Discipulado en la Nueva Era I - Cartas a C. D. P.
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C. D. P. |
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Noviembre de 1931 Hermano de antaño: Tengo muy poco que decirle hermano mío, no por inmerecido, pues conoce el trabajo que debe realizarse y sólo me resta observar en silencio cómo se lleva a cabo oportunamente. Venza el temor, hermano mío, aniquile la suspicacia y esos viles engendros del temor -la nerviosidad, los presagios, la preocupación y las terribles y desastrosas conclusiones a que llega instantáneamente. Logre ese aplomo interno que en la Luz del Eterno hace frente a todo. Tan a menudo lo embarga el terror del momento (sí, terror es la palabra que deseo [i505] emplear), que la perturbación astral no deja penetrar, ni brillar la clara luz de la verdad y del conocimiento. Posee ambos. En muchos sentidos es inteligente y tiene experiencia. Posee simpatía, comprensión, lealtad a la causa de la verdad oculta y se esfuerza constantemente (además de tener ideas altruistas), cualidades éstas que son reconocidas. Si así no fuera ¿hubiera sido incluido en mi grupo?; los mayores obstáculos provienen del temor. También hay debilidad etérica y le sugiero que al practicar la meditación vea imaginariamente afluir la energía divina (que es la acción creadora, hermano mío) y envíela a cumplir su misión en la contraparte etérica del bazo. Trate de ubicar el bazo en algún diagrama; no visualice el órgano fisiológico, sino la zona etérica que lo rodea, e imagínelo bañado en puro y dorado [e466] prana. Este ejercicio será de valor. Su larga experiencia en la meditación le permitirá efectuarlo con facilidad... Por el resto de su vida sea un sannyasin y sirva al Plan sin apegos. Reflexione sobre esta última frase, porque contiene el secreto de su liberación.
Hermano mío: Hoy tengo para usted una palabra de aliento. Parte de la dificultad de su vida no sólo se debió a la débil combinación de los cuerpos físico y etérico que lo llevó, por lo tanto, a una desvitalización, sino que la integración entre su cuerpo mental y su cuerpo emocional o astral, ha sido muy pobre. Últimamente cambió la situación y su mente y su cuerpo astral están ahora integrados. Reflexione sobre lo que esto significa, hermano mío, lo cual quiere decir que su cuerpo astral (que deambula en la ilusión) ya no será el factor predominante y determinante en su experiencia -como ocurrió hasta ahora-, sino que su naturaleza mental controlará acrecentadamente y se convertirá en transmisora de iluminación, al mantenerse firme en su camino. Que la realización de una hora, se convierta en el hábito de una vida. Como bien sabe, sólo tiene importancia el alma. Nada cuenta a la larga, sino el servicio. Aparte su mente de todos los problemas de su personalidad y los de aquellos con quienes eligió recorrer el camino de la vida en esta [i506] encarnación. Confíe en sus almas. Haga y mantenga contacto con ellos por intermedio de sus almas, y no permita que lo venza el espejismo de sus personalidades. A medida que pasan los meses observe lo que sucede al mantener esta actitud de atención egoica. ¿Ignora usted que al añadir la fuerza de su alma a la de ellos (sin tener en cuenta el aspecto forma) puede energetizar a esas almas para que inicien una mayor actividad espiritual? Hermano mío, al observar estos acontecimientos, no se sienta tentado a ayudar. Deje que las propias almas inteligentes, puras y amorosas, se encarguen de las personalidades. Apóyese en la simplicidad de este pensamiento y en los próximos meses deje de forcejear y conténtese en seguir el sendero elegido por su alma. Absténgase de practicar los ejercicios de respiración, porque siempre le producen malestar y un obsesionante sentido de fracaso. Cada mañana, durante cinco o diez minutos, dedíquese al creador arte de la visualización. Visualice un jardín desordenado en el cual está restableciendo el orden y la belleza. Reordénelo y cólmelo de flores, del canto de los pájaros, más lo que [e467] visualizó en el jardín de sus sueños. Vea que suceden dos cosas: la restauración del jardín y el acrecentamiento de su belleza. Que su imaginación lo guíe día tras día en la constante tarea de restauración, recordando que el objetivo de este ejercicio consiste en enfocar la atención en la zona del centro ajna, en el cuerpo pituitario. Adquiera la facultad de organización. Cuando tenga que enfrentar algún problema, cuando se sienta impulsado por antiguos hábitos mentales que los sabe erróneos, pero que ejercen todavía un poder rítmico sobre usted, entonces retírese a su jardín y trabaje allí durante un breve lapso. En el transcurso del tiempo retírese instantáneamente al jardín secreto cuando esté angustiado, pero no permanezca en él mucho tiempo. Esto lo ayudará a romper el poder de las antiguas formas mentales. Me pregunta cuál es su aporte al grupo. Mi respuesta es: un espíritu puro y altruista y la capacidad poco común de dar. No puede haber mayor don que el impulso de dar altruistamente, con el único móvil de un espíritu puro y amoroso. Las siguientes palabras son para que usted las repita:
Hermano mío: Enfrenta usted una crisis y una prueba final que demostrará su aptitud para el discipulado aceptado. Poco puedo decirle excepto que, comprensivamente, me mantengo alerta y espero. No es el momento de hablar, sino de que usted emprenda la acción. Constantemente se repite a sí mismo "si pudiera hacer algo para derribar la prisión mental en que estoy, cuán fácil sería y cuán rápidamente lo haría". Pero hermano mío, existe una cosa muy simple, y hasta que no la haga no podrá caminar en la luz. Además, hasta que no la haga (por ser un esfuerzo grupal), usted impedirá que este grupo de condiscípulos obtenga una mayor revelación y preste un servicio más pleno. Esa simple regla es: Hable menos y ame más. No le asignaré ejercicio especial. He pedido a D.R.A. que permanezca a su lado con profundo amor, pero que no le hable más de su problema. La razón de su silencio y del mío es que está entrando en la etapa en que solucionará su problema; deberá [e468] permanecer esotéricamente solo y librar por sí mismo la batalla en el plano externo, pero en el plano interno se están acercando más a usted quienes le aprecian y ayudan. ¿Me comprenderá si le digo que simbólica y psicológicamente debe librar su lucha en el jardín? ¿Me entenderá si le digo que sólo el amor puede liberarlo? No el amor a sí mismo o a su propia liberación ante la desesperación por su infelicidad, no el amor a quienes fácilmente ama, sino que debe invocar el verdadero amor de su alma, por lo tanto, su solución es el contacto con el alma, mantenido firme y constantemente cada día. Por consiguiente, medite sobre el amor. Repita para sí cada hora -si puede desarrollar esa conciencia del tiempo- yo debo amar. Sólo le requeriré algo hermano mío, que quizá le extrañe. Infaliblemente siéntese tranquilo cada día, durante una hora, [i508] con inalterable silencio y quietud. Simplemente relájese, descanse, lea y piense alegremente, no permita que nada, excepto algo urgente (ningún incondicionado e incontrolado temor, suspicacia o anhelo de investigar), interrumpa el ritmo de ese período. Permanezca tranquilo, no tenso, quieto y relajado. Es poco pedir, pero si accede a ello los resultados serán mucho más poderosos de lo que cree. Ésa hora es para pensar en el amor y meditar sobre el origen del amor desinteresado y desapegado del alma. Estudie estas líneas si quiere, pero manténgase quieto. Amor y quietud, no resentimiento e intranquilidad, es su tarea inmediata, y el logro de ambas cosas solucionará su problema y se liberará. Silencio, serenidad y servicio amoroso, para todos sin excepción y sin pensar en el yo, deberán ser las notas claves de su vida durante los meses venideros. Inquietud y resentimiento, autoconmiseración y suspicacia, son sus problemas actuales. Sustitúyalos por el amor, y todo andará bien. Usted evoca el amor de muchos. Esto significa que tiene el don del amor. Emplee ese poder para amar y rompa sus cadenas, a fin de servir con libertad, seguir adelante en mi grupo de discípulos y ser de mayor utilidad. Permanezco a su lado.
