[e618]atracción
descendente para el jiva implicado. El deseo de manifestarse y obtener
experiencias inferiores ya no influye, quedando sólo el propósito
consciente. Solo entonces puede ser construido el verdadero Mayavirupa;
entonces el Maestro pronuncia el mántram para Sí Mismo,
y construye sin fórmulas en los tres mundos. En el momento
que el hombre comienza a hollar el Sendero de Probación, los mántram
de los Ángeles solares empiezan a desvanecerse, y lentamente (a
medida que se abren los pétalos del circulo interno) surge la verdadera
Palabra, hasta que los tres pétalos que forman el santuario se
abren y la chispa central es revelada. Entonces la Palabra es plenamente
conocida, y de nada sirven los mántram y fórmulas. Así
se revela la belleza del esquema. Al tratarse del Logos planetario, la
Palabra emitida en niveles cósmicos se convierte en mántram
en los planos etérico cósmicos, pues Él está
en situación de crear conscientemente en esos niveles; sin embargo,
actúa por medio de fórmulas en los planos físico
densos de Su esquema, nuestros tres mundos de esfuerzo.
Retomando el tema de los jivas reencarnantes: Cuando se ha dado el impulso
inicial la vibración palpita a través de los pétalos,
y la actividad se inicia en aquello que responde a la nota de esa Palabra.
Los Angeles solares dirigen la vibración y se origina el mántram
para ese tipo [i773]
particular de Ego. Finalmente, la vibración
llega hasta la unidad mental en la base del capullo del loto, y los Pitris
lunares entran en actividad. Empiezan a desarrollar sus fórmulas
para el tipo particular de vehículo requerido.
f. Actividad de los Pitris. La actividad conjunta de los
Pitris solares y lunares (49) en el proceso seguido por el Ego reencarnante, [e619] es
el próximo tópico que consideraremos. El Ego, impulsado
por el deseo de obtener experiencia física, ha hecho el movimiento
inicial, y una vibración emanada desde el centro del capullo del
loto llega hasta los pétalos del loto, en consecuencia ha vibrado
con sustancia dévica o [i774]
materia vitalizada por los Agnishvattas.
Debido a que son energetizados para que entre en actividad (de acuerdo
con el grupo afectado), la vibración aumenta y se emite un sonido
dual. Dicho sonido constituye la base del mántram sobre el cual
se funda el ciclo de encarnación del Ego. La vibración que
pulsa a través del círculo externo de pétalos (pues
los dos círculos internos y los tres pétalos centrales no
responden todavía) llega al triángulo formado por los tres
átomos permanentes, vivifica a las tres espirillas inferiores y
causa una ligera respuesta en la cuarta, dejando a las tres superiores
aletargadas. En cada ronda ha sido creada una de las espirillas,
y en la presente cuarta ronda (por la creación de la cuarta espirilla),
pudo venir a la existencia el cuarto reino o reino humano. La palabra
creación debe ser comprendida esotéricamente
y significa la aparición en manifestación activa de alguna
forma de energía. Sólo en la próxima ronda la quinta
espirilla será un ente activo funcionante, en un sentido incomprensible
hasta ahora.
Los estudiantes deben recordar que esto se aplica principalmente a la
humanidad individualizada en este globo, siendo también aplicable
a la cadena anterior; sin embargo, los entes que vienen desde la anterior
a la cuarta cadena o cadena terrestre, son mucho más evolucionados
que la humanidad de la tierra, y su [e620]
quinta espirilla se está despertando
para emprender una actividad organizada en la actual ronda. En la Naturaleza
todo se superpone.
Por lo tanto, cuando esta vibración proveniente de la Voluntad
central, ha llegado al triángulo atómico, indica que todo
el loto está dirigiendo su fuerza hacia abajo, y durante el período
de manifestación la afluencia de energía egoica se dirige
a lo inferior y en consecuencia se aparta de lo superior. En esta etapa
muy poca energía egoica se dirige a la Mónada, pues no ha
generado aún suficiente fuerza ni es todavía radiactiva
en lo que concierne al aspecto Espíritu. Sus actividades, durante
la mayor parte del tiempo, son principalmente internas y autocentradas,
o están dedicadas a despertar los átomos permanentes [i775]
y no a abrir los pétalos. Esto debe
tenerse muy en cuenta.
El trabajo de los Angeles solares es triple, consiste en:
1. Dirigir la vibración hacia el triángulo atómico.
Aquí debe recordarse un hecho muy interesante. Los tres átomos
permanentes o los tres puntos del triángulo, no mantienen siempre
la misma posición respecto al centro del loto, sino que de acuerdo
al grado de desarrollo así será la posición de los
átomos y la captación de la fuerza que afluye. En las primeras
etapas, el átomo físico permanente es el primero en recibir
dicha afluencia, haciéndola pasar a través de su sistema
al átomo astral permanente y a la unidad mental. La fuerza circula
cuatro veces alrededor del triángulo (nuestra ronda es la cuarta)
hasta que hace contacto nuevamente con la unidad mental y la energía
se centraliza en la cuarta espirilla de la unidad mental. Sólo
entonces comienzan su trabajo los Pitris lunares y se establece la coordinación
de la sustancia que formará la envoltura mental, actuando luego
con el cuerpo astral y, finalmente, con el cuerpo etérico.
En una etapa posterior de la evolución del hombre (en la que se
halla hoy el hombre común) primeramente se hace contacto con el
átomo astral permanente, y al circular la energía a través
de él, llega a los otros dos. En la etapa del hombre intelectual
avanzado, la unidad mental ocupa el principal lugar. En este caso existe
la posibilidad de alinear los tres cuerpos, lo que más tarde será
un hecho consumado. La quinta espirilla en los dos átomos inferiores
aumenta su vibración. Como ya se sabe, hay únicamente cuatro
espirillas en la unidad mental, y en el momento en que está plenamente
activa es posible la coordinación del antakarana. Entonces se producen
cambios en el loto egoico y se abren los pétalos, dependiendo parcialmente
de la vibración y del despertar de las espirillas.
[i776] El
estudiante debe recordar que tan pronto como la unidad mental se convierte
en el ápice del triángulo
atómico, se produce [e621]
una condición donde la fuerza futura
penetrará simultáneamente por los tres átomos a través
de los tres pétalos abiertos del círculo externo, entonces
el hombre habrá alcanzado una etapa bien definida en la evolución.
Dirigir y aplicar la fuerza a los átomos es la tarea de los Pitris
solares. A medida que progresa la evolución su correspondiente trabajo
se hace más complejo, pues los pétalos se van abriendo y el
triángulo gira más rápidamente.
2. Pronunciar el mántram que hará posibles las 777 encarnaciones.
Cada cifra de esta triplicidad representa:
Un ciclo de manifestación egoica.
Un sonido particular que permitirá al Ego
expresar algún subrayo del rayo egoico.
Los tres círculos de pétalos que
se abren como resultado de las emanaciones.
El grupo particular de manasadevas que forman el
cuerpo causal del Ego involucrado.
Por consiguiente, los sonidos mántricos se basan en guarismos y por
medio del mántram (que aumenta en volumen, profundidad y cantidad
de sonidos involucrados a medida que pasa el tiempo) la fuerza es dirigida,
los correspondientes pétalos son impulsados a la actividad y los
Pitris lunares se hacen conscientes de la tarea de preparación para
cualquier encarnación.
3. Construir lo que hace falta para completar el cuerpo causal.
En las primeras etapas este trabajo es comparativamente insignificante,
pero cuando se ha alcanzado la tercera etapa de desarrollo y el hombre manifiesta
carácter y capacidad, su trabajo aumenta rápidamente, ocupándose
de perfeccionar el cuerpo egoico, o de expandir la conciencia egoica si
se prefieren términos metafísicos. Esto [i777]
se lleva a cabo por el material que proporciona
el yo inferior. Cuando la Personalidad inferior se va haciendo gradualmente
radiactiva, dichas irradiaciones son atraídas por el ego positivo
y absorbidas en su naturaleza por la actividad de los Angeles solares.
Estas tres actividades constituyen el trabajo principal de los Pitris solares
en lo que concierne al hombre. Cuando involucra al grupo y no al individuo,
su trabajo reside en ajustar las unidades egoicas a sus grupos y hacerlas
conscientes del mismo, pero esto sólo es posible en las etapas finales
de la evolución cuando el trabajo del grupo más elevado de
los Agnishvattas ha sido bien realizado. El grupo medio, que forma los nueve
pétalos, es siempre el más activo. Los Pitris trabajan vinculados
con el grupo inferior, quien transmite la energía directamente al
triángulo atómico, que [e622]
a su vez lo recibe del grupo medio. No es posible
dar más detalles sobre esto pues el trabajo de los Agnishvattas es
grande y complicado y, en ciertos detalles, difiere en los distintos esquemas.
Quienes trabajan en los esquemas de Urano, Neptuno y Saturno lo hacen en
forma algo distinta a aquellos que actúan en el esquema de Venus,
Vulcano, Marte, Mercurio, Júpiter, la Tierra y el esquema exotérico
de Saturno, haciendo lo mismo los Manasadevas de la ronda interna. Se observará
que tenemos nuevamente una triplicidad de grupos que representa una triplicidad
de fuerza, y aquí hay una insinuación. En la lista central
de esquemas, el grupo medio y el inferior de Agnishvattas están activos.
En los otros, el grupo superior y el del medio son los que dominan, porque
estos planetas, los más esotéricos y sagrados de la manifestación,
se ocupan sólo de los egos que se hallan en el Sendero y, por lo
tanto, están grupalmente activos. Esto podría esperarse de
Urano, Neptuno y Saturno, pues constituyen los esquemas planetarios sintetizadores
y proporcionan condiciones aptas únicamente para la etapas muy avanzadas.
Son los planetas cosechadores.
[i778] Respecto
a estos Egos existe mucha confusión en las mentes de los estudiantes
debido a que no han comprendido (como lo señala H. P. B.) (50) que
La Doctrina Secreta se ocupa principalmente del esquema planetario
de nuestra Tierra; tiene muy poco que impartir respecto a los demás
esquemas y a los métodos para desarrollar la autoconciencia. El procedimiento
general en los niveles mentales es el mismo, pero como cada esquema personifica
un tipo de fuerza particular, la peculiaridad de esa fuerza colorará
toda su evolución y los Agnishvattas harán el trabajo que
les corresponde. No es posible establecer cuál es la coloración
particular del Rayo que personifica a nuestro esquema, pues es uno de los
más recónditos misterios que se revela en la iniciación;
los estudiantes deben recordar que los fundamentos expuestos aquí
no se refieren específicamente a nuestro esquema.
En la literatura ocultista moderna se expone mucho acerca del proceso seguido
para lograr la perfección de los Egos que han elegido permanecer
con la Jerarquía de nuestro planeta y seguir sus métodos de
desarrollo (desde el chela hasta el adepto). Pero prácticamente nada
se ha dicho sobre los muchos egos que alcanzan cierta etapa elevada de evolución
en nuestro esquema y luego son transferidos a uno de los tres esquemas sintetizadores,
pasando primero a ese esquema que es el polo opuesto del nuestro, y de allí
al esquema sintetizador. Numéricamente son más que los
que permanecen dentro del esquema de la Tierra. Cualquiera sea el [e623]
esquema sintetizador que los atraiga, indica
el comienzo de su recorrido hacia uno de los tres senderos cósmicos.
El trabajo de los Manasadevas se lleva a cabo en todo el sistema, teniendo
lugar una constante circulación y transmisión de energía
y de unidades de fuerza que personifican esa energía. Esta transmisión
se hace posible en cualquier esquema cuando el [i779]
cuarto reino o humano llega a ser radiactivo;
realmente esto marca el principio del período de oscuración.
Venus es un ejemplo. Metafísicamente señala el punto en que
los Logos comienzan a desprenderse de Sus cuerpos físico densos o
de los tres mundos del esfuerzo humano.
Como hemos visto, los tres grupos de Agnishvattas vinculados con la evolución
del hombre en el nivel mental, tiene cada uno una función específica,
y el grupo más inferior se ocupa principalmente de transmitir la
fuerza o energía a los tres átomos permanentes. Cuando éste
emite dos veces el sonido del mántram egoico se producen cambios
y los Pitris lunares (que se ocupan de los tres vehículos inferiores)
inician su trabajo, facilitándoles la clave los Angeles solares.
Los Pitris lunares personifican la sustancia de los cuerpos inferiores del
hombre, así como los Pitris solares se sacrifican para darle su cuerpo
egoico y su conciencia, (51) (52) constituyendo la sustancia en su aspecto
dual. Los Pitris lunares en sus grados superiores son la energía
positiva de la sustancia atómica y en los inferiores el aspecto [i780]
negativo de la misma. En relación
con el hombre puede considerarse que son de tres categorías:
El grupo superior, recibe la energía
proveniente de niveles
[e624]
superiores y anima a las espirillas
de los tres átomos permanentes.
El grupo medio, por ser la energía positiva
atrayente, construye y forma el cuerpo del hombre en los tres planos.
El grupo inferior, es el aspecto negativo de
la sustancia energetizada y la materia de las tres envolturas.
En Conexión con el sistema solar personifican al aspecto Brahma,
y son el producto de ciclos anteriores donde se realizó la actividad
consciente, pero sólo adquirieron autoconciencia ciertas entidades
cósmicas que pasaron por la sustancia consciente y le dieron esa
potencialidad que permitirá a la sustancia atómica -después
de muchos kalpas- desarrollar la autoconciencia. En relación con
un planeta, se los denomina con un nombre misterioso que no puede ser revelado,
pues encierra el misterio del esquema que precedió al nuestro y del
cual el nuestro es una copia. Hay Pitris que trabajan en relación
con un planeta y con un sistema solar, así como existen aquellos
que trabajan en Conexión con el reino humano. Personifican la energía
de la sustancia tal como se manifiesta en un sistema, un esquema y un ciclo
humano.
A nuestro particular esquema terrestre están también vinculados
esos Pitris lunares que alcanzaron en la cadena lunar su actual etapa de
actividad. Son grupos dévicos que no han pasado (como los Agnishvattas)
por la etapa humana, pero deben hacerlo; su actual experiencia en relación
con la Jerarquía humana tiene esa finalidad. Se ha de recordar que
la ley fundamental que rige el desarrollo exotérico establece que
ninguna vida puede dar más [i781]
de lo que ha poseído, y la posesión
de los distintos atributos de Conciencia, desde el átomo hasta un
Logos solar, es el resultado de largos ciclos de adquisiciones. Por consiguiente,
los Pitris solares pueden dar al hombre su conciencia y los Pitris lunares
la conciencia instintiva de sus vehículos. Conjuntamente en todos
los reinos de la naturaleza, en este planeta o en cualquier otra parte,
proporcionan a los Logos planetario y solar la suma total del aspecto conciencia
de Sus respectivos cuerpos. Esto sucede en cada esquema del sistema, pero
en la cadena terrestre se ha creado un estado particular de cosas debido
al fracaso planetario coincidente con la cadena lunar, siendo la causa de
que actualmente se estén equilibrando las fuerzas en esta cadena.
En la cuarta cadena de cada esquema se inició el trabajo de los Pitris
solares en conexión con el hombre. También entraron en actividad
los Pitris de sus cuerpos debido al impulso proporcionado por los Angeles
solares. La materia de esas envolturas ha pasado por tres cadenas y tres
rondas y vibra con una nota sintonizada... Para expresarlo en otras palabras,
la tercera puede emitirse con claridad y [e625]
lógicamente le sigue la quinta o dominante.
La pronunciación simultánea de la tercera y la quinta, basada
en la nota clave planetaria, produce el efecto de un triple acorde o un
cuarto tono, un sonido complejo. Me refiero al acorde de la jerarquía
humana como un todo. Dentro de la jerarquía existe una diversidad
de notas basadas en el acorde jerárquico, el cual produce los numerosos
acordes y las notas egoicas, que a su vez producen la manifestación
objetiva.
Ahora podemos delinear la progresión de la energía egoica
cuando desciende de los niveles abstractos a los átomos permanentes.
En cada plano el trabajo es triple, y puede clasificarse de la manera siguiente:
1. La respuesta, dentro del átomo permanente, a la vibración
iniciada por los Pitris solares o expresado en otras palabras, [i782]
la respuesta del grupo superior de los Pitris
lunares al acorde del Ego. Esto afecta definitivamente de acuerdo con la
etapa de evolución del Ego involucrado, a las espirillas del átomo.
2. La respuesta de la sustancia a la vibración atómica sobre
el plano particular involucrado. Esto concierne al segundo grupo de Pitris
cuya función consiste en reunir, alrededor del átomo permanente,
la sustancia sintonizada con cualquier nota particular. Actúan de
acuerdo a la Ley de Atracción magnética y constituyen la energía
atractiva del átomo permanente. En menor escala cada átomo
permanente ocupa (respecto a la sustancia de las envolturas del hombre)
una posición relativa a la que ocupa el sol físico respecto
a la sustancia del sistema, constituyendo el núcleo de fuerza atractiva.
3. La respuesta a la sustancia negativa implicada y su modelamiento en la
forma deseada por medio de la energía dual de los dos grupos superiores
de Pitris.
Alguna idea se ha proporcionado respecto a la unidad de este triple trabajo
al diferenciar la sustancia de cualquier plano en
Sustancia atómica,
sustancia molecular, y
esencia elemental.
Tal diferenciación no es totalmente exacta y podría llegarse
a una idea más fiel del concepto subyacente si se sustituyeran las
palabras sustancia y esencia por la de energía.
El término Pitris aplicado al tercer grupo no es correcto. Los verdaderos
Pitris lunares son los del primer grupo superior, porque personifican un
aspecto de la voluntad inteligente de Brahma o Dios en la sustancia. El
tercer grupo es literalmente el de los Constructores menores, siendo fuerzas
ciegas e incoherentes sujetas a la energía que emana [e626]
de los dos grupos superiores. Esotéricamente
estos tres grupos se dividen en: [i783]
Pitris que ven, pero no tocan ni manejan.
Pitris que tocan, pero no ven.
Pitris que oyen, pero no ven ni tocan.
Como todos tienen el don de oír ocultamente, se conocen como los
Pitris que poseen el oído abierto; trabajan influenciados
totalmente por el mántram egoico. Si se estudian estas diferenciaciones
mucho podrá extraerse acerca de un grupo muy importante de trabajadores
dévicos que solo vienen a la manifestación en la cuarta ronda
como una triplicidad coordinada, a fin de proporcionar vehículos
para el hombre; la razón de esto se halla oculta en el karma de los
siete Logos, pues energetizan la cuarta, quinta y sexta Jerarquías.
En la primera ronda de cada esquema estos tres grupos obtienen cierta etapa
de necesario crecimiento, y personifican la evolución más
elevada del aspecto sustancia. Sólo los átomos de sustancia,
más elevados y perfectos, aquellos que han sido partes integrantes
de las formas evolutivas superiores, encuentran su camino hacia los vehículos
de los hombres
g. El trabajo de construir formas. Este trabajo se efectúa
bajo leyes definidas, las de la sustancia misma; produce un efecto similar
en los vehículos humano, planetario y solar. Las diferentes
etapas pueden enumerarse de la manera siguiente:
1. La Nebulosa. Etapa en que la materia del futuro cuerpo comienza
a separarse gradualmente del conjunto de sustancia del plano y a asumir
un aspecto nebuloso o lechoso. Esto corresponde a la etapa de la niebla
ígnea en la formación de un sistema solar o de un planeta.
Los Pitris de la Niebla entran en actividad como uno
de los numerosos grupos subsidiarios de los tres grupos principales.
2. La Rudimental. La condensación ha empezado pero aún
todo se halla en estado rudimentario y en condición caótica;
no existe una forma definida. Dominan Los Pitris del caos
caracterizándose por la energía excesiva y la actividad
violenta; cuanto mayor es la condensación antes de la coordinación, [i784] tanto
más grandes son los efectos de la actividad. Esto es verdad respecto
a los Dioses, hombres y átomos.
3. La Ígnea. La energía interna de los átomos
que se reúnen rápidamente y su efecto recíproco, produce
un aumento de calor y la consiguiente manifestación de la forma esferoidal,
de manera que el vehículo de todos los entes se ve fundamentalmente
como una esfera, girando sobre sí misma y atrayendo y rechazando
a [e627] otras
esferas. Los Pitris de las Esferas Ígneas agregan
su trabajo al de las dos anteriores, alcanzándose una etapa muy definida.
Los Pitris lunares, en cada esquema y a través del sistema, son literalmente
los agentes activos en la construcción del cuerpo físico denso
del Logos; energetizan la sustancia de los tres planos mental, astral y
físico denso del sistema en los tres mundos. Esto merece una cuidadosa
reflexión.
4. La Acuosa. La bola o esfera de esencia ígnea gaseosa se condensa
o licúa cada vez más; empieza a solidificarse en su superficie
externa, definiéndose con más nitidez el círculo
no se pasa de cada cuerpo. El calor de la esfera aumenta, centralizándose
en el núcleo o corazón de la esfera donde produce esa pulsación
en el centro que caracteriza al sol, al planeta y a los diversos vehículos
de todas las entidades encarnantes. Es una etapa análoga a la del
despertar de la vida en el feto durante la etapa prenatal; esta analogía
puede observarse en la construcción de formas llevada a cabo en todos
los planos. Esta etapa marca la coordinación del trabajo de los dos
grupos superiores de Pitris lunares, entonces los Pitris del Doble
Calor colaboran inteligentemente. Se vinculan el corazón
y el cerebro de la sustancia que compone a la forma, la cual se desarrolla
lentamente. El estudiante hallará interesante establecer la analogía
que existe entre esa etapa acuosa y el lugar que el plano astral ocupa en
los cuerpos del planeta y del sistema, y la afinidad que existe entre mente
y corazón, oculta en el término kama-manas. Uno [i785] de
los más profundos misterios ocultos será revelado a la conciencia
del hombre cuando haya descubierto el secreto de la construcción
de su vehículo astral y la formación del vínculo que
existe entre ese cuerpo y la totalidad de la luz astral en el plano astral.
5. La Etérica. Esta etapa no se limita únicamente a
construir la parte etérica del cuerpo físico, porque su contraparte
se encuentra en todos los planos que conciernen al hombre en los tres mundos.
La condensación y solidificación de los materiales ha continuado,
hasta que ahora los tres grupos de Pitris forman una unidad en el trabajo.
Se ha establecido el ritmo y se ha sincronizado el trabajo. Los constructores
menores trabajan sistemáticamente y la Ley del Karma se demuestra
activamente, pero debe recordarse que la reacción selectiva a la
nota egoica es inherente al karma, respuesta vibratoria que cobra la sustancia
misma. Sólo esa sustancia que (por el uso anterior) ha sido sintonizada
a cierta nota y vibración responderá al mántram y a
la consiguiente vibración que emana del átomo permanente.
Esta etapa es muy importante, porque señala la circulación
vital, por todo el vehículo, de un determinado tipo de fuerza particular.
Esto puede observarse en el [e628]
vehículo etérico que hace circular
la fuerza vital o prana del sol. Puede observarse un vínculo similar
con la fuerza involucrada en los planos astral y mental. Los Pitris
del Triple Calor trabajan ahora sintéticamente, coordinándose
el cerebro, el corazón y los centros inferiores. Se vinculan lo superior
y lo inferior y los canales se despejan permitiendo la circulación
de la triple energía. Esto es verdad respecto a la construcción
de formas de todos los entes, macro y microcósmicos. Ello se pone
de manifiesto por la colaboración activa de otro grupo de Pitris
denominado Los Pitris de la Vitalidad en relación
con los demás. Colaboran grupo tras grupo, [i786]
porque los tres principales están distribuidos
entre los grupos menores.
6. La Sólida. Esto marca la etapa final en la construcción
de la forma y señala el momento en que se ha realizado el trabajo
de reunir y dar forma a la sustancia. La mayor parte del trabajo de los
Pitris lunares ya se ha cumplido. La palabra sólido no
se refiere únicamente a la manifestación inferior objetiva,
pues una forma sólida también puede ser etérea, y sólo
el grado de evolución alcanzado por la entidad involucrada revelará
su relativo significado.
Todo lo que aquí se ha expuesto acerca de las etapas progresivas
en la construcción de las formas en todos los planos es aplicable
a las formas de todos los sistemas y esquemas y también a la construcción
de formas mentales. El hombre construye continuamente formas mentales y
aplica inconscientemente el método que sigue su Ego para construir
sus cuerpos, el mismo que emplea el Logos para construir Su sistema y el
que utiliza un Logos planetario para construir Su esquema.
Cuando un hombre habla emite un mántram muy diversificado. La energía
así generada pone en actividad una multitud de pequeñas vidas
que proceden a construir una forma para su pensamiento, siguiendo etapas
análogas a las que acabamos de delinear. En la actualidad el hombre
inicia inconscientemente estas vibraciones mántricas ignorando las
leyes del sonido y su efecto. El trabajo esotérico que está
llevando a cabo es desconocido para él. Más tarde hablará
menos, sabrá más y construirá formas más exactas,
que producirán poderosos efectos en los niveles físicos. Así,
en ciclos lejanos, oportunamente, se salvará el mundo,
y no solo un ente acá o allá.
Vinculadas a la construcción de los cuerpos del hombre ocurren en
la manifestación ciertas cosas interesantes que podríamos
dilucidar ahora, dejando que el estudiante establezca las analogías
relacionadas con el sistema y el planeta; únicamente podrá
dársele [e629]
indicaciones generales que serán de
utilidad para llegar a sus propias conclusiones.
[i787] En
todo el trabajo de construir formas suceden ciertas cosas muy importantes
que conciernen al Ego más que a las envolturas, aunque la acción
refleja entre el yo personal inferior y el superior es tan estrecha que
casi son inseparables.
El momento en que el Ego se apropia de la forma. Esto tiene lugar únicamente
después que la cuarta espirilla ha comenzado a vibrar, variando el
período de acuerdo al poder que ejerce el ego sobre el yo inferior.
Idéntica analogía, en conexión con el vehículo
físico denso, puede observarse cuando el Ego cesa su trabajo de influenciar
y, en algún período, entre el cuarto y el séptimo años,
hace contacto con el cerebro físico del niño. Un suceso similar
ocurre con los vehículos etérico, astral y mental.
El momento en que la energía del Ego se transmite de una forma inferior
a otra. Siempre se pasa por alto el hecho de que el sendero de encarnación
no se recorre rápidamente, sino que el Ego desciende muy lentamente
y toma posesión gradual de sus vehículos; cuanto menos evolucionado
es el hombre, más lento es el proceso. Consideramos aquí el
período que transcurre después que el Ego ha dado el primer
paso hacia el descenso y no el tiempo transcurrido entre dos encarnaciones.
Esta tarea de pasar a un plano, con el propósito de encarnar, señala
una crisis definida que se caracteriza por el sacrificio voluntario, la
amorosa apropiación de la sustancia y la energetización de
ésta para que entre en actividad.
El momento en que el tipo particular de fuerza se apropia y energetiza cualquier
forma determinada. Esto hace que el cuerpo implicado sea influenciado
por:
Corrientes de fuerza emanadas de determinadas constelaciones.
Estos tres acontecimientos tienen una analogía muy interesante en
relación con el trabajo del Logos en la construcción de Su
cuerpo físico, el sistema solar; también existen ciertas analogías
vinculadas a las tres primeras Iniciaciones.
Desde el punto de vista del yo inferior, los dos momentos más importantes
de la reencarnación del Ego son: ése en que la unidad mental
es energetizada para entrar en actividad cíclica y aquél en
que el cuerpo etérico es vitalizado. Concierne a aquello que [e630]
vincula el centro en la base de la columna
vertebral con cierto punto dentro del cerebro físico por conducto
del bazo. Aquí tratamos estrictamente con la clave fisiológica.
Podríamos elucidar ahora un punto muy interesante relacionado con
el cuerpo físico denso, si nos ocupamos por lo tanto de aquello que
no se considera un principio, ya sea en el macro o en el microcosmos. Como
se sabe, el hombre es esencialmente un hombre mental y un hombre astral,
y ambos se apropian de un cuerpo etérico con el propósito
de realizar un trabajo objetivo. Los dos se hallan en el cuerpo etérico
y constituyen el verdadero hombre inferior. Pero posteriormente -a fin
de adquirir conocimiento también en el plano más inferior
de todos- el hombre se reviste con una envoltura de piel, como lo expresa
La Biblia, colocándola sobre su cuerpo etérico, esa forma
ilusoria externa que muy bien conocemos, este es el nivel más inferior
de la objetividad y constituye su aprisionamiento directo. La
apropiación de la envoltura densa, por el Ego, está sujeta
a una parte especial del karma, vinculado con los cuatro Kumaras u Hombres
celestiales, que forman el Cuaternario logoico. En los esquemas que se relacionan
con la Tríada logoica (o esos tres Rayos mayores u Hombres celestiales),
la encarnación física densa no constituye el objetivo [i789] destinado,
y el hombre actúa con materia etérica en su manifestación
inferior.
La apropiación del cuerpo inferior es muy distinta a la de los otros
cuerpos. Por una parte no hay átomo permanente para vitalizar. El
plano físico es un reflejo completo del mental; los tres subplanos
inferiores son el reflejo de los subplanos abstractos y los cuatro subplanos
etéricos de los cuatro planos mentales concretos. La manifestación
del Ego en el plano mental (o cuerpo causal) no es el resultado de la energía
que emana de los átomos permanentes como núcleo de fuerza,
sino el resultado de diferentes fuerzas y principalmente de la fuerza grupal.
Lo señala predominantemente el acto realizado por una fuerza externa,
que se pierde en la incógnita del karma planetario. Esto también
es verdad respecto a las manifestaciones inferiores del hombre, siendo el
resultado de una acción refleja, y se fundamenta en la fuerza del
grupo compuesto de centros etéricos por medio de los cuales el hombre
(como un conjunto de vidas) funciona. La actividad de dichos centros inicia
una vibración en respuesta a los tres subplanos inferiores del plano
físico y su interacción hace que se adhieran al cuerpo etérico
o se reúnan a su alrededor partículas de lo que erróneamente
denominarnos sustancia densa. Este tipo de sustancia energetizada
es arrastrada hacia un vórtice, del cual no puede escapar, de corrientes
de fuerza que emanan de los centros. Por lo tanto, dichas [e631]
unidades se van apilando de acuerdo a la dirección
que lleva la energía alrededor y dentro del cuerpo etérico
hasta cubrirlo y ocultarlo, aunque es interpenetrante. Esto es producido
por una ley inexorable, la ley de la materia misma, y sólo pueden
sustraerse al efecto de la vitalidad de sus propios centros quienes son
Señores de la Yoga y pueden -por la voluntad consciente
de su propio ser- sustraerse a la fuerza compulsiva de la Ley de Atracción
que actúa en el subplano físico cósmico más
inferior.
Cuando, en los niveles mentales se construye el Antakarana entre la unidad
mental y el átomo manásico permanente (mediante el cual se
recorre el Sendero de Liberación y se libera el hombre) se produce
una interesante analogía (exacta en líneas generales, [i790]
aunque no en detalle) con la apertura del canal
que se halla entre el centro ubicado en la base de la columna vertebral
y el cerebro, y de allí al centro coronario. Por este último
canal el hombre abandona el cuerpo físico denso y logra la continuidad
de conciencia (entre los planos astral y físico). En el primer caso,
mediante la correcta dirección de la fuerza, la trama etérica
ya no constituye una barrera, pues es destruida y el hombre es plenamente
consciente, en el cerebro físico, de lo que sucede en el plano
astral. En el otro caso, el cuerpo causal también es oportunamente
destruido por la correcta dirección de la fuerza. No nos ocuparemos
aquí del trabajo específico de construir la forma física
densa sobre la estructura del cuerpo etérico. Esto ha sido tratado
extensamente en otros libros. Nos detendremos solamente sobre dos puntos
que son de interés al considerar el trabajo que realizan los Pitris
lunares cuando construyen el cuerpo del hombre.
Respecto a la construcción del cuerpo denso, podría decirse
que aparece como una forma humana, muy semejante a una cruz dentro del ovoide
de otras esferas. Es primordialmente de naturaleza quíntuple:
Cabeza.
Dos brazos.
Dos piernas.
De acuerdo a la posición que asume el hombre, es visto como el símbolo
de la cruz, entonces es cuádruple, si se consideran las dos piernas
como un solo miembro inferior, o quíntuple, si están separadas,
siendo considerado como el símbolo de la estrella de cinco puntas.
La naturaleza quíntuple del cuerpo físico denso se produce
porque sólo cinco centros se hallan realmente activos en el hombre
común, [i791]
y esto hasta recibir la tercera Iniciación;
posee todos los centros y todos están vitalizados, pero únicamente
cinco predomina durante esta evolución quíntuple normal. Por
consiguiente, la fuerza que emana de ellos impele a la sustancia densa [e632]
a una sólida aglomeración. Debido
a que dos centros no funcionan en forma tan activa como los otros cinco,
no forman un ovoide como en el caso de los cuerpos etérico, astral
y mental. La figura quíntuple del hombre físico es el resultado
de la dirección quíntuple de las corrientes de fuerza de los
cinco centros.
Sería interesante también indicar que la interacción
de la energía de los Pitris solares y lunares produce un efecto muy
definido sobre el grupo inferior de Pitris lunares, siendo uno de los medios
por los cuales alcanzarán oportunamente el nivel en que se encuentran
los Pitris solares. Esto hará que el hombre (si lo comprende plenamente)
controle cuidadosamente sus cuerpos y ponga la debida atención sobre
la dirección que lleva su fuerza o energía. El es responsable
de la tarea de ayudar a la evolución de la sustancia, constituyendo
él mismo un manasaputra.
h. Encarnación y karma. Resumiendo nuestra consideración
referente al proceso seguido por el Ego reencarnante, es necesario observar
que todo el tema concierne radicalmente a la energía, y de
acuerdo al grado de evolución alcanzado por la unidad de la fuerza
involucrada así será la brevedad o extensión del proceso.
En las primeras etapas el impulso inicial es pesado y lenta y la materia
requerida para los cuerpos es correspondientemente de grado inferior,
es decir de baja capacidad vibratoria, siendo extenso el tiempo transcurrido
entre la primera vibración externa, en el plano mental, y su coordinación
con el cuerpo físico denso. Más tarde la vibración
se hace más poderosa, por lo tanto, los efectos se sienten más
rápidamente. Al finalizar la evolución, cuando el ente humano
se halla en el Sendero, controla conscientemente su destino y agota su [i792]
karma, los intervalos entre dos encarnaciones
serán más o menos breves, según la elección
que haga el hombre en beneficio del trabajo a realizar y de acuerdo a su
intención de liberarse de la forma. Debe recordarse también
que a medida que prosigue el proceso evolutivo, la actividad egoica invoca
respuesta no sólo de la sustancia en los tres mundos sino también
de los niveles amorfos del sistema. Finalmente, la respuesta será
sentida en niveles monádicos. Entonces, después de un momento
de equilibrio, el efecto del ritmo se hará sentir totalmente en los
planos superiores y abandonará a los inferiores.
La palabra momento está empleada aquí en su significado
oculto para especificar cierto período de tiempo, período
relativo a un día o a un año de Brahma. Uno de los secretos
de la iniciación se relaciona con la comprensión de los ciclos
y su duración; deben tenerse en cuenta los términos siguientes,
conocerse y analizarse debidamente su duración y su antítesis
(un pralaya intermedio) antes de que un hombre sea considerado un verdadero
ocultista. [e633]
a.
100 años de Brahama
Un siglo esotérico. El período que dura un sistema
solar.
b.
Un año de Brahma
El período de duración de siete cadenas, en lo
que concierne a siete esquemas planetarios
c.
Una semana de Brahma
El período que duran las siete rondas de un esquema.
Significa una cadena
d.
Un día de Brahma
El período esotérico que dura una ronda
e.
Una hora de Brahma
Concierne a las cuestiones intercadenarias
f.
Un minuto bráhamico
Concierne a los centros planetarios y por lo tanto
a los grupos egoicos.
g.
Un momento bráhmico
Concierne a un grupo egoico y su relación con el
todo
Éstos son los períodos de tiempo más extensos, y cuando
sea comprendido su significado muchas cosas que ahora permanecen confusas [i793] serán
esclarecidas. Únicamente a los iniciados se les revela las verdaderas
cifras, las cuales aparecen en La Doctrina Secreta como que 100 años
de Brahma señalan el promedio general, pero debe recordarse
que cuando se consideran los números respecto a un esquema por ejemplo,
se ha de tener en cuenta el karma planetario individual y su idiosincrasia.
Los puntos siguientes son dignos de consideración y tratan algunos
factores interesantes de este tema.
No todos los Rishis planetarios poseen larga vida en el sentido
oculto del término; los siete Logos planetarios de los siete planetas
sagrados se hallan en distintas etapas de evolución, por eso Su respuesta
vibratoria difiere, produciendo diferentes efectos en el tiempo.
Los tres esquemas planetarios principales (Urano, Neptuno y Saturno) no
han sido todavía estimulados plenamente ni lo serán hasta
serles transferida energía de los siete sagrados. En
consecuencia, los guarismos respecto a su duración y persistencia,
no son correctos.
Los cifras correspondientes a los planetas implicados en la ronda
inferior difieren en cuanto a duración de tiempo, pero
no de los otros planetas, respecto al lugar que ocupan en el espacio.
Los verdaderos guarismos en conexión con cualquier esquema planetario
y su actividad oculta no pueden ser comprobados por el hombre, a quien no
se le puede confiar el significado de otros cuerpos planetarios (muy numerosos)
dentro del círculo no se pasa solar. Toda la esfera solar
rebosa de estos cuerpos, caracterizados por los mismos lineamientos de los
siete y los diez, produciendo cada uno de ellos en cierta medida un efecto
sobre el todo. Los números no pueden ser considerados exactos hasta
que se [e634] conozca
el efecto producido por los cuerpos planetarios menores sobre sus vecinos
más cercanos y se haya medido la extensión de su irradiación
planetaria. Existen más de 115 cuerpos que deben tenerse en cuenta
y todos se hallan en diferentes etapas de impulso [i794]
vibratorio. Recorren determinadas órbitas,
giran sobre sus ejes, extraen su vida y sustancia del sol, pero,
dada su relativa insignificancia, no han sido considerados todavía
factores importantes. Esta actitud mental cambiará cuando la visión
etérica sea un hecho y los científicos reconozcan la realidad
de que todo lo manifestado posee su doble etérico. Este hecho será
demostrado al finalizar el siglo; durante la primera parte del próximo
habrá una revolución en los círculos astronómicos
que traerá como resultado el estudio de los planetas etéricos.
Debido a que estos cuerpos son órganos de energía que compenetran
la forma densa, el estudio de la interacción de la energía
solar y el oculto dar y tomar de los cuerpos planetarios asumirán
un nuevo significado. Ciertos cuerpos planetarios (mayores y menores) son
absorbentes, y otros son irradiantes, mientras que
otros se hallan en la etapa de manifestar una actividad dual y están
en proceso de ser transmutados. Todas estas circunstancias necesitan
ser consideradas por el iniciado que se ocupa de los ciclos.
También serán computados los guarismos cuando se conozca el
efecto que producen, sobre los planetas, los denominados asteroides.
Esto es algo más grande de lo que hasta ahora ha aceptado la ciencia
exotérica, pero su significado ha de ser oportunamente interpretado
en términos de energía y en niveles etéricos.
Otro factor en la computación, que debe ser también considerado,
es el efecto de las diferentes lunas sobre cualquier esquema planetario,
y el verdadero significado de la octava esfera en conexión con la
sustancia densa. Cada luna es esotéricamente un punto de corrupción,
o aquello que lanza gases nocivos. La transmutación de la forma ha
continuado en cada caso hasta alcanzar un grado en que todo lo que representa
energía vital y vida solar ha desaparecido, no quedando vestigios
de energía pránica; lo que se ve es simplemente la descomposición
del cuerpo físico [i795]
-la descomposición de una luna produce
un efecto muy maligno sobre todo aquello que entra en contacto con ella,
así como un cuerpo en descomposición en la tierra afecta a
su medio circundante. Esotéricamente es ofensiva. Esto
será mejor comprendido cuando se estudie el doble etérico
de nuestra luna. A medida que la luna se vaya achicando por el proceso de
desintegración, su efecto sobre la Tierra será correspondientemente
disminuído; conjuntamente con esta etapa los hijos de los hombres obtendrán
la mayor liberación de los impulsos del mal. Sobre todo, otro de
los resultados será [e635]
mejores condiciones entre los animales, desapareciendo
todo lo que es nocivo en el reino animal. Cuando llegue la séptima
ronda, lo que reste de la luna ya no producirá malos efectos, pues
prácticamente habrá desaparecido. Durante la quinta ronda,
los hombres descubrirán cómo neutralizar el remanente de cualquier
efecto por medio de la realización científica y del conocimiento
de los sonidos y los mántram necesarios, contrarrestándose
así gran parte del mal. En ello va incluida la luna etérica.
El mayor efecto de las condiciones lunares puede observarse en el terror
predominante y en la actual situación angustiosa del reino animal.
(54)
Otro factor en la computación cíclica reside en el efecto
que producen las siguiente estrellas y constelaciones sobre nuestro sistema
y cualquier esquema particular dentro del sistema:
La Osa Mayor.
La Osa Menor.
La estrella Polar, especialmente en lo que se
refiere a nuestro planeta.
Las Pléyades.
La Constelación de Capricornio.
Draco.
Sirio.
Las diversas constelaciones y estrellas del zodíaco.
[i796] El
misterio se halla oculto en la astrología esotérica, y cuando
se comprenda mejor la energía que actúa a través del
cuerpo etérico, la radiactividad y la transmutación de todos
los cuerpos de un estado inferior a otro superior, se revelará el
verdadero misterio de la influencia que ejercen entre sí
estos distintos cuerpos. Si aún se desconoce el efecto irradíatorio
de un ser humano o el que ejerce entre sí un grupo de seres humanos
desde el punto de vista de la ciencia práctica, también se
desconoce el efecto oculto que recíprocamente producen dichas formas
mayores. La ciencia reconoce ciertos efectos que conducen y tienden a producir
la coherencia general del universo, de la misma manera que el hombre reconoce
teóricamente las leyes generales de orden social; pero la ciencia
sabe muy poco acerca de las irradiaciones de energía que emanan de
los cuerpos etéricos de los soles y grupos de soles, de los planetas
y grupos de planetas. Conoce su actividad atómica, pero comprende
muy poco la parte de su ser que corresponde al magnetismo animal; tampoco
ha calculado ni aceptado el factor aún más potente de la irradiación
magnética de sus cuerpos astrales. Todo ello debe tenerse en cuenta
cuando son considerados el factor tiempo y los ciclos. El verdadero conocimiento
esotérico no [e636]
se adquirirá estudiando los números
con la mente inferior. Vendrá como resultado de la intuición
y por el estímulo recibido durante la iniciación.
Todo lo que se ha expuesto puede ser aplicado (aunque en forma muy limitada)
al ego y sus ciclos; también entrarán en sus períodos
de tiempo otras consideraciones que no serán las estrictamente personales.
La influencia ejercida por otros grupos y entes y el efecto producido por
la radiación proveniente de otros rayos y de ciertos tipos de fuerza,
aún no revelados, por lo cual no los consideramos, conciernen a su
aparición, la duración de su [i797]
manifestación, la consiguiente oscuración
y el gran intervalo praláyico final. Así como el Ego atraviesa
períodos de tiempo que corresponden a 100 años
de Brahma, y sus 777 encarnaciones tienen una analogía
solar, también los grupos de Egos difieren en lo que respecta al
factor tiempo, análogamente como los esquemas planetarios poseen
una evolución similar pero difieren en lo que concierne a sus períodos.
La Ley de Periodicidad es una, pero como está basada en el impulso
inicial y sobre la palpitación rítmica del Corazón
central o del sol central de cualquier organismo (sistema
solar, esquema o cadena planetarios, grupo o vida individual egoicas) la
verdadera naturaleza o familia de cualquiera de dichos organismos
debe ser comprobada antes de hacer ningún pronunciamiento cíclico,
con la esperanza de que sea aproximadamente exacta. Por eso H. P. B. trató
de recalcar la necesidad de estudiar la familia astral y la
herencia esotérica de cualquier persona, porque en lo astral se halla
la clave de la familia o grupo egoico. Con esta clave, el estudiante
podrá entonces comprobar las características de su grupo en
niveles egoicos, el lugar que le corresponde entre otros grupos egoicos
y, oportunamente, su rayo o centro grupal. Con el tiempo se iniciará
el estudio de la herencia y de la transmisión esotérica y
toda la estructura mental estará erigida alrededor de expresiones
modernas tales como:
Consanguinidad o lazos de sangre.
Herencia física.
Atavismo.
Intermatrimonios consanguíneos o interraciales.
Relaciones familiares.
Unidad familiar.
Almas gemelas.
Divorcio y muchos otros términos que
serán desplazados a planos superiores y reconocidos y empleados en
conexión con las relaciones del alma. Hastaahora sólo
constituyen, en el plano físico, una mínima comprensión
de [i798] ciertas [e637] relaciones
internas que tratan de obtener una respuesta externa. Cuando este cúmulo
de ideas sea interpretado en términos de fuerza y energía,
atracción y repulsión o respuesta vibratoria de los entes
entre sí y del conjunto de entes con otros grupos, se irán
aclarando muchos problemas y se simplificará la vida. Los hombres
serán fieles a sus afiliaciones grupales, y las actuales erróneas
agrupaciones y los matrimonios incompatibles desaparecerán gradualmente
por medio del conocimiento.
Podremos ahora abocarnos al estudio de la relación que existe entre
el karma y la reencarnación. Como sabemos, la Ley del Karma es la
más estupenda del sistema, imposible de ser comprendida por el hombre
medio, porque si se la considera retrospectivamente hacia su raíz
central y sus numerosas ramificaciones, oportunamente se enfrentarán
causas anteriores al sistema solar; sólo un iniciado muy avanzado
puede comprender en forma práctica este punto de vista.
Esta gran ley en realidad concierne a, o tiene su fundamento en, las causas
inherentes a la constitución de la materia misma y a la interacción
entre unidades atómicas, si empleamos esta expresión en relación
con un átomo de sustancia, un ser humano, un átomo planetario
o un átomo solar.
También podríamos explicarlo diciendo que el aspecto voluntad
o impulso inicial es el que origina la causa y es la causa misma. Debería
recordarse que esa causa involucra la idea de dualidad, es decir
la iniciación de la causa y su efecto simultáneo. Las dos
ideas son inseparables, sin embargo, la segunda, en su más abstracto
significado, no debe considerarse literalmente como un efecto; el verdadero
efecto involucra una tercera idea. La comprensión del problema podrá
obtenerse considerando el fenómeno que siempre encierra esta doble
causa inicial y su efecto objetivo. [i799]
Espíritu-materia en actividad dual producen
el universo objetivo.
Fuego eléctrico y fuego por fricción,
al entrar en contacto, producen el fuego solar; surgen de la oscuridad,
pero una oscuridad cargada de energía.
Voluntad-deseo es la causa de la encarnación;
la voluntad de ser reacciona sobre la sustancia (cuya cualidad principal
es deseo o respuesta a la sensación) y produce las formas por
las cuales la Vida o Existencia central trata de expresarse.
Ideas y materia mental unidas, producen formas
mentales.
Si el estudiante considera estos puntos, es evidente que sólo podrá
estudiar los efectos producidos por la yuxtaposición de los
pares de opuestos; no puede disociarlos mentalmente ni considerar [e638]
al Espíritu o a la materia por sí
mismos; tampoco puede disociarse del cuerpo físico del hombre el
átomo de sustancia de ese cuerpo y considerarse libre de las influencias
de la forma. Todos los átomos están siempre controlados por
los mismos factores, así como un hombre en el cuerpo de un Logos
planetario y un Logos planetario dentro de Su todo mayor son igualmente
controlados por los siguientes principios básicos:
La influencia y la cualidad del órgano o unidad, en
la cual encuentra su lugar. En el átomo humano esto significa su
fuerza o influencia grupal.
La influencia vital de todo el cuerpo físico del que cualquier
átomo es parte integrante. En el átomo humano esto significa
la influencia del centro particular en el cual su grupo egoico tiene un
lugar y el tipo de energía que personifica.
La influencia vital del deseo o del cuerpo astral, el agente kármico
más fuerte que debe tenerse en cuenta. [i800]
En el átomo humano esto involucra la
influencia que ejercen los tres centros que forman cualquier triángulo
específico de fuerza en el cuerpo del Hombre celestial, influyendo
grandemente para que los grupos de Egos se liberen de la manifestación.
Las influencias vitales del cuerpo mental o de ese principio que
introduce en el átomo la cualidad activa de la forma, rige la reacción
del mismo hacia su vida grupal y permite que se manifieste la cualidad de
su vida. En el átomo humano concierne a esas causas incidentales
al Rayo de un hombre, o constituye literalmente la influencia que ejerce
la vida del Logos planetario cuando actúa como Vida autoconsciente
en Su propio plano, a medida que desarrolla Sus propios proyectos y, en
consecuencia, impele a la actividad a las células de Su cuerpo, como
mero incidente, en lo que a Él (vida central básica) atañe.
El impulso vital del Pensador que actúa en el cuerpo causal,
quien -ya se refiera a la vida celular, a una gran abstracción o
al Absoluto- es sin embargo un poderoso y activo factor en la implantación
del ritmo sobre el átomo de cada cuerpo. En el átomo humano
atrae la influencia de la vida del Logos solar, pues esa Vida impone el
ritmo sobre cada átomo humano en el sistema, haciéndolo por
intermedio de la sustancia y su cualidad inherente, la sensación.
Con estos conceptos sólo hemos estudiado el karma desde un nuevo
ángulo, procurando demostrar los orígenes de las influencias
que actúan sobre todas las vidas atómicas.
[e639] El
átomo está similarmente controlado por su propio esse
(55) o por su propia naturaleza inherente o vibración, la cualidad
de la materia misma antes de ser agregada a un sistema solar; también
constituyó la actividad vibratoria producida por la vida rítmica
de un sistema solar anterior. [i801]
Lo mismo puede decirse de todos los tipos de
átomos; pero únicamente es posible, en conexión con
el átomo de la sustancia y en cierta medida con el átomo humano,
conocer en alguna forma las causas que predisponen a ello. Mientras el misterio
de la Osa Mayor no sea develado y conocido tal como es, no se comprenda
la influencia que ejercen las Pléyades ni sea revelado el verdadero
significado del triángulo cósmico formado por
los siete Rishis de la Osa Mayor,
los siete Logos planetarios de nuestro sistema
solar,
las siete Pléyades o Hermanas,
el karma de los siete planetas sagrados permanecerá desconocido.
Todo lo que podemos ver es su actuación en el sistema solar. La complejidad
del tema será evidente si se tiene en cuenta que no sólo estos
tres grupos forman un triángulo cósmico, sino que dentro de
ese triángulo han de ser estudiados muchos triángulos menores.
Cualquiera de los siete Rishis, conjuntamente con uno de nuestros Logos
planetarios y una de las siete Hermanas, pueden formar un triángulo
subsidiario y deben ser estudiados en este sentido.
En cuanto al karma del Logos solar, el tema es aún más abstracto
e incomprensible. No se halla oculto en las siete constelaciones, sino en
las tres constelaciones vinculadas a los tres cuerpos de Su personalidad,
los cuales no son más que manifestaciones de una VIDA central fuera
de nuestro concepto y conocimiento. Concierne a la manifestación
en tiempo y espacio de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, Cuya relación
con el Logos solar tiene una débil analogía con la del Logos
planetario y un hombre, el ente humano. No tiene objeto dilucidar en forma
más extensa este tema.
Únicamente intentamos poner de relieve el hecho de la interdependencia
de los átomos y de las formas, e insistir respecto a la existencia
de las diversas influencias que actúan sobre todo [i802]
lo que se halla en manifestación, y
llamar la atención sobre el hecho del karma de los pasados eones,
los kalpas y ese período ignoto en que se originaron los impulsos
iniciales que aún persisten, y que Dios, el hombre y los átomos
siguen emitiendo y agotando. Las influencias o vibraciones que evocan respuesta,
actúan sobre cada forma [e640]
y átomo del sistema solar, y lo único
que puede decirse de ellas es que tienden a desarrollar algún tipo
de conciencia, imponer ciertos ritmos de acuerdo a esa respuesta consciente
y producir una actividad conjunta o grupal.
Liberarse del karma, tan superficialmente mencionado por los seudos estudiantes
de ocultismo, después de todo es liberar al átomo de su propio
problema personal (el problema de responder a la sensación unitaria)
y aceptar conscientemente la respuesta y el trabajo grupales. Consiste en
disociar al átomo humano del ritmo impuesto por las influencias
inferiores que le llegan a través de sus vehículos o cuerpos
lunares, y su consiguiente y voluntario reconocimiento del impulso volitivo
proveniente de su todo mayor o la vida del grupo egoico -un centro del cuerpo
planetario. No sólo significa ser controlado atómicamente,
sino someterse conscientemente al karma del Hombre celestial. El hombre
ya no está esclavizado por el ritmo de la materia en sí, sino
que la controla en los tres mundos de su esfuerzo; sin embargo, aún
está controlado por el karma grupal del centro planetario, por su
influencia, su vida e impulso vibratorio. Lo mismo puede afirmarse respecto
a un Hombre celestial y a un Logos solar.
Para finalizar, podríamos expresar el mismo concepto en términos
de fuego, recordando que las palabras limitan y restringen el pensamiento
y que la principal razón de expresarlo en esos términos consiste
en poner ante el hombre, en forma gráfica, algunos aspectos de la
idea central.
Fuego eléctrico o impulso volitivo conjuntamente con
fuego por fricción producen luz o fuego solar.
Fuego eléctrico es fuerza o algún tipo de energía y,
por lo tanto, constituye [i803]
fundamentalmente en sí mismo una emanación.
Fuego por fricción es sustancia que tiene como característica
principal la cualidad de calor, calor latente o sensación. En consecuencia,
ambos conceptos dan la idea de dualidad. Toda emanación debe tener
su fuente de origen, y el calor es únicamente resultado de la fricción,
siendo necesariamente dual. Ambas afirmaciones involucran hechos que datan
de mucho antes del sistema solar y se hallan ocultos en la Mente Universal.
Todo lo que podemos comprobar científicamente, debido a su aproximación,
es la naturaleza de lo que produce el fuego solar o la luz. Estas ideas
pueden aclarar parcialmente el significado del número cinco, considerado
esotéricamente. Siendo el fuego eléctrico una emanación,
se lo conceptúa esencialmente dual, como así también
el fuego por fricción; unidos producen el fuego solar y, por lo tanto,
el cinco esotérico.
Se evidencia que cuando el hombre habla de karma, se refiere a algo mucho
más vasto que la interacción de la causa y el efecto [e641]
dentro de la esfera de su rutina individual.
Todas sus cosas están regidas por: las causas originadas en el conjunto
de vidas que componen su grupo egoico, el conglomerado de grupos que forma
un pétalo correspondiente a un centro de un Hombre celestial, la
fuerza o propósito que circula a través de un triángulo
de centros y la energía vital o propósito volitivo del Logos
planetario. Finalmente, lo rige la voluntad del Logos solar cuando se manifiesta
como actividad inicial. No es conveniente ir más allá de esto,
pues ya se ha dicho bastante como para demostrar que cada átomo humano
está dominado por fuerzas fuera de su propia conciencia, que impulsan
a él y a sus semejantes a situaciones incomprensibles e ineludibles.
Nunca hubo un ejemplo tan exacto como el de la última guerra y las
actuales condiciones del mundo, siendo el efecto producido por causas originadas
en la renovada actividad de cierto triángulo planetario y en la vibración
iniciada por nuestro Logos planetario en la cadena lunar, [i804]
que tuvo un débil principio en un sistema
solar anterior. Esta vibración hizo impacto principalmente sobre
ciertos átomos y grupos de átomos de Su cuerpo, principalmente
los que componen los reinos humano y animal, y produjeron los resultados
aparentemente desastrosos de los cuales hemos sido testigos. Tan grande
fue el efecto de Su energía que el reino vegetal se vio afectado
parcialmente y el reino mineral lo sintió en forma muy desconcertante,
mucho más que el reino vegetal y casi tanto como el animal.
Tenemos aquí un conjunto de circunstancias que están fuera
del control humano y grupal, lo cual pone de manifiesto el desamparo en
que se encuentra el hombre bajo ciertas condiciones que sirven para atraer
factores aparentemente distintos a la vibración individual del cuarto
reino.
Sin embargo, dentro de ciertos limites, el hombre definidamente controla
su destino, y puede iniciar una actividad cuyos efectos él
reconocerá como dependientes de la actividad que despliega en determinada
línea. Repite en minúscula escala el procedimiento que aplica
el Logos en vasta escala, siendo de esta manera el árbitro de su
propio destino, el empresario de su propio drama, el arquitecto de su propia
casa y el iniciador de sus propios problemas. Aunque constituya el punto
de reunión de fuerzas, fuera de su control, sin embargo puede emplear
la fuerza, la circunstancia y el medio ambiente y, si lo desea, aplicarlos
para sus propios fines.
La actuación de la ley kármica, en la vida de un hombre, podría
ser dividida en tres amplias secciones; en cada una se expresa un tipo diferente
de energía, produciendo efectos definidos sobre los cuerpos inferior
y superior.
[e642] En
las primeras etapas, cuando el hombre es algo más que un animal,
la actividad vibratoria de los átomos de sus tres cuerpos (y principalmente
el más inferior) rige todos sus actos. Es la víctima de la
actividad vibratoria de la sustancia física, y mucho de lo que le
sucede es la [i805]
consecuencia de la interacción entre
el Ego y su manifestación inferior, el cuerpo físico. Su centro
de atención es el cuerpo físico, y sólo muy débilmente
le responden los dos cuerpos más sutiles. El impulso egoico es lento
y pesado, y la vibración hace que haya respuesta entre la conciencia
egoica y los átomos del cuerpo físico. El átomo físico
permanente es más activo que los otros dos. El aspecto fuego
por fricción es aventado por el aliento egoico, con un triple
objetivo:
Coordinar el cuerpo físico.
