LOS ELEMENTALES DE LA MENTE Y LOS ELEMENTALES DEL FUEGO
I. FORMAS MENTALES
1. Su Función.
a. Responder a la vibración.
b. Proporcionar vehículos para las ideas.
c. Llevar a cabo un propósito específico.
2. Las Leyes del Pensamiento.
a. Tres leyes cósmicas.
b. Siete leyes del sistema.
II. LOS DEVAS Y ELEMENTALES DE LA MENTE
1. El Regidor del Fuego Agni.
a. Agni y el Logos solar.
b. Agni y el plano mental. Agni y los tres Fuegos.
2. Los Devas del Fuego los
Grandes Constructores,
a. Observaciones de Introducción
b. Las funciones de los devas.
c. Los devas y los planos.
3. Los Ángeles Solares los
Agnishvattas.
Observaciones de Introducción.
a. El quinto principio.
b. La individualización.
c. La encarnación
d. La construcción del cuerpo causal.
4. Los Elementales del Fuego los
Constructores Menores
a. Introducción.
b. Elementales del plano físico. Elementales de los éteres.
c. Los elementales y el microcosmos [e453][i551]
III. EL HOMBRE, UN CREADOR QUE EMPLEA MATERIA MENTAL
1. Creación de formas mentales.
2. Construcción de formas mentales.
IV. EL HOMBRE Y LOS ESPIRITUS DEL FUEGO
1. El aspecto Voluntad de la creación.
a. La condición del mago.
b. La construcción de formas mentales.
c. El significado oculto de la palabra hablada.
2. La naturaleza de la Magia.
a. Magos blancos y magos negros.
b. El origen de la magia negra.
c. Condiciones para la magia blanca.
3. Quince reglas para la Magia.
a. Seis reglas para el plano mental.
b. Cinco reglas para el plano astral.
c. Cuatro reglas para el plano físico.
En esta sección
haremos un breve delineamiento del estudio que emprenderemos sobre tan
vasto y maravilloso tema, pues, como se relaciona definidamente con la
evolución del hombre y su poder para crear, convendría oportunamente
considerarlo en forma detallada.
Esta parte no tiene por objeto proporcionar datos interesantes acerca
de los devas; sólo me ocuparé de la parte práctica,
a fin de facilitar al individuo el conocimiento necesario que le permitirá
controlar y construir su propio sistema, comprender el método de
la creación y captar algo referente a las vidas menores y la paralela
evolución dévica por la que puede estar interesado.
I. FORMAS MENTALES
1. Su Función.
Se observará que al iniciar al estudio de esta materia, no
hemos comenzado con lo que es más evidente, la forma exotérica
en materia mental, sino con la vida interna, o la idea dentro de la
forma, y con las Leyes que rigen el aspecto [i552]creador. La función de cada
forma mental es triple:
Responder a la vibración.
Proporcionar un cuerpo para una idea.
Llevar a cabo un propósito especifico.
Estudiemos primero la forma mental logoica y luego aboquemos nuestra
atención a las formas mentales construidas por el [e454]Pensador con materia mental en los
planos mentales del sistema. Se ha de observar que lo único sobre
lo cual podemos fundar nuestras conclusiones respecto al Logos, es:
Su manifestación física, Su cualidad, naturaleza síquica,
aroma, emanación o magnetismo, tal como los vemos actuar por
medio de la forma. De allí nuestra gran limitación.
a. Responder a la vibración. Los ocultistas siempre han
reconocido que el objetivo de la evolución humana consiste en
capacitar al Pensador para que responda plena y conscientemente a cada
contacto, y así utilizar su envoltura material o envolturas,
como transmisor adecuado de contacto. La forma mental humana que puede
estudiarse con mayor facilidad es la creada por el Ego con el fin de
actuar a través de ella. Construye sus envolturas por el poder
del pensamiento, siendo el cuerpo físico denso la mejor envoltura
que -en cualquier etapa particular de evolución puede construir
en ese momento. Lo mismo se dirá respecto al Logos solar. Por
el poder del pensamiento construye un cuerpo capaz de responder a ese
grupo de vibraciones que se relacionan con el plano físico cósmico
(el único que podemos estudiar). Dicho cuerpo aún no es
adecuado, ni expresa plenamente al Pensador logoico.
Las vibraciones a las cuales debe responder la forma mental del sistema
son numerosas, pero para nuestro propósito podrían enumerarse
las siete principales
1. Las vibraciones del plano físico cósmico, considerándolo
como que constituye toda la materia de ese plano existente [i553]fuera del círculo no se
pasa logoico. Se refiere a las corrientes y fluidos pránicos
y akáshicos.
2. Las vibraciones del plano astral cósmico en lo que afectan
a la forma física de la manifestación divina. Esto involucra
cósmicamente la acción ejercida sobre nuestro Logos solar
por la cualidad emocional de otras entidades cósmicas y concierne
al efecto magnético que ejercen sobre el sus emanaciones síquicas.
Puesto que Su cuerpo físico denso no constituye un principio,
tiene una naturaleza mucho más potente que la primera serie de
vibraciones, como sucede también en la evolución del hombre.
3. Las vibraciones de aquello que, dentro de la conciencia logoica,
es reconocido como el Yo superior logoico o Su fuente emanante. Esto
conduce a colocar al sistema solar dentro del radio de vibración
de ciertas constelaciones que ocupan un lugar de profunda importancia
en la evolución general del sistema.
4. Las vibraciones emanadas desde Sirio por conducto del plano mental
cósmico. [e455]
5. Las vibraciones de los siete Rishis de la Osa Mayor y principalmente
las de aquellos dos que son los Prototipos de los Señores del
séptimo y quinto Rayos. Esto es algo de suma importancia y tiene
su analogía microcósmica en el lugar que ocupa el séptimo
Rayo en la construcción de una forma mental y en el empleo del
quinto Rayo en el trabajo de concreción. Todos los magos que
trabajan con materia y se ocupan de construir formas, consciente o inconscientemente,
recurren a estos dos tipos de fuerza o energía.
6. Ciertas vibraciones muy remotas, que aún no son percibidas
en el Cuerpo logoico, como no lo es la influencia monádica -en
el hombre común-, provenientes de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE
DECIRSE, esa Existencia [i554]cósmica que se expresa por intermedio
de siete centros de fuerza, de los cuales nuestro sistema solar es uno
de ellos. 7. Una serie de vibraciones que se harán más potentes
a medida que nuestro Logos se acerca a ese período que ocultamente
se denomina Divina Madurez, las cuales emanan de esa constelación
que personifica, en el firmamento, Su opuesto polar. Éste es
un profundo misterio y concierne al matrimonio cósmico del Logos.
Por lo tanto se verá cuán poco puede afirmarse sobre el
futuro del sistema solar hasta que las vibraciones del sexto y séptimo
orden se hagan más poderosas y, en consecuencia, sus efectos
puedan ser más fácilmente estudiados. Aquí sólo
es posible indicar los siete tipos de vibraciones a las que responderá
consciente y plenamente, a su debido tiempo, nuestro Logos solar (funcionando
en un cuerpo material). En la actualidad, responde a las vibraciones
de primero, segundo, tercero y cuarto orden, pero por ahora (aunque
responda) no puede emplear dichos tipos de energía plena y conscientemente.
La vibración de quinto orden es reconocida por Él,
particularmente en tres de Sus centros, pero no está todavía
bajo Su completo control. Las otras dos son presentidas y sentidas tan
débilmente, que casi quedan fuera del alcance de Su conciencia.
Al llevar a cabo estas ideas, en lo que se refieren al hombre y a las
formas mentales que él construye (por ejemplo su envoltura material),
la analogía puede aplicarse dentro del sistema y desde el ángulo
de los esquemas planetarios en los cuales el hombre ocupa su lugar.
Más adelante nos ocuparemos del trabajo que realiza el hombre
cuando construye y crea formas extrañas a él empleando
material mental.
Los métodos por los cuales se logra una respuesta vibratoria
pueden ser enumerados de la manera siguiente: [e456][i555]
Por intermedio del factor tiempo durante la evolución.
Por intermedio del estímulo, fuera del sistema, y del entrenamiento
intenso, tanto para un Logos como para un hombre.
Por intermedio del proceso de Iniciación y la aplicación
de los Cetros de Iniciación
El factor evolución es reconocido y estudiado por muchas escuelas
de pensamiento esotéricas y exotéricas. El estímulo
proveniente de fuera del sistema involucra un gran numero de factores,
pero debe recordarse que las dos maneras principales de aplicar este
estímulo son:
Por intermedio del grupo a la unidad.
Por intermedio de un Reino de la naturaleza más
evolucionado, a otros menos evolucionado.
En cuanto al factor Iniciación, debe tenerse en cuenta que
consideramos aquí las grandes iniciaciones y no las numerosas
expansiones de conciencia que pueden observarse en todos los reinos
y en todas las manifestaciones.
Relacionado con lo que acabamos de considerar, referente a la función
principal de una forma mental (el poder de responder a la vibración),
insistiría en recordarles que la respuesta debe ser hecha por
la idea personificada internamente, que, mediante una compleja acción
refleja, evocará luego una respuesta de la envoltura material
que la oculta. La vibración es el resultado del impulso subjetivo
y hace su llamado a la conciencia subjetiva por intermedio del impacto
ejercido sobre lo que puede ser comprendido como sustancia; este impacto
es transmitido directamente a la vida interna, y a su debido tiempo
es retransmitido a la sustancia en forma de reconocimiento o comprensión.
Un proceso similar puede observarse en las relaciones nerviosas de la
estructura física y su afinidad con la conciencia cerebral.
Como se observará, el hombre trabajará como un creador
en los tres mundos de la actividad humana y seguirá un procedimiento
análogo. [i556]Sus formas mentales serán construidas
con materia mental, elegida específicamente, pues posee el mismo
grado de vibración que la Idea que trata de personificarse; dichas
formas persistirán -como lo hace la forma mental logoica, el
sistema solar- durante todo el tiempo que el factor Voluntad o vitalidad
dinámica, las mantenga continuamente unidas.
Esto nos conduce al punto siguiente:
b. Proporcionar un cuerpo para la idea. En esta enunciación
tenemos latente el principio básico de la encarnación,
de la actividad e incluso de la existencia misma. Involucra expansión
[e457]de
nuestra idea hasta incluir el plano mental cósmico al considerar
el Logos y cuando se estudia la facultad creadora del hombre, nos introducimos
en el plano mental del sistema solar. Daré aquí un pensamiento
fundamental sobre el cual debe reflexionarse: Este impulso creador,
esta tendencia hacia la concreción de lo abstracto, esta capacidad
innata para tomar forma tiene todavía plena expresión
en la materia física. La razón de esto radica en que -para
el hombre- todas las sustancias con las cuales crea, todas las formas
que él construye y todos los procesos de concreción que
realiza, son creados, construidos y realizados dentro del cuerpo físico
del Logos. Aquí podría hallarse la razón del
énfasis que pone la naturaleza sobre el aspecto sexual y la reproducción
física; ello podrá observarse en todos los reinos de la
naturaleza, excepto en el primero y el quinto. Esto es algo muy significativo;
dichas excepciones deberían ser estudiadas en su más amplia
significación pues encierran el misterio fundamental del sexo
en los senderos involutivo y evolutivo. He aquí los dos extremos.
Se observará que una vez comprendida la idea de que el sistema
solar es el vehículo físico del Logos y Su cuerpo de manifestación,
muchos problemas se solucionarán y, dos puntos sobre todo, serán
aceptados paulatinamente por el estudiante que medita y estudia:
Primero En el transcurso del tiempo, a medida que el Logos [i557]logre liberarse de las ataduras de
la materia física, todo el sistema objetivo será considerado
como una idea o concepto, revestido con un velo o envoltura de materia
más sutil que la física; el cuerpo logoico se verá
como el producto de la voluntad y del deseo no entrando en su composición
la materia física de ningún grado; será simplemente
un cuerpo de deseo, Esto producirá un estado de cosas, inconcebible
para nosotros, y sólo captado por el hombre que puede actuar
en el plano búdico del sistema, el cuarto éter cósmico.
Tengan en cuenta que nuestro plano astral es solamente el sexto subplano
del plano físico cósmico, y que ello no nos proporciona
ninguna base real para razonar respecto al plano cósmico astral.
Únicamente cuando el plano astral constituya un tranquilo receptor
del impulso búdico o un reflector líquido de ese plano
(lo que no sucederá hasta el final del mahamanvantara) podremos
estar en condiciones de formular ideas respecto al plano astral cósmico.
Segundo. Que toda manifestación del aspecto sexual, tal
como la comprendemos en los distintos reinos de la naturaleza, es una
expresión de la energía del Logos cuando afluye a través
de, y estimula a ese centro en Su cuerpo que corresponde a los órganos
genitales. Todas las funciones creadoras de la familia vegetal, animal
y humana, consideradas como un todo, son hasta ahora [e458]puramente físicas y están
basadas en el deseo inferior. El deseo del Logos por encarnar físicamente
constituye todavía la nota dominante. Más tarde, dicho
deseo no será tan intenso y se transmutara en el deseo de crear
únicamente en niveles mentales. Esto es lo que pone en actividad
el aspecto Destructor, que conduce a la oscuración eventual y
a la muerte física del sistema solar. El indicio
de que este aspecto está entrando en el poder se observará
cuando se produzcan dos grandes acontecimientos: [i558]
La capacitación
del hombre para crear conscientemente en niveles mentales y la consiguiente
transmutación de sus impulsos sexuales inferiores en superiores.
La vitalización
mental de otra gran parte del reino animal.
Cuando ambas se desarrollan en cualquier ronda, indicará que tiene
lugar definitivamente la polarización mental del Logos; sólo
podemos llegar a conocerlo estudiando las partes componentes de Su cuerpo
de manifestación.
Lo que aquí se afirma sobre la forma mental logoica también
puede decirse de un Hombre celestial y de un esquema planetario. A medida
que Su polarización cósmica se hace más mental y
transmuta Su naturaleza cósmica de deseo, se verá que la
fuerza que actúa a través de Sus centros cambia de dirección
de acuerdo a ello, extrayendo fuerzas de algunos de Sus globos y centros
inferiores; ya no le interesará encarnar físicamente
y, oportunamente, se retirara dentro de Sí Mismo. Su forma
mental demostrará una disminución gradual de vitalidad,
el globo físico denso morirá, desapareciendo la objetividad,
mientras otros globos mantendrán temporalmente Su vida, aunque
no por mucho tiempo. Entonces todo el esquema se oscurecerá y funcionará
sólo en Su cuerpo astral cósmico.
Lo mismo sucede con una cadena y la Vida que le da forma, considerando
a aquella simplemente como un centro en el cuerpo del Logos planetario,
y poseyendo, sin embargo, su propio factor central. Esto puede observarse
en la Luna, en forma interesante. Su Ocupante ya no deseaba manifestarse
físicamente, por lo tanto retiró Su vida, queda sólo
el cascarán desvitalizado; los otros dos aspectos han desaparecido
y sólo el tercero, la vida inherente a la materia misma, permanece,
para disiparse luego gradualmente a medida que transcurren los siglos.
En lo que se refiere al hombre, se ve una condición similar [i559]
en la desintegración gradual del cuerpo físico después
de la muerte; los otros dos aspectos se retiran y la forma se desintegra
Cuando se comprendan estos hechos fundamentales y el hombre empiece a
darse cuenta de su posición como Creador, el concepto relativo
al sexo también cambiará, se pondrá énfasis
sobre [e459]las
leyes de la creación mental y la formulación científica
de fórmulas mentales, mientras el aspecto físico denso de
la creación quedará en suspenso. Cuando esto suceda, el
hombre entrará en posesión de su derecho divino y el reino
humano cumplirá su legítima función. El aspecto sexual
-tal como se expresa en la actualidad- y todo el proceso de la reproducción
es compartido el hombre con el reino animal y se funda en sus instintos
salvajes y en su naturaleza física densa, la cual no constituye
un principio. Cuando él se haya emancipado totalmente del reino
animal y el tercero y cuarto reinos se diferencien entre sí, la
naturaleza sexual y los órganos de reproducción serán
considerados por el hombre común en forma muy diferente a como
lo hace en la actualidad. Con el tiempo la creación será
el resultado de impulsos mentales y no de los impulsos del deseo; entonces,
el proceso (cuando se haya dado el impulso inicial en el plano mental)
llegará a ser tan normal, tan seguro y tan inconsciente como lo
es ahora el acto de respirar. Cuando esto acontezca (el momento está
aún muy distante), la procreación física continuará,
pero se hablará de la forma física en términos de
concreción y de energía y se dará importancia a aquello
que ha de ser corporificado. Se llegará a esa etapa cuando se capten
y comprendan científicamente las funciones del cuerpo etérico
y las leyes del pensamiento creador sean de dominio público; coincidirá
con un período en que el reino animal estará nuevamente
bajo la impresión manásica permitiéndosele obtener
otra vez la individualización.
[i560]
En esa época se reconocerá en forma general que Espíritu-materia
son dos aspectos de la Unidad, y la actual terminología Espíritu
y sustancia material será reemplazada por el concepto más
amplio de energía positiva y negativa, como dos aspectos de Energía
una. Entonces todos los fenómenos serán expresados en términos
de fuerza y la cuestión sexual o la unión de macho y hembra,
negativo y positivo, en el plano físico, será redimida y
purificada.
Una idea corporificada es literalmente un impulso positivo que emana de
niveles mentales y se reviste con un velo de sustancia negativa. A su
vez ambos factores serán considerados como emanaciones de un centro
de fuerza aún mayor que, mediante los mismos, expresa un propósito.
Una forma mental, tal como la construye el hombre, es la unión
de una emanación positiva y otra negativa. Ambas son emanaciones
de una Unidad, el Pensador coherente.
c. Llevar a cabo un propósito especifico. Estudiamos aquí
el elemento más vital para la construcción de formas mentales.
En el primer punto se ha tratado el aspecto conciencia o respuesta
[e460]a
la sensación o sentimiento, introduciéndonos así
en el estudio del proceso de construcción, el segundo aspecto logoico,
el del Ego, o la realización de la dualidad esencial. En el segundo
punto se trató mas detalladamente el aspecto objetivo y nos ocupamos
de la forma tangible, introduciendo así el tercer aspecto logoico,
el de la sustancia inteligente, o aquello por medio de lo cual la conciencia
trata de expresarse. Ahora consideraremos el aspecto voluntad o propósito,
introduciendo por lo tanto el primer aspecto logoico o la voluntad
de ser. Cuando se medite cuidadosamente sobre este tercer punto,
se observará, como es de esperar, que incluye a los otros dos y
los sintetiza.
Ciertos factores deben ser tenidos en cuenta cuando consideramos las palabras
propósito específico. Mediante su clasificación
[i561]
trataremos de esclarecer este tema complejo. Las ideas implicadas son:
El factor identidad. Propósito específico es la aplicación
práctica de la voluntad o la intención de una Existencia
consciente e inteligente cuando se expresa como:
Su fuente de origen.
Su misión.
Su método,
Su objetivo.
Estos variarán de acuerdo a la naturaleza de la identidad emanante.
Todas las formas mentales -logoicas, planetarias y humanas- (pues ninguna
otra entidad de menor grado trabaja como creadora mental) emanan de
una mente; son construidas para efectuar algún trabajo activo,
manifestándose por reglas y leyes fijas, teniendo una meta definida
o consumación inevitable,
El factor tiempo. El Propósito específico del sistema
solar consiste en la evolución gradual de un plan definido que
se origina en la Mente del Logos y llega a la consumación, lenta
y cíclicamente. Tres vastos períodos de tiempo transcurren
durante el proceso
El periodo de construcción, en el cual la forma es construida.
El período de utilización, en
el cual una Vida central ocupa, vitaliza y utiliza la forma.
El período de disolución, en el cual la forma es desvitalizada,
destruida y disipada.
En la primera etapa, lo que concierne a lo tangible y lo que trata de
la objetividad es lo que más se recalca y tiene suprema importancia.
En la segunda etapa, la vida o la conciencia subjetiva [e461]dentro de la forma aparece gradualmente
a la superficie, y la cualidad o psiquis de la forma mental, se hace
evidente. En la etapa final, la forma mental (habiendo cumplido su misión)
se divide en dualidad fundamental y la voluntad o energía (que
permanece como unidad detrás de la dualidad) cesa su intento.
[i562]
La vida objetiva (vida espiritual cuando se trata de formas mentales
cósmicas,vida manásica cuando se construyen
formas mentales solares y vida elemental cuando se construyen
formas mentales humanas) se retira y la forma se desvanece.
En todos estos casos es evidente que sólo estudiando cómo
se desarrolla la cualidad de la forma mental se revelará
su propósito inherente: únicamente cuando sus procesos
emanentes sean comprendidos se reconocerá la naturaleza de su
misión. Esto es fundamentalmente cierto respecto a todas las
formas, lo cual es fácilmente comprobado cuando se trata de formas
relativamente poco importantes -como las que construye el hombre actualmente-;
cada forma por medio de
su color,
su vibración,
su dirección,
su nota clave,
revela al clarividente entrenado la naturaleza de la vida interna, la
cualidad de la vibración y la naturaleza de su meta. La suma
total de dichas características revelará el propósito
mismo.
