, dificultades de naturaleza definidamente psicológica y con frecuencia dificultades patológicas. Deberán observar, por lo tanto, la serie de transferencias, dificultades psicológicas y resultados patológicos. Estas ideas pueden, por ejemplo, aclararse por sí mismas en sus mentes si les expongo ciertos hechos referentes al centro sacro, que rige durante tan largo tiempo al animal y a la vida física creadora del ser humano. En el proceso de la evolución el centro sacro pasa por esas etapas donde actúa automática e inconscientemente, como sucede con el hombre estrictamente animal; luego viene la etapa en que actúa impulsado por el deseo, el placer y la satisfacción física, cuando la imaginación comienza a ejercer su influencia, y después el período en que hay una consciente subordinación de la vida al impulso sexual, de naturaleza distinta del que mencioné primero. El sexo llega a ser una idea predominante en la conciencia, y muchas personas en la actualidad están pasando por esa etapa. Todos, en algún momento o en alguna vida, pasarán por ella. A esto le sigue el período de transferencia donde la atracción física del sexo y el anhelo de crear físicamente ya no domina tanto, y las fuerzas comienzan a reunirse en el plexo solar. Allí serán [i531] controladas en su mayor parte por la vida astral imaginativa, mucho más que por la inconsciencia animal o la vida consciente de deseo. Se mezclarán con las fuerzas del plexo solar y serán gradualmente ascendidas al centro laríngeo, pero siempre a través del centro cardíaco. Tenemos aquí el punto principal de las dificultades que afectan al místico, quien rápidamente viene al ser y a la actividad funcional. Llega a hacerse dolorosamente consciente de la dualidad, la atracción del mundo y la visión mística; de las posibilidades divinas y las potencias de la personalidad; del amor, en lugar del deseo y la atracción, y de la relación divina, en vez de las relaciones humanas. Sin embargo, el tema todavía continúa interpretándose en términos de dualidad. El sexo aún persiste imaginativamente en su conciencia y no ha sido relegado a un lugar [e405] equilibrado como el que ocupan los otros instintos de la naturaleza humana, lo cual da por resultado un interés casi patológico en el simbolismo del sexo y lo que podría denominarse una vida sexual espiritualizada. De ello tenemos grandes ejemplos en los escritos y experiencias de muchos místicos de la edad media. En ellos hallamos expresiones tales como la desposada de Cristo, el matrimonio en los Cielos, la representación de Cristo como esposo celestial y muchos otros símbolos y frases. En el Canto de Salomón tenemos la rendición masculina del mismo acercamiento sexual básico al alma y a su omniabarcante vida. Éstos y muchos otros ejemplos desagradables de la psicología sexual están mezclados con la verdadera y pronunciada aspiración y ansiedad mística y el genuino anhelo de unirse a lo divino. La causa de todo reside en la etapa de transferencia. Las energías inferiores están sujetas, como podrá verse, a dos etapas de transferencias: Primero, al plexo solar y de allí, al centro laríngeo, centro que durante este período no está suficientemente activo ni despierto para absorber y utilizar las energías del sacro, que en algunos casos son detenidas durante su ascensión, y retenidas momentáneamente en el centro [i532] cardíaco, produciendo el fenómeno del impulso sexual (acompañado a veces por una definida reacción sexual física), del erotismo religioso y, generalmente, de una actitud malsana que abarca desde la verdadera sexualidad hasta el celibato fanático. Este último es un extremo tan indeseable como el otro, y ambos producen resultados muy indeseables. Con frecuencia, cuando se trata de un místico masculino, habrá una expresión sexual super desarrollada en el plano físico, perversiones de distintos tipos o una pronunciada homosexualidad. En los casos femeninos puede haber muchas perturbaciones en el plexo solar (en lugar de perturbaciones en el sacro) y la consiguiente afección gástrica, una vida imaginativa malsana, que abarca desde el endeble prurito hasta formas definidas de enajenación sexual, acompañadas frecuentemente por una poderosa inclinación religiosa. Quisiera recordarles que estamos tratando las anormalidades y en consecuencia debo referirme a cosas desagradables. Si en las etapas primitivas del desarrollo místico existiera una correcta orientación de la vida mental y de los pensamientos, además de una valiente explicación del proceso, se evitarían grandes dificultades. Estas primitivas etapas se asemejan mucho al interés demostrado por el adolescente hacia el sexo y la religión. Ambos están íntimamente aliados durante este período particular de desarrollo. Si los educadores, progenitores y los que están vinculados al entrenamiento de la juventud, pudieran prestarles una ayuda correcta, ciertas [e406] tendencias indeseables (tan prevalecientes ahora) no se convertirían en hábitos y estados mentales como ocurre hoy. Otro interrogante que podría surgir en la conciencia del estudiante seria el siguiente: ¿Cómo este proceso de despertar los centros, de utilizarlos como canales para la fuerza (inconscientemente al principio y luego con creciente conciencia) y finalmente, de transferir la energía hacia centros cada vez más elevados, puede traer problemas, enfermedades e innumerables y variadas dificultades de naturaleza fenoménica, que [i533] parece haber heredado la humanidad, una vez que la experiencia mística se convierte en meta y en algo que parece deseable? Vuelvo a recordar que el problema debe ser interpretado en términos de expandir la conciencia y de reunir en etapas progresivas los distintos tipos de energía. El cuerpo humano es, en último análisis, un conjunto de unidades de energía. En el cuerpo vital hay (condicionando los sistemas endocrino y linfático) ciertos puntos focales a través de los cuales afluye energía al cuerpo físico, impresionando y estimulando los átomos del cuerpo, logrando así afectar poderosamente todo el sistema nervioso subyacente en todas partes. El cuerpo vital o etérico, es la contraparte sutil de la estructura nerviosa del cuerpo físico, y los centros de energía condicionan y controlan el sistema glandular. Así las energías, las influencias, las potencias y las fuerzas afluyen y pasan a través del cuerpo físico -conscientemente en algunos casos e inconscientemente en la mayoría- desde los tres mundos de la actividad y empresa humanas. Cuando el centro cardíaco y el coronario están activos y son utilizados por las fuerzas internas y externas, tenemos el comienzo de una vida mística y ocultista. Existen dos razones por las cuales se produce este período de excesiva dificultad:
El resultado de estas realizaciones conscientes, inevitablemente conduce a las luchas, conflictos y aspiraciones, además de una continua frustración; este proceso trae los reajustes que deben hacerse cuando el hombre va siendo más consciente de la meta y está cada vez más alerta. La expresión de la vida (el triple hombre inferior) debe habituarse a los nuevos niveles de conciencia y a las zonas de percepción que se abren ante él y acostumbrarse a los nuevos poderes que emergen, pues lo capacitan para introducirse con mayor facilidad en los extensos campos de servicio que va descubriendo. Podría decirse aquí en sentido amplio y general que:
He indicado determinadas dificultades, en un esfuerzo por presentarles un panorama general del problema que enfrenta el místico. En la actualidad, el plexo solar está muy activo en los hombres y en las mujeres. En todos los países existen millones de personas hipersensibles, frecuentemente tan emocionales que llegan a la histeria, son soñadores, visionarios, temerosos y sumamente nerviosos. Esto ocasiona los prevalecientes trastornos gástricos, indigestiones, dolencias, enfermedades del estómago y el hígado y desarreglos intestinales. La raza está excesivamente propensa a todas estas dificultades, que a veces suelen ir [i540] acompañadas de erupciones de la piel. La causa es doble:
Por lo tanto, el hombre es víctima de ciertas fuerzas que, de otro modo, producirían la acumulación de lo que es inferior y necesariamente se transferiría en lo que es superior. Entonces cumpliría el propósito requerido, pero -en el caso que estamos considerando- dichas fuerzas están concentradas en esa zona central del cuerpo que simplemente está destinada a ser el centro de distribución de lo que está abajo a lo que está arriba. En lugar de suceder lo antedicho se origina un tremendo remolino de fuerzas que no sólo produce variados trastornos físicos (como se explicó anteriormente) sino que constituye la fecunda fuente de [e412] separaciones que el sicólogo moderno enfrenta en la actualidad. Tan poderosas son las fuerzas generadas por el excesivo uso del plexo solar (el más poderoso de los centros) y por la consiguiente afluencia de fuerzas astrales de toda índole -aumentando así las dificultades-, que oportunamente asumen el absoluto control de la vida. Las fuerzas que están debajo del diafragma y las que están arriba se separan, debido a este vibrante y poderoso centro central de fuerza. Las separaciones, el astralismo, las ilusiones, las alucinaciones, los trastornos nerviosos y las dolencias de naturaleza física, que afectan [i541] indefectiblemente a los intestinos, el hígado y el páncreas, constituyen sólo parte de los problemas que se originan por el uso incontrolado del centro plexo solar. El hombre es controlado por éste, en lugar de ser él el factor controlador como está destinado a serlo. El segundo ejemplo tiene relación con el desarrollo del centro cardíaco, el reconocimiento de la vida grupal y la consiguiente responsabilidad grupal. Actualmente puede observarse cuán rápidamente se está desarrollando en todas partes. Los estudiantes son propensos a creer que el despertar del centro cardíaco y el consiguiente reconocimiento del grupo debe expresarse en términos de religión, amor y divinidad. Por lo tanto, lo convierten en algo espiritual, tal como interpreta el término el hombre religioso ortodoxo. Pero es mucho más que eso. El corazón está relacionado con el aspecto vida, porque en él reside el asiento del principio vida y la energía de la vida está allí introducida. Está conectado con la síntesis, la mónada y con todo aquello que es algo más que el yo separado. Cualquier grupo dirigido y controlado por un sólo hombre o un conjunto de hombres, sea una nación, una gran institución comercial o cualquier organización (un gran hospital por ejemplo), están vinculados con la vida que reside en el corazón. Esto es verdad aunque el móvil o los móviles, sean diversos e indeseables o estrictamente egoístas. El magnate financiero que maneja grandes intereses donde innumerables vidas dependen de las contingencias de la empresa fundada y presidida por él, comienza a actuar a través del centro coronario. De allí que prevalezcan ciertas afecciones cardíacas por las cuales sucumben con frecuencia innumerables personas importantes y poderosas. El corazón es sobreestimulado por el impacto de las energías que afluyen sobre el hombre que está sujeto, entre otras cosas, a los pensamientos dirigidos de quienes están vinculados a su organización. En consecuencia podrán ver por qué los miembros avanzados de la Jerarquía, que trabajan a través de los [i542] centros coronario y cardíaco, se mantienen apartados de la vida pública y evitan la [e413] mayor parte del contacto humano. Estos dos ejemplos ayudarán a esclarecer en sus mentes el sentido en que empleo el término utilización de un centro. Por consiguiente, los problemas son numerosos, pero pueden ser solucionados. Esto no debe olvidarse. El tema es vasto, pero muchas mentalidades tratan hoy de encararlo, y trabajan desinteresada y altruistamente para producir los cambios necesarios, una mejor comprensión de la naturaleza física y psicológica del hombre y un nuevo acercamiento -tanto en la religión como en la educación. Cuando el acercamiento místico y sus consecuencias -buenas y malas, materiales y espirituales- sean mejor comprendidas por el estudio y el experimento, llegaremos a una más plena comprensión de nuestro problema y se desarrollará un programa mejor para el desenvolvimiento humano. Quisiera hacerles ver que empleo aquí las palabras místico y mística, porque espero Las notas clave que en la actualidad reconocen los místicos y que los pensadores y escritores religiosos se inclinan a admitir, son el sentimiento y la sensibilidad hacia la existencia divina, y el reconocimiento de una visión de Dios, suficiente para enfrentar las necesidades individuales y proporcionar alivio, paz, comprensión y percepción de la divinidad interna y externa, y además de la relación existente entre el hombre y algún factor foráneo llamado Dios, Yo, o el Cristo. Esta actitud siempre está coloreada [e414] por un sentido de dualidad que conduce a lograr la unión -unión que en la relación matrimonial sigue siendo el mejor ejemplo y símbolo, según lo atestiguan los escritos de los místicos de todas las naciones y épocas, y que aún mantiene la conciencia de las dos identidades. Las notas clave de la vida ocultista han sido, como corresponde, el conocimiento, el acercamiento mental al problema de la divinidad, el reconocimiento de la divina inmanencia y el hecho de que así como Él es, así somos nosotros. Sin embargo, allí no existe un sentido de dualidad. La meta consiste en lograr una identificación aprobada y determinada que convierte al hombre en lo que es -un Dios y, con el tiempo, Dios en manifestación. Esto no es lo mismo que unión mística. No obstante, el tema es místico e innatamente subjetivo. Ha de llegar el momento en que el místico apreciará y seguirá el camino de la cabeza y no sólo el del corazón. Aprenderá a perder su sentido del Amado cuando sepa que él y el amado son uno, y que la visión debe desaparecer y desaparecerá a medida que la trasciende [i544] (observen esta frase) por medio del proceso mayor de identificación a través de la iniciación. El