Los Rayos y las Iniciaciones - La Revelación

      


[ Anterior | Indice | Otros Libros | Siguiente ]

Castellano:
Inglés:

SEGUNDA PARTE - SECCION SEGUNDA

EL ASPIRANTE Y LAS INICIACIONES MAYORES

LA QUINTA INICIACION - LA REVELACION

 

     Al entrar a considerar la siguiente iniciación, tres factores surgirán en la conciencia con una nueva luz. Por lo que diré se inferirá también que son factores relacionados con pasadas experiencias y, sin embargo, se refieren a experiencias que están aún muy lejos en el sendero, las cuales quizás no lleguen a comprenderlas realmente, y son:

El factor de la Ceguera, que conduce a la revelación.
El factor de la Voluntad, que produce la síntesis.
El factor del Propósito, que se exterioriza por medio del Plan.

     Todos están implícitos en la nueva experiencia iniciática, pero deben ser encarados con toda la intuición de que son capaces; el esfuerzo consiste en tratar de pensar como si hubieran recibido las iniciaciones superiores. Deben tener presente que cada iniciación permite al iniciado "ver adelante" un poco más, pues la revelación es siempre un factor constante en la experiencia humana. La vida toda es revelación; el proceso evolutivo, en relación con la conciencia, es guiar al ciego fuera de las zonas oscuras de la conciencia hacia la luz mayor y, por lo tanto, a una visión más vasta.

     [i704] Como bien saben, esta iniciación particular ha sido denominada "Resurrección" por el mundo cristiano, destacando ese aspecto en la experiencia del iniciado, que conduce a la revelación, es [e576] decir a su "ascensión desde el océano de la materia a la clara luz del día". La idea de la revelación también puede verse en la enseñanza cristiana acerca de la "Ascensión" -iniciación que no tiene existencia real ni debe ser llamada iniciación. Tenemos, por lo tanto, la siguiente secuencia relacionada con la cuarta y la quinta iniciaciones:

1. Renunciación, que produce la crucifixión y conduce a la

2. Ascensión, o a la total "elevación fuera de" o "al ascenso más elevado" que conduce a la

3. Revelación, que da la visión, recompensa de las dos etapas anteriores.

     Los teólogos cristianos han convertido estas dos iniciaciones en tres episodios distintos, pero no tiene ninguna importancia (el iniciado de Occidente pronto lo aprende); sabe ya que la serie de iniciaciones, con sus causas, efectos e intenciones resultantes, son sólo una secuencia de procesos que conducen de una iniciación a otra. Una correspondiente secuencia puede verse en el desenvolvimiento de la conciencia del ser humano desde la infancia a la plena madurez; cada desenvolvimiento es parte de una serie de revelaciones, a medida que se desarrolla su visión de la vida y su capacidad para adquirir experiencia. Esto es aplicable a todos los hombres desde el más primitivo hasta el iniciado avanzado, residiendo la diferencia en que cada uno aporta a la experiencia, como resultado de anteriores esfuerzos, su etapa de conciencia y la cualidad de los vehículos por cuyo medio la conciencia se desarrolla. Lo mismo sucede en el caso del discípulo-iniciado, penetra conscientemente en cada experiencia y es parte integrante de su intención.

     Habiendo renunciado a los tres mundos y regresado -después de un contacto de gran importancia e interés- a esos tres mundos y a todo lo que es familiar en ellos, el iniciado comprende repentinamente que en verdad se ha liberado, que es ciertamente libre, que ha sido elevado de la oscuridad y está libre ahora en un nuevo mundo de experiencias. [i705] Sabe que ha escalado la cima de la montaña, o "ascendido" al plano búdico, desde donde debe trabajar permanentemente, no sólo ocasionalmente, como fue el método empleado hasta ahora.