El factor kármico. Debido al efecto que produce
la forma mental, ésta queda sujeta a la Ley del Karma. En la
etapa actual de la historia del sistema -esa vasta tapa de transición
entre la vida física densa y la existencia en el cuerpo etérico
logoico- no es fácil para nosotros saber diferenciar entre las
formas mentales que constituyen efectos y las que constituyen causas.
Debe recordarse que sólo los señores cósmicos
y los señores solares formulan pensamientos. Ningún
Señor lunar ni inteligencias menores lo hacen. Por consiguiente
los dos grupos ya mencionados quedan sujetos a la ley kármica.
Son los únicos autoconscientes y por lo tanto responsables. Donde
no existe autoconciencia no hay responsabilidad. Por ende, a los animales
no se los considera responsables, y aunque [i563]
sufren en el plano físico y en sus vehículos físicos,
en los planos más sutiles están libres de karma, pues
carecen de memoria y presentimiento; no poseen la facultad de correlacionar
y, como la chispa de la mente está ausente, no están sujetos
a la ley de retribución, excepto en lo que concierne al cuerpo
físico. La razón del sufrimiento del reino animal se halla
oculta en el misterio [e462]del pecado de los sin mente (76) y
en ese terrible período descrito en La Doctrina Secreta, que
dio por resultado abortos y tergiversaciones de toda clase. Si este
período y ese tipo particular de "malogrado propósito"
no hubiese tenido lugar, no tendríamos la terrible relación
kármica que existe hoy entre el tercero y cuarto reinos.
Cuando el efecto de
la vida y duración de una forma mental es maléfico y destructivo
actúa como "mal karma" y si es benéfico actúa
como "buen karma" en el grupo al cual pertenece el creador.
A esto se refiere cuando se dice que una accion buena y altruista no
produce karma.
El factor de los
constructores menores. Aquí se introduce un factor muy interesante
sobre el cual nos extenderemos mas adelante cuando estudiemos los elementales.
El propósito específico de una forma mental está
muy estrechamente relacionado con el tipo de esencia dévica de
la cual está construida y (en relación con el hombre en
el plano mental) con el tipo de elemental que puede controlar y enviar
como ocupante o agente vitalizador de la forma mental. Hablando superficialmente,
un Logos solar actúa únicamente por intermedio de los
grandes Constructores, los Manasaputras en Sus [i564]
distintos grados en los dos planos superiores del sistema solar, y trabaja
por medio de Ellos, enviándolos a desempeñar la misión
de construir y vitalizar, con un propósito especifico en vista,
la forma mental del sistema. Los Logos planetarios trabajan principalmente
por intermedio de los Constructores de los tres planos siguientes (atma
budi manas), quienes construyen y controlan el trabajo de los esquemas
planetarios. Los hombres trabajan por intermedio de los constructores
de los planos mentales inferiores y del plano astral, porque las formas
mentales humanas son kama manasicas; los constructores del plano físico
entran automatícamente en acción por la fuerza de corrientes
y energas iniciadas en materia sutil por los grandes Constructores.
La clasificación
dada en página aparte puede esclarecer esto.
Mediante un estudio
detenido se verá que la primera enumeración quíntuple
se refiere a los reinos más importantes de la naturaleza, mientras
que las dos últimas son particularmente [e463]
IV CLASIFICACIÓN
ENTIDADES CONSTRUCTORAS
CUALIDAD
ENTIDAD
CENTRO
PERSONALIDAD
REINO
1.
Atma
Logos
Cabeza (cerebro)
Gran Hombre celestial
Séptimo
Unidad
2-3.
Budi manas
Logos planetario
Corazón y Garganta
Hombre celestial
Sexto y Quinto
Dualidad
4.
Mental
Hombre
Plexo Solar Base de la Columna Vertebral
Hombre
Cuarto
Triplicidad
5.
Astral
Animal
Órganos de procreación
Tercero
Dualidad
6.
Etérico
Vegetal
Bazo
Segundo
Transitorio
7.
Denso
Mineral
Ninguno
Primero
Unidad
[e464]interesantes porque el reino mineral
en ningún sentido puede considerarse un principio, sino simplemente
el punto más denso de concreción de lo abstracto; el reino
vegetal ocupa un lugar peculiar en la economía del sistema como
transmisor del fluido pránico vital, siendo definitivamente un
puente entre lo consciente y lo inconsciente, empleando estas palabras
en su sentido más amplio y general. Aunque es bien sabido que
el reino mineral tiene conciencia propia, sin embargo, la sensación
es más fácilmente reconocible en el segundo reino;
la diferencia que existe entre la conciencia del mineral y la del animal
es tan grande que sus respectivas conciencias son fundamentalmente disímiles.
Entre ambos se encuentra el reino vegetal, que se aproxima por lo general
más a la conciencia animal que a la del mineral, teniendo mayor
relación esotérica con la evolución dévica.
[i565]
[i566]
Estos reinos de la naturaleza constituyen formas mentales,
poseen cuerpo, vitalidad, cualidad y propósito; son enviadas
a cumplir una misión específica, por una vida superior
a la de ellos: esas vidas son autoconscientes y una mezcla de mente
espíritu y forma objetiva. Unicamente quienes son autoconscientes
pueden crear, tener propósito, coordinar, dirigir y controlar.
Aunque parezca que no se ha dicho bastante, sin embargo, después
de considerar debidamente los cuatro puntos citados en relación
con el propósito de una forma mental, el estudiante
puede dilucidar mucho por sí mismo.
Ampliando estas ideas hasta el Logos solar, surgirán probablemente
sugestivos interrogantes que sólo serán beneficiosos por
lo que pueden expandir el concepto y ampliar el horizonte del Pensador.
El propósito logoico no es aún comprensible para el hombre:
de nada servirá meditar sobre él, sin embargo, en la acumulación
de ideas y su captación por los pensadores, puede llegar gradualmente
el día del reconocimiento y la subsiguiente colaboración
con ese propósito divino. Mientras tanto, formulemos algunos
de dichos interrogantes, dejando que el futuro revele la respuesta:
¿Cuál podría ser
el propósito de la actual encarnación del Logos solar?
¿Cuál es el propósito
que quizás actúe en nuestro propio esquema planetario
y el plan fundamental de nuestro Logos planetario?
¿En qué difiere de los
otros esquemas planetarios?
¿Cuál es el propósito
que se halla detrás de la relación existente entre
la Tierra y Venus?
¿Podría
investigarse de alguna manera cuál es el propósito
de todo el reino animal? [e465]
¿Cuál es el propósito
que se halla detrás de la actual evolución de la presente
raza raíz? ¿Podemos comprenderlo? ¿Cuál
es el propósito que se halla detrás de las distintas
formas nacionales?
[i567]
Reduzcamos ahora la idea a una base más práctica, y formulemos
preguntas sobre las siguientes líneas:
¿Qué tipo de materia empleo generalmente para formular
pensamientos?
¿Cuál es la cualidad síquica de mis formas
mentales?
¿Con qué propósito especifico empleo la materia
mental?
¿Trabajo consciente o inconscientemente con materia mental?
¿Vitalizo mis formas mentales con una entidad de orden elevado
o inferior?
¿Estudio las leyes de la construcción?
¿Comprendo el poder de la voluntad para vitalizar?
¿Destruyo las formas mentales por un acto de voluntad consciente
cuando han cumplido su propósito?
¿Construyo formas que producen efectos kármicos o
que son para bien del grupo?
Muchas ideas surgirán como las anteriores, y por el estudio de
las mismas el hombre aprende las leyes de la existencia.
2. Las Leyes de! Pensamiento.
Existen tres grandes leyes que podríamos considerar como las
leyes fundamentales del cosmos, ese sistema mayor (reconocido por todos
los astrónomos) del cual formamos parte, y las siete leyes innatas
del sistema solar. Deberíamos considerarlas secundarias aunque
desde el punto de vista de la humanidad, son las más importantes.
a. Tres leyes cósmicas. La primera de ellas
es la Ley de Síntesis. Para quienes no han desarrollado
la facultad búdica les resulta casi imposible comprender el alcance
de esta ley. Demuestra que todas las cosas -abstractas y concretas- existen
como una sola; rige la forma mental de ese Logos cósmico [i568]
en cuya conciencia nuestro sistema y nuestro centro mayor desempeña
su parte. Presentimos que nuestro sistema en evolución es
una unidad de Su pensamiento que constituye en su totalidad una forma
mental, un todo concreto yno un proceso diferenciado. Es la suma
total y el centro, la periferia y el círculo de manifestación
considerados como una unidad.
La siguiente es la Ley de Atracción y Repulsión. La
ley describe fundamentalmente la fuerza compulsiva de atracción
que [e466]mantiene
unido nuestro sistema solar al del Sirio; a nuestros planetas girando
alrededor de nuestra unidad central, el Sol; a los sistemas menores de
materia atómica y molecular circulando alrededor de un centro en
el planeta; a la materia de todos los cuerpos del plano físico,
y a la de los cuerpos sutiles coordinados alrededor de su centro microcósmico.
La tercera es la Ley de Economía que ajusta todo lo relativo
a la evolución material y espiritual del cosmos para el mejor beneficio
y el menor desgaste de fuerzas. Hace perfecto a cada átomo de tiempo
y período eterno, y lleva a cabo todas las cosas hacia
adelante, hacia arriba y a su conclusión con el menor esfuerzo
posible, exacto equilibrio y necesario grado de vibración. La disparidad
de ritmo es realmente una ilusión del tiempo y no existe en el
centro cósmico. Debemos meditar sobre esto pues encierra el secreto
de la paz; es necesario llegar a comprender el significado de la palabra
conclusión, pues describe la próxima expansión
de conciencia racial y tiene un significado oculto.
La nomenclatura de estas leyes no explica todo, pues es poco menos que
imposible expresar abstracciones mediante el lenguaje, sin perder en el
proceso el sentido interno. En estas leyes tenemos nuevamente demostrada
la triple idea, rigiendo la analogía, como es de esperarse. [i569]
La Ley de Síntesis
El Aspecto Voluntad
1er. Aspecto.
La Ley de Atracción
El Aspecto Amor
2do. Aspecto.
La Ley de Economía
El Aspecto Actividad
3er. Aspecto.
b. Siete leyes del sistema. Subsidiarias a las tres leyes principales
tenemos las siete leyes de nuestro sistema solar. Nuevamente hallamos
que la ley de analogía aclara y las tres se convierten en siete
como en cualquier parte del esquema logoico. Cada una de estas siete
leyes tiene una correlación interesante con los siete planos,
ellas son:
La Ley de Vibración, base de la manifestación
que empieza en el primer plano. Es la ley atómica del sistema,
así como en cada uno de nuestros planos el primer subplano
es el plano atómico.
La Ley de Cohesión. La cohesión se
evidencia primeramente en el segundo plano; es el primer plano molecular
del sistema y el hogar de la Mónada, manifestándose
allí coherencia divina.
La Ley de Desintegración. En el tercer plano, el
quíntuple superhombre llega a desprenderse, finalmente, de
todas las envolturas. Un Chohan de la sexta Iniciación descarta
las envolturas de grado inferior al vehículo monádico,
desde la envoltura átmica hasta la física.
La Ley de Control Magnético mantiene su dominio
predominante en el plano búdico; cuando se va adquiriendo
el control de esta [e467]
ley, ocultamente la Mónada adquiere
también el control de la personalidad por medio del cuerpo
egoico.
La Ley de Fijación se demuestra principalmente
en el plano mental, y tiene una estrecha relación con manas,
el quinto principio. La mente controla y estabiliza, trayendo como
resultado la coherencia.
La Ley del Amor es la ley del plano astral. Su objetivo
es transmutar la naturaleza de deseo, vinculándola con el
magnetismo superior del aspecto amor en el plano búdico.
La Ley de Sacrificio y Muerte es el factor que controla
en el plano físico la destrucción de la forma, a fin
de que pueda progresar la vida evolucionante, es uno de los métodos
fundamentales de la evolución.
La Ley intermedia del Karma. Existe también una ley intermedia,
ley sintética del sistema [i570]
de Sirio. Dicha ley se denomina en término genérico Ley
del Karma y, realmente, describe el efecto que el sistema de Sirio tiene
sobre nuestro sistema solar. Cada uno de los dos sistemas, en lo que
se refiere a su economía interna, es independiente en tiempo
y espacio o, en otras palabras, en su manifestación. Prácticamente
no producimos ningún efecto sobre nuestro sistema paterno, siendo
la acción refleja tan tenue que es casi insignificante, pero
se sienten efectos muy definidos en nuestro sistema por causas que surgen
de Sirio. Dichas causas, cuando se experimentan como efectos, las denominamos
la Ley del Karma, e iniciaron originalmente el Karma del sistema que,
una vez que ha entrado en efecto, constituye lo que se denomina Karma
en la literatura ocultista y oriental.
Cada uno de los Señores Lipikas y los Señores del Karma
de nuestro sistema están regidos por un Señor más
elevado del sistema de Sirio.
Tenemos por consiguiente:
Las tres leyes cósmicas de Síntesis, Atracción
y Economía,
La Ley siria del Karma.
Las siete leyes del sistema solar.
Como ya se ha dicho, nuestras siete vibraciones principales son las
del plano cósmico inferior; allí se halla nuestra morada.
Nuestro Logos Mismo, corazón de Su propio sistema, se encuentra
en el plano astral cósmico, estando allí polarizado. Así
como los entes de la cuarta Jerarquía creadora, la humana, evolucionan
empleando cuerpos físicos, aunque están polarizados actualmente
en sus vehículos astrales, de la misma manera hemos visto que
el sistema solar objetivo forma el cuerpo físico del Logos, pero
Su polaridad reside en Su cuerpo astral. Es significativo que en este
manvantara mayor, el Logos está por recibir la cuarta Iniciación
cósmica. Un dato iluminador radica en la analogía que
existe entre este [e468]enunciado y el [i571]
desarrollo de la cuarta raza raíz y la actual cuarta ronda o
astral. (77)
El sistema del Logos de Sirio se halla en el plano mental cósmico,
en forma sutil e incomprensible para nosotros, nuestro Logos, con Su
sistema, forma parte de un Logos aún mayor. Esto no implica una
pérdida de identidad, aunque la cuestión sea demasiado
abstrusa para poder expresarla más adecuadamente. En esta analogía
puede encontrarse la idea fundamental de toda la enseñanza dada
sobre el gran Hombre celestial. Todo el concepto de estas leyes está
ligado a esta idea. Tenemos las tres leyes de los planos superiores
cósmicos, abarcando en la belleza de la síntesis a los
sistemas mayor y menor. Luego tenemos la gran Ley de Sirio, la Ley de
Karma, en el tercer subplano del plano mental cósmico, que realmente
controla a nuestro Logos y Sus acciones, de la misma manera que el ego
-en el transcurso de la evolución- controla a la personalidad
humana.
Deberíamos recordar que de acuerdo a la Ley de Analogía
o Correspondencia, tendríamos en el Cosmos una relación
similar a la que existe en el microcosmos entre el ego y la personalidad.
Gran parte del contenido de esta sugerencia podría considerarse
benéfico. Sin embargo, no debemos llevar la analogía demasiado
lejos, pues no hemos evolucionado bastante como para tener conciencia
planetaria y mucho menos del sistema, por lo tanto ¿cómo
puede pretenderse llegar a concebir el a b c de la verdad cósmica?
Hasta ahora sólo es posible dar datos superficiales, conceptos
amplios y generalizaciones. De una cosa podemos estar seguros y es que
la identidad siempre permanece.
Permítaseme explicar por medio de una ilustración
Cada uno de nosotros, durante el proceso de evolución, forma
parte de uno de los Hombres celestiales, quienes a su vez forman los
[i572]
siete centros en ese Hombre celestial mayor, el Logos. Sin embargo,
aunque estemos sumergidos en el todo, no perdemos nuestra identidad,
sino que permanecemos siempre como unidades separadas de conciencia,
aunque somos uno con todo lo que vive o es. De la misma manera nuestro
Logos no pierde Su identidad, aunque forme parte de la Conciencia del
Logos de Sirio. A su vez, el Logos de Sirio es uno de los siete grandes
Hombres celestiales, centros a su vez en el cuerpo de AQUEL SOBRE QUIEN
NADA PUEDE DECIRSE.
Las leyes y los planos. Mientras estudiamos las sietes leyes
[e469]del
sistema solar, podríamos hacerlo plano por plano, de tres maneras:
Estudiar sus efectos tal como se manifiestan en el sendero de
involución.
A medida que se manifiestan en el sendero de evolución
o de retorno
Considerar las leyes que afectan a los organismos humano y dévico
que evolucionan por su intermedio.
Al hacer esto obtendremos gradualmente una idea
amplia y general como nuestro sistema (la forma mental del Logos) fue
paulatinamente construido, controlado y mantenido unido, y cuán
numerosas e intrincadas son las interrelaciones. Se presume que han
sido aceptadas ciertas hipótesis fundamentales que constituyen
la base de todo lo que voy a decir. En primer lugar, imaginemos que
un Constructor o Mente creadora, trabaja a fin de producir algo ordenado
y expresarlo por medio de un objetivo visible. El universo objetivo
es únicamente el producto de alguna mente subjetiva. Luego sigamos
imaginando que el material es el fruto de algún sistema anterior,
y es todo lo que ha quedado de algo consumado en el pasado. En consecuencia,
tenemos el Constructor y el material, debemos pues aceptar [i573]
la proposición de que este Constructor continúe con Su
construcción, regido por ciertas leyes definidas que guían
la selección del material, controlan la forma que Él erige
y le indican el procedimiento a seguir para consumar Su idea. No debemos
olvidar que, en la mente del Logos, tres grandes símbolos representan
cada uno de Sus tres sistemas, y que el todo existe para él como
una forma mental concreta, pues esta aprendiendo a manipular la materia
del plano mental cósmico en niveles concretos, de la misma manera
que el hombre trabaja con las leyes del pensamiento y en la construcción
de formas mentales. Lo único que puede hacerse es presentir los
símbolos de los sistemas pasado y presente. Quizás si
pudiéramos visualizar una svástica de color verde brillante
de diez brazos en ángulo recto y emanando desde un radiante sol
central, podríamos tener una idea de la forma mental que constituyó
la base del primer Sistema, el sistema de actividad. La forma
mental básica del segundo sistema personifica la svástica
verde de la primera manifestación añadiéndole círculos
azules concéntricos y entrelazados; en grupos de tres, unidos
por un gran círculo. Por supuesto ambos símbolos se encuentran
en dimensiones superiores. Se desconoce aún el símbolo
del próximo sistema. Después de captar y aceptar estas
tres leyesfundamentales, podemos continuar con la actuación
de las leyes del sistema en los siete planos, recordando que [e470]las siete pueden aplicarse en el subplano
que numéricamente corresponde a cada plano. Permítaseme
ilustrar brevemente:
La cuarta ley de Control Magnético por ejemplo, domina el cuarto
subplano de cada plano, en la cuarta ronda y, especialmente, en la cuarta
raza raíz. Entonces tendremos la analogía siguiente:
Magnetismo físico denso que controla la
manifestación sexual en el plano físico, inspirado
por el deseo astral, reflejo del búdico.
4ta. Raza raíz
La Atlante, en la cual se manifestaron especialmente
las cualidades mencionadas.
1. La Ley de Vibración. Es la ley del primer plano y rige
a todos los subplanos atómicos de cada plano. Marca el comienzo
del trabajo del Logos y la iniciación original de la actividad
de mulaprakriti. La vibración del subplano atómico pone
en movimiento, en cada plano, la materia de ese plano. Es el ritmo clave.
Podemos resumir el significado de esta ley en las palabras luz
y fuego. Es la ley del fuego; rige la transmutación
de los distintos colores en su síntesis original. Controla la
división del Uno en los siete y su reabsorción nuevamente
en el Uno. En realidad es la ley fundamental de la evolución
que necesita involucionar. Es análoga al primer movimiento que
hizo el Logos para expresarse a Sí Mismo por intermedio de nuestro
sistema solar. Emitió el Sonido, un Sonido triple, uno por cada
uno de Sus tres sistemas, e inició una ondulación en el
océano del espacio. El sonido aumenta su volumen a medida que
transcurre el tiempo y, una vez alcanzado su pleno volumen, cuando ha
llegado a su máxima consumación, constituye una de las
notas del gran acorde cósmico. Cada nota tiene seis subtonos
que, con la primera, forman los siete; por consiguiente, la Ley de Vibración
comprende dieciocho vibraciones menores y tres mayores, formando las
veintiuna de nuestros tres Sistemas. Dos multiplicado por nueve (2 *
9) son dieciocho, numero clave de nuestro sistema de amor. El número
veintisiete oculta el misterio del tercer sistema.
En el sendero de involución, los siete grandes Alientos o Sonidos
se dirigieron hacia el subplano atómico de cada plano, y allí
[i575]
la vibración básica repitió, en su pequeño
mundo, el método de vibración logoica, dando lugar a seis
alientos subsidiarios. Tenemos aquí la misma analogía
que en la cuestión de los Rayos, pues hallaremos que las líneas
de vibración son 1-2-4-6. Esto sucede lógicamente porque
la involución es negativa y receptiva y corresponde al polo femenino,
así como los rayos abstractos eran [e471]2-4-6. Esta verdad requiere ser meditada
y pensada en forma abstracta, está vinculadas con el hecho de
que el segundo sistema es receptivo y femenino: concierne a la evolución
de la conciencia de la psiquis.