Acrecentar la resistencia de la trama etérica,
tarea que fue llevada al punto culminante sólo a mediados de
la raza raíz Atlante.
Llevar a algunos de los centros inferiores a una
etapa necesaria de expresión.
El calor de los átomos en los cuerpos aumenta durante esta etapa
y se coordina su vida atómica, mientras que triángulo entre
los tres átomos permanentes se convierte en un hecho comprobable
y no en una débil insinuación.
Durante la segunda etapa, la Ley del Karma o la influencia kármica
(por medio de la acción refleja inevitablemente produce la creciente
actividad de los cuerpos) se aboca a cumplir el deseo y transmutarlo en
aspiración superior. El Pensador, por medio de la experiencia, reconoce
los pares de opuestos, y ya no es víctima de los impulsos vibratorios
de su cuerpo físico, evidenciándose el resultado de la elección
inteligente. El hombre empieza a discriminar entre los pares de opuestos,
eligiendo siempre, en sus primeras etapas, lo que más atrae a su
naturaleza inferior y lo que cree que le producirá placer. El Ego
centra su atención en el cuerpo astral, y se coordina tan estrechamente
con el cuerpo físico que ambos forman una expresión unida
de deseo. El cuerpo mental [i806]
permanece comparativamente inactivo en esta
etapa. La naturaleza amor del Ego está en proceso de desarrollarse,
siendo esta etapa la más larga de las tres. Trata de la evolución
de los pétalos del loto egoico y de la mezcla del fuego solar y del
fuego por fricción. La acción refleja entre lo inferior y
lo superior, durante este período intermedio, produce tres efectos
que, si son cuidadosamente estudiados, impartirán mucha información
sobre la actuación de la ley del karma; ellos son:
El desarrollo del átomo astral permanente con el correspondiente
estímulo del átomo físico permanente,
[e643]
produciendo así el crecimiento
y la evolución de los dos cuerpos involucrados.
La coordinación del triple hombre por medio de la vitalidad
innata del cuerpo astral y sus efectos sobre el mental y el físico.
Éste es el período kama-manásico, y debido
a que el cuerpo astral es la única esfera completa del
triple hombre inferior, es inherentemente el más poderoso,
pues personifica (como lo hace el sistema solar) el aspecto corazón
o la naturaleza amor embrionaria que la evolución macro
y microcósmica tiene por objetivo.
Finalmente, el desarrollo de los nueve pétalos egoicos
en tres etapas.
Por lo tanto, en la actuación de la ley debemos observar que
el hombre es, ante todo, víctima de los impulsos de la sustancia
densa o aspecto Brahma, repitiendo así rápidamente el
proceso evolutivo del sistema solar precedente; en la segunda etapa
es víctima del deseo o de su propia naturaleza amor.
En la tercera etapa la Ley del Karma actúa por intermedio de
la naturaleza mental del hombre, despertando en él el reconocimiento
de la ley y la comprensión intelectual de causa y efecto. Ésta
es la etapa más corta, pero es también la más
poderosa; concierne a la evolución de los tres pétalos
[i807] internos
que protegen a la joya, y su capacidad para descubrir,
en el momento oportuno, lo que se halla oculto. Comprende el período
evolutivo del hombre avanzado y del hombre en el Sendero. En relación
con la familia humana abarca la primera mitad de la próxima
ronda, antes de producirse la gran separación. El fuego eléctrico
comienza a hacer sentir sus irradiaciones, y la voluntad y el propósito
del Ego se cumplen conscientemente en el plano físico. Los
tres átomos permanentes forman un triángulo de luz y
los pétalos del loto se abren rápidamente. Cuando la
conciencia incipiente del cerebro físico del hombre comprende
la voluntad y el propósito del Ego, entonces se neutraliza
la Ley del Karma en los tres mundos y el hombre se halla al borde
de su liberación. Ha agotado la vibración inicial y
sus cuerpos no responden a la triple vibración de los tres
mundos; se ha emancipado de los tres reinos y del cuarto.
d. La Construcción del Cuerpo Causal.
Entramos ahora en la parte práctica más importante
de este Tratado sobre el Fuego, la que trata de la construcción
del cuerpo causal o cuerpo de manifestación del Ego. Concierne
al trabajo de los Ángeles solares o la verdadera Entidad autoconsciente,
el hombre. Si el estudiante ha captado la tendencia general de lo
expuesto [e644]
en las páginas precedente, estará
en una condición mental que le permitirá interpretar
todo lo que se diga en términos de energía, o esa actividad
vibratoria producida por las tres fases principales de los fenómenos
eléctricos, la unión que produce esa divina manifestación
llamada Hombre, o cuando se considera al conjunto de entes, el reino
humano.
a. Notas de introducción. Hemos estudiado algo
de la constitución de los Triángulos o Pitris, quienes,
por medio del autosacrificio, proporcionan al hombre la autoconciencia
y construyen su vehículo egoico empleando Su propia esencia.
Nos [i808]
hemos ocupado brevemente de los Pitris
lunares que proporcionan al hombre los cuerpos y principios inferiores
por intermedio de los cuales puede sentirse la energía de los
Señores solares; ahora bien, procederemos a estudiar tres cosas:
Primero, el efecto de la energía superior sobre los cuerpos
inferiores, a medida que se hace sentir gradualmente durante el proceso
evolutivo y simultáneamente redime al hombre, en
sentido oculto, y también eleva a los Pitris lunares.
Segundo, el efecto de dicha energía sobre el plano mental,
en el desarrollo y apertura del loto egoico.
Tercero, el impulso a la actividad de la Vida central dentro del loto,
la cual se manifiesta de dos maneras:
Por la comprensión del hombre, mediante
su cerebro físico, de que posee en el plano físico
una naturaleza divina, dando por resultado la consiguiente demostración
de la divinidad en la tierra, previamente a la liberación.
Por la actividad consciente del Ego individual
en el plano mental en colaboración con su grupo o grupos.
En el primer caso tenemos el efecto de la vida egoica sobre sus cuerpos
y su consiguiente control; en el segundo tenemos el despertar de la
unidad egoica en su propio plano, y en el tercero la comprensión
grupal o la penetración del ente en la conciencia del Hombre
celestial.
Sólo es posible explicar el desarrollo en forma amplia y general.
El tema de la evolución egoica no puede ser plenamente comprendido,
hasta después de haber recibido la iniciación, pero
los Instructores internos se dan cuenta que sería conveniente
exponer los principios esenciales en vista de que se producirán
acontecimientos inesperados (desde el comienzo de este siglo) en dos
grandes ciencias:
La Ciencia de La Electricidad. Las investigaciones de los científicos [i809] han
sido grandemente estimuladas por el descubrimiento del radio, fenómeno
eléctrico de determinado tipo, y por el [e645]
conocimiento que trajo dicho descubrimiento
respecto a las sustancias radiactivas, prestando gran ayuda
al desarrollo de los innumerables métodos para emplear la electricidad.
Esta ciencia ha llevado al hombre al umbral del descubrimiento que
revolucionará el, pensamiento mundial referente a estas cuestiones
y solucionará oportunamente una gran parte del problema económico,
permitiendo así que un mayor número de personas queden
libres para el desarrollo y el trabajo mentales. Este acrecentado
conocimiento puede
esperarse antes de que hayan transcurridos ciento cincuenta años.
La Ciencia de la Psicología. Las teorías sicoanalístas
que (aunque indicadoras de progreso) tienden todavía hacia
una dirección equívoca, pueden resultar desastrosas
para el desarrollo superior de la raza, salvo que se desentrañe
la verdadera naturaleza de la siquís. Cuando la
mente pública capte, aunque ligeramente, los siguientes hechos
brevemente enunciados, la tendencia de la educación popular,
la finalidad de la ciencia política y la meta del esfuerzo
económico y social tomarán una nueva y mejor dirección.
Estos hechos pueden ser resumidos en los siguientes postulados:
El hombre es divino en esencia. (56)
Siempre ha sido enunciado esto en
el transcurso de las épocas, pero hasta ahora sigue siendo
una bella teoría o creencia y no constituye un hecho
científico comprobado ni aceptado universalmente. [i810]
El hombre es un fragmento de la Mente Universal
o alma mundial y, como fragmento, participa de los instintos
y de la cualidad de esa alma, tal como se manifiesta por medio
de la familia humana. Por lo tanto, la unidad es sólo
posible en el plano de la mente. Si esto es verdad, tenderá
a desarrollar en el cerebro físico la comprensión
consciente de las afiliaciones grupales en el plano mental,
el reconocimiento consciente de las relaciones, ideales y metas
grupales, y la manifestación consciente de esa continuidad
de conciencia que actualmente es el objetivo de la evolución.
Luego transferirá la conciencia de la raza [e646]del plano físico al
mental, y tenderá a la consiguiente solución de
todos los problemas actuales por medio del conocimiento,
amor y sacrificio. Esto nos emancipará del desorden
actual en el plano físico. Conducirá a educar
al público respecto a la naturaleza del hombre y al desarrollo
de los poderes latentes en él -poderes que lo liberarán
de sus limitaciones actuales y producirá en la familia
humana un repudio colectivo hacia las condiciones actuales.
Cuando todos los hombres se conozcan a sí mismo y conozcan
a los demás como entes autoconscientes divinos que funcionan
principalmente en el cuerpo causal utilizando los tres vehículos
inferiores, sólo como medio para hacer contacto con los
tres planos inferiores, tendremos gobierno, política,
economía y orden social erigidos sobre bases sólidas,
saludables y divinas.
La naturaleza inferior y los tres vehículos
del hombre son un conglomerado de vidas menores, y la naturaleza
grupal, el tipo de actividad y la respuesta colectiva de dichas
vidas dependen de él, las cuales [i811]-por medio de la energía
o actividad del Señor solar- serán desarrolladas
y elevadas posteriormente a la categoría humana.
Cuando estos tres hechos sean bien comprendidos, sólo entonces
tendremos un conocimiento correcto y exacto de la naturaleza del hombre,
lo cual hará que se produzcan tres cambios en las ideas de
la época:
1. Un reajuste en el conocimiento que posee el hombre respecto
a la medicina, traerá por resultado un verdadero conocimiento
del cuerpo físico, un mejoramiento en su tratamiento y protección,
obteniéndose así un conocimiento más exacto de
las leyes de la salud. El objetivo del médico consistirá
entonces en averiguar qué es lo que impide, en la vida del
hombre, a la energía egoica llegar a todas las partes de su
ser; descubrir los pensamientos que lo embargan y ocasionan la inercia
del aspecto voluntad que lo conducen a obrar mal; comprobar qué
hay en el cuerpo emocional que afecta al sistema nervioso y obstruye
la afluencia de energía proveniente de los pétalos de
amor del loto egoico (vía el átomo astral permanente)
al cuerpo astral, y de éste al sistema nervioso; descubrir
que obstáculo hay en el cuerpo etérico que impide la
correcta afluencia de prana o vitalidad solar, a todas las partes
del cuerpo.
Es esencial que en el futuro los médicos comprendan que la
enfermedad del cuerpo físico deriva de condiciones internas
erróneas. A esto se lo tiene en cuenta en parte, pero (aunque
es indiscutible en vista de las realizaciones de los científicos
mentales y de [e647]las innumerables personas que curan
por la fe) no será más que una bella teoría hasta
que la verdadera naturaleza del ego, su constitución, sus poderes
y su campo de influencia sean debidamente comprendidos.
Dicha revelación vendrá cuando los médicos acepten
esta [i812] enseñanza
como una hipótesis aplicable, y luego comiencen a observar,
por ejemplo, el poder de resistencia demostrado en la tierra por las
grandes almas y su capacidad para trabajar a alta presión,
permaneciendo prácticamente inmunes a las enfermedades, hasta
que (al finalizar una útil y larga vida) el Ego elige premeditamente
retirarse de la existencia física. Esto sucederá
cuando la profesión médica se dedique a la acción
preventiva, sustituyendo el actual régimen de drogas y operaciones
quirúrgicas por la luz del sol, la dieta vegetariana y la aplicación
de las leyes de vibración y vitalidad magnéticas. Entonces
llegará la época en que se manifestarán en la
tierra seres humanos mejores y más perfectos. Cuando los médicos
estudien también la naturaleza del cuerpo etérico y
el trabajo que efectúa el bazo como punto focal para la emanaciones
pránicas, se introducirán sólidos principios
y métodos qué eliminarán enfermedades tales como
la tuberculosis, anemia, desnutrición y enfermedades de la
sangre y de los riñones. Cuando los médicos comprendan
el efecto que producen las emociones sobre el sistema nervioso, pondrán
su atención al mejoramiento de las condiciones ambientales
y estudiarán los efectos de las corrientes emocionales sobre
los fluidos del cuerpo y principalmente sobre los grandes centros
nerviosos y la columna vertebral. Cuando la relación entre
el físico denso y los cuerpos más sutiles sea un hecho
reconocido en los círculos médicos, entonces se sabrá
cuál es el correcto tratamiento a aplicar en los casos de demencia,
obsesiones y erróneas condiciones mentales, y los resultados
serán más exitosos; finalmente, cuando se estudie la
naturaleza de la fuerza egoica o de la energía y se comprenda
mejor la función del cerebro físico como transmisor
de la intención egoica, entonces se estudiará, en el
hombre, la coordinación de todo su ser, se determinará
con exactitud la causa que produce las dolencias, la anemia y las
enfermedades y se tratará la causa, no simplemente él
efecto.
2. Los pensamientos del mundo social estarán dedicados
a comprender la naturaleza emotiva de la [i813]
humanidad, las relaciones grupales involucradas
y la interacción entre los individuos y los grupos. Dichas
relaciones serán interpretadas sabia y ampliamente, y se le
señalará al hombre su responsabilidad hacia las vidas
menores que él anima. Esto hará que la fuerza individual
sea dirigida correctamente y utilizada para equilibrar, desarrollar
y refinar la sustancia de los distintos vehículos. También
se le indicará la [e648]
responsabilidad que tiene, de acuerdo
a la ley, con su propia familia. Esto dará lugar a la protección
de la unidad familiar y su desarrollo científico; eliminará
las dificultades matrimoniales y abolirá los abusos de diversa
índole, que tanto prevalecen hoy en muchos círculos
familiares.
Además se hará hincapié sobre la responsabilidad
del hombre hacia la comunidad. Se le enseñará el verdadero
significado esotérico de la ciudadanía -basada en las
relaciones grupales egoicas, la ley del renacimiento y el verdadero
significado de la ley de karma. Se le inculcará su responsabilidad
para con la nación, y el lugar que le corresponde a la comunidad
dentro de la nación y el de la nación dentro de la comunidad
de naciones. También, se le enseñará su responsabilidad
para con el reino animal. Esto se logrará por medio de:
Una mejor comprensión de su propia naturaleza animal.
La comprensión de las leyes de la individualización,
y el efecto que produce la influencia del cuarto reino o humano,
sobre el tercero o reino animal.
El trabajo que realiza un Avatar de menor categoría,
Quien vendrá a principios del próximo siglo para
revelar al hombre su relación con el tercer reino. Su
camino está siendo preparado por aquellos que actualmente
se ocupan de despertar el interés del público
por medio de
[i814]
sociedades de beneficencia
y protectoras de animales y a través de relatos publicados
en libros y periódicos.
Ha expresado H. P. B. (56)
que
el sentido de responsabilidad es uno de los primeros indicios del
control ejercido por el ego; a medida que la humanidad esté
regida por dicha influencia las condiciones se mejorarán
lenta y constantemente en todos los sectores de la vida.
3. En el mundo de la educación la comprensión
de la verdadera naturaleza del hombre traerá un cambio fundamental
en los métodos de enseñanza. Se procurará especialmente
enseñar al hombre la realidad de la existencia del Ego en
su propio plano, la naturaleza de los cuerpos lunares y el método
para alinear los cuerpos inferiores, a fin de que el Ego pueda comunicarse
directamente con el cerebro físico, controlar la naturaleza
inferior y realizar sus propósitos. Por medio de la concentración
y la meditación se enseñará a los hombres cómo
pueden adquirir conocimiento por sí mismos, desarrollar la
intuición y extraer los recursos del Ego. Así se enseñará
al hombre a pensar, a asumir el control del cuerpo mental
y a desarrollar sus poderes latentes.
[e649]
En las pocas frases anteriores se indican,
breve e inadecuadamente, los resultados que pueden esperarse de
la verdadera comprensión de la naturaleza esencial del hombre.
Han sido escritas en vista de que actualmente existe la necesidad
de algo que confirme la existencia del hombre real o interno y las
leyes del reino de Dios. Siempre se ha sabido que existe ese hombre
interno, e invariablemente se ha proclamado el reino interno,
hasta que vino H. P. B. y enunció las mismas antiguas verdades
desde un nuevo ángulo, dando un giro esotérico al
pensamiento místico. Ahora el hombre tiene la oportunidad
de comprender las leyes de su propio ser y, por ese conocimiento,
quienes están al borde de la captación intuitiva del
conocimiento y aquellos de tendencia científica dispuestos
a aceptar estas verdades como hipótesis [i815]
activa para ser aplicada como base
experimental, hasta comprobar su inexactitud, tendrán la
oportunidad de resolver los problemas mundiales desde el aspecto
interno. De esta manera se manifestará el principio crístico
sobre la tierra y se demostrará que la naturaleza crística
es una realidad en la naturaleza misma.
Para el pensamiento público es de gran valor la verdadera
explicación respecto a la evolución del Ego, siendo
muy grande el desarrollo gradual de su poder en la tierra. El hombre
puede considerar esta cuestión de dos formas, ambas proporcionarán
tema para la meditación y merecen ser consideradas seriamente.
Han sido tratadas por los pensadores de muchas escuelas de pensamiento
y, por ende, no necesitan una extensa elucidación. Puede
considerarse que el problema exige del ente humano (actuando en
el cuerpo físico) elevar su conciencia interna hasta los
niveles superiores del plano mental, por lo tanto implica elevar
o expandir su conciencia incipiente hasta llegar a ser consciente
de esa vida superior. Tal es el camino del acercamiento místico;
muchos ejemplos de esta realización pueden ser estudiados
en la vida de los místicos de todas las épocas. Por
medio de la devoción pura, la dedicación intensa y
una severa disciplina del cuerpo físico, el místico
penetra en el centro cardíaco de su pequeño sistema
y los rayos de su propio sol central irradian sobre su vida la luz
divina egoica. También podría decirse que el problema
reside en que el hombre concentra su esfuerzo en hacer descender
a la conciencia del cerebro físico -por consiguiente al plano
físico- la vida, el poder y la energía del centro
interno, el Ego. Ello significa necesariamente comprender en forma
científica las leyes del ser y reconocer la naturaleza dual
del Yo. Implica dedicarse a la tarea de dominar los señores
lunares por medio del radiante control del Señor solar. Tal
es el método esotérico, por el cual se estudia la
constitución de esas entidades que forman la [i816]
cuádruple naturaleza [e650]
interna, la personalidad, y se investigan
profundamente esas Esencias divinas que construyen el cuerpo del
Ego o Yo superior. A esto debe agregarse también la severa
aplicación de las leyes de la naturaleza al problema individual.
El propósito de este tratado consiste en aplicar el último
método mencionado, pues la meta consiste en esclarecer la
razón del proceso.
b. La evolución de los pétalos. La construcción
del cuerpo causal es el resultado de la energía dual, la
energía del yo inferior con su acción refleja sobre
la unidad superior y la natural energía del yo cuando impresiona
directamente a la sustancia del loto egoico. Debería recordarse
aquí que, por sutil que sea el material, el loto egoico es
en realidad sustancia que posee una vibración particular
como la del cuerpo físico, sólo que (debido a su tenuidad
el hombre físico lo considera prácticamente como insustancial.
En efecto, como ya se ha indicado, es el resultado de la vibración
dual de los Dhyanes quíntuples o Dioses en conjunción
con el Cuaternario cuádruple o los Pitris de los vehículos
inferiores. Mediante el esfuerzo consciente de los Logos planetarios
los Dhyanes y los Pitris inferiores entran en estrecha relación.
Esto produce (en el tercer subplano del plano mental) una vibración
nónuple o un verticilo en la materia gaseosa del plano -subplano
gaseoso cósmico- que, después de cierto período
de persistencia, asume la forma de un loto de nueve pétalos.
Dicho loto está cerrado en forma de capullo sobre el punto
central o corazón del loto -esa chispa de fuego eléctrico
que por su acción o vitalidad innata, actuando sobre la sustancia
del loto, atrae hacia sí la suficiente cantidad de sustancia
para formar tres pétalos internos y proteger a la chispa
central, siendo sin embargo de la misma sustancia o esencia que
los otros nueve pétalos. El estudiante debe cuidar de no
materializar demasiado su concepto; por lo tanto seria conveniente
que considere este tema desde otros ángulos y emplee otros
términos para expresar la misma idea. Por ejemplo, el cuerpo
egoico podría ser visto de las cuatro maneras siguientes: [i817] [i818] Como
nueve vibraciones, emanando de un punto central, cuyas pulsaciones
o radiaciones producen tres vibraciones principales de gran fuerza
que circulan alrededor del centro; las nueve vibraciones recorren
un sendero en diagonal hasta que llegan a la periferia de la esfera
egoica de influencia. Allí dan la vuelta, formando de esta
manera la ya conocida forma esferoidal del cuerpo causal.
Como nueve pétalos de un loto, irradiando desde un
centro común y ocultando dentro de sí tres pétalos
centrales, que a su vez ocultan un punto de fuego central. Las irradiaciones
que [e651]
[e652] surgen
de la punta de cada pétalo producen la ilusión de
una forma esferoidal.
Como nueve rayos de una rueda, que convergen hacia un eje central,
que en sí es triple y oculta la energía central
o dinamo de fuerza -generadora de toda actividad.
Corno nueve tipos de energía que producen emanaciones
definidas provenientes de una unidad triple, la cual a su vez sale
de una unidad central de fuerza.
Para nuestro propósito, la segunda definición será
la más útil en el intento de imaginarnos la constitución,
la naturaleza, el método de desarrollo y la verdadera evolución
del Ego, actuando en el cuerpo causal.
En términos de fuego, las mismas verdades pueden ser expresadas
del modo siguiente, lo cual debería ser reflexionado detenidamente
por quienes estudian este tratado:
1.
Fuego eléctrico
Espíritu
Aspecto voluntad
La Joya en el loto
2.
Fuego solar
Conciencia
Aspecto amor
Los nueve pétalos.
3.
Fuego por fricción.
Sustancia
Aspecto actividad
Los tres átomos permanentes.
[i819]En
el fuego eléctrico, la Mónada está representada
en su triple naturaleza y significa ese tipo de manifestación
que será desarrollado en su más elevada etapa en el
próximo sistema solar.
En el fuego solar, estos Pitris solares en su formación
nónuple representan y posibilitan el desarrollo de la conciencia
de la Mónada, por intermedio del Ego en los tres mundos de
la evolución humana.
En el fuego por fricción, los Pitris lunares están
representados por, y constituyen, el yo inferior, la personalidad,
o esos vehículos mediante los cuales el Ego a su vez adquiere
experiencia en los planos inferiores.
Sin embargo, dentro del huevo áurico egoico los tres son uno
en manifestación, continuando constantemente el intercambio
de energía y vitalidad. El Espíritu emplea al Alma o
Ego como vehículo de iluminación, y el Ego emplea al
Cuaternario inferior como medio de expresión. Por lo tanto,
la evolución del Espíritu puede dividirse en tres etapas:
En la primera actúan principalmente los Pitris lunares y preparan
a los cuerpos inferiores para que sean ocupados. Las vibraciones inferiores
controlan y el fuego por fricción calienta y nutre,
excluyendo todo lo demás.
En la segunda los Pitris solares predominan gradualmente, desarrollándose
la conciencia egoica. Los cuerpos son ocupados por el Pensador, los
controla y somete gradualmente a su voluntad y [e653]
propósito y los descarta oportunamente.
Las vibraciones intermedias controlan y el fuego solar irradia, iluminando
en el curso de la evolución a los cuerpos inferiores; gradualmente
aumenta su calor, y con el tiempo ayuda a destruir las formas.
En la tercera es revelado el fuego eléctrico y por la intensidad
de su llama apaga los otros fuegos. Los Pitris lunares han cumplido
su cometido, los Pitris solares [i820]
han desarrollado al ente autoconsciente,
el hombre, y la Mónada (habiendo utilizado a ambos) los descarta
y se retrae en sí misma, pero esta vez con lo adquirido durante
la existencia física, además del amor-sabiduría
desarrollado.
El Antiguo Comentario expresa esta verdad de la manera siguiente:
El Señor de la Vida Misma está sentado en el corazón
y vigila. Los Señores del fuego solar prosiguen su tarea y
se sacrifican por los Señores lunares de los planos inferiores.
Mueren, pero resucitan. Se retiran, y vuelven nuevamente. Sin embargo,
el Señor de la Vida permanece sentado.
Los Señores lunares comienzan a morir; su poder empieza a declinar
sucesivamente en cada ciclo. Los Señores solares brillan triunfalmente,
y arrojan los cuádruples al fuego -el fuego que consume y disipa
la forma.
La tarea se repite muchas veces; los ciclos crecen y declinan hasta
el día triunfante en que el Señor solar se proclame
a Sí mismo y se reconozca como regente.
Entonces el Señor de la Vida se da vuelta y se yergue en todo
Su poder. Consume a los Señores solares, que perecen al igual
que los Señores lunares. Pronuncia una Palabra; el fuego desciende.
La llama surge. El fuego inferior ha desaparecido a través
de la llama del calor solar y el fuego intermedio ha desaparecido
por la intensidad del fuego de los Cielos.
Nada queda, salvo una triple llama de color violeta, índigo
y amarillo. ÉSA desaparece. Entonces reina la oscuridad. Sin
embargo, el Señor de la Vida persiste, aunque invisible.
Como sabemos, el loto egoico está formado por tres hileras
-cada hilera compuesta de tres pétalos
y todas protegen el capullo interno, donde se
oculta la joya. Tratamos aquí la evolución, formación,
vitalización, nutrición y eventual desarrollo de los
pétalos. Será útil para el estudiante, en esta
etapa, recordar que nos referimos principalmente al desarrollo del
segundo aspecto del hombre, el aspecto amor-sabiduría, considerando
sólo en forma secundaria el tercer aspecto o la actividad,
que tiene sus centros de energía en los tres átomos
permanentes.
[i821] A
estas tres hileras de pétalos se las denomina en terminología
esotérica:
La tríada del conocimiento externo o los
señores de la sabiduría activa.
La triada de la hilera media del amor o los señores
del amor activo.
La tríada interna del sacrificio o los
señores de la voluntad activa.
La primera constituye el resumen de la experiencia y del desarrollo
de conciencia alcanzado, la segunda la aplicación de ese conocimiento,
en forma de amor y servicio, o la expresión del Yo y el no-yo
vibrando recíprocamente, y la tercera, la plena expresión
del conocimiento y del amor dedicados a sacrificar todo, conscientemente,
para llevar a cabo los planes del Logos planetario y realizar Sus
propósitos grupalmente. Cada uno de estos tres grupos de pétalos
están guiados por los tres grupos de Agnishvattas y formados
con su propia sustancia que, en esencia, constituyen el triple
Ego durante su manifestación. A través de ellos fluye
la fuerza y la energía coherente de esas misteriosas Entidades
a quienes (cuando se considera a la familia humana como un todo) denominamos:
Los Budas o Señores de Actividad.
Los Budas o Señores de Amor Compasivo.
Los Budas de Sacrificio, de los Cuales
el Señor del Mundo es, para el hombre, el exponente más
conocido.
A través de estos tres grupos fluye esa triple energía
que halla su expresión en el plano mental y en relación
con el reino humano en los tres grupos de Agnishvattas o Pitris solares
mencionados anteriormente. Estos grupos forman la sustancia de las
tres hileras de pétalos, y cada uno ejerce también una
influencia especial sobre el pétalo particular que pertenece
a su especial grado de vibración. Para mayor claridad podemos
clasificar los distintos pétalos a fin de que el estudiante
pueda [i822] obtener
una mejor comprensión de la conformación de su propio
vehículo causal y una idea de las diferentes relaciones triangulares:
I. La triada externa de conocimiento:
a.
ler. Pétalo
Conocimiento en el plano físico.
Colores: anaranjado, verde y violeta.
b.
2do. Pétalo
Amor en el plano físico.
Colores: anaranjado, rosado y azul.
c.
3er. pétalo
Sacrificio en el plano físico.
Colores: anaranjado,amarillo e índigo.
Estos tres pétalos están organizados y vitalizados en
el Aula de la Ignorancia, pero permanecen cerrados y sólo
comienzan a abrirse cuando está organizado el segundo círculo.
II. La triada intermedia de amor:
a.
ler. pétalo
Conocimiento superior aplicado por medio del
amor en los planos físico y astral.
Amor inteligente superior en los planos físico
y astral.
Colores: rosado y los tres originales.
c.
3er. pétalo
Sacrificio inteligente amoroso en los planos
físico y astral.
Colores: rosado y los mismos originales.
Los tres pétalos conservan el color anaranjado fundamental,
pero añaden el rosado en cada pétalo, de manera que
ya se ven cuatro colores. Dichos pétalos están organizados
y vitalizados en el Aula del Aprendizaje, pero permanecen
cerrados. La hilera externa de pétalos se abre simultáneamente
hasta quedar completamente abierta, revelando la segunda hilera;
la tercera permanece protegida.
III. La tríada interna de sacrificio:
a:
1er pétalo
La Voluntad de sacrificarse por medio del conocimiento
en el plano mental y así dominar inteligentemente al
triple hombre inferior.
Colores: amarillo más anaranjado, verde,
violeta y rosado.
b.
2do. Pétalo
La voluntad de sacrificarse por medio del amor
en el plano mental, a fin de prestar servicio.
Colores: amarillo más anaranjado, violeta,
rosado
y azul.
c.
3er. Pétalo
El sumo y eterno sacrificio de todo lo que
existe.
Colores: amarillo, anaranjado, rosado, azul
e índigo.
10
Oculto en el misterio de los colores subsidiarios y del gradual fulgor
dentro del loto de cinco colores, en cualquier pétalo por vez,
se halla el misterio de los cinco Kumaras. (59)El
estudiante que busca el significado del predominio del color anaranjado
y del rosado se está acercando al secreto de los dos Kumaras
caídos. Sobre esto no es posible decir más, pero los
colores contienen la clave esotérica de este gran acontecimiento.
El circulo interno de pétalos está organizado y vitalizado
en el Aula de la Sabiduría, abriéndose simultáneamente
la hilera intermedia, de manera que dos hileras de pétalos
se hallan debidamente abiertas y sólo la tercera permanece
cerrada. La apertura final se efectúa durante el período
en que se recorre el Sendero de Iniciación, y en la ronda actual
se acelera mediante los ritos de la iniciación y los ingentes
y anormales esfuerzos que hace el hombre ayudado por el trabajo eléctrico
del Iniciador, quien maneja el Cetro de Poder.
Aunque hayamos clasificado de esta manera las distintas [e657]
etapas de desarrollo, sólo hemos
tratado el promedio general, extrayendo estos datos de los registros
a los cuales tenemos acceso, estando clasificados en relación
con este tema, en tres grupos vinculados a
las Mónadas de poder,
las Mónadas de amor,
las Mónadas de actividad.
El estudiante debe tener en cuenta que los pétalos tienden a abrirse
de acuerdo a estas clasificaciones. Por ejemplo, por ser Mónadas
de Amor, en la mayoría de los hombres [i825]
los pétalos de amor se abren con
más facilidad, pues la naturaleza de la manifestación actual
es amor; siendo en cualquier dirección (inferior, elevada o espiritual)
la línea de menor resistencia para la mayoría. Sin embargo,
las Mónadas de actividad son numerosas e influyentes, y el primer
pétalo de cada hilera es el que se abre más fácilmente.
Para ambos grupos el pétalo del conocimiento es el primero
en abrirse, dada la naturaleza inherente de los mismos Manasadevas y su
vibración fundamental. Para la generalidad, el pétalo del
sacrificio es el más difícil, pues siempre involucra los dos
factores de inteligencia y amor -conocimiento inteligente y amor hacia aquello
que debe ser salvado por el sacrificio.
En las tres hileras de pétalos se oculta otra clave del misterio
de las 777 encarnaciones. Las cifras no indican el número exacto
de años, sólo son representativas y simbólicas, y tienen
por objeto dar la idea de tres ciclos de duración variable, basados
en la naturaleza septenaria de la mónada en manifestación.
Primero. Las 700 encarnaciones.
Se refiere a la apertura de la hilera externa. Constituye el período
más largo. La vibración inicial es lenta y pesada y han de
transcurrir millones de vidas antes que el intercambio de energía
entre el Ego y su reflejo, el yo personal (el triple hombre inferior), sea
tal que la conciencia del hombre despierte esotéricamente
en el Aula del Aprendizaje. En lo que respecta al hombre
evolucionado de la actualidad, estas encarnaciones tuvieron lugar en la
cadena lunar y, en algunos casos, en ciertos planetas vinculados a la ronda
interna. Esta circunstancia hizo necesaria su venida durante
la raza raíz Atlante. Los hombres de este tipo se negaron a encarnar
antes porque los cuerpos eran demasiado burdos, repitiéndose cíclicamente
(en el plano más inferior) la negación de las Mónadas
a encarnar en los albores de la oportunidad manvantárica. No se cometió
ningún pecado real; su privilegio fue la discriminación;
esa negación [i826]
ha influido sobre las condiciones que existen
en la tierra, base de las grandes dificultades de clase que -en todos los
países- han sido [e658]
fuente de dificultades y el fundamento esotérico
del sistema de castas, del que tanto se abusa hoy en la India.
El problema del capital y el trabajo tiene sus raíces en la diferencia
subjetiva que existe entre los Egos capaces e incapaces, entre
los entes de la familia humana que han egresado del Aula de la Ignorancia
y aquellos que aún recorren a tientas sus oscuros y sombríos
corredores, y entre esos Egos que sólo son capullos y
aquellos que han organizado la hilera externa de pétalos, los cuales
ya están listos y en condiciones de abrirse.
Debe reflexionarse cuidadosamente sobre la idea de un septenario de siglos
y, como siempre en todo tema ocultista, también ha de tenerse en
cuenta la idea de la triplicidad, conjuntamente con un período sintetizador,
resumen de la triple coordinación:
3 períodos de 3 decenas
90 años
1 período sintetizador
10 años
SUMAN
100 años
Repetido siete veces
7
SON
700 años
Cada ciclo (nuevamente en forma figurada) vitaliza a uno de los pétalos
más que a otro, teniendo un efecto definido sobre cada uno.
Segundo. Las 70 encarnaciones. Se refiere a la apertura de la hilera
media. Mucho podrá aprenderse si se trata de comprender lo que ocultamente
significa que algún iniciado (como el Cristo) enviara a sus seguidores
en grupos de setenta, de dos en dos. Estas setenta encarnaciones se ocupan
principalmente de desarrollar el amor en la vida personal, la evolución
de la naturaleza astral, basándose en el reconocimiento de los pares
de opuestos, y el equilibrio de ambos por el amor y el servicio.
Este ciclo abarca el período que ha pasado el hombre en el [i827]Aula del Aprendizaje y tiene su analogía
en la raza raíz Atlante y en el conflicto que existió entonces
entre los Señores de la Faz Oscura y la Fraternidad de la Luz. En
la vida de cada individuo tiene lugar, durante dicho período, un
conflicto similar que finalmente termina en el kurukshetra o campo de batalla
que otorga al hombre el derecho de hollar el Sendero de Probación
y oportunamente el privilegio de permanecer ante el Portal de la Iniciación.
También se ha de estudiar el significado numérico de los guarismos;
éstos se hallan ocultos en el número diez, o tres ciclos de
tres períodos menores, formando cada uno nueve, y un período
sintetizador, produciendo la consumación y un período dentro
del [e659] ciclo
mayor; esto está representado por el diez de la perfección
(60) (61) relativa. La interacción entre el impulso kámico
y la energía manásica produce la comprensión, en la
conciencia del Ego, de lo [i828]
que ha aprendido en las dos Aulas; la hilera
externa de pétalos se abre mientras la hilera central está
por abrirse.
Tercero. Las 7 encarnaciones. Son las que se pasan en el Sendero de
Probación. Es un período interesante en que tienen lugar ciertas
cosas que podrían describirse de la manera siguiente:
Las dos hileras externas de pétalos son estimuladas en un sentido
nuevo y especial por medio del acto consciente del discípulo probacionista.
Hasta ahora, gran parte del trabajo ha sido realizado de acuerdo a las leyes
comunes de la evolución y se ha efectuado en forma inconsciente.
Pero todo cambia cuando el cuerpo mental entra en actividad y dos de los
pétalos de voluntad se coordinan y el otro activa la
vitalidad y se abre.
El fuego o energía de estas dos hileras empieza a circular por [e660]
el triángulo atómico, y cuando
esto sucede, marca una época muy importante; ha culminado el trabajo
dual tanto en la vida personal inferior como en la egoica:
Las cuatro espirillas inferiores de los átomos
permanentes están completamente activas (dos grupos de dos espirillas
cada uno) y la quinta se halla en proceso de iniciar una actividad similar.
El triángulo desarrolla una actividad circular, pero aún
no ha logrado su plena brillantez ni su rotación o revolución
cuadridimensional.
Las dos hileras de pétalos están
activas, una plenamente abierta y la otra por abrirse.
De esta manera dos aspectos de la vida divina van evidenciándose
en la vida del probacionista, y aunque todavía queda mucho por hacer,
sin embargo, cuando la hilera interna de pétalos está activa
-ayudada por el curioso y anormal proceso de la iniciación- el otro
aspecto adquirirá una importancia similar y producirá al hombre
perfecto en los tres [i829]
mundos. Así culmina el trabajo de los
Pitris solares.
Aquí debe hacerse hincapié sobre la anormalidad del proceso
de la iniciación.
La iniciación constituye un gran experimento que nuestro Logos planetario
lleva a cabo durante esta ronda. En las rondas anteriores y quizás
en las posteriores, el proceso seguirá la ley natural. En la ronda
y cadenas actuales, nuestro Logos planetario en Su elevado nivel practica
lo que en términos esotéricos se denomina yoga y está
pasando por ciertos procesos de entrenamiento a finde estimular
Sus centros. Esto es aprovechado en la Tierra por la Jerarquía para
producir mediante Su guía ciertos resultados en las razas. Este proceso
es optativo y el hombre puede -si así lo elige- seguir el proceso
normal y emplear eones para efectuar lo que algunos han preferido realizar
en un período más breve, por medio de un proceso forzado y
autoelegido.
Al finalizar las 777 encarnaciones, el hombre atraviesa el portal de la
iniciación y entra en un breve proceso sintetizador o período
final en el cual cosecha los frutos de la experiencia adquirida en las dos
primeras aulas, transmuta el conocimiento en sabiduría, transforma
la sombra de las cosas vistas en la energía de aquello que es y finalmente
logra liberarse de todas las formas inferiores que tratan de mantenerlo
prisionero. Este período de iniciación está dividido
en siete etapas, pero sólo cinco conciernen a la evolución
del Ego, así como los cinco Kumaras conciernen principalmente a la
evolución de la humanidad en este sistema y en este planeta. También
tenemos los cuatro kumaras exotéricos, de [e661]
los cuales dos cayeron, y los tres esotéricos
de los cuales Uno reúne las fuerzas vitales de los cuatro exotéricos,
formando con Ellos los cinco ya mencionados. El estudiante debe analizar
esto desde el punto de vista de la energía o fuerza vital, considerándola
desde el ángulo de la polaridad y del matrimonio místico,
de [i830] la
comprensión del verdadero significado de la relación sexual,
del encuentro y la fusión de los pares de opuestos y del trabajo
que realiza el que sintetiza todos los tipos de energía. Por ejemplo:
El Ego sintetiza o reúne en sí
las fuerzas vitales del cuádruple hombre inferior.
El Rayo del Mahachoan en la tierra sintetiza
las fuerzas vitales de los cuatro inferiores, siendo el tercer subrayo
de nuestro Rayo planetario.
El tercer Rayo mayor del sistema solar se fusiona
con los cuatro menores.
El quinto Kumara fusiona y une en Sí
Mismo el trabajo de los cuatro inferiores.
El reflejo de todo esto en el microcosmos puede ser estudiado por el hombre
que comprende que el cuerpo físico es el vehículo de todos
los principios.
Cuando se recibe la tercera Iniciación, se abre la hilera interna
de pétalos, y el loto puede verse en pleno florecimiento y en toda
su belleza. En la cuarta Iniciación el capullo interno se abre por
el efecto de la fuerza eléctrica del Cetro que atrae el poder del
rayo sintético del sistema solar mismo; así es revelada la
joya interna. El trabajo ha sido realizado; la energía que reside
en los átomos permanentes ha vitalizado todas las espirillas, mientras
que la fuerza perfeccionada del loto y la voluntad dinámica de la
chispa central entran en plena y unida actividad, dando lugar a un triple
despliegue de fuerza vital que provoca la desintegración de la forma
y los siguientes resultados:
Los átomos permanentes se hacen radiactivos
y, por consiguiente, su círculo no se pasa ya no
es una barrera para las unidades menores que se hallan dentro; entonces
los distintos grupos de vidas electrónicas salen y vuelven
al depósito eterno. Forman una sustancia de orden muy
[i831]
elevado y producirán las formas
de esas existencias que ocuparán vehículos en otro ciclo.
Los pétalos son destruidos por
la acción del fuego, y la multiplicidad de vidas dévicas
que los componen y les proporcionan coherencia y cualidad son recogidas
nuevamente en el Corazón del Sol por los Pitris solares de
orden muy elevado; en otro sistema solar volverán a exteriorizarse.
[e662] La
sustancia atómica será empleada en otro manvantara, pero
a los Pitris solares no se les pedirá nuevamente que se sacrifiquen
hasta el próximo sistema solar, en que vendrán como Rayos
planetarios, repitiendo así en dicho sistema, en niveles monádicos,
lo que han hecho en éste. Entonces serán Logos planetarios.
La Vida central eléctrica retorna a su
fuente, escapando de la prisión y funcionando como un centro
de energía en los planos cósmicos de energía
etérica.
Con lo antedicho hemos tratado de dar una idea general del proceso evolutivo
relación con el Ego y su progreso, regido por las leyes kármica
y cíclica. Si el estudiante medita sobre estas dos leyes, le será
evidente que ambas podrían ser resumidas en el término genérico
de Ley del Ritmo. Toda manifestación es el resultado del efecto
producido por cierta energía en actividad; el empleo de energía
en determinada dirección necesitará un consumo similar en
la dirección contraria. Esto, en términos del Ego y su experiencia
vital, da lugar a tres etapas:
En la primera la energía manifestada actúa externamente.
El Yo se identifica con sus cuerpos. Esta etapa es estrictamente personal.
En la segunda se procura hacer un reajuste de acuerdo a la ley, y
el Yo no se identifica totalmente con sus cuerpos ni Consigo Mismo. Está
[i832] aprendiendo
a elegir entre los pares de opuestos. En este período la lucha es
terrible y predomina el desorden, siendo el campo de batalla donde se ha
de lograr el reajuste y el laboratorio donde el discípulo genera
suficiente fuerza transmutadora que lo conduce al otro extremo de la etapa
anterior -esa etapa donde la energía se manifestará dentro
y no fuera.
En la 3a Parte la energía del Ego está centrada en
el corazón del círculo y no en la periferia, dedicándose
allí al servicio grupal por medio del esfuerzo consciente del Ego.
La naturaleza inferior es reemplazada por la atracción que ejerce
aquello que es más superior que el Ego. Entonces debe repetirse el
proceso anterior en una vuelta más alta de la espiral y la energía
monádica comienza a actuar sobre el Ego, así como la egoica
actuó sobre la personalidad. La Mónada, que se ha identificado
con el Ego (su manifestación externa), también comienza a
buscar su propio y verdadero centro dentro del Corazón;
puede observarse nuevamente en los niveles superiores los resultados que
afectan a la distribución y conservación de la energía.
Se debe poner de relieve este procedimiento porque es importante que todos
los ocultistas aprendan pensar en términos de energía y fuerza,
interpretándolos como algo diferente de los [e663]
cuerpos o instrumentos empleados. El místico
ha reconocido este factor fuerza, pero ha trabajado únicamente
con el aspecto positivo de la misma. El ocultista debe reconocer y trabajar
con tres tipos de fuerza o energía; aquí reside la diferencia
entre su trabajo y el del místico. El ocultista reconoce:
1. La fuerza positiva
Aquello que energetiza.
2. La fuerza negativa
Aquello que es receptor de energía; lo que
actúa o toma forma bajo el impacto de la fuerza positiva. [i833]
3. La luz o fuerza armónica
Aquello que se produce por la unión de ambos,
dando por resultado energía irradiante, siendo el resultado
del equilibrio de ambos.
Estos tres aspectos de la energía han sido denominados, como frecuentemente
se ha dicho:
a. Fuego eléctrico
energía positiva
Padre.
b. Fuego por fricción
energía negativa
Madre.
c. Fuego solar
energía radiante
Sol o Hijo.
Cada uno de estos dos últimos aspectos son en sí
mismos duales, pero el efecto constituye un todo unificado en lo que respecta
a la gran Unidad en la cual se manifiestan.
El problema de los devas puede ser mejor comprendido si se recuerda que
personifican en sí los dos tipos de energía. Por ejemplo,
los Pitris solares constituyen la sustancia de los cuerpos y grupos egoicos
y el medio de expresión para el aspecto Espíritu, pues Éste
se manifiesta por medio del alma. Los Pitris lunares que forman el yo inferior
personal, por constituir un agregado de cuerpos inferiores, son energetizados
y utilizados por los Señores solares. Dichos Angeles solares forman
parte de muchos grupos y expresan una energía dual, positiva y negativa.
Tenemos la vida positiva del loto egoico que coordina, conserva y activa
a los pétalos y también la energía de la sustancia
del pétalo mismo, o el aspecto negativo impulsado por la fuerza positiva
de los Señores solares mayores hacia las ruedas o verticilos vivientes
que denominamos simbólicamente pétalos. Vinculada
al Logos planetario y al Logos solar existe una estrecha analogía
entre el prana, fuerza vital que anima al cuerpo etérico del
hombre, la cual [i834]da
coherencia al cuerpo físico denso, y esa fuerza vital sintetizadora
del Logos que anima a cada átomo en todos los planos del sistema.
Si se reflexiona sobre esto y se desprende que los planos que nos atañen
son la [e664] manifestación
etérica y densa del Logos solar, entonces se dilucidará en
parte el papel que desempeñan los Ángeles solares, y puede
esclarecerse parcialmente su relación con el Logos planetario y el
Logos solar.
No sólo debemos estudiarlos en conexión con nosotros mismos
y nuestro esfuerzo por identificamos con los Señores solares y los
Pitris lunares, sino que debemos reconocer a:
a. Los Angeles solares de un esquema planetario.
b. Los Angeles solares de un sistema solar.
c. Los señores lunares del esquema y del sistema.
La palabra lunar es aquí un anacronismo y no es técnicamente
exacta. La luna o las lunas de cualquier esquema son efectos y no causas
del sistema. En ciertas relaciones planetarias son consideradas causas,
pero en relación con nuestro sistema solar no lo son. Respecto a
un sistema, existen también cósmicamente ciertos cuerpos en
el espacio que tienen un efecto tan definido sobre el sistema como el de
la luna sobre la tierra. Esto es todavía algo desconocido e incomprensible
para los metafísicos, científicos y astrónomos. La
guerra se libra todavía cósmicamente entre los señores
lunares del sistema y esas Entidades análogas a los Señores
solares en niveles cósmicos. Mientras los estudiantes no amplíen
el concepto hasta incluir en sus cálculos a los cuerpos astral y
mental logoicos a medida que el Logos trata de expresar la emoción
y la mente en el plano físico (por medio de Su cuerpo físico,
un sistema solar) no penetrarán mucho en el núcleo del misterio
solar. Hasta que no se descubra la fuerza de los Señores lunares
cósmicos, el hecho de existir detrás de nuestro sistema solar
constelaciones enteras en proceso de desintegración, en tiempo y
espacio, en forma similar a [i835]
la desintegración de la luna, no será
conocido ni podrá comprobarse sus efectos. Oportunamente, nuestro
sistema solar pasará a un estado similar. Aquí reside el verdadero
misterio del mal (62)y allí se ha de buscar la veracidad [e665] de
la Guerra en los Cielos. También se ha de recordar que
los esquemas planetarios pasan a la oscuración y mueren
en todos los casos debido a que le han sido retirados la vida y la energía
positiva y el fuego eléctrico, principio animador de cada sistema,
esquema, globo, reino de la naturaleza y ente humano. Esto también
produce en cada caso la muerte de la irradiación solar,
luz producida por la fusión de las energías positiva y negativa.
Todo lo que queda en cada caso es la energía común de la sustancia
sobre, y a través de, la cual la energía positiva ha tenido
un efecto [i836]
tan notable. Este tipo de fuerza negativa se
disipa o dispersa gradualmente yendo en busca del depósito central
de energía. De esta manera se desintegra la forma esférica.
La actuación de esto puede verse en el caso de la Luna, y la misma
regla rige para todos los cuerpos. Podríamos enunciarlo de otra manera:
Los Devas solares (o la energía irradiante) regresan al Corazón
central o a la fuente que los exhaló. Esto hace que la sustancia
dévica menor dependa de su propio calor interno, pues involucra retirar
aquello que erigió a la sustancia en una forma. Existen muchas clases
de sustancia dévica; quizás se comprenderá mejor el
consiguiente procedimiento, si decimos que cuando la forma se desintegra
los constructores y devas menores vuelven a su alma grupal. Algunos
de ellos, los que forman los cuerpos del cuarto reino de la naturaleza,
y son por lo tanto de un tipo superior de sustancia por medio de la cual
la conciencia puede manifestarse en los tres mundos, se hallan en camino
de individualizarse -están más cercanos a la etapa
humana [e666] que
la sustancia de los otros tres reinos. Ocupan un lugar en la evolución
dévica, análogo al que el hombre, que se está acercando
al Sendero, ocupa en el reino humano (observen que digo reino, no evolución).
La meta de un deva (de categoría inferior a la de los Pitris solares)
es la individualización, y su objetivo consiste en llegar a ser hombres
en un ciclo futuro. La meta de un hombre es la iniciación, o llegar
a ser un Dhyan Chohan consciente y, en un lejano ciclo, hacer por la humanidad
de esa época lo que los Pitris solares han hecho por él, posibilitando
así su expresión autoconsciente. La meta de un Pitri solar
es, como ya se ha dicho, llegar a ser un Rayo logoico. (63)
[i837] Volviendo
al tema en consideración: Así como la Luna constituye una
fuerza nociva o maléfica, en lo que se refiere a la Tierra y ejerce
malas influencias, del mismo modo todos esos cuerpos en descomposición
son igualmente destructivos. Dichos cuerpos existen dentro del círculo
no se pasa solar y aún no son [e667]
reconocidos, habiendo constelaciones en desintegración
(innumerables en el universo, desconocidas y no reconocidas por los científicos)
que producen un efecto análogamente maléfico sobre nuestro
sistema y todo lo que entra en su esfera de influencia.
Existe una constelación similar situada entre la Osa menor y nuestro
sistema y hay otra interrelacionada con las Pléyades y nuestro sistema,
que aún producen un marcado efecto sobre el cuerpo físico
del Logos solar.
El párrafo que antecede está especialmente escrito así
porque los efectos se hacen sentir en el cuerpo más inferior de
todos, siendo responsables de la mayor parte de lo que ignorantemente se
denomina magia negra. Ambas constelaciones han terminado sus
ciclos y se están disolviendo. Parte de su fuerza vital
y energía han sido transferidas a nuestro sistema solar, [i838]
análogamente como la fuerza vital lunar
fue transferida a nuestra tierra, siendo la causa de la mayoría del
mal cíclico. El proceso de descomposición y las emanaciones
maléficas que todavía se producen tienen poder para influenciar
a las formas que responden a lo que constituyó para ellas una vibración
anterior. La sustancia de estas formas está magnéticamente
vinculada al cuerpo en descomposición, así como el doble etérico
está conectado con su cuerpo denso, siendo allí donde se manifiestan
los efectos. El fuego purificador es la única cura para esta corrupción
magnética, empleándolo libremente los Logos planetarios en
Sus esquemas y el Logos solar en el sistema.
FUEGO PURIFICADOR
El fuego ardía débilmente. Un
fulgor rojo opaco dormitaba dentro del Corazón de la Madre. Su calor
apenas se sentía. Las dos primeras líneas internas vibraban
al quemarse, pero las restantes estaban frías.
Los Hijos de Dios miraron abajo desde el centro más interno. Luego desviaron
Sus miradas y pensamientos hacia otras esferas. Todavía no había
llegado Su hora. Los fuegos elementales no habían preparado el altar para
los Señores. El fuego del sacrificio esperaba en su lugar elevado
y aumentaba el constante fulgor que estaba debajo.
El fuego ardió con más intensidad, y lentamente se encendieron
el primero y el segundo.
Su fulgor se convirtió en una línea de brillante fuego, sin
embargo los cinco permanecieron intocados. Los Hijos de Dios miraron nuevamente
hacia abajo. Durante un breve segundo pensaron en la [e668]
Madre, y a medida que pensaban
se encendió el tercer fuego. Rápidamente apartaron Su mirada,
porque la forma aún no Los había llamado. El calor estaba
latente, y ningún calor externo ascendía hasta Su lugar.
Pasaron los eones. El fulgor aumentó. Las Esferas tomaron forma,
pero se disiparon rápidamente por faltarles fuerza coherente. Desaparecieron.
Reaparecieron. Incesante acción, ruido, fuego y calor latente caracterizaban
Sus ciclos. Pero los Lhas en Su cielo elevado despreciaron este trabajo
elemental y miraron dentro de Sí Mismos. Meditaban.
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*
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El fulgor se convirtió en un fuego constante
y se vieron diminutas llamas. La primera, la segunda y la tercera se convirtieron
en tres líneas de fuego, y un triángulo fue consumado. Sin
embargo, los cuatro permanecen pasivos [i839]y no responden al calor.
De esta manera los ciclos y las vidas elementales pasan y vuelven a pasar
y su trabajo continúa.
Las formas se solidifican, pero su duración es breve. Permanecen
inmóviles, sin embargo pasan. Ha llegado el momento del gran despertar
y ya no descienden sino que ascienden.
Éste es el intervalo que los Lhas esperaron en Su elevado lugar.
Aún no pueden entrar en las formas preparadas, pero sienten que Su
hora se acerca. Meditan nuevamente y durante un minuto contemplan los millares
de triples fuegos, hasta que responde el cuarto.
Los sesenta segundos empleados en dinámica concentración producen
formas de triple naturaleza, tres juegos de formas y miles de a tres. El
Corazón de la Madre se contrae, y se expande con estos sesenta alientos
ígneos. Se unen las líneas, formando cubos, que protegen al
fuego interno. El altar está preparado y permanece en forma cuádruple.
Fulgura, rojo en el centro y cálido externamente.
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El altar llamea. Asciende Su calor, sin embargo
no quema ni se consume. Su calor, sin llama, llega a una esfera superior;
los Hijos de Dios durante un breve período, Se calientan en él,
pero no se acercan hasta que haya pasado otro ciclo. Esperan el momento,
el momento del sacrificio.
Los Señores solares, tomando la Palabra tal como es emitida por los
Hijos de Dios, Se yerguen en la implacabilidad de la vida solar y se acercan
al altar. Las cuatro líneas fulguran y arden. El sol aplica un rayo;
los Señores solares lo hacen pasar a través de Su sustancia,
y nuevamente se acercan al altar. La quinta línea despierta y se
convierte en un punto fulgurante, luego otra línea de color rojo
opaco mide la distancia que media entre el altar y Aquel que vigila.
El quíntuple fuego dinámico comienza a parpadear y a arder.
Todavía no alumbra lo externo, simplemente fulgura. Los eones pasan,
los ciclos vienen y van.
Continuamente los Señores solares Se sacrifican; constituyen el fuego
sobre el altar. El cuarto provee el combustible.
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Los Hijos de Dios aún
vigilan. El trabajo se acerca a su consumación final. Los Eternos
Lhas en Su lugar elevado se llaman entre si y cuatro repiten el llamado:
El fuego arde. ¿Es suficiente el calor? [i840]Dos
responden mutuamente: El fuego arde; el altar está casi [e669]
destruido. ¿Qué
sucede luego? Agreguen combustible al luego de los cielos. Soplen el fuego
y aventen su llama hasta que arda con gran intensidad.
Así emite el mandato Aquel que durante incontables eones ha vigilado
y permanecido silencioso. Los Lhas exhalan. Algo impide que el aliento
pase. Piden ayuda. Aparece Aquel que aún no había sido visto.
Levanta Su mano. El uno, el dos, el tres, el cuatro y el cinco se fusionan
en uno y se mezclan con el sexto. La llama asciende, respondiendo al aliento.
La desaparición final del cubo es necesaria, y luego el trabajo
queda terminado.