     Puede trabajar a través de un cuerpo físico (con sus envolturas sutiles) o no, como lo juzgue conveniente. Comprende, como individuo, que no necesita ya un cuerpo físico o una conciencia astral y que la mente es sólo un instrumento de servicio. Funciona ahora en un cuerpo de luz que posee su propio tipo de sustancia. Sin embargo, el Maestro puede construir un cuerpo que le [e577] permitirá acercarse a Sus discípulos que entran y también a los que han recibido las iniciaciones superiores; cuando es necesario construirá normalmente Su cuerpo a semejanza de la forma humana, haciéndolo instantáneamente y por un acto de la voluntad. La mayoría de los Maestros que trabajan definidamente con la humanidad, conservan el antiguo cuerpo en que recibieron la quinta iniciación, o sino construyen, con sustancia física, el "mayavirupa" o cuerpo de maya. Este cuerpo aparecerá en la forma que tuvo originalmente al recibir la iniciación. Respecto al primer caso, yo lo hice personalmente, es decir, conservé el cuerpo en que recibí la iniciación. El Maestro K.H. lo hizo creando un cuerpo a imagen de aquel en el cual recibió la quinta iniciación.

     Quizás les interese saber que Cristo no ha decidido todavía qué tipo de vehículo físico empleará en caso de tomar forma física y actuar definidamente en el plano físico. Espera cerciorarse qué nación o grupo de naciones hacen el mayor y más convincente trabajo, en preparación para Su reaparición. Sin embargo, no tomará cuerpo judío como lo hizo antes, porque los judíos han perdido ese privilegio. El Mesías que ellos esperan será uno de los discípulos avanzados de Cristo, pero no el Cristo como fue la intención original. Simbólicamente los judíos son la representación (desde el punto de vista de la Jerarquía) de aquello de donde surgen todos los Maestros de Sabiduría y los Señores de Compasión: materialismo, crueldad y conservadurismo espiritual, de modo que actualmente viven en épocas de El Antiguo Testamento y están [i706] dominados por la mente concreta inferior, separatista y egoísta.

     Pero tendrán otra oportunidad y quizás cambien, cuando los fuegos del sufrimiento logren finalmente purificarlos y consumir su antigua cristalización, liberándolos en tal medida que podrán reconocer a su Mesías, el Cual no será el Mesías mundial. Los judíos necesitan ser humildes, más que ninguna otra nación. Por la humildad pueden aprender algo de valor, así como también el necesario sentido de proporción. Son amados por el corazón de Cristo porque -al ejecutar Su más grande trabajo- eligió un cuerpo judío, pero su materialismo y rechazo a la oportunidad espiritual no ha permitido emplear nuevamente el mismo tipo racial. Hubiera constituido un obstáculo demasiado grande. Probablemente el Maestro Jesús asuma (por instrucción de Cristo) la parte del Mesías.

     El Maestro, por estar dotado de una plena comprensión del pasado, de una sólida apreciación de lo que tiene que ofrecer en servicio a la humanidad y de un sentido de expectativa, permanece simbólicamente en el Monte de la Ascensión. Durante el precedente ciclo de vidas de servicio iniciático para la humanidad, [e578] Él ha oído varias veces "la Voz del Padre". Ésta es una frase simbólica que indica el contacto con ese aspecto de sí mismo responsable de la aparición de su alma y de su largo ciclo de encarnaciones: la Mónada, el Espíritu, el Uno, la Vida, el Padre. Cada vez que esa Voz habló, impartió reconocimiento. En realidad es la voz del Iniciador en el Cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Todas las visiones anteriores del Maestro lo han conducido a este elevado punto de expectativa; ya sabe donde está Su campo de servicio -dentro de la Jerarquía, trabajando para bien de todos los seres vivientes. También sabe que aún debe progresar, avanzar y que Lo enfrenta la gran Iniciación de la Decisión (la sexta) para la cual debe prepararse. Sabe también que ello implica una correcta elección, la cual depende además de la correcta comprensión, la correcta percepción, la correcta disposición, la [i707] correcta visión o revelación. De manera que otra vez permanece en la cima de la montaña, esperando nuevamente a la Presencia. Se da cuenta que es necesario algo más, si quiere servir correctamente en forma simultánea, realizar Él Mismo un progreso espiritual.