Mi viejo hermano: Mi mensaje para este año es aquel con que finalicé mi última comunicación: Permanezco a su lado. La última vez que se lo dije, no me forjé ninguna ilusión respecto a la extensión de su problema o a la debilidad del agonizante equipo que trajo para solucionarlo. El resultado de la [e469] lucha hace un año era problemático. Ahora no lo es. Aún es posible volver a los antiguos hábitos mentales y al rápido sumergimiento en los viejos ritmos. A menudo se siente profundamente desalentado por el surgimiento de la hidra del resentimiento y la suspicacia con sus muchas cabezas. Sin embargo progreso bastante y su cuerpo astral está realmente más tranquilo. Esto lo sabe y ahora descubre que le es más fácil interesarse en otras cosas. Los períodos de absorción en las antiguas líneas mentales no duran tanto y su comprensión aumenta. [i509] La lucha no ha terminado todavía, pero en mayo de 1936 debe alcanzar un punto en que el sentido de libertad interna sea tan fuerte como para comprender que las cosas que afectan a la personalidad y derivan de la etapa de desarrollo y de la falta de control de las personalidades con las cuales está asociado, ya no ejercerán un real poder sobre usted. Rápidamente va adoptando la actitud del Observador -de aquel que mira-, sabiendo que él es el alma controladora. ¿Quisiera hermano mío releer las distintas instrucciones personales dadas en los últimos años, y -algún día que esté tranquilo- releerlas ininterrumpidamente de una sola vez? Así obtendrá una imagen de su problema espiritual (y de mi esfuerzo para ayudar a resolverlo), que será constructivamente útil. Descubrirá que hubo un real crecimiento de su parte. Su problema no reside en determinadas circunstancias de su vida, ni concierne a la actividad con determinada persona. Tampoco está ligado a la vida hogareña, las circunstancias económicas o la salud. Éstas sólo son el escenario alrededor del cual lucha por la liberación. Sólo son las oportunidades que su alma le ofrece y cuando se valga de ellas correctamente, lo introducirán en el sendero de la iniciación. Sí, hermano mío, esto es lo que dije, el sendero de la iniciación, no el sendero del discipulado, en el cual ya está. En su fuero interno sabe que si logra el desapego y llega a enfocar la mente en forma estable, toda su vida se simplificará. Iniciación es simplificación. Posee usted un abundante caudal para amar a muchas personas. Las circunstancias del plano físico, consideradas a la luz del actual problema mundial, son buenas. El problema de su salud tiene sus raíces en su condición astral. Venciendo el espejismo en el cual deambula, se encontrará tan libre y útil que mirará con asombro su pasada vida de ilusiones y angustias autoinducidas. Su problema personal está lejos de ser único. Su principal dificultad reside en que es un discípulo. El espejismo y la ilusión que un discípulo evoca son más poderosos que los de la persona [e470] común. Su mente, como resultado del espejismo, puede estar siempre inquieta y oscilante, pero el espejismo es el resultado de un poderoso pensamiento emocional y de una prolongada atención [i510] a las circunstancias de la vida del plano físico. Esta misma atención y poder mental, dirigidos lejos de las circunstancias y hacia las cosas del alma, lo liberarán. ¿Continúa trabajando aún en su jardín, hermano mío? ¿Estaría dispuesto a trabajar un año más? ¿Puedo (yo que durante años observé su lucha y me siento hoy seguro de su victoria) hacerle otra sugerencia? Construya en su jardín una torre de marfil y desde la cima de esa torre vigile su vida cada día. Constrúyala hasta el momento de la Luna llena de Tauro, entonces en el momento del Festival de Wesak y durante los tres días del Festival, viva en su torre y more allí. También en momentos de aflicción o de inminente desfallecimiento, suba a su torre y permanezca firme. La torre es sólo simbólica, pero si capta el significado esencial subyacente, evadirá literalmente el espejismo a medida que asciende a su torre, y penetrará en la clara luz del día. En su jardín siempre hay brumas, pero en la cima de la Torre hay sol, espacio y aire. Allí podemos encontrarnos si construye correctamente y aprende el método del ascenso. (Una descripción de este jardín va incluida al final de las instrucciones dirigidas a este discípulo. A.A.B.). Mantenga más estrictamente esa hora de tranquilidad. Construya su torre de marfil; que la luz de su alma afluya sobre usted e inunde su vida; que comprenda el empleo del gozo y se despreocupe del yo separado; que la bendición de su Maestro llegue a usted.