Extraído de los Archivos de la Logia.
c. Nombres de los lotos egoicos. Podríamos considerar
brevemente la tarea de formar el loto egoico en su propio plano; esto
es parecido al resultado que produce el trabajo de los Agnishvattas,
después de su segregación en el espacio y la formación
de su circulo no se pasa. Nos hemos ocupado de las etapas
más remotas y primitivas. Pero todavía no hemos hecho
hincapié sobre algo que es de interés para el estudiante
sensato, lo cual consiste en la diferencia existente en los cuerpos
egoicos, debido a sus diferentes etapas de desarrollo. Hasta la mitad
de la raza raíz Atlante, (65)
por ejemplo (cuando
se cerró la puerta de la individualización), había
Egos en distintas etapas de desarrollo, desde los capullos
de RE.ciente organización, que representaban a hombres recién
individualizados, hasta los cuerpos causales altamente desarrollados
de los diversos iniciados o discípulos, que supervisaban la evolución
de la raza. Los cuerpos egoicos podrían ser agrupados, desde
el punto de vista evolutivo, de la manera siguiente:
En el tercer subplano del plano mental:
Egos capullo. Porque nuestro esquema planetario está en
la mitad de su evolución, no existen, estrictamente hablando, capullos
cerrados. Todos los lotos egoicos tienen por lo menos un pétalo
abierto y están organizados; pero existe una gran diferencia entre
los que están poco desarrollados, [i841] lo cual se demuestra en el brillo de
los átomos permanentes, y los que se hallan en la etapa en que
los pétalos comienzan a abrirse.
Lotos bráhmicos, en los que se ha abierto totalmente el
primero o el pétalo de conocimiento. Se los denomina así
porque representan, en el plano físico, al ente inteligente plenamente
activo, al hombre de poco desarrollo mental, al tipo más inferior
de trabajadores, agricultores y campesinos de todos los continentes. Se
los denomina también creadores de tercera clase, pues
se expresan sólo por medio de la creación física
en el plano físico, y su función consiste más bien
en proveer vehículos a los de su propio grupo.
[e670] Los Lotos
de Brahman, en los cuales el segundo pétalo da señales
de abrirse, y el segundo aspecto, en su manifestación más
inferior, comienza a expresarse. Estos lotos representan a algunos grupos
de Egos provenientes de ciertos esquemas planetarios, especialmente de
Júpiter y de Venus, los cuales son de categoría superior
a la de los ya mencionados, pero aún tienen que recorrer un largo
camino; a éstos se los denomina creadores de segunda clase,
pues aunque aparecen en el plano físico en el acto de la creación
física, están sin embargo más influenciados por el
amor que por el instinto animal como los del primer caso. Encarnan en
la actualidad en Oriente, particularmente en la India y en los países
latinos y últimamente en América del Norte.
Lotos primordiales. Éste es un grupo especialmente importante
que ha venido influenciado por el Señor del Quinto Rayo, por lo
tanto está fundamentalmente vinculado con la energía de
manas que constituye una manifestación especial en el actual sistema,
siendo la base de toda realización. Dicho grupo se hallaba en estado
pasivo durante la raza raíz Atlante, entrando en actividad durante
la cuarta y quinta subraza de la actual raza raíz. Forman un grupo
más avanzado que los anteriores, pero necesitan adquirir mucha
experiencia para desarrollar el segundo pétalo. Los pétalos
primero y tercero de la primera hilera se están abriendo, pero
el pétalo del medio está todavía cerrado. La hilera
media tampoco demuestra señales de vitalidad. Debido [i842]
a las condiciones existentes en el planeta
de donde emanaron, su desarrollo ha sido unilateral, y por eso encarnan
en este esquema impelidos por una oleada de energía a fin de capacitarse,
como comúnmente se dice. Puede vérselos en el tipo intelectual
científico muy egoísta, responsable en gran parte del progreso
de la ciencia mecánica, de su aplicación a las necesidades
de los hombres y de la introducción de cierto tipo de máquinas;
su trabajo está vinculado mayormente con la energía del
reino mineral. De ello se deduce que los Señores solares, a quienes
personifican, están ligados a un grupo de Señores lunares
que responden magnéticamente a los devas del reino mineral. El
trabajo que realizan para la raza, tiene en la actualidad un efecto deletéreo,
pero cuando se abra el segundo pétalo, entonces las maravillas
que realizarán en servicio amoroso dentro de su especialidad, será
uno de los factores que regenerará al cuarto reino. En la quinta
ronda llevarán a cabo su emancipación, pasando las cuatro
quintas partes al Sendero y la quinta parte restante esperará el
otro ciclo.
Lotos de pasión o de deseo. Se denominan así
porque su naturaleza fundamental es el amor personifica en una u otra
forma. La gran mayoría de las Mónadas de Amor pertenecen
a este gran [e671]
grupo, constituyendo las personas de buena
posición económica y benévolas del mundo. Están
subdivididos en cinco grupos, tres de ellos se individualizaron en este
planeta, haciéndolo en la cadena lunar los dos últimos.
Han desarrollado dos pétalos, y en la actualidad su objetivo es
desarrollar el tercero. Muchos podrán desarrollarlo antes del advenimiento
de la séptima raza raíz de esta ronda, pero la mayoría
lo hará en la segunda raza raíz de la ronda siguiente y,
habiendo desarrollado una hilera de pétalos y organizado la segunda
antes de finalizar la ronda, estarán ya preparados para entrar
en el sendero de probación. Los lotos de la primera hilera se dividen
en grupos entre los cuales continúa la interacción; la energía
de cualquier centro [i843]
produce un reflejo en otro. Debe recordarse
que en la época atlante, cuando se cerró la puerta al reino
animal y ceso temporariamente la formación de capullos de
lotos el efecto fue dual, pero no en los reinos animal y humano.
Dio por resultado la decisión interna, por parte del Logos planetario,
de no crear en el plano mental del sistema sino de dedicarse al trabajo
de evolución progresiva. Esto hizo que cesaran ciertos tipos de
actividad, produciéndose la pasividad de algunos de Sus centros
y la creciente actividad de otros. Tuvo también un efecto sobre
los Angeles solares y en consecuencia sobre el Corazón del sistema
solar del cual son extraídos. Haces de energía o corrientes
de fuerza provenientes del corazón del sol (el Sol subjetivo) fueron
detenidos y dirigidos hacia otro lugar, mientras que los Pitris ya activos,
comenzaron a dedicarse al trabajo iniciado, y momentáneamente no
se emprendió ningún otro. No debe olvidarse que, desde
su punto de vista, el trabajo de los Pitris solares no constituye
principalmente la evolución del hombre, sino que es el proceso
de su propio desarrollo dentro del plan del Logos solar. Para ellos la
evolución de la raza humana sólo es un método.
Hombres perfectos se hallan en los concilios del rayo particular del Logos
planetario; los Pitris solares se hallan en el concilio del Logos solar.
(66)
Sería conveniente que abandonáramos momentáneamente
la consideración de los grupos egoicos y clasificáramos
brevemente las evoluciones, recordando que en esta clasificación
figuran únicamente los planos de diferenciación; en el plano
de lo inmanifestado o de lo subjetivo, sólo se conoce la unidad.
Nuevamente debe recordarse que el término inmanifestado
tiene solo importancia relativa y se refiere a la captación
que posee el hombre de todo lo que existe. Para el Logos solar los
planos de lo inmanifestado son objetivos. El hombre no ha desarrollado
todavía la visión etérica y los subplanos [i844][i845] etéricos
son para él inmanifestados. El Logos solar
VI CLASIFICACIÓN
VIDAS
META
1.
Logos planetario
Liberación cósmica; las últimas Iniciaciones cósmicas
Los Tres mayores
2.
Los cuatro Logos planetarios menores
Iniciación cósmica, o las primeras cuatro Iniciaciones
3.
Las Vidas que dan forma a un globo planetario
Llegan a ser el Manu de una cadena cósmica. No un
Manu simiente, sino un manu peródico de menor categoría. Esto encierra
un misterio que no puede ser revelado, vinculado con ciertas Jerarquías
de color.
4.
La Vida que da forma a un reino de la naturaleza.
Se transfiere a:
a. La línea de los Pitris solares.
b. Sirio , como ajustador kármico.
c. El sistema solar que, de acuerdo al orden, es el que sigue a
fin de trabajar vinculado al Logos planetario de su propia línea
en calidad de regente de un reino o de una oleada de vida en el
sistema, no en un esquema.
5.
Los Pitris solares
De los tres grupos superiores se convierten en Logos
planetarios principales; los cuatro inferiores se convierten en Logos
planetarios menores.
6.
La evolución humana
Se convierten en los Pitris solares de otro ciclo.
Recorren cualquiera de los senderos enumerados anteriormente. Los
que se convierten en Pitris solares, la mayoría de la humanidad, volverán
a Sirio a fin de ser exhalados nuevamente a la actividad.
7.
Los Pitris lunares
Se convierten en hombres. En sus grados superiores
pasarán directamente a la evolución animal del ciclo siguiente y oportunamente
se individualizarán. Los tres grados superiores se convertirán en
hombres animales y los cuatro inferiores contribuirán a la formación
de las formas cuaternarias de los hombres pertenecientes a la próxima
creación.
8.
La evolución animal
El reino humano
9.
La evolución vegetal
El reino animal
10.
La evolución mineral
El reino vegetal
11.
Los cuatro grados superiores de Constructores menores
en todos los planos
Constituyen el doble manifestado o la forma de la
misteriosa tercera evolución del próximo sistema; es decir, el cuerpo
etérico de la entidad planetaria. Vida enigmática que constituye todavía
un misterio indescifrable, y no será revelado hasta la última triplicidad
de los sistemas solares que pertenecen a nuestro Logos solar
12.
Los tres grados inferiores de los Constructores menores
La forma más densa del cuerpo físico de la entidad
planetaria
[e672]
I[e673] ha desarrollado
plenamente la visión etérica cósmica y, debido a
que se halla en el Sendero cósmico, conoce y le ha sido revelado
todo lo que existe dentro del sistema solar.
Debe observarse aquí que la Entidad planetaria constituye la suma
total de todas las vidas elementales de los Constructores menores que
funcionan o forman la sustancia de cualquier globo particular en objetividad
física. El enigma del tema se oculta en tres cosas:
Primero, que nuestras tres planos, físico, astral y mental, forman
el cuerpo denso del Logos solar y, por consiguiente, no son considerados
como un principio.
Segundo, que las vidas menores o esencia elemental, son el
desecho de un sistema anterior y reaccionan tan poderosamente
a impulsos inherentes que sólo fue posible controlarlas mediante
la voluntad dinámica del Logos, conscientemente aplicada. La interpretación
de la palabra desecho tiene su analogía en la interpretación
de la frase: el hombre recoge para sí, en cada nueva encarnación,
materia para formar su cuerpo físico denso, la cual estará
coloreada por las anteriores vibraciones de encarnaciones precedentes.
Estas vidas han sido atraídas gradualmente durante
todo el mahamanvatara, a medida que no implicaban peligro y era posible
controlarlas y someterlas a la voluntad de los grandes Constructores.
Gran parte de la primitiva energia-sustancia empleada en la construcción
del sistema ha pasado a esa fuerza-materia que denominamos Pitris lunares,
y ha sido reemplazada gradualmente por ese tipo de energía extraída
de la esfera mayor, donde nuestro Logos tiene su lugar. Después
de todo, las doce evoluciones sólo son los doce tipos de energía
que se manifiestan siempre como tres grupos de fuerzas, y como un solo
grupo cuando se sintetizan durante el proceso de manifestación.
Son cuádruples cuando interactúan, teniendo en el sistema
un flujo y reflujo del cual poco se sabe.
Tercero, que la llegada a la encarnación de la vida [i846] que
da forma a esta sustancia de grado inferior, entidad proveniente de un
lugar en los Cielos que no puede ser mencionado: Personifica a influencias
de naturaleza manásica, pero manas en su vibración más
inferior. Quizás pueda obtenerse una idea de ello si se dice que
existe una semejanza entre esta vibración, o vida energetizante,
y la vibración básica del sistema solar que precedió
al nuestro. Debemos recordar que nuestra vibración fundamental
es el resultado del proceso evolutivo de todo el sistema anterior. Esta
entidad tiene una relación análoga con la evolución
dévica similar a la de los misteriosos puentes que
desconciertan a los científicos y se encuentran entre los reinos
animal y vegetal, vegetal y [e674]
mineral, no siendo ni lo uno ni lo otro.
En amplia escala esta vida o la entidad que da forma a la
vida inferior del plano físico del sistema solar no es un pleno
exponente de la vida subconsciente del sistema anterior, ni de la vida
elemental del nuestro; únicamente en el próximo sistema
se manifestará una forma de conciencia de un tipo actualmente inconcebible
para el hombre. Se dice esotéricamente que no posee vista
ni oído; esencialmente no es dévica ni humana. Esotéricamente
es ciega, totalmente inconsciente; solamente es capaz de moverse
y se asemeja al feto en la matriz; lo que vendrá a la existencia
se revelará en el próximo gran ciclo. El misterio de la
luna (67) o del divino lunático tiene cierto vinculo
(debido a la compasión prematura de nuestro Logos planetario) con
la revelación de la vida de esta naturaleza que da forma al globo
denso de la cadena lunar. Desde Su elevado nivel, despertó la piedad
en el corazón del Logos planetario, hacia ciertas existencias involutivas
dentro de la cadena lunar (como el Buda en escala menor y en fecha muy
posterior), y la intensa compasión trajo los resultados kármicos
que aún nos conciernen. La bestia debe ser acorralada [i847] en
su guarida, para su propio bien, a fin de que recorra su ciclo, encerrada
en su antro y confinada dentro de ciertos límites hasta que el
amanecer de un nuevo sistema le ofrezca una oportunidad.
Más no se puede decir. Debe recordarse que los misterios de la
existencia son POCO conocidos por el hombre. El hombre ignora totalmente
los misterios profundos que existen en ciertos casos y allí donde
en vez de misterio hay revelación para aquel que tiene ojos para
ver y oídos para oír, con frecuencia permanece ciego y sordo.
Cuando el hombre haya develado los secretos que se hallan detrás
de los reinos inferiores de la naturaleza, solucionado el problema de
la constitución interna de la Tierra y recorrido retrospectivamente
el camino hacia el conocimiento de cómo actúa el sendero
involutivo y las vidas que lo huellan, sólo entonces comenzará
a comprender el extraordinario enigma que está más allá
de su comprensión.
Haré otra insinuación, que arrojará
un haz de luz sobre el problema, para aquellos que ya están preparados,
pero aumentará la confusión de los que no son intuitivos:
desde el punto de vista de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, nuestro
sistema solar no es más que un centro -siendo dicho centro una
de las tres verdades reveladas en la séptima Iniciación.
ler. Sistema se caracterizó por la organización
de un centro, la vida misteriosa, a la que ya nos hemos referido,
se produjo por la vibración más baja del centro.
2do. Sistema se caracteriza por la actividad
tridimensional de dicho centro y por la evolución de tres tipos
de conciencia, dévica, humana y subhumana, en sus innumerables
categorías y jerarquías. En este período se equilibran
las fuerzas del centro.
3er. Sistema se caracterizará por la actividad
cuadridimensional del centro, y los doce tipos de evolución
se transformarán en cuatro tipos de fuerza.
[i848] Le
resultará casi imposible al hombre comprender esto y le parecerá
inexplicable, pero esta indicación se ha hecho a fin de que se
dé cuenta de la interdependencia existente entre los varios sistemas
y el lugar que ocupan en un esquema mayor; no se intenta presentar al
estudiante hechos sin correlación ni utilidad aparente para él.
Desconociendo nuestra posición dentro de un esquema más
vasto, las deducciones del hombre serán siempre inexactas.
Continuaremos enumerando los grupos de Egos de acuerdo a sus características,
pero sería conveniente tratar primero un problema que puede presentarse,
y ver si es susceptible de ser resuelto. Dos problemas surgen al estudiante
analítico: uno respecto a la posición (en conexión
con cualquier esquema planetario particular) que ocupan esos vastos grupos
de Egos, asociados con cualquiera de los esquemas y personificados por
Vidas que emanan de cualquiera de los siete rayos. El otro trata del efecto
que produce la entrada en el plano mental de Egos que no son
Egos capullo, sino que, como discípulos e iniciados,
posiblemente están muy desarrollados.
Estos conceptos pueden ser aclarados si se dan ciertas explicaciones respecto
al plano mental, y servirán para indicar dónde se halla
la solución de dichos problemas.
Como lo señaló H. P. B., el plano mental es el más
vasto de todos los que nos conciernen, siendo el plano clave del sistema
solar el pivote sobre el cual gira la gran Rueda, el lugar de encuentro
de las tres líneas de evolución y, por esta razón,
ha sido esotéricamente denominado la Cámara de
Concilio de las Tres Divinidades. En este plano las tres Personas
de la Trinidad logoica trabajan en forma unida. En el plano de abajo dos
Personas trabajan asociadas; en el plano de arriba actúa otra dualidad;
pero sólo en este plano están unificadas las Tres.
[i849] Todos
los Logos de los distintos esquemas se expresan en este plano. Existen
ciertos esquemas en el sistema que tienen su manifestación inferior
en este plano y no poseen cuerpo físico como la Tierra y los demás
planetas densos. Existen gracias a la materia gaseosa, y sus esferas de
manifestación están simplemente compuestas de cuatro éteres
cósmicos y del gaseoso cósmico. Pero todas las grandes Vidas
del sistema solar poseen cuerpos [e676]
construidos de materia mental de nuestro
sistema, de allí que todas esas Entidades puedan comunicarse en
ese plano. Este hecho constituye el fundamento de la comprensión
esotérica y la verdadera base de la unificación. Los
vehículos de estas grandes Existencias están compuestos
de materia de los niveles abstractos del plano mental, y por medio de
esa sustancia energetizada pueden ponerse en contacto entre sí,
sin tener en cuenta Su meta de realización individual. Por lo tanto,
los cuerpos de dichas unidades pueden similarmente ponerse en contacto
con los demás Egos y grupos cuando obtienen la conciencia del plano
mental (la conciencia causal) y conocen las diversas claves,
tonos y colores grupales.
Será evidente para el estudiante atento, que aquí reside
la verdadera relación entre los distintos grupos de Egos, sin tener
en cuenta su grado de evolución, rayo o esquema en que puedan hallarse.
La verdad fundamental involucrada podrá captarse mejor estudiando
las siguientes frases esotéricas:
En el Aula de la Ignorancia rige
kama-manas. El hombre agobiado por numerosos malos deseos busca el objetivo
que su corazón anhela en las aulas sombrías del maya más
denso. Lo encuentra, pero muere antes de haber recogido los frutos apetecidos.
Es mordido por la serpiente, y la anhelada alegría queda fuera
de su alcance. Todos aquellos que buscan los frutos egoístas del
karma deben despreciarse recíprocamente; por lo tanto lucha y codicia,
mala voluntad y odio, muerte y retribución, invocación kármica
y vengadora centella, caracterizan a esta aula. [i850]En el Aula del Aprendizaje rige
el intelecto y trata de guiar. Un deseo más elevado, el fruto de
manas y su empleo, reemplazan al deseo kármico inferior. El hombre
pesa y valora, y en el ocaso de las Aulas del Intelecto busca el fruto
del conocimiento. Lo halla, pero se da cuenta que el conocimiento no es
todo; muere en el campo abierto del conocimiento, escuchando el grito
que resuena en sus oídos moribundos: Sabe que el conocedor
es más grande que el conocimiento; Aquel que busca es más
grande que lo buscado.
En el Aula de la Sabiduría rige el Espíritu;
el Uno dentro de los menores asume el control supremo. La muerte no es
conocida en estas aulas, porque se pueden atravesar sus dos grandes portales.
La discordia y la lucha desaparecen, y sólo reina armonía.
Los conocedores se ven como Uno; reconocen el campo donde el conocimiento
surge como disonancia y diferenciación bráhmicas. El conocimiento
es conocido como método, un instrumento del propósito empleado
por todos. y como simple germen de reconocimiento eventual. Dentro de
esta aula, la mutua unión, la mezcla de uno con todos y la unidad
de acción, de meta y capacidad, marcan todo esfuerzo superior.
Si se medita sobre estas palabras, se comprenderá que la verdadera
unión reside en la comprensión de que la vida mayor siempre
incluye a la menor, y que cada expansión de conciencia acerca más
al hombre a esa Unicidad.
Por lo tanto, si pudiéramos aventurarnos a expresar la [e677] abstracción y el estado de conciencia
en términos de tiempo y espacio, valiéndonos de la limitación
del lenguaje, podríamos decir que en niveles egoicos o en los tres
subplanos superiores del plano mental, existe un canal de comunicación
entre cada uno de los esquemas planetarios, dentro del círculo
no se pasa solar, basado en la similitud de vibraciones y unidad
de esfuerzo. Sólo aquí (respecto a los tres mundos y al
reino humano) es posible establecer relaciones egoicas y transmitir sustancia
mental entre
egos de un esquema planetario con los de otros
esquemas.
Los Ah-hi, los Constructores
mayores, (68)los Señores que realizan la voluntad del Logos solar,
emplean principalmente dos planos para comunicarse entre ellos y Sus legiones:
Primero, el segundo plano, donde se comunican por medio de un método
espiritual incomprensible para el hombre en la actualidad.
Segundo, el plano mental, donde se comunican con todas las vidas
menores por medio de cierto tipo de telepatía mental.
La entrada en otros esquemas planetarios o esferas más
sutiles de Egos avanzados, provenientes de la ronda interna, donde han
permanecido en pralaya esperando la oportunidad, se produce en forma triple,
como resultado de una triple actividad, causada por un acuerdo entre el
Logos planetario de un esquema y otro Logos planetario, dando lugar un
intercambio. El estudiante debe pensar aquí en términos
de fuerza y energía, interacción magnética y transmisión
consciente de energía desde el cuerpo del Logos planetario,
vía un centro o centros, hasta el cuerpo de otro Logos planetario.
Aquí la causa es voluntad o propósito, el objetivo
es sensación y el método es transferencia de fuerza. Los
mismos factores se hallan detrás de la venida de egos desde la
ronda interna, sólo que en este caso la energía es enviada
por ciertas existencias (actuando con cualquier Logos planetario), quienes
son los custodios del círculo interno. Esto constituye
un misterio y concierne a la llegada de Egos superiores, Avatares, Budas,
[i852] instructores,
iniciados, discípulos y todos los que han de esperar un impulso
no individual sino grupal a fin de cumplir el karma cíclico en
amplia escala, y cuyas ruedas están controladas por
fuerzas cósmicas y no por fuerzas del sistema exclusivamente.
[e678] Podría
decirse que constituyen otro factor los resultados kármicos de
las simientes sembradas en un pasado remoto, ocultas en los misterios
de un anterior sistema, esquema o cadena, según el caso. Estos
tres grupos de manifestación siguen el impulso kármico,
el cual controla el tiempo, el período y el método de aparición
en cualquier grupo de egos planetarios, capullos o lotos recién
nacidos, o lotos que se dice que han sido trasplantados místicamente.
Estos últimos probablemente tienen un alto grado de desarrollo.
Esto es posible tanto en los individuos como en los grupos.
Un tercer factor tiene que ver con la transferencia de Egos o lotos desde
una esfera de actividad a otra, produciendo necesariamente condiciones
que exigen la aparición de centros similares para ser reemplazados.
La energía transmitida ha de ser suministrada de otra parte, siendo
otro factor que predispone a la aparición de lotos egoicos en cualquier
esquema. La ley de conservación de la fuerza es aplicable a cualquier
plano.
Toda la cuestión de transferencia de lotos egoicos de un esquema
a otro, de una cadena a otra, en el plano mental, es verdaderamente muy
complicada y no puede ser explicada al discípulo no juramentado.
Sólo es posible dar estas indicaciones generales.
En relación con nuestro planeta también debe recordarse
que los Egos aparecen en esos grupos cuyos lotos no son producidos como
resultado de la Ley de Atracción cuando actúa entre el reino
animal del globo y las Tríadas superiores, sino que son Egos que
se han individualizado en otra parte, viniendo, por lo tanto, con sus
pétalos ya formados y quizás con varios [i853]
pétalos abiertos. Lógicamente,
esto tiene un profundo efecto sobre los grupos en los cuales aparecen
y sobre el tipo de hombre que encarnará, en consecuencia, en el
plano físico. En La Doctrina Secreta se hace alusión
a esto cuando se refiere al tema de los antiguos instructores y reyes
divinos que ocuparon los toscos cuerpos de la primitiva humanidad. (69)
(70)
Continuando con nuestra consideración de los grupos egoicos, podría
decirse brevemente que éstos, en conexión con nuestro planeta,
pueden ser agrupados de manera general según la etapa de formación
del loto: [e679]
Los egos que aparecieron por el proceso de individualización
en los días lemurianos. Constituyen la verdadera humanidad
de la Tierra, junto con el segundo grupo.
Los egos que se individualizaron durante la
raza raíz Atlante, hasta que se cerró la puerta.
Los egos que han venido de la cadena
lunar y están mucho más evolucionados que la humanidad
terrestre.
Los egos que fueron traídos desde la
época atlante para ocupar el lugar de esos Egos que se liberaron,
cuyos cuerpos causales desaparecieron y sus lotos han muerto,
dejando un vacío, en la esencia de la fuerza, que debe ser
llenado y provisto. Por lo general vinieron desde uno de los dos esquemas
siguientes:
Del esquema personificado por el polo opuesto de nuestro Logos
planetario.
Del esquema aliado a ambos, formando el triángulo del
sistema.
[i854]
Estos casos son necesariamente
raros en la actualidad, pero serán cada vez más frecuentes
a medida que un mayor número de seres humanos reciba la cuarta
Iniciación.
Ciertos raros Egos o lotos provenientes de esquemas
no mencionados en la triplicidad anterior. Por lo general son traídos
con el único fin de que puedan perfeccionar ciertas cualidades
de su propia naturaleza, para llevar a cabo un trabajo experimental
en conexión con el reino dévico, o para producir ciertos
resultados grupales deseados por el Logos planetario. Con frecuencia
no descienden a la encarnación física densa, sino que
trabajan principalmente en niveles mentales y astrales, volviendo
con el tiempo a sus propias esferas para alcanzar las etapas finales
de liberación.
Estos lotos en sus miles diferenciaciones producen recíprocamente
efectos específicos aún incomprensibles para el hombre en
niveles mentales. Sin embargo, constituyen la base de la verdadera psicología
y de toda verdadera actividad. El estudiante haría bien en recapacitar
sobre el efecto que probablemente produciría cualquier Ego avanzado
sobre:
Otros Egos de su grupo.
Los Pitris solares que son la sustancia del grupo.
Los Pitris lunares que están vinculados
a los Pitris solares por medio de los átomos permanentes.
Anteriormente hemos mencionado ciertas clasificaciones de grupos de los
que se encuentran en los niveles causales
[e680]
del plano mental, a fin de dar al estudiante
alguna idea de la vastedad del tema y de la complejidad del problema.
Debe recordarse que en el tercer subplano del plano mental no hay separación
individual tal como existe en la manifestación física, sin
embargo, es evidente la separación grupal. Estos grupos son muy
numerosos para detallarlos. Hemos delineado y nombrado cinco de los grupos
mayores tal como están enumerados en la parte inferior [i855]
de la clasificación de un esquema
en el Aula de los Registros. Existen otros métodos, y hasta en
la enumeración que hemos utilizado aquí, estos cinco grupos
se subdividen cada uno en diez grupos, los cuales a su vez se dividen
en unidades menores, representadas y conocidas por ciertos símbolos.
Cuando llegamos al segundo subplano del plano mental (el plano en el cual
se encuentran los cuerpos egoicos de la humanidad avanzada, de los discípulos
y de los iniciados) el método de agruparlos estará de acuerdo
al:
Rayo.
Subrayo.
Departamento (regido por el Manu, el Mahachohan
o el Bodhisattva de nuestro esquema terrestre o sus analogías
en otros esquemas).
Estos lotos egoicos están conformados y tienen un número
de pétalos sin abrir, mientras que otros se hallan en las etapas
finales del desarrollo.
Han sido también agrupados bajo los tres encabezamientos siguientes:
Lotos de revelación. Aquellos en los cuales
la joya está a punto de ser revelada.
Lotos perfumados. Aquellos cuyo perfume o aroma oculto
compenetra su ambiente. Son los Egos que todavía no han abierto
totalmente la última hilera de pétalos, pero cuyas vidas
tienen fuerza magnética en los tres mundos y sus actividades
se distinguen por el servicio altruista.
Lotos irradiantes. Aquellos cuya luz comienza a brillar en la
oscuridad.
Están agrupados también de acuerdo al color primario, a
la coloración secundaria, a la clave o tono, siendo una de las
clasificaciones totalmente numérica. Podría ser de interés [i856] para
el estudiante si señaláramos que en el Aula de los Registros,
en conexión con los Egos humanos, existen ciertos registros cuya
terminología simbólica detalla minuciosamente los siguientes
hechos respecto a cada ente:
[e681] El
registro lunar. Se ocupa de todos los vehículos y formas
inferiores empleados por las Mónadas humanas, registrando:
Su grado de vibración.
Su tipo.
Su número clave.
El grupo particular de Señores lunares
que se relacionan con esos cuerpos.
La historia detallada de las vidas elementales
que constituyen los cuerpos.
Esta información la utiliza el agente kármico responsable
de la construcción de una nueva serie de vehículos en cada
encarnación a fin de ayudar a agotar el karma. La historia de los
cuerpos lunares está reproducida en los átomos permanentes.
El registro solar. Se ocupa del vehículo egoico permanente, registrando:
El grado de vibración.
La historia de la apertura de los pétalos.
La historia de cualquier grupo determinado de
Ángeles solares ocupados de la formación del loto.
La actividad de la sustancia dévica con
la cual se construye el loto.
Las relaciones grupales.
Esta información es utilizada por el Maestro que se ha hecho responsable
del estimulo y crecimiento de una serie particular de Egos y también
por esos Egos avanzados que trabajan conscientemente con su grupo.
El registro de la conciencia. Concierne a la respuesta a su medio
ambiente de la Entidad inmanente. Registra [i857]
el empleo del
conocimiento por parte del conocedor, siendo, por muchas causas, el más
complicado y extenso de los registros.
Dichos registros son utilizados frecuentemente por el Señor del
Mundo y Sus discípulos a fin de obtener información relativa
a los centros planetarios. Tienen tal disposición que el registro
de cualquier grupo, aunque vasto y extenso, está descrito en siete
páginas, conteniendo cada una cuarenta y nueve símbolos.
Las páginas se cambian y corrigen cada siete años y son
precipitadas en materia astral debido al esfuerzo de voluntad realizado
por el Chohan responsable del grupo particular involucrado.
d. Los pétalos y los centros etéricos. Sólo
queda señalar la estrecha relación que existe entre el desarrollo
de los pétalos de los lotos egoicos y los centros etéricos
del hombre. A través de los [e682]
centros fluye
la energía síquica. Los estudiantes deberían
tener cuidadosamente presente los dos hechos siguientes:
Primero, como ya sabemos, el prana vitaliza el cuerpo etérico.
La energía pránica estimula la actividad animal y el desarrollo
del plano físico, y afecta principalmente a los átomos del
cuerpo físico teniendo un triple efecto sobre la sustancia del
mismo:
Conserva la salud animal del cuerpo.
Construye y erige en el cuerpo, por medio de
su energía y sus corrientes de fuerza, lo que se necesita para
reemplazar el desgaste y la deterioración diaria.
Es el medio por el cual el hombre entra en contacto
físico con sus semejantes. El magnetismo físico depende
amplia, aunque no totalmente, del prana.
Los centros etéricos son los vórtices de fuerza formados de
materia etérica debido al impulso astral trasmitido por conducto
de los [i858]centros
astrales. Dichos centros a su vez trasmiten una energía aún
superior y, de esta manera, la afirmación de que los centros etéricos
son la fuente de la energía síquica del hombre es técnicamente
verídica, siendo por lo tanto afectados por el desarrollo de los
pétalos. A su vez cada pétalo es una especie de centro de
fuerza, y la energía que emana de ellos afecta a los centros etéricos
y produce el verdadero tipo de energía síquica.
La energía que fluye desde el Ego se siente muy poco en las primitivas
etapas de desarrollo. El hombre sigue su sendero por medio del instinto
animal y racial, y puede recibir sin peligro el estímulo que emana
de sus centros grupales y la fuerza impulsora común inherente a la
forma y a las primitivas oleadas de vida anteriores. Sólo cuando
ha alcanzado una etapa relativamente avanzada (en comparación con
la del hombre animal) esa fuerza egoica o síquica fluye a través
de sus centros de tal manera que produce resultados en la conciencia -los
cuales oportunamente él percibirá en su cerebro físico.
No me refiero aquí al psiquismo animal corriente desplegado por los
animales superiores y por algunos miembros de las razas post lemurianas.
Este tipo de conciencia es inherente a los átomos y parte constituyente
del alma del mundo, siendo inconsciente e incontrolado, y no
tiene cabida en esta enseñanza. Aquí me refiero al psiquismo
consciente desplegado por la humanidad avanzada, discípulos e iniciados
de todas las categorías, resultante de la afluencia de energía
egoica a través de los centros etéricos (principalmente en
cinco de ellos), de tal manera que la conciencia del cerebro físico
se da cuenta de ella y también de
su capacidad para aplicarla o no, según
lo desee, estando controlada por el hombre. Como ya sabemos, los centros
con los cuales el estudiante está relacionado,
el coronario,
el cardíaco,
el laríngeo,
la base de la columna vertebral,
son los únicos que deberían ser considerados. El trabajo que
se ha de realizar consiste en transferir la fuerza o energía de los
centros inferiores -el de la columna vertebral y el del plexo solar- a los
tres centros superiores. Se presume que ya ha transferido o está
en proceso de transferir la energía de los órganos genitales
al centro del deseo, el plexo solar, a fin de ayudarla a ascender al centro
laríngeo. El centro del bazo, por ser el vehículo del prana,
está especialmente desarrollado de acuerdo a la ley evolutiva y su
energía no es transferida a otro centro, sino que es distribuida
conscientemente. Cuando se despierta la analogía que se halla en
el centro coronario, éste se convierte en órgano de curación
esotérica, por su intermedio el sanador (por un acto de voluntad)
absorbe prana y vitalidad de los éteres y luego los exhala sobre
el sujeto que va a ser curado, por un acto de curación compasiva.
En conexión con los centros etéricos, deberíamos señalar
el hecho de que el centro superior de la cabeza es de estructura dual y
constituye un loto de noventa y seis pétalos ubicado entre las cejas
y un loto de doce pétalos ubicado en la cima de la cabeza, con un
vórtice secundario de noventa y seis pétalos. El significado
del número de pétalos es muy profundo. En todos los casos
tenemos el número doce, lo cual demuestra una relación definida
con los lotos síquicos básicos en los niveles egoicos. Doce
multiplicado por ocho representa los doce pétalos de cada caso, mientras
que en el número ocho se halla oculta la idea de dualidad en
el cuatro del huevo áurico egoico (los
tres aspectos y el círculo no se pasa).
Debemos observar también que el doce está vinculado a tres
centros,
el coronario superior,
el coronario secundario y
el cardíaco.
[e684] Si
el estudiante analiza esto y vincula las tres hileras de pétalos
del loto de doce pétalos, puede hallar iluminación. No es
posible dar más indicaciones en esta etapa.
Sólo cuando los centros etéricos -los dos centros de la cabeza
y el centro del corazón- están plenamente activos con sus
doce pétalos completamente abiertos, entonces la hilera central de
pétalos del loto egoico (la cuarta o hilera interna) se abre. El
significado de las cuatro hileras en el loto egoico y las ocho hileras de
doce pétalos en los lotos etéricos del plano mental es de
gran importancia.
Los centros con los cuales el hombre tiene que ver son necesariamente cinco
en esta etapa, debido a los siguientes hechos, los cuales deben ser estudiados
si el hombre quiere despertar sus centros de acuerdo al plan y seguir sin
peligro la línea del verdadero desarrollo síquico:
La energía parte del quinto plano, el mental, en lo que se refiere
al hombre.
Por intermedio del quinto principio el hombre puede trabajar conscientemente
para su propio desarrollo.
El sendero de evolución es quíntuple para el hombre, abarcando
los cinco planos del desarrollo humano, estando dividido en cinco etapas
en lo que respecta al Ego.
Aunque el actual es el segundo sistema solar, o Su segundo ciclo egoico
principal, [i861] desde
el punto de vista de los ciclos egoicos del Logos, sin embargo es el quinto
visto desde otro ángulo, el de los ciclos menores. Corresponde al
quinto período de la evolución humana, en el cual el hombre
recorre el Sendero. El Logos está hollando ahora el Sendero cósmico.
La quinta espirilla está en proceso de despertar. Esto ha de efectuarse
antes que la interacción de energía entre el loto egoico y
los centros etéricos sea tan poderosa que despierte al cerebro físico
del hombre y lo haga consciente de las corrientes internas. Ello tiene lugar
generalmente cuando el quinto pétalo ya está formado.
Lo precedente puede encararse en forma más amplia desde el punto
de vista de los cinco Kumaras. Debe recordarse que el conjunto de centros
etéricos de cualquier grupo de hombres forma los centros de fuerza
o diminutas unidades de energía en los pétalos
más grandes de su centro grupal. También forma los pétalos
de cualquier centro planetario determinado, y el conjunto de dichos pétalos
forma esos centros mayores de energía que denominamos centros
planetarios, los cuales a su vez son los centros de fuerza del Logos.
[e685] En
relación con ello el misterio es tan profundo que si el estudiante
no evita formularse un concepto demasiado matemático y materialista,
se desorientará. Los centros etéricos del hombre no se hallan
ubicados en el mismo plano que los centros etéricos de un Logos planetario,
sino en el plano del cuarto éter cósmico, el plano búdico
del sistema, y sólo cuando el hombre ha recibido la iniciación
final su energía se incorpora a ese centro planetario en su propio
plano. Los centros etéricos del Logos planetario son transmisores
y transmutadores de fuerza, y tienen con él la misma relación
que los centros físicos con un ser humano. Los centros físico
densos, por ejemplo, la boca, [i862]
son transmisores de algún tipo de energía
que surge del cerebro o voluntad humana.
Es un secreto del conocimiento ocultista la comprensión de la fuerza,
su transmisión y los efectos que produce la fuerza liberada sobre
los planos superiores. La fuerza o energía afluye desde el Ego. Actúa
por intermedio de los centros etéricos y produce resultados en los
tres planos, variando de acuerdo a la edad del alma. Hasta ahora, por falta
de alineamiento, la fuerza egoica no llega al cerebro físico tan
plenamente como lo hará más adelante, pero si a los centros
astrales, siendo frecuentemente la causa de la incontrolada emotividad que
se observa en todas partes. La sustancia astral está aún insuficientemente
organizada, y cuando es despertada por la energía egoica actúa
violentamente. Dos corrientes contrarias de fuerza actúan sobre la
sustancia astral: primero, la egoica y, segundo, esa vibración iniciada
durante incontables épocas en el plano físico, latente en
la sustancia misma, resultado de un sistema solar anterior. Esto produce
las acciones y reacciones violentas que se observan en cada vida.
No es posible dar más datos sobre el desarrollo de los pétalos
y su conexión con los centros etéricos. Sin embargo, pueden
hacerse tres indicaciones de importancia práctica respecto a este
estupendo tema, y si se reflexiona debidamente sobre ellas, puede llevar
a la iluminación a los que están preparados.
La primera es que los centros etéricos se hacen activos en un sentido
cuadridimensional (o se transforman en ruedas que giran sobre sí
mismas) cuando el aspirante ha cumplido con ciertos requisitos, quien debe
entonces dedicarse a desarrollar el quinto y sexto pétalos, o los
dos finales de la segunda hilera, y esforzarse en llevar a cabo dos cosas
en relación con su triple naturaleza inferior: [i863]
Alinear sus tres cuerpos de manera de formar un
canal directo de contacto entre el Ego y el cerebro físico.
Esforzarse por estabilizar el cuerpo astral y
la mente, y procurar obtener ese equilibrio emocional que se produce
por el consciente equilibrio de fuerzas.
[e686] Debe
estudiar las leyes de transmutación y la alquimia divina, que le
hará conocer el proceso de transmutar la fuerza inferior en superior,
transferir su conciencia a los vehículos superiores y manipular corrientes
de energía a fin de que su propia naturaleza se transforme. Entonces
se convertirá en un canal por el cual fluirá la luz del Ego
y descenderá la iluminación de budi para salvar a la raza
e iluminar a aquellos que van dando tumbos en la oscuridad. Debe demostrar
en el plano físico las leyes de la radiactividad en su propia vida,
la cual ha de empezar a irradiar y a afectar magnéticamente a los
demás. Quiero significar con esto que comenzará a influenciar
a aquello que está aprisionado en otros, porque llegará -por
medio de sus poderosas vibraciones- al centro oculto de cada uno. No me
refiero aquí al efecto físico o magnético que muchas
almas, poco evolucionadas, tienen sobre otras, sino a esa irradiación
espiritual a la cual sólo responden y comprenden quienes están
adquiriendo conciencia del centro espiritual dentro del corazón.
En esta etapa, el hombre es reconocido como el que habla ocultamente de
corazón a corazón. Se convierte en un estimulador
del centro cardiaco del semejante, y despierta e impulsa a los hombres para
que actúen en bien de los demás.
La segunda indicación es que cuando el aspirante llega a ser progresivamente
radiactivo y la energía del Dios interno se demuestra acrecentadamente
por medio de la personalidad inferior, las irradiaciones de calor
se hacen tan poderosas que se obtienen resultados muy definidos de naturaleza
personal y [i864] ambiental.
Algunos de estos resultados pueden ser enumerados de la manera siguiente:
La trama etérica que separa del plano astral la conciencia física
inferior del cerebro, inicia un largo proceso de destrucción, produciéndose
las primeras roturas en la trama. A través de éstas
el estudiante percibe los planos internos, se hace consciente en el cerebro
físico de los acontecimientos internos y puede (si es un discípulo)
hacer contacto con su Ego (y por medio del Ego) con su Guru. (71) Esto marca
un desarrollo muy importante.
El centro superior de la cabeza acrecienta su actividad y puede recibir
destellos de iluminación desde los planos superiores. Al principio
esto sucede sólo ocasionalmente, y luego con mayor frecuencia a medida
que pasan los años y las roturas son más numerosas.
Los diferentes triángulos se vivifican y acrecientan su actividad
en debida progresión geométrica, mientras que el centro entre
los omóplatos, el punto donde convergen ciertos fuegos, entra en
actividad. Esto marca una etapa definida en el proceso de transferir [e687]
los fuegos a centros superiores. Generalizando,
este período de transferir el calor o energía de los centros
inferiores a los superiores puede ser dividido en dos partes: primero, cuando
la energía de los cuatros unificados en la parte inferior del cuerpo
(debajo del diafragma) es transferida a los centros ubicados en la parte
superior del torso. Dichos centros son tres, el corazón, la garganta
y el centro entre los omóplatos. Debemos señalar aquí
que el centro laríngeo está situado en la parte inferior de
la garganta y pertenece al torso y no a la cabeza. Debe mencionarse también
que el centro entre los omóplatos no es un centro sagrado,
sino que es de naturaleza provisional, y lo crea el aspirante mismo durante
el proceso de transferencia.
[i865] Segundo,
cuando la energía de los seis centros inferiores,
el laríngeo,
el cardíaco,
el plexo solar,
el bazo,
los órganos genitales y
la base de la columna vertebral,
son -en debido orden, de acuerdo al rayo y subrayo del hombre- transferidos
a las analogías dentro del centro de la cabeza. Los siete centros
de la cabeza son el reflejo en el microcosmos de esas mansiones preparadas
en los Cielos que reciben la séptuple energía de la
Mónada. Constituyen las cámaras que han sido preparadas por
la energía inferior, las cuales han de ser recipientes del alma
o energía síquica superior.
Tercero, podría resumirse esto diciendo que, a medida que el aspirante
progresa, (72) no
sólo equilibra los pares de opuestos sino que le es revelado el secreto
que oculta el corazón de su hermano.
[e688] Llega
así a ser una fuerza reconocida en el mundo, de quien puede confiarse
que se dedicará a servir. Los hombres se dirigen a él en pos
de ayuda y apoyo dentro de su línea de actividad, y empieza a emitir
su nota a fin de que no sólo escuchen los seres humanos sino también
los devas. Esta etapa [i866]
la realiza por medio de la literatura, las
conferencias y la enseñanza, y también por medio de la música,
la pintura y el arte. Llega a los corazones de los hombres de una manera
u otra, convirtiéndose en un auxiliar y servidor de su raza.
Deben enumerarse aquí dos características más de esta
etapa.
El aspirante conoce el valor oculto del dinero cuando se dedica a servir.
No busca nada para sí mismo, salvo aquello que puede prepararlo para
el trabajo a realizar; considera el dinero y lo que con éste puede
adquirirse como algo que debe ser empleado para los demás y un medio
para llevar a cabo los planes del Maestro tal como él los percibe.
El significado oculto del dinero es poco comprendido, sin embargo, constituye
una de las más grandes pruebas a través de las cuales debe
pasar el hombre, y define el lugar que ocupa en el sendero de probación,
pues concierne a su actitud y a la forma de manejar aquello que todos los
hombres buscan para gratificar sus deseos. Sólo quien no desea nada
para sí mismo puede ser el receptor de la esplendidez financiera
y el dispensador de las riquezas del universo. En los casos en que la riqueza
aumenta, sólo trae penas, dificultades, descontento y abuso.
En esta etapa la vida del aspirante se convierte también en un
instrumento de destrucción, en el sentido oculto del término.
Donde quiera que vaya, la fuerza que fluye a través de él,
proveniente de los planos superiores y de su propio Dios interno, produce
a veces resultados peculiares en su ambiente. Actúa como estimulante
tanto del bien como del mal, estimulando análogamente a los pitris
lunares que forman los cuerpos de sus semejantes y al suyo propio, quienes
acrecientan su actividad y adquieren excesivo poder. Este factor es utilizado
por Aquellos que actúan internamente para realizar ciertos fines
deseados. Esto a menudo causa momentáneamente la caída de
almas avanzadas, las cuales no pueden resistir la fuerza que fluye a ellas,
o sobre las mismas, [i867]
desviándose por la hiperestimulación
temporaria de sus centros y vehículos. Esto puede observarse tanto
en los grupos como en los individuos. Pero cuando los Señores lunares
del yo inferior han sido previamente subyugados y controlados sucede lo
contrario, entonces el efecto de la fuerza y de la energía, con las
cuales entran en contacto, consistirá en estimular la respuesta de
la conciencia del cerebro físico y de los centros de la cabeza al
contacto egoico. Entonces esta fuerza que de otra manera sería destructiva
se convierte en un factor estimulante, bueno y útil que pueden utilizarlo [e689] Aquellos
que saben hacerlo, a fin de conducir al hombre a una mayor iluminación.
Estas etapas han de tener lugar en los tres planos inferiores y en los tres
cuerpos de acuerdo al Rayo y subrayo particulares. De esta manera el discípulo
continúa realizando su trabajo, y también lleva a cabo las
pruebas y el entrenamiento a que está sometido, hasta que las dos
hileras de pétalos se abren y la tercera comienza a formarse; dirigiendo
correctamente la energía y manipulando inteligentemente las corrientes
de fuerza, el discípulo es conducido al Portal de la Iniciación,
egresando del Aula del Aprendizaje (73) e ingresando al Aula de la Sabiduría
-donde gradualmente se hace consciente de las fuerzas y poderes
que están latentes en su propio Ego y su grupo egoico. Allí
adquiere el derecho a utilizar la fuerza del grupo egoico, porque ya se
puede confiar que la empleará únicamente para ayudar a la
humanidad. Después de la cuarta Iniciación se le puede confiar
parte de energía del Logos planetario y participar de ella, permitiéndole
llevar adelante los planes de este Logos para la evolución.
[i868] e.
La iniciación y los pétalos. Poca información
se permite dar en la actualidad al público en general respecto a
la relación que existe entre los pétalos y su desarrollo por
medio de la iniciación. Solamente es posible impartir ciertos enunciados
que contienen
insinuaciones para dirigir correctamente la energía,
sugerencias sobre los misterios fundamentales
que el hombre ha de resolver,
advertencias sobre ciertas analogías,
indicaciones prácticas para pensar constructivamente.
Los estudiantes deben recordar que el objetivo de todo instructor, verdaderamente
ocultista, no consiste en dar información, sino en enseñar
a los aspirantes a emplear energía mental. Por lo tanto se evidenciará
por qué se emplea invariablemente este método de instrucción.
Lleva implícita una indicación dada por el Instructor, quizás
la correlatividad de ciertas analogías conjuntamente con [e690]
sugerencias acerca de los orígenes de
la luz. Esto significa que el discípulo ha de reconocer que:
Vale la pena seguir la insinuación.
La meditación es el sendero que conduce
a la fuente de luz; la insinuación aludida constituye la simiente
para la meditación.
Los hechos dispares y sin correlación en
vez de prestar ayuda constituyen una amenaza para el conocimiento.
Cada aspecto de la verdad, progresivamente aplicado,
ha de ser asimilado y agregado a la experiencia del estudiante.
A no ser que las analogías estén
de acuerdo en sentido atómico, personal, planetario y cósmico,
debe desconfiarse de ellas.
Al estudiante no se le imparte mucha información
hasta que se haya convertido en discípulo, y menos aún
hasta después de ser un iniciado juramentado. La razón
de ello
[i869] concierne
a la energía, su aplicación, uso y abuso de la misma.
Continuaremos ahora con nuestro estudio acerca de los pétalos de
la iniciación.
Cada una de las tres hileras de pétalos de loto está estrechamente
relacionada con una de las tres Aulas. A esto nos hemos referido anteriormente.
Gran parte del trabajo relacionado con la primera hilera de pétalos
es parte de la experiencia en el Aula de la Ignorancia. La etapa más
importante consiste en la organización y preparación para
el desarrollo, siendo lo que más atañe al hombre. El acto
de la apertura de los pétalos es más breve, se produce por
la afluencia de calor o fuego solar, dando lugar así a un nuevo acceso
de energía, que tiene lugar en nuestro esquema terrestre por medio
de la colaboración del Mahachohan, del Chohan del grupo egoico de
un hombre y del Ego particular involucrado.
Puede ser de utilidad la clasificación siguiente:
Pétalos de Conocimiento. Primera hilera.
Formados en el Aula de la Ignorancia.
Guiados por la fuerza y la energía
del Mahachohan.
Afectan al tercer grupo de Pitris solares.
Pétalos de Amor. Segunda hilera.
Formados en el Aula del Aprendizaje.
Guiados por la fuerza del Bodhisattva.
Afectan al segundo grupo de Señores
solares.
Pétalos de Voluntad o Sacrificio. Tercera
hilera
Formados en el Aula de la Sabiduría.
Guiados por la fuerza y la energía
del Manu.
Afectan al primer grupo de Ángeles
Solares.
[e691] En
la etapa que estamos considerando (de formación y desarrollo de
la primera hilera de pétalos) la influencia egoica sentida al principio
es pequeña, pero cuando los tres pétalos, mediante la energía
acumulada y almacenada en el [i870]
ego durante las actividades de la vida personal,
se hallan suficientemente activos y vivos, tiene lugar entonces una forma
de iniciación que es un reflejo (en un plano inferior) de las grandes
iniciaciones manásicas. La energía de la hilera externa
de pétalos permite que se separe de la hilera siguiente y se abra.
Esta triple energía se hace interactiva, alcanzándose así
una etapa muy significativa. Esta serie de iniciaciones raras veces es
percibida en la conciencia del cerebro físico, debido a la etapa
relativamente incipiente en que se hallan los cuerpos y a la falta de
respuesta de la materia cerebral. Sin embargo, son iniciaciones de carácter
definido aunque de menor importancia, e involucran principalmente la demostración
(dentro de la vida personal del hombre) de un inteligente reconocimiento
de sus relaciones grupales en la tierra. Dicho reconocimiento frecuentemente
es de carácter egoísta como, por ejemplo, el que demuestra
el trabajador sindicado, pero indica la interacción grupal.
Un proceso similar tiene lugar cuando ya se ha formado la segunda hilera
de pétalos y está por abrirse. Entonces colaboran el Instructor
del Mundo, el Maestro y el Ego implicado, pues dichas iniciaciones menores
están relacionadas con la naturaleza amor, la organización
astral o emocional, y el reconocimiento (por el hombre en su vida personal)
de algún tipo de amor altruista, amor por algo, persona o ideal,
que conduce a realizar un esfuerzo altruista y a negar al yo inferior.
Esto nos conduce al tercer grupo de pétalos, los pétalos
de la voluntad o del sacrificio, y a su desarrollo basado en el propósito
inteligente y el amor puro. La fuerza de este grupo recurre a un factor
diferente, el factor Manu, como también a la fuerza del Bodhisattva,
y el efecto deseado se logra por medio de la plena colaboración
del Ego totalmente despierto, ayudado por su propio Maestro (si está
evolucionado en un ciclo donde el esfuerzo jerárquico para la humanidad
adopta la forma que tiene actualmente) y el Manu. Oportunamente (después
de la segunda Iniciación) el Señor del Mundo vendrá [i871] como
factor -el Señor del poder mundial- que se expresará plenamente
como amor.
Por lo tanto, hablando en términos generales, puede decirse que
los grupos egoicos en los cuales se están formando y desarrollando
los pétalos de conocimiento quedan bajo la influencia primaria
del Mahachohan; aquellos en quienes el aspecto amor o la segunda hilera
de pétalos se está abriendo, quedan bajo la influencia primaria
del Bodhisattva, desarrollándoseles los de [e692]
conocimiento, paralelamente al trabajo que
realizan; mientras que aquellos cuya tercera hilera se está abriendo
son dirigidos por la energía del Manu, coordinándose los
otros dos tipos de fuerza. Será evidente para el lector atento
que aquí se halla oculto el secreto por el cual el Mahachohan mantiene
su cargo durante más tiempo que Sus dos Hermanos, desempeñándolo
durante un período mundial completo. La clave para estos ciclos
está oculta en los siguientes conceptos: El Bodhisattva y el Manu
cambian con mayor frecuencia de cargo y pasan a otro trabajo, puesto que
cada uno de Ellos personifica un tipo de fuerza triple, mientras que el
Mahachohan es el punto focal de cinco tipos de energía, siendo
a su vez cada una de naturaleza triple.
En cada caso, donde se desarrollan los pétalos, se generan ciertos
tipos de fuerza; primeramente se enfrentan, asimilan y emplean en forma
inconsciente, finalmente con plena inteligencia.
En el Aula de la Ignorancia la fuerza de la energía de Brahma
(la actividad y la inteligencia de la sustancia) es la que más
se enfrenta, y en ella el hombre debe aprender el significado de la actividad
basada en
la energía innata,
la energía absorbida,
la energía grupal,
la energía material, o lo que se halla
oculto en la materia del plano físico.
En el Aula del Aprendizaje el estudiante es consciente de, y emplea
la energía del segundo aspecto en la construcción de la
forma, en las relaciones sociales, en la familia y en otras afiliaciones
grupales. [i872] Obtiene
el verdadero conocimiento del sexo y sus relaciones, pero aún considera
a esta fuerza como algo que ha de ser controlado y no como que ha de ser
consciente y constructivamente empleado.
En el Aula de la Sabiduría el iniciado llega a conocer el
primer gran aspecto de la energía, el empleo dinámico de
la voluntad en el sacrificio; entonces se le confía la clave del
triple misterio de la energía. En las aulas anteriores era consciente
de esta energía en su triple aspecto. En las tercera, cuarta y
quinta Iniciaciones se le proporcionarán las claves de los tres
misterios.
Entonces se le entrega la clave del misterio presentido en el primer aula,
el misterio de Brahma, y puede liberar las energías ocultas en
la sustancia atómica. Se pone en sus manos la clave del misterio
del sexo o de los pares de opuestos; entonces puede liberar las fuerzas
ocultas en todas las formas. Se le revela la clave para el misterio del
sacrificio y el secreto de los Observadores [e693]
Silenciosos del cosmos, aprendiendo a liberar
las energías ocultas del aspecto voluntad. Se le enseña
la dínamo del sistema solar, si así puede expresarse, y
se le revela la complejidad de su mecanismo.
Los tres misterios fundamentales del sistema solar son los siguientes:
El misterio de la Electricidad.
El de Brahma. El secreto del
tercer aspecto. Latente en el sol físico.
El misterio de la Polaridad,
o del impulso sexual universal.
El secreto del segundo aspecto. Latente en el Corazón del Sol,
es decir, en el Sol subjetivo.
El misterio del Fuego
mismo, o la fuerza dinámica central
del sistema. El secreto del primer aspecto. Latente en el Sol central
espiritual.
Los tres misterios mencionados, en un sentido particular, están
bajo la jurisdicción de [i873]
ciertos grandes
Señores o Existencias, quienes tienen a su cargo revelar el misterio
a los iniciados que ya están preparados y que se hallan bajo Su
influencia durante las etapas finales del Sendero.
Existen tres claves para desentrañar el misterio de la electricidad;
cada una de ellas está en posesión de uno de los Budas de
Actividad, quienes tienen la prerrogativa de controlar las fuerzas eléctricas
del plano físico y el derecho de dirigir las tres corrientes principales
de este tipo de fuerza en conexión con nuestro globo actual.
Estas tres corrientes atañen a la sustancia atómica,
con la cual están construidas todas las formas. En relación
con nuestra cadena, existen tres Entidades misteriosas (de las
cuales nuestros tres Pratyeka Buddhas constituyen únicamente los
reflejos en la tierra) que desempeñan una función similar
en relación con las tuerzas eléctricas de la cadena. En
el esquema existen tres Existencias que colaboran con el Logos planetario
quienes sintetizan Su tercer Aspecto y en consecuencia realizan una tarea
similar a la realizada en el sistema solar por los tres aspectos de Brahma.
El misterio de este triple tipo de electricidad tiene gran vinculación
con los Constructores menores y con la esencia elemental en un aspecto
particular -el más inferior y el más recóndito para
la comprensión del hombre, pues encierra el secreto de lo que subyace
o se halla detrás de todo lo objetivo. Secundariamente
concierne a las fuerzas contenidas en los éteres, las cuales energetizan
y producen la actividad que despliegan los átomos. Otro tipo atañe
al fenómeno eléctrico que encuentra su expresión
en la luz, controlada en cierta manera por el hombre en los fenómenos
tales como las tormentas eléctricas y los relámpagos, en
la aurora boreal y en los terremotos y toda actividad volcánica.