     Aquí no me es posible indicar la naturaleza de la revelación acordada al iniciado de la quinta iniciación. Se halla muy estrechamente relacionada con Shamballa y en esta vida sólo he recibido la quinta iniciación y he escalado el Monte de la Ascensión. Aún no he recibido la revelación completa y -en cualquier caso- mis labios están sellados. Sin embargo, puedo abordar dos puntos con ustedes que pueden aclarar su visión. Volveré a recordarles que lo que escrito en este último tomo de Tratado sobre los Siete Rayos es para discípulos e iniciados. Los discípulos verán algunas de las significaciones detrás del símbolo, e interpretarán de acuerdo a la etapa alcanzada en el sendero. Debe recordarse que actualmente el mundo está lleno de hombres que han recibido alguna de las iniciaciones y hay grandes discípulos, pertenecientes a todos los rayos, que se desempeñan en el plano físico como trabajadores avanzados para la humanidad, regidos por la Jerarquía; habrá muchos más durante los próximos cien años (escrito en 1949). El cerebro físico de algunos de ellos no registra su particular categoría jerárquica, pues han eliminado deliberadamente este conocimiento a fin de llevar a cabo determinado trabajo. Lo que aquí escribo está destinado -durante los próximos cuarenta años- a llegar a sus manos, con el intento deliberado de hacer surgir a la superficie de su conciencia cerebral, quiénes y qué son Ellos en realidad. Ésta es una parte del programa planificado por la Jerarquía, previamente a la exteriorización de los ashramas. Los Maestros creen que estos discípulos e iniciados avanzados [e579] (en su lugar) deben empezar pronto a trabajar con más autoridad. Esto no significa que afirmarán su identidad espiritual y pretenderán tener categoría de iniciados. Tampoco podrían hacerlo, debido a su etapa en la escala de la evolución espiritual. Pero -sabiendo quiénes son, desde el ángulo de la Jerarquía, y lo que se espera de ellos- fortificarán su trabajo, atraerán [i708] más energía e indicarán el camino con mayor claridad. Se reconocerá su sabiduría, así como también su compasión, pero ellos mismos se relegarán a un segundo plano; quizás aparenten ser menos activos externamente, siendo por ello erróneamente juzgados, pero su influencia espiritual aumentará, y no les importará lo que piensen de ellos. Reconocen además los puntos de vista erróneos de las religiones modernas, respecto a Cristo; algunos podrán ser perseguidos en su propia comunidad, o por quienes ellos tratan de ayudar. Nada de esto les incomodará. Su camino está claro y conocen la extensión de su servicio.

     Los dos puntos que ahora consideraré son:

1. La parte que desempeña la energía al inducir a la revelación.

2. El lugar que ocupa la Voluntad en la secuencia revelatoria:
Revelación. Interpretación. Intención. Voluntad.

     Éstos deben ser considerados desde el ángulo del discipulado y no en su valor aparente o forma común; abordados desde el ángulo del mundo de significados y, si es posible, desde el mundo de la significación, de lo contrario la enseñanza será tan exotérica que no aparecerá su naturaleza esotérica.

La Parte que Desempeña la Energía al Inducir a la Revelación.

     Un indicio de lo que tengo que decir lo hallarán si estudian una afirmación anterior, págs. 439-40. Allí se infiere que son necesarias tres energías para ser empleadas por el iniciado que busca la revelación; cualquiera sea la revelación o la categoría del discípulo, o la iniciación que enfrenta, estas tres energías entrarán en actividad, y son

1. La energía generada por el discípulo.
2. La energía proveniente de la Tríada espiritual.
3. La energía del ashrama al cual está afiliado.

     Constituyen las tres energías esenciales, y sin su síntesis en la mente del discípulo o en uno de los tres [i709] centros superiores, no puede haber una verdadera revelación de orden superior o relacionada con los procesos de la iniciación.