En el Sendero de evolución dicha ley controla el aspecto positivo
del proceso. Todo es ritmo y movimiento, y cuando todo lo que evoluciona
en cada plano obtiene la vibración del subplano atómico
se alcanza la meta. Por lo tanto, cuando hayamos obtenido las primeras
vibraciones más importantes y perfeccionado los vehículos
para todas las evoluciones (no sólo la humana) de la quíntuple
materia del subplano atómico, entonces habremos completado la
ronda evolutiva que corresponde a este sistema. En el sistema venidero
agregaremos las próximas dos vibraciones que completan la escala,
entonces nuestro Logos habrá terminado su construcción.
La cuarta Jerarquía creadora, la de las Mónadas humanas,
debe aprender a vibrar en forma positiva, pero los devas siguen la líneade menor resistencia, permanecen negativos, adoptan la línea
pasiva, la de acatar la ley. Sólo las Mónadas humanas,
en los tres mundos, siguen la línea positiva y aprenden la lección
de la obediencia divina por la oposición, la lucha, la pugna
y la contienda. Sin embargo, debido a la acrecentada fricción
por medio de esa lucha, progresan comparativamente con mayor rapidez
que los devas. Necesitan hacerlo, pues han perdido mucho terreno que
deben recuperar.
La Ley de Vibración es la ley de progreso, movimiento y rotación.
En el séptimo plano o inferior, la vibración es lenta,
pesada y aletargada, desde el [i576]
punto de vista del primero, y cuando aprenden a vibrar o a girar más
rápidamente entramos en el sendero de retorno. Por consiguiente
implica necesariamente construir los vehículos dévico
y humano en materia más refinada. En este segundo sistema, en
los cinco planos de la evolución humana, tenemos los cinco vehículos
-físico, astral, mental, búdico y átmico purificados,
sutilizados, intensificados y refinados. En los dos inferiores, el físico
y el astral, sólo existe la materia de los cinco subplanos superiores
de sus respectivos planos, porque los dos subplanos inferiores son demasiado
bajos para los cuerpos dévico y humano y fueron dominados en
el primer sistema. El cuerpo mental es el primero que contiene materia
de todos los subplanos. El objetivo de la evolución para nosotros
es el amor dominado por la inteligencia -o la inteligencia dominada
por el amor, pues la interacción será total. La raza humana
vino a la existencia en un punto de la cadena donde en forma natural
adoptó cuerpos de los quintos subplanos astral y físico;
una analogía [e472]puede observarse en la llegada de Egos
muy avanzados, a la cuarta raza raíz.
2. La Ley de Cohesión. Es una de las leyes subsidiarias
de la Ley de Atracción cósmica. Es interesante notar que
esta ley se manifiesta en modo triple en el actual Sistema de Amor:
En el plano de la Mónada, se manifiesta como ley de cohesión,
ley de nacimiento, si podemos usar este término, resultando la
aparición de las Mónadas en sus siete grupos. El amor
es la fuente y la Monada de amor el resultado.
En el plano búdico se manifiesta como ley de control magnético.
Se demuestra como el aspecto amor-sabiduría, que irradia del
ego y, oportunamente, reúne en si la esencia de toda la experiencia
adquirida por medio del Ego, a través de las vidas de la personalidad,
y controlada completamente desde el plano búdico. El magnetismo
y la capacidad de demostrar amor son esotéricamente expresiones
sinónimas.
En el plano astral se manifiesta como amor demostrado a través
de la [i577]
personalidad. Todas las ramificaciones de la ley de atracción
que se manifiestan en este sistema, se demuestran como fuerza que une
internamente, tiende a la coherencia, da por resultado la adhesión
y conduce a la absorción. Todos estos términos son necesarios
para dar una idea general de la cualidad fundamental de esta ley; es
una de las más importantes del sistema si es permitido establecer
diferencias; podríamos denominarla la ley de coalición.
En el sendero de involución controla el primer acopio de materia
molecular que se halla por debajo del subplano atómico. Constituye
la base de la cualidad de atracción que pone en movimiento a
las moléculas y las reúne en conglomerados necesarios.
Es el compás de los subplanos. El subplano atómico establece
el grado de vibración; lo mismo puede decirse en otras palabras,
que la Ley de Cohesión fija la coloración de cada plano.
Debe recordarse siempre cuando tratamos estos fundamentos abstractos
que las palabras sólo oscurecen el significado, sirven de sugerencia
y no como aclaración.
La Ley cósmica de Atracción controla todas las leyes subsidiarias
en la manifestación, así como la Ley de Síntesis
rige el pralaya y la oscuración; la Ley de Economía trata
de la actuación general, por la línea de menor resistencia,
del esquema logoico. Durante la manifestación tenemos mucho que
hacer con la Ley de Atracción, y al estudiarla encontraremos
que cada ley subsidiaria no es más que una diferenciación
de esa Ley.
Esta segunda ley del sistema rige especialmente al segundo plano y al
segundo subplano de cada plano. Será de interés [e473]estudiarlo y establecer la analogía
subyacente, recordando siempre que lo único que puede hacerse
es indicar ciertas cosas y líneas de pensamiento que, si se siguen,
podrán conducir a la iluminación.
El segundo Rayo y la segunda Ley están estrechamente aliadasy resulta [i578]
interesante comprender que es en el segundo subplano del plano monádico
donde la mayoría de las Mónadas tienen su morada; hay
una pocas Mónadas de poder o de voluntad en el subplano atómico,
pero no son numerosas, forman simplemente un núcleo que se halla
en preparación evolutiva para el 3er. Sistema, el de poder. La
mayoría de las Mónadas de amor están en el segundo
subplano; en el tercer subplano pueden encontrarse cierto numero de
Mónadas de actividad, pero no tan numerosas como las Mónadas
de amor. Son las que fracasaron en el 1er. sistema.
Como ya se sabe, existe un canal directo entre los subplanos atómicos
de cada plano. Esto es más o menos aplicable a cada subplano
y al subplano superior que numéricamente le corresponde, por
lo tanto, hay un canal directo y muy amplio entre el segundo subplano
de cada plano, capacitando a las Mónadas de amor a vincularse
con facilidad peculiar con todos sus vehículos cuando están
compuestos de materia del segundo subplano. Después de la iniciación,
el cuerpo causal se encuentra en el segundo subplano del plano mental
y entonces comienza el control monádico.
Las Mónadas de amor regresan (después de vivir en los
tres mundos y de haber alcanzado su meta) al segundo plano de donde
originaron, siendo también la meta de las Mónadas de actividad
que han de desarrollar el aspecto amor. En los cinco mundos de la evolución
humana ambos grupos de Mónadas deben controlar la materia atómica
y la molecular, y esto se realiza utilizando plenamente (lo más
plenamente posible en este segundo sistema) el aspecto voluntad o poder.
El Reino de Dios sufre la violencia, y el violento lo toma por
la fuerza o por la Voluntad o poder. No es la Voluntad como la
conoceremos en el último sistema, sino la Voluntad como es conocida
en el actual sistema y debe ser utilizada al máximo por la Mónada
evolucionante en su lucha por controlar cada subplano atómico.
Las Mónadas de poder tienen [i579]
que luchar más denodadamente, de allí el hecho frecuentemente
evidente que las personas que pertenecen a lo que denominamos Rayo de
poder, tienen a menudo tantas dificultades y por lo general no son queridas.
Deben construir en los seis planos el aspecto amor, el cual no es muy
prominente en su desarrollo.
Se hadado un indicio respecto al número aproximado de
Mónadas que existen: [e474]
35 mil millones de Mónadas de amor,
20 mil millones de Mónadas de actividad,
5 mil millones de Mónadas de poder,
haciendo un total de sesenta mil millones de
Mónadas humanas.
Las Mónadas de poder, aunque en manifestación, son hasta
ahora muy raras en encarnación. Vinieron en gran número
al final de la cadena lunar y vendrán nuevamente en plena fuerza
numérica en las dos últimas rondas de la presente cadena.
Ahora podemos establecer brevemente la analogía entre la segunda
ronda y la segunda raza raíz, demostrando cómo la Ley
de Cohesión estuvo especialmente activa en estos períodos.
Una condición nebulosa pronunciadamente volátil caracterizó
a la primera ronda y a la primera raza. Su cualidad característica
fue el movimiento, acompañado de calor, en forma similar al primer
sistema, pero en la segunda ronda y también en la segunda raza
se observa una cohesión definida, siendo más claramente
reconocibles los contornos de la forma. Puede verse además con
claridad la cohesión, como característica distintiva de
nuestro segundo y actual sistema. Todas las cosas tienden a unirse;
aproximación, unificación, atracción simultánea
entre dos o más cosas se verán siempre como principio
gobernante, ya sea que consideremos el problema sexual o se demuestre
en la organización comercial, en el desarrollo científico,
en la industria o en la política. Bien podríamos decir
que la Unificación de los muchos separados es la nota
clave de nuestro sistema.
Otra sugerencia puede darse. En el sendero de [i580]
involución, esta ley rige la unión y la segregación
de la materia; en el sendero de evolución controla la construcción
de formas; se ha dicho que la materia del subplano superior constituye
la base de un nuevo plano; por consiguiente, tenemos en el subplano
atómico un punto en que tiene lugar la fusión, convirtiéndose
en un plano de síntesis, del mismo modo que el primer plano o
logoico es el plano de síntesis para este sistema. Allí
tiene lugar la fusión de la evolución en un estado inconcebiblemente
más elevado.
3. La Leyde Desintegración.
Es la ley que rige la destrucción de la forma a fin de que
la vida inmanente pueda brillar en su plenitud. Este es otro aspecto
de la Ley de Cohesión -su antítesis (si así puede
expresarse), y constituye parte del plan divino como la ley de atracción.
Esta ley terminará conjuntamente con el sistema solar, pues las
grandes leyes de atracción, cohesión y amor regirán
hasta el devenir. La Ley de Desintegración tiene su analogía
en la ley cósmica, pero es casi incomprensible para nosotros.
La Ley de Economía encierra la clave de esta ley. Cuando la Mónada
ha circulado a través de todas las formas desintegradas [e475]
y alcanzado la sexta Iniciación, vuelve a su fuente primordial
monádica ylas cinco envolturas menores son destruidas.
Luego, las Mónadas mismas no se desintegran, se sintetizan. Esta
ley controla solamente el tercer plano y cesa de actuar de esta manera
particular cuando ha trascendido el tercer plano.
Para la raza ésta es una de las leyes más difíciles
de comprender. Algunas de sus actuaciones pueden observarse y en parte
ser comprendidas en el sendero de evolución, pero en el sendero
de involución o de construcción, la actuación de
la ley no es tan evidente para el observador superficial.
En el sendero de involución controla el proceso de la [i581]
desintegración de las almas grupales; rige los períodos
en que las triadas permanentes son transferidas de una forma a otra;
actúa en medio de los grandes cataclismos mundiales, y es necesario
recordar que rigeno sólo las catástrofes en el
plano físico (como las denominamos erróneamente), sino
los cataclismos correspondientes al plano astral y a los niveles inferiores
del plano mental. Rige la destrucción en el plano físico,
especialmente la que afecta al reino mineral: en el plano astral, controla
la desintegración de las formas mentales; disuelve el vehículo
astral cuando es abandonado, y también el mental: su actuación
da por resultado la disipación del doble etérico.
Podemos nuevamente correlacionar esta ley con la de Atracción,
pues ambas interactúan entre sí. Esta ley destruye las
formas y la Ley de Atracción atrae nuevamente a la fuente de
origen la materia de esas formas antes de comenzar su reconstrucción.
En el sendero de evolución los efectos de esta ley son muy conocidos,
no sólo por la destrucción de los vehículos abandonados,
mencionados anteriormente, sino por la destrucción de las formas
que encierran grandes ideales -formas de control político, formas
por las cuales la naturaleza misma evoluciona, además de ésas
en que se manifiesta la conciencia individual, las grandes formas mentales
religiosas, los conceptos filantrópicos y todas las formas que
la ciencia, el arte y la religión adoptan en cualquier época
determinada. Oportunamente, todo se destruye debido a la acción
ejercida por esta ley.
Su actuación es más evidente para la común mentalidad
humana en sus manifestaciones actuales en el plano físico. Podemos
trazar la conexión existente entre el plano átmico y el
físico (que se demuestra en el plano inferior como la ley de
sacrificio y muerte), pero su efecto también puede observarse
en los cinco planos. Es la ley que destruye la última envoltura
que separa al Jiva perfecto. No ha sido aún aclarado plenamente
[i582]
(porque la ley de analogía ha sido bien estudiada y en realidad
no es muy [e476]evidente) que en el tercer subplano
de cada plano esta ley actúa en forma especial, causando la definitiva
destrucción de lo que tiende a la separación. Como todo
lo que actúa en el sistema, su proceso es lento; el trabajo de
desintegración comienza en el tercer subplano y termina en el
segundo, cuando la Ley de Desintegración está influenciada
por la Ley de Cohesión, y la desintegración ha efectuado
aquello que hace posible la cohesión. La ilustración de
esto la tenemos en el plano mental. El cuerpo causal del hombre común
está en el tercer subplano y, cuando un hombre se capacita para
fusionarse con la Tríada, ese cuerpo causal ha de ser descartado
y eliminado. Bajo la Ley de Sacrificio y Muerte la desintegración
empieza en el tercer nivel y es consumada en el segundo, cuando el hombre
se fusiona con la Triada, etapa preparatoria de su final fusión
con la Mónada.
Otra ilustración de lo mismo puede encontrarse en el plano físico.
Cuando un hombre ha alcanzado el punto en que puede sentir y ver el
cuarto éter, está listo para quemar la trama etérica,
ubicada en el punto medio entre la materia del tercero y segundo subplanos
que componen su cuerpo físico. Cuando se efectúa esta
desintegración el hombre se fusiona con su vehículo astral,
estableciendo la consiguiente continuidad de conciencia. Esta analogía
y desintegración pueden establecerse en cada plano, hasta que
finalmente en el tercer subplano del nivel atómico, llega la
desintegración final, dando por resultado la fusión con
la conciencia monádica.
El tercer Rayo, el de adaptabilidad o actividad, tiene una estrecha
relación con esta ley. Mediante la actividad (o adaptación
de la materia a la necesidad) la forma llega al ser; es empleada en
la actividad y, debido a esa adaptación, se convierte en una
forma perfecta, [i583]
y en el momento de alcanzar la perfección pierde su utilidad;
se cristaliza, se rompe y la vida evolucionante escapa en busca de nuevas
formas que posean mayor capacidad y sean mas adecuadas. Esto sucede
durante la vida del Ego reencarnante en las rondas y razas humanas,
en el sistema solar y en todos los procesos Cósmicos
En la tercera cadena, la cadena lunar, tenemos un interesante hecho
relacionado con esto. En dicha cadena el grado de realización
del individuo correspondía al de Arhat o cuarta Iniciación
-la iniciación que marca la separación final de los tres
mundos y la desintegración del cuerpo egoico.
Al finalizar la tercera raza raíz se produjo el primero de los
grandes cataclismos que destruyó la forma de la raza e inauguró
una nueva, la primera raza definidamente humana, tal como la conocemos.
Se encontrará que la analogía es aplicable desde [e477]cualquier punto de vista que sea estudiado
el tema. En la tercera subraza también puede observarse la analogía
aunque no es aún evidente para la limitada visión que
caracteriza a la mayoría de nosotros. La estrecha proximidad
de un efecto frecuentemente vela a causa.
4. La Ley de Control Magnético. (78)Es la ley fundamental que controla a la Tríada espiritual.
Por su intermedio, la fuerza de la evolución impele al Ego a
progresar en su ciclo de reencarnación hasta unirse nuevamente
con los de su especie. Por medio de la separación se encuentra
a sí mismo y luego -impulsado por el principio búdico
o crístico inmanente- se trasciende a sí mismo y vuelve
a encontrarse en todos los yoes. Esta ley mantiene al yo inferior evolucionante
en una forma coherente. Controla al Ego en el cuerpo causal de la misma
manera que el Logos controla a la Monada en el segundo plano. Esta es
la ley del plano búdico; [i584]
Maestro es Aquel que puede actuar en los niveles búdicos y ejerce
control magnético en los tres mundos. Lo de abajo siempre está
controlado por lo de arriba, destacándose el efecto que los niveles
búdicos producen sobre los tres inferiores aunque todavía
esto no lo aceptan nuestros pensadores. La Ley de Amor, en los tres
mundos, mantiene todo unido y atrae todo hacia arriba. Esto se demuestra
en la Tríada como Ley de Atracción.
En el sendero de involución esta ley actúa con los átomos
permanentes en el cuerpo causal. Constituye el principio búdico,
y su relación con el átomo permanente inferior de la Tríada
es el resorte principal de la vida del Ego. En el sendero de descenso,
tiene mucho que ver con la ubicación de los átomos permanentes,
pero esta cuestión es muy abstrusa y no ha llegado todavía
el momento de una mayor elucidación. En la tercera emanación
(en que se formó el cuarto reino, el humano) esta Ley de Control
Magnético efectuó la conjunción del hombre astro-animal
y la Mónada descendente, empleando la chispa de la mente como
método de unificación. Nuevamente podemos observar cómo
actúa. Los planos monádicos, búdico y astral, están
estrechamente aliados yen ellos encontramos la línea
de menor resistencia; a eso se debe la facilidad con que el místico
hace contacto con el plano búdico y aún con planos más
elevados. Las líneas de menor resistencia de los tres sistemas
son: [e478]
Primer sistema
Físico, mental y átmico.
El átmico fue el punto más elevado
de realización en ese sistema.
Segundo sistema
Astral, búdico y monádico.
Tercer sistema
Mental, átmico y logoico.
Por lo tanto, observen la analogía existente entre el cuarto
reino y la actuación de esta cuarta ley. Es de importancia vital
en esta cuarta cadena.
En lo que se refiere a la evolución humana, esta cuarta ley es
de primordial importancia en la actualidad. El objetivo del esfuerzo
humano es [i585]
dual, consistiendo en ser controlado por esta ley y también en
manejarla para prestar servicio. Debido a esta ley la expresión
sexual, tal como la conocemos, es transmutada y elevada; el sexo solamente
es una demostración, en el plano físico, de la Ley de
Atracción, y también la actuación de dicha ley
en el reino humano y en todos los reinos inferiores. El amor hacia todo
lo que respira y la atracción demostrada como servicio es semejante
a lo expresado en la Tríada. La expresión del sexo, dos
que se unen, se transmuta cuando los muchos se unen para prestar servicio,
engendrando nuevos ideales y una nueva raza, la espiritual.
Aquí podría indicar un hecho numérico que sería
de interés en lo que respecta a la cuarta jerarquía que,
como se sabe, es la humana; sin embargo, si contamos las cinco jerarquías
que han desaparecido, constituye en realidad la novena. Nueve es el
número de la iniciación, el del adepto y el del hombre
que funciona en su vehículo búdico.
El cuarto Rayo opera también en estrecha relación con
la cuarta Ley, siendo el Rayo de Armonía o Belleza -Armonía
por medio del control, ese control que involucra el conocimiento de
la sabiduría. Es la armonía de lo similar; el equilibrador
de todo por medio de la comprensión de las leyes del magnetismo
que produce la coordinación de lo muy diverso en el uno homogéneo;
el magnetismo gobierna la síntesis de los muchos aspectos en
la unidad. Esta armonía se logra por intermedio del quinto plano,
y el quinto Rayo de Conocimiento Concreto actúa como peldaño
hacia el cuarto, pues muchos que trabajan en el quinto Rayo pasan eventualmente
al cuarto. En este sistema el quinto Rayo es de suma importancia en
el desarrollo de todos los egos. Todos debemos pasar algún tiempo
en él antes de permanecer definitivamente en su Rayo monádico
correspondiente. En la mayoría de las encarnaciones pasamos mucho
tiempo en el quinto subplano de cada plano, regidos principalmente por
el quinto Rayo. Luego todos [i586]
pasan al cuarto subplano y allí son gobernados por el cuarto
Rayo, y en [e479]este período particular de la
cuarta ronda en la cuarta cadena los egos en evolución pasan
más tiempo en el cuarto subplano que en cualquier otro. Muchos
encarnan directamente en este plano, y es allí donde comienzan
a pensar en forma armoniosa.
Las leyes en los tres mundos. Ahora consideraremos y estudiaremos
brevemente las tres leyes más importantes que afectan al ser
humano evolucionante, cuando vive su vida en los tres mundo. Estas leyes
son:
La ley de Fijación.
La Ley del Amor.
La Ley de Sacrificio y Muerte.
Dichas leyes son dominadas y controladas oportunamente por las tres leyes
superiores del sistema -Leyes de Control Magnético, de Desintegración
y de Cohesión. Hay una relación directa entre estas siete
leyes y los siete Rayos o Vibraciones, y si estudiamos su analogía
conoceremos el hecho de que la primera ley, la de Vibración, controla
las seis que se expresan por medio de la segunda ley, la de Cohesión,
así como el Logos solar se manifiesta actualmente por intermedio
de Su segundo aspecto en este segundo sistema solar.