Hermano mío: Si le pido que mida el éxito o fracaso durante los doce meses transcurridos, ¿sabrá medirlo? Diría acaso que obtuvo un verdadero éxito con breves y ocasionales recaídas, debido a antiguos hábitos mentales que aún no ha trascendido totalmente. Su éxito es real y hay mucha más luz en su aura. Una de las cosas que trato de considerar en esta instrucción es el espejismo, enemigo poderoso de todos los que huellan el sendero del discipulado. Como bien sabe, todo el mundo está sujeto al espejismo, pero cuando el hombre se convierte en un discípulo, entra en contacto con tal cantidad de fuerza (especialmente en [i511] las primeras etapas en que no sabe aún cómo manejarla), que atrae, consolida y precipita sobre sí mismo, mucho más que de otro modo, [e471] la ilusión mundial. Usted no es una excepción en esta experiencia del discipulado, por ser un discípulo que recibe un entrenamiento definido. Los discípulos que viven en niveles mentales están más libres del espejismo que aquellos cuya polarización es más estrictamente emocional. Por lo tanto, una de las primeras cosas que tratamos de enseñar a todos es trabajar, vivir y pensar, libres del plano astral. Quizás la mejor manera de ayudarle a usted y a cualquiera de los condiscípulos que se interesan en la enseñanza que le doy personalmente, es mencionarles cuáles son las condiciones de la vida diaria que conducen al espejismo. Entonces puede aplicar su propio método y ver donde se dan esas condiciones en la vida diaria. Si existen, entonces es inevitable el espejismo. Sin embargo, cuando se las reconoce, pueden ser encaradas, y desaparecerá el espejismo. El espejismo es lógicamente una cosa sutil que se disfraza como si fuera una verdad. Es poderoso porque tiene su punto de entrada en la conciencia del discípulo, a través de esos estados mentales y modos de pensar tan familiares que aparecen automáticamente y constituyen una manifestación casi inconsciente. Existen (para el discípulo común) tres principales actitudes de la mente y del sentimiento que le predisponen al espejismo.
Si persiste en estas tres cosas y las practica, podrán liberarlo del espejismo más que cualquier otra cosa. El hecho de que pueda escribirle así, hermano mío, indica la medida de su realización. Hace dos años podría haber reconocido teóricamente la verdad de lo que digo. Ahora, no sólo la reconoce, sino que trató en el pasado y tratará en el futuro de encarar el problema en forma práctica. Durante un tiempo la lucha será hora tras hora, día tras día, pero el poder de su alma es suficiente para traer la liberación, y el amor de este grupo de discípulos basta para llevarlo adelante. En lo que a su jardín se refiere, hermano mío, le pediría que cada domingo entrara en él por la mañana temprano. Vea a su jardín adormecido en la oscuridad del alba, sin ninguna luz real, sonido o movimiento ni vida aparente, lo cual sigue siendo un sueño incoloro. Penetre en su torre, ascienda a la cúspide y luego libere la luz que usted posee, la cual constituirá para el jardín de su alma lo que el sol para los jardines del mundo. Observe los rayos de luz que afluyen al jardín, despertando su color y belleza, impulsándolo al movimiento y a la vida, evocando el canto de los pájaros, el zumbido de las abejas e invocando una respuesta amorosa. Allí nos encontraremos cuando se dispersen las nubes del espejismo. Reflexione sobre el simbolismo [i514] oculto de este jardín y trabaje firmemente durante los próximos meses, desde este centro de amor y de luz.
Hermano y amigo mío: Las mismas instrucciones, el mismo objetivo y la misma necesidad de cultivar el espíritu de amor liberador, bastarán para mantenerlo ocupado durante los próximos meses. Está entrando en un período de crisis. Recuerde que se lo dije y le advertí que enfrentara todas las circunstancias a la luz de ese conocimiento. La crisis (que puede concentrarse en algún aspecto de la personalidad) debe ser considerada como indicación de un esfuerzo sostenido por parte de su alma, para lograr una gran medida de liberación antes de la Luna llena de Wesak. El alma moviliza sus fuerzas para lograr esta liberación, [e474] a fin de que usted se beneficie por la precipitación de la afluencia espiritual. Cuando se toma tal determinación en el plano de la experiencia del alma, produce una reacción inevitable en el plano de la vida diaria, para lo cual debe estar preparado y esperar beneficios. Su fortaleza es mucho mayor de lo que cree, porque nunca ha extraído plenamente los recursos de su alma. Deberá hacer esto a fin de obtener la liberación que tanto anhela. También le asevero que la práctica de la inofensividad le garantizará en la próxima primavera, la solución constructiva de su crisis. En mi última instrucción le insté a eliminar la autoconmiseración, ello le permitirá manejar inofensivamente la personalidad. Cuando deje de criticar a otros será inofensivo, y cuando elimine la suspicacia se disipará su espejismo particular, que llega casi a la alucinación. Como ve hermano mío, sólo vuelvo a insistir sobre mi enseñanza anterior. Sé que está seguro de su valor, y al expresarle lo que usted necesita, sólo expongo su propio deseo. Desde el mes de mayo de 1934 al de 1935, hizo un real progreso, y aumentó notablemente su fortaleza espiritual interna. Los últimos seis meses marcaron un intervalo de grandes oscilaciones. Estuvo más sometido [i515] a la impresión externa y menos enfocado, como alma, en los planos sutiles. No hubo marcado beneficio. Dichos intervalos son inevitables; no debe sentirse deprimido siempre que continúen y una vez que sea consciente de su existencia. El sol se desplaza nuevamente hacia el norte y esto le proporciona una renovada oportunidad y la posibilidad de un intenso período en que se liberará de las exigencias de su naturaleza inferior, que tan poderosamente lo sujetan. El primordial mensaje que le daré (con el ansioso deseo de que comprenda a qué factor específico me refiero) es: Abandone todo, despréndase de lo que posee. Manténgase libre a cualquier precio, deshágase de aquello que lo retiene. Durante los próximos seis meses tome las palabras e ideas dadas a continuación, como pensamientos simientes para la meditación:
[e475] Tenga valor hermano mío, y no tema. El temor crea espejismo, y el espejismo oculta la luz. Entregue libremente su amor a quienes ama.