     En lo que se refiere a la energía generada por el discípulo, será [e580] evidente que esto incluirá la energía del rayo del alma, hasta la quinta iniciación, cuando sea reemplazada por la energía de la mónada, la cual le llegará, ante todo, como energía de la Tríada espiritual, y más tarde será reemplazada a su vez, por la energía directa de la misma mónada; entonces, el iniciado sabrá prácticamente (y no sólo teóricamente) lo que Cristo significó cuando dijo: "Yo y mi Padre somos uno".

     En las primeras etapas del sendero del discipulado, el discípulo trabaja con la energía del rayo de su alma, tanto como puede recibir, más la cantidad de energía del rayo de la personalidad, que responde a esa energía del alma. Obrando así puede desarrollarse una gran medida de discriminación, y éste es uno de los primeros lugares en que puede observarse el valor del mandato "Conócete a ti mismo". La naturaleza del rayo del alma en este momento determina la naturaleza de la revelación; la naturaleza de la personalidad y su rayo es, al mismo tiempo, una ayuda o un obstáculo.

     A las energías que ha generado dentro de sí mismo, el discípulo aprende a agregarle las del grupo, al cual ha tratado de servir con amor y comprensión. Todos los discípulos, cualquiera sea su posición, reúnen a su alrededor aquellos pocos o muchos que ellos mismos han descubierto y son capaces de ayudar; la pureza de la energía generada por este grupo depende de su altruismo, su liberación de la autoridad o del control del discípulo y la calidad de su aspiración espiritual. De la misma manera que el Maestro o el discípulo los ha ayudado a generar esta energía, también se sincronizarán necesariamente con la suya, y estará disponible como corriente de fuerza pura que fluye a través de él en todo momento; puede aprender a enfocarla e incorporarla con su propia energía (también enfocada), a fin de prepararse para otra visión, con tal de que su móvil sea siempre altruista.

     El segundo grupo de energías llegan al discípulo desde la Tríada espiritual, siendo relativamente nuevas [i710] para él, y personifican las cualidades divinas que hasta entonces desconocía; teóricamente sabe aún poco, y su actitud hacia ellas ha sido hasta entonces mayormente especulativa. Desde que puso por primera vez sus pies en el sendero, ha tratado de construir el antakarana. Eso ha sido para él un acto de fe y, en las primeras etapas, prosigue con el trabajo de construcción, sabiendo apenas lo que hace. Acata ciegamente las antiguas reglas y trata de aceptar como real, lo que no le ha sido probado como tal, pero está testimoniado por incontables miles de personas en el transcurso de las edades. La naturaleza del proceso constituye el triunfo culminante de ese sentido innato de la Deidad que ha impulsado al hombre hacia adelante, [e581] desde las más primitivas experiencias y aventuras físicas, hasta esta gran aventura de construir un sendero para sí, del mundo material denso al espiritual. Estas energías espirituales superiores han sido hasta ahora reconocidas por él a través de sus efectos; debe ante todo aprender a manejarlas, dejándolas que afluyan en él y a través de él, vía el antakarana, dirigiéndolas luego hacia el objetivo inmediato del plan divino.

     Hasta entonces ha trabajado principalmente con el hilo de la conciencia establecido en la cabeza y, por medio de esa conciencia, se han unido su personalidad y su alma, hasta convertirse en una personalidad fusionada con el alma; así ha alcanzado la unidad con su yo superior. Mediante la construcción del antakarana se agrega otro hilo a la personalidad fusionada con el alma, vinculando al verdadero individuo espiritual con la Tríada espiritual, quedando bajo su dirección. En la cuarta iniciación, el cuerpo del alma, el cuerpo causal (así llamado), desaparece, y el hilo de la conciencia ocultamente se rompe; ni el cuerpo del alma ni el hilo son ya necesarios; ahora son únicamente el símbolo de una dualidad inexistente. El alma ya no es la depositaria del aspecto conciencia como hasta entonces. Todo lo que el alma ha acumulado sobre conocimiento, ciencia, sabiduría y experiencia (cosechados en el ciclo de vida de muchos eones de encarnación), pertenecen únicamente al hombre espiritual [i711] individual. Los transfiere a la analogía superior del mecanismo perceptivo-sensorio, la naturaleza instintiva, en los tres planos de los tres mundos.