El primer Rayo de Voluntad o Poder es el primer aspecto omniabarcante
del Todo, y en la tercera emanación, (79) [i587]
descendió al quinto plano junto con las otras Mónadas. Una
sutil [e480]analogía existe entre las mónadas
de Voluntad en el quinto plano, la quinta ley y el quinto Rayo.
El segundo Rayo o aspecto Amor-Sabiduría, controla los planos cuarto
y sexto y domina a las Leyes de Cohesión y de control Magnético
y también a la Ley astral de Amor. Existe un entrelazamiento directo
entre los Rayos abstractos y las leyes de los planos donde ellos especialmente
controlan.
El tercer Rayo, el aspecto
Actividad, controla las leyes de Desintegración y Muerte en los
planos tercero y séptimo.
Por lo tanto será evidente para el concienzudo estudiante de la
sabiduría que:
El Aspecto Poder, ler. Rayo, 1ro. y 5to. planos y las
Leyes de Fijación y Vibración forman un todo entrelazado.
El Aspecto Amor, 2do. Rayo, 2do., 4to. y 6to. planos y
las Leyes de Cohesión, de control Magnético y de Amor
forman otra unidad.
El Aspecto Actividad, 3er. Rayo, 3ro. y 7mo. planos y
las Leyes de Desintegración, Sacrificio y Muerte forman otro
grupo más.
Lógicamente, el primer Rayo controla por ahora los dos planos,
pues el Aspecto Poder espera la llegada de otro sistema a fin de demostrar
su pleno desarrollo. El segundo Rayo, Rayo sintético de nuestro
sistema, controla [i588]
los tres planos; tiene preponderancia, porque constituimos principalmente
Mónadas de Amor, y Amor es nuestra síntesis. El tercer Rayo,
que predominó en el sistema pasado, Rayo sintético de dicho
sistema, controla dos planos, uno de ellos es poco comprendido, pues así
como el cuerpo físico no es considerado un principio, hay una esfera
de actividad que no está incluida en nuestra enumeración,
pues ya ha pasado y desaparecido. Las palabras esotéricas La
Octava Esfera contienen alguna explicación al respecto.
Los cuatro Rayos menores de Armonía, Ciencia Concreta, Devoción
y Orden Ceremonial, controlan en forma graduada todos los planos, pero
en la actualidad ponen particular énfasis sobre la evolución
del ego reencarnante en los tres mundos. Estos cuatro Rayos controlan,
de modo sutil y peculiar, los cuatro reinos de la naturaleza -mineral,
vegetal, animal y humano-, y al fusionarse en los tres Rayos de Aspecto
(por ser el Rayo de Actividad del Mahachohan, el sintetizador de los cuatro
inferiores en nuestro esquema planetario) tenemos la analogía de
la fusión del hombre (el producto de los tres reinos inferiores
y el humano) en el reino espiritual, el reino del superhombre. El cuarto
Rayo y el cuarto Reino constituyen un punto de armonía para los
tres inferiores; [e481]luego los cuatro pasan a los tres mayores
o Superiores. Esto es digno de un serio estudio y evidencia también
la analogía que existe en el cuarto plano. El plano búdico,
el reino humano y el cuarto Rayo de Armonía, Belleza o Síntesis
tienen en nuestro sistema un punto de analogía, así como
en la cuarta raza raíz es donde se observa primero la síntesis
-la cual abre la puerta al quinto reino del Espíritu; la cuarta
raza raíz desarrolló también la capacidad astral
que hizo posible el contacto con el cuarto nivel o búdico.
En forma sutil (empleo esta palabra a falta de otra que traduzca mejor
la afirmación de que la realidad parece ser una [i589]
ilusión) también los tres Rayos menores, Ciencia Concreta,
Devoción y Ley Ceremonial, están vinculados a los tres reinos
de la naturaleza, inferiores al humano, y a las tres leyes de los tres
mundos inferiores.
El Rayo de Orden Ceremonial tiene un significado especial en la
actualidad; controla la vida del mundo mineral y las etapas finales de
la vida involutiva, en el punto donde se inicia el camino ascendente de
la evolución. Por medio del Orden Ceremonial se obtiene el control
de los constructores menores, de las fuerzas elementales y del punto de
síntesis del plano más inferior de todos, el periodo de
transición. En dichos períodos entra a la manifestación
(como sucede ahora) el séptimo Rayo -Rayo de Ley y Orden, de distribución
y formación exactas. Es el reflejo en el plano físico de
los Aspectos Poder y Actividad actuando en forma sintética. Como
sabemos, los Rayos 1, 3, 7, tienen una interacción. El séptimo
Rayo aparece en combinación con las fuerzas de la evolución.
Constituye la manifestación de Poder y Actividad en el plano más
inferior de todos. Está aliado a las leyes de los planos tercero
y séptimo, de Desintegración y Muerte, pues todos los períodos
de transición son períodos de destrucción y construcción
de formas y de quebrantamiento del antiguo orden a fin de poder construir
nuevos y mejores cálices de vida.
El Rayo de Devoción tiene una relación definida, aunque
poco conocida, con el reino vegetal. Debemos recordar que está
ligado a una ley subsidiaria de la Ley cósmica de Atracción.
En el reino vegetal encontramos uno de los primeros y temporarios acercamientos
entre la Mónada humana y la Mónada dévica en evolución.
Las dos evoluciones hacen contacto en ese reino en forma paralela; siguiendo
luego su propio camino, encuentran su próximo punto de contacto
en el cuarto nivel búdico y la fusión final en el segundo.
Los Rayos concretos tienen un efecto especial sobre la evolución
negativa de los devas, quienes forman parte del aspecto [e482]femenino del divino Hombre hermafrodita,
cuando trabaja sobre [i590]
líneas de desarrollo más positivo. Los Rayos abstractos
realizan un trabajo similar sobre la jerarquía humana positiva,
tendiendo a lograr una actitud más receptiva. Esta jerarquía
forma parte del aspecto masculino del divino Hermafrodita. Pero, en los
tres Puntos del sendero de evolución, las Mónadas de Amor
que actúan sobre las cualidades abstractas, entran en contacto
con los devas de actividad que trabajan sobre las facultades concretas.
La perfección de las dos evoluciones marca el punto de realización
del divino Hombre celestial, constituye el perfeccionamiento de los dos
centros principales la actividad creadora y el amor del Logos. En su aspecto
inferior estos centros son conocidos como los centros de la procreación
y el plexo solar, pero a medida que prosigue la evolución son transmutados
a los centros de la garganta y del corazón. Luego, en síntesis
dual, pasarán al tercer sistema, en el cual se desarrolla el aspecto
Poder, entonces se completará los centros de la cabeza. Esta realización
marca el triunfo de nuestro Logos que estará en condiciones de
recibir la sexta Iniciación cósmica, así como
ahora debe estar en condiciones, en este sistema, de recibir la cuarta.
El Rayo de Ciencia Concreta tiene una relación peculiar con
el reino animal, porque rige la fusión de ese reino con el humano.
El planeta Venus, durante su quinta ronda, proporcionó el impulso
que produjo la chispa mental en el hombre animal -hecho muy conocido.
Constituye el quinto Rayo y tiene una vinculación muy interesante
con la quinta Ley de Fijación. También sería conveniente
estudiar la analogía que existe entre estos factores y la quinta
raza raíz, la cual ha desarrollado fuerte y peculiarmente la mente
concreta. La Ley de Analogía es exacta.
Teniendo esto como base, las tres leyes de la personalidad adquieren plena
vida y pueden resumirse en los términos bien conocidos: La
Ley de Renacimiento y Muerte en los tres mundos. La quinta ley rige
un punto fijo de la personalidad el quinto principio.
[i591]
La Ley del Amor en el cuerpo astral tiene también puntos que han
de ser considerados. Existe un vínculo directo entre el cuerpo
astral (amor en lo que respecta a la personalidad), el vehículo
búdico (amor en lo que respecta a la Tríada) y las Mónadas
de Amor. Más adelante esto se comprenderá mejor, pues constituye
el canal principal para la ley básica del sistema, el Amor. Estos
tres puntos marcan períodos de comunicación y también
puntos de partida para realizar un nuevo esfuerzo durante la vida de la
Mónada en evolución -de la personalidad a la Tríada,
de la Tríada a la Mónada, de la Mónada de vuelta
a su fuente. [e483]
5. La Ley de Fijación gobierna el plano mental y tiene su
principal analogía en la Ley del Karma en los niveles mentales
cósmicos. Como un hombre piensa, así es él,
de acuerdo a sus pensamientos así son sus deseos y acciones, y
también su futuro. Fija para sí el karma resultante. La
palabra Fijación se ha elegido por dos razones: primero,
porque la palabra implica la capacidad del pensador para modelar su propio
destino y, segundo, porque implica una idea estabilizadora, pues a medida
que la evolución progresa el Ego desarrolla la facultad de crear
definidas y concretas formas mentales y, por medio de estos productos
estables, de subyugar las fluctuaciones del cuerpo astral.
La ley del quinto plano o plano mental, es una de las más importantes
que nos concierne en cualquier época, manifestándose mas
plenamente en la próxima quinta ronda. En relación con esta
cuarta ronda se podrían reunir los siguientes hechos respecto á
su actuación.
Debido a esta ley la personalidad evolucionante construye, durante el
transcurso de muchas vidas, el cuerpo causal; fija la materia inherente
a ese cuerpo, colocada allí por el hombre y cristalizada a medida
que transcurren las épocas. La cristalización se completa
antes de la cuarta Iniciación teniendo lugar la inevitable desintegración,
resultado de la cristalización de todas las formas, liberándose
[i592]
la vida que las habita a fin de que progresen. Sin embargo, aunque todas
las formas, que finalmente han de desaparecer, constituyen obstáculos
y limitaciones, son necesarias para el desarrollo de la raza. Oportunamente
el cuerpo causal de la raza se desintegra.
Dicha ley gobierna la cristalización de todas las formas antes
de su destrucción durante el proceso evolutivo.
Establece el momento del renacimiento, pues es una ramificación
subsidiaria de la Ley del Karma. Cada una de las siete leyes subsidiarias
está vinculada a una de las leyes cósmicas o a la Ley kármica
de Sirio. Debemos recordar siempre que la meta logoica es alcanzar la
conciencia del plano mental cósmico y que el Logos de Sirio es
para nuestro Logos solar lo que el Ego humano es para la personalidad.
La Ley del Karma o de Fijación cósmica es la ley del plano
mental cósmico y controla la ley correspondiente en nuestro sistema.
En la quinta ronda esta ley actuará como divisoria, cristalizando
momentáneamente a las Mónadas humanas, separándolas
en dos grandes grupos, a medida que evolucionan. Entonces un grupo (que
incluirá también a aquellas que alcanzarán la meta)
ya no estará regido por dicha ley, quedando sujeto a la Ley de
Control Magnético. El otro permanecerá bajo su gobierno
en una condición [e484]estática. hasta que en un periodo
posterior aparezca una nueva oportunidad: viejas formas se desintegrarán,
y en el quinto periodo de otro mahamanvántara vendrá la
oportunidad esperada, donde nuevamente podrán entrar en la corriente
evolutiva los espíritus aprisionados y ascender otra vez a su fuente
de origen.
En sentido oculto esta ley nos concierne muy íntimamente. Desempeña
una parte importante en manos de los Señores de la Llama yes
uno de Sus principales factores para ejercer control en los tres mundos.
Observen aquí el hecho interesante de que Venus es el sexto planeta
(esotéricamente el segundo), se halla en su [i593]
quinta ronda y, por consiguiente, está más avanzado que
nosotros en todo sentido.
Esta ley manifiesta la cualidad, momentáneamente estática,
del amor; esto es lógicamente así cuando se la considera
desde el punto de vista del tiempo, el gran alucinador. En el sendero
de involución dicha ley vuelve a actuar con los átomos permanentes
en los tres mundos, construyendo el material alrededor de esos átomos
en conexión con los devas constructores y los Egos reencarnantes.
Los devas son el aspecto madre, los constructores del cuerpo, y los Jivas
el aspecto hijo; sin embargo, los dos no son mas que uno y el resultado
es el divino hombre hermafrodita. (80)
6. La Ley del Amor. En este breve resumen no es fácil encarar
el tremendo problema que el amor desempeña en el esquema evolutivo
de las cosas tal como lo comprende el hombre tridimensional. Podría
escribirse un tratado sobre esto sin agotar el tema. Mucha luz se obtendrá
si podemos meditar profundamente sobre las tres expresiones del Amor:
el Amor expresado por la Personalidad, por el Ego y por la Mónada.
La Personalidad desarrolla el amor gradualmente por medio de las etapas
del amor al yo, pura, simple y totalmente egoísta, el amor a la
familia y a los amigos, a los hombres y mujeres, hasta llegar a la etapa
del amor a la humanidad o a la conciencia del amor grupal, característica
predominante del Ego. Un Maestro de Compasión ama, sufre y permanece
con los de su clase y sus allegados. El Ego desarrolla gradualmente el
Amor a la humanidad hasta llegar al amor universal -no expresa solamente
amor a la humanidad sino también a todas las envolturas dévicas
y a todas las formas de manifestación divina. La personalidad expresa
el amor en los tres mundos, el Ego expresa el amor en el sistema solar
y todo su contenido; mientras que el amor expresado por la Mónada
demuestra en alguna medida el amor cósmico, abarcando mucho de
lo que se halla fuera de todo el sistema solar.
[e485][i594] El título
Ley del Amor es, después de todo, una expresión
demasiado genérica para ser aplicada a una ley que rige un plano,
pero bastará por ahora, pues imparte el tipo de idea que se necesita
para nuestra mente. En realidad, la Ley del Amor es sólo la Ley
del sistema que se expresa en cada plano. El amor fue el motivo impulsor
para la manifestación, y mantiene todo en secuencia ordenada; conduciéndolo
hacia el sendero de retorno al seno del Padre y, oportunamente, perfecciona
todo lo que existe. Construye las formas que acuna momentáneamente
la vida interna oculta, siendo la causa de la desintegración de
esas formas y su total destrucción a fin de que la vida pueda seguir
progresando. El amor se manifiesta en cada plano como el apremio que impulsa
a la Mónada evolucionante hacia su meta; es la llave del reino
dévico y la razón de la fusión eventual de los dos
reinos en el divino hermafrodita. Actúa a través de los
rayos concretos en la construcción del sistema y en la erección
de la estructura que alberga Espíritu, actuando por intermedio
de los rayos abstractos para el desarrollo pleno y potente de esa divinidad
inherente. Expresa, por medio de los rayos concretos, los aspectos de
la divinidad y construye la persona que oculta al Yo uno; el amor
se manifiesta por intermedio de los rayos abstractos desarrollando los
atributos de la divinidad, desenvolviendo plenamente el reino de Dios
interno. En los rayos concretos el amor conduce al sendero del ocultismo;
en los rayos abstractos conduce al sendero del místico. Conforma
las envolturas e inspira la vida; produce la vibración Logoica
que impulsa a ir adelante, impeliendo a seguir su camino llevando todo
a la manifestación perfecta.
En el primer sistema, la nota fundamental fue Actividad, Deseo de Expresión
e Impulso de Moverse. Esta actividad produjo ciertos resultados,
ciertos efectos permanentes, formando el núcleo del sistema actual.
La actividad ordenada constituye la base de este sistema de Amor [i595]
ordenado, que conduce al tercer sistema, donde la Actividad ordenada,
impulsada por el Amor ordenado, da por resultado el Poder amoroso ordenado.
El sexto Rayo de devoción y la sexta ley de amor tienen una estrecha
relación, produciéndose en el sexto plano la actuación
poderosa de la Tríada inferior, la Personalidad, a Ley del Amor.
En el plano astral, el hogar de los deseos, se originan esos sentimientos
que llamamos amor personal, demostrado como pasión animal en el
tipo más inferior del ser humano; a medida que la evolución
prosigue, se muestra como expansión gradual de la facultad de amar,
pasando por las etapas del amor al compañero, amor familiar, a
los allegados, hasta el amor por el propio medio ambiente; más
tarde el patriotismo es reemplazado por el amor [e486]a la humanidad, a menudo la humanidad
lo personifica en uno de los Grandes Seres. En la actualidad el plano
astral es el más importante para nosotros, pues en el deseo -no
perfeccionado ni trasmutado- reside la diferencia entre la conciencia
personal y la del Ego. (81)
Esto puede observarse con mayor claridad en el sexto esquema, el de Venus,
el esquema del amor. Desde un punto de vista el esquema venusiano es el
segundo y desde otro, el sexto. Depende de si el razonamiento se realiza
de la circunferencia al centro o a la inversa. Dicho esquema constituye
el hogar del Logos planetario de sexto Rayo. Esto puede parecer contradictorio,
pero en realidad no es así; debe recordarse el entrelazamiento,
desplazamiento y cambio gradual que tiene lugar a su debido tiempo en
todos [i596]
los Rayos. De la misma manera la cadena terrestre desde un ángulo
es la tercera y desde otro la quinta.
En la sexta cadena de cada esquema, esta sexta ley y el sexto Rayo tienen
un significado muy importante, mientras que la séptima cadena de
cada esquema es siempre sintética -Amor y Actividad en equilibrio
perfecto. El mismo efecto puede ser demostrado en la sexta Ronda. En ella,
la cadena actual del esquema terrestre, la sexta ley se manifestará
con gran claridad y fuerza como amor fraternal, amor transmutado del astral
al búdico. Una analogía similar puede observarse en la sexta
raza raíz y en la sexta subraza. Del resto de la quinta subraza
de la quinta raza raíz, construida bajo el quinto Rayo de Conocimiento
Concreto y con la ayuda de la quinta Ley de Fijación, emergerá
la sexta subraza de amor fraternal -amor demostrado en la comprensión
de la vida una, latente en cada Hijo de Dios.
7. La Ley de Sacrificio y Muerte. Esta ley se vincula con la tercera,
la Ley de Desintegración, siguiendo la conexión que siempre
existe entre el plano átmico y el físico. La Ley de Desintegración
controla la quíntuple destrucción de formas en los cinco
[e487]mundos
inferiores, y la Ley de la Muerte controla similarmente los tres mundos.
Es subsidiaria de la tercera. En los cuerpos sutiles la Ley de Sacrificio
es la Ley de la Muerte, similar a lo que llamamos muerte del cuerpo físico.
Esta ley rige la gradual desintegración de las formas concretas
y su sacrificio por la vida evolucionante; su manifestación está
estrechamente ligada al séptimo Rayo. Éste controla ampliamente,
manipula, geometriza y domina el aspecto forma, rigiendo las fuerzas elementales
de la naturaleza. El plano físico es la ejemplificación
más concreta del aspecto forma; mantiene la vida divina aprisionada
o [i597]
enredada en su grado más denso, y hoy actúa de acuerdo con
la séptima Ley. En forma misteriosa dicha ley es opuesta a la primera
o Ley de Vibración. Resulta por ahora algo casi incomprensible
para nosotros la oposición de Vulcano y Neptuno. Después
de todo, la forma de expresión más densa en el plano físico
sólo es una especie de síntesis, así como la forma
más sutil de expresión en el plano más elevado sólo
es unidad o síntesis de tipo más refinado. Una constituye
la síntesis de la materia, la otra la síntesis de la vida.
Esta ley rige la séptima cadena de cada esquema; cada cadena, cuando
ha logrado la máxima expresión en el esquema, es regida
por la Ley de la Muerte, sobreviniendo la oscuración y la desintegración.
En sentido y analogía cósmicos, es la ley que gobierna la
llegada del pralaya al finalizar un sistema. Destruye la cruz del Cristo
cósmico y deposita al Cristo en la tumba durante un período
de tiempo.
El principio de mutación. Para finalizar la precedente información
sobre las leyes, es muy necesario reconocer el extremado peligro que significa
llegar a establecer dogmas sobre estas cuestiones y el riesgo que implica
sentar reglas rígidas e inamovibles. Gran parte debe quedar inexplicado
e inabordado y mucho sólo servirá para que surjan interrogantes
en nuestras mentes. Por ahora, la captación es imposible. Hasta
que no poseamos la visión cuadridimensional, lo único que
podemos hacer es dar indicaciones, obtener una
visión pasajera de la complejidad y entrelazamiento del sistema,
y sólo será posible aferrarnos al concepto mental de que
los rayos, esquemas, planetas, cadenas, rondas, razas y leyes forman una
unidad; desde el punto de vista humano es increíblemente confuso,
y la clave para su solución parece tan oculta como inútil;
sin embargo, desde el punto de vista logoico, [i598]
el todo se mueve al Unísono y es geométricamente exacto.
A fin de dar una idea de la complejidad del ordenamiento, quisiera señalar
aquí que los mismos Rayos circulan y la Ley del Karma controla
el entrelazamiento. Por ejemplo, el primer Rayo puede circular alrededor
de un esquema (si es el Rayo principal del esquema) con su [e488]primer subrayo manifestándose
en una cadena, el segundo en una ronda, el tercero en un periodo mundial,
el cuarto en una raza raíz, el quinto en una subraza y el sexto
en una rama de la raza. Expongo esto como ilustración y no como
la afirmación de algo que está en manifestación actualmente.