Hermano mío: Poco puedo hacer o decir. Hasta que "el sol se desplace hacia el norte" su trabajo es difícil y, sin embargo, de índole tan sencilla (cuando se explica con palabras) que quizá lo considere de poca importancia. No obstante, le digo con amor y cierta preocupación, que mucho depende de lo que realice, tanto para usted como para el grupo. Sería de valor considerar una pregunta que surge a menudo en las mentes de los discípulos que trabajan unidos en formación grupal y en el ashrama de algún Maestro. ¿En qué medida puede ayudar u obstaculizar al grupo de discípulos el progreso que realiza o no, el discípulo individualmente? Debido a la [i516] sinceridad innata del verdadero discípulo surge la pregunta siguiente: ¿Qué hago, ayudo u obstaculizo? En lo que a usted se refiere le respondo: usted no obstaculiza. Su naturaleza gentil y su amorosa actitud altruista, militan poderosamente contra lo que reconoce internamente -un espíritu de crítica que lentamente se acrecienta. Sus condiscípulos sienten un profundo amor por usted, y la suavidad de su vibración -con su persistente nota de servicio y de amor- produce inconscientemente un afecto aferrador, incluso en esos discípulos de mi grupo que usted no conoce personalmente. Le pido que recuerde esto. Pero podría ayudar más definida y conscientemente si se liberara de toda atadura y comenzara a actuar como un verdadero sannyasin en su hogar y con sus relaciones. Esto se lo indiqué anteriormente. Lo exhorté a que siguiera definitivamente el sendero del sannyasin. Pero hasta ahora sólo le dio vueltas a la idea. Para usted simboliza un desapego que erróneamente cree no poder lograr. Se subestima, hermano mío. Tiene esa persistencia intrépida que lo ha guiado desde los primeros días hasta ahora. Tal persistencia es la característica distintiva del discípulo consagrado. ¿Quisiera recordar esto? Nunca vaciló en la búsqueda de la luz ni de un campo donde servir a su alma y evidenciar su devoción a la humanidad y a los Grandes Seres -a Quienes usted verdaderamente ama- Que guían el destino de la raza humana. Posee también el reconocimiento interno de la verdad y del Plan, más de lo que sospecha y nosotros comprobamos hace años. Se mantuvo firmemente en el sendero y ha cumplido con el trabajo encomendado. Prestó ayuda donde pudo y permaneció leal a quienes trataron de realizar nuestro trabajo. Así se demuestra [e476] la persistencia intrépida, y seguirá manifestándola. Por lo tanto ¿qué falta?, sin duda algo que usted debe ser el primero en expresarlo. Falta algo muy simple de enunciar y muy difícil de expresar, y constituye casi su Waterloo, empleando una frase común. Simplemente carece de desapego. Se ata a quienes ama y las aferradoras manos del amor pueden a menudo obstaculizar el progreso -no sólo el suyo sino también el de aquellos a quienes ama. ¿Se da cuenta de esto? Al amar a quienes conviven con usted, se [i517] preguntó alguna vez: ¿Les fortalezco como almas a fin de que hagan frente a la vida y presten servicio? Usted se ata a ciertas personas debido a las formas mentales de la depresión y la suspicacia. ¿No es así hermano mío? Y son más numerosas de lo que cree. Sin embargo no obstaculizan tanto su progreso como su consagración a quienes ama, porque los conoce muy bien y constantemente brega por ellos. Su amor, su persistente posesivo amor a quienes ha reunido estrechamente a su alrededor en el proceso kármico de la vida, impide que los ame intensa y realmente. . . Le pido que su amor sea más real. Nunca empleó su fortaleza ni aplicó el desapego. No le pido que deje de amar, sino que ame como alma y no tanto como personalidad. A medida que lea esto, su veraz naturaleza interna responderá. Su problema, repito, es el desapego, y comienza a aprenderlo. Lo que dificulta doblemente su lección es la falta de mayor actividad e interés dinámico que absorba toda su atención. Sin embargo este problema debe resolverlo usted mismo de alguna manera, si como alma puede controlar su personalidad en forma nueva y vital. Le diré una palabra y haré una insinuación: no permita que su cuerpo físico le imparta órdenes. La incapacidad física es a veces el subterfugio de quienes creen que la vida no les proporciona lo que ellos desean, o el refugio de quienes creen que han fracasado en el camino. Hermano mío, usted no ha fracasado, y, repito, no ha fracasado y sé lo que digo. Quienes actuamos con plena visión en el aspecto interno de la vida vemos el equipo y el karma, la lucha y el destino, algo imposible para usted. Sostengo lo que digo que en los restantes años de su vida puede hacer un gradual deslizamiento hacia una relativa inutilidad -la inutilidad de una edad avanzada estéril-, o la culminación de la carrera de la vida de un alma libre, cuya sabiduría, servicio y amor altruista, pueden ser los medios para llevar inspiración a muchas almas en todo el mundo. Si se lo propone puede ahora capitalizar los [e477] frutos cosechados durante una vida de constante orientación hacia la luz, y demostrar la sabiduría que se adquiere por haber sido durante tanto tiempo el observador, el estudiante y el servidor. ¿Quisiera usted participar [i518] y colaborar más activamente? Sólo una cosa puede impedirlo, no la mala salud y las circunstancias, sino el desapego. ¿Quiere llevar a cabo cada día (no necesariamente cada noche) una recapitulación sobre el desapego y hacerlo conscientemente en el lugar sagrado y silencioso que denominamos su jardín? Mi amor y bendición lleguen a usted hermano mío. Esto raras veces lo digo.