ocultista, a su vez, debe aprender a incluir la experiencia mística con plena comprensión y conciencia como si fuera un ejercicio de recapitulación antes de trascenderla y pasar a una síntesis e inclusividad de la cual el acercamiento místico es sólo el comienzo, del que el místico es inconsciente. El místico es propenso a creer que el ocultista sobrestima el camino del conocimiento, y repite volublemente aquello de que la mente es el matador de lo real y que nada puede aportarle el intelecto. Similarmente el ocultista tiende a despreciar el camino místico y a considerar que ha dejado muy atrás el método místico. Ambos deben aprender a hollar el camino de la sabiduría. El místico deberá llegar, e inevitablemente llegará, a ser ocultista, le guste o no el proceso. A la larga no podrá eludirlo; el ocultista no lo será verdaderamente hasta que recupere la experiencia mística y la traduzca en términos de síntesis. Observen la estructura de las palabras que empleo en este último párrafo, porque servirán para elucidar el tema. Por lo tanto, empleo las palabras místico y mística en esta parte del tratado para describir al hombre inteligente y muy mental y los procesos que utiliza en el Sendero del Discipulado Al tratar los problemas y enfermedades de los místicos que están en esta etapa de evolución, donde hacen una de las principales trasferencias de la fuerza, se debe observar que en las etapas [e415] primitivas puede transcurrir un largo período de tiempo entre el primer esfuerzo realizado, para transmutar y transferir las energías, y esa determinada vida en que las energías finalmente son reunidas y ascendidas, como lo expresa técnicamente el término esotérico que comúnmente se emplea. En este punto de actividad enfocada (que reemplaza los esfuerzos esporádicos y versátiles anteriores) hay un período definido de crisis en la vida del místico. A menudo surge la siguiente pregunta: ¿Por qué son tan frecuentes [i545] las dolencias, desórdenes nerviosos y las diversas condiciones patológicas entre los santos de la tierra y los que están claramente orientados hacia La luz? Responderé que la tensión sobre el vehículo físico, debido al cambio de fuerzas, es por lo general excesivamente grande, produciendo así esas condiciones indeseables. Éstas también aumentan con frecuencia, debido a las tonterías que comete el aspirante cuando trata de controlar su propio cuerpo físico. Sin embargo, es mucho mejor que los resultados indeseables se produzcan sólo en el vehículo físico y no en los cuerpos astral o mental, lo cual raras veces se tiene en cuenta, por eso se acentúa tanto la idea de que las enfermedades, la mala salud y las dolencias, indican que el individuo ha cometido errores, ha fracasado y ha pecado. Lógicamente pueden originar todas estas cosas, pero en el caso del verdadero aspirante que trata de disciplinar y controlar su vida, siempre se deben a estas causas. Inevitablemente son el resultado del choque de fuerzas -las energías que han despertado y están en proceso de ascender, y las energías del centro, al cual están ascendiendo. Este choque produce tensión, malestar físico y (como hemos visto) muchas clases de desórdenes angustiosos. Las enfermedades y la mala salud que prevalecen en todas partes actualmente, son causadas por la trasferencia masiva que se lleva a cabo en la raza en forma constante. Por medio de esta transferencia el centro plexo solar entra en actividad anormal, y libera en consecuencia fuerzas astrales de toda índole en la conciencia del hombre -temor, malos deseos y muchas características emocionales, causa de tantas angustias. El proceso es el siguiente: la conciencia registra ante todo estas impresiones astrales, luego las convierte en formas mentales -y como la energía sigue al pensamiento- se establece un círculo vicioso involucrando al cuerpo físico. En la consiguiente vorágine, producida por estas fuerzas que chocan, las cuales [i546]
la vida interna se convierte entonces en un torbellino de energías antagónicas, produciendo efectos desastrosos en los intestinos, el hígado y los demás órganos que están debajo del diafragma. Como es bien sabido, el místico frecuentemente es dispéptico y no siempre la dispepsia ha sido producida por el alimento inapropiado ni los erróneos hábitos físicos. En muchos casos se produce debido a los procedimientos de transferencia que se llevan a cabo. Una de las dificultades que tienden también a aumentar la tensión, es la incapacidad del místico común de disociar su mente de su situación física. La energía inevitablemente sigue al pensamiento y donde hay una zona afectada, parece ser que la mente pone allí toda su atención, lo que hace que la situación no mejore, sino por el contrario, empeora constantemente. La regla mental mas eficaz que los místicos debieran adoptar sería mantener la mente apartada definidamente sobre y lejos de la zona donde se lleva a cabo la transferencia, excepto en esos casos en que se emplean métodos esotéricos para forzar el proceso y acelerar y facilitar los procesos de elevación. Entonces (bajo la correcta dirección y guía, más un conocimiento de las reglas) el místico puede trabajar con el centro involucrado en la columna vertebral. Trataré de explicar esta técnica académica en una instrucción posterior, porque primeramente quisiera ocuparme de las dificultades síquicas del místico, pues las dificultades físicas y síquicas se producen debido a una misma causa fundamental y pueden ser contrarrestadas y controladas con el mismo y correcto conocimiento ocultista y psicológico. Por lo tanto, las enfermedades que tratamos, se deben a innumerables causas. Sería útil si se las Hablando en forma general, las enfermedades pueden agruparse en cinco categorías principales, y sólo nos ocuparemos de la última, y son:
Por ejemplo, cuando la energía del centro sacro es elevada al plexo solar, aparecerán muchas dolencias que afectarán, como ya hemos observado, a los intestinos. Cuando la energía de los centros inferiores, que están debajo del diafragma (pero no a lo largo de la Los estudiantes harían bien en detenerse en esta etapa y considerar cuidadosamente los siguientes puntos:
Entre estas diferentes etapas hay puntos de crisis de mayor o menor importancia. La intensa actividad interna que se lleva a cabo durante la vida subjetiva de la humanidad produce efectos buenos y malos y reacciones psicológicas y fisiológicas. En la actualidad la transferencia masiva de las fuerzas del centro sacro al plexo solar, es responsable de la mayoría de las incapacidades modernas y físicas de la raza. Debido también al retiro lento, en escala racial, de las fuerzas sacras llevadas al plexo solar, se está formando una condición que a veces se la denomina suicidio racial, y para contrarrestarla es necesario el esfuerzo de muchos gobiernos a fin de detener el rápido decrecimiento de la natalidad en los respectivos países. EL resumen dado anteriormente a cerca de la triple actividad que se lleva a cabo continuamente en el cuerpo humano, dará una idea de la tensión bajo la cual debe actuar el individuo y explica, por lo tanto, gran parte del malestar y las enfermedades de esa zona del cuerpo humano regida y controlada por determinado centro. Quisiera agregar los siguientes puntos a la información ya dada:
Las fuerzas responsables del despertar de los centros son innumerables. La principal es la fuerza de la evolución misma, además del anhelo, inherente o innato, de ir adelante hacia esa mayor inclusividad que reside en todo ser individual. Este aspecto secundario del principio evolutivo debe ser analizado detenidamente. Durante un período muy extenso nos ocupamos de desarrollar el aspecto forma de la naturaleza, a fin de que sea cada vez más sensible a su medio ambiente, construyendo así un mecanismo que va perfeccionándose. Pero debe acentuarse la doble idea (o debería decir realidad, porque eso es) del desarrollo acrecentado de la capacidad de ser incluyente y la realidad de la existencia del factor interno, el Yo, lo cual hace posible que el desarrollo sea constante. Desde el punto de vista del estudiante ocultista, tres ideas residen detrás de esta creencia:
Quise aclarar adecuadamente estos puntos porque tienen una definida conexión con el tema que concierne a las dificultades síquicas del hombre moderno. Dichas dificultades aumentan rápidamente y causan mucha angustia en quienes creen que el desarrollo de los poderes síquicos inferiores constituye un obstáculo para el verdadero desarrollo espiritual. Ciertos místicos creen que estos poderes indican un don divino y garantizan la realidad de su esfuerzo, y otros, que significa no estar en gracia de Dios. Por lo tanto, me parece que un análisis de estos poderes, su correcta ubicación [e424] en el sendero del desarrollo y la comprensión de la diferencia que existe entre los poderes superiores y los inferiores, será de mucho valor y permitirá a los estudiantes, en el futuro, seguir adelante con mayor seguridad y conocimiento. Estarán así más seguros de la naturaleza de los contactos que perciben y de los medios por los cuales estos contactos pueden ser establecidos y encarados. La idea principal que quisiera recordarles es el desarrollo de la Inclusividad. Inclusividad es la característica sobresaliente del alma o yo, sea el alma de un hombre, la naturaleza sensible del Cristo cósmico o el ánima mundi, el alma del mundo. La inclusividad tiende [i557] hacia la síntesis, y puede observarse cómo actúa ya en un punto definido de la realización del hombre, porque él incluye en su naturaleza todas las adquisiciones de los precedentes ciclos evolutivos (en otros reinos de la naturaleza y en ciclos humanos anteriores), además de la potencialidad de una mayor inclusividad futura. El hombre es el macrocosmo del microcosmo; las adquisiciones y las propiedades peculiares de los otros reinos de la naturaleza le pertenecen, porque se han convertido en facultades de conciencia; sin embargo, está circundando por y es parte de un macrocosmo aún mayor, y debe ser cada vez más consciente de ese Todo mayor. Dejen que la palabra inclusividad rija sus pensamientos, a medida que leen la instrucción que aquí imparto sobre los poderes síquicos y su efecto. La otra idea sobre la cual quiero llamarles la atención es que el ser humano tiene el poder de ser incluyente en muchas direcciones, del mismo modo que se puede trazar una línea desde el centro del círculo a cualquier punto de la periferia. Debe recordarse que durante casi toda la vida y en la parte más importante de su experiencia humana, sigue siendo el actor dramático que domina el centro del escenario y se ve desempeñando el papel estelar; siempre es consciente de su actuación y de cómo reacciona a esa actuación. Cuando el hombre era poco más que un animal, y estaba en ese estado que anteriormente denominamos conciencia lemuriana y la primitiva conciencia atlante, vivía irreflexivamente; la vida se desplegaba ante sus ojos como un panorama; se identificaba con los episodios descritos y no conocía la diferencia que existía entre él y lo que aparecía en el panorama; simplemente observaba, desempeñaba su pequeño papel, comía, se reproducía, reaccionaba al placer y al dolor, y raras veces o nunca, pensaba o reflexionaba. Le sigue el período familiar para todos nosotros, donde el hombre se convierte en el centro dramático de su universo -viviendo, amando, planeando, actuando, consciente de su auditorio [e425] y de su medio ambiente, [i558] demostrando en su máxima capacidad las posteriores características atlantes y las actuales características arias. Es inteligentemente consciente de su poder y conoce pocos de sus poderes; es una personalidad funcionante y (debido a que la mente controla o comienza a controlar) los poderes del animal inferior y el psiquismo atlante, que lo han caracterizado, comienzan a desaparecer. Pierde esos poderes inferiores, aunque no ha desarrollado todavía los superiores. De allí la reacción que se observa en todas partes en la actualidad, hacia los poderes tales como los de la clarividencia, la clariaudiencia, etc., por eso los intelectuales del mundo los consideran totalmente fraudulentos. Después viene la etapa mística donde el ser humano evolucionado, el aspirante y el discípulo, perciben la existencia de otro reino de la naturaleza que debe ser conquistado, el reino de Dios, con su propia vida y fenómenos; registra la existencia de otros poderes que él puede desarrollar y utilizar si así lo desea y está dispuesto a pagar el precio; reconoce que puede incluir una esfera más amplia del ser en su propia conciencia, si se deja conquistar por ella. Se deduce de lo anterior que existen dos grupos de poderes latentes en el equipo humano -el poder inferior es recuperable, si se cree deseable, y el superior debe ser desarrollado; estos dos grupos son:
Sin embargo, debe recordarse que todos los poderes síquicos son facultades, capacidades y poderes del Alma Una, pero algunos son, en tiempo y espacio, expresiones de la conciencia o alma animal, otros lo son del alma humana y aún otros del alma divina. La siguiente clasificación de los poderes síquicos en desarrollo, a medida que se fusionan en la conciencia de los tres reinos de la naturaleza, podrá ser de utilidad aquí, si se hace un cuidadoso estudio de las relaciones inferidas: [e426]
Extracto Nº 1:
Aquí podrá observarse que no se han agregado los dos planos de abstracción, el búdhico y el átmico, lo cual se debe a que marcan un grado de realización que corresponde a los iniciados de grado más elevado que el de adepto, y está más allá del alcance del ente humano en evolución, para el cual se ha escrito este tratado. En bien de la claridad podríamos clasificar aquí los cinco diferentes aspectos que corresponden a los cinco sentidos en los cinco planos, a fin de que sus analogías puedan ser fácilmente percibidas, utilizando la anterior tabulación como base:
Extracto Nº 2: El oído da la idea de la dirección relativa y permite al hombre ubicarse en el esquema y localizarse. El tacto da la idea de la cantidad relativa y le permite fijar su valor relativo respecto a otros cuerpos foráneos. La vista da la idea de la proporción, y permite ajustar los movimientos a los de los demás. El gusto da la idea de los valores y le permite valorar lo que le parece mejor. El olfato da la idea de la cualidad innata y le permite buscar aquello que lo atrae, por ser de la misma cualidad o esencia que él. En todas estas definiciones es necesario tener en cuenta que el objetivo de los sentidos consiste en revelar al no-yo y capacitar al Yo para diferenciar entre lo real y lo irreal. Extracto Nº 3: Estos tres sentidos mayores (si puedo describirlos así) están cada uno definidamente vinculados con uno de los tres Logos: El oído. - El reconocimiento de la palabra cuádruple, la actividad de la materia, el tercer Logos. El tacto. - El reconocimiento del séptuple Constructor de la Forma, el conjunto de fuerzas, su aproximación e interrelación, el segundo Logos. La Ley de Atracción entre el Yo y el no-yo comienza a actuar. La vista. - El reconocimiento de la totalidad, la síntesis de todo, la comprensión del Uno en los Muchos, el primer Logos. La Ley de Síntesis que actúa entre las formas que ocupa el yo, [i563] y el reconocimiento de la unidad esencial de toda la manifestación por medio de la vista. Extracto Nº 4:
Un detenido estudio de lo anterior proporcionará al estudiante de mente abierta dos puntos básicos que haría bien en considerar: [e429]
Una vez que se haya captado esta idea, la actitud del escéptico y del incrédulo cambiará y verán (a medida que estudian estos poderes inferiores) que cuando se los comprende y utiliza correctamente pueden ser caminos directos de acercamiento para alcanzar ciertos estados de existencia, que son incidentales a, pero no sustitutos de los poderes superiores. Quisiera presentar otros dos puntos para que los consideren: Primero, que el hombre o mujer, que expresa o se interesa por tales poderes inferiores (que el filósofo oriental denomina siddhis inferiores), demuestran verdaderos poderes. Sin embargo, no son los poderes más elevados posibles de alcanzar, y tampoco los que la humanidad está destinada a expresar, excepto en el punto inferior de la evolución, estando por lo tanto íntimamente aliados al reino animal, o en el punto también más elevado, en cuyo caso los poderes mayores incluyen automáticamente a los menores. Los poderes síquicos inferiores son compartidos por el reino animal y por todas esas razas humanas que están muy abajo en la escala de la evolución humana. Esto es una realidad y un enunciado que despierta mucho antagonismo entre los actuales exponentes de dichos poderes, tanto dentro como fuera de los movimientos ocultistas y espiritistas. Tales personas están propensas a considerar que estos poderes indican una condición espiritual avanzada, o una posesión rara y excepcional, y adjudica a quienes los poseen una mayor inteligencia y capacidad, que las del ser humano común, para aconsejar y dirigir a otros seres humanos. Esta actitud es demostrada por esas personas que pueden hablar a grandes auditorios y por la disposición del gran público a escucharlos y pagar por [e430] el privilegio de oírlos y el beneficio que pueden obtener de sus consejos. Segundo, la dificultad de esta situación se agrava porque, a medida que continúa la evolución, ciertas personas, [i565] más o menos evolucionadas, recuperan las antiguas tendencias y capacidades animales a medida que desarrollan el poder de ser incluyentes, comenzando a expandir su conciencia, quedando dentro del campo de su percepción el pasado y el futuro. Sabiendo que aspiran a cosas más elevadas y al mundo de la realización mística (en contraposición a la realización física), pueden interpretar algún episodio que hayan captado clarividentemente, como que les atañe individualmente; creen que un mandato o acontecimiento recibido en forma clariaudiente les pertenece exclusivamente, y que alguna visión de una forma mental del Cristo o la de algún Maestro, significa una entrevista directa y personal con estos guías avanzados. Entran así en un mundo de espejismo y de ilusión, del que finalmente deben desembarazarse con gran dificultad. Quisiera también llamarles la atención sobre el hecho de que las líneas de demarcación de dichos estados de conciencia animal humanos y divinos, no son tan nítidos como en nuestra clasificación. Su reconocimiento llamará la atención sobre la complejidad del asunto y evidenciará cuán difícil es nuestro tema. Creo que esta complejidad puede muy bien ser demostrada si estudiamos la forma de emplear la palabra telepatía. Generalmente hoy se la emplea para definir dos poderes:
Sin embargo, la verdadera telepatía es una comunicación mental directa entre una mente y otra, y su expresión más avanzada es la comunicación entre un alma y otra, empleando después la mente para formular la comunicación, como en el caso de la
En los dos últimos casos el verdadero hombre utiliza sus poderes latentes, elevándolos al nivel más alto posible y subordinándolos para ser utilizados por la mente y el alma. La diferencia [i567] que existe entre el empleo del poder de manifestar la clarividencia y la clariaudiencia consiste en que, en este caso, hay pleno control y comprensión mentales y, en el otro, se usan automáticamente y sin control los poderes inferiores, se los aplica a cosas sin importancia y quien los utiliza no los comprende en absoluto. Uno de los sentidos fundamentales, como bien saben, es el del tacto. Ésta es la razón de por qué no he ubicado la sicometría en una categoría determinada en la clasificación de los instintos, sentidos y poderes. La sicometría es esencialmente la capacidad de trabajar y hacer contacto con el alma del grupo superior al cual aspira llegar el ente del grupo inferior y también con el alma de quien así aspira. En realidad concierne al grado de inclusividad alcanzado, el cual regirá la relación que existe, por ejemplo, entre un perro u otro animal doméstico y un ser humano, entre un hombre y otro, y entre un aspirante y su alma, su Maestro y su grupo. Cuando esta inclusividad sicométrica va dirigida hacia el mundo de las cosas tangibles -es decir, minerales, pertenencias personales u otros objetos materiales- tendemos a hacer de ella un espectáculo mágico, cobrando dinero por la demostración del poder de sicometrizar. A esto, entonces, se lo denomina ciencia de la sicometría. Sin embargo, es el mismo poder dirigido hacia los reinos inferiores, tal como se aplica para hacer contacto con lo [e432] superior. Hay tres grupos de personas que consciente o inconscientemente emplean los poderes síquicos inferiores:
Todos estos casos revelan el plano astral. Aquí podría afirmarse que donde existe color, forma y fenómenos análogos o réplicas de lo que hay en el plano físico, se ve el fenómeno duplicado en el plano astral. Cuando se materializan formas en el plano físico se observa una actividad análoga en los planos astral y etérico. No existen fenómenos en los niveles mental o del alma. Esto deben recordarlo siempre. El plano astral -en tiempo y espacio y para todos los fines y propósitos- es un real estado de existencia más un mundo de formas ilusorias creadas por el hombre mismo y su imaginación creadora. Una de las principales lecciones que se ha de aprender en el Sendero del Discipulado es saber diferenciar lo real de lo ilusorio. ¿Qué ve y oye el médium cuando se halla en trance, o cuando hace una exhibición de clarividencia o clariaudiencia? Existen varias posibilidades, que podrían enumerarse como:
No intento sembrar dudas sobre la honestidad de las sesiones, ni sobre esos mediums que nacen con los dones de la clarividencia y clariaudiencia. Sólo hago notar que el fenómeno con el cual hacen contacto es de naturaleza astral, y cualquiera que observe una sesión, desde el punto de vista Sin embargo, cuando el místico desarrolla estos mismos poderes, como sucede a veces, los fenómenos que ve y las palabras que oye pueden ser de un orden muy elevado, y a pesar de ello aún son astrales, porque conciernen a acontecimientos y fenómenos que pertenecen a los niveles superiores del plano astral. Entra en contacto con la vida de deseo espiritual o religiosa de la raza, y de acuerdo a la tendencia básica de su aspiración individual en ese momento, así serán sus contactos. Si es un dedicado y devoto cristiano verá allí una de las formas mentales hermosas y vitales del Cristo y ante la maravilla de esa revelación se despertará el amor y la imaginación, y lo mejor que hay en él será evocado como adoración y misterio. A esto se deben los escritos inspirados y las visiones iluminadas del místico. Si es hindú se le [i571] aparecerá la visión del Señor de Amor, Shri Krishna; si es budhista verá en todo su esplendor al Señor de la Luz, el Buddha. Si es un estudiante de ocultismo, un teósofo o un rosacruz, tendrá la visión de uno de los Maestros o de la entera Jerarquía de adeptos; podrá oír palabras que le harán creer más allá de toda controversia, que los Grandes Seres lo han elegido para acordarle un especial privilegio y prestar un servicio excepcional. Sin embargo, su conciencia nunca ha salido del plano astral y sus contactos sólo han sido una manifestación maravillosa e inspiradora de los fenómenos de ese plano, que llegaron a su visión y oído internos debido a su aspiración. Todo esto se lleva a cabo por la hiperactividad del plexo solar, estimulado por la energía que afluye desde las alturas alcanzadas en la meditación aspiracional. Los resultados son de naturaleza muy emocional y las reacciones que se desarrollan y el consiguiente servicio que se presta es en los niveles emocionales. Gran parte de esto puede observarse en los instructores que hay actualmente en muchos países, los cuales han sido y son verdaderos aspirantes y han despertado conscientemente en los niveles superiores del plano astral. Allí, en esos núcleos, vieron las formas mentales que la humanidad ha creado de la Jerarquía espiritual o Su reflejo (un grupo aún más poderoso de formas mentales), y oyeron repeticiones de lo que han dicho y pensado los aspirantes del mundo en todas las épocas -todo lo cual es muy bello, bueno y verdadero. Después de eso se dedican a enseñar y proclamar lo que han oído, visto y aprendido y por lo general hacen mucho bien -en los niveles astrales. Como quiera que sea confunden el reflejo con la realidad la reproducción con el original, y lo que ha sido construido humanamente con lo que ha sido creado divinamente. [e435] Recuerden que en el plano astral es donde el hombre debe [i572] aprender a distinguir lo verdadero de lo falso, lo real de lo irreal. Quienes son engañados por aquél, están aprendiendo la lección necesaria. La realidad de la existencia del plano astral está siendo reconocida constantemente, lo cual es muy bueno. La realidad de la existencia de la Jerarquía espiritual y de los Maestros está siendo llevada a la atención de las masas por quienes confunden el reflejo y la forma mental con la realidad. Aquí cabe preguntarse: ¿Cómo puede evitar el místico este error y confusión? ¿Cómo puede distinguir entre lo real y lo ilusorio? Esto constituye el problema individual de cada místico, y no existe una regla profunda ni científica con la cual pueda guiar sus reacciones. Las únicas reglas que puedo dar son tan sencillas que quienes están abocados hoy a difundir y enseñar aquello con lo que han hecho contacto astralmente, no les agradaría seguirlas. La actitud mental que protegerá al místico, del error y la ilusión astrales, es:
Estamos considerando el desarrollo de los poderes síquicos que producen condiciones con el sujeto, clasificados por el investigador ortodoxo como patológico, o que indican desórdenes psicológicos graves. Sin embargo, se acerca el momento en que se reconocerá actualmente el hecho de que hay otros métodos de percepción además de los sentidos físicos, y la actitud adoptada por la ciencia médica, psiquiátrica y neurológica, sufrirán cambios Entre estas etapas de vida síquica de grado inferior y la percepción espiritual del iniciado existen todos los tipos posibles de percepción consciente, que pueden dividirse en tres categorías principales:
La etapa del Misticismo. La etapa del Ocultismo. Estas manifestaciones del conocimiento divino están vinculadas con, y dependen del desarrollo de los centros. En los seres humanos de grado inferior los centros solo son discos de tenue luz que palpitan y giran lentamente. En los días lemurianos el centro sacro era el más activo y brillante. En los días atlantes el centro plexo solar era muy significativo. En la actualidad, como bien saben, las analogías superiores están entrando en actividad funcionante y la humanidad comienza a recoger los beneficios derivados de la experiencia obtenida en tres razas -la Lemuriana, la Atlante y la Ariana. En la mayoría de los casos el centro laríngeo es hoy el más activo y significativo. Sin embargo, llegará el momento en que la humanidad actuará en amplia escala y en forma masiva por medio del centro ajna; esto sucederá en la próxima raza; en el próximo gran ciclo de desarrollo racial no existirán personas con conciencia lemuriana, y la atracción o la actividad del centro sacro disminuirá grandemente y habrá sido controlada. Esto ya puede observarse entre los intelectuales de la raza. El estado de conciencia atlante (que principalmente funciona por medio del plexo solar) también habrá disminuido grandemente, a medida que se va despertando el centro cardíaco. Entonces la humanidad luchará con las dificultades y las dolencias patológicas y psicológicas basadas en las influencias y condiciones grupales y no tanto en el desarrollo individual del hombre. El comienzo de esto puede ya observarse en su fase más inferior en el surgimiento actual de lo que se llama ''sicología de la masa" -algo que prácticamente no se conocía (excepto en los centros urbanos) unos siglos atrás. El estado de conciencia ariana, su capacidad de coordinar y su énfasis mental, controlarán la masa de los pueblos, porque en la raza venidera el estado de conciencia emocional atlante será para la humanidad lo que el tipo de grado inferior o lemuriano es para el ariano en la actualidad. Entonces las masas estarán en la categoría de los intelectuales, mientras que los intelectuales de hoy serán los intuitivos del mañana. En lenguaje místico las masas estarán en el sendero de probación y la elite de la raza se hallará en el sendero del discipulado También serán muy numerosos los iniciados y adeptos, que están actualmente en encarnación, a fin de llevar a cabo el trabajo exteriorizado de la Jerarquía. Prevalecerán en el mundo individuos que serán personalidades totalmente integradas, poseyendo todas las virtudes (y por consiguiente todos los vicios), ambiciones y problemas incidentales a esa etapa de percepción. Por esta razón la Jerarquía trabaja actualmente para llevar a cabo la fecundación de la raza por medio del principio cósmico del amor, a fin de que el amor y el intelecto puedan ir a la par y equilibrarse mutuamente, y es también por esta razón que la realidad de la existencia de la Jerarquía espiritual debe ser llevada a la atención de las masas. Esto debe hacerse con el fin de acrecentar el poder magnético del aspecto amor del esfuerzo jerárquico y no de despertar el temor o pavor, pues pertenece al antiguo orden y debe desaparecer, Podría referirse aquí a la actividad paralela que desarrollan las fuerzas que trabajan para evitar la exteriorización de la Jerarquía de la Luz, pues un acontecimiento de esta naturaleza significaría acrecentado poder -que ya ha sido comprobado. Como bien saben, en los planos mental y astral existen [i577] centros oscuros, así denominados, debido a que el énfasis de su actividad se ha puesto sobre el aspecto material de la manifestación y en la actividad de la sustancia material, y toda la energía está subordinada a los propósitos estrictamente egoístas. Como ya he dicho, las Fuerzas de la Luz trabajan con el alma que está oculta en todas las formas. Se ocupan de los propósitos grupales y de fundar el reino de Dios en la tierra. Las fuerzas oscuras trabajan con el aspecto forma de la manifestación y tratan de fundar un centro controlador que será exclusivamente de ellas y subyugarán a las formas vivientes de todos los reinos para sus peculiares mandatos. Ésta es la antigua historia familiar, en fraseología bíblica, de los reinos del mundo y del reino [e439] del Cristo, del poder del antiCristo y el poder del Cristo. Esto produjo una gran encrucijada en los días atlantes y, aunque triunfó la Jerarquía de la Luz, fue sólo por un pequeño margen. La batalla se libró en el plano astral, aunque tuvo su analogía en el plano físico en un gran conflicto mundial, según narra una antigua leyenda y culminó en la catástrofe del diluvio. Las simientes del odio y de la separatividad fueron fomentadas desde entonces, y los tres métodos con los cuales las fuerzas de la oscuridad tratan de dominar a la humanidad son el odio, la agresión y la separatividad. Las tres grandes contrapartes espirituales son amor, participación altruista y síntesis. Sin embargo, el aferramiento de las fuerzas que trabajan contra el principio viviente del amor (personificado en la Jerarquía) no gana terreno en la actualidad, porque la respuesta de la humanidad a lo que es bueno y sintético, es mucho más rápida y general de lo que fue hace unos cuantos cientos de años. Hay muchas razones para esperar que el control indeseable vaya disminuyendo constantemente. Las fuerzas oscuras están regidas en el plano físico por un grupo de seis guías orientales y seis occidentales. Los orientales son más poderosos porque [i578] racialmente son los más antiguos y tienen, por lo tanto, mucha experiencia. Trabajan intensificando el espejismo y estimulando los poderes síquicos inferiores. Su particular punto de ataque es, en la actualidad, el grupo de discípulos e iniciados del mundo, pues los iniciados son los responsables de fomentar el amor en el mundo y de unir a los hombres en un espíritu de unidad. Si las fuerzas malignas no tienen éxito en esa tarea, entonces será posible la exteriorización de la Jerarquía y disminuirá grandemente el control que ejercen las seudo fuerzas malignas. Si ellas no pueden hacer que sucumban a cierta forma de espejismo, los discípulos de todas partes, individual o grupalmente, entonces tratarán de utilizar el espejismo grupal para contrarrestar sus esfuerzos y obligar, a aquellos con quienes trabajan los discípulos, a pensar mal, a impugnar sus móviles y a narrarles una historia tan convincente que el esforzado discípulo casi tendrá que luchar sólo. Si no pueden lograrlo entonces atacarán los cuerpos físicos de los trabajadores y agentes de la Jerarquía y procurarán, por la angustia del cuerpo físico, controlar lo que el discípulo produce. Esto no siempre tiene éxito y el Maestro frecuentemente puede proteger y protege a Su discípulo. Las fuerzas oscuras trabajan también intensificando o estimulando el mecanismo síquico, a fin de que los poderes síquicos inferiores se desarrollen prematura y anormalmente, hasta [e440] asumir proporciones casi incontrolables. Esto sucedió en amplia escala en la época atlante y condujo a que fuera revelado todo el plano astral, pero no fue comprendido. Sus potencias indeseables fueron liberadas sobre el plano físico, lo cual condujo a la guerra entre dos grandes escuelas de los misterios -la de la Luz y la de la Oscuridad que culminó con la destrucción del mundo entonces conocido. En la actualidad estas potencias, la de la luz y la de la oscuridad, nuevamente luchan por la manifestación y la supremacía en el plano físico, pero esta vez [i579] el resultado es vastamente distinto. El esfuerzo por establecer contacto con el alma u obstaculizarlo se manifiesta en forma de enfermedades nerviosas y condiciones patológicas que afectan poderosamente la actividad grupal del hombre. El esfuerzo realizado por las fuerzas oscuras para estimular los poderes síquicos inferiores parece que no puede penetrar en la materia y la forma más allá de los vehículos etéricos, pero sí desde allí condicionar fisiológicamente al cuerpo físico por medio de enfermedades, lesiones, desórdenes nerviosos y trastornos cerebrales y las diversas y numerosas formas de incapacitar e inutilizar al ser humano para enfrentar la vida diaria y las condiciones mundiales modernas. Pero la naturaleza mental ha llegado a la etapa en que puede servir de protección, pues algunas de las grandes barreras protectoras que hoy se erigen alrededor de la humanidad son el escepticismo y la negación de la existencia y el valor de los poderes síquicos. Esto es algo que debe recordarse. Repetidas veces he empleado la frase el despertar prematuro de los poderes síquicos. Con ello quiero significar el desarrollo anormal de la clarividencia y de la clariaudiencia, a tal extremo que los niveles inferiores del plano astral quedan revelados, aunque el que los posea no pueda controlar ese sutil fenómeno del oído y la vista ni interpretar correctamente lo que ve y oye. En las primitivas etapas del animal o del salvaje, estas facultades son frecuentemente normales y no hay reacción mental de ningún tipo, por lo tanto tampoco indebida tensión sobre el sistema nervioso y el cerebro. Tenemos aquí lo que podría denominarse una llana pasividad sin emociones, en esa condición que se produce por falta total del sentido interpretativo y de la actitud dramática y autoconsciente del hombre que comienza a emplear la mente. En cuanto la conciencia del Yo predomina, entonces la posesión de estos poderes síquicos inferiores se convierte en un obstáculo y una complicación. Momentáneamente deben ser relegados a segundo término, [i580] a fin de que el principio [e441] pueda afirmar su control y la vida del alma afluir y expresarse en forma sensata y reflexiva en el plano físico. Relegar los poderes síquicos a un lugar debajo del umbral de la conciencia es el propósito del desarrollo proyectado para la raza ariana. Quisiera que observaran que empleo la palabra ariana en contradicción con la mayoría de las razas que viven en Asia. Generalizando, podrían hoy clasificarse en tres grupos:
Los judíos forman un grupo donde el principio de separatividad es muy pronunciado. Durante épocas han obedecido terminantemente los mandatos del Antiguo Testamento y han insistido en considerarse un pueblo privilegiado. En el transcurso de los siglos se han mantenido apartados de los demás pueblos del mundo. Ahora, como resultado de ello, evocan, de las razas entre las cuales están diseminados, el correspondiente deseo de obligarlas a mantenerse apartadas. De acuerdo a la ley, extraemos de los demás lo que está presente en nosotros, y dicha ley no exceptúa a ninguna raza o nación. Mediante la interrelación de los judíos y los gentiles, de los semitas y los arios y la solución del [i581] problema judío, desaparecerá la gran herejía de la separatividad. La raza ariana no está destinada a ser una raza síquica. Su meta consiste en que predomine la naturaleza mental. Esto no podría tener lugar si la derivación de las fuerzas que afluyen al mecanismo humano, fuera en dirección al plexo solar -el centro principal que rige el desarrollo síquico inferior. Así como hoy se llevan a cabo ciertas trasferencias de los centros que están debajo del diafragma a los que están arriba del mismo, análogamente el plexo solar (semejante al cerebro que controla al animal y al hombre físico emocional) dejará de controlar las actividades del ser humano y en su reemplazo el cerebro deberá convertirse en el asiento del agente rector. Nuevamente generalizando, existen tres factores principales controladores de la vida del ser humano: [e442] La etapa del desarrollo síquico. La etapa del desarrollo mental. La etapa en que el alma controla. En esta última etapa entran en actividad las facultades síquicas superiores y pueden utilizarse nuevamente los poderes inferiores, si se considera deseable. El iniciado ejerce pleno control sobre sus facultades y poderes y sabe cómo y cuándo debe emplearlos con provecho y con el menor gasto de energías. Las dificultades síquicas, que oportunamente se acrecentarán, se agrupan en tres categorías generales: [i583]
Se podría indicar ahora que la aspiración y el desarrollo místico son el camino para evadir los aspectos superiores de la conciencia atlante. En sí es de naturaleza astral. [i585] La ciencia y el ocultismo son el camino para evadir la expresión superior de la mente concreta y de la conciencia ariana de naturaleza mental. La sensitividad o sentido síquico del tacto, es de naturaleza etérica; se expresa generalmente en todos los sujetos y con el tiempo debe ceder su lugar a esa impresionabilidad espiritual que permite al hombre, como al Cristo, simplemente saber lo que existe en sus semejantes, percibir la situación en que se encuentran y la condición de la vida que existe en todas las formas. Éste es el primer paso para alcanzar la llave espiritual y universal de la cual la sicometría es la expresión inferior. En el párrafo anterior y en las distintas diferenciaciones he dado mucho para reflexionar y he indicado las secuencias del desarrollo individual, racial y universal. Si ampliamos estas ideas hasta sus significados planetarios (que para ustedes podría ser interesantes, pero de ningún valor), agregaría que: [e445]
Consideraré ahora cómo puede ser detenido temporariamente el abuso de los poderes síquicos inferiores hasta que llegue el momento en que el iniciado trate de utilizarlos con pleno control y conciencia. La dificultad primordial del síquico natural y del hombre que ha nacido médium es su incapacidad de controlar inteligentemente los fenómenos que se ponen en evidencia. La falta de control sobre los poderes síquicos se considera muy indeseable. La falta de control síquico también debe considerarse en la misma categoría. El [i586] médium puede estar en trance, o expresar sus poderes síquicos por medio del estímulo por el contacto establecido con el grupo de asistentes de una sesión o de un numeroso auditorio. En otros casos vive continuamente en la zona limítrofe de la conciencia que existe entre los planos físico, síquico y astral. Esto puede modificarse siempre que el médium lo desee, lo que es muy raro en verdad, y realizarse únicamente de tres modos:
Existen tres antiguas reglas que -en el último período del ciclo atlante- fueron dadas por los Adeptos de esa época a [i587] Sus discípulos. Debe tenerse en cuenta que el problema que encaraba la Jerarquía entonces, consistía en poner temporariamente el énfasis síquico, que en aquel tiempo era normal, e iniciar la afluencia de fuerzas a la parte superior del cuerpo. Estas tres reglas pueden vincularse mentalmente con los tres métodos mencionados anteriormente
Estas reglas parecen sencillas y familiares, pero son muy difíciles de seguir, especialmente en el caso del síquico común, y ello por dos razones: primero, porque no desea perder el poder que dichos poderes le otorgan y, segundo, porque, por regla general, su percepción mental está tan poco desarrollada que el esfuerzo por transferir su conciencia a los niveles superiores de expresión resulta una tarea demasiado ardua. Pero cuando la voluntad está activa y donde se percibe el peligro si se continúa trabajando en los niveles astrales inferiores, entonces se hará a su debido tiempo el esfuerzo necesario. [i588] Las reglas anteriores son aplicables al síquico que tiene la voluntad y la inteligencia suficientes para cambiar su orientación y tipo de trabajo. Pero ¿qué debe hacer el hombre que se ha deslizado en los caminos peligrosos del psiquismo inferior y posee conciencia aria y no atlante? ¿qué puede hacer cuando el centro [e447] del plexo solar está excesivamente activo y ha abierto totalmente puerta al plano astral? Tratará de cerrarla y de funcionar normalmente; desconfiará y temerá a sus poderes síquicos de ver y oír. No existe una regla específica de conducta, porque mucho depende de la causa originante, pero sugeriré varias reglas y normas terapéuticas de conducta.