Todas estas [e694]
manifestaciones
se basan sobre algún tipo de actividad eléctrica y tienen
que ver con el alma de las cosas o con la esencia de la materia.
El Antiguo Comentario dice:
La vestidura
de Dios se abre por la energía de Sus movimientos revelando al
verdadero Hombre; sin embargo queda oculto para aquellos que conoce el
secreto del hombre tal como existe en su propio autorreconocimiento.
El misterio de la electricidad concierne a la vestidura de
Dios, así como el misterio de la polaridad concierne a Su forma.
En el misterio de la Polaridad se manifiestan tres tipos de fuerza,
siendo evidente que los dos misterios tienen que ver con las seis fuerzas.
Estos tres tipos de fuerza son manipulados por los Budas de Amor, quienes
por medio de Su sacrificio se ocupan del problema del sexo o del acercamiento
magnético en todos los planos. El Buda a quien nos referimos
y que entra en contacto con Su pueblo durante la Luna llena de Wesak,
es uno de los tres que están relacionados con nuestro globo,
habiendo ocupado el lugar de Aquel que pasó a realizar un trabajo
superior en conexión con la cadena, pues existe la misma
graduación jerárquica como la vinculada a los Budas de Acción.
Un grupo podría ser considerado como los divinos Carpinteros del
sistema planetario, el otro como los divinos Armadores de sus partes,
siendo Los que unen la diversidad y construyen con ello la forma debido
a la influencia magnética que manejan.
Las actuales ideas referentes al Sexo deben ser transmutadas y elevadas
de su actual significado inferior a su verdadera significación.
El Sexo -en los tres mundos- tiene que ver con el trabajo de los Pitris
lunares y los Señores solares. Significa esencialmente el trabajo
de construir formas con sustancia y su energetización por el aspecto
espiritual, y también la elevación del aspecto materia por
la influencia del espíritu, pues ambos desempeñan su legítima
función colaborando y produciendo -mediante su unión y fusión-
al Hijo en toda Su gloria. Este método de interpretación
es aplicable además a todas las existencias que se manifiestan
en cualquier plano del sistema y del cosmos. En el [i875]
concepto del
Sexo se hallan encerrados ciertos factores que podrían ser enumerados
de la manera siguiente:
Atracción mutua.
Adaptabilidad complementaria.
Atracción instintiva.
Acercamiento y colaboración reconocida.
Unión.
La próxima etapa es donde adquiere importancia
momentánea el aspecto materia o Madre, el aspecto femenino.
[e695]
El retraimiento del Padre a un retiro temporario.
El trabajo de crear al Hijo.
La evolución y crecimiento del Hijo,
tanto en la materia como en la conciencia.
El Hijo se emancipa de la Madre, o el alma madura
se libera de la materia.
El Hijo es reconocido por el Padre, retornando
al Padre.
El resultado final de estas sucesivas etapas consiste en que los tres
aspectos han desempeñado su función (su dharma) en el plano
físico y los tres han expresado cierto tipo de energía.
El aspecto Padre se manifiesta cuando es impartido el impulso inicial,
la expresión eléctrica positiva, el germen del Hijo creado,
cuya Vida está personificada en el Hijo. Muy poco se ha comprendido
el significado oculto de las palabras El que Me ha visto, ha visto
al Padre, pues, Yo y Mi Padre somos Uno, (74)pronunciadas
por el Cristo al responder a la demanda de Señor muéstranos
al Padre.
La Madre, o aspecto negativo, construye y nutre, cuida y quiere al
Hijo por medio de las etapas prenatal e infantil, y permanece a su alrededor
durante las etapas posteriores, proporcionándole la energía
de su propio cuerpo y actividad de acuerdo a Su necesidad. [i876] El
Hijo, la energía combinada del Padre y de la Madre, personifica
a ambos aspectos y a toda la serie dual de cualidades, pero posee Su carácter
propio, una esencia que constituye Su naturaleza peculiar y una energía
que Lo impele al cumplimiento de Sus propios fines y proyectos y que,
oportunamente, hará que repita los procesos de
la concepción,
la creación,
el crecimiento consciente,
tal como lo hizo Su Padre.
Cuando nos ocupamos del misterio del Fuego, nos enfrentamos con
esa misteriosa energía que proviene de fuera del sistema, base
de la actividad de la Madre y de la Vida del Hijo. El Hijo en todos sus
actos se convierte en el esposo de Su madre, como dicen las
antiguas Escrituras. Ésta es una frase enigmática, a menos
que se la interprete como una combinación de energías. Sólo
cuando el Hijo ha llegado a la madurez y sabe que es esencialmente lo
mismo que el Padre, puede desempeñar conscientemente la función
de Su Padre y producir y perpetuar aquello que es necesario para el sostenimiento
de la generación cósmica. [e696]
La electricidad
cósmica de la sustancia, la de la forma y la de la Vida misma deben
fusionarse y mezclarse antes de queel Hombre verdadero (Logos
o ser humano) se conozca a sí mismo como creador. En esta etapa
el hombre conoce algo de la electricidad de la sustancia y está
adquiriendo algún conocimiento de la electricidad de la forma (aunque
todavía la denomina magnetismo), pero nada sabe de la realidad
eléctrica de la vida misma. Sólo cuando la joya en
el Loto está por revelarse, o la tercera hilera de pétalos
está por abrirse, el iniciado comienza a comprender el verdadero
significado de la palabra vida o espíritu. Debe desarrollar
plenamente la conciencia antes de que pueda comprender ese gran algo energetizador,
de los cuales los otros tipos de energía constituyen nada más
que su expresión.
Quedan sólo
dos puntos más para tratar, vinculados a los pétalos y a
la iniciación.
Primero, debería observarse que los términos conocimiento,
amor y sacrificio significan ocultamente mucho más que su
significado aparente. Cada hilera de pétalos representa a una de
estas tres y también personifica los tres aspectos de la existencia
en mayor o menor grado. Estas tres palabras explican la manera con que
se expresan las tres grandes cualidades que (desde el punto de vista del
pasado, presente y futuro) caracterizan la naturaleza de todas las entidades
que se manifiestan -Dioses, hombres y devas. Desde el punto de vista del
factor central de la manifestación -el hombre- debería comprenderse
que el conocimiento era inherente al sistema solar anterior, siendo
la facultad de la cual tiene que valerse, pues, está disponible
para su uso. Constituye la energía oculta del Logos planetario
que debe aprender a enfocarla y aplicarla por intermedio de su cerebro
físico.
Amor es la facultad ingénita en el presente, siendo la energía
oculta del Logos planetario que puede disponer, enfocar y aplicar por
medio de su centro cardiaco.
Sacrificio es la facultad que le corresponderá en el futuro,
y enfocará y aplicará inteligentemente por medio del centro
más elevado de la cabeza. Esto depende del desarrollo de la conciencia
y, por lo tanto, del reconocimiento del propósito esotérico
de su grupo y de las existencias planetarias. Como esto involucra lo que
se denomina un acto solar y lunar de abnegación, significa
también comprender correctamente la energía solar y lunar,
llevando a ambos grupos a una etapa de actividad colaboradora. Por consiguiente,
se refiere a la naturaleza de la Joya en el loto; sólo cuando los
tres pétalos de sacrificio de las tres hileras están abiertos,
se libera este tipo particular de energía. Los Señores lunares
de los tres cuerpos han sido controlados y su vibración sincronizada,
a [e697]
fin de estar preparados
para el gran acto de sacrificio [i878]
en el proceso
final de la renunciación. Los señores solares, en sus tres
grupos principales también están preparados para el sacrificio
final que implica lo que se llama la ruptura entre el sol y la luna.
Esto da por resultado la ruptura del vínculo magnético entre
el verdadero hombre y la sustancia vibratoria sensible con la cual están
formados sus tres cuerpos. Ya no es sentida la necesidad de encarnar,
se rompen las cadenas del karma y el hombre queda liberado. Los Señores
lunares vuelven a su propio lugar o -como lo expresa el cristiano-
Satán es atado por mil años; (75)
esto significa únicamente que la paz praláyica
es el sino de dichas entidades hasta volver la oportunidad manvantárica.
El sacrificio final comprende también la desaparición del
triángulo inferior o la ruptura del vínculo entre los tres
átomos permanentes en la parte inferior del cuerpo causal o loto
egoico, y la unidad central de energía. La energía de estos
átomos se libera mediante el intenso calor producido por la unión
de los tres fuegos, siendo reabsorbida en el depósito general del
espacio interplanetario. El triángulo ardiente se pierde de vista
en la llama general y las esencias dévicas, que temporalmente lo
formaban, cesan su actividad.
También los Angeles solares completan su sacrificio inicial con
otro sacrificio final, ofrendándose a sí mismos en el altar
ardiente. El cuerpo causal se destruye completamente. Los cuatro grupos
inferiores de Pitris solares retornan al corazón del sol subjetivo
o a ese recóndito centro del sistema de donde provinieron, mientras
que los tres grupos superiores son llevados (por la fuerza y la energía
generadas en la hoguera ardiente y en la llama, y mediante el estímulo
producido por la llamarada de la joya central) directamente al sol central
espiritual, para permanecer allí hasta otro kalpa en que se les
pida Su sacrificio, esta vez como Logos planetarios. El estudiante debe
recordar que [i879]
cuando piensa
en los Pitris debe hacerlo siempre en términos de grupo. Los Pitris
que formaron el cuerpo egoico de un ser humano no forman, solos o aislados,
los Logos planetarios. Constituyen los cuarenta y nueve grupos de fuegos
solares mencionados que se relacionan con el gran trabajo y se convierten
en cuarenta y nueve Logos planetarios en conexión con los siete
sistemas solares. En ellos se halla oculto el misterio de los tres que
se transforman en los dieciséis -unidos o sintetizados por el decimoséptimo-
lo cual es la analogía, en niveles cósmicos, de las esferas
séptima y octava. Por ahora esto será prácticamente
un misterio insoluble para el hombre.
Los cuatro grupos que hallaron su camino hacia el Corazón del [e698]
sistema reaparecerán
como los cuatro Logos planetarios que constituyen los veintiocho, posibilitando
el logro del diez de la perfección en otras manifestaciones de
los sistemas.
Los siete tipos de energía solar encuentran el sendero de
retomo a la fuente central de donde emanaron; el gran sacrificio
culmina cuando se rompe el vínculo entre ellos y los señores
lunares (de los cuales se habla esotéricamente como que están
muertos o muriendo en el campo de batalla), quedando liberados
a fin de retornar victoriosos.
El significado esotérico de estas palabras en conexión con
la energía que se halla detrás, y actuando a través
de toda apariencia podría expresarse de la manera siguiente:
Conocimiento (76) es correcta comprensión de las leyes de la [e699]
energía,
de la conservación de la fuerza, de las fuentes de [i880]
energía, sus cualidades, tipos y vibraciones.
Significa comprender:
Los triángulos y otras figuras geométricas
que se forman durante la evolución.
Los ciclos y el flujo y reflujo de la energía
en relación con los diferentes tipos de manifestación
planetaria, incluyendo todos los reinos de la naturaleza.
El verdadero significado de esos aspectos de
fuerza denominados períodos de pralaya y aquellos
que llamamos períodos de manifestación.
Implica también una correcta comprensión de las leyes
de la oscuración.
El hombre fue aprendiendo todo esto en las diversas aulas por medio de
la experiencia práctica, abarcando el placer y el dolor, [e700]haciéndosele comprender en las
iniciaciones finales no sólo la existencia de dichas fuerzas sino
también cómo manejarlas y manipularlas. Conocimiento es:
correcta dirección de las corrientes de fuerza, primero en los
tres mundos del esfuerzo humano y luego en el sistema solar.
Amor es correcta comprensión del uso y propósito de
la forma y de las energías implicadas en la construcción
y utilización de la misma y de su eventual desintegración
al ser reemplazada. Involucra la comprensión de las Leyes de Atracción
y de Repulsión, de la interacción magnética entre
todas las formas, grandes y pequeñas, de las relaciones grupales,
del poder energetizante de la vida unificadora y del poder de atracción
que ejerce una unidad sobre otra, ya sea átomo, hombre o sistema
solar. Significa que se han de conocer todas las formas, los propósitos
y relaciones de las mismas; concierne a los procesos de construcción
en el hombre mismo y en el sistema solar, para lo cual es necesario desarrollar
esos poderes que convertirán al hombre en un Constructor consciente,
un Pitri solar en el próximo ciclo. Una [i882]
de las grandes revelaciones en la iniciación
es: revelar al iniciado el centro cósmico particular de donde emana
el tipo de fuerza o energía con el cual él -el iniciado-
estará relacionado cuando se convierta, a su debido tiempo, en
un Pitri solar o divino manasaputra, para una humanidad futura. Por lo
tanto, debe poseer no sólo conocimiento sino también la
energía del amor que le permitirá vincular los tres superiores
y los cuatro inferiores de una futura raza de hombres en un período
distante e individualizarse gracias al sacrificio de su propio principio
medio plenamente consciente.
Sacrificio significa algo más de lo ya indicado. Implica los
factores siguientes:
Conocimiento de los propósitos e intenciones del Logos
planetario.
Comprensión del tipo particular y peculiar de energía
y la cualidad de su propio Señor de Rayo.
Comprensión de los diferentes grupos de existencias que
participan en la evolución planetaria y en la manifestación
solar.
Revelación de ciertas empresas cósmicas en las
cuales nuestro Logos planetario actúa como colaborador inteligente.
De esta manera se introduce el factor fuerza que proviene de fuera
del sistema.
Cuando se consideran estos y otros factores, es evidente que la energía
liberada, en sacrificio a dichos planes e intenciones, abarca un campo
tan vasto de sabiduría que jamás podrá [e701]
imaginárselo el hombre común.
Trata de los propósitos y planes de los Observadores Silenciosos
en los tres planos -los cinco y los siete- y la fuerza dinámica
de los grandes Ángeles destructores en todos los planos que eventualmente
-mediante la manipulación de las tres formas de energía-
darán fin a todo lo que existe. Estos ángeles constituyen
un grupo misterioso de Vidas foháticas, que hacen sonar las [i883]
trompetas de la destrucción y, mediante
las notas emitidas, producen esa desintegración que liberará
a la energía encerrada en las formas.
El segundo punto es muy breve. Se refiere a la hilera interna de pétalos,
o a ese conjunto de tres pétalos o corrientes de energía
giratoria que rodean inmediatamente a la joya en el loto.
Cada uno de estos tres pétalos está relacionado con una
de las tres hileras y se van formando a medida que cada una de ellas se
abre. Constituyen por lo tanto la síntesis del conocimiento, del
amor y del sacrificio y se vinculan estrechamente, por medio del tipo
de fuerza que fluye a través de ellos, con uno de los tres centros
superiores del Logos planetario del rayo particular a que pertenece un
hombre. Esta unidad central de triple fuerza debe ser enfrentada de manera
especial, en la iniciación.
En la primera, segunda y tercera Iniciaciones, uno de los tres pétalos
se abre, permitiendo que se despliegue cada vez más el punto central
eléctrico. En la cuarta Iniciación, la joya (habiéndose
revelado completamente) debido a su llameante luz, intenso calor irradiante
y tremenda emisión de fuerza, produce la desintegración
de la forma que la circunda, la desintegración del cuerpo causal,
la destrucción del Templo de Salomón y la disolución
de la flor de loto. El trabajo del Iniciador, respecto a esto, es muy
interesante. Por medio del Cetro de Iniciación y de ciertas Palabras
de Poder, produce resultados de naturaleza coordinadora, transmutadora
y liberadora.
Por medio de la acción del Cetro, tal como ha sido manejado en
las dos primeras Iniciaciones, las dos hileras externas se abren, la energía
de ambas se libera y los dos conjuntos de fuerza personificados en los
seis pétalos se coordinan e interactúan. Esta etapa de reajuste
de pétalos sucede a la denominada anteriormente desarrollo
y tiene que ver con la acción simultánea de las dos hileras
de pétalos. La interacción entre ambas es total y la circulación [i884] de
las corrientes va perfeccionándose. El Cetro es aplicado a lo que
podría llamarse el pétalo clave, de acuerdo
al rayo y subrayo a que pertenezca un hombre. Lógicamente esto
difiere en relación a la unidad de fuerza implicada. Es interesante
observar aquí que así como la sustancia del pétalo
es sustancia dévica y la energía de los pétalos y
la energía de ciertos manasadevas (una de las tres [e702]
categorías superiores de Agnishvattas),
el iniciado es influenciado (esta palabra no es totalmente apropiada para
explicar satisfactoriamente el tipo de servicio dévico que aquí
se necesita) por un gran deva que representa el equilibrio de la vibración
sustancial producida por los esfuerzos del iniciado, ayudado por los adeptos
que lo presentan, los cuales representan uno de los dos polos de fuerza,
la cual es temporariamente estabilizada por el Iniciador. Estos tres factores,
el deva representante,
los dos adeptos y
el iniciador,
forman, durante un breve segundo, un triángulo de fuerza con el
iniciado en el centro. A través de ellos circula el tremendo poder,
el fuego de los Cielos, que es descendido desde la tríada
superior por medio del Cetro eléctrico.
Esta aplicación de fuerza extra-egoica es en sí misma de
triple naturaleza; está simbolizada por los tres agentes protectores
y la triple naturaleza del Cetro mismo. Emana, en sentido primordial,
del Logos planetario del rayo a que pertenece un hombre y procede de uno
de los centros planetarios correspondientes al centro coronario, al cardíaco
o al laríngeo de un ente humano. Dicha energía se aplica
a la hilera correspondiente de pétalos y al pétalo correspondiente
de la hilera de acuerdo a la iniciación recibida y a los rayos
primario y secundario. Podrá observarse aquí una estrecha
relación entre los pétalos y los centros del nivel etérico
del plano físico [i885]
y se verá (cuando se ha realizado
el trabajo necesario) cómo es posible obtener una transmisión
directa de fuerza desde los planos superiores a los inferiores, en el
siguiente orden:
Desde el centro logoico, el Logos planetario,
a la Mónada en su propio plano.
Desde esa Mónada, a una de las tres hileras
de pétalos, de acuerdo al aspecto o rayo correspondiente.
Desde la hilera de pétalos, considerada
como una unidad, a uno de los pétalos de la hilera, según
la cualidad y tipo de fuerza, empleando al pétalo como agente
transmisor.
Desde el pétalo particular en el cual
está centrada momentáneamente la fuerza, a uno de los
átomos permanentes, también de acuerdo al rayo y tipo
de fuerza.
Desde el átomo permanente vía
el triángulo atómico y los centros mental y astral,
a uno de los centros superiores del cuerpo etérico particularmente
implicado.
Desde el centro etérico al cuerpo físico.
[e703]
Hemos expuesto aquí brevemente el proceso de transmisión de
fuerza desde la Mónada al hombre en el plano físico y, por
lo tanto, será evidente el énfasis
puesto continuamente sobre la necesidad de lograr pureza corpórea
(en los tres cuerpos) y sobre el alineamiento de esos cuerpos, a fin, de
que la fuerza pueda afluir ininterrumpidamente. Los efectos de este descenso
de fuerza pueden ser considerados de dos maneras, material o síquicamente.
El efecto material, o el resultado de este estímulo sobre
las formas y los átomos de las formas, consiste en hacerlas radiactivas
o liberar la energía de la sustancia. Constituye la liberación
de la energía aprisionada dentro de la forma, y se relaciona con
el aspecto Brahma y [i886]
la evolución de la materia misma.
Afecta a los cuerpos lunares y, por lo tanto, está vinculado con
los Pitris o Señores lunares, lo cual debilita su aferramiento sobre
los constructores menores, sometiéndolos cada vez más a las
corrientes de fuerza provenientes de los Ángeles solares, produciendo
una situación que oportunamente hará regresar a los Pitris
lunares de cualquier categoría al punto central de la sustancia de
fuerza. En sentido síquico el resultado de la afluencia lo
constituye la estimulación de la conciencia y la adquisición
(por medio de ese estímulo) de los poderes síquicos latentes
en el hombre. Sus tres centros físicos superiores, la glándula
pineal, el cuerpo pituitario y el centro alta mayor son afectados y el hombre
se hace síquicamente consciente en el cerebro físico de las
influencias, acontecimientos y poderes superiores. Según el rayo
involucrado así será el centro afectado. Será reemplazada
la fuerza de los Señores lunares, que ha logrado mantener en estado
pasivo a estos tres órganos, por la energía que verterán
los Ángeles solares.
Todo ello está también estrechamente relacionado con la triple
energía del cuerpo físico, que produce efectos en la columna
vertebral, elevando de su base al fuego kundalínico, haciéndolo
ascender por el triple canal de la columna, también de acuerdo al
rayo y aspectos implicados. Nada más puede decirse sobre ello, pues
los peligros de un conocimiento prematuro sobre esta línea son mucho
mayores que los peligros de la ignorancia. Baste señalar que los
fuegos de los centros inferiores -los de debajo del diafragma- en el momento
de alcanzar la segunda iniciación, generalmente han ascendido al
centro entre los omóplatos; en el transcurso de la segunda iniciación
se elevan hasta la cabeza, entonces entran en actividad todos los fuegos
del torso. Sólo queda por efectuarse su centralización, a
fin de establecer la necesaria interacción geométrica entre
los siete centros de la cabeza, para luego enfocarlos en el centro más
elevado, antes de la liberación final. [e704][i887]
4. LOS ELEMENTALES DEL FUEGO, LOS CONSTRUCTORES MENORES.
a. Introducción.
Será evidente que, cuando consideramos los Constructores dévicos,
grandes y pequeños, del sistema solar, prácticamente nos hemos
limitado a aquellos que son agentes activos en los tres mundos del esfuerzo
humano. Hemos considerado brevemente los Constructores que se hallan en
el arco evolutivo, las entidades mayores que ya han pasado por el reino
humano y, por consiguiente, han dejado atrás esa etapa de evolución
de ciclos anteriores, siendo en la actualidad los agentes solares
de la manifestación humana. Dichas formas de expresión divina
representan -en su propio lugar- aspectos de fuerza positiva. Entraremos
ahora a considerar los constructores menores en los tres mundos, aquellos
que representan al aspecto negativo de la fuerza y se hallan en el
arco involutivo, por lo tanto, son los receptores de energías e influencias.
Sobre ellos actúa la energía, y por la actividad de los Constructores
mayores son obligados a seguir diferentes direcciones en el espacio, construyéndose
con ellos las diferentes formas. La energía que actúa sobre
ellos, como bien se sabe, emana del segundo aspecto y, en su totalidad,
componen la gran Madre.
Llamaré la atención a los estudiantes sobre el hecho de que
dichos constructores menores constituyen literalmente un ''mar de fuego
sobre el cual tiene efecto el gran aliento o AUM. Cada chispa de fuego o
átomo, se vitaliza (por la acción de la Palabra) con una nueva
vida y se impregna de diferente tipo de energía. Al unirse la vida
de la sustancia atómica con la vida que causa la cohesión
de los átomos y forma cualquier clase de vehículo, puede verse
la manifestación del Hijo de Dios. Aquí reside
la dualidad esencial de toda manifestación; dicha dualidad es luego
suplementada por la vida de Aquel que emite la Palabra. De esta manera tiene
lugar la encarnación cósmica [i888]
tomando parte los tres factores. Esto ha sido
suficientemente tratado en páginas anteriores.
Mucho de lo que se diga será expuesto adoptando un sistema de clasificación,
y la única forma que los estudiante podrán controlar la exactitud
aproximada de lo impartido consistirá en meditar cuidadosamente sobre:
La Ley de Correspondencia o Analogía.
Las probabilidades realizables.
Las indicaciones de naturaleza corroborante dadas
en la literatura ocultista.
Los estudiantes deben recordar que tratamos con sustancia involutiva o materia
atómica. Dicha materia es sustancia viviente, siendo cada
átomo una pequeña vida que palpita con la vitalidad [e705]
del tercer Logos. Estas vidas, por ser energía
negativa, responden a su polo opuesto y (de acuerdo a la Ley de Atracción
y Repulsión) con ellas pueden construirse formas que expresan el
segundo aspecto. Oportunamente, las mismas formas se hacen a su vez negativas
y responden a otro tipo de fuerza, convirtiéndose en receptores de
la vida del primer Logos cuando han llegado al cuarto reino o humano.
Este tratado intenta comprobar que en el cuarto reino se unen los tres fuegos:
El Fuego por fricción, o el Aspecto negativo
Brahma, el tercer Aspecto.
El Fuego solar, o el Aspecto negativo positivo
Vishnu, el segundo Aspecto.
El Fuego eléctrico, o el Aspecto positivo
Shiva, el primer Aspecto.
El hombre en los tres mundos, consciente o inconscientemente, recapitula
el proceso logoico y se convierte en creador, trabajando en la sustancia
por medio de su energía positiva. Quiere, piensa, habla, produciendo
formas mentales. La sustancia atómica es atraída por el [i889]
que habla. Las pequeñas vidas que componen
esa sustancia están obligadas (por la energía del pensador)
a adoptar formas que en sí mismas son activas, vitales y poderosas.
Lo que el hombre construye puede ser una creación benéfica
o maléfica de acuerdo al deseo, móvil o propósito subyacentes.
Es esencial esforzarse por llevar a la práctica lo que aquí
se imparte, siendo inútil que el hombre estudie los grupos de los
constructores menores, sus funciones y denominaciones si no comprende que
está íntimamente relacionado con muchos de ellos, pues él
mismo es uno de los grandes constructores y un creador dentro del esquema
planetario. Los hombres deberían recordar que por medio del poder
del pensamiento y la palabra hablada, producen efectos sobre otros seres
humanos que actúan en los tres planos de la evolución humana,
y también sobre el entero reino animal. Los pensamientos separatistas
y maléficos del hombre son en gran parte responsables del salvajismo
de los animales feroces y de la cualidad destructiva de algunos procesos
en la naturaleza, incluso ciertos fenómenos tales como las plagas
y el hambre.
No tiene valor para el hombre conocer el nombre de los que forman la hueste
de la voz, a no ser que comprenda su relación con dicha hueste
y se dé cuenta que tiene la responsabilidad de convertirse en un
creador benefactor, de actuar de acuerdo a la ley del amor y de no
ser impulsado a realizar el acto creador por el deseo egoísta de
la actividad incontrolada. [e706]
b. Elementales del plano físico.
Se ha de recordar que los devas que hemos considerado son quienes originan
el impulso y manipulan la energía en su propio grado y plano. Vinculados
a ellos tenemos, por lo tanto, los receptores de fuerza, o la multitud de
vidas de naturaleza elemental que forman la suma total de la materia de
un plano. Son arrastradas por las olas de energía debido al impulso
del Aliento, como resultado de la [i890]
acción vibratoria, hacia todas las formas
conocidas del plano físico. En consecuencia, en conexión con
la manifestación en el plano físico, los devas pueden
clasificarse en tres grupos:
Los que transmiten La voluntad de Dios.
Originan la actividad
en la sustancia dévica. Éstos son los constructores mayores
en sus distintos grupos.
Los que manipulan la energía iniciada.
Son los millares
de trabajadores que emplean la fuerza, quienes a su vez transmiten el
impulso a la esencia elemental, los constructores de categoría
inferior que se hallan, igual que los del primer grupo, en el arco evolutivo.
Los que reciben la fuerza,
suma total de la sustancia viviente
de un plano. Dichas vidas son maleables en manos de los constructores
de categoría superior.
Los tres grupos a considerar son:
Los elementales de la materia más densa.
Los elementales de la materia líquida.
Los elementales de la materia gaseosa.
Al estudiar estos tres grupos, debemos tener en cuenta que no nos ocupamos
de los transmisores sino de los manipuladores y de los receptores de energía.
Los elementales de la materia densa. Estos trabajadores y constructores
se ocupan de la parte tangible y objetiva de la manifestación. En
su totalidad, forman literalmente aquello que el hombre puede tocar, ver
y establecer contacto físicamente. Al considerar estos temas, nunca
debemos disociar en nuestras mentes los diferentes grupos en sentido demasiado
literal, pues todos se interpenetran y mezclan, de la misma manera que el
cuerpo físico de un hombre está compuesto de materia densa,
líquida, gaseosa y etérica. La diversidad en la unidad puede
verse por doquier. Cuando el estudiante ocultista [i891]
analiza las formas subhumanas de existencia
debe recordar constantemente este hecho. Hay un peligro muy evidente en
todas las clasificaciones pues tienden a formar divisiones rígidas
e inamovibles, mientrasque la unidad lo compenetra todo.
[e707] Entre
los devas manipuladores de los niveles más inferiores del plano físico
denso, se hallan ciertas formas subterráneas de existencia, mencionadas
en los libros antiguos y ocultistas. En las entrañas de la tierra
habita una evolución de naturaleza peculiar muy semejante a la humana.
Tienen cuerpos peculiarmente burdos que podrían ser considerados
casi físicos, según entendemos dicho término. Moran
en colonias o grupos en las grutas centrales, muchos kilómetros debajo
de la superficie de la tierra, regidos por un gobierno apropiado a sus necesidades.
Su trabajo está estrechamente relacionado con el reino mineral, y
controla a los agnichaitas de los fuegos centrales. Sus cuerpos
están constituidos de tal manera que pueden resistir mucha presión,
y no precisan la libre circulación de aire como el hombre, ni se
resienten por el gran calor que hay en el interior de la tierra. Poco puede
decirse sobre estas existencias, pues están relacionadas con las
partes menos vitales del cuerpo físico del Logos planetario, encontrando
su analogía microcósmica en los pies y piernas del hombre.
Constituyen uno de los factores que posibilitan la actividad progresiva
revolucionaria de un planeta.
Aliados a ellos hay varios grupos de entidades de tipo inferior, y el lugar
que ocupan en el esquema de las cosas sólo puede ser descrito como
relacionado a las funciones planetarias más burdas. De nada serviría
extendernos sobre estas vidas y su trabajo; no es posible al hombre entrar
en contacto con ellos de ninguna manera ni tampoco sería deseable.
Cuando hayan cumplido su ciclo evolutivo, en un ciclo posterior ocuparán
su lugar en las filas de ciertos cuerpos dévicos, relacionados con
el reino animal.
[i892] Comúnmente
se supone que todas las hadas, gnomos, silfos y espíritus de naturaleza
similar se encuentran únicamente en materia etérica, pero
no es así. Poseen también cuerpos de sustancia gaseosa y líquida;
el error ha surgido debido a que lo único que se puede observar objetivamente
es la estructura etérica, y estas pequeñas y atareadas vidas
frecuentemente protegen sus actividades físico densas por medio del
espejismo, extendiendo un velo sobre su manifestación objetiva. Cuando
prevalezca la visión etérica entonces podrán ser vistos,
pues el espejismo, tal como lo entendemos, es sólo un velo que cubre
lo tangible.
En esta oportunidad, los estudiantes deben recordar que todas las formas
físico densas, ya sea un árbol, un animal, un mineral, una
gota de agua o una piedra preciosa son en sí mismas vidas elementales
construidas de sustancia viviente con la ayuda de manipuladores vivientes,
que actúan dirigidos por arquitectos inteligentes. En consecuencia
será evidente por qué no es posible establecer divisiones
en conexión con este particular grupo inferior.
[e708] Un
hermoso diamante, un majestuoso árbol o un pez en el agua, después
de todo, sólo son devas. El reconocimiento de esta vivencia esencial
constituye el hecho básico de toda investigación ocultista
y el secreto de toda magia benefactora. En consecuencia no tengo el propósito
de ocuparme más específicamente de estas formas inferiores
de vida divina excepto comunicar dos hechos a fin de solucionar dos problemas
que han preocupado a menudo al estudiante medio: primero, lo concerniente
al propósito de la vida de los reptiles y, segundo, la conexión
específica que tiene la evolución de la aves con el reino
dévico.
El secreto del reino de los reptiles es uno de los misterios de la
segunda ronda, habiendo un profundo significado relacionado con la expresión
las serpientes de sabiduría, aplicada a todos los adictos
a la buena ley. [i893]
El reino de los reptiles ocupa, no por una
razón arbitraria, un lugar interesante en todas las mitologías
y en las formas antiguas de comunicar la verdad. Es imposible extendernos
sobre la verdad que subyace oculta en la historia kármica de nuestro
Logos planetario y revelada a los iniciados de segundo grado como parte
de la enseñanza impartida.
El segundo gran impulso u oleada de vida, iniciado por nuestro Logos planetario
cuando entró en conjunción con la primera oleada, constituyó
la base de esa actividad que denominamos energía evolutiva, dando
por resultado un gradual desenvolvimiento o revelación, de la forma
divina. La serpiente celestial, nacida del huevo, se manifestó e
inició sus ondulaciones adquiriendo fortaleza y majestad, procreando,
por su inmensa fecundidad, millones de serpientes. El reino
de los reptiles en ciertos aspectos es el más importante del reino
animal, si puede hacerse una afirmación aparentemente tan contradictoria,
pues toda vida animal pasa por él durante la etapa prenatal, o vuelve
a él cuando la forma está en avanzado estado de descomposición.
El vinculo no es estrictamente físico sino también síquico.
Cuando la verdadera naturaleza y el método kundalínico o fuego
serpentino, sean conocidos, será mejor comprendida esta relación
y la historia de la segunda ronda tendrá más importancia.
El secreto de la vida -no la vida del Espíritu sino la vida del alma,
que será revelado cuando verdaderamente se encare y estudie la serpiente
de la luz astral- se halla oculto en la etapa de la serpiente. Uno
de los cuatro Señores Lipika, que se encuentra más cerca de
nuestro Logos planetario es llamado La Serpiente Viviente, y
Su emblema es una serpiente azul con un solo ojo formado por un rubí.
Los estudiantes que desean ampliar un poco más la simbología
pueden vincular esta con el ojo de Shiva que ve, conoce y registra
todo, como [i894] lo
hace el ojo humano en [e709]
menor grado; todo es fotografiado en la luz
astral, así como el ojo humano recibe las impresiones en su retina.
Este mismo concepto lo imparte frecuentemente La Biblia cristiana, cuando
se refiere al reconocimiento hebreo cristiano del ojo de Dios que todo lo
ve. Si se estudia el tema del tercer ojo y su relación con la columna
vertebral y se investigan las corrientes que circulan por ella, serán
evidentes la prácticabilidad y el valor de las indicaciones dadas.
El tercer ojo constituye uno de los objetivos de la vivificación
kundalínica, hallándose en la zona de la columna vertebral,
primeramente el centro en la base de la misma, el hogar del fuego durmiente,
luego, el triple canal a través del cual correrá ese fuego
en el transcurso de la evolución y, finalmente, en la cúspide
de la columna, y encima de todo eso el pequeño órgano llamado
glándula pineal, que cuando está vivificado causa la apertura
del tercer ojo y revela las bellezas de los planos más elevados y
sutiles. Todo este proceso físico síquico es posible para
el hombre debido a ciertos acontecimientos que se presentaron a la Serpiente
celestial en la segunda ronda o ronda de la serpiente. Para que se produjeran
dichos acontecimientos fue necesaria la formación y evolución
de esa familia peculiar y misteriosa que denominamos reptiles. Estas formas
de vida divina están muy íntimamente relacionadas con el segundo
esquema planetario, responden a la energía que emana de ese esquema
y llegan a la tierra por conducto del segundo globo de la segunda cadena.
Un grupo especial de devas (vinculados a determinado sonido abierto de
la Palabra planetaria) trabaja con la evolución de los reptiles.
Debería observarse que esta evolución en los planos etéricos
afecta más al hombre que al plano físico. Si el estudiante
se aboca a la consideración de estos hechos, a la investigación
de las traducciones mitológicas y escrituras sobre la serpiente de
todos los países, y se vincula todo este conocimiento al relacionado
con esas constelaciones celestiales que tienen el apelativo de serpiente
(tales como el Dragón) podrá [i895]
obtener mucha iluminación. Si tiene
suficiente intuición se le podrá impartir conocimiento que
esclarecerá la relación que existe entre el cuerpo físico
y sus centros con la naturaleza síquica.
El reino de las aves está específicamente aliado a
la evolución dévica. Sirve de puente entre la evolución
puramente dévica y otras dos manifestaciones de vida.
Primero. Algunos grupos de devas que desean pasar al reino humano,
habiendo desarrollado ciertas facultades, pueden hacerlo por medio de dicho
reino; ciertos devas que desean entrar en comunicación con los seres
humanos pueden hacerlo por medio del reino de las aves. Esta verdad se insinúa
en La Biblia cristiana; la religión [e710]
cristiana representa a los ángeles o
devas frecuentemente como que tienen alas. Estos casos no son numerosos
porque el método generalmente empleado por los devas consiste en
trabajar para lograr gradualmente la individualización por la expansión
del sentimiento, pero cuando ocurre como en los casos anteriores, dichos
devas pasan varios ciclos construyendo, en el reino de las aves, en respuesta
a una vibración que finalmente los llevará a la familia humana.
De esta manera se habitúan a emplear una forma grosera sin las limitaciones
e impurezas que engendra el reino animal.
Segundo. Muchos devas salen del grupo de vidas pasivas en el esfuerzo
de llegar a ser vidas manipuladoras por medio del reino de las aves y, antes
de convertirse en hadas, silfos, gnomos u otros duendes, pasan cierto número
de ciclos en dicho reino.
No será evidente para el lector casual por qué suceden los
dos acontecimientos mencionados, ni los estudiantes ocultistas podrán
comprender con exactitud la verdadera conexión que existe entre las
aves y los devas, a no ser que se aboquen al estudio de el ave o cisne
fuera de tiempo y espacio, y el papel que las aves desempeñan
en los misterios. Aquí tiene la clave el estudiante. También
debe recordar que todo tipo de vida desde un Dios hasta el más [i896]
insignificante de los devas menores o constructores,
debe pasar por la familia humana en un momento u otro.
Como H. P. B. lo ha señalado, (77) aves
y serpientes están estrechamente relacionadas con la sabiduría,
en consecuencia, con la naturaleza síquica de Dios, de los hombres
y de los devas. El estudio de la mitología revelará ciertas
etapas y relaciones que aclarará más este tema.
Los elementales y los devas menores de la materia líquida. Un
ejemplo muy interesante de la interpretación de toda la materia viviente
de la creación puede verse en la atmósfera que envuelve nuestro
planeta, la cual contiene:
Humedad, o esas esencias vivientes que son los
elementales líquidos.
Sustancia gaseosa, o esas vidas que están
vinculadas a todas las esencias ígneas y volátiles, resultado
del calor.
Materia etérica, o las categorías
más inferiores de los devas de los éteres.
La conjunción de esta importante triplicidad produce lo que respiramos
y aquello en que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Para el estudiante
reflexivo el aire está lleno de símbolos, pues constituye
una síntesis y el puente entre los estratos superiores e inferiores
de la manifestación. [e711] Primero debemos
centrar nuestra atención sobre esas vidas que constituyen a través
de toda la manifestación la suma total de todo lo acuoso y líquido
y, al considerarlo, debemos recordar que estamos realizando una de las investigaciones
más esotéricas y ocupándonos de cuestiones que están
muy estrechamente vinculadas con la evolución del hombre.
Los innumerables grupos de devas del agua que pertenecen al tipo manipulador
han sido burdamente clasificados por escritores mitológicos bajo
los términos de ondinas, sirenas y otras [i897]
expresiones, pero su diversidad es enorme;
esto lógicamente se observará si se recuerda que toda el agua
sobre la tierra (océanos, mares, ríos, lagos y arroyos) excede
a la parte seca o tierra y cada gota de humedad es en sí misma una
pequeña vida, cumpliendo su función y recorriendo su ciclo.
Las formas míticas referidas, sólo son esas miríadas
de vidas construidas en una forma por medio de la cual un deva evolucionante
trata de expresarse.
La extrema importancia de este tema puede ser expresada en ciertas afirmaciones
que darán al estudiante una idea de la cuidadosa atención
que debe ponerse, y oportunamente se pondrá, sobre el tema de las
vidas dévicas de la manifestación acuosa. Como ya se ha dicho,
el conjunto de estas vidas es mayor que el de aquellas que forman la suma
total de la tierra sólida, tal como entendemos el término,
aunque no exceden al número de vidas que forman la parte gaseosa
de la manifestación; dicha parte gaseosa se encuentra en la atmósfera
interpenetrando la materia densa y llenando en gran parte las cavernas interiores
del planeta. El parecido microscópico con la Gran Vida del planeta
se evidencia en el hecho de que ambas formas sólo son envolturas
o armazones externos que protegen una bóveda interna;
ambas son huecas, tienen sus extremos positivo y negativo, sus polos por
así decirlo, llevándose a cabo en su interior muchas cosas
que afectan a las evoluciones externas.
Uno de los planetas más esotéricos, Neptuno, rige a los devas
de las aguas; el Señor deva que lo rige es Varuna, el Raja
del plano astral, siendo una emanación de ese planeta. Los estudiantes
hallarán dé profundo interés estudiar la estrecha relación
que existe entre:
El sexto plano, el plano astral, y el sexto subplano del plazo físico,
el subplano líquido.
El sexto subplano de cada plano en el sistema solar y su relación
recíproca.
He aquí una de las razones por la cual los hombres que poseen un
tipo de cuerpo físico relativamente inferior, con un cuerpo astral
que contiene algo de materia del sexto subplano, responden a cosas elevadas
y tienen aspiraciones espirituales. La influencia que [e712]
emana del sexto subplano del plano búdico
evoca una respuesta recíproca de la materia del sexto subplano en
otros cuerpos, y el sexto principio de budi, de acuerdo a la Ley de Analogía,
intensifica esa vibración.
Neptuno es uno de los nombres que se da en nuestro planeta al Logos planetario
de uno de los tres esquemas principales. Algunas de Sus influencias y energías
afectan en forma prominente a la esencia dévica de la materia de
este sexto subplano, y les llega por conducto del Señor Raja Varuna.
Este conocimiento es, astrológicamente, de valor práctico
porque permitirá al hombre comprender la naturaleza de su propio
cuerpo físico, y sobre todo de su cuerpo astral. Esotéricamente
el tipo de materia astral en el cuerpo de un hombre decide la calidad de
la sustancia acuosa de su cuerpo físico. En ocultismo, no hay disociación
de las naturalezas físico-síquicas, pues la segunda determina
la primera. En consecuencia el planeta Neptuno tiene una estrecha relación,
de acuerdo a la Ley de Analogía con el sexto plano o astral -el plano
de la parte líquida del cuerpo físico logoico-, con el sexto
subplano del plano físico, la parte líquida del cuerpo físico
humano y del físico planetario, y también con el sexto tipo
de energía o fuerza, o sea el sexto rayo, produciendo sobre ellos
un profundo efecto.
El esquema mayor que rige Neptuno forma un triángulo en el sistema
con el sexto esquema y otro más, algo de mucho interés para
los astrólogos esotéricos. Está simbolizado por el
tridente que sostiene el dios Neptuno; [i899]
cada diente simboliza los triángulos
conectados entre sí por tres líneas de fuerza.
Este planeta tiene también una relación vital con el sexto
principio logoico o budi y, por consiguiente, con el sexto principio del
hombre. Ningún hombre empieza a coordinar los vehículos búdicos
hasta hallarse bajo la influencia neptuniana en una vida u otra. Cuando
esto sucede, el horóscopo de la personalidad demostrará que
la influencia neptuniana predomina en alguna parte.
El esquema neptuniano rige uno de los tres senderos de retorno, y reúne
en sí oportunamente a todos esos Egos que han logrado la realización,
manipulando principalmente el sexto tipo de energía que generalmente
se denomina devoción. También la influencia neptuniana preside
y hace posible la segunda Iniciación, donde el iniciado produce resultados
en el cuerpo astral, siendo sus centros astrales objeto de la atención
del Hierofante. Este tipo particular de energía fluye a través
de tres centros:
Ese particular centro de la cabeza vinculado al
centro del corazón.
El centro cardiaco.
El plexo solar.
[e713] El
planeta Neptuno, lo mismo que el logos planetario del sexto rayo, controla
los centros astrales del hombre. Esta afirmación tiene mucho significado
esotérico macrocósmico. Cuando se recuerde que todos los centros
-humanos y divinos- están compuestos de esencia dévica, inmediatamente
se evidenciará la relación que existe entre esta influencia
y los devas, y su efecto reflejado sobre el hombre.
Cuando se descubra el misterio del mar y el enigma de su desecación
o absorción esotérica, se revelará oportunamente el
significado que subyace en: [i900]
El impulso sexual, interpretado macrocósmica
y microcósmicamente.
La cesación del deseo.
La orientación del fuego al centro laríngeo
en lugar de, los órganos genitales.
El pralaya y la oscuración.
El significado de las palabras ya no habrá
mar que se encuentran en La Biblia cristiana.
Cuando el estudiante medite sobre estos pensamientos, deberá tener
presente que Neptuno es uno de los planetas principales o sintetizadores,
es decir un planeta absorbente o abstrayente, y
que está vinculado con el proceso mediante el cual se obtiene con
el tiempo la perfección. El Hijo llega así a la perfección
y finaliza la encarnación cósmica.
Existe además un vínculo esotérico muy estrecho entre
el hecho que subyace detrás de las palabras bíblicas el
Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas
(78) y la actividad legítima y ordenada de la gran Madre cuando construye
los cuerpos bajo el impulso del deseo. La verdadera relación que
existe entre el plano astral y el plano físico será evidente
sólo cuando los estudiantes tengan presente que el plano astral del
sistema solar es el sexto subplano del plano físico cósmico
y constituye la suma total de la sustancia líquida del cuerpo físico
logoico. Cuando esto es comprendido, se inicia el trabajo de la esencia
dévica, evidenciándose el factor deseo o movimiento astral
y su acción refleja sobre el cuerpo físico a través
del sexto subplano; se observará la gran Madre abocada activamente,
influenciada por el deseo, al trabajo de construir, nutrir y producir el
calor y la humedad que harán posible la manifestación. La
Madre es el más grande de los devas y está muy vinculada [i901]
a los devas de las aguas, pues la humedad es
esencial para toda vida. [e714] Por consiguiente,
el sexto principio o el aspecto amor (principio crístico) y el sexto
plano están relacionados; existe una interacción de energía
entre el cuarto éter cósmico o energía búdica
y el sexto plano o energía astral. Los devas de ambos planos pertenecen
esencialmente a grupos regidos por la influencia neptuniana, por eso el
plano astral puede, y eventualmente podrá, reflejar directamente
al búdico.
Los devas constructores mayores que se hallan en el segundo plano del
sistema solar, el plano monádico o el segundo éter cósmico,
dirigen las energías de los devas manipuladores del cuarto éter
cósmico, el plano búdico.
Los devas manipuladores del cuarto éter cósmico, en
el transcurso de la evolución, desarrollan el plan en perfecta objetividad,
por medio de la sustancia viviente de los devas menores del plano líquido
o astral. Cuando lo hayan realizado obtendrán dos resultados: primero,
el plano astral reflejará perfectamente al plano búdico y,
segundo, el plano físico producirá, por medio de la fuerza
del agua o deseo, el vehículo más apropiado para la expresión
micro y macrocósmica.
La simbología del sistema circulatorio del hombre revela todo esto
al esoterista. Cuando el sistema sanguíneo, con sus dos tipos de
canales (arterias y venas) y sus dos tipos de constructores (glóbulos
rojos y blancos), sea estudiado desde el punto de vista esotérico,
se verificarán muchas cosas de naturaleza revolucionaria. Las leyes
del sendero de salida y del sendero de retorno, con los dos grupos de vidas
dévicas concernientes, serán comprendidos por el hombre. Aquí
puede hacerse otra indicación. En el cuerpo físico del hombre,
en relación con el sistema circulatorio, encontramos en los tres
factores, corazón, arterias y venas, la clave que revela los tres
tipos [i902] de
devas, el triángulo del sistema que ellos representan y las tres
formas en que se expresa la divinidad. Existe una circulación en
el sistema y también planetaria, y se lleva a cabo en todas partes
por medio de la sustancia dévica, tanto macro como microcósmicamente.
Los devas del sexto subplano físico pueden ser divididos en tres
grupos y éstos en siete y en cuarenta y nueve, correspondiendo así
a todos los grupos del sistema solar. Dichos grupos (en su naturaleza esencial)
responden mejor a lo que está arriba que a lo que está
abajo, lo cual es una forma ocultista de expresar la íntima
relación que existe entre los devas del fuego y los del agua y también
de negar la relación que existe entre los devas del agua y los de
la tierra. Expresado esotéricamente, los devas del agua se liberan
por la acción de los devas del fuego
Los devas del agua por sí mismos encuentran la forma de [e715]
prestar servicio realizando el gran trabajo
de nutrir la vida animal y vegetal del planeta; su meta consiste en pertenecer
a ese grupo superior de devas denominados gaseosos o devas del fuego. Estos,
al poner en acción su fuego sobre las aguas, producen la secuencia
siguiente, evaporación, condensación y la eventual precipitación
que -por su constante actividad- nutre toda vida sobre la tierra. Puede
observarse cómo actúan las leyes síquicas del amor
en el reino dévico y en el humano; primero, el retiro del grupo o
segregación de la unidad (lo que se denomina individualización
en el reino humano y evaporación en el reino acuático). Luego
la condensación o amalgamación del ente en un grupo nuevo
o superior, a esto lo llamamos condensación para los devas de las
aguas e iniciación para el hombre; finalmente, el sacrificio del
grupo de átomos humanos o dévicos para bien del todo. De esta
manera rigen las leyes de servicio y de sacrificio en el segundo aspecto
divino en todos sus sectores grandes [i903]
o pequeños. Tal es la ley. Aunque en
el reino humano, el amor significa cumplir la ley, se llega a esto por el
sendero del sufrimiento y del dolor, y todo aquel que verdaderamente ama
y sirve a la humanidad es tendido en la cruz hasta que predomine el sexto
principio, y el sexto tipo de materia de sus cuerpos esté completamente
sometido a la energía superior. (79) En
el caso de los devas, amar es cumplir la ley sin dolor o sufrimiento.
Constituye para ellos la línea de menor resistencia porque son el
aspecto madre, el factor femenino de la manifestación; el sendero
fácil para ellos es dar, nutrir y curar. Por lo tanto, los devas
de las aguas se dedican totalmente a servir a los reinos animal y vegetal
y, mediante los fuegos transmutadores, será eliminado todo aquello
que sujeta al sexto subplano; por medio de la destilación y
evaporación esotéricas, estos devas formarán
oportunamente parte del grupo gaseoso ígneo y se convertirán
en esos fuegos que son la base de la divina alquimia.
Hablando en forma general, se ha de recordar que los devas terrestres de
materia densa se transforman, en el transcurso de la evolución, en
devas del agua, y oportunamente encuentran su camino al plano astral o líquido
cósmico; los devas de las aguas del plano físico llegan por
medio del servicio al subplano gaseoso y luego al cósmico gaseoso,
trasformándose en devas del plano mental. Esto constituye literal
y esotéricamente la transmutación del deseo en pensamiento.
[e716] Los
devas gaseosos se convierten con el tiempo en devas del cuarto éter
y, después de largos eones, llegan al cuarto éter cósmico
o plano búdico. Por lo tanto, estos tres grupos están cósmicamente
relacionados con: [i904]
El plano astral cósmico y la constelación donde se
origina la energía emocional y de deseo.
El plano mental cósmico y la constelación de Sirio.
El plano búdico cósmico y la constelación de
las Pléyades.
De esta manera, todo el proceso puede desarrollarse si el hombre estudia
cuidadosamente su propia naturaleza y la ley de analogía.
Los devas del subplano gaseoso. Cuando se trata de los elementales o
devas menores, regidos por los devas manipuladores de este extenso grupo,
tratamos de los devas del fuego y de las esencias ígneas de naturaleza
sustancial, que pueden verse en la manifestación de miríadas de formas.
Algunas de las subdivisiones de este grupo son conocidas por el estudiante
como:
Las Salamandras, o las vidas ígneas que pueden ser vistas
por los clarividentes saltando sobre las llamas de una hoguera o de un volcán;
este grupo puede, de acuerdo al color, ser subdividido en cuatro: rojo,
anaranjado, amarillo y violeta, el último de los cuales se aproxima
muy estrechamente a los devas del cuarto éter.
Los Agnichaitas, término aplicado a las vidas ígneas,
suma total del plano de la sustancia, como se ha visto en la primera parte
de este tratado, y también a las minúsculas esencias que componen
los fuegos de la manifestación. Cuando se comprenda y estudie la
naturaleza de la electricidad del plano físico y su verdadera condición,
será revelada la realidad de la existencia de los Agnichaitas.
Cuando la raza obtenga la clarividencia, lo cual sucederá seguramente
en un gran porcentaje antes de finalizar esta raza raíz, dichos devas
se revelarán y el hombre comprenderá que está trabajando
con vidas ígneas y que él mismo se halla estrechamente aliado
a esas vidas por medio de los fuegos de su propio cuerpo. La clarividencia
que se está [i905]
desarrollando en esta raza raíz es totalmente
física y, de acuerdo a la ley, su desarrollo es inevitable porque
en la raza raíz Aria el hombre -en la actual cuarta ronda- llega
a adquirir la plena autoconciencia. Ello involucra la visión física
completa y el perfecto empleo de los tres sentidos del plano físico:
oído, tacto y vista. En la próxima raza raíz prevalecerá
la clarividencia astral, aunque no será universal, y de este modo
se [e717] logrará
más fácilmente contacto con el plano búdico. En las
primeras razas raíces de la próxima quinta ronda, habrá
una recapitulación de las actividades de esta ronda hasta que, en
la quinta raza raíz, se verá la suma total de lo realizado
en la misma. Entonces los hombres comenzarán a manifestar la clarividencia
mental. Así los ciclos se mezclan y superponen a fin de que a ninguna
unidad de vida, aunque pequeña y sin importancia, le falte la oportunidad.
Estos Agnichaitas del tercer subplano están particularmente influenciados
por la energía saturnina. Son los grandes fundidores de la sustancia,
y la transmutación de metales es posible por medio de ellos. Tienen
con el reino mineral una relación análoga a la que los devas
acuáticos tienen con los reinos vegetal y animal. Evidentemente están
relacionados con el centro laríngeo de un Logos planetario o de un
Logos solar, y por medio de su actividad se hace posible la transmisión
del sonido a través del aire. Sorprendería a los estudiantes
e inventores si se dieran cuenta que el rápido desarrollo actual
de las comunicaciones inalámbricas se debe a un grupo de vidas dévicas
ígneas quienes han hecho contacto con la vibración humana,
lo cual no había sucedido hasta ahora.
Así como cada plano tiene siete subplanos, también cada subplano
puede subdividirse, formando a su vez cuarenta y nueve fuegos en cada plano,
o los trescientos cuarenta y tres fuegos del sistema solar. Aquí
tenemos la clave del misterio del cuarto entre los tres [i906]
que a veces desconcierta a los estudiantes
de los registros ocultos. Hay muchas maneras de leer las cifras 3 4 3, pero
el único método que puede insinuarse aquí es el ocultista,
el cual consiste en reconocer los tres planos superiores, los tres planos
inferiores y el lugar de reunión, el cuarto plano, que se halla entre
ellos. Este cuarto plano ha sido denominado esotéricamente el
lugar de reunión. Cuando se recuerde que la meta de estos devas gaseosos
consiste en alcanzar el cuarto éter cósmico o plano búdico,
y que ellos (en sus grupos mayores y menores) constituyen los fuegos macro
y microcósmicos internos, podrá obtenerse una idea respecto
al verdadero significado de la eventual unificación de las dos líneas
evolutivas, pues la meta del hombre consiste también en alcanzar
el plano búdico.
Por lo tanto, ciertos grupos de la actual quinta raza raíz están
entrando en contacto con la quinta división de esencias dévicas
del tercer subplano; el resultado de dicho contacto puede observarse en
el estímulo de la respuesta vibratoria manifestada al descubrirse
la comunicación inalámbrica y el radio.
Paralelamente podrá percibirse una vibración acrecentada de
las espirillas humanas, lo cual hará que, antes de finalizar esta [e718] ronda,
entre en plena actividad la quinta espirilla del átomo físico
permanente humano.
Por consiguiente, el trabajo que en la actualidad ha de realizar el Mahachohan
en relación con el séptimo rayo (que momentáneamente
actúa como síntesis de los cinco tipos de energía regidos
por Él) puede resumirse de la manera siguiente:
Primero. Emplea el séptimo tipo de energía a fin de que
el ente humano acreciente el reconocimiento de la sustancia más sutil
del plano físico. El séptimo rayo es un factor importante
para producir la objetividad. La energía del Logos planetario del
séptimo esquema predomina en el séptimo plano; es el rayo
donde la sustancia dévica y el Espíritu pueden encontrarse
y adaptarse [i907]
mutuamente con más facilidad que en
cualquier otro rayo, con excepción del tercero.
En la actualidad, por medio de cualquiera de sus sentidos, el hombre tiene
plena conciencia en los tres subplanos inferiores; está predestinado
a lograr igual conciencia en los cuatro superiores. Esto debe llevarlo a
cabo estimulando la sustancia dévica que compone sus cuerpos. Ello
se realizará mediante la voluntad dinámica de los devas transmisores
cuando energetizan a los devas manipuladores, afectando así a las
miríadas de vidas menores que componen el cuerpo del hombre, y también
por la acrecentada respuesta del hombre inmanente o pensador, al establecer
ellas contacto con su cuerpo. Esta acrecentada percepción se logrará
por el despertar de la quinta espirilla, por el desarrollo del quinto pétalo
del loto egoico y por la apertura gradual del tercer ojo, iniciándose
la actividad uniforme de cinco factores: el centro en la base de la columna
vertebral, los tres canales de la columna vertebral y la glándula
pineal.
Estos factores involucran la actividad de la esencia dévica, más
la resultante percepción del pensador. Luego sigue el empleo consciente
de los poderes incipientes. De esta manera la estrecha interrelación
e interdependencia de las dos líneas de evolución se hacen
extraordinariamente evidentes.