Hermano y amigo mío: Para usted y R.S.U., tengo una palabra de encomio y otra de reproche, reproche de naturaleza tan suave que no le molestará. Se esforzó mucho en los dos últimos años para disipar el espejismo de su vida. Quizás más de lo que comprenda. Nosotros, que observamos todo desde el aspecto interno, podemos juzgar este hecho simbólicamente, con más facilidad que usted, porque (al sondear el alma) estamos en posición de observar lo que ocultamente se denomina "la profundidad de su sumergimiento". Usted ahora se "revela y se pone de manifiesto con mas facilidad ante nuestros ojos observadores, lo cual se debe totalmente a su propio esfuerzo y al creciente poder de este grupo de discípulos. No está tan profundamente sumergido en las brumas del espejismo, aunque lo detiene todavía el temor, no por usted, sino el innecesario temor por los que ama. Por consiguiente, no los ve a ellos ni los problemas que enfrentan y tampoco con claridad los senderos individuales que el destino les ha deparado; como supondrá, esto impide que los ayude espiritualmente como podría hacerlo. La ayuda que prestan los discípulos a aquellos que están kármicamente vinculados a ellos o la de aquellos que se sienten correcta o erróneamente responsables, cambia con el progreso de una etapa a otra. El cuidado físico de nuestros seres queridos podrá y deberá persistir en cierta medida, aunque el cuidado de la madre por el niño no debe persistir hasta que sea adulto. Quizá hayamos aceptado una responsabilidad (correcta o errónea), pero no debe contrarrestar o minar cualquier responsabilidad que les corresponda asumir. Nuestra propia ayuda mental debe estar siempre disponible, pero no debe darse cuando nuestra mente está ofuscada por las dudas y los interrogantes, ni cuando existe un espíritu de crítica. En forma curiosa la propia responsabilidad espiritual es la última que se reconoce, [i519] y la acción que se emprende debido a ese reconocimiento, también es [e478] lenta. Sin embargo, en último análisis, es la más importante, porque la propia influencia espiritual puede ser duradera y poseer el poder de liberar a quienes amamos, mientras que las otras responsabilidades -por estar relacionadas con la personalidad siempre acarrean espejismo y aquello que no pertenece al reino del espíritu. Durante los años de vida que le restan, ponga el énfasis en sus responsabilidades espirituales y en el efecto espiritual que produce en aquellos con quienes entra en contacto o que el destino le ha deparado. Trabaje siempre para establecer contacto con el alma, que conduce a la liberación y a la actividad del alma de aquellos que usted ama y aun de quienes no ama. De esta manera empezará a trabajar en niveles espirituales y se acrecentará silenciosamente su poder como trabajador. Esto de ninguna manera impedirá que dé su correcta ayuda en otros planos inferiores al espiritual. Va aprendiendo rápidamente hermano mío, y podrá adquirir un conocimiento más profundo y total si aprende a desligarse de las actividades de la personalidad, con sus insensatas palabras, silencios y críticas, con su patrocinio de lo indeseable en otros y sus momentos elevados. ¿No es así, hermano mío? Esto es todo en su caso es siempre temor de la personalidad y temor por el aspecto personal. Esto puede inducirlo a iniciar una acción y pronunciar palabras inoportunas, impidiéndole seguir la luz y prestar ese servicio que aparece con tanta claridad a su visión en sus momentos elevados ¿No es así, hermano mío? Esto es todo lo que tengo que reprocharle y está atenuado por la necesidad de un justiciero reconocimiento de las verdaderas realizaciones en el pasado y por su indesviable aspiración y constante servicio. La meditación grupal es particularmente apropiada y útil para usted; le trae la fortaleza necesaria y sirve para aclarar tanto su visión como su sendero. Por lo tanto, adhiérase estrechamente a ella con atención... y, hermano mío, siga los ejercicios esotéricos, indicados y vuelva nuevamente a su jardín, que todavía existe sereno y bello, en el mundo del pensamiento. La cúspide de su torre horada el mundo de las almas y cuando ascienda los escalones que lo conduzcan allí, se encontrará en el reino de la clara visión, la amplia sabiduría y el amor universal. Permanezca con firmeza durante el próximo año y sin apego. No permita que las voces menores se sobrepongan a la voz de su [i520] alma o a la mía. Mantenga limpio el canal. Ésta es mi última palabra. Mantenga limpio el canal. Si lo hace, enfrentará las decisiones importantes a la luz de su alma y sobrevendrá esa [e479] rápida acción que traerá buenos resultados. El consejo que quizá tenga que dar no estará basado en el temor o en un débil amor de la personalidad, sino que contendrá la nota triunfante del alma sapiente. Rompa las trabas del pasado, hermano mío, conviértase en un verdadero sannyasin, que nada desea para el yo separado, y que el verdadero altruismo que siempre evidenció, lo lleve a una total entrega.
Mi hermano y fiel amigo: ¿Cómo exponerle su problema con la suficiente claridad, que acepte los hechos enunciados y viva de acuerdo a ellos? Sólo responderé mediante la información, y le sugiero que actúe de acuerdo a ella y espere los resultados con la inteligencia que tan notablemente posee y la constancia que demostró a través de esta vida. Su cuerpo mental es de quinto rayo, por lo tanto, posee una mente intensamente analítica. Le recuerdo que usted es analítico, no discernidor. Reflexione sobre esta diferencia. Su cuerpo astral pertenece al sexto rayo y todavía está grandemente subordinado a la voluntad de la personalidad. Esto lo lleva a consagrarse a aquello que circunda a su personalidad y a las condiciones que kármicamente ha evocado. Su cuerpo físico pertenece también al sexto rayo, que predominantemente lo convierte a usted y a su cerebro, en el servidor de su cuerpo astral, pero lo hace también intuitivo o astral búdico. Por consiguiente observe que, en su caso, hay una excepción a la regla que controla al cuerpo físico, porque hay muy pocos cuerpos físicos de sexto rayo como el suyo.