Cuando surgen desórdenes síquicos en el místico avanzado, en el discípulo o en el estudiante ocultista, la forma de encararlos debe ser más definidamente científica, porque la dificultad está muy profundamente arraigada debido a que la mente está más implicada. Trabajar exclusivamente con los centros ubicados a lo largo de la columna vertebral y en la cabeza, es correcto, pero debe llevarse a cabo bajo una cuidadosa vigilancia. No puedo dar aquí los ejercicios que conducen a
La finalidad de este tratado, que será muy leído por la próxima generación, es llegar al público. Si diera aquí dichos ejercicios los lectores podrían experimentar con ellos, y lo único que lograrían sería dañarse a sí mismos. La Ciencia de la Respiración, ciencia del laya yoga o ciencia de los centros, tiene profunda importancia, y también constituye un serio peligro. En último análisis es la Ciencia de la Energía, y enseña el método para controlar la energía, dirigirla y utilizarla, a fin de expandir la conciencia, establecer correctas relaciones entre el hombre y su medio ambiente y, ante todo (en lo que respecta a los miembros de la Gran Logia Blanca), practicar magia blanca. Esta energía pránica actúa a través del cuerpo vital y corre por los innumerables nadis que allí existen. Hay millones de ellos y son diminutos canales de fuerza que subyacen en todo el sistema nervioso del hombre. Constituyen la contraparte de ese sistema y son el factor animador, hacen posible la sensibilidad e inician la acción y la reacción que convierte el mecanismo de un hombre en un complicado receptor de energía y director de fuerza. Cada [i592] una de estas diminutas líneas de energía es de naturaleza quíntuple y se asemejan a cinco hilos o fibras de fuerza, compactamente tejidas dentro de una envoltura de distinta fuerza, las cuales están en forma transversal ligadas entre sí. Además se ha de observar que estos cinco tipos de energía forman cada uno una unidad compactamente tejida, constituyendo en su totalidad la envoltura etérica. A través de estos cinco canales fluyen cinco pranas principales energetizando, activando y controlando todo el organismo humano. No existe parte [e450] del cuerpo físico en el cual no se encuentre ni subsista esta red de energía, lo cual constituye la verdadera forma o sustancia. Cuando las líneas de fuerza se cruzan y entrecruzan, a medida que repiten en el microcosmos los arcos involutivo y evolutivo del macrocosmos, se forman cinco zonas a lo largo de la columna vertebral y dos en la cabeza, donde las energías son más poderosas que en otra parte, porque allí están más concentradas. Así aparecen los centros mayores. Por todo el cuerpo se cruzan y entrecruzan y así viene a la existencia el equipo de los centros de energía:
Algún día se harán diagramas del cuerpo etérico y entonces se podrá ver la dirección general de dichas líneas de fuerza. El gran impulso de estas energías será evidente y se establecerá con mayor facilidad el grado de evolución, indicando infaliblemente el estado síquico. La complejidad del tema es sin embargo muy grande, debido justamente a esta diferencia del desarrollo evolutivo de los vehículos, al nivel alcanzado por la expansión de conciencia [i593] y a la receptividad del estímulo que posee el ser humano. La Ciencia de la Meditación con el tiempo absorberá a la ciencia del laya-yoga, pero sólo en la forma más elevada de esta yoga. La meta de la meditación es producir la libre acción de todas las fuerzas entrantes a fin de que no haya impedimentos para la energía entrante del alma, ni obstáculo o congestión alguna ni se carezca de poder -físico, síquico, mental y espiritual- en parte alguna del cuerpo. Esto significa que no sólo habrá buena salud y que se podrán utilizar plena y libremente todas las facultades, superiores e inferiores, sino que habrá contacto directo con el alma. Se renovará constantemente el cuerpo, característica de la expresión de la vida del iniciado o maestro, lo mismo que del discípulo, sólo que en menor grado. Producirá una expresión rítmica de la vida divina en la forma. Cuando el adepto observa en forma clarividente al aspirante o discípulo, se origina:
A medida que prosigue la evolución y las fuerzas vitales fluyen más libremente por los nadis a través de los centros -mayores, menores y diminutos- aumenta la rapidez de la distribución, de la afluencia y de la consiguiente radiación del cuerpo. Las paredes divisorias dentro de la envoltura que cubre a los minúsculos canales de fuerza, eventualmente se desintegran (bajo el impacto de las fuerzas del alma) y desaparecen, y así los nadis del discípulo avanzado adquieren una nueva forma, lo cual indica que ya es, en consecuencia y esencialmente, doble y por lo tanto una personalidad integrada. Es alma y personalidad. La fuerza del alma puede fluir sin impedimentos a través del canal central del nadi y las demás fuerzas pueden hacerlo libremente a su alrededor. Mientras se lleva a cabo este proceso y se fusionan las fuerzas dentro de los nadis formando así una sola energía, aparecen las enfermedades del místico, particularmente las que se relacionan con el corazón. Simultáneamente con la aparición de la dualidad en los nadis, el discípulo es capaz de utilizar los dos canales -ida y pingala- que están ubicados a lo largo de la columna vertebral, a cada lado del canal central. Ya puede ascender y descender libremente la fuerza por estos dos senderos de fuerzas y pasar así externamente a los nadis, empleando la zona alrededor de cualesquiera de los centros mayores como zonas de distribución, energetizando a voluntad para que entre en actividad cualquier parte del mecanismo, o para que todo el mecanismo inicie una actividad coordinada. El discípulo ha llegado a la etapa de desarrollo donde la trama etérica, que separa a los centros a lo [e452] largo de la columna vertebral, ha sido consumida por los fuegos de la vida. [i595] El sushumna o canal central, puede entonces utilizarse lentamente. Esto va a la par de ese período en que afluye libremente la fuerza proveniente del alma a través del canal central de los nadis, que oportunamente entra en plena actividad. Todo esto lo puede ver el ojo clarividente del Maestro. He dilucidado el tema detalladamente porque la práctica de los ejercicios de respiración, activa definitivamente las fuerzas que fluyen a través de los nadis y las reorganiza, por lo general, prematuramente. Acelera el proceso de derribar las barreras que separan a cuatro fuerzas de la quinta energía, y permite quemar más rápidamente las tramas etéricas protectoras a lo largo de la columna vertebral. Si esto sucede mientras el énfasis de la vida está puesto debajo del diafragma, y el hombre ni siquiera es un aspirante o una persona inteligente, se estimulará excesivamente la vida sexual y también se abrirá el plano astral, por lo cual sobrevendrán numerosos desórdenes y enfermedades físicas. Ocultamente dicho libera a los fuegos interiores y el hombre será destruido por el fuego; entonces no será (como está destinado a ser) la zarza ardiente que arde eternamente y nunca puede ser destruida. Cuando tiene lugar la destrucción por el fuego, mediante un proceso forzado y no está correctamente dirigido, inevitablemente habrá dificultades. Cuando el hombre se halla en el Sendero de Purificación o Probación, o en las primeras etapas del discipulado, en que el énfasis de su intención está puesto arriba del diafragma, entonces existe el peligro de desarrollar excesivamente el egotismo, de sobrestimular el centro cardíaco (con la consiguiente aparición de las diversas dolencias cardíacas y las distintas formas de emotividad producidas por las condiciones grupales) y contraer enfermedades relacionadas con la glándula tiroides y el cerebro, y también dificultades vinculadas principalmente con el cuerpo pituitario. Podría proporcionarles ciertos ejercicios de respiración que serían útiles para algunas personas, al tratar de reorganizar el cuerpo vital y por consiguiente el etérico, pero debido a los peligros que involucran para la mayoría de [i596] mis lectores, no es conveniente darlos. La antigua regla de que los aspirantes han de encontrar su camino a una escuela esotérica o de misterios, todavía es aplicable. Lo que puedo hacer -como ya lo he hecho- es proporcionarles ciertas directivas y enseñarles ciertas reglas seguras y generalmente muy conocidas, que sentarán las bases para realizar el trabajo más avanzado que debe llevarse a cabo bajo una cuidadosa supervisión personal. Por esta razón, una [e453] vez que haya pasado la actual crisis mundial, se deberán sentar las bases para las verdaderas escuelas esotéricas. Dichas escuelas todavía No existen. Hoy los aspirantes y discípulos trabajan en las escuelas esotéricas modernas (como la Escuela Arcana y la Sección Esotérica de la Sociedad Teosófica -para mencionar sólo dos de las más importantes) y allí aprenden algunas de las verdades fundamentales del esoterismo; comienzan a controlar la naturaleza emocional y de la mente; aprenden a purificar el cuerpo y a captar los postulados básicos de la Sabiduría Eterna. Entonces estarán bajo la dirección subjetiva de algún discípulo avanzado que conoce cuál es la próxima verdad necesaria y ha desarrollado en sí el sentido de contacto y el poder de la percepción intuitiva. Pocas personas, unas aquí, otras allá, trabajan definidamente dirigidas por uno de los Maestros. Sólo cuando hay dirección, conocimiento de los rayos que rigen al hombre y comprensión de las indicaciones astrológicas sobre el sendero de la vida del hombre, pueden darse algunas reglas verdaderas, pero peligrosas, que conducirán a:
Gran parte de las dificultades de los místicos y de los ocultistas en la actualidad se deben a que literalmente están jugando con fuego y [i597] no se dan cuenta de ello; tampoco mantienen la correcta u ordenada secuencia de desarrollo, como ha sido delineada anteriormente; llevan a cabo prácticas para las cuales no están todavía preparados, que no han sido modificadas de acuerdo al tipo de cuerpo occidental, y las siguen ciegamente sin comprender el proceso ni sus resultados. A no ser que se capte la regla fundamental de que la energía sigue al pensamiento, son inevitables los desastrosos resultados. Por ejemplo, el místico cuyo pensamiento está enfocado en el Cristo, considerando que Él se halla en alguna parte del cielo, pero fuera de sí mismo, cuya aspiración hace del Cristo el objetivo de todos sus deseos, frecuentemente se debilita y está físicamente enfermo. ¿Por qué sucede esto? Porque la energía que trata de penetrar en él y compenetrar todo su organismo, sólo llega hasta el centro cardíaco, siendo allí rechazada constantemente y expulsada del cuerpo físico por el poder rector de su pensamiento místico. Para él, el [e454] Cristo está en otra parte. Su pensamiento está fuera de sí mismo y en consecuencia la energía se escurre de su cuerpo. Entre los iniciados de hoy se discute mucho el problema de si la condición generalmente débil de la raza humana no se debe en parte al hecho de que la aspiración y los pensamientos del género humano han sido dirigidas constantemente a una meta externa y no (como debería haberse hecho) al centro de la vida y del amor, dentro de cada ser humano, lo cual ha agotado gran parte de la energía necesaria del hombre. A pesar de que se le ha enseñado durante siglos que el reino de Dios está adentro, los pueblos de Occidente no lo han aceptado ni han actuado sobre la premisa presentada, sino que han buscado la realidad en lo externo y han puesto su atención sobre la Personalidad de Aquel que les ha enseñado una verdad mayor. En ningún momento Él deseó ni buscó su devoción. El precio de esta distorsión de la verdad ha sido pagado repetidas veces con un cuerpo desvitalizado y con la [i598] incapacidad del místico común de vivir una vida concreta y, sin embargo divina sobre la tierra. Muy poco más puedo decir respecto a los problemas y a las dificultades que acarrean los poderes síquicos a medida que se desarrollan en la humanidad y en una vuelta más elevada de la espiral que en el pasado. A medida que prosigue la evolución, las facultades síquicas humanas y animales están disponibles para el discípulo. La humanidad ha elegido seguir adelante mediante el método de prueba y error, y por muchas razones es una elección sensata, pero muy lenta, y conduce a períodos de crisis y momentos de dificultades insoportables en la historia de la raza. En el caso del místico y del discípulo que tratan de controlar esos instintos innatos, el problema se agranda debido a que la vitalidad física de la raza es tan baja, muy poco comprendida y se cuida tan poco el cuerpo, que su poca salud libera los poderes inferiores más fácilmente que en el caso contrario. Por consiguiente se desarrollan prematuramente, antes de conocerse su función o naturaleza y de captarse las leyes que rigen su control. Sería iluminador si se admitiera esta afirmación; se progresaría mucho si se aceptaran las distintas premisas que he formulado como hipótesis valederas y se actuara de acuerdo a ellas. Como resultado se abriría la puerta a una nueva comprensión de las facultades síquicas, y con ello se enriquecería la psicología y la medicina. Entraremos ahora a dilucidar dos problemas relacionados con los poderes síquicos superiores, pero de un tipo más [e455] avanzado, que dependen del desarrollo mental más que de la conciencia del plexo solar. Problemas del Desarrollo de la Visión Mística. Este proceso de presentar la meta, de hacer contacto con el ideal y de visualizar los innumerables símbolos que velan al alma y [i599] describen pictóricamente el destino final y el propósito, constituyen la prerrogativa reconocida del aspirante místico. Como bien saben, en la literatura mística de las religiones del mundo proliferan las descripciones sobre dichas visiones, que abarcan desde el acercamiento sexual, en el Canto de Salomón o en los escritos de infinidad de místicos femeninos de la iglesia, hasta las asombrosas revelaciones hechas en los antiguos Puranas o en el Apocalipsis. Éstos abarcan toda la gama, desde la formulación de una vida de deseo de alto grado del místico, hasta la verdadera previsión del futuro de la raza, que se encuentra en las Escrituras proféticas. No tengo intención de entrar en detalles. Ha sido considerado por los sicólogos modernos y los instructores religiosos, y los escritores eclesiásticos ya los han tratado extensamente. Sólo quiero referirme a los efectos que dichas experiencias producen sobre el místico. También quiero pedirles que recuerden que estoy generalizando y no especificando. Las dificultades a que están propensos dichos místicos son cuatro:
Un estudio sobre la vida de los santos y los místicos revelará muchas de estas dificultades e incluso los casos relativamente raros donde se presta un servicio definido a la humanidad, cuyos móviles consisten frecuentemente (podría decir generalmente) en [e456] satisfacer un requisito u obligación, que sirva al místico y le otorgue una recompensa y satisfacción emocionales. Esta desvitalización fue a menudo tan excesiva que no sólo produjo debilidad nerviosa, trances y otros desórdenes patológicos, sino que a veces acarrearon la muerte. En la materialización de la visión en sustancia astral, en su desarrollo por el poder de la emoción (disfrazada como devoción) y en el fracaso del místico para entrar en el reino de la percepción mental, o expresar físicamente su sueño idealista, reside la raíz de la dificultad. El hombre es engañado por lo mejor que hay en él; es víctima de una alucinación que personifica lo más elevado que conoce; es vencido por el espejismo de la vida espiritual; no sabe distinguir entre la visión y el Plan, entre la elaborada irrealidad de las épocas de actividad mística y lo Real, que siempre permanece en el trasfondo de la vida del ser humano integrado. No olviden que la visión (del cielo, de Dios, del Cristo, de cualquier guía espiritual o de cualquier milenio) en la mayoría de los casos se funda en la existencia de los sueños y aspiraciones de los místicos, los cuales, durante el transcurso de las épocas, [e457] han abierto un camino místico, han usado la misma terminología y han empleado los mismos símbolos para expresar lo que sienten, aspiran y anhelan fervientemente. Todos sienten la misma realidad que se halla detrás del espejismo de la aspiración mundial. Todos revisten sus deseos y anhelos con las mismas formas simbólicas -el matrimonio con el Amado, vivir en la Ciudad Santa, participar de la misma visión estática de Dios, adorar la misma Individualidad deificada y amada, como el Cristo, el Buddha, Shri Krishna, caminar junto a Dios en el jardín de la vida, el jardín del Señor, alcanzar la cima de la montaña donde se encuentra Dios y todo es revelado. Éstas son algunas de las formas con que revisten su aspiración y satisfacen su sentido de dualidad. Estas ideas existen como poderosas formas mentales en el plano astral y [i602] atraen -como imanes- la aspiración del devoto que siglo tras siglo sigue el mismo sendero de ansiosa búsqueda al expresar imaginativamente una vida de deseos espiritual profundamente arraigada y un surgimiento externo y emotivo hacia la divinidad, descrito a veces como la elevación del corazón hasta Dios. Desvitalización e ilusión constituyen el historial del místico puramente emocional. Cuando este ciclo astral haya terminado y más adelante (probablemente en otra vida) él entre en un estado mental francamente agnóstico, se restablecerá el equilibrio y será posible un desarrollo más saludable. Los frutos verdaderos y valiosos de la experiencia mística del pasado nunca se pierden; la realización espiritual interna sigue latente en el contenido de la vida, para ser revividos más tarde en su verdadera expresión, pero la ambigüedad y el sentido de dualidad, oportunamente deben trasformarse en una definida claridad mental, el dualismo debe ser reemplazado por la experiencia de la unificación y las brumas deben desvanecerse. El místico ve a través de un cristal oscuro, pero algún día debe conocer como se lo conoce a él. En estos tiempos modernos, cuando la persona de orientación mística está bajo el cuidado de un sicólogo inteligente, se le debe aconsejar a éste que desarrolle suave y gradualmente en el paciente un período de duda que lo llevará, incluso, a un agnosticismo temporario. Como resultado se obtendría un rápido restablecimiento del equilibrio deseado. Les llamaré la atención sobre las palabras suave y gradualmente. Alentar una vida física normal, con sus objetivos comunes, cumplir con sus obligaciones y responsabilidades y las usuales funciones físicas de la naturaleza, deberían producir una orientación saludable, muy necesaria. [e455] Sobreviene un período en que el hombre expresa sus numerosas modalidades indeseables, que incluyen la excesiva e intensa centralización, el verdadero fanatismo, el sadismo, animado por un supuesto motivo espiritual (tal como sucedió en la Inquisición), y ciertas formas de colapso mental. Hablando en sentido oculto, la visión ígnea consume a su víctima destruyendo el hilo que mantiene a su mente y cerebro en estrecha amistad. Esta ardiente fiebre astral produce lógicamente un efecto en el cuerpo físico y también en la expresión de la personalidad, y entonces otros pueden reconocer que es muy real y que sus consecuencias y efectos son graves. Con frecuencia muy poco es lo que se puede hacer; a veces la intención de ayudarlo de nada sirve. El místico ha cometido un daño irreparable que durará sólo durante esta vida. La influencia curativa de la muerte y el intervalo de la vida más allá del plano físico deben realizar su tarea benéfica, antes de que el hombre pueda nuevamente alcanzar la normalidad y comenzar [i604] a trasmutar su Visión de lo Bueno, lo Bello y lo Verdadero, en expresión activa en el plano de la vida diaria. Entonces abocará su mente al problema y descubrirá que la visión es sólo el reflejo del Plan de Dios. Sabrá que el poder de personificar la aspiración debe ser trasformado en el poder de llegar [e459] a ser impersonal, antes de dedicarse a servir y colaborar con la Jerarquía. Comprendo que a medida que imparto esta enseñanza sobre las dificultades de la vida mística -desvitalización, ilusión, delirio y desapego-, los que han adquirido mucho conocimiento de los místicos y en la actualidad se inclinan al misticismo, expresarán violentamente su desacuerdo. Trataré de explayarme con claridad sobre estos [i605] puntos. El método místico es el correcto para las personas que han llegado a cierto grado de evolución, la etapa atlante, siempre y cuando no sea llevado hasta la demencia, la alucinación, el fanatismo violento y las complicaciones sicopáticas. Correctamente expresado constituye un proceso útil y necesario por el cual reorientar el cuerpo astral, luego la aspiración espiritual comienza a reemplazar al deseo. Es necesario tener visión, porque donde no hay visión los pueblos perecen. La verdadera visión es el reflejo astral del Plan divino, reflejado en los niveles superiores de la conciencia astral del planeta; allí esos seres humanos, cuyo enfoque de la vida es elevado, la presienten y hacen contacto con el Plan, cuya intención es dirigirse a Dios y lograr la rectitud, y en la actualidad son introvertidos, tienen poco conocimiento técnico de la ley divina, de la constitución del hombre o de la vida planetaria; sus mentes no dudan y permanecen pasivas, excepto en un sentido emocional, para aliviar la propia angustia espiritual y el deseo de paz y satisfacción del [e460] místico. Tenemos, por ejemplo, pocos escritos de los místicos de la Edad Media (ya de Oriente o de Occidente) que den algún indicio sobre la necesidad mundial o la demanda de la humanidad para lograr la iluminación. El reflejo astral del Plan constituye la visión. Allí las fuerzas de la vida, de naturaleza física mística, de su cuerpo astral y de su alma (dos fuerzas y una energía) se unen, produciendo una poderosa expresión de deseo enfocado, de profundo e incipiente anhelo, de vívida imaginación y de una forma mental construida que expresa todo aquello con que el místico quiere hacer contacto o ver manifestado. A medida que pasa el tiempo, irá desapareciendo poco a poco este acercamiento místico. El trabajo de lograr la belleza y el instinto de dirigirse a la divinidad están ahora tan profundamente arraigados en la conciencia racial que el trabajo equilibrador de la mente y la presentación del Plan, en lugar de la visión, puede [i606] seguir adelante sin peligro. Los niños de la raza que poseen todavía conciencia atlante continuarán empleando el acercamiento místico, y la belleza de esa contribución seguirá siendo la herencia de la raza. Pero el ciclo de experiencia y esfuerzo místico será considerablemente breve y estará controlado científicamente, porque se comprenderá mejor su propósito, el lugar que le corresponde en el desarrollo racial y su contribución a la doctrina de la Realidad. Este ciclo místico tiene su analogía en el ciclo de la adolescencia, en la vida valiosa de la juventud visionaria dadora de vida, que impele a la correcta orientación y a la estabilización de ciertas normas y valores. Dicho ciclo, sin embargo, será reconocido como indeseable cuando llegue el momento en que una nueva norma superior de valores y una técnica controlada y más espiritual lo reemplace. El propósito de la vida, un plan reconocido y una actividad correctamente dirigida, reemplazarán oportunamente todos los anhelos, los sueños, las ansias imaginarias y la aspiración adolescente en la vida del individuo y de la raza. No me interpreten mal. La visión, es la visión de la realidad. El Eterno Soñador sueña, y el más grande de todos los Místicos es el Divino Logos Mismo; Su sueño debe ser registrado en nuestra conciencia como el Plan de Dios; la visión mística, el aspecto soñador de la naturaleza de Dios, es lo que necesita desarrollar el ser humano aunque en forma pasajera. Reflexionen sobre esto porque contiene la revelación para quienes reflexionan correctamente. [e461] La Revelación de la Luz y del Poder y las Dificultades Derivadas Los problemas que ahora vamos a tratar son de categoría totalmente distinta. No tienen relación alguna con la emoción ni el plano astral, pero constituyen dificultades específicas del aspirante, del hombre evolucionado o del discípulo que ha aprendido a enfocarse en la naturaleza mental. Son problemas vinculados con los contactos establecidos con el alma, [i607] y dan por resultado la iluminación de la mente y una definida afluencia de poder. Estas dificultades sólo se le presentan a aquel que está despertando los centros laríngeo y ajna. En cuanto se percibe alguna dificultad relacionada con el fenómeno de la luz, el sicólogo o el médico podrán saber que está involucrado el cuerpo pituitario y que, en consecuencia, comienza a despertar y a entrar en actividad el centro entre las cejas, el ajna. El problema del poder, poder que percibe el aspirante y trata de expresar en su vida, puede clasificarse en dos categorías:
El problema de la luz también puede clasificarse, si se desea, en dos grupos de dificultades -uno relacionado con el registro físico de la luz en la cabeza y el otro con la adquisición de conocimiento. El registro de la luz dentro de la periferia del cráneo está vinculado a la relación que existe entre los centros [i608] coronario y entre las cejas, es decir, entre esa zona (ubicada alrededor del cuerpo pituitario) y la que está alrededor de la glándula pineal. Como saben, el efecto vibratorio de esos dos centros puede llegar a ser tan fuerte que ambas vibraciones, o su palpitante [e462] actividad rítmica, invadan el campo de actividad del otro y establecerse un campo magnético unificado que llegue a ser tan poderoso tan brillante y pronunciado, que el discípulo podrá verlo con toda nitidez al cerrar los ojos, pudiendo percibirse y conocerse visualmente. Con el tiempo y en algunos casos puede afectar definitivamente al nervio óptico; no es que lo dañe, sino que despierta la parte más sutil del sentido de la vista. Entonces el hombre puede ver etéricamente y también la contra parte etérica de todas las formas tangibles. Este es un poder fisiológico y no síquico, y es muy distinto de la clarividencia. No podrá haber visión etérica fuera del órgano común de la visión, el ojo. Sentir y registrar esta luz en la cabeza puede acarrear sus propios problemas peculiares cuando el proceso no se comprende ni se controla correctamente, así como registrar el poder de la energía (proveniente de la mente en su aspecto voluntad, o desde el alma, a través de los pétalos de la voluntad) y perjudicar definidamente a la personalidad cuando no está consagrada ni purificada. El registro de la luz tiene también ciertas etapas definidas y se efectúa en determinados grados de desarrollo del ser humano, pero es más probable que ocurra en las primeras etapas y no en las posteriores, y ellas son:
El registro de esta luz interna a veces causa una profunda preocupación y dificultad a la persona inexperta, y la intensidad de su preocupación y temor le hace pensar tanto sobre su problema que llega a obsesionarse con la luz y no ven al Señor de la Luz y aquello que la Luz revela, como se dice ocultamente. Indicaré aquí que no todos los aspirantes y estudiantes de ocultismo ven esta luz. Verla depende de varios factores -temperamento, cualidad de las células físicas del cerebro, la naturaleza del trabajo o la tarea particular que se ha realizado y la extensión del campo magnético. No debería haber ninguna dificultad, si el [i610] aspirante utilizara la luz que existe en él para ayudar a sus semejantes. El místico autocentrado provoca estas dificultades, así como también lo hace el ocultista que emplea la luz que ha descubierto en sí mismo, para propósitos egoístas y fines personales. Una dificultad incidental surge a veces cuando se descubre y convierte en una puerta a otros mundos, no en una puerta para ser usada correcta y debidamente, sino para huir de las vicisitudes de la vida y como escapatoria de la experiencia física consciente. Entonces el vínculo entre el místico y su vehículo físico es cada vez menos firme y el eslabón comienza a aflojarse acrecentadamente hasta que el hombre dedica la mayor parte de su tiempo a estar fuera de su cuerpo en una condición de semitrance o de profundo sueño. Los estudiantes no deberían realizar ningún esfuerzo para tratar de ver esta luz en la cabeza, pero cuando se la percibe y ve, entonces deberá ser registrada y regulada cuidadosamente. Los tipos que pertenecen al segundo rayo responderán más fácilmente a este fenómeno, con mayor frecuencia que los tipos que pertenecen al primero y tercer rayos. Las personas de primer rayo registrarán la afluencia de fuerza y de poder con mucha facilidad, y descubrirán que su problema reside en controlar o dirigir correctamente dichas energías. Gran parte de la encrucijada por la que atraviesa la personalidad de los aspirantes del mundo se debe al hecho de que la luz que reside en ellos no está dirigida, y el poder que afluye a [e464] través de ellos no lo utilizan, o lo aplican mal. Gran parte de la ceguera física y la miopía que hay en el mundo se debe (a no ser como resultado de algún accidente) a la presencia de la luz en la cabeza -que no ha sido reconocida ni utilizada-, produciendo así o iniciando, un efecto definido sobre los ojos y el nervio óptico. Hablando técnicamente, la luz del alma -localizada en la región de la glándula pineal- actúa y debería ser dirigida a través del ojo derecho, que (como ya se ha dicho) es el órgano de budhi, [i611] mientras que la luz de la personalidad -localizada en la región del cuerpo pituitario- actúa a través del ojo izquierdo. Aun no ha llegado el momento de que esta afirmación signifique algo, excepto para el estudiante muy avanzado, pero debería registrarse para que en el futuro lo apliquen los discípulos y aspirantes. También quisiera señalar que una de las dificultades de hoy, consiste en que la luz de la personalidad está mucho más activa dentro de la cabeza que la luz del alma, la cual tiene mayor capacidad de quemar que la luz del alma. esta produce un efecto estimulante y ocultamente frío. Pone en actividad funcionante a las células cerebrales, evocando respuesta de las células que en la actualidad están pasivas y dormidas. A medida que estas células se ponen en actividad mediante la afluencia de la luz del alma aparece el genio, acompañado con frecuencia por cierta carencia de equilibrio o de control, en algunos aspectos. La totalidad del tema de la luz y del poder es tan vasto y tan poco comprendido en su verdadero significado, como expresión (en forma dual) de la energía que asciende desde la personalidad y desciende desde el alma, que sólo cuando haya más personas que puedan recorrer el sendero, el problema se verá en su verdadera luz y así oportunamente será manejado en forma correcta. Ahora me referiré brevemente a algunos de los problemas, a fin de proporcionarles el germen o la simiente del pensamiento sobre el cual se desarrollará el estudio y la investigación futuros. Pueden ser resumidos de la manera siguiente:
De lo antedicho deducirán que muchas de las alucinaciones, espejismos, ambiciones y errores cometidos por el místico moderno, se remontan a las primitivas etapas de los comienzos embrionarios de estos desarrollos. Por lo tanto, Por lo tanto el estudio de los tres tipos de dificultades que surgen por el desarrollo y el desenvolvimiento de los poderes síquicos me conduce a hacer una amplia generalización, y deben recordar que en ella hay muchas excepciones:
De esta manera, aunque el discípulo pase eventualmente todas las experiencias, las tres dificultades principales que hemos tratado -los poderes síquicos, los problemas incidentales a la [i614] visión mística y la revelación de la luz y el poder- tienen relación y están vinculados a la expresión del rayo. Esto deberían tenerlo en cuenta los sicólogos, el investigador y el médico. La sensibilidad síquica, la dualidad mística y el poder dominante -los tres principales problemas del aspirante- deberían ser estudiados y comprendidos. Afectan a los tres centros mayores -el coronario, el cardíaco y el centro entre las cejas- del discípulo, porque la sensibilidad síquica está relacionada con el corazón, la dualidad mística con el centro ajna y el problema del poder con el centro más elevado de la cabeza. Afectan la garganta, el plexo solar y el centro sacro del aspirante o del ser humano avanzado, pero como esto se debe sobre todo a una expansión de la conciencia, no se registra un efecto perceptible en el hombre no evolucionado o el hombre común, preocupado con la vida del plano físico y las reacciones emocionales. No está pasando por una estimulación sino por un proceso disruptor de reorientación, de reconocimiento de la dualidad y de fusión de la personalidad. Como hemos observado anteriormente el proceso de integración acarrea sus propios problemas. A medida que pasa el tiempo serán estudiadas más cuidadosamente las etapas difíciles, desde el ángulo de la hipótesis ocultista, y entonces habrá un marcado progreso; esto será así en [e467] forma peculiar si se estudian los problemas de la adolescencia, porque constituyen los problemas de la conciencia atlante y del desarrollo místico. Quisiera señalar que así como el embrión en la matriz recapitula las diferentes etapas del desarrollo animal, así el ser humano, durante la infancia, la adolescencia y la juventud, hasta los treinta y cinco años de edad, recapitula las varias etapas de la conciencia racial. A esa edad debería afirmarse en él la etapa del discípulo inteligente. Mucho se adquirirá cuando se reconozca este proceso de recapitulación, que [i615] -en la nueva era, que ya está sobre nosotros- hará mucho para controlar y determinar cuáles serán los procesos de desarrollo a que serán sometidos el niño y el joven, por el educador inteligente. Este tema lo trataré brevemente debido a que el trabajo grupal -entendido esotéricamente- es relativamente nuevo, y también el individuo que en la actualidad trabaja en un grupo, apenas es afectado por estos factores, en razón de su integración relativamente parcial. Me refiero a su integración en el grupo. Las personas están todavía tan aisladas dentro de sus personalidades que se cierran en muchos casos al estímulo, efectos e impulsos grupales. Sólo cuando se descentralizan y, por lo tanto, responden más fácilmente a las ideas, al idealismo y al aura grupales (con su inhalación, exhalación y vivencia también grupales) pueden sucumbir y sucumbirán a las dificultades que impone la vida grupal. Hoy, a la figura central de la vida grupal, a la personalidad dominante o alma, es a quien se dirigen la vida y los pensamientos grupales, con todas las consecuencias que esto implica. El individuo sobre quien gira la vida grupal (si puedo emplear tal término) es la víctima del grupo y el que paga el precio de cualquier debilidad grupal. La expresión de la actitud grupal halla salida en él y a veces es prácticamente muerto por el grupo. En la actualidad no existe un grupo perfecto. Todos están en la etapa experimental y compuestos, en gran parte, por unos pocos acuarianos, innumerables piscianos y numerosas personas que están en la etapa de transición entre ambos. El guía o guías de los nuevos grupos son generalmente del tipo más puro de la nueva era, o carácter acuariano, que es posible obtener actualmente. Esto explica el fracaso del grupo, por' regla general, ya para comprender al [i616] dirigente o colaborar con los nuevos [e468] ideales como se desea. El dirigente es un precursor en el nuevo campo del pensamiento y de la intención y, por lo tanto, sufre el castigo de su osadía y de su espíritu emprendedor. No tengo la intención de ocuparme aquí de las dificultades del grupo porque no es mi tema. Sólo estoy considerando las dificultades (a veces son enfermedades físicas) y los problemas del individuo que es sensible a la presión y vida grupales -algo muy diferente de los problemas comunes de los místicos del pasado. Éstos sólo pueden ser estudiados e investigados hoy, considerando las vidas, la condición física, los problemas, las dificultades y la muerte de los líderes de los grupos. Les llamo la atención sobre esto. Los miembros del grupo -aunque no quieran reconocerlo- todavía no están dispuestos a sufrir mucho por la vida, la emanación y la energía grupales, porque aún no se han integrado suficientemente en el grupo. El problema que consideramos puede dividirse en dos categorías principales, y a medida que trato de dilucidarlas me doy cuenta que tengo muy poco que decir sobre ellas. En el próximo siglo los problemas serán más definidos y las dificultades nítidamente delineadas. Éstas son:
Por lo tanto, analicemos dichos problemas. Primero, debemos estudiarlos desde el ángulo de aquel a quien más lo afectan -el dirigente o punto focal del grupo. Estos mismos problemas pueden también afectar a tres o cuatro personas que conjuntamente con el guía del grupo y en colaboración con él, dirigen la política del mismo. [i617] Es evidente que la principal y más importante de estas dificultades surge de la crítica grupal, ya sea verbal o fuertemente sentida. La crítica puede estar fundada en muchas cosas, pero generalmente tiene sus raíces en la envidia, en la ambición reprimida u orgullo del propio intelecto individual. Cada miembro de un grupo, especialmente los que pertenecen al círculo inmediato del dirigente o dirigentes, son propensos a erigirse en jueces. La responsabilidad no es de ellos, no conocen los problemas como realmente son, por lo tanto, les es fácil criticar. [e469] Deberemos recordar aquí que la crítica es un veneno virulento. En todos los casos perjudica a su debido tiempo al que critica y -debido a que ha sido dirigido verbalmente- perjudica mucho más al que ha sido criticado. Cuando hay móvil puro, verdadero amor y una gran medida de desapego, los cuerpos sutiles de aquel que es atacado pueden permanecer inmunes, pero los efectos físicos serán muy definidos, y cuando hay una debilidad física o limitación, allí se localizará el veneno proyectado. La crítica que no ha sido verbalmente difundida es muy peligrosa, porque está poderosa y fuertemente enfocada, aunque no ha sido dirigida individualmente; surge continuamente como chorro constante enviado en aras de la envidia, la ambición y el orgullo, porque ha habido una captación personal de una supuesta situación y el que critica cree que comprende correctamente y que podría -si se le ofrece la oportunidad- actuar debidamente. Cuando la crítica se emite y se expresa en palabras se refuerza, por consiguiente, mediante la colaboración de los que han sido influenciados por la crítica, y las consecuencias de este pensamiento dirigidos grupalmente pueden ocasionar un desastre físico y la desintegración del cuerpo físico del dirigente o de los dirigentes. Esto quizás podrá ser algo nuevo para algunos, y hará que la mayoría de quienes componen los grupos de la nueva era detengan sus [i618] pensamientos y libren a sus guías del impacto desastroso de sus críticas. Aquí no me refiero al odio, aunque a menudo está presente, ya sea consciente o inconscientemente, sino que se erigen en jueces de las vanas murmuraciones que parecen tan necesarias para el miembro común del grupo. Se asemeja al aliento de la muerte que no sólo mata al líder por el veneno acumulado y la angustia, sino que también puede matar la vida grupal y hacer abortar el esfuerzo que podría ser, si se le dedicara la debida colaboración y tiempo, un agente constructivo a través del cual la Jerarquía podría trabajar. De todas partes y de todos los grupos le llegan al dirigente del grupo oleadas de críticas, pensamientos ponzoñosos, falsas ideas, vanas habladurías destructivas, imputación de móviles, envidia y odio inexpresados, ambiciones frustradas de los miembros de un grupo, resentimientos y deseos insatisfechos de destacarse, ser reconocido por el líder o líderes, o el deseo de verlo reemplazado por ellos mismos o por alguien, más otros tipos de egoísmo y orgullo mental. Esto produce resultados en el cuerpo físico del líder y frecuentemente en el cuerpo emocional. Por lo tanto, la responsabilidad de un miembro del grupo es muy [e470] grande, y muy pocas veces la reconoce o acepta. Resulta difícil apreciar los efectos desastrosos cuando una persona es el blanco de las críticas del grupo y cuando el pensamiento dirigido de un grupo de personas se enfoca en uno o dos individuos. Cuanto más evolucionado sea el dirigente del grupo, mayor será el dolor y el sufrimiento. Las personas que pertenecen al primer rayo, que tienen por naturaleza una técnica para aislarse, sufren menos que la mayoría, pues saben cómo detener estas corrientes de fuerza dirigidas y cómo desviarlas y -cuando no son personas profundamente espirituales- pueden devolverlas a los que las originaron y