Esto nos da una idea de la vastedad del proceso y de su maravillosa belleza.
Resulta imposible pasar a través de algún Rayo y visualizar
o concebir de alguna manera su belleza; sin embargo, para quienes están
en niveles más elevados y poseen una visión más amplia,
el esplendor del diseño es evidente.
Su complejidad aumenta para nosotros porque aún no comprendemos
el principio que rige esta mutación. Ni siquiera es posible, aún
para la mente humana más elevada en los tres mundos, presentir
y aproximarse a ese principio. Por mutación quiero significar el
hecho de que se hacen constantes cambios y traslados e interminables entrelazamientos
e intervinculaciones y también un incesante flujo y reflujo en
la dramática interacción de las fuerzas que representan
la síntesis dual del Espíritu y de la materia. Hay una constante
rotación en los Rayos y planos, de acuerdo a su relativa importancia
desde el punto de vista del tiempo, el cual está más íntimamente
asociado a nosotros. Pero podemos estar seguros que hay algún principio
fundamental que dirige todas las actividades del Logos en Su sistema y,
por medio de la lucha para descubrir el principio fundamental sobre el
cual descansan nuestras vidas microcósmicas, podemos descubrir
aspectos de este principio logoico inherente. Para nuestra consideración
esto nos abre una amplia perspectiva y [i599]
aunque pone de relieve la complejidad del tema, demuestra también
la divina magnitud del esquema con su complicada magnificencia. La razón
por la cual la cuarta ronda, la principal se debe a que sucedieron en
ella dos cosas -fue implantada la chispa de la mente y fue abierta la
puerta que conduce del reino animal al humano; más tarde, se abrió
otra puerta en el Sendero que conduce del reino humano al espiritual -nuevamente
una razón dual. La quinta es una ronda mayor porque marca una etapa
de la evolución donde están nítidamente diferenciados,
en dos grupos, los que han alcanzado la meta y los que no lo harán;
la séptima es una ronda importante porque marcará la fusión
de las dos evoluciones, la humana y la dévica.
Las razas raíces principales son elegidas de acuerdo a la Ley de
Analogía o Correspondencia. Durante la tercera raza raíz
tuvo lugar la tercera Emanación, la fusión y el punto de
contacto entre la Tríada espiritual y el cuaternario inferior.
La quinta raza raíz marca el punto donde manas superior y manas
inferior se aproximan, y la mente concreta, alcanzando el elevado desarrollo
[e489]de
esta ronda, es reemplazada por la intuición, que proviene de arriba.
Aquí también existen dos razones. La séptima raza
raíz nuevamente logra una doble realización, la actividad
del amor, base del tercer sistema de Voluntad o poder.
Los tres Rayos principales, por ser duales, se explican por sí
mismos. Actualmente constituyen la forma de expresarse de los tres aspectos,
y se manifiestan regidos por sus correspondientes fuegos, que manipulan
los asuntos mundiales por intermedio de los departamentos, regidos en
nuestro planeta por el Señor Maitreya, el Manu y el Mahachohan.
Los tres planos superiores fácilmente muestran su singular posición
-en el segundo plano tenemos el hogar de las Mónadas de Amor, en
el quinto plano moran sus reflejos, los Egos reencarnantes, y [i600]
en el plano físico hallaremos que se alcanza la mayor densidad
de la vida del Espíritu.
Este principio de mutación rige cada departamento mediante a Ley
de Analogía; ciertas cosas pueden ser enunciadas respecto al sistema,
y sus partes componentes serán iluminadoras si recordamosque
son realidades actuales. Permítaseme ilustrar nuevamente:
se nos ha dicho que los tres Rayos mayores en esta época
son el primero, el segundo y el séptimo. Pero más tarde
los Rayos actualmente mayores pueden llegar a ser subsidiarios y ocupar
su lugar, aunque para este sistema solar el segundo Rayo, por el Rayo
sintético, será siempre un Rayo mayor. Quizás hallemos
aquí una insinuación sobre este gran principio, aunque debemos
tener cuidado de no llevarla a una conclusión demasiado extrema.
Para este sistema los Rayos mayores serán siempre duales -los Rayos
positivo-negativo, los Rayos masculino-femenino-, siendo éste el
sistema dual. Los Rayos mayores para el tercer sistema serán los
de triple manifestación.
Quizás la siguiente clasificación resultará interesante
si se la considera relativa en cuanto contiene información para
la época actual, así como también que está
sujeta a evolucionar y cambiar:
7 Rayos
Mayores 1-2-7.
Cuatro subsidiarios que convergen en
el quinto.
7 Principios
Tres Mayores
Mónada, Ego y Personalidad, sintetizando
en varias etapas los cuatros subsidiarios
7 Cadenas
Mayores 1-4-7
7 Planos
Mayores 2-5-7
7 Manvantaras
Mayores 3-4-7
7 Rondas
Mayores 4-5-7
7 Razas Raíces
Mayores 3-5-7
7 Subrazas
Mayores 1-5-6
7 Iniciaciones
Mayores 1-4-5
desde el punto de vista de la realización
humana, y 1-5-7 desde un ángulo superior.
II. LOS DEVAS Y ELEMENTALES DE LA MENTE
1. EL REGIDOR DEL FUEGO -AGNI.
a. Agni y el Logos Solar.
[e490][i601]Hasta ahora hemos estudiado la primera
parte de este tratado, que se ha ocupado paralelamente de los fuegos
internos macro y microcósmico del sistema. En la segunda parte
estudiaremos el fuego de la mente, que conjuntamente con las nueve preguntas
de introducción, constituye la parte principal de la obra. En
ella hemos considerado la naturaleza y función de la mente y
el rayo egoico. Nos hemos ocupado también del aspecto forma del
pensamiento, de su manifestación material y de su sustancia.
Pasamos ahora a considerar al Regidor del Fuego, AGNI; a estudiar
la vitalidad que energetiza y la Vida que anima; a analizar el Fuego
que impulsa, impele y produce la actividad y la organización
de todas las formas. La comprensión de esto revelará el
hecho de que lo que estamos considerando es la Vida y las vidas
(82-83) -denominado [i602]en La Doctrina Secreta, Agni,
el Señor del Fuego, el Creador, [e491]el Conservador
y el Destructor y los cuarenta y nueve fuegos por medio de los cuales
se manifiesta-, el fuego solar en si, la esencia del pensamiento, la
vida coherente de todas las formas, la conciencia en su aspecto evolucionante
o Agni, la totalidad de los Dioses. Él es Vishnu y el Hijo de
Su gloria; el fuego de la materia y el fuego de la mente mezclados y
fusionados; la inteligencia que palpita en cada átomo y la Mente
que anima al sistema; el fuego de la sustancia y la sustancia del fuego;
Él es la Llama y lo que la llama destruye.
Quienes estudian La Doctrina Secreta en forma superficial tienden
a considerar a Agni solamente como el fuego de la materia sin observar
que constituye la totalidad -esto es especialmente así cuando
se dan cuenta que Agni es el Señor del plano mental.(84) Agni
es la vida que anima al sistema solar, y esa vida es la vida de [i603]Dios, la energía del Logos y
la manifestación de la radiación que vela al Sol central.
Sólo cuando es conocido como Fohat, la energía de la materia;
como Sabiduría, la naturaleza del Ego y sus móviles y
como unidad esencial, puede llegarse a una correcta concepción
respecto a Su naturaleza o ser. Agni no constituye el Logos solar en
el plano mental cósmico, pues la conciencia egoica del Logos
es algo más que Su manifestación física, sino la
suma total de esa parte del Ego Logoico que se refleja en Su
vehículo físico y [e492]es
la vida de la Personalidad logoica, con todo lo que
incluye esa expresión. Es para el Logos solar, en Su propio
plano, lo que la personalidad coherente de un ser humano es para su
Ego en el cuerpo causal. Éste es un punto muy importante que
ha de ser comprendido, y si se medita sobre él aportará
al estudiante mucha iluminación. Su vida fusiona y mezcla la
triple naturaleza del Logos cuando está en encarnación
física; Su fuerza coherente convierte en una unidad a la triple
Personalidad logoica, pero el hombre únicamente puede llegar
a conocer Su naturaleza esencial por el estudio del vehículo
físico logoico -he aquí la dificultad-; sólo puede
llegar a comprenderlo si considera Su emanación síquica
tal como puede ser presentida y visualizada, echando una mirada retrospectiva
sobre la historia de las razas. La personalidad del hombre revela su
naturaleza a medida que transcurre su vida; su cualidad síquica
se desarrolla a medida que pasan los años y, cuando desencarna,
se habla de él en términos de cualidad buena o mala, egoísta
o altruista; el efecto de su emanación durante la
vida es lo que permanece en las mentes de los hombres. Sólo de
esta manera puede expresarse la personalidad logoica; por consiguiente
nuestro conocimiento de su naturaleza está limitado debido a
nuestra cercana perspectiva y dificultado por el hecho de que somos
partícipes de Su vida y partes integrantes de Su manifestación.
Únicamente cuando se comienza a actuar en el plano búdico,
y se acrecienta [i604]nuestro conocimiento de la vida espiritual
y pasamos definidamente a través del portal de la iniciación
al quinto reino, podemos vivir en el aspecto subjetivo y
apreciar la diferencia que existe entre el cuerpo físico denso
y el vital. A medida que nos polarizamos en el cuerpo etérico
cósmico y ya no somos prisioneros de una densa envoltura material
(pues los tres planos inferiores son sólo el cuerpo denso del
Logos) llegamos a comprender plenamente la naturaleza síquica
del Logos, porque entonces nos hallamos en el cuerpo que sirve de puente
entre los cuerpos físico denso y astral del Logos. Cuando esto
sucede comprendemos que la función del Señor Agni, constituye
la vida vital del etérico cósmico, la vitalidad de los
Hombres celestiales y la actividad de Sus cuerpos.
b. Agni y el Plano Mental.
Trataré de dilucidar aquí un punto muy importante
al acentuar la estrecha relación entre Agni, la suma total de
la fuerza de vida de la triple personalidad logoica, cuando actúa
en el plano mental (que concierne íntimamente al hombre) y esa
fuerza impulsora o voluntad inteligente manifestante que emana del plano
[e493]astral
cósmico. Hay una serie de analogías muy interesantes que
pueden compararse aquí, pudiendo indicar brevemente las líneas
que se han de seguir a este respecto por medio de la clasificación
siguiente
Tres quintas partes de los Manasaputras realizan
su objetivo
El 5to. Esquema
El Señor de ciencia concreta.
El 5to. Mahamanvantara (o sistema solar)
El Logos Solar recibe su Quinta Iniciación
La 5ta. cadena
Evolución principal devas del fuego
La 5ta. Jerarquía
Los Constructores mayores.
Las vibraciones de quinto orden
Manásicas
Por lo tanto se evidenciará que cuando es considerado el sistema
en orden inverso, contando el plano físico como el primero (como
sucede siempre que se lo considera como el campo de evolución
estrictamente humana), el tercer plano -el mental- entra el mismo grupo
de analogías, por lo tanto se ha de considerar a Agni el factor
energetizante del cuerpo físico denso del Logos el fuego de Su
manifestación más concreta, vitalizando, calentando y
manteniendo todo unido.
En este mahamanvantara existen tres jerarquías de gran importancia,
la cuarta o Jerarquía creadora humana y las jerarquías
dévicas quinta y sexta.
La cuarta Jerarquía en el esquema mayor es literalmente la novena,
pues cinco jerarquías ya han desaparecido y se las considera
como puras abstracciones. En este sistema la concreción y fusión
de la forma y la energía en un todo coherente, concierne a nosotros.
En la novena, décima y undécima Jerarquías reside
la clave de la naturaleza de Agni, el Señor del fuego, la suma
total de la vitalidad del sistema. Quien comprenda el significado de
estos números y su relación recíproca como la
triple división de una unidad en tiempo y espacio habrá
descubierto [i606]una
de las llaves que abrirá una puerta herméticamente cerrada
hasta ahora. Los números de la realización, la potencialidad
llevada a una plena actividad y la capacidad innata se demuestran mediante
una [e494]
V CLASIFICACIÓN
AGNI-SEÑOR DEL FUEGO
Aspecto
Fuego
Resultado
Manifestación
Subjetiva
Origen de la Energía
Manifestación
Objetiva
Primero,Voluntad
Fuego Eléctrico
Actividad del Espíritu
La Vida Una
Sol central espiritual
Sistema solar (etérico y
denso)
Unidad
Espiritual
Dinámica
Coherencia
Síntesis
Segundo, Amor- Sabiduría
Fuego Solar
Actividad de Conciencia
Los siete Hombres celestiales
El Corazón del Sol
Los siete Rayos manifestándose
a través de los siete esquemas planetarios.
Egoísmo
Los siete Rayos
Vitalidad
Los siete Tipos de Mente
Magnetismo
Tercero, Actividad
Fuego por Fricción
Actividad de la Materia
Los siete fuegos
El Sol físico
Los siete planos
Vitalidad Atómica
El akasha
Energía
[e495]fructificación
perfecta. Toda potencialidad reside en el poder vitalizador y energetizador
de Agni y en su capacidad para estimular, pues es la vida misma y la
fuerza impulsora de la evolución, del desarrollo psiquico y de
la conciencia, lo cual se halla oculto en estos guarismos y no en la
evolución de la sustancia que sólo es el resultado causas
síquicas. Los tres números constituyen la base de los
cálculos cíclicos concernientes a los ciclos egoicos y
a los ciclos de Vishnu, diferenciándose de los ciclos que tienen
que ver con el tercer aspecto. Los estudiantes de ocultismo no han captado
suficientemente el hecho de que la objetividad es el resultado inevitable
de una vida interna subjetiva y consciente. Cuando esto sea mejor comprendido,
los cuerpos en el plano físico por ejemplo, serán purificados,
desarrollados y embellecidos por medio de una dedicación científica
a fin de desarrollar la psiquis, el Ego y estimular la vibración
egoica. Se tratará la causa y no el efecto, a ello se debe la
acrecentada tendencia de la familia humana a dedicarse al estudio de
la psicología y aunque recién se está investigando
el cuerpo kama-manásico, no se ha llegado todavía hasta
la conciencia egoica. Los Señores lunares han tenido su oportunidad;
ahora Agni, como Señor solar de vida y energía, asumirá
Su debida importancia en la vida humana.
c. Agni y los Tres Fuegos.
Al estudiar la manifestación de Agni en el sistema solar
debe recordarse que estamos considerando su naturaleza esencial como
fuegoactivo. Hemos visto que constituye la triple personalidad
logoica, el triple Logos en sentido subjetivo, siendo el aspecto forma
solo subsidiario. Quizá una clasificación aclararía
este punto. [i607]
[i608]Cada
uno de estos tres aspectos del Fuego Uno, manifestados como Fuego Creador,
Fuego Preservador y Fuego Destructor, será estudiado como fenómeno
eléctrico y bajo los aspectos de luz, llama y calor; electricidad,
radiación y movimiento; voluntad, deseo y acción. Únicamente
de esta manera se alcanzará a comprender la verdadera naturaleza
de Agni. Como personalidad logoica se manifiesta a través de
tres envolturas que forman una unidad; sólo así se percibirá
por qué en esta etapa de evolución el aspecto materia
es el más importante.
El sistema constituye la envoltura física del Logos y, por lo
tanto, la más fácilmente reconocible, pues estando aún
el Logos centrado en Sus envolturas cósmicas, sólo puede
revelarse por su Intermedio.
El hombre solamente llegará a comprender este misterio de la
electricidad cuando se estudie a sí mismo y sepa que es un triple
fuego que se manifiesta en varios aspectos. [e496]
EL HOMBRE, UN FUEGO
Fuego monádico
Fuego eléctrico
Voluntad del Espíritu
El Sol central espiritual
Fuego egoico
Fuego Solar
Conciencia Amor-Sabiduría
El Corazón del Sol
Fuego de la personalidad
Fuego por fricción
Hombre físico
Sol físico
Cada uno de estos fuegos puede ser estudiado en forma triple y bajo tres
aspectos.
Trato aquí de poner de relieve el hecho de que en esta triple manifestación
existe un nónuple desarrollo. Debe tenerse en cuenta siempre que
el número siete rige la evolución de la sustancia y la construcción
de la forma en el sistema solar, y el nueve el desarrollo de la conciencia
dentro de esa forma de la psiquis. Esto se ve en el despliegue séptuple
de la vida logoica por intermedio del esquema planetario y la naturaleza
nónuple del desarrollo egoico.
Si el estudiante sustituye las palabras Mónada, Ego y personalidad,
por los tres aspectos del Logos y recuerda que todo lo que conoce hasta
ahora es lo más inferior de las manifestaciones logoicas -la personalidad-,
será evidente por qué tantas cosas [e497]permanecen en el misterio hasta para
los iniciados de grados elevados, pues ni siquiera el perfecto Dhyan Chohan
puede penetrar el enigma del Logos fuera de Su sistema.(85) Ellos [i610]pueden conocer mucho respecto a Agni,
el Señor del Fuego, pero hasta que no se pongan en contacto con
aquello de lo cual Él constituye una emanación, reflejo
o rayo, existe, un límite para lo que puede ser conocido.
Agni es Fohat, la triple Energía (emanada del Ego logoico) que
genera al sistema solar, el vehículo físico del Logos, y
anima a los átomos de la sustancia. Constituye la base del proceso
evolutivo o la causa del desarrollo síquico del Logos, y es también
esa cualidad que finalmente produce la síntesis divina, mediante
la cual la forma se aproxima al requisito subjetivo y, después
de ser inconscientemente dirigida y manipulada, es finalmente descartada.
Tal es la meta para el Logos como para el hombre; señala la liberación
final para un ser humano, un Hombre celestial o un Logos solar.
Podemos dividir el proceso en tres períodos:
Primero. El período en que el fuego de la materia (el calor
de la madre) oculta, nutre y da nacimiento al Ego infantil. Éste
es el período de la vida puramente personal, cuando el tercer aspecto
domina y el hombre forma parte del velo de la ilusión.
Segundo. El período en que el Ego o vida subjetiva dentro de
la forma, pasa por ciertas etapas de desarrollo y adquiere cada vez mayor
plenitud de conciencia. Es el periodo del desarrollo egoico, producido
por la fusión y mezcla graduales de los dos fuegos. Constituye
la vida de servicio y el sendero.
Tercero. El período en que la conciencia egoica misma es reemplazada
por la realización espiritual y el fuego del espíritu se
fusiona con los otros dos.
Al principio la personalidad actúa como madre o aspecto materia,
del germen de la vida interna. Luego [i611]el Ego manifiesta su vida dentro de la
vida personal y produce un fulgor que se acrecienta cada vez más
hasta el día perfecto. (86)En
ese perfecto día de revelación se verá lo que el
hombre es en esencia, y el Espíritu inmanente se revelará.
Esto podría estudiarse desde el punto de vista cristiano; Pablo
no hacía más que enunciar una verdad oculta cuando hablaba
de hechos referentes al nacimiento del Cristo dentro del corazón
y al crecimiento de la vida superior a expensas de [e498]la inferior. También podría
ser estudiado en líneas ocultistas no místicas, en el reconocimiento
(por parte de la ciencia) de la vitalización de los átomos
permanentes (los centros de fuerza de las envolturas o sustancias), en
el desenvolvimiento del loto egoico y el despertar de sus pétalos,
y en la revelación final de la joya en el loto.
Todo lo que puede decirse del hombre, puede repetirse también del
Logos en una escala inconcebiblemente mayor. A medida que el hombre descubre
las leyes de sus envolturas materiales -las leyes de la sustancia- va
cerciorándose de la naturaleza de los fuegos del hombre externo
o Fohat, cuando vitaliza al vehículo logoico; los fuegos de sus
envolturas como también el fuego de la materia son aspectos de
Agni. Cuando se cerciora de la naturaleza de la conciencia y de las leyes
del desarrollo síquico, estudia la naturaleza de la vitalidad del
hombre subjetivo y las leyes del ser Consciente, estudiando así
a Agni cuando Se manifiesta como Luz e Irradiación fría,
brillando a través del vehículo. Más tarde (pues
no ha llegado aún el momento) cuando llegue a comprender la naturaleza
de su Mónada, la vida espiritual o esencial, que desarrolla la
conciencia por medio de las envolturas, descubrirá la naturaleza
de Agni cuando Se manifiesta como electricidad pura. Sin embargo, aunque
esto no es posible todavía, lo dicho respecto a las líneas
de investigación que se han de seguir y la comprensión de
lo que eventualmente se habrá [i612]de realizar, puede inducir a los hombres
a estudiar lo real y lo verdadero.
2. LOS DEVAS DEL FUEGO - LOS GRANDES CONSTRUCTORES.
He dividido los grupos de devas y elementales en Constructores evolutivos
e involutivos -aquellos que en sí mismos son fuerza positiva y
los que son fuerza negativa, los trabajadores conscientes y los inconscientes.
Es absolutamente esencial que los estudiantes tengan en cuenta aquí
que estamos estudiando el misterio de la electricidad; por consiguiente,
deben recordar los hechos siguientes:
a. Observaciones de Introducción.
El misterio de la electricidad. Los Constructores mayores constituyen
el aspecto positivo de la sustancia o de los fenómenos eléctricos,
mientras que los constructores menores el aspecto negativo.