Como se evidenciará, gran parte de su problema está resumido, por la relación que existe entre la personalidad, el cuerpo astral y el cuerpo físico. El cuerpo físico y el astral son automáticamente los sirvientes de la personalidad. Sin embargo es tan estrecha la relación, entre los rayos sexto y segundo, que el problema de su alma no es insuperable en esta vida. Hermano mío: En los últimos meses tuvo mucha tensión interna, que se materializó en el plano físico como sensación de fatiga y culminó en un período de enfermedad. Pero cuando las causas internas se agotan como efectos físicos, sigue un período de liberación y reajuste. Le diré, por lo tanto, no permita que continúe la tensión interna. Podría aquí preguntarme ¿cómo impedirlo? Recordando hermano mío, que aunque las condiciones ambientales puedan ser relativamente las mismas, usted no es el mismo. Obtuvo una mayor medida de liberación y desapego que debe ahora mantener. La nota predominante que debería regir su vida durante los próximos meses es permanecer firme sobre ese conocimiento espiritual. Esto involucrará lógicamente una estrecha vigilancia sobre la personalidad. Deberá procurar que las antiguas formas mentales del temor y de la preocupación no reasuman su antiguo dominio y que las viejas reacciones emocionales no vuelvan a tomar forma. Observe cómo expresé esta recomendación. Permanezca como alma y (como hábito constante de la vida) adquiera la actitud de reconocer su propia divinidad en la expresión diaria. Será necesario vigilar estrechamente la primera débil tendencia de volver al antiguo ritmo, conjuntamente con el manejo sensato e inmediato de los antiguos tipos de debilidades. La palabra sustitución puede serle de real ayuda, permitiéndole sustituir las antiguas ideas que emergen, por un nuevo y vital interés y también una definida [i522] actividad en el plano físico, en vez de una crisis emocional, y disciplinar su vida inferior hacia la alegría y la actuación gozosa. El gozo sería para usted el importante factor curativo. Durante años, hermano mío, me referí con frecuencia a su bello jardín. Ante todo le induje a crearlo; luego le enseñé a perfeccionarlo y después a utilizarlo y también a dedicarlo y convertirlo en un santuario de consagración y a vincularlo en su mente con la idea de servir. Lo que fue así creado y utilizado aún existe. Hoy quisiera decirle que en los planos internos su jardín presta servicio a mi grupo de discípulos y a muchos más de lo que usted cree. Constituye un lugar de reunión para muchos y un refugio para unos pocos. Reflexione sobre esto y continúe su tarea embellecedora. Recuerde siempre que quienes buscan su belleza, no sólo vienen por el jardín, sino para hacer contacto con usted, que en el aspecto interno es distinto de lo que cree ser en encarnación física. [e481] Ahora sólo le resta hacer de su vida un jardín para otros en el plano físico. Aprendió mucho durante los últimos años y aunque antiguos ritmos y hábitos mentales a menudo lo obligan a salir de su jardín de paz, vuelve a él más rápidamente. Ya no divaga tan a menudo en los laberintos de la preocupación y en las brumosas hondonadas del espejismo. Durante los próximos nueve meses procure mantener una actitud de indiferencia espiritual o de despreocupación divina y desapego emocional. Le pido ante todo que reflexione sobre estas tres palabras y particularmente las primeras dos. Permanezca en su jardín, pero cuando sienta el impulso de aventurarse por algo que lo preocupa y le produce ansiedad, o de comprobar una sospecha, trátelo con indiferencia y no se preocupe por lo que pueda suceder. Nada puede ocurrir que en realidad destruya el equilibrio alcanzado. Sépalo. Permanezca como centro de fortaleza para todos aquellos con quienes entra en contacto y no desoiga mi sugerencia, debido a que su personalidad rechaza toda posibilidad de llegar a la realización. En los planos internos ya obtuvo la realización, en el plano externo trate ahora de manifestar esa realización. En el lugar en que vive deje que se exteriorice físicamente lo que puede curar y [i523] bendecir. Nada puede detener esta bendición; va rápidamente en alas del desapego y un corazón que no se preocupa por sí mismo cumple su misión porque aprendió a confiar en las almas de aquellos que el destino le ha deparado... Le daré ocho frases como pensamientos simiente para su meditación y le pediría que medite con cuidado sobre ellas, durante los próximos ocho meses:
Si usted puede captar la realidad y la utilidad del servicio que es capaz de prestar, progresará mucho antes de recibir mi próxima instrucción. Hermano mío: Ante todo quiero decirle que en realidad ha progresado. Si piensa con más claridad y acepta los hechos respecto a sí mismo, le traerán la liberación. Su problema es difícil. No se basa en las dificultades de su vida, pues su problema no es fuera de lo común, aunque le haya dedicado una atención poco usual. Se basa en el hecho de que su personalidad, su cuerpo astral y su cuerpo físico son de sexto rayo, lo que constituye una terrible combinación de fuerzas, pero usted asumió la responsabilidad de manejarlas, a fin de romper el aferramiento que ese tipo de energía de sexto rayo ha tenido sobre usted durante tres vidas consecutivas. Ha llegado a la edad de sesenta años (¿o algo más, hermano mío?) y aún no lo ha roto. Por lo tanto, su alma, no cumplió todavía su propósito. Las diferencias entre su actitud actual y la de hace treinta años, es que entonces ignoraba de qué se trataba, pero ahora lo sabe. En esa época no tenía en realidad responsabilidad, porque desconocía la naturaleza de la tarea que debía realizar. Pero, debido al contacto con el alma, conoce el problema, siendo en consecuencia muy grande la responsabilidad de hacer algo definido. El espejismo de los vínculos y las relaciones le sujetaron durante muchos años. El cordón umbilical de la personalidad lo vincula todavía con sus hijos y debió haberlo cortado -y con razón- hace varios años. Eso hubiera sido de real beneficio, tanto para usted como para ellos. Sabe esto muy bien cuando el espejismo de la responsabilidad materna la envuelve. Deberá comprender que ya no tiene tal responsabilidad. Perdone por hablarle con llaneza hermano mío, pero quiero verlo liberado, antes de entrar en la fría y clara luz del más allá. [e483] Sé de lo que usted es capaz. No emplea el poder de su alma de segundo rayo para amar y romper relaciones al mismo tiempo, por lo cual puede impartir un profundo amor en forma subjetiva y protectora y, no obstante, en el plano externo, liberar a las personas. Permítame repetir: No tiene ninguna responsabilidad con sus hijos ni la tuvo desde que llegaron a la madurez y obtuvieron el derecho de vivir sus propias vidas. Usted adquirió el derecho de liberar y expresar su propia alma. [i525] ¿Quiere aprovechar ese derecho y liberarse, o vegetar por el resto de esta encarnación y, en otra vida, enfrentar un problema idéntico de relaciones familiares y responsabilidades económicas? Nada ha resuelto hasta ahora, pero ha progresado y sus ojos están abiertos. Sólo el temor y la deliberada negación a dar los pasos fuertes y correctos, le impide participar plenamente en el servicio de la humanidad y en mi trabajo... Tiene mucho para dar. No me refiero aquí al dinero, aunque también debe incluirse como ofrenda en la vida de un discípulo, en este momento de tensión mundial; me refiero a esos dones más grandes y profundos que posee y se niega a reconocer -un corazón amoroso, una mente enriquecida por años de estudio y vidas de servicio, una lealtad y un don para hacer amistades que en realidad es muy raro de encontrar. Puede contar con que ha establecido contacto con el alma. La desvitalización de su vida física se debe a las restricciones a que se ha sometido y a su pronunciado retiro interno y subjetivo en los mundos mental y astral. No expresa en el plano físico la realidad que usted es. Las formas mentales que lo circundan agotan su fuerza vital, sin embargo, hablando físicamente, no tiene dificultad o malestar orgánico. Estas formas mentales absorben su vitalidad y son definidamente destructivas -para usted y los demás. Existen tres tipos de formas mentales. Le daré un ejercicio especial. Vaya a su jardín dos veces por semana y me encontrará allí. Descubra ante todo el lugar del jardín que he magnetizado. En ese punto explíqueme sus problemas en alta voz, haciendo una pausa y esperando mi respuesta o la de su alma. Hablaremos cuando se haya producido el silencio en la vida externa y en la personalidad. No omita nada, hábleme en voz alta. Haga esto con oído atento y alerta y, en el momento de la Luna llena de Tauro, quizás descubra que hablando, se ha resuelto la cuestión, disipado el espejismo, destruido las formas mentales y ante sus ojos el sendero fulgurará con toda claridad. Que la tranquilidad y la paz de la consagración sean suyas [e484] y mi bendición descanse sobre usted. No crea que le dedico mi tiempo porque le aprecio, sino que existen antiguos vínculos kármicos conmigo, su [i526] Hermano mayor, y el profundo amor que D.R.S. invariablemente siente por usted, son razones suficientes para mí. Además tiene mi amor. Ambos pertenecemos al mismo rayo del alma.