provocar así grandes [i619] desastres en sus vidas. Las personas que pertenecen al segundo rayo no trabajan ni pueden hacerlo de esta manera. Son absorbentes por naturaleza y atraen magnéticamente todo lo que en su medio ambiente va dirigido hacia ellos. Esta es la razón por la cual el Cristo sufrió la pena de muerte. Fue muerto no sólo por Sus enemigos, sino por Sus seudo amigos. Aquí podrán muy bien preguntar: ¿Qué puede hacer un conductor o grupo de dirigentes en estas circunstancias desgraciadamente anormales y comunes? Nada, sino continuar con el trabajo. Retirarse dentro de sí mismo; decir la verdad con amor cuando se ofrece la oportunidad, rehusar amargarse por el dolor que le ocasiona el grupo y esperar hasta que sus miembros aprendan la lección de colaborar, de guardar silencio, de saber apreciar amorosamente y de captar y comprender inteligentemente los problemas que enfrentan todos los dirigentes de grupos, en estos días difíciles e individualistas. Ya llegará ese momento. Luego tenemos el reverso de este problema que debe enfrentar la mayoría de los dirigentes de grupo. En esta situación contraria, el guía es vencido (si puedo utilizar tal palabra) y oprimido por la devoción de ciertos miembros del grupo. Los guías del grupo casi pueden ser aniquilados por el amor que demuestra la gente hacia la personalidad, pero esto no es de naturaleza tan ponzoñosa como las dificultades ya mencionadas, porque -aunque constituye un obstáculo que conduce a innumerables formas de dificultades, malas interpretaciones y reacciones grupales- se produce por el amor, no por la separatividad y el odio. Trae lo que se denomina esotéricamente la invalidación de aquel que trata de servir y lo ata de pies y manos Trataré otra dificultad muy importante, porque es una actividad grupal llevada a cabo como un todo y no el acto de un individuo o de un puñado de individuos dentro del grupo. Me [e471] refiero a la forma en que hoy el grupo agota la vida de su líder o dirigente. El [i620] cordón umbilical (hablando simbólicamente) rara vez se corta entre el dirigente y el grupo. Esto constituye el mayor error cometido por los grupos de la era pisciana. Permanecían siempre vinculados a él o -cuando los impulsaba el odio o el desagrado- truncaban violentamente el vínculo y rompían las relaciones causando gran angustia e innecesario sufrimiento al grupo y al dirigente. En la nueva era, el cordón será tempranamente cortado en la vida del grupo, pero el líder o el grupo de líderes permanecerán siendo durante largo y tiempo (como la madre y el hijo) la inspiración guiadora, la fuerza amorosa protectora y un venero de instrucción y enseñanza. Cuando esto sucede el grupo puede emprender su camino y vivir su vida como un agente autodirigido, aunque el líder haya partido para el más allá, o se produzca un cambio en el liderazgo por una u otra razón. De acuerdo a como afluye la vida grupal y la actividad, así será el efecto -emocional y físico- producido sobre cualquier miembro sensitivo del grupo; cuanto más frecuente sea el contacto físico entre los miembros del grupo, más definidos serán los problemas y las dificultades grupales. Los grupos de la nueva era se mantendrán unidos por el eslabón subjetivo y no por una reacción emocional provocada por un contacto externo. Les pediré que reflexionen cuidadosamente sobre este último párrafo, porque contiene la clave para el trabajo exitoso de los nuevos grupos. De la vida grupal y de la atmósfera grupal provienen muchas infecciones que conducen a dificultades de naturaleza física. La enfermedad generalmente tiene origen grupal y a ella sucumben los místicos y los sensitivos del mundo. En estas primeras etapas de verdadero trabajo grupal, las dificultades que sobrevienen debido a los contactos grupales, son con frecuencia puramente fisiológicas y no están tan profundamente arraigadas como aquellas que hemos analizado anteriormente. Esto es algo que debe recordarse. Las dificultades y las enfermedades físicas no son tan serias como las psicológicas. [i621] Poco puede decirse sobre esto. Constituirá una de las mayores dificultades a medida que los grupos acrecientan su fuerza y su poder. La dificultad se acrecentará de acuerdo a su objetividad y no a su subjetividad. Me refiero a esas enfermedades que afectan al aparato respiratorio y surgen de los contactos grupales; no me refiero a las mismas dificultades que produce [e472] el individuo al grupo. Esotéricamente la razón de esto debería ser evidente. Los errores cometidos al hablar, las charlas y las habladurías vanas, el efecto que producen las palabras del dirigente -tendrán resultado subjetivo que no será captado ni comprendido por el estudiante común, y todos producen un efecto físico- ya sea bueno o malo. Debido a la novedad de este tema y a la falta de evidencia para sustanciar mis afirmaciones, sólo puedo llamarles la atención sobre las posibilidades latentes y dejar que el tiempo demuestre lo correcto de mi posición. En forma curiosa el tema de la respiración -individual y grupal- evoca su propia y paralela solución en el énfasis puesto por los numerosos grupos esotéricos en los ejercicios de respiración y en la pronunciación del Aum (que es el aliento del alma, cuando se pronuncia correctamente) y en la práctica (basada en distintas fórmulas) del ritmo. Estos esfuerzos -de naturaleza instintiva y planeada, en forma más que inteligente- no son aún reconocidos por el grupo para contrarrestar ciertos peligros grupales presentidos. Estas prácticas pueden ser benéficas si se las lleva a cabo cuidadosamente, pero con frecuencia provocan sus propios problemas peculiares. Por ejemplo, pronunciar el Aum, por quien no está preparado, o por los grupos que están intrigados por esta actividad, pero que no tiene la menor idea de lo que hacen, acarrea marcadas dificultades. Sin embargo, las dificultades especiales del trabajo grupal de la nueva era pueden contrarrestarse mediante ciertas prácticas y ejercicios esotéricos vinculados a las vías respiratorias. Más que esto [i622] no puedo decir, porque los nuevos grupos están en su infancia y no se han producido dificultades grupales en amplia escala, ni existen futuros problemas (incidentales al ocultismo y al pronunciado misticismo de estos grupos) tan definidos como para detallarlos comprensivamente. d. PROBLEMAS DE LOS MÍSTICOS, VINCULADOS CON LAS ACTUALES INFLUENCIAS DE RAYO En la actualidad observamos el retiro de la energía del sexto rayo y el acrecentado poder y actividad del séptimo rayo. La energía que se está retirando de nuestro planeta constituye una de las crisis cíclicas que durante siglos se ha expresado por medio del plexo solar planetario y también, como podrá deducirse, por medio del centro plexo solar del aspirante común. Esto ha producido gran parte de los desórdenes digestivos, además de [e473] los problemas emocionales (muy estrechamente relacionados) que ha sufrido la mayoría de las personas en esta generación y época. La actitud de intensa centralización, el estado mental fanático, el sacrificio de la vida personal por un ideal percibido, han producido una condición peligrosa en los órganos del cuerpo situados debajo del diafragma. Esto no deben olvidarlo. El séptimo rayo que actúa a través del centro situado en la base de la columna vertebral, tendrá un efecto peculiar sobre el sistema circulatorio, porque este centro básico está vinculado con la fuerza vital y, como ya saben, la sangre es la vida. Actúa con el centro más elevado del cuerpo y por lo tanto está relacionado con el problema de las polaridades. En consecuencia, es uno de los factores que hará aumentar las dificultades relacionadas con las distintas separaciones psicológicas que hemos tratado anteriormente. Concierne a la triplicidad humana, espíritu, alma y cuerpo, a la dualidad alma y personalidad, y a [i623] los aspectos principales de la deidad, espíritu y materia, como también a la infinidad de grupos de pares de opuestos que preocupan constantemente al místico y que oportunamente han de convertirse en una unidad. El reconocimiento de esto demostrará cuán complejos son los problemas y las posibilidades que surgen por el estimulo que se sentirá a medida que la voluntad de circular, la voluntad de relacionar y la voluntad de expresarse hace sentir su presencia, al manifestarse el séptimo rayo. Esta fuerza, en lo que concierne al individuo, actuará sobre el centro que se halla en la base de la columna vertebral, despertándolo a una actividad hasta ahora desconocida. Estos aspectos de la vida de la voluntad están, afortunadamente para la humanidad, muy lejos de su pleno desarrollo, pero gran parte de la confusión mundial de hoy y la oscilación entre los extremos expresados pueden atribuirse a la actividad de estas nuevas fuerzas. La mayoría de la inoportuna y excesivamente enfatizada expresión del aspecto Voluntad de ciertas naciones e individuos, está vinculada con la entrada a la manifestación de este séptimo rayo y la salida del sexto. El problema aumenta grandemente por el hecho de que existe aparentemente una pronunciada afinidad entre la voluntad idealista y fanática del sexto rayo -énfasis cristalizado, dirigido, firme y emocional- y la fuerza de voluntad del trabajador mágico, no entrenado, que está influenciado por la energía del séptimo rayo, actuando a través del centro que está en la base de la columna vertebral. La diferencia que existe entre estas dos fuerzas y su expresión, es en extremo sutil, siendo muy difícil que las distinga el [e474] neófito. Cada una acarrea sus propias dificultades. Sólo las menciono aquí porque constituyen un problema de naturaleza mística que la Jerarquía debe enfrentar, pero el aspirante común no debe intentar resolverlo todavía. Al finalizar esta discusión sobre los problemas y enfermedades de los místicos me doy cuenta más que ustedes, [i624] lo poco que he podido decir sobre estos últimos puntos, especialmente sobre los que están vinculados con los problemas grupales o de rayo. Esto fue ineludible e inevitable. Los grupos de la nueva era son todavía muy reducidos, aunque están viniendo a la manifestación muchas personas que pertenecen a la nueva era. Sólo a mediados del próximo siglo aparecerán los nuevos tipos de grupos. Las tentativas iniciales de formar dichos grupos ya se están realizando, pero su éxito o fracaso es impredecible y tan efímero que no es fácil someterlos a la ley. Por ejemplo, una persona ambiciosa y desleal puede destruir al grupo; una persona desinteresada y dedicada que no critique, puede llevar al grupo a realizar un trabajo exitoso. Esto les demostrará el poder que tiene el individuo y el hecho de que, temporariamente y en un momento determinado, puede ser más fuerte que el grupo, porque éste todavía no ha llegado a comprender verdaderamente la actividad, la coherencia y la vitalidad grupales. Por lo tanto, el místico sufre como resultado de esta condición, produciéndole enfermedades y desórdenes psicológicos que no sólo son personales sino que frecuentemente son el resultado de las condiciones versátiles en que tiene que vivir. Una de las razones que garantizan el poder de la Jerarquía y su carencia de cualquier problema psicológico inherente al trabajo grupal y a desórdenes místicos y ocultistas, es su estabilidad y coherencia y la seguridad de su contacto con la vida. El místico y el ocultista atraviesan a menudo períodos de inseguridad, pasando de la duda, sobre las futuras y posibles revelaciones, a la creencia de que el testimonio de las épocas se basa en hechos irrebatibles. Al místico común y al estudiante de ocultismo le faltan estabilidad en las condiciones ambientales y fe en sus afiliaciones grupales. La mayor contribución hecha al mundo del pensamiento, en la actualidad, es el reconocimiento en todas partes, [i625] de lo finito que es el conocimiento del hombre, de la insuficiencia de la sabiduría que ha acumulado para encarar la situación mundial y de su incapacidad de formular un plan aplicable para sacar a la raza de su actual dificultad y encrucijada. Los seres humanos no están seguros de sí mismos ni de los demás, y cuanto mayor es su sensibilidad más compleja es [e475] su reacción y más complicados y desastrosos los efectos fisiológicos y psicológicos. La humanidad, en su totalidad, está siendo mística en su orientación y conciencia. Los intelectuales de la raza agregan a esa percepción mística (que siempre ha existido, aunque no reconocida ni rechazada) el rápido desarrollo de la comprensión oculta. La conciencia atlante de la humanidad adolescente está siendo reemplazada por la conciencia más desarrollada del ser humano adulto. Los problemas, las dificultades, las enfermedades y los desórdenes del hombre místicamente orientado, introspectivo e investigador, cederán su lugar durante los próximos siglos a los problemas y complejos del hombre que va siendo consciente del grupo y que trabaja con una percepción extrovertida en cualquier grupo que sea. Les recordaré aquí que -como resultado de la influencia pisciana durante los últimos dos mil años- dichos grupos son predominantemente idealistas. Esto nos lleva a una de las partes más interesantes de este tratado, la influencia que ejercen los rayos en la actualidad y en la era acuariana que está sobre nosotros, lo cual será de valor práctico. Llevemos al trabajo del nuevo ciclo que se abre ante nosotros, una renovada aspiración, un profundo amor y una fe más vívida, recordando, a medida que estudiamos el futuro, que la Fe es una de las mayores necesidades, pues constituye la Sustancia de las cosas deseadas y la Evidencia de las cosas no vistas. |
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