Dos tipos de fuerza están representados en las actividades de estos
dos grupos, y su interacción e intercambio produce la Luz o el
sistema solar manifestado.
En su totalidad constituyen toda sustancia, la forma activa [e499]inteligente construida con el propósito
de proporcionar una morada para la vida central subjetiva.
Son también la suma total de los Pitris (87) o Padres del género
humano considerado como la raza misma, el cuarto reino de la naturaleza,
los Hombres celestiales en manifestación física. Esto
es algo muy importante que debe recalcarse. Estas actividades dévicas
en relación con la autoconciencia (característica distintiva
de la humanidad) pueden ser mejor estudiadas considerando [i613]en forma general los grupos, razas y
vida del esquema, manifestación de uno de los Hombres celestiales.
Al comparar el trabajo de los devas con su vida individual, el estudiante
puede llegar a confundirse por hacer una ajustada yuxtaposición.
Constructores mayores son los Pitris solares, mientras que constructores
menores son los antepasados lunares. Explicaré el significado oculto
de la palabra antepasados, tal como se emplea en esoterismo.
Literalmente significa el impulso inicial de la vida. Esa actividad subjetiva
que produce objetividad y concierne a esos impulsos emanantes que vienen
de cualquier centro positivo de fuerza e impelen al aspecto negativo a
entrar en la línea de esa fuerza, produciendo así algún
tipo de forma. La palabra antepasado se emplea en conexión
con ambos aspectos.
El Logos solar es el impulso inicial o Padre del Hijo en encarnación
física, un sistema solar. Es la suma total de los Pitris en el
proceso de proporcionar una forma. La unión del Padre (fuerza
positiva) y de la Madre (fuerza negativa) produce esa llamarada central
denominada forma, cuerpo de manifestación del Hijo. Un Hombre
celestial tiene una posición análoga en relación
con un esquema planetario. Es el germen central de vida o fuerza positiva
que,a su debido tiempo, se manifiesta como un esquema planetario
o una encarnación del Logos planetario. Del mismo modo, el hombre
constituye la vida o energía positiva que, por medio de la
acción sobre la fuerza negativa, crea cuerpos de manifestación
mediante los cuales puede brillar o irradiar. (88) (89) (90)
[e500]Los
Constructores (91) menores constituyen el aspecto negativo y son lanzados
a la acción en formación grupal debido a que [i614]la fuerza positiva actúa sobre
ellos, o por la acción de las Mentes conscientes del sistema. En
la etapa actual de evolución -durante el período de Luz-
es difícil para el ser humano (hasta que haya alcanzado la conciencia
del Ego) distinguir los diversos tipos de fuerza y trabajar conscientemente
con estos aspectos duales. Un Adepto de la Luz emplea fuerza para
trabajar en la sustancia, considerada como aquello que es negativo; por
]o tanto, debe moverse esotéricamente y puede hacerlo porque ha
realizado la unidad (en los tres mundos de Su esfuerzo) o alcanzado el
punto de balance o equilibrio y, por lo tanto, puede balancear fuerzas
y [e501]tratar
con energías positivas y negativas, según convenga para
beneficio del plan evolutivo. El Hermano de la Oscuridad, sabiendo que
es en esencia una fuerza positiva, trabaja con sustancia negativa o con
los Constructores menores para llevar a cabo sus propios [i615]objetivos, siendo incitado a ello por
motivos egoístas. Los Hermanos de la Luz colaboran con el aspecto
positivo de todas las formas -los devas constructores de tendencia evolutiva-
a fin de realizar los propósitos del Hombre celestial, summum de
la manifestación física planetaria.
Por consiguiente, se evidencia cuán necesario es comprender funciones
de los devas de todos los grados. Sin embargo, es también importante
que el hombre se abstenga de manipular estas fuerzas de la naturaleza
hasta que se conozca a si mismo y a sus propios poderes y
haya desarrollado plenamente la conciencia del ego; solo entonces puede,
sin riesgo y en forma sabia e inteligente, colaborar en el plan. Por ahora,
para el hombre medio y aún para el hombre avanzado, resulta peligroso
intentarlo e imposible de realizar.
Agregaré algunas afirmaciones más sobre las cuales el estudiante
puede meditar, antes de pasar a estudiar específicamente los grupos
principales de devas constructores que más íntimamente conciernen
al hombre en los tres planos de los tres mundos.
Los devas constructores (92) son los Ah-hi o Mente Universal. [e502]Contienen en su conciencia al plan logoico
[i616]y
poseen el poder inherente para desarrollarlo en tiempo y espacio, constituyendo
las fuerzas conscientes de la evolución.
No sólo personifican el Pensamiento divino, sino que son aquello
a través de lo cual se manifiesta, siendo también su actividad
actuante. Esencialmente son movimiento. Los constructores menores son
especialmente la forma material que ha sido activada, y en su legión
constituyen la sustancia de la materia (considerando como sustancia lo
que fundamenta la materia).
Producen la concreción y dan forma a lo abstracto. Los términos
dévicos rupa y arupa son relativos, pues
las vidas y niveles amorfos existen únicamente desde el punto de
vista del hombre en los tres mundos; las vidas amorfas funcionan en, y
a través del cuerpo etérico del Logos y están formadas
por materia de los cuatro planos superiores del sistema. Desde este punto
de vista el plano mental nos proporciona una consideración interesante;
sus tres subplanos superiores son positivos y centralizan la fuerza positiva
del plano. Dicha centralización afecta a la sustancia negativa
de los cuatro planos inferiores y además da lugar a:
La formación de centros de fuerza en los niveles causales,
siendo estos centros grupos egoicos en sus diversas divisiones.
La concreción de la sustancia o la construcción
del cuerpo físico denso del Logos.
En el plano físico del sistema solar puede verse un proceso análogo,
que tiene lugar en lo que respecta al cuerpo [i617]físico del hombre o su manifestación
concreta. En su caso, el cuarto subplano es el punto focal de fuerza positiva.
En ese plano se hallan situados los centros etéricos del hombre
que tienen, en el proceso evolutivo y en el trabajo de dirigir la fuerza,
relación con su cuerpo físico en forma similar a la de los
grupos de Egos en el plano mental con el cuerpo físico denso del
Logos. Ésta es una profunda indicación esotérica.
En las palabras prana y cuerpo etérico (o fuerza y
forma vital) tenemos la clave del misterio de los Pitris solares y lunares
y un indicio del lugar que ocupa el cuerpo físico en el esquema
de las cosas.
Rupa
con forma o cuerpo.
Arupa
amorfo o sin cuerpo.
Hablando en general, el término rupa se aplica a todas las formas
en los tres mundos mientras que el término arupa se aplica a
todas las formas por medio de las cuales las existencias se manifiestan
en los cuatro niveles del sistema solar y los niveles abstractos dei
plano mental.
[e503]
Los Pitris y devas solares, con todo lo que incluye el término,
expresan sus fuerza más adecuadamente a través del hombre.
Son el origen de su autoconciencia, y su acción sobre el aspecto
negativo produce al Ego humano (en gran escala, considerado en su totalidad
fuerza cósmica); su acción sobre el aspecto madre o negativo
produce, en los niveles cósmicos, esa Unidad Autoconsciente,
un Logos solar, que actúa por medio de Su vehículo físico.
Desde el punto de vista cristiano, los grandes Constructores constituyen
el Espíritu Santo o esa fuerza superior que fecunda la materia,
mientras que los Constructores negativos o inferiores, corresponden
a la Virgen María.
Los Pitris lunares y constructores menores, desde el punto de vista
del sistema, se expresan plenamente en el reino animal. Cuando produjeron
al hombre animal como impulso inicial, desempeñaron su función
primordial, y (en escala menor y en conexión con uno solo de
los Hombres celestiales) así como la Luna es un mundo moribundo
y decadente, también en escala comparable al sistema y por lo
tanto abarcando un vasto período de tiempo, el trabajo de los
Pitris lunares está llegando lentamente a su fin, a medida que
el poder ejercido por el tercer reino o animal, sobre el humano, está
siendo [i618]reemplazado por el poder espiritual;
desaparecerá, en sentido esotérico, la analogía
que existe en el sistema de la actividad pítrica lunar.
Los Pitris lunares, (94-95)los constructores
de los cuerpos lunares de los hombres y su analogía en los demás
reinos de la naturaleza, constituyen la suma total del cuerpo físico
denso del Logos o la sustancia de los planos mental, astral y físico
(los cuerpos gaseoso, líquido y denso que forman una unidad:
Su vehículo físico, considerado aparte del etérico).
Son el producto de un sistema solar anterior, sus actividades datan
de entonces. Dicho sistema representa para el actual lo que la cadena
lunar representa [e504]para el nuestro. Por eso el cuerpo
físico no es considerado un principio (tanto para el hombre como
para el Logos solar); de allí que la naturaleza inferior es considerada
maligna y que el hombre debe destruir su cuerpo lunar. (96)
El mal es aquello que pudiendo ser dominado y subyugado, se le permite
regir. Lo positivo puede siempre manipular lo negativo. Cuando se sigue
la línea negativa, la de menor resistencia que conduce a aquello
que no es un principio, entonces tenemos el mal.
En el primer sistema solar fue perfeccionado el aspecto negativo de
la sustancia, el aspecto Madre o materia. Los Pitris inferiores dominaban.
En el actual sistema, la actividad de la fuerza reside en manos de los
Pitris solares o devas mayores. Al final del mahamavantara, ellos habrán
construido, de acuerdo [i619]al plan, una envoltura o vehículo
perfecto para que se exprese el Pensamiento divino, lo cual se realizará
manipulando la sustancia negativa; utilizarán el calor de la
madre para nutrir el germen del Pensamiento divino y llevarlo a la fructificación.
Cuando el germen ha alcanzado la madurez, entonces el aspecto Madre
ya no tiene objeto y el Hombre, esotéricamente, queda libre o
se libera. Esta idea se lleva a cabo en toda la manifestación;
los reinos de la naturaleza o de la forma (cualquiera sea) nutren el
germen de aquello que constituye el próximo paso del proceso
evolutivo, considerados como el aspecto Madre. Este aspecto es eventualmente
descartado y sustituido. Por ejemplo, el tercer reino o reino animal,
en las primeras etapas nutre y preserva el germen de lo que algún
día será un hombre; la personalidad custodia aquello que
algún día se desarrollará como hombre espiritual.
De esta manera, será evidente para los estudiantes, que el Hombre
celestial, considerado como una Deidad solar, una Entidad autoconsciente,
actúa con Su aspecto negativo por intermedio de la fuerza positiva,
desde los niveles etéricos logoicos sobre los tres aspectos del
físico denso logoico, llevando así a la madurez a los
átomos y células de Su cuerpo, nutriendo el germen de
la autoconciencia y aventando la llama hasta que cada ente se hace totalmente
consciente del grupo y se da cuenta del lugar que le corresponde dentro
del cuerpo colectivo. Cada ser humano, funcionando en los tres mundos,
ejerce una acción similar sobre las células conscientes
de sus cuerpos hasta que cada átomo logra eventualmente su meta.
El Hombre celestial actúa necesariamente por intermedio de grupos
egoicos, derramando fuerza positiva sobre ellos hasta que dejan de ser
pasivos y negativos y pasan a ser potentes [e505]y activos. El hombre actúa análogamente
sobre sus cuerpos, a través de sus centros, y tiene cierta responsabilidad
que, respecto a las vidas inferiores, por ley kármica deberá
cargar. Esta es la base del proceso evolutivo.
a. Las Funciones de los Devas.
[i620]Habiendo enunciado ciertos hechos fundamentales
respecto a los devas, considerados como la sustancia misma y el summum
de la energía de la sustancia, llegamos a los detalles técnicos
y a considerar en forma analítica estas fuerzas constructivas
a medida que construyen la forma mental del Logos o el Sistema solar.
De la consideración se desprenderá cierto conocimiento
práctico:
Primero. Conocer cómo construir en materia mental en los
tres mundos y cómo emplear a los devas del plano gaseoso del
físico cósmico.
Segundo. Comprender cómo combinar los pares de opuestos
y así dar cuerpo y forma al concepto.
Tercero. Materializar en el plano físico la idea corporificada.
1. Manifestación de los aspectos logoicos. Se logra mediante
una concisa consideración de las leyes del ser y del método
seguido por el Logos cuando da forma a su concepto y lleva a cabo Su
propósito o voluntad por medio de esa forma. En los tres planos
del esfuerzo humano están reflejados los tres aspectos del Logos
que producen la manifestación:
Plano mental... reflejo del primer aspecto. El plano del concepto,
de la unión de Padre-Espíritu-Voluntad y Madre-Materia-Energía.
Tal es el trabajo del Logos; esta unión produce al Hijo, pues
el Pensamiento divino toma forma. El cuerpo del Ego se encuentra allí.
Plano astral... reflejo del segundo aspecto, el Hijo. La materialización
prosigue por medio del deseo; la forma crece y evoluciona, llegando
a ser más adecuada.
Plano físico... Manifestación. La forma mental
(del hombre o del Logos) aparece en actividad. El Hijo ha nacido en
el plano físico, la idea del Pensador (humano o divino) se
convierte en un ente separado [i621]de su fuente originaria, sin embargo,
energetizado por la vitalidad que emana de él.
Todo ello es posible -hablando ahora desde el
punto de vista humano- por la acción de los devas, quienes constituyen
aquello que corporifica al pensamiento y le proporciona su energía
separada, distinta del propósito que se desarrollará hasta
llegar a la [e506]fructificación, cuando la forma
sea adecuada como medio de expresión.
2. Fuerza dévica de la sustancia. Al considerar a los
devas de los siete planos del sistema solar y especialmente a los que
trabajan en los tres mundos, debemos tener en cuenta las siguientes
enunciaciones:
1ra. Enunciación. - Existen devas que constituyen la
fuerza dual de la sustancia del plano cósmico inferior, el físico
cósmico. En lo que se refiere a los tres mundos, existen
la fuerza y la sustancia dévicas (97) que componen el cuerpo
físico denso del Logos, por eso el hombre está limitado,
cuando actúa en esos planos, a esos devas considerados principalmente
(desde niveles superiores) como que no forman parte integrante de los
siete principios del Logos; a los que componen la forma gaseosa, líquida
y concreta del Logos, los devas del fuego concreto, del agua y de la
tierra en su aspecto más denso; a esos devas constructores automáticos
y subconscientes, que realizan el trabajo del vehículo físico
denso del Logos, de la misma manera que los constructores en el cuerpo
del hombre trabajan automática e inconscientemente, produciendo
las células y energetizando las funciones corporales. De allí
el peligro que existe cuando el hombre juega con dichas fuerzas. Se
halla demasiado cerca de ellas de muchas maneras: se identifica con
las mismas, y hasta [i622]que no haya alcanzado la conciencia
del Ego, y establecido, con pleno conocimiento, su identidad con el
aspecto Espíritu y no con la sustancia, está propenso
a ser arrastrado por la fuerza ciega y convertirse en un alma perdida
cuando ignorantemente y por curiosidad invade sus dominios.
El hombre se relaciona también con esos devas que están
animados por la vida y el propósito que caracterizaron la evolución
del primer sistema solar. Ésa es la vida de Dios, siendo ese
propósito la actuación de Su voluntad, maligna desde nuestro
punto de vista actual, pues, en lo que al hombre se refiere, los ha
suplantado por un propósito y una meta diferentes. Por lo tanto,
la identificación con el pasado, la retrogresión y los
métodos antiguos son para el hombre un retroceso en el sendero
de la evolución autoconsciente y conducen oportunamente al egotismo
o a perder el principio [e507]egoico, principio que diferencia al
hombre humano o celestial del resto de la evolución.
2da. Enunciación. - La esperanza para los devas y para
el aspecto forma reside en el hecho de que cada uno de los subplanos
del plano físico cósmico está sometido a la influencia
directa de fuerzas cósmicas que se originan en los otros seis
planos cósmicos. Es desconocido e inconcebible todo lo que
se refiere a estas fuerzas, excepto las indicaciones vagas y generales
de esas corrientes y fuerzas que puedan ser sentidas como emanando de
los planos cósmicos.
E! plano mental cósmico. Para nosotros se manifiesta en los
tres tipos de fuerza que se observan en el plano mental del sistema.
Éstos no han sido suficientemente estudiados, y son:
La fuerza que actúa en todos los átomos
permanentes manásicos y produce básicamente esa manifestación
que denominamos los tres mundos.
denominados grupos o centros egoicos -conglomerados
de cuerpos causales.
La fuerza que vitaliza a todas las unidades
mentales y que, desde allí, es distribuida a los otros átomos
permanentes.
Estos tres tipos de fuerza tienen que ver con el aspecto sustancia -átomos
permanentes, vehículo causal y entes mentales- y, por lo tanto,
impresionan directamente a los devas que construyen estas formas empleando
su propia sustancia, desarrollando así el plan divino. Estos tres
tipos de fuerza, con intención síquica, afectan a la sustancia,
siendo ellos mismos impulsados y activados de acuerdo al propósito
divino desde niveles superiores. Emanan desde los niveles concretos del
plano mental cósmico (siendo, por consiguiente, la fuerza que fluye
a través de la unidad mental del Logos y se relacionan con el centro
de fuerza que se halla localizado en el cuerpo mental logoico. Constituye
la fuerza de Agni en Su primer aspecto. Fuego característico del
plano mental cósmico, reflejado en el subplano gaseoso cósmico
del plano físico cósmico -nuestro plano mental del sistema.
El plano astral cósmico. La fuerza de este plano actúa
por medio de nuestro plano astral del sistema, el subplano físico
líquido cósmico y está prácticamente sujeta
a dos diferenciaciones, cada una de ellas ocultamente representadas por
dos grandes grupos de devas:
Primero. Los devas que constituyen la sustancia o fuerza del plano
astral considerado como la suma total del deseo, del [e508]sentimiento y de la sensación.
Por lo tanto constituyen los centros y plexos nerviosos del cuerpo físico
logoico, pues el plano astral del sistema es proporcionado por el sistema
nervioso del cuerpo físico logoico. Es el cuerpo de más
intensa vibración desde el punto de vista físico, y el vehículo
por medio del cual todo es transmitido a esa parte del cuerpo físico
logoico que corresponde al cerebro [i624]en el hombre. No puedo dar mayores aclaraciones
sobre esto, pero las pocas palabras formuladas aquí abren un amplio
campo de pensamiento y dan la clave de gran parte de lo que sucede y aflige
tanto a la evolución solar como a la humana.
Segundo. Los devas que constituyen la suma total de la luz astral.
Son los agentes de los señores kármicos, y ellos mismos
son entidades dévicas de una evolución inconcebiblemente
avanzada, quienes en su propia sustancia
registran,
producen los efectos de las causas,
dirigen la fuerza.
Este grupo particular de devas emana de un gran centro de fuerza que nosotros,
generalizando, le damos el nombre de sol Sirio. Sirio-kama-manas, plano
astral cósmico y plano astral del sistema constituyen una cadena
estrechamente entrelazada y la línea de menor resistencia para
que pueda afluir un tipo particular de fuerza negativa.
El plano físico cósmico. Es la fuerza (externa e
interna) del sistema solar mismo y su espacio circundante. Debería
ser considerado como las fuerzas pránicas que fluyen a través
del cuerpo etérico logoico (nuestros cuatro subplanos superiores)
que son positivos para los tres inferiores (reflejo en la sustancia o
en el aspecto Brahma de la unión Padre-Madre), impregnándolos
y produciendo la manifestación puramente concreta. Ésta
es la razón por la que el vehículo físico domina
tanto durante las largas etapas de la evolución del hombre, pues
la fuerza de este tipo de energía, lógicamente, se
siente más fuertemente que cualquiera otra. Fuerza dévica
y sustancia tan cercana a nosotros que nos engaña poderosamente.
Encierra el misterio de maya y ha de encontrarse en ella el secreto de
la ilusión. Aquí tiene el hombre la primer gran etapa de
la batalla para lograr la plena autoconciencia e identificarse con el
aspecto Dios y no con el [i625]aspecto materia. También allí
reside la razón esotérica por la cual el hombre lleva el
apellido del padre y no el de la madre. Cuando el hombre ha dominado las
esencias dévicas del plano físico, controla luego las del
astral y domina a las esencias mentales. Habiendo realizado esto en
su propia naturaleza, puede sin peligro convertirse en un mago y entrar
en [e509]contacto,
controlar y trabajar con los devas en conexión con los planes del
Hombre celestial. En la comprensión de los tres tipos fuerza, el
hombre hallará la clave del misterio de sus centros. Aquí
se encuentra el secreto de la nota musical correspondiente a los centros
coronario, cardíaco y laríngeo y su fusión con los
centros inferiores para que los superiores emitan la nota y los inferiores
produzcan sólo armonía. Respecto a la nota de la naturaleza,
el Logos tiene que superponer una nota más elevada. A la nota natural
del centro (que se descubre desarrollando el centro inferior, su reflejo
o analogía) se le ha de agregar la nota dominante del centro superior
y, en armonía dual, el centro vibra entonces en forma deseada.