Hermano mío: No tiene espejismo particular alguno, pues vive en un perfecto mar de espejismo. De allí la dificultad de su problema, porque si hubiera tenido (por ejemplo) un espejismo mayor como lo tiene D.E.J. sería, para alguien que tuviera su devoción y capacidad mental, algo relativamente fácil de destruir y así poder caminar en la luz. Pero se ha rodeado de millares de espejismos de poca importancia, que en conjunto, lo obligan a caminar continuamente en la bruma, aunque posee la capacidad de caminar siempre en la luz. Sus espejismos tienen dos orígenes, reacciona con fluidez superficial a todos los acontecimientos de la vida y al medio ambiente, lo cual no es básico ni fundamental, porque el propósito de su vida es indesviable (¿existe tal palabra hermano mío?) y la tendencia de su vida está firme e invariablemente orientada. Pero al enfrentar las circunstancias y las personas, le preocupa el efecto que ello puede tener sobre usted y también teme fracasar y no poder manejarlo como debería hacerlo un discípulo. Su complejo de inferioridad lo mantiene en un estado de espejismo, siendo puramente reacción de la personalidad. Como alma, es versado en conocimiento; como alma, ama a todos los seres; como alma, no hay circunstancias que no pueda manejar, y como alma puede dominar dinámicamente a su medio ambiente. Pero el espejismo de la inferioridad (resultado de numerosos y pequeños espejismos), controla la expresión de su vida en el plano físico, además del espejismo secundario, el de la incapacidad física, sobre el cual no quiero explayarme, excepto señalarle que la preocupación por el trabajo que podría llevar a cabo para nosotros desde el nivel mental de percepción (donde realmente vive a pesar de las muchas incursiones en el plano astral) al plano físico, lo liberará a usted físicamente. No le pido que trabaje como A.A.B., que decidió deliberadamente trabajar en nuestro "grupo suicida" (como fue denominado humorísticamente por un discípulo del grupo de M.), pero le pediría que disipe el espejismo de inferioridad y su [e485] [i527] preocupación por los detalles, que lo mantiene siempre desvitalizado. Preste con gozo y fortaleza un servicio sin frustraciones. Sabré qué debo decirle cuando conozca a qué conclusiones llegó respecto a esto, antes de mayo.
Tengo para usted un muy breve mensaje, hermano mío. Se halla en un estado de angustia física y al mismo tiempo sale de una crisis en la vida y está entrando en una mayor luz, seguridad, conocimiento y utilidad. Ahora lo único que debe hacer es abandonar toda ansiedad y apoyarse sobre esas realidades que la vida le ha convencido que existen. De ciertas cosas está invariablemente seguro -del amor, de la valentía y del alma. No emplee en este momento la mente, sino simplemente sea, y deje que el amor de quienes le conocen, hermano mío, que incluye al mío, afluya a través suyo, y que la valentía de su alma lo fortalezca. Tal valentía no es luchar o bregar por llegar a ser lo que se llama "valiente". Es el valor que otorga el conocimiento sólido, mantenido firme e incuestionablemente en medio de la dificultad y el malestar. Sólo un pensamiento le daré para que lo repita, siempre que se sienta desalentado, cansado o débil:
NOTA: Cuatro meses después, este discípulo pasó al más allá, para "amar y servir" en el aspecto interno de la vida. Aunque no tiene cuerpo físico, está activo en el ashrama del Tibetano.