Segundo, el Mahachohan trabaja específicamente en la actualidad
(en colaboración con el Manu) con los devas del subplano gaseoso;
esto se halla vinculado al trabajo destructor que han de efectuar al finalizar
la actual raza raíz, a fin de liberar al Espíritu de las formas
que lo restringen. Por consiguiente, puede esperarse que entren en actividad
las erupciones volcánicas en lugares inesperados y en las actuales
zonas sísmicas y volcánicas. Antes de finalizar el siglo tendrán
lugar graves acontecimientos en California y Alaska.
El trabajo del Mahachohan puede ser observado por el [i908]
efecto [e719]
que los devas del fuego kundalínico
producen sobre el hombre. Éstos constituyen un grupo peculiar de
Agnichaitas que han alcanzado esa etapa de evolución que les permite
separarse de su grupo y formar otro, conectado con cierto fuego en los cuerpos
del hombre. Dicho fuego, debido a su actividad actual y a la orientación
de dicha actividad, es responsable de la reacción contraria al matrimonio
físico y del deseo evidenciado por los hombres altamente evolucionados
para evadir la relación matrimonial y limitarse a crear en los planos
mental y astral. Esto se debe a la actual tendencia de los devas manipuladores
de los órganos genitales inferiores a trasladarse al centro laríngeo
y funcionar allí, empleando la fuerza del fuego kundalínico
para llevarlo a cabo. Todo ello está regido por la ley de evolución,
pero en el intervalo entre la causa y el efecto esperado puede producirse
mucho daño al evadir la ley y verse el consiguiente sufrimiento.
Por lo tanto, debido a la violenta reacción actual contra las leyes
que protegen a la civilización, se ha decidido que la naturaleza
de los devas, su función y el lugar que ocupan en el esquema de las
cosas sean parcialmente revelados al hombre, debiendo divulgarse la estrecha
relación y dependencia que tiene el hombre sobre ellos. (80)
Al mismo tiempo no debe darse información respecto
al método para establecer contacto ni las palabras por las cuales
pueden ser controlados.
El laxismo en las relaciones matrimoniales, debido a esta causa particular,
se observa únicamente entre las personas altamente evolucionadas
y entre los pensadores independientes de la raza. Un laxismo similar entre
las masas y los tipos inferiores de la humanidad se basa en una razón
diferente; la promiscuidad imperante se debe a cierto desarrollo de la naturaleza
animal en su manifestación más inferior. Ambas causas [i909]
deberían ser consideradas por aquellos
que sienten de corazón las necesidades actuales de la civilización.
Así podrán colaborar con el Mahachohan en el tan necesario
trabajo de trasladar la fuerza desde un centro inferior a otro superior
e impedir (por medio del conocimiento) el libertinaje incidental. Esto evitará
la profanación del gran amor o impulso sexual inmanente en la naturaleza.
El rayo del ceremonial ha sido llamado a menudo el ritual matrimonial
del hijo, porque en este rayo el Espíritu y la materia debieran
encontrarse y unirse. Este hecho debería tenerse en [e720]
cuenta en los próximos cien años,
pues se producirán grandes cambios en las leyes del matrimonio. La
indiferencia actual traerá inevitablemente una reacción, y
las leyes serán más rigurosas a fin de proteger a la raza
durante el período de transición. Dichas leyes no tendrán
por finalidad dificultar más la disolución de las relaciones
matrimoniales, sino un efecto contrario; la nueva generación será
debidamente instruida y protegida, no permitiéndose contraer matrimonio
en forma indiscriminada y precipitada; tampoco se permitirá a la
juventud contraer precipitadamente obligaciones matrimoniales. No es necesario
extendernos más sobre esto, los hombres sólo aprenden solucionando
sus propios problemas, y todo lo que se nos permite, a quienes trabajamos
internamente, es hacer una insinuación o indicación.
Otro aspecto del trabajo del Mahachohan en la actualidad está relacionado
con el sonido y, en consecuencia, con las devas particulares que
estamos considerando. Por la mala dirección de los hombres y su desarrollo
desequilibrado, los sonidos de la tierra, como ser los de las grandes ciudades,
de las fábricas y de los instrumentos de guerra, han producido una
condición muy grave entre los devas gaseosos, que ha de ser contrarrestada
en alguna manera; los futuros esfuerzos de la civilización estarán
dirigidos a producir una revolución contra los males de la vida hacinada,
fomentando el anhelo de volver a [i910]
la naturaleza y a los espacios abiertos. Una
de las cosas principales del futuro será la tendencia a eliminar
los ruidos, debido a la acrecentada sensibilidad de la raza. Cuando el hombre
controle y utilice la energía del agua y del átomo, se revolucionarán
nuestras actuales fábricas, métodos de navegación y
transporte, tales como navíos y ferrocarriles. Esto tendrá
un potente efecto no sólo sobre los hombres sino también sobre
los devas.
c. Elementales de los éteres.
Consideraremos ahora los niveles etéricos del plano físico
o sea los cuatro subplanos superiores. Dichos niveles etéricos sólo
son graduaciones de la materia del plano físico, de índole
más sutil y refinada, siendo sin embargo física. En algunos
libros de texto se los denomina:
El primer éter, o materia atómica.
El segundo éter, o materia subatómica.
El tercer éter, o materia superetérica.
El cuarto éter, o materia etérica simplemente.
El cuarto éter es el único reconocido hasta ahora por los
científicos, siendo el tema de sus investigaciones actuales aunque
no se den cuenta de ello.
[e721] En
el subplano atómico están los átomos físicos
permanentes de toda la humanidad y los átomos correspondientes
al reino dévico. Los devas no evolucionan como la raza humana.
Reencarnan en grupos y no en individuos, aunque cada grupo está compuesto
de unidades, no poseyendo nada de la naturaleza del alma grupal involutiva.
El alma grupal del sendero involutivo y la del evolutivo son distintas;
una está entrando en la diferenciación, y se compone de entidades
animadas por una vida global; la otra se ha diferenciado, y cada entidad
es una unidad separada de la vida una, completa en sí misma, sin
embargo una con el todo.
[i911] Existen
muchos tipos de vida con los cuales hay que entrar en contacto en los cuatro
niveles etéricos, pero ahora sólo podemos ocupamos de la vida
dévica, recordando que la evolución dévica es de igual
importancia que la del hombre. Estos devas son numerosos, de naturaleza
evolutiva y pertenecen a todos los grados y tipos. El gran deva Kshiti los
rige en el plano físico. Es un deva de categoría y poder similares
a los del Chohan de Rayo; preside todo lo que está fuera del reino
humano en el plano físico y tiene como consejeros a los cuatro señores
dévicos secundarios de los cuatro niveles etéricos. Con ellos
preside un concilio subsidiario de siete devas que tratan todo lo que se
relaciona con la evolución dévica y el trabajo de los constructores
mayores y menores.
El deva que rige el cuarto éter o inferior, ha delegado a un miembro
de Su concilio a fin de que se reúna, en la actualidad, con cierto
Maestro para dos propósitos específicos; primero, para ver
si es posible intentar el acercamiento de dos líneas de evolución,
la humana y la dévica y, segundo, revelar algunos de los métodos
curativos y las causas de la incapacidad física inherentes al doble
etérico.
Devas de todo tipo y color se encuentran en los niveles físico etéricos,
pero el color que prevalece es el violeta, de allí la frase los devas
de la sombra empleada a menudo. Con la llegada del rayo ceremonial
color violeta, tenemos por lo tanto la amplificación de la vibración
violeta, siempre inherente a estos niveles, y en consecuencia la gran oportunidad
para establecer contacto entre los dos reinos. En el desarrollo de la visión
etérica (capacidad del ojo físico humano) y no en la clarividencia,
se hará posible esta mutua comprensión. También con
el advenimiento de este rayo, los que pertenecen al mismo, vendrán
con el don natural de ver etéricamente. A menudo nacerán niños
que [i912] verán
etéricamente con tanta facilidad como el ser humano común
ve físicamente; cuando las condiciones armónicas surjan gradualmente
del actual caos mundial, devas y seres humanos establecerán amistad.
Cuando ambos planos, el astral y el físico se fusionen y [e722]
mezclen y exista continuidad de conciencia
le será difícil al ser humano, al principio, diferenciar entre
los devas del plano astral y los del plano físico. Al iniciarse este
período de reconocimiento, los hombres entrarán en contacto
principalmente con los devas color violeta, pues los de categoría
superior intentarán definitivamente entrar en contacto con el ser
humano. Estos devas de las sombras son de color púrpura oscuro en
el cuarto nivel etérico; de color púrpura más claro,
muy similar al color violeta, en el tercer nivel etérico; violeta
claro, en el segundo; mientras que en el subplano atómico son de
un brillante color lavanda trasparente.
Algunos grupos de devas con los cuales se ha de entrar en contacto en el
plano físico son los siguientes:
Cuatro grupos de devas de color violeta, asociados con el doble etérico
de todo lo que existe en el plano físico. Estos cuatro están
divididos en dos grupos, los que están asociados a la construcción
del doble etérico y aquellos cuya sustancia se emplea para construir
esos dobles etéricos.
Los devas de color verde del reino vegetal. Existen también en
dos grupos. Están muy evolucionados y se entrará en contacto
con ellos principalmente por medio del magnetismo. Los devas mayores de
este orden presiden los lugares magnéticos de la tierra; cuidan la
soledad de las selvas, mantienen intactos los espacios abiertos del planeta
que es necesario conservar inviolados, los defienden de toda intromisión
y, con los devas violeta, trabajan en la actualidad, en forma definida aunque
temporaria, regidos por el Señor Maitreya. El Señor Raja del
plano astral, Varuna [i913]
y su hermano Kshiti, han sido convocados a
la Cámara de Concilio de la Jerarquía para una consulta específica;
así como los Maestros se están esforzando para preparar a
la humanidad a fin de que preste servicio cuando el Instructor del Mundo
venga, también estos Señores Raja trabajan en líneas
similares vinculadas a los devas; lo hacen arduamente, su dedicación
es intensa, aunque se hallan muy obstaculizados por el hombre.
Los devas de color blanco del aire y del agua, que presiden la atmósfera,
trabajan con ciertos aspectos de fenómenos eléctricos y controlan
los mares, ríos y arroyos. En cierta etapa de su evolución
son extraídos de dichos grupos los ángeles guardianes de la
raza cuando encarnan en el plano físico. Cada ente de la familia
humana tiene su deva guardián.
Cada grupo de devas tiene un método específico de desarrollo [e723] y
algún medio por el cual evolucionan y alcanzan una meta determinada.
Para los devas color violeta el sendero de realización se
manifiesta por medio del sentimiento, educando a la raza en el perfeccionamiento
del cuerpo físico, en sus dos sectores.
Para los devas color verde el sendero de servicio consiste en la
magnetización, de la cual la raza humana nada sabe todavía.
Por medio de este poder, actúan como protectores de la vida vegetal
y de los lugares sagrados del planeta; en su trabajo reside la seguridad
del cuerpo del hombre, porque éste extrae su alimento del reino vegetal
y lo seguirá extrayendo durante esta ronda.
Para los devas de color blanco el sendero de servicio reside en proteger
a los individuos de la familia humana, cuidar y segregar tipos, controlar
a los elementales del agua y del aire y gran parte de lo que atañe
al reino ictiológico.
De esta manera, sirviendo a la humanidad en una forma u otra, dichos devas
del plano físico logran su realización. Tienen mucho que dar
y hacer para la humanidad y, con el tiempo, [i914]
le será evidente al ente humano lo que
tiene que dar para la perfección del reino dévico. Ahora se
está acelerando grandemente su evolución, paralelamente a
la de la familia humana.
Existe otro grupo de devas con el cual no se puede establecer aún
mucho contacto. Vinieron de otro esquema planetario y se especializan en
su propia línea. Han alcanzado el reino humano o han pasado por él,
y tienen la misma categoría que ciertos miembros de la Jerarquía,
habiendo decidido quedar y trabajar con la evolución del plano físico.
No son muy numerosos, doce únicamente. Cuatro trabajan en el grupo
de color violeta, cinco en el grupo de color verde y dos en el grupo de
color blanco, presididos por un regente de igual categoría que un
Chohan. El seis es el número de la evolución dévica,
como el cinco es ahora el del hombre, y así como el diez representa
al hombre perfecto, el doce representa la perfección del reino dévico.
Este grupo preside a los tres mencionados anteriormente. Existen además
ciertos grupos subsidiarios.
En el primer grupo se hallarán los elementales que trabajan
con el doble etérico del hombre, los elementales que forman el cuerpo
etérico donde quiera que haya vida, y los elementales que trabajan
con las contrapartes etéricas de los así llamados objetos
inanimados. Éstos se enumerarán de acuerdo al orden e importancia
de su desarrollo. Los devas color violeta se hallan en el sendero evolutivo,
los elementales en el sendero involutivo y su meta consiste en pasar al
reino dévico color violeta.
[e724] En
el segundo grupo trabajan las hadas de la vida vegetal, los silfos que
construyen y pintan las flores, los pequeños seres refulgentes que
habitan los bosques y los campos, los elementales que trabajan con las frutas,
los vegetales y todo lo que contribuye a cubrir de verdor la superficie
de la tierra. Asociados a éstos se hallan los [i915]
devas menores del magnetismo, apegados a los
lugares sagrados, a los talismanes y a las piedras y también un grupo
especial que se encuentra cerca de donde habiten los Maestros.
En el tercer grupo trabajan los elementales del aire y del mar, los
silfos, las hadas del agua y los devas que cuidan a cada ser humano.
Aquí se dan sólo indicaciones generales. Esta lista no es
completa ni incluye a los elementales más burdos, los duendes morenos
y los que moran en los espacios oscuros de la tierra y de las ciudades y
en los lugares subterráneos en la superficie de la tierra.
Los devas de los éteres llevan sobre su frente un símbolo
transparente en forma de Luna creciente, y por eso quienes son capaces de
ver clarividentemente los distinguen de los devas astrales.
Al considerar a los devas de los éteres, hallaremos que, por lo general,
se dividen -en lo que se refiere a la manifestación- en dos grupos
principales. Cada grupo está representado en cada uno de los cuatro
subplanos, y este agrupamiento no puede ser considerado más que un
método de diferenciación entre los muchos posibles. Dichos
grupos son, primero, los devas que transmiten prana a todas las formas de
vida; formando un grupo de devas intermediarios que proveen energía
en sus distintas diferenciaciones; segundo, los devas que forman los cuerpos
etéricos de toda forma de manifestación, constituyendo la
mayoría de los devas menores.
Lógicamente hay muchas otras inteligencias organizadas en la gran
Hueste de la Voz en relación con esta principal división del
plano físico, pero si el estudiante considera ambos grupos e investiga
su relación con el hombre y el Hombre celestial, dentro de Cuyo cuerpo
ellos se encuentran, aprenderá mucho que le permitirá comprender
los problemas considerados hasta ahora insolubles y se le revelarán
muchas cosas [i916] que
tenderán a revolucionar los descubrimientos de la ciencia moderna
y a producir cambios en los métodos empleados para el cuidado del
cuerpo físico.
Los devas y la energía. Antes de entrar a considerar
estos dos grupos, sería conveniente insistir en que es necesario
tener presente, cuando consideramos los niveles etéricos del plano
físico, que nos ocupamos de esos planos en los cuales se halla la
verdadera forma y estamos próximos a la solución del
misterio del Espíritu [e725]
Santo y de la Madre. Por esta comprensión
hasta incluir todo un sistema solar, se logrará esclarecer el vínculo
que existe entre los cuatro planos superiores del sistema y los tres mundos
del esfuerzo humano. Tenemos en el macrocosmos los cuatro planos
de la vida supraconsciente o vibraciones centrales, que constituyen la base
de la vida y la energía del cuerpo etérico de un Logos planetario
y de un Logos solar, y los tres planos de vida consciente y autoconsciente
que forman el vehículo físico denso de un Hombre celestial
y del gran Hombre de los Cielos.
Por medio del estudio de estas condiciones en el macro y microcosmos se
comprenderá la razón por la cual los ocultistas nunca consideran
al vehículo físico como un principio. El Espíritu Santo,
quien influencia e implanta el germen de vida en la expectante y pasiva
Virgen Madre o materia (haciendo que despierte e inicie su gran trabajo
de producir la encarnación divina), es un factor primordial desde
el punto de vista del segundo sistema solar. En forma incomprensible para
los pensadores modernos, la Madre o divina aspirante a los misterios del
matrimonio cósmico, fue (en un sistema anterior) el factor predominante.
En este sistema, en relación con la sustancia o Espíritu Santo,
es el factor predominante. Por lo tanto, el trabajo en niveles etéricos
y la energía y actividad que se origina en el mismo, son los factores
principalmente responsables en el plano [i917]
físico de todo lo que es tangible, objetivo
y manifestado. El acrecentamiento de materia alrededor del cuerpo vital
y la densificación de la sustancia alrededor del núcleo etérico
vital son, en sí mismos, el resultado de la interacción y
el intercambio final de vibración entre aquello que podría
denominarse el remanente de una manifestación anterior y la vibración
de la actual.
Aquí -en la relación que existe entre energía positiva
y su cuádruple diferenciación, y la triple sustancia inferior
negativa receptiva, los científicos llegarán eventualmente
a ciertas deducciones definidas y descubrirán:
El secreto de la materia misma, es decir, de la
materia tal como la conocemos y vemos.
La clave del proceso de la creación en
el plano físico y el método por el cual se logra la densidad
y concreción en los tres niveles inferiores.
Las fórmulas para la transmutación
orgánica, o la clave para los procesos por los cuales los elementos
tales como los conocemos pueden ser desintegrados y combinados nuevamente.
Sólo cuando los científicos estén preparados para aceptar
el hecho de que existe un cuerpo vital que actúa como punto focal
en cada forma organizada, y sólo cuando quieran considerar cada [e726]
elemento y forma de cualquier grado como constituyendo
parte de un cuerpo vital aún mayor, los verdaderos métodos
de la gran diosa Naturaleza serán suyos. Para lograrlo deben estar
dispuestos a aceptar la séptuple diferenciación del plano
físico, según lo afirma el ocultismo oriental, y han de reconocer
la triple naturaleza de la manifestación septenaria:
La energía atómica o energía
de Shiva, energía del primer subplano o primer plano etérico.
La energía para la construcción
de formas en los tres niveles etéricos siguientes.
La energía negativa receptiva de los tres
planos
[i918] del
físico denso, el gaseoso, el líquido y el verdaderamente
denso.
Considerarán oportunamente también la interacción entre
los tres inferiores y los cuatro superiores en ese gran átomo denominado
plano físico. Esto puede verse duplicado en el átomo de la
física o de la química. Los estudiantes científicos
interesados en estos asuntos hallarán de utilidad estudiar la analogía
que existe entre estos tres tipos de energía y lo que se entiende
por las palabras átomos, electrones e iones.
Todo lo que se manifiesta desde Dios hasta el hombre (81) es el resultado
de estos tres tipos de energía o fuerza, su combinación e
interacción y su acción y reacción síquicas.
En el gran ciclo de duración logoica predomina el segundo tipo de
energía, siendo importante su evolución, por eso el cuerpo
etérico subyacente en todo lo visible es el más importante.
Esto es también verdad respecto a los dioses, hombres y átomos.
Se pierde mucho tiempo conjeturando sobre los orígenes de la vida,
los resortes de la actividad y los impulsos que subyacen en los procesos
creadores. Hasta ahora la ciencia ha trabajado casi a ciegas y ha dedicado
mucho tiempo a investigar los tres planos inferiores. Se ha ocupado principalmente
de la Madre, de la materia negativa receptiva, y sólo ahora está
llegando a ser consciente del aspecto Espíritu Santo o energía
que permite a esa Madre cumplir su función y llevar adelante su trabajo.
Abordando el mismo problema microcósmicamente puede [e727]
decirse que recién ahora los hombres
comienzan a ser [i919]
conscientes de los resortes que inician la
actividad espiritual y de los orígenes de la vida espiritual. La
energía de los planos superiores sólo se va revelando a medida
que los hombres comienzan a hollar el Camino y a ser influenciados por budi,
que afluye desde el cuarto plano etérico cósmico.
Finalmente, cuando los científicos estén dispuestos a reconocer
y a colaborar con las fuerzas inteligentes que se hallan en los niveles
etéricos y cuando se convenzan de la naturaleza hilozoísta
de todo lo que existe, sus descubrimientos y trabajos tendrán una
exacta analogía con las cosas tal como son en realidad. Como se ha
señalado anteriormente esto se llevará a cabo cuando la raza
desarrolle la visión etérica y se compruebe más allá
de toda controversia, la verdad de las afirmaciones del ocultista.
Habrán observado que al enumerar los dos grupos principales, no se
ha mencionado a ese gran grupo de Constructores denominados esotéricamente
los transmisores de la Palabra. Sólo se ha tratado de
los dos grupos que constituyen la Hueste de la Voz; esto se
debe a que en esta parte nos ocupamos solamente de ella o de esos constructores,
grandes y pequeños, que entran en actividad cuando se pronuncia la
Palabra del plano físico. Los Transmisores de la Palabra
del primer subplano o nivel atómico, reciben el sonido vibratorio
que llega desde el plano astral y -pasándolo a través de sus
cuerpos- lo envían a los otros subplanos. Para mayor claridad, puede
decirse que dichos transmisores son siete. Forman, en su totalidad, los
cuerpos físico atómicos del Señor Raja del plano y,
en sentido peculiarmente esotérico, los siete forman (en sus diferenciaciones
inferiores en niveles etéricos) la suma total de los centros etéricos
de todos los seres humanos, así como en los niveles etérico
cósmicos se encuentran los centros de un Hombre celestial.
La conexión que existe entre los centros y la sustancia etérica,
humana y del sistema, abre un vasto campo para el [i920]
pensamiento. Los Transmisores de la Palabra,
en el subplano atómico de cada plano son devas que poseen vastos
poderes y prerrogativas, y puede decirse que están vinculados al
aspecto Padre y a las personificaciones del fuego eléctrico. Todos
tienen plena autoconciencia, habiendo pasado por la etapa humana en kalpas
anteriores. Además son parte integrante de los siete centros principales
de la cabeza en el cuerpo de un Logos solar o de un Logos planetario.
Aunque se hallan vinculados con el aspecto Padre, sin embargo forman parte
del cuerpo del Hijo y, cada uno de ellos, de acuerdo al plano que energetizan,
es parte componente de uno de los siete centros solares o planetarios -planetario
cuando concierne [e728]
únicamente al centro involucrado del
sistema, considerado parte integrante del todo.
Cada una de estas grandes vidas (personificando energía dévica
de primer grado) es una emanación del sol central espiritual en el
primer caso y de una de las tres constelaciones principales en el segundo.
Se dividen, en el sistema, en tres grupos: Grupo 1, incluye a esos transmisores
de la Palabra que se encuentran en los tres subplanos inferiores del plano
Adi o logoico. Grupo 2, comprende a esos grandes constructores que trasmiten
la Palabra en los tres siguientes planos del sistema, el monádico,
el átmico y el búdico. Grupo 3, está formado por aquellos
que realizan una función similar en los tres mundos del esfuerzo
humano. Fundamentalmente, en el tercer caso, también son emanaciones
de una de las siete estrellas de la Osa Mayor.
En estas triples fuerzas emanantes puede encontrarse el origen de todo lo
que es visible y objetivo y, por su intermedio, nuestro sistema solar ocupa
su lugar dentro del esquema cósmico mayor, formando un fuego cósmico
básico, constituyendo la suma total de los centros coronario, cardíaco
y laríngeo del Logos solar, hallándose sus analogías
en un Hombre celestial, un ser [i921]
humano y un átomo. Por eso cuando el
científico descubre la naturaleza del átomo se pone en contacto
con esos tres tipos de energía solar y está desentrañando
el misterio central del sistema. Cuando la triple naturaleza del átomo
sea revelada, se comprobará gradualmente la triple naturaleza del
hombre y de Dios. La energía de estos grupos pasa así a través
del sol físico y de allí emiten la Palabra correspondiente
al plano particular de su esfuerzo específico.
El estudiante no debe cometer el error de pensar que estos siete grandes
transmisores son los siete Hombres celestiales. Componen la mitad de Su
real naturaleza. Es todo lo que puede decirse de este gran misterio, aunque
puede añadirse que, desde otro punto de vista, sólo forman
una tercera parte de su triple naturaleza divina. El hombre es dual, Espíritu
y materia; también durante la evolución, es una triplicidad;
lo mismo sucede con el Hombre celestial, de allí el misterio.
El gran Transmisor de la Palabra en el plano físico, que estamos
considerando, es el factor que energetiza el centro laríngeo de Brahma.
Podría hacerse una interesante clasificación de los triples
centros y de los tres aspectos divinos, que será de utilidad para
el estudiante, aunque debería recordar cuidadosamente que estos centros
sirven para generar y trasmitir energía:
El transmisor de energía en el plano físico forma el
centro laríngeo en el cuerpo de Brahma, el tercer aspecto.
El transmisor de energía en el plano astral forma el centro
cardíaco de Brahma.
El transmisor de la palabra en el plano mental forma el centro coronario
de este tercer aspecto.
Estos tres Señores Raja, devas o transmisores, forman los tres
centros de fuerza logoica en los tres mundos. Constituyen el aspecto
energía más inferior de Brahma.
El Transmisor de la Palabra en el plano búdico forma el centro
de la garganta de Vishnu, el segundo aspecto. Desde allí surge
la Palabra que construye la forma física densa de un Hombre celestial
o de un Logos solar.
El Transmisor de energía en el plano monádico forma
el centro cardíaco de Vishnu, el segundo aspecto.
El Transmisor de energía en el plano átmico forma el
centro coronario de Vishnu.
Esta clasificación confundirá a los estudiante si no tienen
en cuenta que estamos considerando estos aspectos sólo como dualidades
y tratando de una de las partes duales. Se evidenciará por ejemplo,
en el aspecto Vishnu, que se manifiesta en el segundo plano, que la energía
de ese plano actuará como centro coronario para los planos subsiguientes,
y si esto se capta correctamente aclarará lo demás.
El Transmisor de la Palabra en el plano de Adi o primer plano, es la personificación
del centro laríngeo de una entidad cósmica. Lo expuesto proporcionará
una exacta comprensión de nuestro lugar en el esquema cósmico;
también demostrará la naturaleza fundamentalmente física
de los siete planos del sistema solar y evidenciará la naturaleza
de Brahma o el Espíritu Santo.
En Antiguo Comentario dice:
Brahma es Uno, sin embargo incluye
a Su hermano. Vishnu es Uno, sin embargo no existe separado de Su hermano
aunque joven, en lo que respecta al tiempo, sin embargo es muy viejo.
Shiva es Uno y antecede a ambos, sin embargo no aparece ni es visto hasta
que ambos hayan recorrido cíclicamente Su curso.
La séptuple clasificación que antecede, de acuerdo a la ley
de analogías puede ser aplicada igualmente a cada plano, pues los
transmisores y trabajadores en cada plano forman grupos similares. Del mismo
modo, el hombre puede considerar esta clasificación en relación
con sus siete centros y, de su estudio,
[i923]
adquirirá conocimiento respecto al tipo de energía que
fluye a través de cualquier centro particular. Análogamente,
a estos transmisores se los puede oír cuando emiten la Palabra con
bastante fuerza y poder en ese esquema Planetario que corresponde
a su nota y está sintonizado [e730]
a su vibración. Por lo tanto, los
esquemas planetarios se dividen en agrupaciones similares y esto abrirá
para los estudiantes un vasto campo de conjeturas. Los siete Prajapatis
se dividen en dos grupos de tres, predominando uno de Ellos. Al estudiar
el sistema solar, los planos, los esquemas, el hombre y el átomo,
los estudiantes deberían recordar que las agrupaciones de las líneas
o corrientes de energía durante los ciclos evolutivos se dividen
lógicamente en cuatro:
1-3-3
4-3
3-4
3-1-3
La primera división puede ser interpretada de acuerdo a la ley de
analogía, cuando se investiga la naturaleza del plano atómico
del sistema solar, los tres planos etérico cósmicos y los
tres planos del esfuerzo humano, en su mutua relación.
La segunda división es más fácil de captar cuando se
comprende la estrecha relación que existe entre los cuatro planos
etérico cósmicos y los tres planos inferiores. Esto puede
ser esclarecido estudiando los cuatro éteres físicos y los
tres subplanos inferiores de nuestro plano físico.
La clave para descifrar el misterio de la tercera división se halla
oculta en la manera como está constituido el plano mental con sus
tres niveles sin formas y sus cuatro niveles con formas.
La cuarta división puede ser descifrada cuando el estudiante comprende
que su propia naturaleza constituye una tríada espiritual, un cuerpo
egoico y un triple hombre inferior. También puede encarar la primera
división en forma similar y considerarse a sí mismo como una
fuerza primaria o la Mónada, una triple fuerza [i924]
secundaria o el Ego, y una triple energía
inferior o la personalidad, recordando que aquí únicamente
consideramos la energía creadora y el aspecto Brahma de la manifestación
al coordinarse con el aspecto Vishnu.
Los transmisores de prana. Anteriormente, en una parte de este tratado,
hemos considerado en forma parcial los devas que transmiten prana para el
cuerpo etérico del hombre y del planeta. Son el reflejo, en el plano
inferior, del aspecto Vishnu de la divinidad; los siete subplanos de nuestro
plano físico reflejan débil y distorsionadamente los tres
aspectos, siendo una sombra oscura que nada revela de la Deidad. Este grupo
de transmisores son responsables de tres resultados importantes, hallándose
activos en tres líneas principales.
Son los devas que vitalizan y producen la energía de todas las formas
de vida sensoria. Constituyen la vida que palpita a través [e731]
del cuerpo etérico de cada planta y
animal y de toda forma intermedia de vida; son el fuego intenso que se ve
circular a través de cada vehículo etérico. Otra de
sus innumerables funciones consiste en producir el calor del sol y de todos
los cuerpos; causan la irradiación solar, planetaria y humana; nutren
y preservan todas las formas. Esotéricamente son los intermediarios
entre el Padre y la Madre en cada plano, ya sea cósmico o del sistema.
Se originan del sol y están estrechamente relacionados con el plexo
solar logoico y planetario, pues el proceso evolutivo, como en toda la manifestación,
es el resultado del deseo que actúa sobre las facultades creadoras
y produce lo objetivo.
Constituyen los devas que energetizan a las miríadas de diminutas vidas
que construyen en el cuerpo etérico de todo lo visible y tangible,
siendo los instigadores de los procesos creadores de los tres subplanos
más inferiores del plano físico. Los devas que en el sistema
se dedican a esta actividad pueden subdividirse en dos grupos: [i925]
Aquellos que trabajan en los cuatro planos superiores
del sistema y desde allí influencian a los tres mundos, produciendo
por acción refleja los resultados deseados.
Aquellos que trabajan en los tres mundos del esfuerzo
humano, produciendo directamente la manifestación física
densa.
Todos los devas etéricos que transmiten energía en el plano
físico pertenecen a la segunda división ya enumerada; de acuerdo
al subplano en que trabajan, son guiados por una inteligencia mayor en el
plano correspondiente.
Existen también los devas que constituyen la fuerza atractiva de
toda forma subhumana, manteniendo en coherencia las formas de los tres reinos
inferiores de la naturaleza y produciendo así el cuerpo de manifestación
de la gran Entidad, suma total de la vida del reino y de las vidas menores
que animan a diferentes familias y grupos dentro de cualquier reino específico.
Los devas del doble etérico. El tema que abordaremos ahora
concierne a esos devas que constituyen el doble etérico de todo lo
que existe. En consecuencia tiene mucho valor para el estudiante inteligente
porque revela el método por el cual todas las formas se materializan
en el plano físico.
El propósito de este tratado no consiste en describir la materialización
de la forma, por medio del divino pensamiento, a medida que se origina en
los planos arquetípicos y (mediante corrientes dirigidas de energía
inteligente) va adquiriendo sustancia al reproducirse en cada plano, hasta
que oportunamente (en el plano [e732]
físico) la forma queda revelada en su
manifestación más densa. Ninguna forma es todavía perfecta,
para ello es necesario evolucionar cíclicamente y continuar en la
producción de formas hasta que se aproximen a la realidad en hecho
y acción.
El método para producir las formas puede clasificarse de la manera
siguiente: [i926]
1. Pensamiento divino
El plano mental cósmico.
2. Deseo divino
El plano astral cósmico.
3. Actividad divina
El plano físico cósmico. (los siete
planos de nuestro sistema).
El Aliento logoico
Primer plano
El sonido (82) A.
Constituye la primera aparición etérica de un sistema
solar en el subplano atómico del plano físico. Todas las simientes
de vida se hallan latentes. Facultad inherente que proviene de una esencia
solar anterior. [e733]
El Sonido logoico
Segundo plano
El Sonido A U
Constituye el cuerpo del sistema solar en el segundo éter, siendo
el plano arquetípico. Las simientes de [i927]vida están vibrando o germinando.
Se evidencian los siete centros de energía. El deva Agni aparece
como séptuple. La forma es potencialmente perfecta.
La Triple Palabra logoica
Tercer plano
El Sonido AUM
Se ve el cuerpo del sistema solar en sustancia del tercer plano etérico
y los tres funcionan como uno. La triple energía del Logos está
coordinada y nada puede obstaculizar el trabajo de la evolución.
Los tres grupos de devas están activos y la forma arquetípica
en proceso de materialización.
La palabra septenaria logoica . Los centros etéricos
logoicos se hacen activos.
Cuarto plano
La Palabra de siete sílabas.
El cuerpo etérico del sistema solar ya está totalmente
terminado, aunque no llegará a la perfección hasta el fin
de otro manvantara. El principal cuerpo de vitalidad está preparado
para energetizar al vehículo físico denso. Los siete centros,
con sus cuarenta y nueve pétalos principales, vibran, y la conciencia
se estremece a través de cada átomo del sistema.
Un intervalo o pausa tiene lugar en esta etapa de desarrollo llevándose
a cabo los procesos de coordinación y estabilización; la energía
o vibración aumenta hasta que, mediante un esfuerzo simultáneo
que emana de los tres aspectos, se hace posible para llevar a la objetividad
aquello que todavía es subjetivo. Esto tiene su paralelo en el plano
físico cuando el hombre aplica el esfuerzo para atraer y materializar
lo que ha concebido y deseado. La razón por la cual tantas personas
no materializan sus conceptos, y por ello se consideran fracasadas, se debe
a la incapacidad de aplicar en forma coordinada el esfuerzo y poner en movimiento
sustancia de los tres subplanos inferiores del plano físico. Consiguen
[i928]llevar
su concepto desde el plano mental (como lo hace el Logos en niveles cósmicos)
hasta el cuarto nivel etérico del físico, y allí su
energía se agota debido a
la falta de voluntad o concentración sostenida,
la falta de alineamiento con el Ego,
la débil coordinación entre las
dos partes del vehículo físico.
La Frase logoica. El cuerpo gaseoso
Quinto pIano
El plano del mántram logoico de treinta
y cinco estanzas.
Entonces aparece la forma gaseosa del sistema solar y los [e734]centros de energía se velan y ocultan.
El acrecentamiento y la concreción tienen lugar rápidamente.
Los tres grupos de constructores coordinan nuevamente sus esfuerzos y se
produce una nueva afluencia de energía -trayendo devas desde el centro
logoico de la cabeza. Los constructores menores responden al mántram
logoico, entonado nuevamente en cada manvantara, y las siete corrientes
de energía, desde los siete centros logoicos, se dirigen hacia abajo.
El canto logoico de Amor y Deseo. El cuerpo liquido
Logoico
El Sexto plano
Un poema en cuarenta y dos versos.
Este canto o vibración provoca la venida de un grupo de devas
desde el centro del corazón logoico para aumentar los esfuerzos de
los que ya se hallan activos. El cuerpo líquido del Logos solar aparece,
y la forma existe en sus seis diferenciaciones. La concreción es
muy rápida y la actividad es considerablemente más violenta
dada la mayor densidad de la substancia que se va acrecentando.
El libro logoico de La Vida
Séptimo Plano
Compuesto de cuarenta y nueve capítulos.
La totalidad de la forma revelada. Durante la evolución debe
manifestar su propósito y naturaleza. Un tercer grupo [i929]de devas aparece desde el centro laríngeo
logoico y colabora con sus hermanos. Los fuegos arden, los centros están
activos y cada uno de los cuarenta y nueve pétalos, en el cuarto
plano de budi, produce una actividad refleja en el plano físico denso.
El hombre realiza un trabajo similar cuando está abocado a la creación,
cualquiera sea, y al proceso de producir formas en la tierra, las cuales
personifican una idea. Aquí la analogía es perfecta.
En conexión con esos seres humanos que nada crean, pero que son impulsados
a la actividad por la urgencia de las circunstancias -constituyendo el grueso
de la raza humana-, debe señalarse que forman parte de la actividad
creadora de alguna entidad mayor y más avanzada. A medida que prosigue
la evolución autoconsciente habrá cada vez más miembros
de la familia humana que se convertirán en creadores y trabajadores
inteligentes en lo que atañe a la sustancia dévica. Por lo
tanto, en las etapas iniciales, al disociarse de la actitud pasiva, surgirá
una rebelión contra la ley y el orden, una negativa de ser gobernado
y una evidente capacidad de seguir un concepto individual a expensas del
grupo, grande o pequeño. La evolución y la experiencia pondrán
remedio a este defecto aparente y, a medida que la conciencia responde más
activamente a las vibraciones superiores, el hombre se hará consciente
del propósito y del plan de la Inteligencia que dirige al grupo. [e735] Despertará
a la belleza de ese plan y empezará a subordinar sus propios intereses
en bien de la mayoría y a colaborar inteligentemente. El poder creador,
que antes había sido de naturaleza separatista, será ofrecido
como sacrificio voluntario a la energía superior y sus pequeños
planes e ideas se fusionarán con los más grandes. Sin embargo
no será una unidad pasiva, llevada de un lado a otro por la energía
de su grupo, sino que se convertirá en una fuerza positiva, activa
y potente, autoinmolada por el reconocimiento inteligente de un plan superior.
Comprenderá que existen fuerzas [i930]
vivientes en la naturaleza y que a medida que
la energía superior vibra a través de él, se despiertan
sus propios poderes latentes. Ve y conoce a las fuerzas dévicas,
y por lo tanto puede trabajar inteligentemente con ellas. Controlará
y manipulará a unas, colaborará con otras y obedecerá
aun a otras.
Verdadero mago es quien comprende los hechos relativos a la sustancia dévica,
al poder del sonido, a la ley de la vibración y a la capacidad de
producir formas de acuerdo a la ley. Aquí reside una de las diferencias
existentes entre el mago de la Buena Ley y el del Sendero de la Izquierda.
Un mago blanco puede controlar y manipular la sustancia dévica, y
lo hace colaborando inteligentemente con los constructores mayores. Dada
la pureza, la santidad de su vida y el grado elevado de su propia vibración,
puede entrar en contacto con cualquier tipo de deva. El mago de las sombras
controla y manipula la sustancia dévica, en los planos astral y físico
y en los niveles inferiores del plano mental, por la fuerza de sus vibraciones
y conocimiento, pero no colabora con los constructores dirigentes. No puede
entrar en contacto con ellos porque, debido al egoísmo, su naturaleza
es impura, siendo su vibración demasiado baja; por lo tanto, su poder
es limitado y destructivo, sin embargo inmenso dentro de ciertas restricciones.
Los devas del doble etérico se dividen en dos grupos. Los constructores
menores, que son dirigidos por los constructores mayores, forman el doble
etérico de todo lo visible y tangible en el plano físico denso.
Son legión y omnipresentes; reúnen y construyen el material
necesario para formar el doble etérico de todas las cosas y lo hacen
regidos por ciertas leyes, trabajando con ciertas restricciones. Se los
denomina en la fraseología ocultista los devas que escuchan,
pues recogen esa nota y tono particular emitido por los que transmiten [i931]
el sonido del plano físico, el cual
es necesario para reunir la sustancia de cualquier forma material que se
intenta realizar. También se dice que poseen oídos,
pero no ven. Trabajan en estrecha colaboración con los elementales
del cuerpo físico denso. Éste constituye el segundo grupo
y se los denomina elementales que ven, pues existen en
materia de los tres subplanos [e736]
inferiores, pudiendo ver en el plano objetivo
en sentido esotérico lo cual implica que existe siempre una analogía
entre vista y conocimiento. Los constructores que escuchan
reúnen el material; los elementales que ven toman este
material y erigen con éste cualquier forma específica. Existen
en muchos grupos de acuerdo a su grado de evolución y algunos de
ellos pueden ser clasificados de la manera siguiente:
1. Los constructores del vehículo humano.
Constituye el grupo superior más altamente especializado de los
constructores menores, del cual nos ocuparemos detalladamente más
adelante.
2. Los constructores de las formas en las dos divisiones de los tres
reinos de la naturaleza.
Primero. Los constructores del reino mineral. Trabajadores que
esotéricamente se denominan los alquimistas elementales.
Pertenecen a muchos grupos vinculados a los diferentes elementos, como metales,
productos químicos y minerales, y con las denominadas sustancias
activas y radiactivas. Custodian dos secretos, el de la metalización
de la Mónada y el de la transmutación de metales.
Segundo. Los constructores
del reino vegetal. Constituyen muchos grupos y se los denomina los
alquimistas de la superficie y las unidades puente. Construyen
el doble etérico de toda forma de vida vegetal, y así como
los alquimistas del reino mineral
se ocupan mayormente con la acción del fuego,
estos trabajadores alquímicos se ocupan de la acción líquida
de la manifestación [i932]
divina. Por consiguiente, trabajan en colaboración
con los devas de las aguas o de la sustancia líquida, mientras que
el grupo ya mencionado lo hace con los devas gaseosos. Aquí sólo
se da un indicio, no es posible ampliarlo detalladamente debido al peligro
que implica el conocimiento que con ello se adquirirá. Ocultan tres
secretos; uno está relacionado con el sistema solar anterior o el
sistema solar color verde; otro trata de las leyes para tender puentes
o de la interacción entre los reinos de la naturaleza, y el tercero
está relacionado con la historia de la segunda ronda; cuando este
secreto sea revelado le aclarará al hombre la razón por la
cual (de acuerdo a la ley) él debería ser vegetariano y no
carnívoro. Los científicos ya están descubriendo ciertas
cosas vinculadas al segundo secreto y podrán obtener indicios sobre
el primero, a medida que amplían su conocimiento respecto al significado
del color. Sobre el tercer secreto no se dará mayores detalles hasta
que la sexta raza llegue a vivir en la tierra.
Tercero. Los constructores de todas las formas etéricas[e737]animales. Constituyen un grupo estrechamente
aliado a los que construyen la forma humana. Vinieron en tropel desde un
depósito de energía mantenido en estado pasivo, hasta que
la condición física de cualquier esquema particular justifique
su entrada en actividad. Con ello vino también lo que ha causado
la penosa situación actual, pues gran parte del temor, odio y destrucción
que impera entra los animales se debe (como lo expresa H. P. B.) a que los
dioses imperfectos construyeron sus cuerpos y llevaron a cabo
su evolución empleando materia imperfecta manipulada en forma inexperta.
El secreto del temor se halla oculto en el cuerpo etérico y en el
tipo particular de sustancia con el cual puede estar construido.
3. Los constructores de la trama etérica planetaria.
a. La materialización de la trama. Sólo es perfeccionada
en la cuarta ronda, siendo intencionadamente acelerada en conexión
con nuestro planeta debido a las condiciones kármicas y de acuerdo
a la ley de necesidad espiritual. Su analogía puede observarse en
el hombre mismo. La trama etérica del hombre estaba inconsistentemente
coordinada al principio de la cuarta raza raíz. La necesidad espiritual
forzó su rápida consolidación y ahora está constituida
de tal manera que forma una barrera entre el plano físico y el astral.
b. La conservación de la trama planetaria. Continuará
hasta la sexta ronda. Durante este período la evolución espiritual
proseguirá con cierta medida de seguridad planetaria, pues la trama
resguarda de determinadas influencias solares y actúa ampliamente
como tamizadora y distribuidora de fuerzas solares.
c. La destrucción de la trama. Tendrá lugar a fines
de la evolución planetaria, permitiendo que la vida planetaria aprisionada
se evada y el sintetizador absorba la esencia de la vida. El proceso de
destrucción puede ser sólo descrito por las palabras perforación
y desintegración.
4. Los constructores del cuerpo etérico de la Entidad planetaria.
Esta gran vida involutiva debe permanecer siendo un misterio durante
muchos eones. Su cuerpo etérico está ahora en proceso de construcción
y sólo en otro sistema solar asumirá forma física definida.
No ha sido generada todavía suficiente energía como para permitir
su manifestación objetiva, pues Ella sigue siendo aún subjetiva.
También tiene su analogía solar. [e738][i934]
5. Los constructores del cuerpo planetario.
Esto prosigue bajo la misma ley del sistema solar y del hombre, pero, análogamente
como en el sistema solar, se lleva a cabo en los planos superiores. Se recomienda
a los estudiantes establecer, especialmente a este respecto, la relación
entre los planos solar y cósmico.
6. El doble etérico de todo lo que crea el hombre.
Grupo especial de constructores etéricos que, regidos por el
karma, están forzados a actuar conjuntamente con los seres humanos.
Constituyen algunos de los muchos grupos que es posible considerar; es inútil
explayarse más, pues no se obtendrá un beneficio sustancial
impartiendo mayor información. Sólo pueden darse muy escuetas
indicaciones y hacerse breves dilucidaciones. No es seguro ni aconsejable
impartir al hombre conocimiento sobre los trabajadores que emplean materia
etérica, pues le permitiría entrar en contacto con ellos;
tampoco es aconsejable por ahora unir coherentemente los hechos diseminados
que se han expuesto en distintos libros ocultistas. La ciencia se halla
al borde del descubrimiento y ya esta invadiendo el dominio de los devas
constructores. Es necesaria mucha precaución. Sin embargo, si se
estudian las indicaciones dadas, si se medita sobre los diversos secretos
de los constructores y sobre el aspecto esotérico de la Masonería,
cuidadosa y persistentemente, el trabajo del Gran Arquitecto y Sus muchos
auxiliares se verá con mayor claridad y plenitud. Podría dar
aquí una sugerencia, sin olvidar que el trabajo es dual:
La construcción del tabernáculo o de las formas temporarias,
constituye el trabajo del divino Carpintero, mientras que la construcción
del Templo de Salomón o de la estructura más permanente constituye
el trabajo del Arquitecto supervisor. Uno se refiere a la Masonería
activa, el otro a la Masonería especulativa, en el verdadero significado
esotérico de la palabra.
[i935] Debemos
considerar también a los devas que forman con su propia sustancia
el doble etérico de todos los objetos. Dichos constructores constituyen
la suma total de toda la sustancia del plano físico y la materia
de los niveles etéricos del plano físico. Por lo tanto, forman
cuatro grupos, cada uno de los cuales tiene una curiosa relación
kármica con alguno de los cuatro reinos de la naturaleza:
Grupo
Plano
Reino
Primero
Uno
Humano
Segundo
Dos
Animal
Tercero
Tres
Vegetal
Cuarto
Cuatro
Mineral
[e739]La
sustancia de la forma física superior de un ser humano es atómica.
El cuerpo físico de un Maestro está construido con materia
atómica y, cuando desea materializarlo en el plano físico
denso, construye una envoltura de sustancia gaseosa sobre la materia atómica,
detallando perfectamente los rasgos físicos conocidos. La sustancia
más superior de la forma del cuerpo animal es la del segundo éter;
aquí tenemos una clave respecto a la relación que existe entre
todas las formas marinas y acuáticas con las del animal. La forma
más elevada que puede adoptar el cuerpo de la vida vegetal es la
del tercer éter. Estos hechos serán comprobados en la séptima
ronda cuando los tres reinos de la naturaleza actuales -humano, animal y
vegetal- sólo existan objetivamente en materia etérica y sea
para ellos la manifestación más densa. El reino mineral llegará
a su manifestación superior en la materia del cuarto éter,
teniendo lugar desde ya dichas transmutaciones pues todas las sustancias
radiactivas que actualmente se están descubriendo se convierten en
materia del cuarto éter. El reino mineral está acercándose
relativamente a su posible perfección manvantárica
y, cuando llegue la séptima ronda, todas las vidas minerales (no
las formas) [i936]
habrán sido transferidas a otro planeta.
Esto no sucederá con los otros tres reinos.
La actuación sobre la sustancia dévica etérica se efectúa
de dos maneras:
Despertándola por la palabra a una actividad específica en
el plano físico y construyéndola en formas, los constructores
menores. En consecuencia será evidente que se halla regida por la
influencia de dos tipos de fuerza o energía.
Consideraremos ahora brevemente el tema relacionado con el trabajo de los
devas que construyen el cuerpo etérico y físico denso del
hombre. Dividiendo nuestros pensamientos en dos partes podríamos
abarcar el terreno más fácilmente, ocupándonos primeramente
de los devas constructores y del microcosmos y luego de los devas menores
en los niveles etéricos.
d. Los elementales y el microcosmos.
El hombre y los devas constructores. Durante el proceso evolutivo y
a medida que sigue el método de reencarnación, el hombre trabaja
con cuatro tipos de constructores y tres grados superiores de esencia constructiva
o sustancia dévica.
Se vincula con los devas transmisores relacionados con el microcosmos del
cuarto subplano del plano mental y con el subplano atómico de los
planos astral y físico. Luego lo hace con los devas que se ocupan
de
colaborando con el trabajo de los devas constructores que forman el cuerpo
etérico e influencian a los devas constructores de la sustancia física
densa, de manera que el vehículo físico necesario para su
manifestación objetiva se convierte en realidad.
Éstos
son los cuatro grupos principales de devas influenciados por cualquier Ego
particular. Unidos
[i937]
producen al hombre inferior y traen a la
manifestación a la Personalidad, reflejo del Ego y sombra de la Mónada.
Las tres graduaciones de la esencia con la cual se construyen las formas,
por medio de la actividad de los cuatro grupos mencionados, pueden reconocerse
como sustancia mental erigida en un cuerpo mental, y sustancia astral empleada
en la construcción del vehículo astral y de la materia del
cuerpo físico. Estos siete grupos forman, en su totalidad, aquello
que podríamos denominar el aspecto Brahma del microcosmos.
Desde otro punto de vista podríamos estudiar la acción que
ejerce el Ángel o Señor solar, sobre los ángeles lunares,
y el proceso por medio del cual éste impone cierto ritmo y vibración
sobre los diferentes aspectos de la manifestación inferior. Esotéricamente,
todo esto se halla oculto en las palabras de un escrito antiguo, que dice:
A medida que la luna gira, refleja. A medida que refleja, produce
respuesta en aquello que ha dejado de irradiar. Los tres, el Sol, la Luna
y la Madre producen aquello que recorre un minúsculo ciclo y se quema.
El primer paso que da el Ego en la producción de una sombra
se halla expresado en las palabras el Ego entona su nota, emite
su voz y (como en el proceso logoico) la Hueste de la Voz responde
inmediatamente. De acuerdo al tono y a la cualidad de la voz, así
será la naturaleza de los agentes que responden. De acuerdo a la
profundidad o altura de la nota y a su volumen, así será la
categoría o el grado del deva constructor que responde al llamado.
Esta nota egoica produce, por lo tanto, ciertos efectos:
Impulsa a la actividad a devas que proceden a transmitir el sonido. Pronuncian
una palabra.
Ésta llega hasta los devas que escuchan de segundo grado,
la reciben y la amplían en lo que podría denominarse frase
mántrica. El proceso de construcción empieza definitivamente
en una forma triple y consecutiva. El [i938]
cuerpo mental empieza a coordinarse en tres
etapas. Las etapas de construcción se superponen. Por ejemplo, cuando
la coordinación del cuerpo mental está en su segunda etapa
comienza la primera etapa de concreción astral. Esto es realizado
durante siete etapas (tres principales y cuatro [e741]
secundarias) que se superponen de manera complicada.
Cuando se alcanza la segunda etapa, se produce una vibración que
despierta respuesta en la materia etérica del plano físico,
y los constructores del doble etérico inician su actividad. Nuevamente
se repite el proceso. Cuando se origina la segunda etapa del trabajo de
estos devas etéricos tiene lugar la concepción en el plano
físico. Éste es un punto muy importante que se ha de recordar,
pues pone a todo el proceso del nacimiento humano definidamente en línea
con la ley kármica establecida. Demuestra la estrecha relación
entre lo subjetivo y lo tangible y visible. La construcción del cuerpo
físico prosigue igual a la de las tres etapas durante el período
prenatal:
El trabajo realizado por los devas constructores
durante los tres meses y medio anteriores a la iniciación de
la vida. Durante este período se lleva a cabo la tercer etapa
de la construcción del cuerpo etérico.
El trabajo de construcción de los tres
meses y medio que siguen al período de gestación.
El proceso final de concreción realizado
durante los dos meses restantes.
Los estudiantes hallarán interesante establecer la analogía
entre este método y el de producir la manifestación evolutiva
en un esquema planetario con sus rondas y razas y en un sistema solar con
sus manvantaras y ciclos mayores.
Resumiendo este delineamiento sucinto, diré que el trabajo de los
devas etéricos no cesa con el nacimiento del hombre, sino que continúa
durante tres etapas, que tienen una estrecha analogía con el período
de vida de un sistema solar.
[i939] Primero,
su trabajo es dedicado a acrecentar constantemente el vehículo físico
humano a fin de que pueda seguir con exactitud las líneas de crecimiento
de los dos cuerpos más sutiles. Esto continúa hasta la madurez.
La etapa siguiente es aquella en la cual su trabajo consiste mayormente
en la tarea de reparación y conservación del cuerpo durante
los años de máxima virilidad, para que pueda estar a la altura
del propósito de la vida subjetiva. Tal propósito varía
lógicamente de acuerdo al grado de desarrollo del hombre. Finalmente,
llega a la etapa en que cesa el trabajo de construcción. La vitalidad
del cuerpo etérico disminuye tenuemente, comenzando el proceso de
destrucción. El Ego empieza a retraer sus fuerzas. El sonido
se hace débil y confuso y su volumen es tan bajo que los transmisores
apenas pueden recibirlo y transmitirlo; la vibración inicial es cada
vez más débil y tenue. Llega el período de oscuración
primero el cuerpo físico se va debilitando e inutilizando; luego
el Ego se retira de los centros y funciona durante [e742]
algunas horas en el doble etérico. A
su vez éste se desvitaliza y continúa así el proceso
hasta que una por una las envolturas son descartadas y la sombra
egoica disipada.
El trabajo de los devas constructores:
Consideraremos ahora el trabajo de los devas constructores en los tres
planos, y los dividiremos en dos grupos:
Aquellos que están conectados con los átomos
permanentes.
Aquellos que son responsables del proceso de construcción.
Los devas de los átomos permanentes. Este grupo particular
de devas es el conjunto de vidas que forman la unidad mental y los dos átomos
permanentes. Como sabemos, tienen su lugar dentro de la periferia causal,
siendo puntos focales de energía egoica. Constituyen verdaderamente
el tipo más elevado de devas constructores, formando un grupo de
vidas estrechamente vinculados con los Angeles solares. Existen siete
grupos relacionados con tres de las espirillas del [i940]
átomo físico permanente logoico. Dichas espirillas son, para
estos siete grupos de vidas, lo que los siete rayos mayores para los siete
grupos de rayos en los subplanos egoicos del plano mental. Es necesario
que se medite sobre esta frase, porque puede proporcionar mucha información
al pensador intuitivo, hay una analogía entre las tres tríadas
atómicas permanentes y la aparición del hombre en la tercera
raza raíz. Una secuencia curiosamente interesante de las tres líneas
de fuerza puede observarse en:
Las tríadas del alma grupal involutiva.
La aparición de la triple naturaleza del
hombre en la tercera raza raíz.
Las tríadas de los cuerpos causales de
cualquier unidad autoconsciente.
Estos devas constructores reciben el sonido, emitido por el Ego, por intermedio
de ciertas agencias dévicas transmisoras, y mediante la vibración
que esto ocasiona impulsa a la actividad a la esencia dévica que
circunda
al grupo que construye la forma y
al grupo con el cual se construye la forma.
Afectan únicamente a los que poseen vibración análoga.
Las etapas para construir cualquiera de las cuatro formas por medio de las
cuales funciona el hombre inferior (el cuaternario), son exactamente las
mismas que se emplean en la construcción del cuerpo físico
denso, por ejemplo, de un planeta o de un sistema solar. Esto puede ser
constatado en todo el proceso, desde las etapas [e743]
confusas y caóticas a través
de lo ígneo a lo sólido, o a lo relativamente sólido,
si se trata de un cuerpo sutil. No es necesario extendernos más sobre
esto. H. P. B. ha delineado en La Doctrina Secreta, () estas etapas
ya dilucidadas en el presente tratado.
Nos hemos ocupado ya con cierta amplitud del trabajo [i941]
de los devas transmisores, en los tres planos de los tres mundos, y de los
devas relacionados con aquellos puntos focales relativamente permanentes
-los átomos permanentes dentro de la periferia causal. Podemos considerar
ahora al grupo de constructores que, respondiendo a la nota de los agentes
transmisores y a la vibración inicial del segundo grupo de constructores
relacionados con el triple yo inferior, inician el trabajo de reunir y moldear
la sustancia viviente necesaria para la manifestación egoica en los
planos inferiores.
Hemos visto que las tres primeras etapas del trabajo egoico son:
La emisión de la nota apropiada que indica el lugar del hombre
en la evolución y la naturaleza de su siquis o Ego.
La transmisión de dicha nota por el Angel solar y los tres
grupos de devas vinculados con los tres átomos permanentes.
La vibración iniciada, de acuerdo a la nota emitida dentro
de estos átomos, llega a ser tan poderosa que se hace sentir
en la sustancia dévica circundante, evocando así respuesta.