     No obstante, sigue siendo consciente de todos los acontecimientos pasados, y sabe ahora por qué es lo que es; descarta gran parte de los conocimientos acerca del pasado, los cuales han servido su propósito, dejándole el residuo de la sabiduría experimentada. Su vida adquiere un nuevo colorido sin ninguna relación con los tres mundos de su experiencia anterior. Él es la suma total del pasado; enfrenta nuevas aventuras espirituales; tiene que hollar ahora el sendero que lo aleja de la evolución humana normal y lo lleva al Camino de Evolución Superior. Entonces está bien equipado para enfrentarse con esta nueva experiencia.

     Tres energías principales comienzan a hacer impacto en su mente inferior, son:

1. La energía que impulsa las ideas, que llegan de la mente abstracta a lo largo del antakarana, y hacen contacto con su mente inferior ahora iluminada que, en este punto, las trasforma en ideales para que las ideas divinas -que complementan el propósito divino- puedan ser la herencia de la raza de los hombres. Cuanto mejor entrenada y controlada esté la mente, tanto más [e582] fácil será la manipulación de este tipo de energía. Mediante esta energía impulsora la Jerarquía (en el plano búdico) lleva adelante a la humanidad.

2. La energía de la intuición, es la palabra que empleamos para describir un contacto directo con la mente de Dios en algún nivel relativamente elevado de la experiencia. El efecto de esta energía, sobre la personalidad fusionada con el alma, consiste en dar a la mente (receptiva a la energía de las ideas) un tenue destello, y proporcionar una leve revelación del propósito de las ideas, subyacente en toda actividad jerárquica, en beneficio de la humanidad. La intuición concierne totalmente a la actividad grupal; no se interesa ni va dirigida a la revelación de cosas que conciernen a la vida de la personalidad. El crecimiento de lo que podríamos denominar vehículo búdico (aunque es un nombre poco apropiado) prepara al hombre para la novena iniciación final, que permite al iniciado, en forma incomprensible [i712] para nosotros, "intuir" (en una brillante luz) la verdadera naturaleza del plano astral cósmico. No olviden que el plano búdico está estrechamente vinculado con el plano astral cósmico y que toda intuición, cuando es controlada, requiere el empleo de la imaginación creadora, a fin de ser desarrollada y presentada a la mente de los hombres. Hablando en forma general, los Maestros intuyen las fases inmediatas de las intención divina, lo que constituye la "nube influyente de cosas conocibles", que ellos las trasforman en el Plan; entonces Sus discípulos -con su capacidad intuitiva desarrollada lenta pero firmemente- empiezan a intuir tales ideas, a presentarlas como ideales a las masas y así precipitar en el plano físico, los aspectos necesarios del Plan.

3. La energía dinámica de la voluntad, viene luego y (a medida que el discípulo perfecciona el antakarana) pasa, por medio del contacto, a la mente de la personalidad fusionada con el alma, y desde allí encuentra su camino al cerebro. Aquí me refiero lógicamente al discípulo en entrenamiento y no a los Maestros que trabajan en el centro de esas energías; la Jerarquía es un gran punto receptor para los tres aspectos de la Tríada espiritual; la voluntad espiritual, la intuición o razón pura y la mente abstracta.

     En los ashramas de los Maestros el discípulo entra en relación directa con dichas energías, dinámicas, reveladoras e impulsoras. Estas tres energías se enfocan a través de los tres Guías de la Jerarquía y son dirigidas por Ellos: El Manu, El Cristo, el Mahachoan. El Manu es el receptor y agente de la energía de la voluntad divina para la humanidad; el Cristo es el agente distribuidor de la energía que atrae la revelación intuitiva; el [e583] Mahachoan es responsable de la afluencia de ideas a la conciencia del discípulo, del aspirante y de los intelectuales. Quisiera que recuerden que el principal esfuerzo de la Jerarquía espiritual es en bien de la humanidad, porque el cuarto Reino de la Naturaleza es el Macrocosmos del triple microcosmos de los tres reinos inferiores de la naturaleza.