de C. D. P. En las montañas del Himalaya me pareció ver una elevada y bella meseta, a la cual se asciende desde el valle por un camino sinuoso, rodeada de altas montañas de este a oeste, con otras más bajas al norte, una ladera escarpada al sur y un sendero que desciende al valle. [i528] Este bello lugar en el luminoso aire de la altitud, fue convertido en un jardín con muros de tipo oriental, de cuatro metros y medio de alto y en cada esquina un pequeño minarete [e486] chinesco. Un arroyo corre a lo largo de este jardín, de oriente a occidente, entrando y saliendo a través de arcos y muros y verjas de hierro. Sobre estos arcos enrejados hay pequeños travesaños de piedra que sobresalen del muro, y soportan dos estrechos y curvados puentes chinos de piedra y madera, apoyados en el muro, y con una baranda que da al arroyo. La entrada al jardín está ubicada en medio del muro del lado norte -que es uno de los muros largos-, porque el jardín es más bien largo que cuadrado. Quien se acerca a la entrada verá escritas las palabras: Paz, Descanso, Servicio. La puerta es un arco embutido en la espesura del muro, del que cuelga la cuerda de una campana y una luz que alumbra, al oscurecer, las tres palabras. Al entrar en el jardín aparece una senda en el verde prado, con un ligero declive hacia el arroyo. A más o menos siete metros del sendero hay, a ambos lados, un manzano en flor, cuyas ramas se tocan. Un borde de peonías rojas se extiende desde el manzano, de oriente a occidente, alrededor de cinco metros, terminando en un rosal de fragantes rosas rojas. El sendero continúa descendiendo por la ligera pendiente del verde prado hasta llegar al arroyo que es de casi cinco metros de ancho, y tiene rocas y helechos y aguas profundas y bajas. Mariposas y pájaros revolotean en él, y hay allí un vado de piedras que conduce a una senda que va a una amplia pagoda de estilo china, abierta a los costados. En el centro de la pagoda hay una mesa redonda, de madera de la India, y sobre ella una estatua del Buda que mira hacia la entrada. Ante el Buda hay un cuenco de madera tallada, con incrustaciones de plata, lleno de agua, sobre la cual flota un solitario loto blanco. En los costados abiertos de la pagoda hay ménsulas con flores de suave perfume, resedá y heliotropo. Un banco circunda toda la pared y el suelo está alfombrado de hierbas orientales. A ambas lados de la entrada hay paneles con anaqueles que contienen rollos y manuscritos esotéricos para consulta. Afuera, cuatro hermosos abetos, dos [i529] a cada lado del portal, y pinos detrás de la pagoda, y a lo largo de la extensa senda sureña circunda una arboleda de más de ocho metros de ancho, con árboles nativos de las montañas, cornejos y pequeños robles. A esta arboleda la atraviesa un camino cubierto de piedras, helechos y flores silvestres. Entre dos rocas hay una vertiente, un lugar de reposo y paz para quienes aman los bosques. Aunque no se ve la pradera puede llegarse a ella caminando sobre secas hojas de pino y musgo, dejando atrás la fresca sombra, los pájaros y las tímidas y pequeñas criaturas que a veces nos siguen; luego a cercana distancia [e487] de la mitad del camino, entre el bosque y el arroyo, vemos un extenso borde de flores, justo en medio del prado, cubierto de cuanta flor hemos amado, y en cuya policromía y múltiple fragancia no predomina el rojo, porque las peonías y los rosales están al otro lado del arroyo. Un poco más allá, hacia el lado occidental del prado, donde termina el borde de flores, hay un roble solitario, que parece haberse apartado para un propósito druistico, un árbol joven y bien formado, más alto que los del bosque, debajo del cual hay un banco. No lejos de allí, entre el roble y el arroyo, hay un estanque de lotos, incrustado en las piedras y también aplanadas y grandes rocas, iguales a las que hay en la orilla del arroyo y en el bosque. El estanque de lotos está repleto de agua, proveniente de la vertiente del bosque. Quien se sienta en las rocas ve, a una distancia de medio metro, hermosos lotos de diferentes colores. Pero ambos extremos del jardín son lugares de gran belleza -en el extremo oriental, en ambas orillas del arroyo, hay un macizo de rosas, con parterres que se extienden desde el arroyo en forma de alas, continuando hasta el sendero estrecho y oculto a lo largo del muro oriental, de manera que estando de pie en el abovedado puente de piedra (donde hay en cada extremo plumosos ramos de ondulantes pastos) se ven las alas seráficas de gloriosas rosas, cuyo matiz va desde el más tenue color rosa hasta el amarillo dorado. En la parte occidental del jardín se ven las seráficas alas de los lirios, desde el púrpura del iris al blanco radiante del lirio Madonna. Los arbustos en las extremidades del puente occidental son amarillos y lilas. Una [i530] verde enredadera trepa por el muro donde hay rosas trepadoras. Estas alas -seráficas de rosas y almácigos de lirios, si bien son grandes, no llegan hasta los dos rincones del jardín; sólo hay árboles, abetos y pinos y tejo japonés, abundando en el rincón sudoeste, donde comienza el bosque. En el rincón noroeste hay únicamente tres altos tejos, así como en el rincón del noreste. En el del sudeste está la pagoda, con el bosque detrás y al frente los abetos a derecha e izquierda. Al otro lado del arroyo, desde la pagoda y en medio del césped, no muy lejos de la línea oriental de las peonías y el rosal de rosas rojas, hay un banco circular de piedra, llamado el Asiento del Discípulo. Tiene un pequeño sauce y dos pequeñas hayas cobrizas detrás. En cada extremo hay un boj inglés a cada lado. Frente al mismo, una roca natural tiene la forma y la altura de una silla, donde se sienta el Maestro para hablar a los discípulos. [e488] Al detenernos en el sendero y observar desde el portal de entrada, se ven árboles frutales, sobre todo durazneros y pérsicos, con las ramas extendidas sobre el muro a la derecha, y en la pared izquierda trepan viñas de uvas blancas y púrpuras. Un estrecho sendero corre a lo largo de la pared. A la izquierda sobre el césped hay un aljibe rústico, cubierto de musgo, rodeado de arbustos de palo dulce y lila blanca, y detrás y a los costados algunas pequeñas flores crecen en la umbría de unos cuantos lirios del valle, y aquí y allá un helecho. Frente al aljibe un pequeño lugar cubierto de grava, con una mesa rústica donde se acomodan en canastas planas las uvas y las frutas que deben enviarse al valle en lomo de burro, arreados por quienes son admitidos en el jardín y pueden entregarlas a los enfermos y necesitados de la ciudad. (El viejo Aleck, un anciano y santo jardinero, muerto en los últimos años, quizás sea uno de los que ayuda en este trabajo. No lo sé.) El agua del aljibe es muy fría, y siempre hay a disposición un balde para quienes descienden al valle, y creo que esa agua tiene la propiedad de conceder mayor visión. Es una gran alegría ofrecerla al sediento y cansado, y cada día, entre las almas que llegan, aparece un guardián distinto que se hace cargo del aljibe, que siempre es alguien que ha tenido una vislumbre de la visión. ¡ ¡ Creo que ésta es la imagen de mi jardín!! Como pueden ver, es un jardín mágico, porque todas las flores se abren al mismo tiempo y lógicamente [i531] no las mencioné a todas, sólo dije que en él existe cuanta flor hemos amado. He plantado dalias, en recuerdo de mi infancia, campanillas, rosales, pequeños crisantemos, primavera nocturna, nomeolvides, geranios, lavanda, verbena, rosas comunes, lirios del día, lirios atigrados (a pesar de los almácigos de rosas y lirios que había al este y al oeste), y a orillas del arroyo crece menta cerca de la salida occidental y otras hierbas acuáticas. Pero pienso que todo hermano que entra en este jardín ve sus propias flores favoritas, y creo que es así.
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