La nota es el resultado de la correcta actividad. Por esa razón
los centros inferiores del hombre son (en las primeras etapas de su carrera)
el factor controlador. Ha de aprender cuál es su nota, y desde
ella llegar hasta la clave de la superior. Entonces la superior ocupa
el lugar prominente y la inferior sólo sirve al propósito
de proporcionar lo que se comprende por profundidad esotérica.
¿Por qué es así? Porque mediante dichas notas se entra
en contacto con esos grupos de devas que constituyen la fuerza y la energía
de los centros (centros de sustancia) y se los controla. Las envolturas
materiales -física, astral y mental- son construidas mediante su
actividad, dirigida por intermedio de los centros.
Estas ideas respecto a la fuerza y a las envolturas constituyen la base
de la enseñanza astrológica, una de las claves para comprender
La Doctrina Secreta. (98) Por lo tanto, debemos tener presente
que [i626]los
Señores Devas, Agni, Varuna, Kshiti, (99) representan en la enseñanza
exotérica el aspecto sustancia del cuerpo denso del Logos, mientras
que el aspecto fuerza que fluye a través del cuerpo etérico
del Logos es considerado bajo varios nombres tales como Shiva, Surya,
Brahma. Sin embargo, los dos aspectos no son más que uno.
3ra. Enunciación. -. Lo último que trataré
de aclarar aquí, y ello debe recordarse, es que en relación
con los tres planos [e510]inferiores
y sus muchos grupos de devas, sus opuestos
polares han de encontrarse en los grandes devas de los tres
planos más elevados.
Divino
ler. Éter Cósmico
Fuego Primordial
Plano Mental
Fuego.
Monádico
2do. Éter Cósmico
Akasha
Plano Astral
Luz Astral
Espiritual o Átmico
3er. Éter Cósmico
Éter
Plano Físico
Éter.
El tipo particular de fuerza diferenciada que ellos representan, cuando
son llevados a la unión recíproca, constituye la causa de
la concreción o apariencia, en tiempo y espacio, del cuerpo físico
denso. Esto debería ser cuidadosamente considerado, junto con el
hecho muy interesante de que en el cuarto plano de nuestro sistema (el
cuarto éter cósmico o plano búdico) tenemos la esfera
de ciertos sucesos ocultos que sólo pueden ser insinuados, porque
su verdadero significado es uno de los secretos de la iniciación.
Constituyen un aspecto del plan del Logos con el que pueden entrar en
contacto directo quienes han expandido adecuadamente su conciencia.
[i627]En
el plano búdico o cuarto éter cósmico es donde:
Los planetas sagrados desempeñan su
función.
El hombre actuará cuando oportunamente
se libere del triple hombre inferior.
El verdadero significado de las palabras divino
Hermafrodita llegará a comprenderse.
Predomina la fuerza vital, siendo uno de los
planos de la procreación.
El hombre por primera vez comprenderá
y empleará su relación con los devas.
Verá la fructificación del proceso
evolutivo de los dos sistemas solares combinados.
Tiene lugar la emanación de todos los
Avatares planetarios.
Los Hombres celestiales reciben la primera
Iniciación.
Se comprende el verdadero significado interno
del Sol.
Nada más puedo decir, pero un detenido análisis de lo que
he expuesto puede proporcionar cosas de gran significado a quienes estudian
el macro y el microcosmos.
c. Los Devas y los Planos.
Notas preliminares. Hemos considerado en términos amplios
y generales los diversos tipos de fuerza que animan a la sustancia dévica
y su origen. Ahora podemos estudiar más específicamente
los entes dévicos en sus distintos grupos, habiendo ya sentado
los fundamentos en relación con ellos.
En esta parte del tratado los estudiantes han de recordar que no estamos
considerando a esos constructores de desarrollo [e511]involutivo que figuran en la literatura
teosófica y ocultista como las esencias elementales. Nos ocupamos
de los que están en el arco evolutivo, agentes del fuego cósmico,
mientras que los constructores menores son específicamente agentes
de las fuerzas solar y lunar. La fuerza solar contiene las variadas diferenciaciones
de la triple fuerza cósmica al manifestarse dentro del sistema
[i628]solar.
La fuerza solar puede también ser denominada (en lo que se refiere
a la facultad creadora y constructora del hombre) fuerza planetaria, pues
cada ser humano (sea adepto u hombre común) construye y crea sus
formas mentales -consciente o inconscientemente- dentro de las esferas
planetarias en los tres mundos.
Ahora deberá hacerse un considerable número de clasificaciones,
pues sólo es posible y conveniente exponer ciertos hechos, nombres
y delineamientos que pueden ser demostrados únicamente por medio
de la Ley de Analogía o Correspondencia, ley que proporciona la
clave de la compresión. La diferenciación fundamental en
el sistema solar es la siguiente:
Agni
Fuego eléctrico
Espíritu
El Sol
Energía.
Surya
Fuego solar
Vishnu
El Sol central espiritual
Luz
Brahma
Fuego por fricción
El Sol físico (visible)
Fohat.
Como fuego eléctrico el Logos es la manifestación
de los siete aspectos de la Voluntad, el impulso o propósito espiritual.
Como fuego solar es la manifestación de los siete Rayos
o la Luz de la Sabiduría, la Conciencia irradiando a través
de la forma.
Como fuego por fricción es la manifestación de los
siete Hijos de Fohat, los siete grandes fuegos o el calor activo de la
sustancia inteligente.
Estos tres aspectos del Dios de Fuego y del fuego de Dios, constituyen
las tres Entidades de la Trinidad logoica, y a su vez cada una se manifiesta
por intermedio de otras siete Entidades formando manifestación
total.
El séptuple fuego eléctrico. Los siete tipos de existencias
espirituales o los siete Espíritus ante el Trono en Su fundamental
esencia, fuerza o voluntad dinámica que reside detrás de
toda manifestación. Constituyen en su propio plano, en sentido
peculiar, la Joya del Loto logoico, [i629]de allí que nuestra inteligencia
no pueda concebirlos en este sistema solar, pues no se revelan hasta que
el Hijo sea hecho perfecto o la conciencia logoica haya despertado
plenamente. Esotéricamente son los Espíritus de la
Oscuridad.
El séptuple fuego solar. Los siete Hombres celestiales,
la suma [e512]total de la Luz, los siete Rayos de manifestación
del Sol espiritual. En tiempo y espacio estos siete Rayos de Luz se convierten
en nueve (los tres principales que con el tercero representan el siete),
constituyendo esotéricamente los nueve pétalos del Ego logoico
y, cuando se manifiesta en Su vehículo físico, los Hijos
de la Luz.
El séptuple fuego por fricción. Los siete hermanos
de Fohat. Las siete manifestaciones de la electricidad o los fenómenos
eléctricos. Son los siete Señores Raja o Devas de los siete
planos; los siete Fuegos o estados de actividad por los cuales se expresa
la conciencia. Constituyen los vehículos de la conciencia y las
siete vibraciones. Esotéricamente son los Hermanos de la
energía.
Por lo tanto, será evidente que la suma total de la manifestación
logoica tal como puede observarse que existe en tiempo y espacio es:
Siete Espíritus
séptuple voluntad.
Siete Rayos
séptuple cualidad o psiquis.
Siete Señores Devas
la fórmula séptuple.
Los últimos son literalmente las siete espirillas o vibraciones
de fuerza dentro del átomo físico permanente logoico.
Es necesario recordar esto cuidadosamente y meditar sobre ello. Los
siete Rayos constituyen la suma total de la naturaleza síquica
del Logos cuando irradian a través de Su forma física -Sus
siete cualidades, el cúmulo de deseos que ha expresado la naturaleza
amor. Los siete Espíritus constituyen la suma total de Su aspecto
Voluntad de ser, la Vida sintética de Su manifestación total,
lo que determina la duración [i630]de la forma y su evolución durante
todo el tiempo que el Ego logoico trata de existir físicamente.
Para extender aún más la similitud o analogía y tener
presente la semejanza que existe entre el desarrollo micro y macrocósmico
tenemos:
Los siete Espíritus que encuentran Su incentivo originador
en los niveles mentales inferiores cósmicos,
en la Joya en el Loto logoico,
en el plano átmico cósmico.
Los siete Hombres celestiales se hallan en la línea de fuerza
que proviene
del plano astral cósmico,
del loto logoico de nueve pétalos,
del plano búdico cósmico (los
siete Rishis de la Osa Mayor).
Los siete Hijos de Fohat encuentran su fuerza vital que emana
de los átomos permanentes logoicos
(dentro del cuerpo causal),
de los niveles mentales superiores cósmicos.
Sin embargo, estos tres son sólo expresiones de la Existencia
Una, pues detrás del Logos, en encarnación física,
se encuentra la Mónada Logoica, expresándose por intermedio
del Ego logoico y su reflejo, la Personalidad logoica.
Todas estas Esencias espirituales son Entidades autoconscientes individualizadas;
las Vidas ardientes son Existencias vitales, reales y conscientes.
Así vemos al Logos que se manifiesta como Unidad, sin embargo
es Tres en Uno; también vemos la triple Unidad que se diferencia
en las siete grandes Vidas, conteniendo dentro de Si misma todas las
vidas menores.
Ahora estudiaremos otra amplia diferenciación: [i631]
Los siete Fuegos forman los cuarenta y nueve
Fuegos.
Los siete Hombres celestiales se manifiestan
por intermedio de cuarenta y nueve Rayos menores.
Los siete Espíritus se presentan como
cuarenta y nueve Existencias.
Sería inútil llevar este concepto más adelante en
conexión con el aspecto Espíritu. Del Espíritu en
sí nada podemos conocer, y sólo es posible mencionar los
cuarenta y nueve(1) Manues solares (cada uno de los Hombres celestiales
se expresa en el plano físico por intermedio de siete Manues).
Por consiguiente, al considerar estos temas tan abstractos. únicamente
nos ocuparemos de los siete Rayos de Luz u Hombres celestiales y de los
siete Fuegos.
Cada uno de los siete Rayos de Luz se divide en siete, convirtiéndose
en cuarenta y nueve aspectos de la naturaleza síquica logoica,
tal como se expresa en el plano físico cósmico, y cada uno
de los siete Fuegos se manifiesta como siete Fuegos menores, constituyendo
los cuarenta y nueve Fuegos a los cuales se refiere H. P. B. en La
Doctrina Secreta. (2) Cada uno de los siete Hombres celestiales se
manifiesta por intermedio de siete Entidades menores que forman los centros
síquicos del vahan o vehículo logoico. Cada uno de los siete
Fuegos o Señores Devas de un plano se manifiesta por intermedio
de siete devas menores que forman el fuego central y la conciencia de
la sustancia de un subplano. Ahora nos referiremos a su interacción
y trabajo mutuos, es decir, estudiaremos la materia cuando, siendo afectada,
se construye con ella una forma por medio del Pensamiento divino o Voluntad. [e514]No tengo la
intención de considerar los Fuegos superiores (los Señores
de los cuatro planos superiores), pues sólo es de valor para nosotros
[i632]estudiar
el proceso de construcción de formas mentales en los tres mundos
por medio de las esencias dévicas, las cuales son vitalizadas y
manipuladas por los Constructores, los Dhyan Choanes, los Hombres celestiales,
mediante la fuerza de sus Vidas, el conocimiento que poseen de la Voluntad
o propósito logoico y el poder de Sus naturalezas síquicas.
De esta manera, están abocados en Construir el cuerpo físico
logoico y en llevar a cabo Sus planes en ese cuerpo, cumpliendo así
el propósito para el cual Él encarnó. Su trabajo
es mucho más importante pues lo realizan principalmente en los
niveles cósmicos, pero de algún modo esto nos concierne
a nosotros y es todo lo que podemos captar. En los tres mundos del esfuerzo
humano el hombre realiza dos trabajos:
Primero. La construcción de su cuerpo de manifestación,
un cuerpo triple.
Segundo. La construcción de formas mentales con materia mental,
las vitaliza con el deseo y las mantiene dentro de su aura, construyendo
de este modo un pequeño sistema propio.
El hombre y los Hombres celestiales trabajan con sustancia dévica,
colaboran con los devas, manifiestan voluntad, cualidad síquica
y actividad inteligente cuando realizan su trabajo, pero hay una diferencia
entre ambos no sólo de grado sino de conciencia. Por lo general
el hombre trabaja inconscientemente. Los Hombres celestiales trabajan
conscientemente en niveles cósmicos la mayor parte del tiempo.
He aquí una sugerencia respecto a la etapa de evolución
de nuestros Logos.
Esto es realmente difícil, porque el tema es muy abstruso y profundo.
Dejaremos de lado estas ideas fundamentales y nos abocaremos más
específicamente al estudio de los devas, los cuales nos conciernen
en forma más inmediata, o con los tres grupos que he delineado
-los Agnichaitas, los Agnisuryas y los Agnishvattas. Éstos se relacionan
principalmente con la evolución del cuerpo denso del Logos, los
subplanos gaseoso, líquido y denso del [i633]físico cósmico, o con los
tres mundos del esfuerzo humano; con la radiación magnética
del Logos a través de Su vehículo físico y con las
emanaciones radiantes del Hombre celestial particular, que se expresa
por medio de nuestro planeta. Finalmente se relacionan con la evolución
de la conciencia (3) y en los tres mundos y, particularmente, con la individualización
de la unidad de conciencia humana y la vitalización de [e515]centros en el cuerpo del Hombre celestial
con el cual estamos peculiarmente relacionados.
Ahora consideraremos el tema referente a los devas del fuego del plano
físico, esos grandes devas constructores que realizan los propósitos
del Logos en su cuerpo físico denso. Aclaremos nuestras ideas esta
materia lo mejor posible y la categoría de estos aparecerá
a simple vista en la siguiente clasificación:
Nombre
Plano Cósmico
Plano del sistema
Naturaleza
Regente
Agnichaita
7º subplano físico cósmico
Físico
Concreción
Kshiti
Agnisurya
6º subplano físico cósmico
Astral
Liquido
Varuna
Agnisvatta
5º subplano físico cósmico
Mental
Gaseoso
Agni
Los Agnichaitas son devas que construyen y erigen con materia del
tipo más denso en relación con la manifestación logoica.
Actúan en el séptimo subplano del plano físico cósmico
y producen mayor concreción. En el cuerpo planetario de nuestro
Logos planetario constituyen los constructores de la Tierra, la forma
más densa del Logos y la suma total de la actividad y vibración
de todo el sistema solar [i634]que se demuestra por medio de lo que
llamamos sustancia sólida.
Por lo tanto se evidencia que, de acuerdo a la ley, producirán
un efecto peculiarmente poderoso en el subplano inferior del plano físico
del sistema; de allí su denominación esotérica de
Agnichaitasdel calor interno o central. Constituyen
la totalidad de las vibraciones inferiores en el vehículo físico
cósmico.
Los Agnisuryas son los constructores en el sexto subplano del físico
cósmico, nuestro plano astral del sistema. Como ya he señalado
representan al sistema nervioso simpático del cuerpo físico
logoico, exactamente como sus hermanos de la séptima vibración
representan la suma total del sistema circulatorio o sanguíneo.
Un indicio para el estudiante que se interese en descubrir la clave psicológica
reside en la relación que existe entre los dos grandes grupos de
devas que erigen y construyen la parte más objetiva de la manifestación
logoica y los dos grupos de corpúsculos que, en su interacción,
mantienen al cuerpo sano; existe también una analogía entre
los devas del plano astral y los nervios sensitivos y motores del cuerpo
físico. No me extenderé más sobre este concepto.
Estos devas tienen que ver, en sentido muy esotérico, con los plexos
nerviosos del
y constituyen, por lo tanto, un poderoso factor en la vitalización
eventual de los centros del hombre. Los centros etéricos o los
puntos focales de fuerza de un Hombre celestial, se hallan en el cuarto
éter cósmico, el plano búdico. El plano astral
está estrechamente ligado al búdico y cuando los centros
etéricos de nuestro Hombre celestial, por ejemplo, llegan a su
plena actividad, la fuerza es transmitida, por intermedio de su analogía
astral, [i635]al cuarto éter físico,
en el cual existen los centros del hombre.
Los Agnishvattas son los constructores en el quinto subplano
o gaseoso, del físico cósmico y -desde el punto de vista
humano- constituyen los de mayor importancia, pues son los constructores
del cuerpo de la conciencia en sí. Desde el punto de vista
síquico de la fisiología oculta, tienen una estrecha relación
con el cerebro físico, el asiento o imperio del pensador y, como
en esta etapa todo lo que podemos conocer debe ser considerado en forma
kama-manásica, se evidenciará que entre el sistema nervioso
simpático y el cerebro hay una interacción tan estrecha
que se convierte en un todo organizado. Esta analogía microcósmica
es interesante, pero al estudiar ahora estos grupos de devas, los consideraremos
principalmente en su trabajo como constructores del sistema y planetarios,
dejando que el estudiante establezca por sí mismo la analogía
humana, de esta manera aprenderá. Habiendo señalado ciertas
líneas de pensamiento. tomaremos ahora uno por uno estos grupos
y los consideraremos.
Los Agnichaitas - Devas del Plano Físico
Estos devas son la suma total de la sustancia del plano físico.
Como sabemos, este plano se divide en dos partes:
Los cuatro éteres, cuatro subplanos.
Lo concreto comprobable o los tres subplanos densos. Tenemos aquí
una subdivisión del séptimo subplano del plano físico
cósmico lo cual hace que el plano de la manifestación
inferior se divida en cuarenta y nueve subplanos o estados de actividad.
Para los propósitos del trabajo activo, los devas del sistema
se dividen en cuarenta y nueve grupos -los cuarenta y nueve fuegos.
Los Agnichaitas a su vez se dividen también en cuarenta y nueve
grupos reflejando de esta manera al todo. [i636]
El Señor Raja. Kshiti. La vida del plano físico.
Tres grupos de Agnichaitas se ocupan de:
La fuerza o energía de la sustancia
física. Ese aspecto eléctrico que produce actividad.
La construcción
de formas. Produce la unión de la [e517]sustancia negativa y positiva,
trayendo así a la existencia, en su significado exotérico
y común, todo lo que se puede ver y tocar.
El calor interno de la sustancia que nutre
y causa la reproducción Los tres grupos constituyen estrictamente
el aspecto madre.
Estos tres grupos también se subdividen
en siete grupos que forman la materia de cada subplano, considerando
a esa materia como elcuerpo de manifestación de uno de
los siete devas por medio del Señor Raja del plano se manifiesta.
Estos siete grupos se dividen nuevamente en siete, formando cuarenta
y nueve.
Los tres grupos funcionan de la manera siguiente:
Grupo A. En el primer subplano. Suma total de la materia atómica
en el plano físico.
Grupo B. En los subplanos etéricos segundo, tercero y cuarto.
Constituyen la sustancia de esos planos, los transmisores de prana,
por intermedio de los cuales el prana fluye hacia los aspectos más
concretos del vahan o vehículo denso logoico.
Grupo C. En los tres subplanos inferiores; los devas que constituyen
la esencia de todo lo tangible, visible y objetivo.
Los estudiantes deben establecer una verdadera distinción entre
los centros y el resto del cuerpo cuando analizan la construcción
del cuerpo del Logos solar o de un Logos planetario.
[i637]Los
centros están aliados o relacionados con la conciencia y compuestos
de unidades autoconscientes -las Mónadas humanas. El del cuerpo
está compuesto de sustancia dévica y sin embargo ambas
forman una unidad. Por lo tanto, las unidades dévicas son numéricamente
superiores a la humana, siendo también femenina y negativa la
sustancia dévica, y masculina la Jerarquía humana. Por
medio de la actividad positiva de los centros, la sustancia dévica
negativa es influenciada, construida y energetizada. Esto es verdad
que se refiere a un Logos solar, a un Logos planetario y a un humano.
Por eso tres tipos de fuerza actúan sobre, o a través
de estos devas:
La fuerza que energetiza a los devas del
primer subplano, el atómico. Ésta emana directamente
del primer aspecto de Brahma o Agni, considerado como una Entidad
autoconsciente, la tercera Persona de la Trinidad logoica y por
consiguiente, el Espíritu, el Alma y el Cuerpo mismo en Su
Naturaleza esencial separada. [e518]
La fuerza que energetiza a los devas constructores
o grupos que construyen formas; esto proviene del segundo aspecto
de Brahma, siendo el prana que surge del Sol físico y actúa
bajo la Ley de Atracción.
La fuerza que energetiza a los devas de
los tres órdenes inferiores que emanan de Brahma en Su tercer
aspecto. Así, mediante la fuerza dual o los aspectos de la
materia misma. interactuando entre sí, se producen las formas
más densas. Sin embargo, los tres tipos de fuerza funcionan
come uno solo.
Grupo C. Agnichaitas. Al considerar los grupos de Agnichaitas
debemos recordar que se trata de la manifestación del Logos,
de la cual ya se ocupa la ciencia exotérica; en lo que respecta
a este grupo, la ciencia ya está progresando bastante y acumulando
conocimiento; resta ahora a la ciencia [i638]reconocer la naturaleza entificada
(4)(5) de la sustancia y así explicar la vida que energetiza
la sustancia de los tres subplanos inferiores. Este reconocimiento,
por parte de la ciencia, de que todas las formas están construidas
de vidas inteligentes, tendrá lugar cuando la ciencia de la magia
esté nuevamente en auge y las leyes del ser sean mejor comprendidas.