     Este tema es demasiado vasto para tratarlo aquí, [i713] pero he dado mucho a este respecto en Tratado sobre Fuego Cósmico. Mucho más de lo que posiblemente pueda dar, es revelado al iniciado en el momento de la quinta iniciación. Los indicios, los pensamientos, los conceptos abstractos, las ideas fugaces que todos los discípulos perciben, se convierten en certidumbre en esta iniciación, y el Maestro puede ocupar Su lugar como distribuidor de energía triádica. La distribución de ideas o el empleo de la intuición, a fin de captar la etapa del Propósito divino, en cualquier momento dado, no constituye el más grave problema que enfrenta el Maestro, sino el de desarrollar la voluntad espiritual, en comprenderla y emplearla en servicio mundial. Así como el discípulo debe aprender a utilizar la mente de dos maneras:

     Como sentido común, que selecciona la información, para que dé por resultado un canon de vida, una vida de servicio planificada y dirigida y una percepción de relaciones.

     Como faro que ilumina las ideas e intuiciones necesarias, lo mismo el Maestro debe aprender a utilizar voluntad. Estrechamente relacionada con la idea de la revelación puede verse una secuencia natural.

     Sobre la cima del Monte de la Ascensión, seguido de la experiencia de la "enseñanza a los espíritus aprisionados", el Maestro recibe una revelación; este derecho le corresponde, y el extenso y anterior ciclo de iniciación Lo ha preparado para ello. La revelación debe ser seguida por la comprensión y el reconocimiento de que:

1. La correcta interpretación de la revelación es lo esencial.

2. El siguiente paso que debe dar es formular Su intención basada en la revelación, y dirigida a Su servicio mundial.

3. Habiendo recibido la revelación, interpreta y determina dentro de Sí Mismo qué intenta hacer, luego se da cuenta que el factor voluntad debe ser empleado ahora si Él y aquellos que tratan de ayudar deben beneficiarse por la revelación.

     [i714] Esto nos introduce en el tema de la Voluntad, su naturaleza y relaciones, y debemos estudiar durante un tiempo: la secuencia de Revelación. Interpretación. Intención. Voluntad. [e584]

El Lugar que ocupa la Voluntad para inducir a la Revelación

     Hay tres palabras relacionadas con esta iniciación que son de real importancia para la correcta comprensión, y son: Surgimiento, Voluntad, Propósito. Hemos tratado ya el aspecto surgimiento bajo el término de "elevación" o "transición", desde la oscuridad de la materia a la luz del espíritu. Pero de la voluntad, su empleo y su función, poco sabemos todavía. El conocimiento de la naturaleza de la voluntad, en su verdadero sentido, sólo llega después de la tercera iniciación. A partir de ese momento, el iniciado expresa acrecentada y firmemente el primer aspecto divino, la Voluntad, y el empleo correcto del Poder. Este primer aspecto de la divinidad está estrechamente asociado con el primer Rayo de Poder o Voluntad. Sin embargo, lo consideraré sólo incidentalmente desde el ángulo del rayo, pues quiero dilucidar la naturaleza de la voluntad con cierta claridad, aunque no es posible su total comprensión.

     Se dice que el Señor del Mundo es el único depositario de la voluntad y del propósito de Su alma cósmica afluyente. Estas dos palabras -voluntad y propósito- no tienen idéntico significado. Sanat Kumara y Su concilio en Shamballa, son los únicos Seres en nuestro planeta que conocen con exactitud la naturaleza del propósito divino. Su función y obligación consiste en desarrollar ese propósito en la manifestación, y lo hacen empleando la voluntad. La voluntad desarrolla siempre el propósito. El depositario del aspecto voluntad de la divinidad innata en el hombre, se halla en la base de la columna vertebral; la que puede funcionar correctamente y llegar a ser el agente de la voluntad divina, pero después de la tercera iniciación. El centro coronario es el custodio del propósito; el centro de la base de la columna vertebral indica la voluntad cuando complementa el propósito. El propósito es revelado lenta, muy lentamente, al iniciado durante las cinco iniciaciones [i715] finales, y esto es posible sólo después de la Iniciación de la Renunciación. En ese momento el iniciado dice, al unísono con el gran guía de la Jerarquía, el Cristo: "Padre, no mi voluntad sino la Tuya sea hecha". Luego se inicia el surgimiento fuera de la materia, y de allí en adelante el iniciado comienza a vislumbrar el propósito del Logos planetario; hasta entonces Él ha visto sólo el plan y se ha dedicado al servicio del plan. Hasta entonces también ha tratado de ser sólo un exponente del amor de Dios; ahora debe expresar, con creciente plenitud, la voluntad de Dios.