Estas tres etapas podrían considerarse primarias, demostrando (en
relación con el microcosmos) los tres factores, sonido, color y vibración
que, de acuerdo a la Ley de Analogía, reflejan los tres aspectos
del macrocosmos. Tenemos aquí algo semejante al trabajo que realizan
los tres primeros Sephiroth de la Kabala -primitiva etapa de la manifestación
que tiene su débil reflejo en el trabajo realizado por el Ego en
los tres mundos.
Entonces tiene lugar la segunda etapa en la cual prosigue el trabajo de
construcción, hasta que el microcosmos, el hombre, hace su aparición
en el plano físico. Le sigue la tercera etapa de evolución
en la cual la naturaleza síquica del hombre ha de expresarse por
medio de las [i942]formas
creadas. Entonces los dos grupos siguientes de Sephiroth se reproducen en
el hombre. Desde otro ángulo el hombre se manifiesta como nónuple,
pero en esta parte del tratado nos ocupamos solamente de los constructores
de la forma.
Cada uno de ellos puede ser subdividido en siete, en cuatro o en tres, según
el plano implicado. Los estudiantes deben recordar que la materia de los
dos subplanos más inferiores de los planos físico y astral
nunca se construyen en el cuerpo humano tal como está actualmente
constituido, porque la vibración es demasiado baja y burda, incluyendo
al tipo de hombre más inferior que existe actualmente en la tierra.
Debe señalarse también que en el hombre medio la materia de
algún subplano predominará de acuerdo a la profundidad de
su naturaleza y al lugar que ocupa en la escala evolutiva. Los constructores
del cuerpo humano trabajan dirigidos por uno de los Señores del Karma
del grupo más inferior. Dichos Señores forman tres grupos
y el Señor del tercer grupo supervisa el trabajo de los que construyen
al ser humano en los tres planos. Rige a ciertos agentes kármicos,
que también se dividen en los siguientes grupos:
Tres agentes kármicos que responden por el trabajo de los
Señores kármicos, realizado en los tres planos.
Cinco Señores kármicos que trabajan en estrecha relación
con los Manu de las diferentes razas, responsables de la correcta construcción
de los diferentes tipos de raza.
Agentes kármicos responsables de los tipos de la subraza actual.
Ciertos agentes intermediarios Que representan (dentro de estos tres
grupos) a los siete tipos de Rayo.
Los agentes de la Buena Ley que están específicamente
relacionados con el trabajo de los centros etéricos y su respuesta
a los diferentes centros planetarios.
Los custodios de los registros.
Estas diversas inteligencias manejan las fuerzas constructoras por medio
de corrientes de energía que son puestas en movimiento cuando el
Ego emite su nota. Debe recordarse que, en mayor o menor grado y en su
propio plano, el Ego conoce su karma y también lo que se ha de
realizar para fomentar el progreso durante la encarnación venidera.
Por lo tanto, trabaja vinculado con dichos Señores, pero únicamente
está en contacto directo con un agente del sexto y del cuarto grupos.
Por intermedio de ambos el trabajo continúa en lo que atañe
individualmente al Ego, poniendo en movimiento para él (después
que ha emitido su nota) la maquinaria de la Ley.
Los que construyen la personalidad humana también se dividen en
siete grupos principales; los demás, así como en el caso
de
[e745] las
Mónadas humanas, pertenecen a uno de los siete Rayos y responden
a una de las siete corrientes logoicas de energía ígnea.
De acuerdo al tipo de Rayo egoico del hombre así será el
tipo de sustancia dévica influenciada.
Dichos constructores trabajan con ciertos elementales, pero sólo
en el plano físico puede impartirse algo respecto a su naturaleza
y trabajo. Estos elementales son pequeñas entidades que se adhieren
al plan tal como lo desarrollan los constructores, construyendo ciegamente
la estructura del cuerpo y formando las envolturas mediante las cuales
el Ego se ha de expresar. En los planos etéricos, construyen la
verdadera forma con sustancia etérica y producen la
envoltura de complicadas líneas de hilos ígneos entrelazados,
siendo en [i944]
realidad una extensión del sutratma o hilo de vida. Cuando está
tejido y entrelazado se vitaliza con la energía de la vida enviada
por el Ego, así como Shiva, el Padre, da al Hijo la verdadera bios
o vida, mientras que la Madre calienta, construye y nutre el cuerpo. El
trabajo de los elementales etéricos llega a su primera consumación
cuando el sutratma se conecta con los tres centros de naturaleza física
dentro del cráneo -la glándula pineal, el cuerpo pituitario
y el centro alta mayor. Esotéricamente, la conexión más
importante se establece cuando el sutratma penetra en el centro que se halla
en la cima de la cabeza; a través del mismo la vida del cuerpo etérico
se retira en el momento de la muerte. Éste es el punto vital. Allí,
el hilo de vida, una vez cumplidos los siete años de
vida, se divide en tres ramas, que se extienden hacia los tres centros.
La comprensión de este hecho oportunamente proporcionará cosas
de gran interés para el científico. Gran parte de la imbecilidad,
o del desarrollo retardado, tiene su origen en la conexión etérica
con estos tres centros. La trama etérica es literalmente la fina
red de hilos de fuego que se extiende sobre el centro y cubre una zona de
dimensiones muy amplias. Separa los cuerpos astral y físico. Una
zona similar existe en el sistema solar. Por su intermedio las fuerzas cósmicas
deben pasar a los diferentes esquemas planetarios.
Los grupos elementales del plano físico denso, puestos en actividad
por los constructores, son tres:
Los elementales gaseosos.
Los elementales líquidos.
Los elementales estrictamente densos.
Un grupo se ocupa de los canales ígneos, de los fuegos del cuerpo
humano y de los diferentes gases que se encuentran dentro de la periferia
humana. Otro grupo [i945]
trabaja con el sistema circulatorio y con todos los líquidos -líquidos
y humores del cuerpo; [e746]
mientras que el tercero está ampliamente
involucrado en la construcción de la estructura, por medio de la
correcta distribución de los minerales y de los productos químicos.
Aquí hay algo vinculado a la medicina; esotéricamente es verdad
que así como los devas y los elementales líquidos están
estrechamente relacionados con el reino vegetal y ambos con el plano de
las emociones, el cuerpo líquido logoico, así las enfermedades
de los seres humanos que afectan el sistema circulatorio, los riñones,
la vejiga y la lubricación de las coyunturas, serán curadas
por los constituyentes vegetales y, sobre todo, mediante el correcto equilibrio
de la naturaleza emocional.
Muchas otras influencias, además de las ya mencionadas, deben ser
consideradas cuando se dilucide el tema del trabajo que realizan los constructores
del cuerpo del hombre. No sólo son afectados por
la nota de un hombre,
el color proporcionado por
los agentes transmisores,
los agentes kármicos,
sino que están regidos por
el karma y la vibración
grupales que harán intervenir a otro grupo de agentes y constructores,
afectando así a los cuerpos de un hombre,
el karma racial, extensión
del anterior,
las fuerzas que actúan
sobre el planeta desde otro esquema o por medio de la formación
de un triángulo del sistema,
un triángulo cósmico
de fuerza de un tipo específico que puede atraer entidades y
energías de cualquier esquema particular, incidiendo sobre el
karma del Logos planetario.
Por lo tanto será evidente para el estudiante que el tema es complejo
y que verdaderamente el hombre es el resultado de algún tipo de fuerza
-principalmente egoica, pero también [i946]
planetaria y hasta del sistema. Sin embargo, nunca se lleva a un hombre
a enfrentar circunstancias insuperables cuando ha alcanzado el punto donde
inteligentemente se pone en línea con la evolución
o Dios. Quizás previamente sea impulsado a ello, y lo será,
por la fuerza de las circunstancias; la presión del karma grupal
y racial lo impelerá a situaciones necesarias para activar el proceso
de despertarlo y comprender sus propias posibilidades innatas. Una vez que
se hace constructor consciente y trata de controlar a las fuerzas y a los
constructores de su propia naturaleza inferior, y de construir el Templo
de Salomón, ya no está sujeto a condiciones anteriores. Se
transforma en regidor, constructor y transmisor, hasta que [e747]
oportunamente se convierte en uno con los Angeles
solares y ha cumplido el trabajo de la evolución humana.
Lo dicho es muy superficial, habiéndose expuesto solamente lo que
tiene un profundo significado para el hombre en la actualidad. Muchas cosas
se han de deducir y se llegará a conclusiones de acuerdo a la Ley
de Analogías. También debe tenerse siempre presente que nuestro
concepto básico lo constituye la energía ígnea de
los centros de fuerza puestos en movimiento y mantenidos en vibración
activa por la palpitación de centros aún mayores. Toda forma
está construida de átomos ígneos o vidas energéticas,
por medio de vidas mayores, las cuales son mantenidas en coherencia dentro
de envolturas todavía mayores -las envolturas mayores son para las
menores lo que el macrocosmos es para el microcosmos. Estos grupos de vidas
constructoras pueden ser divididos en tres grupos de unidades de energía
y su naturaleza deducirse por las frases:
Vidas animadas por energía dinámica.
Vidas animadas por energía irradiante.
Vidas animadas por energía atómica.
Éstas constituyen también la suma total de los tres fuegos,
fuego eléctrico, fuego solar y fuego por fricción. En términos
del plano [i947]
físico cósmico, la analogía con el plano del sistema
puede verse en la clasificación siguiente:
1. Energía dinámica
fuego eléctrico
subplano atómico.
Primera sustancia etérica. Plano de adi.
2. Energía irradiante .
fuego solar
tres niveles etérico cósmicos.
Cuerpo etérico logoico.
3. Energía atómica
fuego por fricción
tres planos de los tres mundos.
Vehículo denso logoico.
Como se verá cada plano refleja en forma interesante este mismo orden.
III. EL HOMBRE COMO CREADOR QUE CREA CON MATERIA MENTAL
1. Creación de Formas Mentales.
El tema que vamos a tratar ahora no lo dilucidaremos explícitamente
debido a los peligros que acarrea. Durante el proceso creador el hombre
maneja cierto tipo de fenómenos eléctricos y tiene que ver
con aquello que vitalmente es afectado por cada pensamiento que emana de
él y con esas vidas menores que (en conjunto) constituyen, desde
cierto ángulo, una fuente de verdadero peligro para el mismo. Concretaremos
lo que debe decirse en ciertas afirmaciones. [e748]
a. Gran parte de la angustia que actualmente se observa en el mundo puede
ser atribuida directamente a la incorrecta manipulación de la materia
mental por el hombre, a los erróneos conceptos vertidos respecto
a la naturaleza de la materia, y a las peligrosas condiciones producidas
por el conjunto de tentativas creadoras que los seres humanos han realizado
en el transcurso de los siglos.
Erróneas interpretaciones han surgido respecto a la finalidad de
los fluidos vitales del universo; esto, como también ciertas distorsiones
de la luz astral, ha aumentado la angustia, produciendo un espejismo subsidiario
o secundario, luz [i948]
reflejada que intensifica el maya ya creado. Este reflejo secundario lo
ha producido el hombre en su evolucionado intento de equilibrar los pares
de opuestos, provocando una condición que tiene que ser superada
antes de iniciar el verdadero equilibrio oculto. Podría considerarse
como la suma total de esa gran manifestación (creada sólo
por el hombre) denominada El Morador del Umbral.
Uno de los mayores obstáculos en el sendero de Retorno, del cual
el hombre es definidamente responsable, dentro de los límites esotéricos,
lo constituyen esas formas animadas que ha venido creando permanentemente
desde mediados de la raza raíz atlante, cuando el factor mente comenzó
con lentitud a asumir mayor importancia. El egoísmo, los móviles
sórdidos, la rápida respuesta a los impulsos del mal, que
han caracterizado a la raza humana, acarrearon un estado de cosas que no
tiene parangón en el sistema. Se cierne sobre toda la familia humana
una forma mental gigantesca, construida durante épocas por los hombres
de todas partes, energetizada por los deseos insanos y las inclinaciones
malignas de la peor naturaleza humana, vivificada por las inclinaciones
de sus deseos inferiores. Esta forma mental debe ser desintegrada y disipada
por el hombre al finalizar esta ronda, antes de que termine el ciclo, y
su disipación constituirá una de las fuerzas que tenderán
a producir el pralaya interplanetario. Ésta es la torpe creación,
si puede denominarse así, que los Grandes Seres se ocupan de destruir.
De acuerdo a la Ley del Karma tiene que ser disipada por quienes la han
creado; por lo tanto, los Maestros llevan a cabo Su trabajo en forma indirecta,
tratando de iluminar gradualmente a los hijos de los hombres a fin de que
puedan ver con claridad a este Morador del Umbral de la nueva
vida y al antagonista que se encuentra entre el cuarto y el quinto reino
de la naturaleza. Cada hijo del hombre que entra en el Sendero de Probación [i949]
facilita Su tarea, pues significa que una pequeña corriente de energía
vital va dirigida hacia nuevos canales, cortándose de la antigua
corriente que tiende a vitalizar y nutrir la forma del mal; de esta [e749]
manera otro agresor consciente puede
ser entrenado para colaborar en la tarea de destrucción. Cada vez
que un iniciado es admitido en los grados de la Logia, significa que un
nuevo y poderoso agente está dispuesto a hacer descender fuerza desde
los niveles superiores para ayudar en la tarea de desintegración.
Cuando se comprendan estos dos métodos de trabajo agresivo (el del
aspirante y el del iniciado) el cuidadoso estudiante de analogía
obtendrá muchas cosas de vital interés. Aquí reside
la clave del actual problema del mal y del poderoso aferramiento que el
aspecto materia tiene sobre lo espiritual. Esta gigantesca forma mental,
producto de la ignorancia y el egoísmo del hombre, se mantiene viva
y vitalizada de tres maneras:
Primero, mediante la acumulación de malos deseos, perversas intenciones
y propósitos egoístas individuales. Todo mal pensamiento involucrado
en la palabra y manifestado como acción en el plano físico,
contribuye a expandir las proporciones de esta entidad maléfica.
Segundo, por la protección de los hermanos de la sombra y esos representantes
de lo que podría denominarse mal cósmico, los
que (debido al karma de la familia humana o cuarto reino, en esta cuarta
ronda) asumiendo enormes responsabilidades, hacen posible la vitalización
secundaria de la forma mental y producen condiciones tan horrendas que,
de acuerdo a la ley, provocan la rápida cristalización, trayendo
como consecuencia la destrucción final. El estudiante haría
bien en ampliar su concepto respecto al propósito del mal
y al lugar que dichas fuerzas ocupan en el esquema
general.
Tercero, mediante las energías existentes y la vibración que
todavía se siente, fuerza de [i950]un
sistema solar anterior que persiste, y la emanación de aquello que
en este sistema solar no se considera ya como un principio.
Éstos
son los tres factores principales que los Grandes Seres han de considerar
en Su trabajo cuando ayudan al hombre a desIigarse de la influencia de esta
forma autoimpuesta, a destruir aquello que ellos mismos han construido y
a liberarse de la ilusión proyectada por el persistente vampiro que
han nutrido y fortalecido durante milenios.
Esta tarea de destrucción es llevada a cabo por los Grandes Seres,
de cuatro maneras:
Por la fuerza de sus pensamientos y meditaciones conjuntas.
Por el trabajo de la Jerarquía, al entrar y enseñar
a
[e750] individuos,
que se desprenden en esta forma de la ciega actividad grupal, y se convierten
en centros conscientes de fuerzas y colaboradores en la tarea de destrucción.
Este trabajo debe ser efectuado en los niveles mentales. De allí
que se entrene a los discípulos a meditar y a trabajar con materia
mental.
Por el empleo de ciertos mántram y palabras que introducen
fuerza interplanetaria de cuarto orden. Dicha fuerza se dirige luego
hacia la creación distorsionada efectuada por la cuarta Jerarquía
creadora (el cuarto reino o humano) tendiendo a aumentar el trabajo
de destrucción. Gran parte de esta tarea es llevada a cabo por
los Nirmanakayas.
Por el estímulo del cuerpo egoico de los hombres, de tal manera
que los Angeles solares puedan llevar adelante con mayor precisión
y fuerza el conflicto con los dioses lunares. Ésta es la verdadera
guerra en los cielos. A medida que los Dioses solares (84) descienden
[i951]al
plano físico, asumen un paulatino y creciente control de las
naturalezas lunares, y en consecuencia se purifican y refinan los pensamientos
y deseos de los hombres. Los fuegos solares desplazan a la luz lunar,
y la naturaleza inferior es finalmente purificada y transmutada. Con
el tiempo los Ángeles solares brillarán en toda su gloria,
en el plano físico, por medio de la naturaleza inferior, la cual
proporciona el combustible para las llamas. El detestable Morador
del Umbral muere así gradualmente por falta de sustento,
desintegrándose por ausencia de vitalidad, y el hombre queda
libre.
b. En la actualidad, gran parte de la manipulación de la materia
mental destinada a construir formas de cualquier tipo, se efectúa
en los niveles inferiores, dando por resultado el poderoso deseo basado
en la atracción física. El cuerpo de deseos, de la mayoría
de los hombres, no el cuerpo mental, es el más poderoso, e [e751]
impone una vibración tan fuerte
(debido a la fuerza grupal de los señores lunares) que el tercer
grupo de entidades lunares que construye el cuerpo mental es impelido a
responder voluntariamente, quedando la triple naturaleza inferior inmediatamente
comprometida en el horrible proceso de alimentar al temible Morador.
La energía sigue la línea de menor resistencia. Como ya sabemos,
una de las primeras tareas del Ego es imponer un nuevo ritmo a su sombra
y reflejo, el hombre inferior, y esta imposición, a su vez, desvía
la energía de la distorsionada creación del hombre, poniendo
su vibración a tono con la de su Angel solar.
A los devas, la suma total de energía de la sustancia misma, no les
interesa el tipo de forma que construyen. [i952]
Responden irresponsablemente a las corrientes de energía, y no se
ocupan de su procedencia. Por lo tanto, el lugar que le corresponde al hombre
en el plan cósmico se hace más vital y evidente cuando se
comprenda que una de sus principales responsabilidades es dirigir las corrientes
de energía desde el plano mental y crear lo que se desea en niveles
superiores. Todos los hombres están pasando por un determinado desarrollo
evolutivo con el fin de llegar a ser creadores conscientes en el uso de
la materia. Esto implica:
La comprensión del plan arquetípico.
La comprensión de las leyes que rigen los procesos constructivos
de la naturaleza.
El consciente proceso de creación voluntaria, de manera que el hombre
colabore con el ideal, trabaje bajo la ley, produzca aquello que está
de acuerdo con el plan planetario y tienda a promover los mejores intereses
para la raza.
La comprensión de la naturaleza de la energía y la habilidad
para dirigir las corrientes de energía y desintegrar (o extraer la
energía) todas las formas en los tres mundos.
La comprensión de la naturaleza de los devas, su constitución
y lugar que ocupan como constructores, y las palabras y sonidos con los
cuales se los puede dirigir y controlar.
Cuando las corrientes de energía de la familia humana sean dirigidas
sólo desde niveles egoicos, cuando el deseo sea transmutado y se
haya despertado el quinto principio y, finalmente, sea iluminado por el
sexto, sólo entonces se desvanecerá el impulso que emana de
los niveles inferiores, y el Morador del Umbral (que ahora acecha
a la familia humana) también morirá. En otras palabras, cuando
el cuerpo físico denso del Logos planetario (compuesto de materia
de los tres mundos del esfuerzo humano) se haya purificado y vitalizado
totalmente por la fuerza de la vida que fluye de los niveles etéricos,
y cuando todos Sus centros (formados por entes humanos) se hayan despertado
plenamente, entonces se [e752][i953]
convertirán en canales de la fuerza pura, y ya no podrá existir
una entidad como el Morador.
Todo lo que he expresado aquí referente al Morador del Umbral
entre los dos grandes reinos en el Sendero -el cuarto y el quinto-, puede
ser analizado por el estudiante en forma personal. Frente a cada sensato
aspirante a los Misterios se halla esa forma vitalizada que ha construido
y nutrido él mismo durante anteriores encarnaciones, representando
la suma total de sus malos deseos, móviles y pensamientos. Durante
épocas ha sido vampirizado por ella, representando para él
aquello que no ha logrado realizar. Lo afectan no sólo a él
sino también a todos esos entes con quienes hace contacto y conoce.
Para destruirla deberá seguir métodos similares a los aplicados
por los Grandes Seres y por el acrecentado poder de su Angel Solar, la fuerza
de su Ego, un estudio de la ley, el conocimiento del poder del sonido y
el control de la palabra, producirá finalmente su desintegración.
El Antiguo Comentario dice:
El Angel solar debe apagar la luz de los ángeles lunares; entonces
por falta de calor y luz, perece aquello que ha servido de obstáculo.
c. Hasta ahora pocos miembros de la familia humana trabajan, deliberada
y conscientemente, empleando únicamente materia mental. La energía
utilizada por el hombre es en su mayor parte kama-manásica o de deseo,
acompañada de una mente inferior en la que prepondera, como se ha
de suponer, la fuerza del deseo. Esto se infiere de la segunda afirmación.
Toda la tendencia de la evolución consiste en desarrollar la capacidad
de construir con materia mental, y la raza tiene ante sí dos cosas.
Primero. La disipación gradual de masas indefinidas de materia
kama-manásica, circundando prácticamente a todo ente de la
familia humana, produce una condición lóbrega y brumosa, dentro
y alrededor de cada aura. Gradualmente [i954]
ésta se esclarecerá y los hombres estarán rodeados
por nítidas formas mentales, caracterizadas por una definida vibración
y por una calidad particular e incidental al rayo del hombre y en consecuencia
a su tipo de mente.
Segundo. La acumulación de formas mentales humanas de carácter
personal, vibrando actualmente alrededor de cada ser humano, así
como los planetas vibran alrededor del sol, tenderán a aproximarse
a un centro grupal. La energía mental, que emana de cada ser
humano como una corriente relativamente débil de un indefinido conglomerado
de materia mental, de carácter indeterminado y sin configuración
definida, que continúa animando esas formas durante un breve período,
se dirigirá a la creación de aquello que el grupo anhela y
no a lo que el ente desea. Esto constituye [e753]
en gran parte la base del antagonismo que han
de enfrentar todos los pensadores constructivos y trabajadores grupales.
La corriente de energía que emana de ellos y que construye vigorosas
formas mentales, corre en sentido opuesto al de la masa de hombres, despierta
oposición y produce caos temporario. Los trabajadores y pensadores
destacados de la familia humana, dirigidos por la Logia, se ocupan de tres
cosas:
Imponer a los hombres un ritmo nuevo y elevado.
Disipar las lóbregas nubes de formas mentales
indefinidas y semivitalizadas que circundan nuestro planeta, permitiendo
la entrada de fuerza interplanetaria y de los niveles mentales superiores.
Despertar en los hombres el poder de pensar con
claridad, energetizar debidamente sus formas mentales, mantener vitalizadas
esas construcciones mentales, por medio de las cuales pueden lograr
su objetivo, y
[i955]traer
al plano físico las condiciones deseadas.
Dichos pensadores y trabajadores vitales deberían comprender con
toda claridad por medio del sonido y la vitalización estos tres objetivos:
el poder del pensamiento, la dirección de las corrientes mentales,
la ciencia de la construcción mental, la manipulación de la
materia mental de acuerdo a la ley y el orden, y el proceso de manifestar
el pensamiento. También involucra la capacidad de rechazar o inutilizar
impulsos que surgen del yo inferior, de aspecto estrictamente personal y
centralizado, y la habilidad de trabajar en forma grupal, enviando cada
pensamiento a cumplir la misión definida, la cual consiste en agregar
su cuota de energía y materia a determinada corriente específica
y conocida. Esto último es muy importante, pues todo aquel
que trabaje para la humanidad no puede ser realmente útil hasta que
(conscientemente y con pleno conocimiento de su tarea) dirige definitivamente
su energía mental hacia determinado canal para prestar servicio a
la raza.
d. Por lo tanto, en la construcción de todo pensamiento de orden
elevado, los hombres deben realizar varias cosas que pueden ser enumeradas
de la manera siguiente:
Primero, purificar sus deseos inferiores para permitirles ver, con
claridad, en sentido oculto. El hombre no puede poseer una visión
clara si está obsesionado por sus propias necesidades, actividades
e intereses y es inconsciente de lo superior y de la actividad grupal. Esta
clara visión lo capacita para leer, aunque inconscientemente al principio,
los archivos akáshicos, a fin de comprobar dónde se inician
los nuevos y entrantes impulsos mentales, la capacidad de subordinar sus
propios intereses al bien del grupo, [e754]
colaborando con el plan, y la facultad
que lo hará consciente de la nota clave de la raza y del clamor
de la humanidad.
Segundo, controlar la mente. Esto implica [i956]
ciertas cosas importantes: Conocer la naturaleza de la mente y el cerebro,
por medio de la concentración; comprender la relación que
debiera existir entre el cerebro físico y el Hombre, el Pensador
real en el plano físico, capacidad que se desarrolla gradualmente
cuando se llega a controlar la mente por medio de la concentración,
para meditar en sentido ocultista y precipitar así el plan desde
los niveles superiores, reconocer su participación individual en
el plan y colaborar entonces en la tarea de algún grupo particular
de Nirmanakayas. A esto le sigue el estudio de las leyes de la energía.
Un hombre descubre cómo construir una forma mental de cualidad y
tono determinados, cómo energetizarla con su propia vida y así
lograr -en niveles mentales- una pequeña creación, el hijo
de su voluntad, que puede emplear como mensajero o como medio para manifestar
una idea. Los estudiantes deberían considerar cuidadosamente estos
puntos si es que quieren llegar a ser operadores conscientes.
Finalmente después de haber construido una forma mental, el servidor
de la humanidad debe aprender a enviarla a cumplir su misión, cualquiera
sea, mantener su configuración por medio de su propia energía
vital, hacerla vibrar a su propio ritmo y una vez cumplida su misión,
provocar su destrucción. El hombre común a menudo es víctima
de sus propias formas mentales. Las construye, pero no es lo suficientemente
fuerte como para enviarlas a realizar su tarea, ni bastante sabio para disiparlas
cuando es necesario. Esto ha producido la espesa y arremolinada bruma de
formas semiconstruídas y semivitalizadas que envuelve al ochenta
y cinco por ciento de la raza humana.
En el trabajo de construir formas el hombre tiene que manifestar las características
del Logos, el gran Arquitecto o Constructor del universo. Debe realizar
su trabajo igual que el Logos:
Energetizar la idea, capacitando así a la forma para preservar su
delineamiento y cumplir su misión.
En tiempo y espacio, por medio del deseo y el amor, dirigir esa forma mental,
vitalizándola continuamente, hasta haber logrado el objetivo. Destruir
o desintegrar la forma mental cuando se ha cumplido el fin deseado, retirando
su energía (ocultamente ya no le presta atención
o ya no la vigila) de modo que las vidas menores (que han sido
construidas en la forma deseada) se apartan y regresan a la reserva general
de sustancia dévica.
[e755] En
todo trabajo creador con materia mental, se ve al hombre como Trinidad activa,
el creador, el preservador y el destructor,
e. En todo trabajo oculto realizado con materia mental, que deba manifestarse
en el plano físico para lograr objetividad, el hombre tiene que trabajar
como unidad. De esto se infiere la capacidad del triple hombre inferior
de subordinarse al Ego de tal manera que la voluntad dinámica del
mismo pueda ser impuesta al cerebro físico.
El método del hombre que desarrolla en el plano físico un
trabajo consciente con materia mental, podría ser considerado en
sus dos aspectos: primero, el proceso inicial de alineamiento con el Ego
para que el plan, propósito y método de realización
puedan ser impresos en el cerebro físico y, segundo, un proceso secundario
en que el hombre, usando el cerebro físico conscientemente, lleva
adelante el plan, construye por medio de la voluntad y el propósito
la forma necesaria, y después de haber construido y energetizado
la forma la vigila. He aquí expuesta esotéricamente
la gran verdad que yace detrás de todo proceso energetizador. La
Biblia cristiana se refiere mucho al ojo del Señor y,
en términos esotéricos, el ojo es aquello que otorga poder
a su servidor, la forma mental. Los científicos [i958]
comienzan a interesarse ya por el poder que posee el ojo humano, y esa facultad
de controlar y reconocer que existe en todas partes será explicada
científica y esotéricamente cuando sea estudiada corno instrumento
de energía iniciática.
Por lo tanto, será evidente que una forma mental es el resultado
de dos tipos de energía:
En primer lugar, la que emana del Ego en los niveles abstractos.
En segundo lugar, la que emana del hombre en el plano físico por
medio del cerebro.
El hecho de que generalmente los hombres no reconozcan el primer factor,
es responsable de gran parte del mal. Cuando la Ciencia del Yo haya
asumido debidas proporciones, los hombres deberán determinar cuidadosamente
los impulsos egoicos en todos los procesos mentales y utilizar la verdadera
energía egoica antes de comenzar a manipular sustancia dévica
y construir formas con vidas dévicas.
2. Construcción de Formas Mentales en los Tres Mundos.
He de decir algunas palabras más respecto al tema del Hombre
como Creador que crea con materia mental. Van dirigidas a todos los estudiantes
que por su capacidad para concentrarse, han desarrollado cierta medida de
control mental y desean llegar a [e756]
comprender el proceso de la creación
con mayor exactitud científica. Trataremos por lo tanto de dos factores
en el proceso de construir formas mentales:
El alineamiento con el Ego.
(85)
El proceso de impresionar
la voluntad egoica en el cerebro físico, o (en otras palabras)
la utilización inicial de la energía egoica.
a. El alineamiento con el Ego. Esto, como se sabe, sólo es
posible para el hombre que ha llegado al Sendero de Probación o a
cierto punto bien definido en la evolución. Por el conocimiento y
la práctica se adquiere el poder de utilizar automática y
científicamente el sutratma (o canal) como medio de contacto. Cuando
a esta capacidad se agrega la utilización del antakarana con igual
facilidad (el puente entre la Tríada y la personalidad), tenemos
entonces un poderoso agente de la Jerarquía en la tierra. Podríamos
generalizar las etapas de crecimiento y la consiguiente capacidad para llegar
a ser un agente que aumenta constantemente sus poderes extrayendo los recursos
de la energía dinámica de los tres mundos, de la manera siguiente:
Los tipos inferiores de la humanidad utilizan el sutratma cuando
atraviesa el cuerpo etérico.
Los hombres comunes utilizan casi totalmente esa parte del sutratma
que pasa a través del plano astral. Sus reacciones están basadas,
en gran medida, en el deseo y son emocionales.
Los hombres intelectuales utilizan el sutratma cuando atraviesa los
niveles inferiores del plano mental, descendiendo a través del astral
hasta el físico, en sus dos partes. Sus actividades son energetizadas
por la mente y no por el deseo como en los casos anteriores.
Los aspirantes en el plano físico utilizan el sutratma cuando
atraviesa los dos subplanos inferiores de los niveles abstractos del plano
mental y comienzan a construir gradualmente el antakarana o el puente entre
la Tríada y la Personalidad. Entonces el poder del Ego puede empezar
a hacerse sentir.
Los aspirantes a la iniciación y los iniciados hasta la tercera
iniciación utilizan ambos, el sutratma y el antakarana, empleándolos
como si fueran uno. Aquí comienza a fluir el [e757]
poder de la Tríada, energetizando así
a todas las actividades [i960]
humanas sobre el plano físico y vitalizando en grado siempre creciente
las formas mentales del hombre. La clave para la formación del Mayavirupa
se encuentra en la correcta comprensión del proceso.
Si los estudiantes analizaran cuidadosamente las anteriores diferenciaciones
se arrojaría mucha luz sobre la cualidad de la energía empleada
en la construcción de las formas mentales.
En las primeras etapas este alineamiento debe ser realizado concisa y cuidadosamente
por medio de la concentración y la meditación. Luego, cuando
se ha implantado el ritmo correcto en los cuerpos y la purificación
de las envolturas se ha seguido rígidamente, la actividad dual llega
a ser prácticamente instantánea, y el estudiante puede entonces
abocar su atención a la tarea de construir y vitalizar conscientemente,
pues ya no se concentrará para lograr el alineamiento.
El exacto alineamiento requiere:
Quietud mental o vibración estable,
Estabilidad emocional, dando por resultado un nítido reflejo.
Equilibrio etérico, lo cual produce una condición en el
centro coronario, que permitirá la aplicación directa
de la fuerza al cerebro físico por medio de dicho centro.
b. Impresión en el cerebro físico. La exacta comprensión,
por parte del cerebro físico, de lo que el Ego trata de comunicar
respecto al trabajo a realizar, sólo llega a ser posible cuando
se comprenden dos cosas:
El alineamiento directo.
La transmisión de la energía egoica o voluntad, hacia
uno de los tres centros físicos de la cabeza:
La glándula pineal.
El cuerpo pituitario.
El centro alta mayor, o ese centro nervioso que se halla en el extremo
superior de la columna vertebral, donde el cráneo y la columna
casi se unen. Cuando este conglomerado de nervios se ha desarrollado
plenamente, forma un centro de comunicación entre la energía
vital de la columna vertebral (el fuego kundalínico) y la energía
de los dos centros de la cabeza ya enumerados. Es la analogía
del antakarana en niveles superiores. [i961]
[i962]
El cuerpo pituitario (en los casos de correcto y normal desarrollo)
constituye el centro que recibe la triple vitalización que [e758]
[e759] corre
por el sutratma desde el mental inferior, hasta el astral y los planos
etéricos. La glándula pineal entra en actividad cuando
esta acción es reforzada por la afluencia de energía desde
el Ego en su propio plano. Cuando es utilizado el antakarana, se emplea
también el centro alta mayor, y los tres centros físicos
de la cabeza comienzan a actuar como una unidad, formando así
una especie de triángulo. En el momento que se recibe la tercera
Iniciación, el triángulo se despierta totalmente y el
fuego (o energía) circula libremente.
Por lo tanto es evidente que la capacidad del hombre para crear en materia
mental aumenta a medida que recorre el sendero. Se ha de recordar que
(según el ángulo desde el cual se lo estudie) no estamos
considerando el poder del Ego para construir formas en el plano mental,
sino la capacidad del hombre en el plano físico a fin de crear,
en el plano mental, vehículos para la energía, la que
-cuando se pone en movimiento por su voluntad consciente- produce ciertos
efectos específicos en el plano físico. Esto se lleva
a cabo mediante la energía egoica que desciende por el sutratma
al cerebro físico, siendo retransmitida al plano mental, con
aquello que ha adquirido o perdido en el proceso. El verdadero adepto,
por medio del conocimiento, conserva la energía durante el proceso
de transmisión, acrecentándola con la energía que
hace contacto, es decir, la energía de la voluntad más
la del deseo, alimentada por la energía del cerebro físico,
que constituye literalmente un pequeño resumen del proceso creador
de Dios, constituyendo la [i963]
energía unificada de las tres personas, desde el punto de vista
físico. En la unificación de los tres fuegos en el hombre,
siendo en realidad:
a. Esa cantidad de fuego del espíritu o fuego eléctrico,
que cualquier Ego particular contiene (cantidad relativamente pequeña
antes de la tercera Iniciación) o puede transmitir conjuntamente
con:
b. Esa cantidad de fuego del Angel Solar (fuego solar) o aspecto egoico
que el Ego es capaz de transmitir. Sin embargo, es pequeña en
el hombre común, mayor en el hombre que se halla en el sendero
de probación y una gran precipitación cuando se recibe
la tercera iniciación.
c. Esa cantidad de fuego que puede penetrar la sustancia, en estado
de purificación. Esto depende de la pureza de los tres vehículos,
y en el caso del hombre altamente avanzado es el fuego kundalínico
el que aviva la llama producida por los otros dos.
Por lo tanto, cuando el alineamiento es correcto y los centros físicos
de la cabeza se despiertan, el hombre puede llegar a ser un creador
consciente con materia mental. [e760]
IV. EL HOMBRE Y LOS ESPIRITUS DEL FUEGO O CONSTRUCTORES
Trataremos esta sección más detalladamente que la anterior,
ya que se ocupa de muchas cosas que tienen un actual valor práctico
para el hombre. Esto se observará especialmente al estudiar los efectos,
que se producen al hablar, y el significado oculto de la palabra hablada.
1. El Aspecto Voluntad y la Creación.
En una sección anterior, nos ocupamos de la transmisión
de la voluntad del Ego al cerebro físico, y vimos que sólo
en esas personas que (mediante el desarrollo evolutivo) han establecido
una conexión entre el sutratma y el antakarana y cuyos tres centros
físicos de la cabeza se hallan más o menos despiertos, puede
ser transmitida la voluntad del Ego. En los otros casos, como en el hombre
común y el poco desarrollado, el propósito [i964]
que afecta al cerebro físico emana de los niveles astrales o mental
inferior, siendo probablemente impulsos de algún Señor lunar,
aunque de orden menos elevado que la divina voluntad del Ángel solar,
el verdadero hombre.
a. Las condiciones del mago. Es de valor recordar que cuando los
centros físicos de la cabeza se despiertan (mediante el alineamiento
de los centros etéricos) tenemos los aspectos más inferiores
de la influencia egoica. Desde estos tres centros, el hombre, en el
Sendero de Probación y hasta la tercera Iniciación, dirige
y controla su envoltura, y desde ellos difunde esa iluminación que
se irradiará en la vida del plano físico. En el momento de
recibir la tercera Iniciación, el triángulo interno se halla
en pleno proceso de transmisión circulatoria, y toda la vida de la
Personalidad está sometida a la voluntad del Ego. La estrella
absorbe la luz de la luna, para que puedan reflejarse los rayos del Sol,
manera esotérica de expresar la verdad referente a este punto de
la evolución. Sería también de valor destacar aquí
la condición de los centros etéricos durante este procedimiento
directo de control solar.
Antes de que despierten los tres centros físicos de la cabeza, el
hombre está en gran parte sometido a la fuerza que fluye a través
de los cuatro centros etéricos menores; luego los tres centros principales
-el coronario, el cardíaco y el laríngeo- comienzan a vibrar,
y gradualmente su actividad se amplia hasta que su energía tiende
a rechazar la de los centros inferiores, a absorber su vitalidad y a desviar
su dirección, hasta que las tres ruedas superiores estén en
plena actividad cuadridimensional. Mientras esto prosigue, los tres centros
físicos de la cabeza comienzan a despertar del letargo y a entrar
en actividad, sintiéndose el siguiente efecto: [e761]
Cuando despierta el centro principal de la cabeza
la glándula pineal comienza a funcionar.
Cuando el centro del corazón está
completamente activo entra en actividad el cuerpo pituitario.
Cuando el centro de la garganta ocupa su correcto
lugar en el proceso evolutivo el centro alta mayor vibra adecuadamente.
Cuando se halla en actividad circulatoria el triángulo de fuerza
formado por estos tres centros físicos, puede verse también
en actividad circulatoria el triángulo mayor; entonces se convierte
en una rueda que gira sobre sí misma. Los centros etéricos
principales están en plena actividad y se acerca el momento de la
liberación del hombre.
Cuando se lleva a cabo esotéricamente el trabajo de creación,
deben utilizarse estos tres centros físicos, y al considerar el tema
se evidenciará por qué ha sido necesario tratarlos en este
orden.
Por medio de la glándula pineal, (86)órgano
de la percepción [e762]
espiritual, el hombre comprueba la voluntad
y el propósito del Ego, y desde allí extrae de los niveles
superiores [i966]
la energía necesaria, vía el centro coronario y el sutratma.
Por medio del cuerpo pituitario, queda disponible el segundo elemento
del deseo o la energía constructora de la forma y, de acuerdo a la
ley de atracción, puede moldear y construir con sustancia dévica.
Cuando el centro alta mayor, síntesis de lo que podríamos
llamar energía nerviosa, ha despertado, el hombre puede materializar
y activar la forma deseada que está en proceso de construir mediante
la energía atractiva.
Por lo tanto, se evidenciará por qué razón tan poca
gente construye formas mentales de beneficio permanente y constructivo para
la humanidad, y también por qué los Grandes Seres (a medida
que trabajan por intermedio de Sus discípulos) están obligados
a trabajar con grupos, y raras veces encuentran un hombre o una mujer cuyos
tres centros físicos de la cabeza estén simultáneamente
activos. Con el objeto de obtener la cuota de energía necesaria para
lograr Sus fines, frecuentemente tienen que trabajar con grandes grupos.
Será evidente también que el poder del discípulo para
servir a la humanidad depende en gran medida de tres cosas: [i967]
El estado de sus cuerpos
y su alineamiento egoico.
La actividad que desarrollan
los centros físicos de la cabeza.
La actividad circulatoria
de la transmisión triangular de fuerza.
[e763] Estos
factores a su vez dependen de otros, entre los cuales podrían enumerarse:
La habilidad del discípulo para meditar.
La capacidad que demuestra para extraer con exactitud de los niveles
más sutiles, los planes y propósitos que son patrimonio
del Ego.
La pureza de sus móviles.
Su poder para mantener un estado de meditación
y, mientras se halla en él, empezar a construir la forma para
su idea, materializando así el plan de su Ego.
La cantidad de energía que puede derramar luego en su forma
mental, proporcionándole así un período de existencia,
o su minúsculo día de Brahma.
Estos factores subsidiarios dependen a su vez de:
El lugar que ocupa en la
escala de la evolución.
La condición de sus
cuerpos.
Su condición kármica.
La sutilidad de su trama
etérica.
La calidad de su cuerpo
físico y su relativo refinamiento.
Es necesario advertir aquí al estudiante que no cometa el error de
acatar como regla rígida e inflexible el orden consecutivo del desarrollo
de los centros físicos de la cabeza y la vitalización de los
centros de fuerza. Este proceso depende de muchas cosas, tales como el rayo
al que pertenece la Mónada y la evolución lograda en encarnaciones
anteriores. La naturaleza, en todos los sectores de su vida colectiva, equipara
sus esfuerzos y superpone sus variados procesos, y sólo un vidente
que posea [i968] gran
sabiduría y experiencia puede establecer con exactitud la etapa en
que puede hallarse cualquier ente determinado de la familia humana. El sabio
se abstiene de afirmar algo hasta que lo sabe.
Consideraremos ahora:
b. La construcción, vitalización y actuación de
la forma mental. Habiendo obtenido el Ego un reconocimiento o una condición
de receptividad en el cerebro físico del hombre y obtenido de él
la respuesta necesaria, comienza en consecuencia el proceso de construcción.
Este proceso de lograr respuesta en el plano físico está fundado
-como todo en la naturaleza- en la relación existente entre los polos
opuestos. Los centros físicos son receptivos a la influencia positiva
que ejercen los centros de fuerza. El cerebro físico responde, en
las anteriores etapas evolutivas, a la influencia positiva de la naturaleza
inferior o a las reacciones de la sustancia de las [e764]
envolturas, impresiones de los Señores
lunares. En etapas posteriores responde a la influencia positiva del Ego
o a la impresión del Señor solar.
Como es evidente, este proceso de construcción se divide en tres
partes que se superponen y parecen simultáneas. Cuando (como en el
caso de la mayoría de la familia humana) el proceso es inconsciente,
producido por la acción refleja y basado en gran medida en la satisfacción
del deseo, todo ocurre con gran rapidez y conduce a rápidos resultados
-siendo factibles de acuerdo a la capacidad del hombre para vitalizar y
mantener en forma coherente su idea. La mayoría de las formas mentales
creadas por el hombre común, dentro de grandes limitaciones, son
de relativa eficacia y con un radio de acción restringido. Cuando
el hombre está aprendiendo conscientemente a crear, haciéndolo
mediante la organización del pensamiento, la concentración
y la meditación, procede con más lentitud, porque debe hacer
dos cosas antes de llevar a cabo el proceso creador: [i969]
Establecer contacto o comunicarse
con el Ego o Ángel solar.
Estudiar el proceso de creación y adaptarlo
paso a paso a la ley natural de evolución.
Lo antedicho es otro modo de definir la meditación y su objetivo.
Más adelante, cuando el hombre sea un experto en meditación,
el trabajo de crear mentalmente continuará con mayor rapidez hasta
sobrepasar (en una vuelta más alta de la espiral) la actividad del
período inconsciente anterior.
Por lo tanto, comenzando con el reconocimiento de la intención egoica
en el cerebro físico, el hombre procede a construir la forma para
su idea. Empieza primero a organizar el material requerido en el plano
mental. En este plano el impulso adopta su forma primaria. En el plano
astral o del deseo se efectúa en gran parte el proceso
de vitalización, puesto que la duración de la vida de cualquier
forma mental (aunque sea como la de nuestro sistema solar) depende de la
persistencia y fuerza del deseo.
En los niveles etéricos del plano físico tiene lugar
el proceso de concreción física; cuando el vehículo
físico adquiere las proporciones necesarias, la forma mental se separa
de quien le está dando forma. Cualquier idea se materializará
inevitablemente en materia física densa si tiene suficiente fuerza,
pero el trabajo principal de su creador cesa cuando ha trabajado con ella
en los niveles mental, astral y etérico. La respuesta del físico
denso es entonces automática e inevitable. Alguna de las grandes
e [e765] importantes
ideas que han surgido en la conciencia de los Guías de la raza, alcanzan
plena manifestación sólo por medio de numerosos agentes e
impulsos dinámicos de muchas mentes. Cuando esto sucede sólo
unos pocos trabajan conscientemente para producir la forma [i970]
necesaria; la mayoría son impulsados
a la actividad y prestan su ayuda por medio de la propia negatividad de
su naturaleza; se ven obligados a interesarse aunque no quieran,
y se unen al movimiento, no por la captación mental o
el deseo vital sino porque es lo que deben hacer. En este ejemplo
puede observarse la capacidad que poseen los Grandes Seres para utilizar
la aparente inercia y negatividad (debido al poco desarrollo) y lograr buenos
resultados.
Aquí sólo nos ocuparemos del hombre que está aprendiendo
a construir conscientemente; no consideraremos el proceso tal como lo realiza
el adepto, ni los intentos caóticos de los poco evolucionados. Habiendo
captado la idea y discriminado cuidadosamente el móvil subyacente
en ella, descubriendo sus propósitos utilitarios y el valor que tiene
para el grupo que sirve a la humanidad, el hombre ha de realizar algunas
cosas que podemos resumir, por razones de claridad, en ciertas afirmaciones:
Ante todo ha de retener la idea el tiempo suficiente como para ser registrada
fielmente en el cerebro físico. Con frecuencia el Ego hará
llegar hasta el cerebro algún concepto, una parte del plan,
y tendrá que repetir el proceso continuamente durante un largo período
antes que la respuesta física sea de tal naturaleza que el Angel
solar pueda estar seguro de que ha sido inteligentemente captada y plasmada.
Es innecesario decir que todo el proceso se facilita enormemente si la sombra
o el hombre practica la meditación regularmente, si todos los días
y a cada hora cultiva el hábito de recapitular, como lo hace el Yo
superior, y antes de dormirse se esfuerza por retener la idea de que al
despertar ha de recordar, lo más posible, cualquier impresión
egoica recibida. Cuando se establece la reacción entre los dos factores,
el Ego y el cerebro físico receptivo, la interacción es recíproca
y ambos se sintonizan mutuamente, entonces se entra en la segunda etapa,
la concepción de la idea.
[i971] Sigue
entonces un período de gestación, el que también está
dividido en varias etapas. El hombre cavila sobre la idea, recapacita sobre
ella, iniciando así una actividad en materia mental, al atraer a
su pensamiento germinal el material necesario para ser revestido. Visualiza
el contorno de la forma mental agregando el color y los detalles. Aquí
se observará el gran valor que tiene una verdadera imaginación
y su uso científico ordenado. La imaginación es de origen
kama-manásico no es deseo puro ni mente pura, [e766]
sino un producto estrictamente humano, siendo
reemplazada por la intuición del hombre perfecto y las Inteligencias
superiores de la Naturaleza.
Cuando su voluntad o impulso inicial es suficientemente fuerte y la imaginación
o poder de visualización adecuadamente vívido, se entra en
la segunda parte del período de gestación, iniciándose
la vitalización por medio del deseo. La interacción entre
el impulso mental y el deseo produce lo que podría llamarse una pulsación
en la forma organizadora de la idea y adquiere vida. Aunque todavía
es nebulosa y de gran tenuidad, muestra ya signos de organización
y los contornos de su forma. Los estudiantes deben recordar que en esta
etapa todo el proceso se lleva a cabo en el cerebro, existiendo así
una analogía definida con el trabajo de los nueve Sephirot:
El de los tres primeros corresponde al impulso egoico que ya hemos tratado
anteriormente.
El del segundo grupo de Sephirot tiene su analogía en el trabajo
llevado a cabo en la etapa que estamos tratando, o el impulso mente-deseo,
emanado conscientemente del cerebro de un hombre.
La tarea de los tres últimos se termina cuando la forma mental, ya
revestida de materia astral y mental, se hace objetiva en el plano físico.
[i972] Una
etapa posterior en el período de gestación tiene lugar cuando
la forma mental revestida de materia mental, y habiendo sido vitalizada
por el deseo, toma para sí una capa de sustancia de materia astral,
y en consecuencia es capaz de actuar en el plano astral lo mismo que en
el mental. Ahora su crecimiento es rápido. Debiera tenerse muy en
cuenta que el proceso de construir con materia mental y astral son simultáneos,
y el desarrollo ahora es doble. Aquí el constructor consciente debe
mantener cuidadosa. mente el equilibrio y no permitir que la imaginación
asuma proporciones indebidas. Debe haber una proporción exacta de
elementos manásicos y kámicos, o tendremos esa manifestación
tan común de una idea concebida y mal nutrida y por lo tanto incapaz
de desempeñar la parte exacta que le corresponde en el plan evolutivo,
pues sólo es una grotesca distorsión.
La idea está ahora entrando en una etapa crítica y debería
estar preparada para adoptar materia física y tomar para sí
una forma etérica. Cuando en los niveles etéricos recibe ese
impulso final que la llevará a lo que podría llamarse actuación,
o la recepción de ese impulso motivador, se disociará de su
originador y se exteriorizará a fin de [e767]
adoptar una forma densa y
llevar una existencia separada.
Debe recordarse que la forma mental ha salido del plano mental; ha tomado
para sí una envoltura astral y está reuniendo también
un cuerpo de materia etérica. Cuando ha alcanzado esta etapa su vitalización
continúa rápidamente y se acerca el momento en que ha de llevar
una existencia separada.
El hombre lleva a cabo conscientemente la vitalización que -de acuerdo
al intento original o impulso inicial- proporciona alguna clase de energía
a la forma mental. Dicha energía emanará desde uno de los
tres centros superiores, de acuerdo a la cualidad de la idea personificada, [i973] viéndose
que afluye del centro involucrado hacia la idea que se está objetivando
rápidamente. No debe olvidarse que estamos considerando la forma
mental creada por el constructor consciente. Las formas mentales
creadas por la mayoría de los seres humanos no son energetizadas
desde una fuente tan elevada, sino que su impulso activo emana desde el
plexo solar o de los órganos de la procreación, que son aún
más inferiores.
Esta constante corriente de energía emocional o sexual es responsable
de las caóticas condiciones actuales, y no permite mantener el equilibrio
porque la interacción entre ambas y las consiguientes miríadas
de formas mentales resultantes, de un orden y vibración inferiores,
están produciendo una condición que necesitará del
esfuerzo conjunto de los trabajadores mentales para poder oportunamente
rechazar, contrarrestar y trasmutar. Estas formas, que casi no merecen el
nombre de mentales porque en su mayoría son kámicas
con una mezcolanza de materia mental del grado más inferior, son
responsables de la pesada bruma o revestimiento que vibra o pulsa lentamente
y envuelve a la familia humana, produciendo la mayor parte del mal, la delincuencia
y el letargo mental actuales. Como ya sabemos, la gente está polarizada
principalmente en el cuerpo astral, estando más activos los centros
inferiores; cuando el clima o medio ambiente de las formas mentales de baja
vibración se halla vitalizado por las formas más viles de
energía astral, entonces será evidente la estupenda tarea
que implica elevar a la humanidad hacia un clima mejor, más puro
y más límpido, y también con qué facilidad florecen
y se acrecientan los aspectos y apetitos inferiores.
A medida que prosigue la vitalización y la energía fluye de
alguno de los centros a la forma mental, el constructor consciente comienza
a extender su influencia a fin de enviarla a cumplir su misión, cualquiera
sea hacerla esotéricamente radiante para que sus vibraciones
emanen y se hagan sentir, y finalmente llegue a ser magnética para
que dicha [i974] forma
mental provoque respuesta [e768]
de otras mentes o de las mentes con las cuales
pueda entrar en contacto.
Cuando se han logrado estos tres objetivos la vida de la forma es entonces
tan fuerte que puede cumplir su propio y pequeño ciclo de vida y
desempeñar su trabajo, estando vinculada a su creador únicamente
por un pequeño hilo de sustancia radiante que es la analogía
del sutratma. Todas las formas poseen este sutratma. Vincula los cuerpos
del hombre con la Entidad interna, o esa corriente magnética que,
emanando de la verdadera Entidad, el Logos solar, conecta al Creador del
sistema solar con Su gran forma mental por una corriente de energía
enviada desde el Sol espiritual central hasta un punto en el centro del
Sol físico.
Durante el tiempo en que la atención del creador de cualquier forma
mental, grande o pequeña, se dirige hacia ella, ese vinculo magnético
persiste y la forma mental ha servido su propósito: todo creador,
consciente o inconscientemente, aboca su atención a otra cosa, y
su forma mental se desintegra.
He aquí el significado esotérico de los procesos, ocultamente
involucrados con la vista. Mientras el Creador no aparte su mirada de lo
creado, persistirá su creación; cuando el Creador retira la
luz de su faz, se produce la muerte de la forma mental, porque la
vitalidad o energía sigue la línea del ojo. Por lo tanto,
cuando un hombre en meditación considera su trabajo y construye su
forma mental para servir, está mirando ocultamente y, en consecuencia,
energetizando; comienza a usar el tercer ojo en su aspecto secundario. El
tercer ojo u ojo espiritual, tiene varias funciones. Entre otras, es el
órgano de la iluminación, el develado ojo del alma, a través
del cual entra en la mente la luz y la iluminación, de esta manera
se ilumina toda la vida inferior. Es también el órgano a través
del cual afluye la energía rectora [i975]
que surge del adepto consciente y creador a
los instrumentos de servicio, sus formas mentales
Quienes están poco evolucionados no emplean, por supuesto, el tercer
ojo para estimular sus formas mentales. La energía que emplean en
la mayoría de los casos se origina en el plexo solar y opera en dos
direcciones, a través de los órganos de procreación
o por medio de los ojos físicos. En muchas personas estos tres puntos
-los órganos inferiores, el plexo solar y los ojos físicos-
forman un triángulo de fuerza alrededor del cual fluye la corriente
de energía antes de dirigirse a la forma mental objetivada. En el
aspirante y en el hombre intelectual, el triángulo puede estar formado
por el plexo solar, el centro laríngeo y los ojos. Más adelante,
cuando el aspirante acrecienta su conocimiento y la pureza de motivo, el
triángulo de energía tendrá , como punto inferior el [e769] corazón
en vez del plexo solar, y el tercer ojo comenzará a realizar su tarea,
aunque todavía muy imperfectamente.
Mientras el ojo esté dirigido a la forma creada se le
transmitirá a ésta la corriente de fuerza, y cuanto más
se concentre el hombre, más centralizada y eficaz será dicha
energía. Gran parte de las personas son ineficaces porque sus intereses
no están centralizados, son muy ambiguos y nada monopoliza su atención.
Disipan su energía, tratan de satisfacer cualquier deseo pasajero
y se ocupan superficialmente de todo lo que se interpone en su camino. Por
lo tanto, ninguno de sus pensamientos adquieren una forma apropiada ni son
debidamente energetizados. En consecuencia, están rodeados
por una densa nube de formas mentales, semiformadas y en desintegración,
y por nubes de materia energetizada parcialmente y en proceso de disolverse.
Esto produce en sentido oculto una condición semejante a la corrupción
de la forma física, siendo igualmente desagradable y malsana. Explica
gran parte de la condición enfermiza de la familia humana en la actualidad.
El fracaso en la creación mental se debe también al hecho
de que [i976] no
se enseñan las leyes del pensamiento y los hombres no saben cómo
crear, por medio de la meditación, esos hijos de su actividad para
llevar a cabo su trabajo. En el plano físico se obtienen resultados
con mayor rapidez, por medio de la creación mental científica
que emplea directamente los medios del plano físico. Esto se comprende
hoy cada vez más, pero hasta que la raza no haya alcanzado un mayor
grado de pureza y altruismo, no podrá darse la explicación
más detallada del proceso.
Otra de las razones por las cuales son ineficaces las creaciones mentales,
consiste en que las corrientes que emanan de la mayoría de la gente
son de un orden tan inferior que las formas mentales nunca llegan a actuar
independientemente, excepto por medio del trabajo grupal acumulativo. Hasta
que la materia de los tres subplanos de los planos astral y físico
no encuentre su lugar en la forma mental, tendrá que ser energetizada
principalmente por la energía de la masa. Cuando la sustancia superior
comience a orientarse hacia la forma, entonces ésta actuará
independientemente, ya que el Ego individual del hombre implicado puede
empezar a actuar a través de la materia -algo que antes era imposible.
El Ego no puede trabajar libremente en la personalidad hasta que en sus
cuerpos haya materia del tercer subplano, siendo en consecuencia aplicable
también la analogía.
Una vez que la forma mental ha sido vitalizada y su forma etérica
terminada o sellada, como se dice, puede adquirir forma física
densa si se desea. Esto no significa que las formas mentales individuales
creadas por el hombre adoptan sustancia densa en el [e770]
etérico, sino que con el tiempo se convertirán
en una actividad en el plano físico. Por ejemplo, un hombre tiene
un pensamiento bueno, lo ha construido y vitalizado, entonces para el clarividente
es algo objetivo, y existe en materia etérica cerca del hombre. Por
lo tanto, se manifestará físicamente como un acto de bondad
o una caricia física. Cuando ha terminado el acto y se ha prodigado
la caricia, el interés del hombre por esa forma mental particular
se desvanece, y la forma muere. Lo mismo ocurre con un delito -la [i977]
forma mental ha sido construida e inevitablemente
hallará su expresión física en algún hecho.