     Anteriormente, en la página 339 se dice que el problema que enfrenta la Jerarquía, cuando trata de preparar discípulos para las sucesivas iniciaciones, consiste en el empleo correcto de la [e585] voluntad, tanto el empleo de Su propia voluntad, en relación con el iniciado, y el empleo que hace el iniciado de la voluntad al trabajar para el plan, cuando este complementa el propósito. Para lograrlo se necesita la expresión directa, comprensiva y poderosa de este primer aspecto. Hay varias razones por las cuales la voluntad presenta un problema. Enumeraré algunas de ellas y obtendremos así comprensión.

1. La energía de la voluntad es la más poderosa en todo el esquema de la existencia planetaria. Se la denomina la "fuerza shambállica", que mantiene unidas todas las cosas en la vida siendo en realidad, la vida misma. Es la fuerza vital o voluntad divina (que complementa la intención divina) por cuyo intermedio Sanat Kumara alcanza Su meta. En menor escala, es el empleo de uno de los aspectos inferiores de la voluntad (autovoluntad humana) que permite al hombre llevar a cabo sus planes y alcanzar el propósito que se ha fijado -si es que lo tiene. Donde no hay voluntad el plan muere y el propósito no se realiza. Incluso en lo que atañe a la propia voluntad, constituye en verdad la "vida del proyecto". En cuanto Sanat Kumara haya logrado Su propósito planetario, retirará Su poderosa energía, y (al hacerlo) sobrevendrá la destrucción. Por temor a producirse un impacto demasiado grande sobre los reinos de las naturaleza que no están preparados, esta fuerza shambállica está firmemente sujeta. Esto se refiere también a su impacto sobre la humanidad.

[i716] Se ha dicho que esta fuerza -durante este siglo- ha hecho su primer impacto directo sobre la humanidad; hasta ahora llegó al género humano en los tres mundos, después de haber sido aminorada y modificada en su tránsito a través del gran centro planetario, al que denominamos Jerarquía. Este impacto directo se repetirá en 1975, y también en el 2000, pero los riesgos no serán entonces tan grandes como en el primero, debido al crecimiento espiritual del género humano. Cada vez que esta energía hace impacto en la conciencia humana, aparece un aspecto más pleno del plan divino. Esta energía produce la síntesis, que retiene todas las cosas dentro del círculo del amor divino. Desde que hizo impacto en los últimos años, el pensamiento humano se ha ocupado más en alcanzar la unidad y lograr la síntesis en todas las relaciones humanas como nunca lo hizo antes, y uno de los resultados de esta energía fue la formación de las Naciones Unidas.

2. Por lo tanto, será evidente que esta energía es el agente de la revelación y del propósito divino. Probablemente sorprenda que la Jerarquía considere esto como un problema, pero si este poder -impersonal y potente- cayera en manos de la Logia Negra, los [e586] resultados serían verdaderamente desastrosos. La mayoría de los miembros de este centro del mal cósmico pertenecen al primer rayo, y parte del propósito divino es conocido por unos pocos, pues -en su debido lugar y en el régimen iniciático- también son iniciados de grado elevado, pero dedicados al egoísmo y a la separatividad. Su particular forma de egoísmo es peor de lo que pueden imaginar, porque están completamente desapegados y divorciados de todo contacto con la energía denominada amor. Se han apartado de la Jerarquía espiritual, a través de la cual el amor del Logos planetario llega a las formas de los tres mundos y a todo lo que ellos contienen. Dichos seres malignos, pero poderosos, conocen bien el empleo de la voluntad, pero sólo en su aspecto destructor.