Cualquier tipo de actividad, es el resultado de:
Formas mentales construidas
consciente o inconscientemente.
Formas mentales autoiniciadas, o el efecto
de las formas mentales de otros.
Respuesta a los propios
impulsos internos, o a los impulsos de otros y, por consiguiente, a
formas mentales grupales.
Se evidenciará cuán vital es esta materia, y la gran influencia
que ejercen sobre los hombres y mujeres las formas mentales que ellos mismos
crean, o los engendros mentales de otros.
c. El significado oculto del habla. La Antigua Escritura dice: En
las muchas palabras no falta pecado, (87)
porque en una oleada de palabras en la etapa actual
de la evolución del hombre, muchas se dicen sin ningún propósito
o por ciertos motivos que (cuando se los analiza) se fundan estrictamente
en la personalidad. Cuanto más progrese en el sendero de acercamiento
a los misterios, mayor cuidado ha de tener el aspirante. Esto es necesario
por tres razones:
Primero, debido a su etapa de evolución puede impartir tal fuerza
a sus palabras que le sorprendería si pudiera verlas en el plano
mental. Construye con más exactitud que el hombre común, en
consecuencia su forma mental tiene mayor vitalidad y desempeña con
mayor precisión la función para la cual ha sido enviada, mediante
el Sonido o el habla.
Segundo, cualquier palabra hablada y en consecuencia cualquier forma mental
construida (excepto en el sendero superior, y que no esté fundada
en impulsos personales) puede erigir una barrera de materia mental entre
el hombre y su objetivo. Esta materia o muralla de separación debe
ser eliminada antes de poder [i978]
efectuarse un nuevo avance; dicho proceso es
kármico e inevitable.
Tercero, la palabra constituye en gran parte un sistema de comunicación
en los niveles físicos; en los niveles más sutiles [e771]
donde se encuentra el trabajador y en las comunicaciones
con sus compañeros de trabajo y colaboradores elegidos desempeñará
una parte cada vez menor. La percepción intuitiva y la interacción
telepática caracterizarán el intercambio entre aspirantes
y discípulos, y cuando van acompañados de plena confianza,
simpatía y esfuerzo unido para realizar el plan, tendremos un grupo
con el cual podrá trabajar el Maestro, y a través de él
derramar Su fuerza. El Maestro trabaja por medio de grupos, grandes o pequeños,
y si la interacción entre las unidades del grupo es constante e ininterrumpida,
se facilita Su tarea. Una de las causas más frecuentes de las dificultades
surgidas en el trabajo grupal y la consiguiente interrupción de la
afluencia de fuerza del Maestro, se funda temporariamente en el mal uso
del lenguaje. Mientras tanto el canal del plano mental se obstruye.
Menciono estos tres factores
porque el asunto del trabajo grupal es de vital importancia y de él
se espera muchas cosas en estos días. Si en cualquier organización
del plano físico los Maestros pueden lograr formar un núcleo,
aunque sea de tres personas que interactúen mutuamente (elijo
esta palabra con premeditación) y que sigan desinteresadamente el
sendero del servicio, Ellos podrán obtener resultados más
definidos en menos tiempo de lo que es posible con un vasto y activo grupo
de personas que, pudiendo ser sinceras y fervientes, desconocen el significado
de la confianza y colaboración mutuas y descuidan sus palabras.
Cuando un hombre comprende el significado del lenguaje, aprende cómo
hablar, cuándo hablar, qué logra con hablar y qué sucede
cuando habla, entonces está muy cerca de su objetivo. La persona [i979] que
controla correctamente sus palabras es la que hará mayor progreso.
Esto siempre lo han comprendido quienes dirigen los movimientos ocultistas.
Esa orden tan esotérica de Pitágoras en Crotona y muchas otras
escuelas ocultistas de Europa y Asia, poseían una regla por la que
no se permitía a ningún neófito y probacionista hablar
durante dos años después de su ingreso, y cuando habían
aprendido a guardar silencio durante ese período, les era concedido
el derecho de hablar, puesto que ya habían aprendido una reticencia
específica.
Sería de valor comprender, por parte de los estudiantes, que todo
buen orador realiza un trabajo muy esotérico. Un buen conferenciante
(por ejemplo) es el que hace un trabajo análogo, en pequeña
escala, al realizado por el Logos solar. ¿Qué hizo el Logos?
Pensó, construyó, vitalizó. Un orador, por lo tanto,
selecciona el material con el que y estructurar su oratoria y lo vitalizará.
Reúne de toda la materia mental del mundo la sustancia que trata
de emplear individualmente. Luego hace lo mismo que el segundo [e772]
Logos, le da forma inteligentemente. Construye
la forma y, cuando ya lo ha hecho, termina desempeñando la parte
de la primera Persona de la Trinidad, introduciendo su Espíritu,
vitalidad y fuerza en ella, para que sea una vibrante y viviente manifestación.
Cuando un conferenciante u orador de cualquier naturaleza puede realizar
esto, mantendrá vivo el interés de su auditorio, el cual aprenderá
siempre algo de él, pues reconocerá lo que la forma mental
está destinada a transmitir.
El estudiante hace precisamente lo mismo al hablar, pero la dificultad surge
con frecuencia porque generalmente construye algo que no vale la pena y
lo vitaliza con un tipo erróneo de energía, de manera que
la forma, en vez de ser constructiva, vital y útil, se convierte
en una fuerza destructiva. Si estudiamos las diversas cosmologías
del mundo [i980]
veremos que el proceso de la creación
fue logrado por medio del sonido, palabra o Verbo. La Biblia dice: En
el principio era el Verbo y el Verbo era Dios... Todas las cosas por Él
fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho.
(88) De esta manera, de acuerdo a la enseñanza cristiana, los mundos
fueron hechos por el Verbo de Dios.
En las Escrituras hindúes, encontramos que al señor Vishnu,
que representa a la segunda Persona de la Trinidad, se lo denomina La
Voz. Es el gran Cantor que ha construido los mundos y el universo
mediante Su canto. Es el Revelador del pensamiento de Dios que ha construido
el universo de sistemas solares. Así como los cristianos hablan de
la gran Palabra, el Verbo de Dios, el Cristo, así el hindú
habla de Vishnu, el gran Cantor, que crea por medio de Su canto.
En el plano físico se nos conoce por lo que hablamos, por nuestra
parquedad, por las cosas que decimos y por las que no decimos, y se nos,
juzga por la calidad de nuestra conversación. Juzgamos a las personas
por lo que dicen, porque sus palabras revelan el tipo de materia mental
con que operan y la cualidad de energía o vida que hay detrás
de sus palabras. Los diversos Logos solares de las vastas constelaciones,
se ponen en evidencia cuando escudriñamos los cielos estrellados;
la cualidad del Logos de nuestro sistema solar se ve por medio de esa gran
forma mental que Él construyó por el poder de Su palabra,
la cual es energetizada con Su particular cualidad de amor. Cada vez que
Dios habla crea los mundos, y en la actualidad sólo está en
ese proceso. Aún no ha concluido lo que tiene que decir, y de ahí
la evidente imperfección presente. Cuando termine esa gran frase
o sentencia divina que ocupa Su pensamiento [i981]
tendremos un sistema solar perfecto, habitado
por vidas perfectas.
[e773] Un
pensamiento es evocado y concretado por medio de la palabra, extraído
de lo abstracto y de un estado nebuloso, y materializado en el plano físico,
produciéndose así (si pudieran verlo) algo muy definido en
los niveles etéricos. La manifestación objetiva se produce
porque las cosas son aquello que el Verbo crea cuando las nombra.
El lenguaje es literalmente una gran fuerza mágica, y los adeptos
o magos blancos, por medio del conocimiento de las fuerzas y del poder del
silencio y del lenguaje, pueden producir efectos en el plano físico.
Como bien sabemos existe una rama del trabajo mágico que consiste
en aplicar este conocimiento como Palabras de Poder y esos mántram
y fórmulas que ponen en movimiento las energías ocultas de
la naturaleza y llaman a los devas a realizar su trabajo.
Las palabras constituyen una de las llaves que abren las puertas de comunicación
entre los hombres y los seres más sutiles. Dan la clave para descubrir
a esas entidades con las cuales se entra en contacto en el más allá.
Pero sólo quien ha aprendido a guardar silencio y conoce el momento
propicio en que debe hablar, puede atravesar el velo y establecer ciertos
contactos esotéricos. En La Doctrina Secreta se dice: la magia
consiste en dirigirse a los Dioses en Su propio lenguaje, por lo tanto,
el lenguaje del hombre común no puede llegar hasta ellos.
Por consiguiente, quienes tratan de aprender el lenguaje oculto, quienes
anhelan conocer las palabras que penetrarán los oídos de aquellos
que se hallan en el más allá, y quienes tratan de aplicar
las fórmulas y frases que les dará poder sobre los Constructores,
deben olvidar el modo con que empleaban las palabras y abstenerse de hablar
por el método ordinario. Entonces el nuevo lenguaje será suyo
y las nuevas expresiones, palabras, mántram y fórmulas serán
puestas bajo su custodia.
[i982] Las
leyes del lenguaje son las leyes de la materia, y los estudiantes deben
emplear las palabras aplicando las leyes que rigen la sustancia del plano
físico, pues ello concierne a la manipulación de materia en
otros niveles. La palabra es el gran medio por el cual ponemos de
manifiesto la naturaleza del pequeño sistema que estamosconstruyendo
-ese sistema del cual cada ente humano constituye el sol central,
porque de acuerdo a la Ley de Atracción atrae hacia sí
aquello que necesita.
1. La Naturaleza de la Magia. (89)
Hemos considerado con cierta extensión la construcción de
formas mentales y hemos visto que el proceso seguido por el hombre [e774]
es análogo al del triple Logos cuando
creó el sistema solar. Ahora consideraremos esa gran rama del ocultismo
que generalmente se denomina magia. El hombre que desentrañe el significado
esotérico de lo que aquí se expone ocupará su lugar
entre los que se titulan los Hermanos Magos Blancos.
La magnitud del tema es demasiado grande para ser tratado brevemente, pues
abarca [i983] todos
los sectores del esfuerzo en la construcción material.
Primero debemos ocupamos de la actitud mental que adopta el hombre al encarar
el trabajo creador y su capacidad para atraer, por medio del cuerpo mental,
el propósito del Ego, impartiendo así a los agentes constructores
del plano mental un determinado ritmo y cierta actividad vibratoria. Éste
es el factor primordial que trae como resultado (en el plano físico)
la iniciación de una actividad egoica directa. También se
ha de recordar que al considerar este tema no nos referimos al trabajo diario
del hombre común, sino al trabajo creador organizado del hombre evolucionado,
de acuerdo a las leyes y preceptos. De esta manera establecernos una norma
y acentuamos el ideal hacia el cual todo estudiante ocultista debiera esforzarse.
Se ha de considerar también la tarea que realiza en el plano astral
el inteligente estudiante de magia, donde, por medio del deseo purificado
y la emoción santificada, establece esas condiciones de equilibrio
y esas vibraciones constantes que permitirán transmitir al plano
físico sin impedimentos, por conducto del cerebro físico del
hombre, la actividad vibratoria que emana del Ego y la actividad circulante
de la fuerza superior. De allí que (si puede [e775]
intercalarse un consejo práctico para
el estudiante común) el cultivar la serenidad emocional sea uno de
los primeros requisitos para adquirir el equipo que necesita el mago blanco.
Esta serenidad no se logra reprimiendo toda actividad vibratoria astral
por un esfuerzo de la voluntad, sino cultivando la capacidad de responder
al Ego, negando toda respuesta a la vibración innata del vehículo
astral mismo.
Encararemos ahora el trabajo de transmitir fuerza al plano físico
por conducto de los centros etéricos y del cerebro físico,
estudiando algo el efecto que produce el sonido cuando es emitido inconscientemente
en la conversación diaria y conscientemente [i984]
en las ordenadas y regulares palabras del que
verdaderamente trabaja con magia. (90)
Por lo tanto, debido al valor práctico y vital de esta sección
y a los peligros atinentes que pueden surgir al captar estas cuestiones
quienes aún no están preparados para el trabajo de manejar
conscientemente la fuerza, me propongo impartir la enseñanza necesaria
presentándola en forma de Reglas de la Magia, con ciertos
comentarios aclaratorios. De esta manera se resguarda plenamente el trabajo
mágico y al mismo tiempo se les imparte suficiente conocimiento a
aquellos cuyo oído interno está atento y el ojo de la sabiduría
en proceso de abrirse.
a. Magos blancos y magos negros. En estos días mucho se habla entre
los estudiantes ocultistas, sobre la magia blanca y negra (91) y mucho de
lo que se dice no tiene fundamento o veracidad
[e776][i985]
Se ha expresado con toda exactitud que la línea
de demarcación existente entre los dos tipos de trabajadores es tan
tenue que difícilmente pueden reconocerla quienes aún no merecen
ser llamados conocedores.
La diferencia entre ambos existe en el método y en el móvil,
pudiendo resumirse de la manera siguiente:
El móvil del mago blanco consiste en beneficiar al grupo para el
cual emplea su energía y tiempo. El mago del sendero izquierdo siempre
trabaja solo, y si alguna vez colabora con otros lo hace con un propósito
egoísta oculto. El exponente de la magia blanca se interesa en el
trabajo constructivo a fin de colaborar en los planes jerárquicos
y llevar adelante los deseos del Logos planetario. El Hermano de la Oscuridad
se ocupa de lo que está fuera de los planes de la Jerarquía
y de lo que no está dentro del propósito del Señor
del Rayo planetario.
El mago blanco, como ya se dijo, trabaja totalmente por medio de los Devas
Constructores mayores; valiéndose del sonido y de los números,
fusiona su trabajo, influenciando así a los [e777]
Constructores menores que forman la sustancia
de sus cuerpos y, por consiguiente, de todo lo que existe. Actúa [i986] por
medio de centros grupales y puntos vitales de energía, y desde allí
produce en la sustancia los resultados deseados. El Hermano de la Oscuridad
trabaja directamente con la sustancia y con los Constructores menores, no
colabora con las fuerzas que emanan de niveles egoicos. Las legiones menores
de la Hueste de la Voz son sus sirvientes, no las Inteligencias
rectoras de los tres mundos; trabaja principalmente en los planos astral
y físico, sólo raras veces lo hace con las fuerzas mentales,
y únicamente en casos muy especiales, un mago negro oculto en el
karma cósmico actúa en los niveles mentales superiores. Sin
embargo los casos que allí pueden observarse constituyen las causas
principales que contribuyen a la manifestación de toda magia negra.
El Hermano de la Luz trabaja siempre por medio de la fuerza inherente al
segundo aspecto, siempre que actúe en conexión con los tres
planos inferiores. Después de la Tercera Iniciación trabaja
acrecentadamente con energía espiritual o con la fuerza del primer
aspecto. Impresiona las sustancias inferiores, manipula las vidas menores
constructivas por medio de la vibración del amor y la atractiva coherencia
del Hijo y construye las formas con sabiduría. Aprende a trabajar
desde el corazón y, por lo tanto, manipula esa energía que
emana del Corazón del Sol, hasta que (convertido en un
Buda) puede prescindir de la fuerza que emana del Sol Espiritual.
En consecuencia, el centro cardíaco del Hermano en el sendero de
la derecha constituye el agente transmisor de la fuerza constructora, y
el triángulo que emplea en su trabajo es el siguiente:
El centro coronario que corresponde al cardíaco.
El centro cardíaco.
El centro laríngeo.
Los Hermanos del sendero de la izquierda trabajan totalmente con las fuerzas
del tercer aspecto, y esto les [i987]
otorga aparentemente mucho poder, porque el
segundo aspecto sólo está en proceso de Iograr su consumación
vibratoria, mientras que el tercer aspecto está en la cumbre de su
actividad vibratoria, siendo el producto de los procesos evolutivos del
principal sistema solar precedente. Trabaja casi enteramente desde el centro
laríngeo, y maneja principalmente las fuerzas del sol físico.
Ésta es la razón por la cual obtiene mucho de lo que se propone
aplicando el método de la estimulación o la desvitalización
pránica, y explica por qué la mayoría de sus efectos
se producen en el plano físico. Por lo tanto trabaja a través
de: [e778]
El centro coronario correspondiente al laríngeo.
El centro laríngeo.
El centro en la base de la columna vertebral.
El mago blanco trabaja siempre en colaboración con otros, siendo
dirigidos por ciertos guías de grupo. Por ejemplo, los Hermanos de
la Logia Blanca trabajan dirigidos por los tres grandes Señores,
adaptándose a los planes establecidos, subordinando Sus propósitos
e ideas individuales al gran esquema general. El mago negro trabaja por
lo general en forma excesivamente individualista, llevando a cabo solo sus
proyectos o ayudado por sus subordinados. Comúnmente no acepta ninguna
autoridad superior, pero con frecuencia es víctima de los agentes
que se hallan en niveles superiores del mal cósmico, utilizándolo
en la misma forma que él emplea a sus colaboradores inferiores, es
decir, actuando (en lo que atañe al propósito superior) ciega
e inconscientemente.
El mago blanco, como es bien sabido, trabaja con el aspecto evolutivo en
conexión con el Sendero de Retorno. El hermano negro se ocupa de
las fuerzas involutivas o del Sendero de Ida. Constituye la gran fuerza
equilibradora de la evolución, y aunque uno [i988]
se ocupa del aspecto material de la manifestación
y el otro del aspecto alma o conciencia, ellos y su obra, de acuerdo a la
gran ley de evolución, contribuyen al propósito general del
Logos solar, aunque (y esto contiene un gran significado oculto para el
estudiante iluminado) no al propósito individual del Logos planetario.
Por último, podría decirse brevemente en conexión con
las diferencias que existen entre ambos, que el mago de la Buena Ley trabaja
con el alma de las cosas. Su hermano de la oscuridad trabaja con el aspecto
materia.
El mago blanco trabaja por medio de los centros de fuerza, en el primero
y cuarto subplanos de cada plano. El mago negro trabaja por medio de los
átomos permanentes y con la sustancia y las formas involucradas.
El mago blanco utiliza a este respecto los tres centros superiores; el mago
negro emplea la energía de los tres centros inferiores (los órganos
de la procreación, el bazo y el plexo solar) sintetizando su energía
por un acto de la voluntad y dirigiéndola al centro en la base de
la columna vertebral, de manera que la cuádruple energía es
desde allí transmitida al centro laríngeo.
El mago blanco usa la fuerza kundalínica a medida que es transmitida
por el canal central de la columna vertebral. El mago negro emplea los canales
inferiores, dividiendo la cuádruple energía en dos unidades,
que ascendiendo por susdos canales, deja el canal central inactivo.
Se observa aquí que uno trabaja con la dualidad [e779]
y el otro con la unidad. Por lo tanto, en los
planos de la dualidad se evidencia por qué el mago negro tiene mucho
poder. El plano de la unidad para la humanidad es el plano mental. Los planos
de la diversidad son el astral y el físico. De aquí que el
mago negro tiene aparentemente más poder que el hermano blanco en
los dos planos inferiores de los tres mundos.
El hermano blanco trabaja dirigido por la Jerarquía o el gran Rey,
llevando a cabo Sus propósitos planetarios. [i989]
El hermano de la oscuridad trabaja dirigido
por ciertas Entidades separadas, desconocidas para él, vinculadas
con las fuerzas de la materia misma. Mucho más podría decirse
a este respecto, pero lo que se ha impartido basta para nuestro propósito.
b. El origen de la magia negra. Al tocar este tema invadimos los
ámbitos del misterio y el dominio de lo inexplicable. Sin embargo
pueden hacerse ciertas afirmaciones que, si se reflexiona sobre ellas, arrojará
alguna luz sobre este oscuro tema.
Primero. Debiera recordarse que el tópico acerca del mal planetario
(y los estudiantes deben distinguir cuidadosamente entre mal planetario
y mal cósmico) se halla oculto en los ciclos de la vida individual
y en la historia del gran Ser, el Logos planetario de la Tierra. Por lo
tanto, hasta que un hombre no haya pasado ciertas iniciaciones y adquirido
cierta medida de conciencia planetaria es inútil que especule sobre
su historial. En La Doctrina Secreta (92) H. P. B. ha mencionado
el tema de los Dioses imperfectos, y en dichas palabras reside
la clave del mal planetario.
Segundo. Podría decirse brevemente que, en lo que respecta a nuestra
humanidad, los términos mal planetario y mal cósmico podrían
interpretarse de la manera siguiente:
El mal planetario surge de ciertas relaciones existentes entre nuestro Logos
planetario y otro Logos planetario. Cuando se equilibre la oposición
polar terminará el mal planetario. El equilibrio será efectuado
por mediación (comprendida esotéricamente) de un tercer Logos
planetario. Estos tres formarán finalmente un triángulo equilátero,
entonces el mal planetario cesará. La fuerza circulará libremente,
la oscuración planetaria llegará a ser posible y los Dioses
imperfectos alcanzarán una perfección relativa. Así
se equilibrará el karma del manvantara o ciclo [i990]
secundario, y se agotará mucho mal kármico
planetario. Lo antedicho debe interpretarse en sentido esotérico,
no exotérico.
El mal cósmico, desde el punto de vista de nuestro planeta, se debe
a la relación existente entre esa Unidad espiritual inteligente o
Rishi de la Constelación superior, según se le
denomina (Vida [e780]
animadora de una de las siete estrellas de
la Osa Mayor, y nuestro prototipo planetario), y una de las fuerzas de las
Pléyades. (93) Los estudiantes deben recordar que a las siete
hermanas se las denomina ocultamente las siete esposas
de los Rishis y que la fuerzas duales (resultado de esa relación)
convergen y actúan a través de ese Logos planetario,
el Logos de un planeta determinado y el reflejo de cualquier
Rishi específico. En ello, todavía en forma imperfecta, se
halla oculto el misterio del mal cósmico a medida que se hace sentir
en cualquier esquema planetario. Cuando el triángulo celestial esté
debidamente equilibrado y la fuerza circule libremente a través de
una de las estrellas de la Osa Mayor,
la Pléyade implicada,
el esquema planetario concerniente,
también será rechazado el mal cósmico y se logrará
una perfección relativa. Esto marcará el logro de la perfección
primitiva y la consumación del ciclo mayor.
El mal cíclico o terciario, se halla oculto en la relación
existente entre los globos de cualquier esquema, estando dos de ellos siempre
en oposición hasta ser equilibrados por la fuerza que emana de un
tercero. Los estudiantes sólo captarán el significado de esta
enseñanza a medida que estudien los pares de opuestos en sus propios
ciclos y la tarea equilibradora del Ego.
De los ya mencionados surge un cuarto tipo de mal, [i991]
y se manifiesta principalmente en los sufrimientos
y dificultades del cuarto reino o humano, el cual podrá evitarse
de dos maneras: primero, equilibrando las fuerzas de los tres reinos (el
quinto reino o espiritual, el humano y el animal) y, segundo, rechazando
el poder atractivo de los tres reinos inferiores (el mineral, el vegetal
y el animal, que forman una unidad) mediante el reino espiritual utilizando
el cuarto reino o humano. En todos estos casos se forman triángulos
de fuerza que, una vez equilibrados, se obtiene el fin deseado.
Se dice que la magia negra hizo su aparición en nuestro planeta durante
la cuarta raza raíz.(94) Debe recordarse que esto se refiere estrictamente
al cuarto reino y a su empleo consciente por esas personas equivocadamente
desarrolladas. Las fuerzas del mal de índole planetaria y cósmica
han existido desde que comenzó la manifestación, estando latentes
en el karma del Logos planetario, pero durante la cuarta raza raíz
de esta ronda los seres humanos [e781]
comenzaron a trabajar conscientemente con dichas
fuerzas y a utilizarlas para determinados fines egoístas.
Los magos negros trabajan regidos por seis grandes entidades, y se dice
por ejemplo en La Biblia, que tienen el número 666. (95) Vinieron
(pues son cósmicas y no del sistema) con esa corriente de fuerza
que emana de los niveles mentales cósmicos que produjeron los tres
mundos del esfuerzo humano. Los estudiantes deberían recordar el
hecho de que los tres planos inferiores de nuestro sistema solar no son
considerados como un principio cósmico, porque constituyen el cuerpo
físico denso del Logos, y al cuerpo físico denso no se lo
considera un principio. La expresión sin principios también
tiene un significado oculto. Estas entidades son la suma total de la sustancia
de los tres subplanos inferiores del plano físico cósmico
(los tres planos inferiores del [i992]
sistema), y los magos negros, regidos por ellas,
entran en actividad a menudo inconscientemente, adquiriendo poder a medida
que trabajan conscientemente.(96)
En las primeras etapas de la evolución humana todos los hombres son
magos negros inconscientes, pero no por ello son malditos esotéricamente.
A medida que prosigue la evolución son regidos por la fuerza del
segundo aspecto, a la cual responde la mayoría, escapando de las
redes de los magos negros, quedando así bajo la fuerza de otro número.
Aquellos pocos que no logran hacerlo en este manvantara constituyen los
fracasados que deben continuar la lucha en fecha posterior.
Un ínfimo porcentaje se niega obstinadamente a seguir adelante,
convirtiéndose en verdaderos magos negros. Para ellos
el fin es siempre el mismo. Primero, el Ego se separa de la Mónada,
significando que deben esperar muchos eones antes que aparezca otro sistema
solar. En el caso de los que han fracasado el Ego se separa
de la personalidad o yo inferior, lo cual significa que han de esperar un
período menor, pero tendrán otra oportunidad en este sistema.
Segundo, [e782]
durante un ciclo de vida practican el mal en forma ilimitada, dependiendo
de la vitalidad que posea el cuerpo egoico separado y su innata persistencia.
Estas son las vulgares almas perdidas a las que se refiere La
Doctrina Secreta. (97) Si los estudiantes analizan estas condiciones
y amplían el concepto hasta abarcar un sistema solar anterior de
mayor madurez, obtendrán [i993]
alguna luz sobre el problema del origen del
mal en este sistema solar.
c. Condiciones para la magia blanca. Al considerar los factores que
requieren un ajuste antes de emprender el trabajo de magia, trataremos de
algo que tiene un eminente valor práctico. A no ser que los estudiantes
de magia la practiquen fortalecidos por un móvil puro, un cuerpo
limpio y una aspiración elevada, están predestinados a la
desilusión y al desastre. Quienes tratan de trabajar conscientemente
con las fuerzas de la manifestación y se esfuerzan por controlar
las Energías en todo lo visible, necesitan la fuerza protectora de
la pureza. Este es un punto que nunca se acentúa lo suficientemente,
y por ello se insta constantemente a lograr el autocontrol, comprender la
naturaleza del hombre y consagrarse a la causa de la humanidad. Es peligroso
abocarse a la investigación mágica por tres razones.
Si los cuerpos de un hombre no están bastante purificados y su vibración
atómica no es suficientemente elevada, está en peligro de
hiperestimularlos al entrar en contacto con las fuerzas de la naturaleza,
y esto inevitablemente entraña la destrucción y desintegración
de uno u otro de sus cuerpos. A veces puede significar la destrucción
de dos o más cuerpos, y cuando esto sucede tiene lugar una pausa
en el desenvolvimiento egoico, porque requiere en tales casos prolongar
mucho más el intervalo entre encarnaciones, debido a la dificultad
de reunir los materiales necesarios en las envolturas.
Además, si el correcto móvil del hombre no fortalece este
esfuerzo, está propenso a extraviarse por la adquisición de
poder. El conocimiento de las leyes y la magia pone en manos del estudiante
poderes que lo capacitan para crear, adquirir y controlar. Dichos poderes [i994] encierran
muchos peligros para los que no están en condiciones ni preparados,
porque en este caso el estudiante puede aplicarlos a fines egoístas,
usándolos para su propio [e783]
progreso material y temporal, adquiriendo aquello
que nutrirá los deseos de la naturaleza inferior. Da entonces el
primer paso hacia el sendero de la izquierda, y en cada vida progresará
en él con mayor aptitud hasta que -casi inconscientemente- se hallará
engrosando las filas de los maestros negros. Tal estado de cosas sólo
puede ser contrarrestado cultivando el altruismo, el amor sincero del hombre
y rechazando continuamente todos los deseos inferiores.
El tercer peligro que amenaza al incauto estudiante de magia reside en el
hecho de que cuando hace ensayos con dichas fuerzas y energías, está
manipulando aquello que es muy afín a su propia naturaleza inferior.
Por lo tanto, sigue la línea de menor resistencia, aumenta estas
energías, acrecentando así su respuesta a lo anterior y a
los aspectos materiales de su naturaleza. Esto lo hace a expensas de su
naturaleza superior, retardando su desarrollo y dilatando su progreso. También
incidentalmente atrae la atención de aquellos maestros del sendero
izquierdo que están siempre a la expectativa de los que pueden ser
doblegados a realizar sus propósitos, y se convierte (sin intención
al principio) en un agente del mal.
Por lo tanto será evidente que antes de emprender la ardua tarea
de llegar a ser un consciente Maestro de Magia, el estudiante debe poseer
las siguientes cualidades:
Pureza Física. Esto es algo que no se adquiere fácilmente
y para lograrlo se necesitan muchas vidas de intenso esfuerzo. Por medio
de la abstinencia, la recta continencia, la vida pura, la dieta vegetariana
y el rígido autocontrol, el hombre gradualmente eleva la vibración
de sus átomos físicos, construye un cuerpo cada vez más
resistente y fuerte y consigue manifestar una envoltura más
refinada.
Libertad Etérica. Estos términos no expresan todo lo que [i995] trato
de impartir, pero son suficientes a falta de otros mejores. El estudiante
de magia que pueda emprenderla sin peligro, habrá construido un cuerpo
etérico de tal naturaleza que la vitalidad, fuerza o energía
pránicas, circularán libremente, formando una trama etérica
tan tenue que no constituirá un obstáculo para la conciencia.
Esto es todo lo que puede decirse sobre este tema, debido al peligro involucrado,
pero es suficiente para dar cierta información a aquellos que empiezan
a conocer.
Estabilidad Astral. El estudiante de magia intenta sobre todo purificar
sus deseos y transmutar sus emociones de tal modo que estén a su
disposición la pureza física de lo inferior, la respuesta
mental superior y el poder de transmutación. Todo mago tiene que
aprender el hecho de que, en este sistema solar, durante el ciclo humano,
el cuerpo astral es el eje del esfuerzo, y tiene un efecto [e784]
reflejo en los otros dos vehículos,
el físico y el mental. Intenta, por lo tanto, transmutar (como se
ha dicho a menudo) el deseo inferior en aspiración, cambiar los colores
burdos inferiores que caracterizan al cuerpo astral del hombre común,
por los tonos más claros y más puros del hombre espiritual,
transformar su caótica vibración normal y el borrascoso
mar de la vida por la respuesta constante y rítmica de aquello
que es superior y constituye el centro de paz. Estas cosas las efectúa
mediante una continua vigilancia, un inagotable control y la incesante meditación.
Equilibrio Mental. Estas palabras se emplean en sentido oculto, donde
la mente (tal como se entiende comúnmente) se convierte en el firme
y delicado instrumento del pensador interno y en el punto desde el cual
puede dirigirse hacia reinos más elevados de comprensión.
Esta es la piedra fundamental donde puede iniciar una expansión superior.
Ningún seudo estudiante de magia ha de proseguir sus investigaciones
y experimentos hasta que no haya cumplido estas disposiciones y la orientación
de su mente no esté dirigida a manifestar y demostrar sus pensamientos [i996] en
la vida diaria. Cuando haya trabajado de esta manera incesante e incansablemente,
y su vida y servicio en el plano físico atestigüen la transmutación
interna, entonces puede llevar una vida paralela de estudio y trabajo mágicos.
Sólo el Angel solar puede realizar el trabajo del mago blanco y lo
efectúa controlando los ángeles lunares y subyugándolos
completamente. Están alineados en contra de él, hasta que
por medio de la meditación, la aspiración y el control, los
somete a suvoluntad y los convierte en sus servidores.
Este concepto nos lleva a la vital y verdadera diferencia que existe entre
el hermano blanco y el hermano de la oscuridad; con este resumen terminaremos
esta dilucidación y proseguiremos con las reglas.
El trabajador en magia blanca
utiliza siempre la energía del Angel solar para realizar sus fines.
El hermano de la oscuridad trabaja por medio de la fuerza innata de los
Señores lunares, que poseen una naturaleza afín con todo lo
que es objetivo. En un antiguo libro de magia, oculto en las cavernas del
saber, custodiado por los Maestros, se encuentran las siguientes y terminantes
palabras que tienen cabida en este tratado sobre el Fuego, debido a al propiedad
que poseen:
Los Hermanos del Sol, por medio de la fuerza del fuego solar aventaron
la llama en la ardiente bóveda del segundo Cielo, apagan los fuegos
lunares inferiores y reducen a la nada ese inferior fuego por fricción.
El Hermano de la Luna ignora al sol y al calor solar; toma su fuego de lo
triple y prosigue su ciclo. Los fuegos del infierno esperan [e785]
y el fuego lunar se apaga. De nada le sirven
el sol ni la luna, sólo el cielo más elevado aguarda la chispa
eléctrica buscando la vibración sincronizada de aquello que
se halla debajo, y aún así no llega.
3. Quince Reglas para la Magia.
Estas reglas son lógicamente de naturaleza esotérica, y el
estudiante deberá recordar que la terminología es de naturaleza
evasiva, pero siempre traerán [i997]
una revelación a quienes poseen la clave,
aunque tenderán a confundir y a dejar perplejo al estudiante que
aún no está preparado para recibir la verdad. Quisiera también
que el estudiante tenga presente que todo lo que aquí se imparte
concierne a la magia blanca, y es dado desde el punto
de vista del Angel solar y del Fuego solar. Teniendo presente estos dos
puntos el estudiante hallará mucho de valor en estas reglas, que
oportunamente le traerán iluminación interna. Las dividiremos
en tres grupos de aforismos o frases ocultas; el primero se relacionará
con el trabajo que realiza el mago en el plano mental, la forma de manipular
la energía solar y su capacidad para que los Constructores colaboren
en sus propósitos.
El segundo grupo llevará la tarea al plano del deseo y de la vitalización,
y transmitirá información sobre el equiparamiento de los pares
de opuestos y su equilibrio a fin de que se haga posible La manifestación
final.
El tercer grupo tendrá que ver con el plano físico, la transmisión
de fuerza a través de
los centros,
el cerebro,
el plano físico.
a. Seis reglas para el plano mental. Se proporcionarán ciertas
leyes del lenguaje, y el significado del color y del sonido subyacerá
en la forma exotérica de las frases para quienes tienen suficiente
percepción:
REGLA UNO. El Angel Solar se recoge en Si mismo, no disipa su fuerza,
sino que en profunda meditación se comunica con su reflejo.
El significado de esta regla es fácil de comprender. Mago blanco
es aquel que, mediante el consciente alineamiento con su Ego, su Angel,
es receptivo a sus planes y propósitos, por lo tanto, capaz de
recibir impresiones superiores. Debemos recordar que [i998]
el mago blanco trabaja de arriba hacia abajo,
siendo el resultado de la vibración solar y no de los ardientes impulsos
que emanan de uno u otro de los Pitris lunares; el descenso de la energía [e786] impresionante
del Pitri solar es el resultado de su recogimiento interno, de la absorción
de sus fuerzas antes de enviarlas concentradamente a su sombra, el hombre,
y de su constante meditación sobre el propósito y el plan.
Podría ser útil al estudiante recordar aquí que el
Ego (igual que el Logos) está en profunda meditación durante
todo el ciclo de encarnación física. Esta meditación
solar es de naturaleza cíclica, enviando el Pitri involucrado a su
reflejo, corrientes rítmicas de energías que son
reconocidas por el hombre implicado como impulsos superiores,
sueños y aspiraciones. Por lo tanto, será evidente por qué
los trabajadores en magia blanca son siempre hombres evolucionados y espirituales,
el reflejo responde raras veces al Ego o Angel solar si no han
transcurrido muchos ciclos de encarnaciones. El Pitri solar se comunica
con su sombra o reflejo por medio del sutratma que desciende
a través de los cuerpos hasta un punto de entrada en el cerebro físico.
REGLA DOS. Cuando la sombra ha respondido, el trabajo prosigue en profunda
meditación. La luz inferior es proyectada hacia arriba; la luz superior
ilumina a los tres, y el trabajo de los cuatro continua.
Aquí podrá observarse que el trabajo del Ego en su propio
plano y de su instrumento en los tres mundo está vinculado y coordinado.
Como bien sabemos, la principal función de la meditación es
llevar al instrumento inferior a tal condición de receptividad y
respuesta vibratoria que el Ego o Angel solar pueda utilizarlo y producir
resultados específicos. Esto implica, por lo tanto, un descenso de
fuerza desde los niveles superiores del plano mental [i999]
(donde mora el Hombre real) y una vibración
recíproca que emana del Hombre, el Reflejo. Cuando estas dos vibraciones
se sintonizan y la interacción es rítmica, entonces las dos
meditaciones prosiguen sincrónicamente y la tarea de magia y creación
puede continuar libremente. Se verá entonces que el cerebro es la
analogía física de los centros de fuerza del plano mental,
y que la vibración tiene que ser establecida conscientemente por
el hombre en meditación Cuando se efectúa esto, el hombre
puede ser un creador consciente, y el trabajo prosigue de manera
triple, circulando la fuerza libremente por tres puntos de actividad centralizada:
Primero. Desde el círculo de pétalos, en el loto egoico,
que el Ego ha decidido utilizar o está en situación de hacerlo,
estando condicionado por el objetivo a realizar y el grado de desarrollo
egoico.
Segundo. El centro del cerebro físico que está activo
en la meditación. También está condicionado por el
grado de evolución del hombre y la meta que ha pensado alcanzar. [e787]
Tercero. El centro de fuerza generado por el hombre, en el plano mental
inferior, a medida que construye la forma mental necesaria y pone en actividad
esos constructores que pueden responder a la vibración establecida.
Esto también se halla condicionado por la fuerza de su meditación,
la plenitud de la nota emitida y el poder de la vibración que inició.
De allí que lo primero que hace el Angel solar es formar un triángulo
compuesto por sí mismo, el hombre en el plano físico, y por
el ínfimo punto de fuerza, resultado de su esfuerzo unido. Será
de valor para quienes estudian el tema de la meditación reflexionar
sobre este procedimiento y estudiar la analogía que existe entre
éste y el trabajo del Logos solar a medida que fue creando
los Cielos y la Tierra. Se [i1000]
unieron los aspectos superiores e inferiores,
entraron en contacto el espíritu y la materia, la consecuencia de
esta interacción fue el nacimiento del hijo o la gran forma mental
solar. En los tres mundos, el hombre, la Deidad inferior, dentro de sus
límites, procede en líneas análogas. Los tres iluminados
por La luz del Uno, son las tres personas de la Tríada inferior,
el cuerpo mental, el cuerpo astral y el cuerpo físico. Ellos y el
Iluminador forman los Cuatro a los que se refiere la regla,
y así se pone de manifiesto la Tétrada microcósmica.
Las dos reglas anteriores forman la base esotérica de toda meditación
y deben ser estudiadas cuidadosamente si se desea obtener ciertos resultados.
REGLA TRES. La Energía circula. El punto de luz, producto de la
labor de los cuatro, crece y aumenta. Miríadas se reúnen en
torno a su calor resplandeciente hasta que merma su luz y su fuego disminuye.
Después se emitirá el segundo sonido.
El mago blanco por medio de la meditación y el propósito
consciente forma un punto central de energía en el plano mental,
acrecienta la vibración por medio de la continua concentración,
comenzando entonces a visualizar detalladamente la forma que ha de construir,
la imagina con todas sus partes, componentes y ve ante el ojo de su
mente, el producto consumado de la meditación egoica a medida
que se va realizando. Esto produce lo que aquí se denomina la
nota secundaria; la primaria es la que emana del Ego en su propio
plano, que despertó al reflejo y evocó respuesta.
La vibración se hace más fuerte y la nota emitida por elhombre en el plano físico asciende y es oída en el
plano mental. Es por ello que en toda meditación [i1001]
ocultista el hombre tiene que realizar ciertas
cosas a fin de ayudar a producir los resultados.
[e788] Tranquiliza
sus cuerpos de manera de no tener impedimentos para el intento egoico y
está atento para oír la Voz del Silencio. Responde
entonces conscientemente a esa Voz y reflexiona sobre los planes impartidos.
Luego entona la Palabra Sagrada, y tomando la nota del Ego, cuando cree
oírla, la envía para aumentar el sonido egoico y poner en
movimiento la materia en el plano mental. Sincrónicamente con esta
emisión, visualiza detalladamente la forma mental propuesta, para
corporificar los propósitos egoicos.
Debe recordarse que hablamos de las meditaciones conscientes, basadas en
el conocimiento y en la larga experiencia, que producen resultados mágicos
en el plano físico, y de esas meditaciones que tienen el propósito
de revelar al Dios interno y traer el fuego iluminado al Ego.
Cuando este proceso continúa por ley y orden, el punto focal de energía
en el plano mental inferior adquiere fuerza; su luz o fuego se hace sentir;
llega a ser, en sentido oculto, visualmente objetivo, atrayendo la atención
de los constructores menores por medio de
su radiación o calor,
su activa vibración,
su sonido o nota,
su luz.
Los trabajadores elementales capaces de responder, son reunidos y atraídos
dentro del radio de fuerza, comenzando a agruparse a su alrededor. La forma
pretendida empieza a ponerse de manifiesto y pequeñas vidas, unas
tras otras, ocupan el lugar que les corresponde en su construcción.
El resultado de esa coherencia es que la luz interna comienza
a velarse, su brillo disminuye así como la luz del Ego en su sombra
o la forma mental, el hombre, también disminuye y se oculta. [i1002]
REGLA CUATRO.El sonido, la luz, la vibración y la forma se entremezclan
y fusionan, y así el trabajo es uno. Procede de acuerdo a la ley,
y nada puede ya entorpecer el avance del trabajo. El hombre respira profundamente.
Concentra sus fuerzas y arroja de sí la forma mental.
Tenemos aquí una faceta muy importante del trabajo mágico
pocas veces considerada y conocida. La fuerza aplicada por el Ego en la
tarea de obligar al hombre a cumplir Su propósito ha sido la voluntad
dinámica, y el pétalo o centro de energía empleado
ha sido uno de los pétalos de voluntad. Hasta ahora el hombre
fue impulsado por la voluntad egoica, pero ha fusionado con ella gran parte
de la energía del aspecto atrayendo (deseo o amor), [e789]
reuniendo para sí en el plano mental
el material necesario para su forma mental. Hasta ahora se ha logrado observar,
en los niveles concretos del plano mental, una forma construida de materia
mental, coherente, viva, vibrante y de naturaleza deseada. Su actividad
interna es tal que está asegurada su persistencia durante el tiempo
necesario para lograr realizar su propósito egoico; está preparada
para ser enviada a cumplir su misión, a reunir para sí material
de naturaleza más densa en el plano astral y a obtener mayor consolidación.
Esto es efectuado mediante un acto de voluntad que emana del hombre y le
da a la forma viviente el poder de desprenderse. Afortunadamente
para la raza humana, exactamente en este punto es donde fracasan
en su trabajo la mayoría de los investigadores mágicos. Construyen
una forma con materia mental, pero desconocen como enviarla a cumplir su
misión inevitablemente. Así numerosos formas mentales mueren
de muerte natural en el plano mental debido a la incapacidad del hombre
para ejercer constructivamente la facultad de la voluntad, y a su fracaso
e incomprensión de las leyes que rigen la construcción de
formas mentales. Otro factor lo constituye su desconocimiento [i1003]
de la fórmula que libera a los constructores
elementales de lo que los circunda, obligándolos a adherirse dentro
de la periferia de la forma mental durante el tiempo que el pensador desea.
Finalmente muere debido a que la incapacidad del hombre le impide meditar
durante un período suficientemente prolongado y formular sus ideas
con tal claridad como para producir la materialización final.
Los hombres son todavía demasiado impuros y egoístas como
para confiárseles este conocimiento. Construirían sus formas
mentales para ser enviadas a misiones egoístas y con fines destructivos;
hasta que no sean más espirituales y hayan controlado su naturaleza
inferior no estarán disponibles para su empleo las palabras mágicas
que impulsan a que emprenda una actividad separada la forma construida en
sustancia mental.
Podría preguntarse en qué forma los hombres logran sus objetivos
por medio de la concentración y la visualización y cómo
puede enviar formas mentales que lleguen a su destino. Esto puede efectuarse
de dos maneras.
Primero. Recordando inconscientemente métodos y formas conocidas
y utilizadas en la época atlante, cuando las formas mágicas
eran de propiedad pública y los hombres obtenían resultados
emitiendo ciertos sonidos. No lograban sus objetivos por su capacidad mental,
sino que principalmente lo hacían repitiendo como loros esos mántram.
Éstos están a veces ocultos en el subconsciente y los utiliza
involuntariamente el hombre cuando los presiente fuertemente. [e790]
Segundo. Por medio de los pensamientos e ideas del hombre que encajan
con los planes y propósitos de aquellos que saben, ya sea en el sendero
de la magia blanca o en el de la magia negra Luego utilizan la forma con
su fuerza inherente y la galvanizan para que entre en una actividad y entidad
temporariamente separada, enviándola así a cumplir su propósito.
Esto explica los numerosos resultados fenoménicos aparentes logrados
por los egoístas o los buenos pensadores, pero incompetentes.
[i1004] Las
palabras mágicas son comunicadas únicamente, bajo la promesa
de guardar secreto, a los que trabajan regidos por la Fraternidad de la
Luz, a los iniciados y a los chelas juramentados debido al gran peligro
que involucran. También, ocasionalmente son captadas por hombres
y mujeres que han obtenido el alineamiento con el Ego y están, por
lo tanto, en contacto con el centro interno de todo conocimiento. Cuando
esto sucede, el conocimiento está seguro, porque el Ego trabaja siempre
de parte de la luz y de la rectitud, y las palabras emitidas por el Ego
se pierden en Su sonido (como se dice esotéricamente)
y no serán recordadas por el cerebro físico cuando no está
influenciado por el Ángel solar.
Las seis reglas para el plano mental son muy breves, debido a que el plano
de la mente es aún un terreno desconocido para la mayoría
-desconocido en lo que respecta a su control consciente. Las dos
reglas restantes se relacionan, en el primer caso, con el hermano que practica
magia blanca y, en el segundo, con la fórmula mental que está
construyendo.
REGLA CINCO.Tres cosas preocupan al Ángel solar antes que la envoltura
creada descienda: la condición de las aguas, la seguridad de aquel
que así crea y la constante contemplación. De este modo están
aliados para el triple servicio, el corazón, la garganta y el ojo.
El punto focal de energía que el hombre, el mago, ha creado en el
plano mental, alcanza una actividad vibratoria que asegura la respuesta,
por parte de la materia requerida, para proveer la siguiente y más
densa envoltura. Esta vibración hará que se agrupe alrededor
del núcleo central un tipo diferente de sustancia vital divina. Esta
forma se construye esotéricamente, con el fin de ser enviada, para
que descienda y [i1005]
vuele como un pájaro a cumplir su misión,
entonces se acerca el momento crítico para el mago. Una de las cosas
de las que se ha de ocupar el mago es que la forma que ha construido, y
a la cual se mantiene unido por una fuerte hebra de sustancia (una analogía
en minúscula escala de hilo sutrátmico por el cual la Mónada
o el Ego se mantiene [e791]
vinculado a su forma de manifestación),
no muera por falta de sostén vital ni retorne a él sin haber
cumplido su misión. Cuando ocurre tal catástrofe, la forma
mental se convierte en una amenaza para el mago, y éste llega a ser
la víctima de lo que ha creado. Los devas que forman el cuerpo de
la idea que ha fracasado en cumplir su propósito constituyen un drenaje
de su fuerza vital, por eso procura que el móvil o deseo que subyace
detrás de la idea, revestida ahora con su primer envoltura,
mantenga su prístina pureza, no tenga vestigios de intención
egoísta ni haya tergiversación del propósito inicial
del Angel solar, produciendo una vibración indeseable. Esto es lo
que se quiere significar cuando se dice que se ha de cuidar la condición
de las aguas. Como bien sabemos, el agua representa la materia; la
sustancia del plano astral que estamos considerando tiene gran importancia
para la construcción de formas. De acuerdo a la sustancia empleada
y a la naturaleza de los constructores que responden a la nota de la forma
de materia mental, así será el propósito a realizar.
Esta es la etapa más importante por muchas razones, puesto que el
cuerpo astral de cualquier forma condiciona
la naturaleza del vehículo físico
y
la transmisión de fuerza del siguiente
plano superior.
Los devas kámicos pueden llevar a cabo su tarea siempre
que el hombre del plano físico mantenga firmemente el propósito
e impida que las influencias y vibraciones que emanan del hombre inferior
la distorsionen. [i1006]
Recordaré a los estudiantes, a esta
altura, que cualquier forma mental se encamina necesariamente a mayores
corrientes de fuerza o energía que emanan de pensadores avanzados
de toda categoría, empezando del Logos planetario hacia abajo, y
de acuerdo a su naturaleza y móvil así se ayudará o
retrasaráel trabajo evolutivo. De este modo trabajan
los Nirmanakayas ampliando corrientes de energía mental, vitalizando
las formas creadas por los hombres y llevando a cabo la tarea de construcción
y destrucción. Tienen que utilizar lo que existe, de ahí la
necesidad de pensar con claridad. Habiendo purificado las aguas
o salvaguardado sus deseos, el pensador procede luego (mediante el uso de
ciertas palabras que le son impartidas por el Ángel solar) protegerse
de los devas de naturaleza elemental con los cuales se propone trabajar.
En el plano mental, la naturaleza y vibración del Angel solar provee
suficiente protección, pero ahora se propone trabajar con los elementales
y las existencias más peligrosas de los tres mundos. (98)
[e792] Estas
fórmulas protectoras son pronunciadas por el pensador conjuntamente
con el Angel solar, en el momento en que la forma mental está preparada
para recibir su envoltura astral. El mántram va dirigido a las fuerzas
que impulsan la actividad de los Agnisuryas y origina una corriente de energía
protectora desde uno de los pétalos del corazón del Loto egoico.
Esta circula a través del centro laríngeo del hombre,
y establece una corriente circulatoria de energía a su alrededor
que rechaza automáticamente a los devas que podrían (por medio
de su tarea ciega e ignorante) amenazar su paz. Habiéndose ocupado
de estas dos cosas -regulado el deseo y resguardada la identidad- tanto
el Angel solar como el trabajador mágico mantienen una actitud contemplativa [i1007] y
profunda, adoptada después de la meditación.
Durante la contemplación el ojo interno se fija sobre el objeto de
la contemplación, y esto produce (inconscientemente en la mayoría
de los casos) una constante corriente de energía enfocada en el objetivo,
produciendo vitalización y actividad. Es la base del trabajo
de transmutación, en que la sustancia humana, por ejemplo,
es transmutada en sustancia solar. El Ego contempla sus cuerpos lunares,
y gradualmente se va realizando el trabajo. Cuando su reflejo, el hombre,
ha alcanzado un punto en la evolución en que puede meditar y contemplar,
el trabajo se acelera rápidamente y la transmutación procede
con rapidez, particularmente en el plano físico. En la tarea de construcción
de la forma mental, el hombre en contemplación, prosigue la tarea
de energetizar y vitalizar. Podría aquí decirse que el ojo
es el gran agente rector. Cuando se emplea el tercer ojo, como sucede en
la contemplación, éste constituye el sintetizador y rector
de la triple energía; de allí la poderosa tarea que ejecutan
aquellos que lo han desarrollado. El tercer ojo sólo empieza a funcionar
cuando el tercer circulo de pétalos egoicos comienza a desarrollarse
lentamente.
Si los estudiantes analizaran el efecto que produce el ojo humano en el
plano físico, y luego extendieran el concepto a la tarea del Pensador
interno cuando utiliza el tercer ojo, obtendrían una interesante
aclaración sobre el tema del control mental. El Antiguo Comentario
dice:
Cuando el ojo es ciego, las formas creadas giran en circulo y no cumplen
la ley. Cuando el ojo está abierto fluye la fuerza, la orientación
y la realización son seguras y los planes prosiguen de acuerdo a
la ley; el ojo de color azul o el ojo que no ve el rojo de la ira cuando
está abierto, produce con gran facilidad aquello que se intenta realizar.
[e793] La
regla final está contenida en las palabras: [i1008]
REGLA SEIS.Cuando el ojo se abre los devas de los cuatro inferiores sienten
la fuerza, son expulsados y pierden a su amo.
La energía egoica, transmitida vía el cerebro físico,
entonces se dirige a realizar el trabajo de enviar la forma, para que pueda
revestirse de materia astral. El ojo del Pensador se abre y afluyen corrientes
de vitalidad repulsiva. No es necesario decir más porque hasta que
el ojo no funcione, no es posible que los hombres comprendan la naturaleza
de la energía que manejarán o dirigirán.
b. Cinco reglas para el plano astral. Antes de considerar elsegundo
grupo de Reglas para la Magia, quisiera decir algunas palabras
respecto al ojo del Mago, al cual ya me he referido anteriormente.
Una de las reglas fundamentales detrás de todo proceso mágico
consiste en que ningún hombre puede ser un mago o trabajador en magia
blanca hasta que no se le haya abierto el tercer ojo o esté en proceso
de abrirse, pues por medio de ese ojo se energetiza, dirige y controla la
forma mental y los constructores o fuerzas menores son impulsados a realizar
cualquier tipo de actividad. Entre los futuros descubrimientos y próximas
revelaciones de la ciencia materialista, una de las revelaciones se relacionará
con la facultad que posee el ojo humano, ya sea solo o colectivamente, de
dirigir la fuerza, y esto indicará una de las primeras etapas hacia
el redescubrimiento del tercer ojo o el Ojo de Shiva. Como sabemos
Shiva es uno de los nombres para el primer gran aspecto Logoico y ese nombre
oculta cosas de gran importancia esotérica. Shiva representa:
El Aspecto Voluntad.
El Aspecto Espíritu.
El Padre en el Cielo.
El Propósito Rector.
La energía consciente.
La intención dinámica.
[i1009] Al
considerar estas frases se evidenciarán las facultades innatas del
tercer ojo.
En el ser humano, el Ojo de Shiva está situado, como
ya se sabe, en el centro de la frente entre los dos ojos físicos.
(99)
No debe confundirse con la glándula pineal, que es un centro físico
o glándula bien definida. El tercer ojo existe en materia etérica,
siendo un centro de fuerza etérica, hecho con sustancia de los éteres,
mientras que la glándula pineal está formada por materia [e794]
de los tres subplanos inferiores del plano
físico, sin embargo, ella ha de funcionar en cierta medida antes
que el Ojo de Shiva tenga cierto grado de actividad; esto es
lo que ha conducido a los escritores de libros ocultistas, del pasado, a
confundirlos deliberadamente a fin de proteger el conocimiento.
El tercer ojo se forma por la actividad de tres factores:
Primero, mediante el impulso directo del Ego en su propio plano. Durante
la mayor parte de la evolución el Ego hace contacto con su reflejo,
el hombre en el plano físico, mediante el centro que se halla en
la cima de la cabeza. Cuando el hombre esté más evolucionado
y se aproxime o esté hollando el Sendero, el Yo interno se aferrará
más a su vehículo inferior, y descenderá hasta un punto
de la cabeza o del cerebro que se encuentra aproximadamente en el centro
de la frente. Éste es su contacto más inferior. Es interesante
observar aquí la analogía que existe con la evolución
de los sentidos. Los tres sentidos principales y los primeros en manifestarse
sucesivamente son oído, tacto y vista. Durante gran parte de la evolución
el oído constituye el impulso que guía la vida humana
por medio del contacto egoico establecido en la parte superior de la cabeza.
Luego, cuando el Ego desciende un poco más, se une al centro etérico
activo en conexión con el cuerpo pituitario y el hombre responde [i1010] a
las vibraciones más sutiles y superiores; entonces se despierta la
analogía esotérica del sentido físico, el tacto.
Por último se abre el tercer ojo y la glándula
pineal comienza a funcionar simultáneamente. Al principio la visión
es oscura y la glándula sólo responde parcialmente a la vibración,
pero en forma gradual el ojo se abre totalmente, la glándula está
plenamente activa, y tenemos al hombre totalmente despierto.
Cuando esto sucede, vibra el centro alta mayor y entonces los tres centros
físicos de la cabeza funcionan.
Segundo, mediante la actividad coordinada del centro principal de la
cabeza, el loto de múltiples pétalos que se halla sobre la
parte superior de la cabeza. Este centro afecta directamente a la glándula
pineal, y la interacción de fuerza detrás de ambos (la analogía
en pequeña escala de los pares de opuestos espíritu y materia)
produce el gran órgano de la conciencia, el Ojo de Shiva.
Constituye el instrumento de la sabiduría, y en estos tres centros
de energía tenemos la analogía de los tres aspectos dentro
de la cabeza del hombre.
1. Centro Principal de la cabeza
Aspecto Voluntad
Espíritu
Padre en el Cielo
2. Glándula pineal
Aspecto Amor-Sabiduria
Sustancia
Hijo.
3. Tercer ojo
Aspecto actividad
Materia
Madre.
[e795]El
tercer ojo dirige la energía o fuerza, y por lo tanto es el instrumento
de la voluntad o Espíritu; responde a esa voluntad sólo cuando
es controlada por el aspecto Hijo, el revelador de la naturaleza amor-sabiduría
de los dioses y del hombre, siendo por lo tanto el signo del mago blanco.
Tercero, mediante la acción refleja de la glándula
pineal misma.
A medida que estos tres tipos de energía o la vibración de
estos tres centros comienzan a hacer contacto entre sí, se establece
una definida interacción. Esta triple interacción forma con
el tiempo un vórtice o centro de fuerza que se ubica en el centro
de la frente, y oportunamente se asemeja a un ojo que observa entre los
otros dos. [i1011] Es
el ojo de la visión interna, y quien lo haya abierto puede dirigir
y controlar la energía de la materia, ver todas las cosas en el Eterno
Ahora, estar más en contacto con las causas que con los efectos,
leer los archivos akáshicos y ver clarividentemente. Por lo tanto,
el que lo posee puede controlar a los constructores de grado inferior.
El Ojo de Shiva, una vez perfeccionado, es de color azul, y
como nuestro Logos solar es el 'logos Azul, sus hijos se Le asemejan
en sentido oculto; este color tiene que ser interpretado esotéricamente.
También debe recordarse que antes de recibir las dos Iniciaciones
finales (la sexta y la séptima) el ojo del mago blanco, cuando está
desarrollado, se coloreará de acuerdo al rayo a que pertenece el
hombre -también esotéricamente comprendido. No puedo dar más
información respecto a esta cuestión del color. De acuerdo
al color así será el tipo de energía manipulada, pero
debe tenerse presente que todos los magos trabajan con tres tipos de energía:
La que es idéntica a la de su propio
rayo.
La que complementa su propio tipo de fuerza.
La que constituye su polo opuesto.
Por lo tanto, trabajan en la línea de menor resistencia por medio
de la atracción y repulsión.
A través de este ojo que todo lo ve el Adepto puede en
cualquier momento y lugar ponerse en contacto con Sus discípulos;
comunicarse con Sus colegas en el planeta, con aquellos que se hallan en
el polo opuesto de nuestro planeta y con los del tercer planeta que, conjuntamente
con el nuestro, forman un triángulo; por medio de la energía
dirigida a través de éste puede controlar y dirigir a los
constructores, sujetar cualquier forma mental que pueda haber creado dentro
de Su esfera de influencia y en su [e796]
proyectado sendero de servicio; a través
de Su ojo, mediante las corrientes de energía dirigida, puede estimular
y ayudar a Sus discípulos o grupos de hombres, en cualesquiera lugar
y momento.
[i1012] La
glándula pineal está sujeta a dos líneas de estímulo:
Primero, la que emana del Ego mismo, vía los centros etéricos
de fuerza. Este descenso de energía egoica (resultado del despertar
de los centros por medio de la meditación y la espiritualidad de
la vida) hace impacto sobre la glándula, y en el transcurso de los
años aumenta gradualmente su secreción y tamaño, comenzando
un nuevo ciclo de actividad.
La segunda línea de estímulo que afecta a la glándula
pineal es consecuencia de la disciplina del cuerpo físico y su sometimiento
a las leyes del desarrollo espiritual. Cuando el discípulo vive una
vida ordenada, no consume carne, no fuma ni bebe alcohol y practica la continencia,
la glándula pineal ya no está atrofiada, sino que reasume
su actividad primitiva.
Nada más puede decirse aquí pues ya se ha dado bastante al
estudiante para reflexionar.
Al pronunciar la palabra, durante la meditación, el estudiante evoca
respuesta del centro mayor de la cabeza, provoca vibración recíproca
entre éste y el centro físico de la cabeza y, gradualmente,
coordina las fuerzas de la cabeza. Practicando la visualización se
desarrolla el tercer ojo. Las formas visualizadas y las ideas y abstracciones
que durante el proceso se revisten de forma y se les da forma mentalmente,
se ven a pocas pulgadas del tercer ojo. Cuando el yogui oriental dice de
concentrarse en la punta de la nariz se refiere a este proceso. Esta frase
engañosa vela una gran verdad.
Continuando con las Reglas para la Magia, nos ocuparemos del
segundo grupo que trata de los impulsos constructores de formas y esas tendencias
atractivas que son la base de la manifestación en el plano físico.
Hemos considerado algunas reglas que se ocupan de la tarea del Angel solar,
quien, en cualquier tipo verdadero de trabajo mágico, es el agente
activo. Ya hemos [i1013]
dilucidado las reglas por las cuales construye
una forma mental en el plano mental, o ese cuerpo germinal que (mediante
la acumulación y sonido vibratorio) toma para sí otras formas.
REGLA SIETE.Las fuerzas duales se perciben en el plano donde ha de buscarse
el poder vital; los dos senderos enfrentan al Ángel solar; los polos
vibran. Aquel que medita debe hacer una elección.
La forma mental ha de funcionar hora en el plano astral, se la debe
proporcionar un cuerpo para pueda hacerlo. La [e797]
energía del deseo la penetra y aquel
que medita tiene que energetizar la forma con uno o dos tipos de fuerza
antes de objetivarse. De la acción emprendida depende la construcción
del cuerpo etérico y la consiguiente manifestación física.
Sin embargo, esto es poco comprendido por el pensador común, pero
la analogía con su propia experiencia vital es exacta como lo es
la del proceso cósmico. La naturaleza del deva (como
se lo llama) la compenetra, y la naturaleza de la forma mental depende de
la cualidad de su amor y del tipo específico de aquello que es el
objeto del amor. Si el deva o Ángel solar ama todavía la manifestación
y desea existir objetivamente, identificándose voluntariamente con
la sustancia, se produce el fenómeno de la reencarnación.
Si al deva o Ángel solar no lo atrae ya la materia, entonces no hay
identificación, y la vida objetiva ya no constituye la ley de su
existencia. Se identifica entonces con la cualidad o energía y se
convierte en expresión de los atributos divinos. La objetividad puede
entonces continuar como una ofrenda voluntaria para el bien del grupo o
existencia planetaria, no identificándose ya con la forma separada.
El vehículo humano así creado es una forma mental como puede
serlo cualquier otra idea particularizada, y [i1014]
se observará el acto más grande
de magia consciente. Todas las demás creaciones mágicas son
secundarias. Manipulando la energía positiva y negativa, llevándolas
a un punto de equilibrio antes de darles forma, se construye el cuerpo perfecto
del Adepto. Todo trabajo mágico realizado en el plano astral debe
hacerse en la línea de la actividad equilibradora; la naturaleza
característica de este tipo de trabajo, en los tres planos de los
tres mundos, podría resumirse de la manera siguiente:
En el plano mental, la fuerza positiva del Angel solar impele
la sustancia necesaria hacia su correspondiente forma.
En el plano astral, la fuerza equilibradora del Ángel
solar reúne el material y la energía necesarios de todas partes,
construyendo con él la necesaria envoltura astral.
En el plano físico, la fuerza negativa del Ángel
solar es todo lo que se necesita para reunir la sustancia etérica
deseada. Esto significa que la forma ha adquirido vitalidad y característica
propias, de manera que no se requiere la acción violenta que emana
del centro egoico para proseguir el trabajo. Es suficiente la nota y la
vibración de la forma misma. [e798]
REGLA OCHO.Los Agnisuryas responden al sonido. El flujo y el reflujo
de las aguas. Que el fuego cuide de no ahogarse en el punto donde la tierra
y el agua se unen. El punto medio, que no es ni seco ni húmedo debe
ser el lugar donde él apoye sus pies. Donde se unen el agua, la tierra
y el aire, allí está el lugar en que debe hacerse el trabajo
mágico.
Debe observarse que en esta regla no se menciona al cuarto elemento, el
fuego. La razón consiste en que el mago debe realizar la estupenda
tarea de generar el fuego necesario en este triple punto de reunión.
Esta es una de las reglas más ocultas y enigmáticas. [i1015]
Las siguientes frases del Antiguo Comentario
arrojan alguna luz sobre ello:
Cuando el fuego se extrae desde lo más intimo del corazón,
las aguas no bastan para dominarlo. Surge como una corriente de llamas y
atraviesa las aguas que desaparecen ante él. Así se encuentra
la meta.
Cuando el fuego desciende de Aquel que observa, el viento no logra
apagarlo. Los propios vientos protegen, resguardan y ayudan en la tarea,
guiando al fuego que desciende al punto de entrada.
Cuando el fuego emana de la boca de aquel que piensa y ve, entonces
la tierra no es suficiente para ocultar o apagar la llama. Alimenta la llama,
produciendo tal aumento y magnitud del fuego, que llega hasta la estrecha
puerta de entrada.
Esta simbología oculta mucha información referente a la energía
dadora de vida, a los centros simbolizados que la enfocan e impelen y al
lugar que los diversos tipos de materia receptiva ocupan en el trabajo mágico.
Como siempre ocurre en magia blanca, la actividad del Ángel solar
es el factor primordial, y la tarea que realiza el hombre en el plano físico
se considera secundaria, su cuerpo físico y el trabajo que allí
se inicia frecuentemente se mencionan como el combustible y su calor.
Esto se ha de recordar muy bien pues dará la clave de la necesidad
del alineamiento egoico y la razón de la desaparición de ciertos
magos, quienes fueron destruidos por su propio fuego o energía.
Mago discreto es aquel que cuida la preparación de su vehículo
inferior a fin de llevar consigo el fuego con el cual trabaja, y esto lo
alcanza mediante la disciplina y la pureza total.
El mago cuida de no ahogarse o caer bajo la influencia del agua
o elementales astrales, por el conocimiento de ciertas fórmulas,
y hasta que estos mántram y sonidos no sean impartidos y conocidos,
es peligroso para el hombre en el plano físico intentar la creación
mágica. Dichas fórmulas son tres: [i1016] Primero,
la que fusiona dos notas y agrega una tercera, [e799]
poniendo así en actividad a los constructores
del plano astral, los Agnisuryas en cualquiera de sus grados. Esto se basa
en el sonido inicial del Ego, distinguiendo entre éste y el sonido
de la nota de los constructores y vidas de la minúscula forma mental
ya creada. La fórmula es entonada basándose en estas tres
notas, en la variación de tono y nota, aunque no de fórmula,
produciendo así los tipos de formas.
Segundo, la que es de naturaleza puramente protectora y que, por el
conocimiento de las leyes del sonido, está vinculada con el agua
(o plano astral), produce un vacío entre el mago y las aguas y entre
él y su creación. Esta fórmula se basa en los sonidos
vinculados también con el aire, pues el mago se protege a sí
mismo evitando que se acerquen los constructores del agua, erigiendo a su
alrededor una capa protectora de átomos de aire, entendidos esotéricamente.
Tercero, la que al ser pronunciada produce dos resultados: el envío
de la creación perfecta, a fin de tomar para sí un cuerpo
físico y luego la dispersión de las fuerzas constructoras
una vez se ha terminado su trabajo.
Esta última fórmula es excesivamente interesante y, si no
fuera tan poderosa, el mago podría verse en dificultades con el producto
de su pensamiento y convertirse en la víctima de una forma vital
y de ciertos devas de las aguas que nunca lo abandonarían
hasta haberle drenado todas las aguas de su naturaleza, absorbiéndolas
en su propia naturaleza y provocando su muerte astral. El curioso fenómeno
que se observaría entonces sería el del Ego o Ángel
solar encarnado en la envoltura mental, pero separado del cuerpo físico,
debido a que el mago se ha ahogado esotéricamente. Lo
único que puede hacer el Ego es romper el sutratma [i1017]
o hilo y retirar todo contacto con la envoltura
inferior. Esta envoltura podrá persistir por un corto período,
de acuerdo a la fuerza de la vida animal, pero es más probable que
la muerte se produzca inmediatamente. () Varios magos han perecido de esta
manera. [e800]
REGLA NUEVE.Después sobreviene la condensación. El fuego
y las aguas se encuentran. La forma se dilata y crece. Que el mago coja
que su forma en el sendero apropiado.
Esta regla se resume brevemente en el mandato: Que el deseo y la mente
sean tan puros y tan proporcionados y la forma creadora tan exactamente
equilibrada, que no pueda ser atraída por el sendero de destrucción
o de izquierda.
REGLA DIEZ.A medida que las aguas bañan la forma creada, éstas
son absorbidas y utilizadas. La forma acrecienta su fuerza; que el mago
continúe hasta que su trabajo sea suficiente. Que los constructores
externos cesen su trabado y los constructores internos inicien su ciclo.
Uno de los conceptos fundamentales captados por todos los trabajadores
de magia, es que tanto la voluntad como el deseo son emanaciones de fuerza.
Difieren en cualidad y vibración, pero SON esencialmente corrientes
de energía, una de ellas forma un vórtice inicial o centro
de actividad pues es centrífuga; la otra es centrípeta, siendo
el principal factor que le va dando forma a la materia alrededor del vórtice
central. Esto puede verse en el caso del lote egoico, donde se manifiesta
de manera interesante el aspecto voluntad formando la joya en el loto
o el centro [i1018]
interno de energía eléctrica,
y el deseo o aspecto amor formando el loto egoico mismo o la forma que oculta
el centro. La analogía en toda construcción de formas rige
para los dioses, hombres y átomos. Desde los planos cósmicos
superiores, el sistema solar se ve como un enorme loto azul y lo mismo sucede
en toda la escala en orden descendente: lomismo puede decirse
del minúsculo átomo de sustancia. La diferencia entre estos
diversos lotos se halla en el número y distribución de los
pétalos. El sistema solar es literalmente un loto de doce pétalos,
estando cada pétalo formado por cuarenta y nueve pétalos menores.
El loto planetario difiere en cada esquema, y es revelado uno de los secretos
de la iniciación al iniciado cuando se le confía el número
de pétalos de
nuestro planeta tierra,
nuestro polo opuesto planetario y
nuestro planeta complementario o equilibrante.
Provisto de este conocimiento puede entonces utilizar ciertas fórmulas
de magia que le permitirán crear en las tres esferas. El mismo concepto
básico rige en la construcción de formas mentales [e801]
y permiten al mago blanco fenómenos
objetivos en el plano físico. Trabaja con los dos tipos de energía,
voluntad y deseo, y cuando estos se equilibran conduce a equilibrar los
pares de opuestos y a la consiguiente liberación de la sustancia-energía,
al erigirse la estructura del plano físico. El mago ha de conocer
los siguientes hechos:
Las fórmulas para los dos aspectos de energía logoica, voluntad
y deseo. Esto literalmente consiste en captar la nota y la fórmula
de Brahma o aspecto sustancia, y la nota y fórmula de Vishnu o aspecto
constructivo. A uno lo reconoce porque ha manejado materia; le es revelado
el otro cuando ha alcanzado la conciencia grupal.
[i1019] La
fórmula para el tipo particular de sustancia-energía que está
tratando de emplear se vinculará con ese pétalo particular
del Logos solar desde donde emana la fuerza deseada.
La fórmula para el tipo particular de energía que le es transmitida
por medio de uno de los tres círculos de pétalos en su propio
loto egoico.
La fórmula para el pétalo en particular, de un círculo
de pétalos que puede elegir para trabajar. Todas conciernen principalmente
al aspecto voluntad, en lo que respecta a la forma mental que
se ha de construir, porque el mago constituye la voluntad, el propósito
o el espíritu detrás del fenómeno objetivo que está
en proceso de producir.
La fórmula que impele a la actividad (produciendo así una
forma), los Agnisuryas energetizados por cualquier aspecto particularde fuerza solar. Donde las dos fuerzas entran en contacto se produce
la forma, o el tercer centro de energía aparece o se manifiesta:
La energía del aspecto voluntad.
La energía del deseo o aspecto amor.
La energía de la consiguiente forma mental.
Aquí no se contradice la enseñanza oculta de que el Padre
y la Madre o Espíritu y Materia, cuando entran en contacto, producen
el Hijo. La dificultad que los estudiantes deben superar consiste en la
verdadera interpretación de los tres términos: Madre-Materia-Humedad
(o las aguas).
Las tres esferas vibratorias,
1. la física densa
madre
materia,
2. la etérica
materia
Espíritu Santo,
3. la astral
humedad
agua,
esperan como una unidad en la creación, y durante las primeras etapas
de creación en la enseñanza ocultista, no tienen que estar
[e802]separadas
o apartadas. En el sendero de involución, si se encara el tema desde
un ángulo diferente a fin de [i1020]
esclarecerlo parcialmente, se establecerán
las diferencias, pero en el sendero de evolución o de retorno, como
bien sabemos, son superadas; en el punto medio de equilibrio, por ejemplo,
como en nuestro globo, la confusión se produce en la mente del estudiante
debido al hecho oculto de que se emplean simultáneamente las diversas
fórmulas; las formas mentales se hallan en todas las etapas de construcción,
y el resultante caos es terrible.
El significado de la regla que estamos comentando podría interpretarse
como que la energía de las aguas llega a predominar en el trabajo
mágico, y el deseo por adquirir forma y cumplir su objetivo se acrecienta.
Esto tiene lugar después que la energía de la voluntad ha
formado el núcleo central al haber entrado en contacto con la fuerza
del deseo. El mago, por medio del deseo (o fuerte motivo), acrecienta la
actividad de la forma hasta que adquiere una vida propia separada tan poderosa
e intensa que está lista para cumplir su misión en el plano
físico. Los devas constructores que han sido impelidos a construir
la forma, empleando las miríadas de vidas elementales disponibles,
han completado su tarea y dejan de construir; este tipo particular de energía
no impele a las vidas menores en una dirección específica,
sino que entran en el ciclo final de trabajo en el plano astral. Esto se
sintetiza en la siguiente regla:
REGLA ONCE. Tres cosas tiene ahora que llevar a cabo quien trabaja con
la ley. Primero, descubrir la fórmula que confine a las vidas dentro
del muro esferoidal; luego, pronunciar las palabras que le expresen a esas
vidas que deben hacer y dónde hay de llevar lo que ha sido hecho;
finalmente, ha de pronunciar la frase mística que lo salvaguardará
de su trabajo.
La idea corporificada posee ahora forma y figura en el plano astral, pero
aún se halla en estado de flujo; las vidas sólo se mantienen
en su lugar por medio de la centrada atención [i1021]
del mago, trabajando por medio de los grandes
constructores. Mediante el conocimiento de ciertas frases mágicas,
debe tratar de que su trabajo sea permanente e independiente y fijar el
lugar de los elementos vitalizadores dentro de la forma, dándoles
el impulso que traerá como resultado una concreción más
segura. Habiendo realizado esto, llega a ser, si puede expresarse así,
un agente del Karma y envía la forma mental dual (revestida de materia
mental y astral) a cumplir su misión, cualquiera que ella sea. Finalmente [e803] debe
tomar las precauciones necesarias para protegerse de las fuerzas de atracción
de su propia naturaleza, lo cual puede conducirlo a retener la forma mental
tan cerca del radio de su propia influencia que sería inútil
neutralizar su energía innata y anular su propósito.
También puede producir una fuerza de atracción tan poderosa
que al atraer la forma tan cerca de sí estaría obligado a
absorberla. Esto puede realizarlo sin ningún peligro aquel que sabe
hacerlo, sin embargo produce una pérdida de energía, prohibida
por la Ley de Economía. La mayoría de los hombres, que a menudo
son magos inconscientes, crean muchas formas mentales maliciosas y destructivas,
las cuales se vuelven en contra de sus creadores en forma desastrosa.
c. Cuatro reglas para el plano físico. Al realizar el trabajo
mágico de crear formas, se ha hecho descender la forma mental desde
el plano mental -donde el Angel solar inició el trabajo- a través
del astral -donde se estableció el equilibrio- hasta el plano físico
o niveles etéricos. Aquí se lleva a cabo la tarea de producir
la objetividad, y quien trabaja en magia está en peligro de fracasar
si no conoce las fórmulas y los mántram para hacer contacto
con el nuevo grupo de constructores y salvar el espacio que existe entre
el plano astral y el subplano gaseoso del plano físico. Sería
útil recordar aquí que en el trabajo de creación [i1022]
el mago blanco aprovecha la influencia del
Rayo en vigencia. Cuando el tercero, quinto y séptimo rayos se
hallan en poder, ya sea entrandoen pleno cenit o saliendo de él,
el trabajo es mucho más sencillo que cuando dominan el segundo, el
sexto o el cuarto rayos. En la actualidad, como sabemos, el séptimo
Rayo está empezando a dominar rápidamente, y es una de las
fuerzas con las cuales debetrabajar el hombre más fácilmente.
Bajo la influencia de este Rayo podrá erigirse una nueva estructura
para la actual decadente civilización y construir el nuevo templo
deseado para el impulsoreligioso. Mediante su influencia se facilitará
también grandemente la tarea de los numerosos magos inconscientes.
Esto traerá como consecuencia el rápido aumento de fenómenos
síquicos inconscientes, la difusión de la ciencia mental y
la consiguiente capacidad de los pensadores para adquirir y crear los tangibles
beneficios que desean. Sin embargo, esta magia de naturaleza inconsciente
y egoísta conduce a resultados kármicos deplorables, y solo
quienes trabajan con la ley pueden evitar las consecuenciasque
afectan a los que manipulan materia viviente y controlan las vidas menores
mediante el conocimiento, el amor y la voluntad.
El mago blanco utiliza fuerzas solares. A medida que el planeta gira
alrededor del sol hace contacto con diferentes tipos de [e804]
energía solar, requiriéndose
un experto conocimiento para utilizar las influencias a su debido tiempo
y la forma ser constituida de tal manera que pueda responder a la energía
diferenciada en el momento necesario.
Manipula fuerza planetaria
de tres tipos:
La de su propio planeta, y la más asequible.
La que emana del polo opuesto
de nuestro planeta.
La que se presiente que se
origina en ese planeta que, con nuestra tierra y su opuesto, forma el
triángulo esotérico
[i1023] Los
estudiantes han de recordar que estamos tratando con materia etérica
y energía vital y por lo tanto con lo concerniente al plano físico
y todo lo que abarca ese término. También deben recordar
que el mago (a medida que trabaja en el plano de la objetividad) está
en condición de utilizar sus propias fuerzas vitales en el trabajo
de creación de la forma mental, pero sólo le es posible
y permitido cuando ha alcanzado ese grado de evolución en que se
convierte en canal para la fuerza y sabe cómo atraerla dentro de
si, transmutarla o combinarla con las fuerzas de su propio cuerpo y luego
transmitirla a la forma mental que está en proceso de construir.
Muchas cosas interesantes se le revelarán al pensador que extienda
esta idea al Logos planetario y a Su trabajo de crear formas.
Con estas breves observaciones preliminares podemos ahora continuar con
las Reglas para la Magia, aplicables al plano físico
REGLA DOCE.La trama palpita. Se contrae y dilata. Que el mago se apodere
del punto medio a fin de capturar a esos prisioneros del
planeta cuya nota está correcta y exactamente afinada
con aquello que debe ser hecho.
Es preciso que el mago recuerde que todo lo que sucede en la tierra acontece
dentro de la trama etérica planetaria. El trabajador en magia blanca,
por ser ocultista, se ocupa de universalidad y comienza su trabajo mágico
dentro de los confines de la esfera física etérica. Su problema
consiste en localizar esas vidas menores, dentro de la trama, que son
apropiadas para construir el vehículo mental propuesto. Dicho trabajo
sólo puede efectuarlo el hombre que, mediante la destrucción
de la trama que confina a su propia trama etérica, puede alcanzar
aquello que reconoce conscientemente como el cuerpo vital planetario.
Sólo aquel que es libre puede controlar y utilizar a esos prisioneros.
Éste es axioma oculto [i1024]
de real importancia, de la mayoría
de los [e805] fracasos
sufridos por los seudos trabajadores en magia, se deben al hecho de que
ellos mismos no son libres. Los prisioneros del planeta son
esas miríadas de vidas dévicas que forman el cuerpo pránico
planetario, siendo arrastradas por el torrente de fuerza vital que emana
del sol físico.
REGLA TRECE.El mago debe reconocer a los cuatro; observar en su trabajo
el tono violeta que evidencian y así construir la sombra. Cuando
esto ocurre, la sombra se reviste a sí misma y los cuatro se convierten
en siete.
Esto significa literalmente que el mago debe saber discriminar entre
los diferentes éteres y observar el matiz especial de los distintos
niveles, asegurando así una construcción equilibrada de
la sombra. Los reconoce en sentido oculto, es
decir, conoce su nota y clave, y es consciente del tipo particular de
energía que personifican. No se ha puesto demasiado énfasis
en el hecho de que los tres niveles superiores de los planos etéricos
están en comunicación vibratoria con los tres planos superiores
del plano físico cósmico, y éstos (conjuntamente
con su cuarto nivel envolvente) han sido denominados en los libros ocultistas
la Tétrada invertida. Este conocimiento pone al mago
en posesión de los tres tiposde fuerza planetaria y su
combinación o el cuarto tipo, liberando para sí esa energía
vital que impulsará dicha idea a la objetividad. A medida que los
diferentes tipos de fuerza se reúnen y una tenue y umbría
forma se reviste con la envoltura vibrante astral y mental, y la idea
del Angel solar logra una definida concreción.
REGLA CATORCE.El sonido aumenta. Se acerca la hora del peligro para
el alma valerosa. Las aguas no han dañado al creador blanco y nada
puede ahogarlo ni mojarlo. Ahora lo amenaza el peligro del fuego y de
Las Llamas [i1025]y se observa tenuemente el humo que se eleva.
Que él, después del ciclo de paz, nuevamente invoque al
Angel solar.
El trabajo creador asume ahora serias proporciones; por última
vez el cuerpo del mago es amenazado por la destrucción. Habiéndose
formado la sombra, ya está preparada para tomar un
cuerpo gaseoso o ígneo, y son estos constructores del
fuego que amenazan la vida del mago, por las siguientes razones:
Primero, porque estando los fuegos del cuerpo humano [e806]
estrechamente vinculados a los fuegos con
que el mago trata de trabajar, si los fuegos latentes del cuerpo y los
del planeta se colocan en muy estrecha yuxtaposición, el creador
está en peligro de quemarse y destruirse.
Segundo, estando los Agnichaitas vinculados a los devas del
fuego del plano mental, son muy poderosos y sólo pueden su
controlados debidamente por el Angel solar mismo.
Tercero, en este planeta los fuegos planetarios todavía no han
sido dominados por el fuego solar, y son impulsados fácilmente
a efectuar el trabajo de destrucción.
Por lo tanto, se ha de invocar nuevamente al Angel solar. Ello significa
que el mago (cuando su sombra se ha completado, previamente
a las etapas finales de concreción) debe cuidar que su alineamiento
con el Ego sea exacto y directo y que las corriente de comunicación
estén en plena actividad. Literalmente tiene que renovar
su meditación, y hacer un nuevo y directo contacto antes
de proseguir la tarea. De otra manera los fuegos de su propio cuerpo pueden
quedar incontrolados y sufrir, en consecuencia, su cuerpo etérico.
Por lo tanto lucha contra el fuego utilizando fuego y hace descender fuego
solar para protegerse. Esto no fue necesario hacerlo en el plano astral.
Los momentos de mayor peligro en el trabajo creador del mago se producen
en ciertas ocasiones en el plano astral, donde está en peligro
de ahogarse, esotéricamente y durante la transición de los
niveles etéricos [i1026]
a los planos de concreción tangible
cuando corre el peligro de quemarse esotéricamente.
En el primer caso no acude al Ego, sino que detiene la oleada por el amor
y los poderes equilibradores de su propia naturaleza. En el segundo debe
acudir a aquello que representa el aspecto voluntad en los tres mundos,
el impulsivo y dinámico pensador o Angel solar. Esto lo logra por
medio de un mántram. Ningún indicio puede darse debido a
los poderes que confiere.
REGLA QUINCE.Los fuegos se acercan a la sombra, sin embargo no la queman.
La envoltura del fuego se ha terminado de construir. Que el mago entone
las palabras que mezclan el fuego y el agua.
Poco puede decirse para interpretar estas palabras, excepto hacer
una referencia general. Se ha creado la envoltura gaseosa y se acerca
el momento de construir la envoltura para el sexto subplano, el líquido.
Ambos deben fusionarse. Es el momento de mayor peligro, en lo que respecta
a la forma mental misma. Anteriores peligros han amenazado al mago. Ahora
debe ser protegida la forma que está creando. La naturaleza del
peligro se insinúa en las [e807]
palabras: Cuando el fuego y el agua
se unen, sin haber entonado el sonido, todo se disipa en vapor. El fuego
deja de ser. El peligro reside en la enemistad kármica existente
entre los dos grandes grupos de devas. Dichos grupos sólo pueden
ser unidos por el mediador, el hombre.
Quizás se preguntarán para qué sirven las quince
reglas impartidas respecto a la magia. Todavía para nada respecto
al trabajo práctico, pero serán muy útiles cuando
se desarrolle la intelectualidad interna. Quien medite y reflexione sobre
estas reglas a la luz de lo que ha sido previamente comunicado referente
a los devas y a las fuerzas constructoras, llegará a comprender
las Leyes de Construcción del macrocosmos, que le serán
muy útiles y le ahorrarán mucho tiempo cuando se le confíe
el trabajo y las fórmulas mágicas.
49) La actividad conjunta de los Pitris solares y lunares D.
S. III, 242-243.
"La chispa pende de la llama por el hilo más fino
de Fohat.
La llama de tres lenguas que
nunca muere..Tríada.
Los cuatro pabilos...Cuaternario
El hilo de Fohat.....Hilo de
Vida
Recorre los siete mundos de maya.
Macrocósmicamente....Los siete esquemas planetarios.
Planetariamente..........Las siete cadenas
de un esquema
Microcósmicamente........Los siete globos
de una cadena
Tomen nota y mediten ahora: "...el divino Septenario
que pende de la Tríada, formando así la Década y sus permutaciones.
Siete, cinco y tres."
"Se detiene en el primero y es un metal y una piedra; pasa al segundo
y he aquí una planta; la planta gira a través de siete formas y se
transforma en un animal sagrado." Compárese D. S. I, 262-263.
Obsérvese el aforismo cabalístico: "Una piedra se transforma en una
planta, una planta en una bestia, una bestia en un hombre, un hombre
en un espíritu y el espíritu en Dios. D. S. I, 264.
Combinando estos atributos se forma Manu, el Pensador. D. S. III,
173,180.
¿Quién lo forma? Las siete vidas y la Vida Una. D.S. III,251. Los
siete grupos de vidas que forman los tres cuerpos inferiores. Los
Pitris lunares o padres de las formas materiales.
¿Quién lo completa? El Quíntuple Lha. ¿Quién une la Tríada aespiritual
superior y el yo inferior?
Los Dioses quíntuples de la
inteligencia.
El quinto principio de la mente.
¿Quién perfecciona al último cuerpo? El pez, el pecado
y el soma.
Pez, pecado y soma componen
colectivamente los tres símbolos del ser inmortal.
Pez -símbolo del principio
búdico, la vida manifestada sobre la tierra. Observen el avatar
Vishnu. El signo de Piscis, el pez. Jesus el pescador de hombres.
Pecado - la caída del hombre,
la invlución del Espíritu.
Soma -Luna. El trabajo de los
Pitris lunares que proveen los cuerpos. Léase D. S. I, Estanza VII,
278.
50) D. S. I, 77-78,108.
51) El Ego está descrito en La Doctrina Secreta de la manera siguiente:
"Cada uno es un pilar de Luz. Habiendo elegido el vehículo se expandió,
envolviendo on un aura akáshica el animal humano, el Principio divino
se estableció dentro de la forma humana" D. S. VI, 131-132. "Son los Dhyanes
del Fuego y emanan del Corazón del Sol". D. S. III, 100. Léase el Comentario
en D. S. III, 100. "Son los Hijos del Fuego y conforman al hombre interno.
D. S. III, 115.
52) Los Ángeles solares (Hijos de la Sabiduría) son entidades que tratan
de obtener conciencia más plena. D. S. III, 170-171;IV, 173-174.
Adquirieron el intelecto debido
al contacto previamente establecido con la materia.
Encarnaron regidos por la Ley
del Karma. D. S. VI, 151-152.
Tuvieron que convertirse en conocedores.
Léase cuidadosamente D. S. III, llamada 20.
Estos ángeles solares son inteligencias
elevadas. D. S. III, 243-244.
Son los yoguis celestiales. D.
S. III, 241-242.
53) "Nirmanakaya" es un nombre formado por dos palabras y significa "que
no tiene cuerpo", no se refiere a las cualidades morales. Es un estado
de conciencia. A los grandes Instructores de las esferas nirvánicas se
los denomina así." 54) La Biblia, Romanos, VIII, 22. 55) D. S. III, llamada 5. 56) Cada ser humano
es una encarnación de Dios. D.S. VI, 91. Compárese IV, 82; D. S. VI, 114,
y las palabras bíblicas: "He dicho, sois Dioses." "¿No sabéis que sois
el Templo del Espíritu Santo?" Ningún Ser puede transformarse en un Dios
sin pasar por los ciclos humanos. D. S. IV, 331. Por lo tanto, el hombre
es igual a Dios en el sentido que representa los pares de opuestos, bien
y mal, luz y oscuridad, macho y hembra, etc. Es una dualidad. Representa
también a Dios porque es una triplicidad, siendo tres en uno y uno en
tres. D. S. IV, 93-94. Por hombre se entiende la divina Mónada. D. S.
IV, 187-188. 57) D. S. I, 79-80-81. 58)
D. S. VI, 211. 59) D. S. II, 158. 60)
El Número 10. D. S. I, 143-145.
Los tres, incluídos dentro del círculo, son los sagrados
Cuatro.
Adi-Sanat, el Número, Unidad.
El Logos o el Uno en encarnación física. Dios y el hombre funcionan
como unidades en sus respectivos planos físicos.
La Voz de la Palabra, los
números, pues Él es uno y nueve. El segundo aspecto. La idea personificada.
Conciencia.
El Cuadrado amorfo, el aspecto
materia, sustancia y forma. Limitación.
Un Logos solar, que da forma
a un sistema solar.
Un Logos planetario, que
da forma a un esquema planetario.
Un hombre que da forma a
sus cuerpos de manifestación.
Los diez constituyen el universo arupa.
Aquí se hace hincapié sobre las Vidas subjetivas,
o la Conciencia Inteligencia dentro de las formas. Estos diez podrían
denominarse:
I. El primer Logos...Shiva...Padre.......... Voluntad.
II. El segundo Logos..Vishnu..Hijo........... Amor-Sabiduría.
III. El tercer Logos...Brahma..Espíritu Santo. Inteligencia,
influenciando a la Materia, Madre.
1. El Señor de la Voluntad Cósmica........Primer Rayo.
2. El Señor del Amor Cósmico..............Segundo Rayo.
3. El Señor de la Inteligencia Cósmica....Tercer Rayo.
4. El Señor de la Armonía Cósmica.........Cuarto Rayo.
5. El Señor del Conocimiento Cósmico......Quinto Rayo.
6. EL Señor de la Devoción Cósmica........Sexto Rayo.
7. El Señor del Ceremonial Cósmico........Séptimo Rayo.
Ellos son la conciencia subjetiva, la causa de la manifestación.
61) D. S. III, 407-408-409.
62) El problema del Mal. Lo siguiente ha sido extraído de un escrito
mediumnímico, por la Dra. Anna Kigsford: "Ustedes han consultado sobre
el origen del mal. Éste es un tema importante que no se hubiera tocado,
pero parece que es necesario hacerlo. Comprendan que el Mal es el resultado
de la Creación. La Creación es el resultado de la proyección del Espíritu
en la materia, y con esta proyección vino el primer germen del mal.
Sepan que no existe tal cosa como mal puramente espiritual, sino que
el mal es el resultado de la materialización del Espíritu. Si analizan
cuidadosamente todo lo que hemos dicho respecto a las distintas formas
del mal, verán que cada una es el resultado del poder limitado de percibir
el Universo nada más que como el Yo superior......Entonces es verdad
que Dios creó el mal; también es verdad que Dios es Espíritu y siendo
Espíritu es incapaz de hacer mal. Por lo tanto el mal es estricta y
solamente el resultado de la materialización de Dios. Esto es un gran
misterio. Pero podemos decir esta noche....Dios es la percepción misma.
Es percepción universal, lo que ve y lo visto. Si pudiéramos ver todo,
oir todo, tocar todo, etc., no existiría el mal, pues el mal viene de
la limitación de la percepción. Tal limitación fue necesaria para que
Dios produjera nada más que Dios. Sólo Dios puede ser menos que Dios.
Por lo tanto sin el mal Dios habría permanecido solo. Todas las cosas
son Dios de acuerdo a la medida del Espíritu que existe en ellas." Es
decir, una humanidad perfecta será el vehículo perfecto del Espíritu
divino (véase La Mercaba de Ezequiel, I, capítulo). Grande es nuestra
deuda con los videntes que emiten destellos de luz en la oscuridad y
con elmisterio de la vida humana; allí donde el Espíritu, luchador interno,
frecuentemente sumergido en las profundidades de este misterioso caos,
hace visible la oscuridad, con el fin de permitirnos ver algunos pasos
adelante en el Camino, alentándonos para seguir adelante con la renovada
seguiridad de que se dispersarán las nieblas y nubes y que , a su debido
tiempo, entraremos en la plenitud de la Presencia divina. The Theosophist,
T. XXIX, pág. 50
63) La Meta para los Pitris:
Los Pitris lunares están en el mismo nivel que los principios inferiores.
D. S. III, 88
a.
Crean nuestros principios inferiores
D. S. III, 96
b.
Poseen fuego creador pero no fuego divino
D.S.III, 87-88
c.
Hacen evolucionar a la forma humana
D. S. I, 209
d.
Eventualmente se convertirán en hombres
D. S. I, 209
Compárese, D. S. III, 102
Los principios superiores están latentes en los
animales.
D. S. III, 249,260
a.
Los Pitris solares personifican al quinto principio
D. S. I, 242
b.
Proporcionan conciencia al hombre
D. S. I, 210
c.
Proveen el vehículo para la Mónada encarnante formando
el cuerpo egoico
D. S. I, 238-239
d.
Desarrollan el tipo humano
D. S. III, 229-230
Compárese, D. S. III, 99
Planetas invisibles:"No todos los planetas Intra-mercuriales, ni siquiera
aquellos en la órbita de Neptuno, han sido descubiertos todavía, aunque
se sospecha su existencia. Sabemos que existen y dónde están; ellos
dicen que hay innumerables planetas "quemados" -nosotros decimos que
están en oscuración- o planetas en formación y no poseen luminosidad
todavía, etc."
"Cuando esté así adaptado el "tásmetro" ofrecerá la posibilidad no
sólo de medir el calor de las más remotas estrellas visibles, sino también
de detectar, por sus invisibles radiaciones, estrellas invisibles e
indetectables, por ende también planetas. El descubridor,un M.S.T.,
muy protegido por M., piensa que si en cualquier lugar del espacio vacio
de los cielos -un espacio que parece vacío incluso cuando se lo mira
con el telescopio más poderos- el tásmetro indica invariablemente un
aumento de temperatura, lo cual constituirá una prueba contundente de
que el instrumento está en línea con un cuerpo estelar no luminoso o
tan distante que se halla fuera del alcance de la visión telescópica.
Su tásmetro, dice, "es afectado por una variedad más amplia de ondulaciones
etéricas que la que el ojo puede percibir". La ciencia oirá sonidos
provenientes de ciertos planetas antes de haber sido vistos. Esto
es una profecía. The Mahatma Letters to A. P. Sinnett, pág. 169
65) D. S. I, 203
66) Todos se transformarán en Logos solares de distintas categorías
67) D. S. I, 183, llamada 16
68) De una palabra sensar que significa "serpientes". Son los Dragones
de Sabiduría. D. S. I, 89,97.
69) Véase el comienzo del T. III de la Doctrina Secreta.
70) C. W. Leadbeater tenía una vaga comprensión de esta idea cuando
se refería a esos cargamentos de egos provenientes de la cadena lunar.
Por supuesto, materializó la idea en forma exagerada; si la misma idea
fundamental es expresada en términos de fuerza y de aparición de centros
de fuerza dentro de la cadena terrestre, centros que son el resultado
de la energía que emana de una cadena anterior y produce remolinos en
el éter o sustancia del plano mental, entonces captará más fácilmente
el verdadero significado.
71) Un Guru es un instructor espiritual
72) Aspirante. "Las prácticas que rigen la unión con el alma son: ferviente
aspiración, lectura espiritual y total obediencia al Maestro." "Las
palabras "ferviente aspiración" que he empleado significan princialmente
"fuego"; en la enseñanza oriental significan el fuego que da vida y
luz y, al mismo tiempo, el fuego que purifica. Por lo tanto, tenemos
como primera práctica o método de progreso espiritual, esa cualidad
ígnea de la voluntad que enciende e ilumina, y al mismo tiempo esa constante
práctica de la purificación, la eliminación por el fuego de las impurezas
conocidas" "Su meta es traer la visión del alma y desechar los obstáculos."
"Las reglas son las siguientes: pureza, serenidad, ferviente aspiración,
lectura espiritual y total obediencia al Maestro." "La perfección de
los poderes de la vestidura corpórea se obtiene por la eliminación de
las impurezas y de la ferviente aspiración." Aforismos de la Yoga
de Patanjali, Libro II, 1,2,32 ,43 (Edición C. Johnston).
73) Las tres Aulas a través de las cuales el alma del hombre debe progresar
están expuestas en La Voz del Silencio, págs. 18,19.
1er. Aula
Aula de la Ignorancia
humanidad infantil
plano físico
2da. Aula
Aula del Aprendizaje
hombre medio
plano astral
3er. Aula
Aula de la Sabiduría
hombre espiritual
plano mental
Donde permanecemos más tiempo es en el Aula de la Ignorancia. El período
siguiente en el Aula del Aprendizaje es llamado Sendero de Probación.
En el Aula de la Sabiduría el iniciado se acerca al misterio central
del Ser.
74) La Biblia. Juan XIV, 8.
75) La Biblia. Rev. XX, 2.
76)
Existen siete ramas del conocimiento, mencionadas
en los Puranas. D. S. I, 200.
La Gnosis o el Conocimiento oculto, es el séptimo
Principio; las seis escuelas de la filosfía hindú constituyen los
seis principios. D. S. I, 290.
Estas seis escuelas son:
a.
La escuela Lógica
Prueba de correcta percepción.
b.
La escuela atómica
Sistema detallado. Elementos. Alquimia y química.
c.
La escuela Sankya
Sistema de números. La escuela materialista.
La teoría de los siete estados de la materia o prakriti.
d.
La escuela de Yoga
Unión. La regla del diario vivir. Misticismo
e.
La Escuela de la Religión Ceremonial
Ritual. Culto a los devas o Dioses.
f.
La escuela vedanta
Tiene que ver con la no-dualidad. Trata de la
relación de Atman, en el hombre, con el Logos.
Existen cuatro ramas del conocimiento a las cuales se refiere
espcialmente H.P.B., D. S. I, 200.
Estas cuatro son probablemente aquellas que más ha tratado el hombre
en esta cuarta ronda y cuarta cadena.
Compárese D. S. I, 97, 119, 128,230.
Las cuatro Nobles Verdades. Los cuatro Vedas. Los cuatro Evangelios.
Las cuatro admisiones básicas. Los cuatro Elementos preparados. Los
cuatro grados de la Iniciación.
a.
Yajna Vidya
La ejecución de ritos religiosos a fin de producir
ciertos resultados. Magia ceremonial concierne al Sonido,
por consiguiente, el Akasha o éter del espacio. El "yajna" es
la Deidad invisible que compenetra el espacio
¿No se referirá esto al plano físico?
b.
Mahavidya
El gran conocimiento mágico. Ha degenerado en
el culto Tantrika. Trata del aspecto femenino o del aspecto materia
(madre). La base de la magia negra. El verdadero mahayoga tiene
que ver con la forma (segundo aspecto) y su adaptación al Espíritu
y sus necesidads.
¿No se referirá esto al plano astral?
c.
Guyha vdya
La ciencia de los mántram. El conocimiento secreto
de los mántram místicos. La potencia oculta del sonido o la Palabra.
¿No se referirá esto al plano mental?
d.
Atma vdya.
Verdadera sabiduría espiritual.
El conocimiento de la verdad es un patrimonio
común.D. S. III, 56,21.
El conocimiento es una cosa relativa y varía de
acuerdo al grado alcanzado.
Campos de mayor conocimiento
se abren ante un Logos planetario. D. S. IV, 259.
El hombre puede llegar a obtener
las cuatro verdades sin ser ayudado. D. S. VI, 66
Finalmente el conocimiento es un arma peligrosa:
Esto es debido al Egoísmo personal.
No es peligroso cuando:
Se entrega a él en cuerpo, alma
y espiritu. D. S. V, 69-70
Se cree firmemente en la propia
divinidad. D. S. V, 69-70
Se reconoce su Principio inmortal.
Se conoce a sí mismo. D. S .
VI, 79-80.
Se practican todas las virtudes.
D. S. V, 238
Se tiene experiencia. D. S.
VI, 130.
Se comprende que el conocimiento
es únicamente el fruto del Espíritu. D. S. VI, 96.
El conocimiento es adquirido
por medio de la mente superior. D. S. VI, 96.
77) D. S. I, Sección X, 108, 68;III, 284-285
78) La Biblia. Gen. I:2.
79)
"Mide tu vida en vez de las adquisiciones.
No por el vino bebido, sino por el vino escanciado,
Pues la fuerza del Amor está en el sacrificio del Amor;
Y quien más sufre más tiene para dar."
The Disciples por Hamilton King.
80) Si el hombre puede llegar a comprender la naturaleza de su propio
ser y de su constitución; si puede ser inducido a comprender que lo
que ocurre es razonable, y si se les puede demostrar a los pensadores
de la raza los riesgos indicdentales producidos en la evolución dévica
por los acontecimientos actuales, pueden evitarse grandes peligros.
A esto se debe la decisión de ampliar este tratado para que incluya
una información más detallada respecto a la evolución dévica.
81) La Doctrina Secreta dice que: Dios, Mónada y Átomo son analogías
de Espíritu, Mente y Cuerpo. D. S. II, 313.
El Logos se manifiesta en ese mahamanvantara como Manas (los divinos
Manasaputras en su totalidad) empleando cuerpos atómicos para propósitos
evolutivos con el objeto de desarrollar el segundo aspecto de budi o
sabiduría. La sabiduría debe tener por base a manas o mente inteligente.
El Logos es la suma total de la Inteligencia, que está evolucionando
a fin de desarrollar Amor.
82) Sonidos Mántricos.
Mántran es una combinación de sonidos, palabras y frases que, por virtud
de ciertos efectos rítmicos, producen resultados imposibles de obtener
separadamente. El más sagrado de todos los mántram de Oriente que se
ha dado al público hasta ahora, está contenido en las palabras: "Om
mani padame hum". Cada sílaba de esta frase tiene un poder secreto y
en conjunto siete significados que pueden producir distintos resultados.
Varias formas mántricas que se basan en esta fórmula y en la Palabra
Sagrada, emitidas rítmicamente y en diferentes claves, logran ciertos
fines deseados como el de invocar a los ángeles o devas protectores,
y realizan un trabajo definido, constructivo o destructivo, en los planos.
El poder de un mántram depende del grado de evolución del hombre que
lo emplea. Emitido por un hombre común sirve para estimular lo bueno
dentro de sus cuerpos, protegerlo y ejercer una influencia benéfica
en su medio ambiente. Emitido por un adepto o iniciado, sus posibilidades
para el bien son infinitas y de largo alcance.
Existen muchas clases que podrían enumerarse como:
1.
Los mántram muy esotéricos, en idioma sensar, custodiados
por la Gran Logia Blanca.
2.
Los mántram sánscritos empleados por iniciados
y adeptos.
3.
Los mántram vinculados con los diferentes rayos.
4.
Los mántram que se emplean para curar.
5.
Los mántram que se utilizan en los departamentos
del Manu, del Bodhisattva o del Mahachoan.
6.
Los mántram empleados en relación con los reinos
de los devas y de los elementales.
7.
Los mántram especiales relacionados con el fuego.
Su potencia depende del sonido, del ritmo y del énfasis
silábico impartido cuando se los emite y entona, también de la capacidad
del hombre que los emplea para visualizar y del anhelo de lograr el
efecto deseado
83) D. S. I, 273-274.
84) Los Dioses solares son los "Ángeles cídos". D. S. III, 267.
Calientan a las sombras.... los
cuerpos humanos.
A su vez son calentados por la
Mónada o Atma. D.S. III, 116-117-118, 266.
Son las Serpientes de sabiduría.
D. S. III, 227.
Su naturaleza es conocimiento
y amor. D. S. IV, 69.
Provienen del plano mental cósmico.
D. S . VI, 175.
El Ego o ángel solar está aprisionado. D. S.
II, 264,265.
Ha de emanciparse por sí mismo
de la esclavitud y la percepción sensoria.
Ha de ver en la luz de la Realidad
Una.
D. S. IV, 116.
Ha de redimir a la humanidad.
D. S. III, 242.
Ha de dotarlo con los efectos
y aspiraciones humanos. D. S. III, 242.
Otorga al hombre inteligencia
y conciencia. D. S. I, 210
85) Alineamiento. Véase Cartas sore Meditación Ocultista, Carta
I.
86) La Glándula Pineal. El Tercer Ojo. D. S. VI, 183.
La Meta de la evolución es desarrollar la visión
interna.
El significado esotérico del ojo. D. S. VI, 208-209
El "ojo de Tauro, el Toro" (compárese con el ojo
del toro). A la constelación de Tauro se la denominó Madre
de la Revelación e intérprete de la divina Voz. D. S. II, 350.
Los órganos de la visión interna:
El órgano exotérico...la glándula
pineal...físico.
El órgano esotérico...el tercer
ojo........etérico.
Nota: Los estudiantes deben distinguir entre el tercer
ojo y la glándula pineal. D. S. III, 286. "El tercer ojo ha muerto ya
y no actúa. "Testimoniando su existencia ha quedado la glándula pineal.
La glándula pineal es una masa nerviosa de materia gris del tamaño
de una arveja adherida en la parte posterior del tercer ventrículo
del cerebro.
El cuerpo pituitario es para la glándula pineal lo que manas es
para budi o la mente para la sabiduría. D. S. VI, 140-141.
La glándula pineal alcanzó su más alto desarrollo en proporción
al desarrollo del cuerpo físico más inferior. D. S. III, 286,290.
El tercer ojo existe en materia etérica.
Delante de la cabeza
A nivel de los ojos
Es un centro de energía formado por un triángulo
de fuerza.
El cuerpo pituitario.
La glándula pineal.
El centro alta mayor.
El tercer ojo abierto no proporciona directamente
clarividencia, sino que es el órgano por medio del cual se obtiene
cierto conocimiento directo. D. S. I, 103
El iniciado dirige el ojo hacia
la esencia de las cosas.
El asceta debe desarrollar
el tercer ojo antes de convertirse en adepto. D. S. IV, 180.
Los estudiantes de ocultismo debieran saber que el
tercer ojo está indisolublemente conectado con el karma: D. S. III,
290 (llamada 159), 293,296-297.
A su pasado atlante; la quinta
raza raíz está sufriendo por causas originadas en la cuarta raza
raíz..
Debido a que revela su pasado.
D. S. III, 276-297; IV, 324-325.
El tercer ojo es el espejo del alma. D. S. III, 289.
Para el ojo espiritual interno los Dioses no son
abstracciones como lo son el alma y el cuerpo para nosotros. D. S.
II, 3236.
El ojo interno puede ver a
través del velo de la materia. D. S. II, 326.
El ojo espiritual revela los
estados supersensibles D. S. IV, 100.
En el hombre espiritual regenerado está activo el
tercer ojo. D. S. III, 419.
87) La Biblia, Prov. X, 19.
88) La Biblia, Juan I.
89) Magia. D. S. I, 277.
Magia es la ciencia divina que conduce a participar
de los atributos de la divinidad misma. Isis sin Velo, I.
Todo el trabajo mágico consiste en liberarnos de
los repliegues de la Antigua Serpiente. Isis sin Velo, I.
El propósito del arte mágico es perfeccionar al hombre.
Isis sin Velo, I.
La magia explora la esencia y el poder de todas las
cosas. Isis sin Velo, I.
Magia y magnetismo son términos sinónimos. Isis sin
Velo, I.
Magia es la suma total de la naturaleza del conocimiento.
Isis sin Velo, II.
Magia no implica transgredir las leyes de la naturaleza.
Isis sin Velo, I. Prefacio.
Fundamentos de la Magia.
La magia está basada en los poderes internos que
posee el alma del hombre. Isis sin Velo, I.
La trinidad de la naturaleza constituye la cerradura
de la magia; la trinidad del hombre es la llave que se adapta a ella.
Isis sin Velo, I.
La magia es la psicología oculta. Isis sin Velo, II.
La luz astral es el principal agente de la magia.
Isis sin Velo, I; D. S. I, 270; IV, 79.
Magia. Esta palabra encierra en sí la prueba de su elevado origen.
La palabra latina Magus y la palabra griega, Magos, un mago, proporcionan
derivados que indican autoridad, sabiduría , superioridad. Tenemos entonces
magnitud, manificencia, magnielocuencia para expresar grandeza de posición,
de acción y de palabra. Cambiano lógicamente las mismas palabras se
convierten en majestad, implicando dominio, y tenemos también magistrado,
algo magistral, lo cual ha sido simplificado por Maestro y, finalmente,
mediante el proceso evolutivo de las palabras, se ha convertido en el
común "Mister". Pero el latín es sólo un transmisor de palabras. Podemos
igualmente seguir el desarrollo histórico de esta raíz hasta que llegamos
al zendo, en que se aplica para designar a toda la casta sacerdotal.
Los magos eran renombrados en todo el mundo por su sabiduría y capacidad
en el ocultismo; sin duda nuestra palabra magia debe principalmente
a esa fuente su actual existencia y significado. No es necesario que
nos detengamos aquí porque, detrás de la palabra zendo "mag, aparece
la palabra sánscrita maha, que significa "grande" . Creen los estudiosos
que maha originalmente se pronunciaba magha. En el sánscrito existe
en verdad la palabra Maga, y significa un sacerdote del Sol, pero fue
evidentemente una adaptación posterior del zendo cuya raíz originalmente
derivó del sanscrito. Lucifer, T. X, pág. 157.
Magia. El arte de la divina magia consiste en la capacidad de percibir
la esencia de las cosas a la luz de la naturaleza(luz astral) y -empleando
los poderes anímicos del Espíritu- de producir cosas materiales desde
el universo invisible; en dichas actuaciones debe unirse lo que está
arriba y lo que está abajo y actuar armoniosamente. D. S. IV, 79-80.
Magia es el segundo de los cuaro Vidyas, el gran maha-vidya en los
escritos tántricos. Sobre ella se ha de verter la luz del cuarto vidya
(atmavidya) para que sea magia Blanca. D. S. I, 200.
Magia Negra es definida por H.P.B. de la siguiente manera:
En la magia negra se emplea la
luz astral con el propósito de engañar y seducir, mientras que el
mayo blanco la emplea con proósitos informativos y para ayudar a la
evolución. D. S. I, 269.
La magia negra trabaja con los
polos opuestos. El mago blanco busca el punto de equilibrio y síntesis.
D. S. II, 120
La magia negra tiene por símbolo
la estrella de cinco puntas invertida, la magia blanca usa el mismo
símbolo con la punta hacia arriba
La magia negra es maha-vidya sin
luz de atma-vidya. La magia blanca es maha-vidya iluminada por atma-midya.
D. S. II, 240.
La magia negra se rige por la
luna. La magia blanca se rige por el sol.
La magia negra y blanca surgieron
durante el gran cisma que comenzó en la cuarta raza raíz. D. S. III,
408; IV, 63, 79.
La magia negra se basa en la degradación
del sexo y de la función creadora. La magia blanca está basada en
la transmutación de la facultad creadora, en el pensamiento creador
superior; el fuego interno abandona los órganos genitales y pasa a
la garganta, el centro del sonido creador.
La magia negra trata con las fuerzas
de la involución. La magia blanca trabaja con los poderes de la evolución
La magia negra se ocupa de la
forma, la materia. La magia blanca se ocupa de la vida dentro de la
forma, el Espíritu.
92) D. S. V. 69-70, Sección VI, 75.
93) D. S. IV, 116-117-118.
94) D. S. I, 122-124; III, 209,221;IV,62
95)La Biblia Rev. XIII, 18
Podría preguntarse aquí qué relación puede haber a este respecto con
la ronda interna. La ronda interna tiene muchos significados, algunos
de los cuales es imposible darlos, pero dos cosas pueden decirse: Que
se ocupa del efecto producido por el equilibrio triangular de las fuerzas
al finalizar el ciclo, cuando la fuerza de la energía involucrada circula
sin impedimentos, aunque lentamente a través de:
dos constelaciones del sistema solar,
los esquemas planetarios
tres globos en el esquema.
Debe recordarse que los tres son interdependientes.
La fuerza empieza así a fluir cuando algún ciclo ha recorrido dos tercios.
Concierne a las Iniciaciones mayores, y es la analogía, en los planos
superiores, del atajo esotérico que conduce a la sabiduría y al conocimiento,
que denominamos sendero de Iniciación.
97) Ningún alma puede perderse cuando:
Existe una buena aspiración
Ha realizado una acción altruista
Lleva una vida virtuosa
Lleva una vida de rectitud
Vive una vida naturalmente pura.
Isis sin Velo, II.
Véase D. S. VI, 160-161-162.
98) H.P.B. ha dicho que los elementales del aire son
los más malvados y peligrosos. Se refiere al plano físico y a los peligros
que acechan al cuerpo físico. Son los más peligrosos en lo que respecta
al plano físico, pero en el caso que estamos considerando, tratamos
con el hombre, la unidad en los tres mundos.
99) D. S. I, 103; III, 276,287,293.
1) Los caminos abiertos para el Ego divino después de la separación
son dos. D. S. VI, 157.
Puede iniciar una nueva serie
de encarnaciones.
Puede retornar al "seno del Padre"
y volver a la Mónada.
Dos caminos están abiertos para el yo inferior descartado.
D. S. VI, 159, 161.
Si tiene cuerpo físico se convierte
en un hombre sin alma. En este caso hay esperanza.
Si no tiene cuerpo físico se convierte
en un fantasma o en una especie de Morador del Umbral.