Hemos hablado mucho del propósito del Logos planetario. Cuando empleo la palabra "propósito" me refiero a la [i717] respuesta a la pregunta: ¿Por qué el Logos planetario creó este mundo e inició el proceso evolutivo creador? Sólo se ha permitido dar una respuesta hasta ahora. Sanat Kumara ha creado este planeta y todo lo que en él se mueve y vive a fin de obtener una síntesis planetaria y un sistema integrado, por el cual podrá percibirse una grandiosa revelación solar. Al decir esto, en verdad no hemos penetrado muy lejos en el significado del propósito divino; sólo he indicado el método por el cual se está logrando, pero el verdadero objetivo sigue siendo un oscuro misterio -rígidamente conservado en la Cámara del Concilio de Sanat Kumara. Revelar este misterio y "secreto" planetario divino, es el objetivo del trabajo que realiza la Logia Negra. Aún no están seguros del propósito y todos sus esfuerzos se dirigen a descubrir la naturaleza del misterio, de allí el problema jerárquico.

3. La energía de la voluntad, correctamente enfocada, permite a los Miembros avanzados de la Jerarquía complementar ese propósito. Solo los iniciados de cierta categoría pueden recibir esta energía, enfocarla dentro de la Jerarquía y luego dirigir su potencia a ciertos fines conocidos sólo por Ellos. Simbólicamente hablando, la Jerarquía tiene lo que podría llamarse un "depósito de intención divina" bajo la custodia de Sus miembros más avanzados. Constituye la analogía superior a la cual Patanjali se refiere con las palabras, "la nube de cosas conocibles", que se cierne sobre la cabeza de todos los discípulos que pueden ver algo en la Luz. Así como Ia humanidad avanzada puede precipitar la lluvia del conocimiento desde esa nube de cosas conocibles (las ideas divinas, desarrollándose como intuiciones en las numerosas zonas del pensamiento humano), así los iniciados menores y los discípulos dentro de la Jerarquía, pueden empezar a precipitar en su [e587] conciencia parte de esta "intención divina". Este depósito de poder personifica parte del Propósito que complementa el Plan. Uno de los problemas de la Jerarquía consiste, por lo tanto, en conocer el momento propicio para la revelación de la intención divina y en dirigir el pensamiento y los proyectos hechos en Sus ashramas por los receptores: iniciados y discípulos. [i718] Nuevamente volvemos a la necesidad de una correcta interpretación de la revelación o la visión.

4. El problema también debe enfrentarlo cada Maestro en relación con su propio desarrollo espiritual, porque esta energía es la dinámica o potencia necesaria que le permite hollar el Camino de Evolución Superior. Cuando se recorra el camino hacia la liberación y se huellen los Senderos del Discipulado y de la Iniciación, el ser humano deberá emplear la dinámica o la potencia del Amor de Dios; en el Camino de Evolución Superior debe ser la dinámica y la potencia de la Voluntad.

     Por lo tanto les pediría a todos reflexionar sobre la diferencia que existe entre:

1 Autovoluntad 2 Determinación
3 Firmeza de propósito 4 Voluntad
5 Voluntad espiritual 6 Voluntad divina

     No consideraré estas palabras con ustedes. Cada una indica cierto aspecto de la voluntad; mucho más aprenderán sobre este punto si hacen sus propias reflexión y definición.

     Mi esperanza y ruego es que la voluntad individual de cada uno pueda ser sumergida en la voluntad divina, que obtengan acrecentada revelación y que con creciente firmeza huellen el Sendero de la oscuridad a la luz y de la muerte a la inmortalidad.

 


Castellano:
Inglés:

[ Anterior | Indice | Otros Libros | Siguiente ]

Esta obra está bajo una licencia de: Creative Commons License
Los Libros Azules
© 2010 — info@libros-azules.org