[e519]Es
magia cuando una vida mayor maneja las vidas inferiores, cuando el científico
comience a trabajar con la conciencia que anima a la sustancia (atómica
o electrónica) y cuando controle conscientemente las formas construidas
con dicha sustancia, conocerá gradualmente el hecho de que entes
de todas graduaciones y distintas constituciones son utilizadas para
construir lo visible. Esto no sucederá hasta que la ciencia haya
admitido definitivamente la existencia de la materia etérica
tal como la comprende el ocultista y establecido la hipótesis
de que el éter posee distintas vibraciones. Cuando a la contraparte
etérica de todo lo que existe se le adjudique el lugar que le
corresponde y se la considere de mayor importancia en la escala del
ser que el vehículo denso y que es esencialmente el cuerpo de
la [i639]vida o vitalidad, la función
del científico y del ocultista se fusionarán.
H. P. B. ha (6) dicho que el físico denso no es un principio;
ciertamente se pasa por alto este punto en lo que se refiere hombre
y al Logos. Su importancia no puede ser lo suficientemente comprendida
pues su efecto consiste en transferir el punto de centralización
o polarización en su cuerpo etérico, compuesto, el caso
del hombre, de materia de los cuatro subplanos superiores del plano
físico del sistema y, en el caso del Logos, de materia de los
cuatro subplanos superiores del plano físico cósmico.
El tema es de gran complejidad pues significa que debe comprenderse,
desde el punto de vista del ocultista, que la vibración inferior
la cual puede relacionarse es la etérica del sistema con cuatro
vibraciones menores afines; en forma análoga, macrocósmicamente,
la vibración logoica inferior con la cual se relacionan los adeptos
avanzados es la etérica cósmica. Las tres vibraciones
inferiores del sistema y del cosmos son el resultado de:
Vibración refleja de parte de la sustancia negativa, pues
los tres inferiores son negativos para los cuatro superiores.
Vibración sincronizada inherente a la sustancia negativa,
restos de un sistema anterior que personifica el karma anterior del
Logos y del hombre.
Vibraciones reemplazadas gradualmente por la imposición de
una nota más elevada, por consiguiente, tanto para el hombre
como para el Logos forman ocultamente el cuerpo de muerte.
Esto nos conduce al tema que en realidad queremos dilucidar respecto
a este tercer grupo de devas inferiores. En lo que se refiere al hombre
son muy destructivos, pues constituyen la última [e520]y por ende la poderosa vibración
del sistema anterior, la actividad consciente de la materia densa. De
allí que la afirmación [i640]de que el hombre está a merced
de los elementos encierra una gran verdad. El fuego puede físicamente
quemar al hombre y destruirlo se halla inerme ante la acción
volcánica y no puede protegerse contra los estragos del fuego,
salvo en las etapas iniciales de tal esfuerzo dévico. La importancia
oculta de la lucha que el hombre libra contra los devas del fuego por
ejemplo, es muy real, como puede observarse en la lucha que libra el
cuerpo de bomberos en cualquier ciudad. Aunque todavía está
lejano, llegará con toda seguridad el día en que el personal
de dichos cuerpos será elegido por su capacidad para controlar
a los Agnichaitas cuando se manifiestan destructivamente, y no emplearán
el método del agua (es decir llamar a los devas del agua para
neutralizar a los devas del fuego), sino que utilizarán el método
de conjurar y poseerán conocimiento de los sonidos con el cual
pondrán en acción fuerzas que controlarán a los
elementos ígneos destructivos.
El tercer grupo de estos devas está muy relacionado con el control
que ejerce el departamento del Manu y con los grandes devas asociados
a dicho departamento en este planeta. Debido a la actividad que despliegan
durante ciertos ciclos, cambian toda la superficie de la Tierra mediante
la acción volcánica; continentes surgen y se sumergen;
los volcanes están activos o pasivos, y así el mundo es
purificado por el fuego. En su correspondiente sector estos Agnichaitas
se mantienen activos, construyendo formas minerales por medio del fuego;
son los alquimistas de las regiones inferiores, y mediante el contacto
y el conocimiento de 'palabras' por las cuales son controlados, los
futuros alquimistas científicos (en contradicción con
los alquimistas idealistas del pasado) trabajarán con los minerales
y con las vidas corporificadas en todas las formas minerales.
El secreto de la transmutación de los metales comunes en oro
será revelado cuando las condiciones del mundo sean tales que
al oro no se lo considere el metal patrono y por ende su libre fabricación
no conducirá al desastre, y [i641]cuando los científicos trabajen
con el aspecto vida o con la vida eléctrica positiva y no con
el aspecto sustancia o forma.
Hemos visto que el trabajo del grupo inferior de Agnichaitas consiste
en construir continentes por medio del fuego, purificar por su intermedio
durante ciclos alternados y fabricar los metales y los minerales. Se
relaciona también con el cuidado de los fuegos del hogar, o esos
fuegos que calientan, alegran y producen condiciones habitables en un
planeta e incidentalmente en un hogar. Esto es de importancia vital,
pues significa que están vinculados [e521]por los fuegos básicos centrales
de las entrañas de la Tierra, con el fuego básico central
que nutre y calienta a las formas físicas de todos los reinos
de la naturaleza y, en consecuencia, con el fuego kundalínico
en la base de la columna vertebral del hombre individual.
No Es aconsejable extendernos más sobre sus funciones. Debe observarse
que hay menos que decir en relación con el aspecto materia que
sobre la conciencia y el aspecto hilozoístico de la manifestación.
La razón consiste en que la ciencia exotérica está
investigando, lenta pero firmemente, la naturaleza de los fenómenos
y descubriendo por sí misma el carácter de la manifestación
eléctrica. La lentitud del descubrimiento reside la seguridad.
No es conveniente ni correcto todavía que la verdadera naturaleza
de estos distintos poderes y fuerzas sea completamente conocida; por
lo tanto sólo podemos indicar ciertas líneas amplias y
generales. A su debido tiempo, cuando la familia humana esté
centrada en la naturaleza superior y no en la inferior y cuando la fuerza
de los planos superiores puedan imponerse con mayor facilidad sobre
la inferior, los hechos relacionados con estas Vidas y estos Constructores,
sus métodos de trabajo y las leyes de su ser serán conocidos.
Hoy el conocimiento produciría dos resultados: primero, pondría
a la familia humana bajo el poder (aún ciego y destructivo) de
[i642]ciertos
elementos de naturaleza análoga a la del cuerpo físico.
Esto traería como consecuencia la destrucción de la forma
o se llegaría a la parálisis y a la demencia en gran escala.
Segundo, se pondría el poder en manos de ciertos Hermanos del
Sendero (7) izquierdo y de un determinado número de magos inconscientes
(de los cuales hay bastantes que lo emplearían sólo para
fines egoistas, malignos y materialistas. Por eso no es conveniente
mas información acerca de esta sustancia física densa
y de los que la corporifican. Los Agnichaitas del tercer grupo son todavía
para el hombre una amenaza y sólo pueden ser manejados en forma
grupal y en amplia escala por el guía del departamento del Manu
mediante sus propios regentes -ciertos devas que poseen un desarrollo
igual a la sexta Iniciación.
La Jerarquía oculta de nuestro planeta se dedica principalmente
a desarrollar la autoconciencia en el hombre y a interpretar inteligentemente
los acontecimientos de la Naturaleza; a colaborar sabiamente con las
Fuerzas constructoras de la naturaleza, siendo [e522]el objeto de su principal esfuerzo
la vitalización y la actividad de los centros en el Hombre celestial
de nuestro planeta y en los entes individuales de la familia humana.
La Jerarquía oculta es un gran centro de fuerza, pues los centros
coronario, cardíaco y laríngeo del Hombre celestial, funcionan
al unísono. Paralelamente a las actividades que desarrolla en
la línea de la conciencia (y principalmente con la conciencia
o inteligencia cuando se manifiesta en el tercero o cuarto reinos) se
encuentra una gran jerarquía de devas que se dedica a desarrollar
esa parte del cuerpo de un Hombre celestial que incluye los centros
activos. Quizás alguna idea de lo que trato de exponer [i643]podrá extraerse de una ilustración.
La Jerarquía oculta se ocupa de abrir el Loto de nueve pétalos
en el Hombre celestial y en el hombre (realizándolo por medio
de la acción refleja entre el físico cósmico y
el mental cósmico), mientras que la gran Jerarquía dévica
se ocupa de los átomos permanentes, del cuerpo egoico y del desarrollo
de las espirillas. De esta manera, el estudiante inteligente percibirá
y comprenderá, macro y microcósmicamente, la función
de los Agnichaitas de las hogueras.
Grupo B. Agnichaitas: Al encarar el tema del Grupo B o segundo grupo
de Agnichaitas nos ocuparemos de ese importante grupo de devas denominados
en algunos libros los devas de las sombras. Su función
es principalmente cuádruple y constituye la base del movimiento
o actividad en todos los planos, actividad producida por la interacción
de los aspectos negativo y positivo de Brahma, el Dios manifestado.
Primero, son los que construyen el cuerpo etérico de todas las
existencias sensibles y principalmente el cuerpo etérico de todos
los hombres.
Segundo, son los que trasmiten prana.
Tercero, desempeñan una función muy definida en el proceso
evolutivo, la de vincular los cuatro reinos de la naturaleza, siendo
esencialmente los que transmutan y transmiten lo inferior a lo superior.
Construyen entre cada reino -mineral, vegetal, animal y humano- lo que,
en cada caso, corresponde al antakarana o puente que une al manas superior
con el inferior, el canal que transmite la vida desde el reino humano
inferior al espiritual o superior. Se hallará que entre cada
una de las diferentes etapas de conciencia (desde la subconsciencia
pasando por la autoconciencia hasta la superconciencia) hay un período
en que se establece el vínculo y se construye y erige el puente,
llevándose a cabo por intermedio de [i644]ciertos grupos de devas en todos los
planos. Los tres grupos tienen su contraparte en el plano físico,
y su trabajo se efectúa paralelamente en los niveles superiores.
Deberecordarse que el [e523]trabajo de tender el puente de una
etapa a otra o de un reino a otro se ha de realizar bajo las condiciones
siguientes:
Como resultado de un impulso que emana de
lo inferior, se origina en el deseo activo de lo inferior por abarcar
o entrar en contacto con lo superior. Esto es de gran importancia,
pues todo progreso debe ser autoinducido, autoiniciado y el resultado
de una actividad interna.
Como resultado de la acción refleja
de la etapa o reino superior, realizándose mediante la actividad
de lo inferior, e invocando respuesta de lo superior. Debe recordarse
que toda vibración es transmitida por ondas de sustancia
viviente.
Como resultado de un estímulo foráneo
producido por la actividad de ciertos poderes conscientes interesados
en el proceso del desarrollo evolutivo.
Estas condiciones pueden observarse durante el proceso en que el hombre
recibe la iniciación y pasa del cuarto reino al reino espiritual.
Sus esfuerzos deben ser autoinducidos o el resultado de su empeño
autoconsciente; dichos esfuerzos obtendrán respuesta de su superconciencia,
el aspecto átmico o Espíritu, y más adelante los
custodios de los Ritos de Iniciación ayudarán a esta interacción
dual. Sin embargo, los tres efectos se sienten en Espíritu-materia,
siendo todo regido por la ley de vibración, que constituye textualmente
la respuesta de la sustancia dévica a la fuerza que emana desde
una fuente consciente o inconsciente.
Cuarto, estos devas de las sombras realizan ciertas actividades
interesantes y variadas, pero [i645]tan diversas que es casi imposible enumerarlas.
Podríamos tratar brevemente de describir algunas de estas funciones,
recordando que lo que puede decirse acerca de ellas en el plano físico,
puede también atribuirse a sus analogías en todos los planos.
Podemos dejar que el estudiante lo analice, encomendándole tener
presente que aquí nos ocupamos de los devas del arco evolutivo,
pudiendo clasificarse entre muchos otros, en los siguientes tipos:
ler. tipo. Los agentes especiales que se ocupan de la magia. Son peculiarmente
susceptibles a las vibraciones constructoras de los siete rayos.
2do. tipo. El grupo de Agnichaitas que se manifiesta como electricidad
en el plano físico. Este grupo comienza a ser controlado por el
hombre quien lo dominará cada vez más.
3er. tipo. El grupo que constituye el aura de la salud, ya sea colectiva
o individual, en los tres reinos intermedios de la naturaleza (vegetal,animal y humano). El hombre entra en contacto [e524]con ellos por medio de la medicina, y
ya empieza más o menos a reconocerlos. Uno de los grandes errores
que ha cometido la familia humana ha sido administrar al hombre drogas
minerales para propósitos medicinales. Esto ha dado por resultado
una combinación de sustancias dévicas que no estaban destinadas
a ello. La relación del hombre con los reinos inferiores, especialmente
con el animal y el mineral, ha dado lugar a una condición peculiar
en el mundo dévico, tendiente a complicar la evolución dévica.
El empleo de alimentos animales (y en menor grado la aplicación
de los minerales como medicina) ha producido una mezcolanza de sustancia
dévica y de vibraciones que no se sintonizan entre sí. El
reino vegetal está en una situación totalmente diferente,
y parte de su karma consiste en proveer alimentos al hombre; esto ha dado
por resultado una necesaria transmutación de la vida [i646]de ese reino a la etapa superior (la
animal que es su meta). La transmutación de la vida vegetal ocurre
necesariamente en el plano físico. De allí su disponibilidad
como alimento. La transmutación de la vida animal al reino humano
tiene lugar en niveles kama-manásicos. A eso se debe que no esté
disponible, entendido esotéricamente, el animal como alimento para
el hombre. Éste es un argumento en favor de la vida vegetariana
que es necesario considerar.
4to. tipo. Un tipo muy importante de devas etéricos (en cuanto
al hombre concierne) constituye definitivamente la sustancia de su centro.
Ocupan esa posición por razones kármicas y son, desde muchos
puntos de vista, algunos de los devas de las sombras más altamente
evolucionados. Se caracterizan por su capacidad de responder, en manera
especial, a una serie particular de vibraciones planetarias y, en su esencia
fundamental y en la propia esfera peculiar, capacitan al hombre para que
reaccione al estímulo de rayo. Cada centro está influenciado
por uno de los planetas. En esto reside la capacidad que posee el hombre
para eventualmente armonizar -por medio de sus centros- con la séptuple
alma del mundo.
5to. tipo. Tenemos aquí un grupo muy importante de devas que están
peculiarmente activos y dominan esotéricamente durante esta ronda;
son los Agnichaitas que constituyen el centro, en la base de la columna
vertebral, que vibra al ritmo del kundalini en sus variadas formas y manifestaciones.
En dicho centro se despliegan eficazmente las dos polaridades, pues los
pétalos del centro, asiento del kundalini y del fuego o vitalidad
que los anima, son recíprocamente negativos y positivos. Este centro
existe en una u otra forma en todos los seres sensibles, y de él
depende en gran parte [i647]
la perpetuación de la especie o reproducción
en cualquiera de los otros planos.
Sería interesante observar aquí que este centro constituye literalmente
una cuádruple irradiación y la Cruz del Espíritu
Santo, siendo su símbolo la cruz de brazos iguales. Este
loto de cuatro pétalos es el resultado de la evolución.
En el primer reino de la naturaleza, el mineral, a través del
cual se manifiesta una entidad específica, dicho centro constituye
una unidad en niveles etéricos, pues sólo puede verse
un pétalo. En el reino vegetal, considerado como la expresión
de una gran Existencia, dos pétalos están entrando en
actividad. En el tercer reino, el animal, se hallará que el centro
de la base de la columna vertebral tiene tres pétalos, mientras
que en el hombre el loto vibra en forma cuádruple. En cada iniciación
del gran Ser, que se manifiesta por intermedio de nuestro planeta, uno
de esos pétalos se abre en los niveles etéricos, de manera
que durante la individualización los cuatro se hacen activos
y Su actividad autoconsciente es llevada al plano físico. La
analogía puede verse ejemplificada en Su gran Iniciación,
que tuvo lugar en la cuarta ronda y en la tercera raza raíz;
la analogía entre el tercer reino y el cuarto y su producto,
el siete esotérico, es una de las líneas de estudio que
ha de seguir el ocultista.
Cuando los pétalos de los centros etéricos vibran o se
produce una unificación en sustancia dévica, tiene lugar
una aceleración en los niveles afines del cuerpo etérico
cósmico del Logos planetario y del Logos solar. Se evidencian
ciertas analogías en los pétalos del loto egoico de los
diferentes entes de la familia humana y (en niveles cósmicos)
en los cuerpos egoicos solar y planetario. Debe tenerse en cuenta también
que dichos centros básicos, en los cuales se oculta el [i648]fuego kundalínico, se encuentran
en las Existencias a medida que actúan en cuerpos físicos
en:
Un Logos solar.
Un Logos planetario.
Esas Entidades que son la suma total de la conciencia cuando
ésta se expresa a través de los diferentes reinos
de la naturaleza -manifestándose por intermedio de ellas
como un hombre se manifiesta mediante su cuerpo.
El Señor de una cadena.
El Señor de un globo.
Ciertos Seres que constituyen la vida de grupos específicos.
Son esotéricos, y Su función es uno de los secretos
de la iniciación.
El Hombre.
Los animales.
[e526]Aquí,
debe observarse que, en la manifestación logoica, uno de los esquemas
planetarios forma el centro del cuerpo logoico que alberga al kundalini.
Este esquema, cuyo nombre no puede ser revelado todavía, está
totalmente controlado por los devas -allí se encuentran reunidos
los dos grupos de devas, desempeñan su función de animar
al cuerpo físico denso del Logos del mismomodo que el kundalini,
en esta etapa, anima en el hombre a su vehículo físico denso.
Más tarde, cuando el tercer esquema principal asimile la actividad
vital de los cuatro inferiores, el fuego kundalínico se retirará
y se transmutará en la actividad del centro laríngeo logoico.
En la manifestación planetaria, una de las cadenas realiza un trabajo
similar en el proceso evolutivo del Logos planetario. Lo mismo puede decirse
de uno de los globos de una cadena. Por lo tanto, en esta cuarta ronda
puede verse por qué el fuego en la base de la columna vertebral
(considerado en su significado esotérico y en relación con
el Logos y los Logos, y no sólo con el hombre) desempeña
una parte muy predominante al estimular [i649]el Cuaternario logoico o Su yo inferior.
Aquí reside el misterio del mal, el origen del actual sufrimiento
y la base de la experiencia planetaria. El fuego kundalini en el cuerpo
logoico realiza su actividad culminante cuando estimula Su cuerpo físico
-nuestros tres planos inferiores del sistema y los cuatro pétalos
de ese centro particular están entrando en plena actividad en esta
cuarta ronda, Se ha de recordar que El constituye la suma total de todos
los centros en manifestación y el conglomerado de los fuegos del
kundalini en cada sector de la naturaleza. Las dificultades y al mismo
tiempo la esperanza de nuestro planeta reside en este hecho. El centro
etérico de nuestro Logos planetario por estar constituido de materia
del cuarto éter cósmico (el plano búdico) estimula
en la actualidad a Su cuaternario inferior, los tres mundos del esfuerzo
humano; allí se halla la dirección que sigue la fuerza y
en la próxima ronda (cuando las tres quintas parte del reino humano
esté desarrollando el vehículo búdico) el Logos alcanzará
Su punto de equilibrio y el fuego kundalínico será dirigido
hacia arriba.
Esto encierra la clave de muchas cosas. Otra clave que explica las penosas
condiciones imperantes en el mundo (especialmente en el aspecto sexual)
reside en el hecho de que los entes de la familia humana que contribuyen
a constituir este particular centro, frecuentemente se hipervitalizan;
la vitalidad del vehículo físico les indica la línea
de menor resistencia. En otras palabras: Las fuerzas dévicas que
forman el centro y también su actividad, por ahora dominan excesivamente,
y el poder que adquirieron en el [e527]sistema solar anterior no ha sido transmutado
todavía en poder espiritual.
En lo que antecede han sido considerados algunos de los devas de los éteres,
pero, lógicamente, no se mencionaron a muchos otros. Se evidenciará
la vastedad del tema si se recuerda que, cuando nos ocupamos de los devas,
tratamos [i650]con aquello que constituye la sustancia
básica de la manifestación o Espíritu-materia, el
aspecto madre o negativo de la dualidad divina y la suma total de todo
lo que existe. Estamos tratando con la forma tangible, empleando la palabra
tangible como aquello que puede ser captado por la conciencia
en cualquiera de sus muchos estados. Debemos comprenden la total imposibilidad
de catalogar las formas y aspectos de la sustancia dévica o de
clasificar los millares de grupos y tipos. Estos tres grupos se hallarán
en todos los planos y constituyen los receptores de fuerza. Una analogía
similar existe entre estos tres grupos de devas, en el plano físico
del sistema, y sus analogías en el plano físico cósmico.
Brevemente indicaré que existen:
Grupo A
El plano de Adi (Atómico del sistema)
Evolución divina.
Grupo B
Los tres mundos de la Tríada (Etérico
logoico)
Evolución espiritual.
Grupo C
Los tres mundos (Físico denso logoico)
Evolución humana.
Aquí hay muchas cosas de interés para el estudiante, pues
esclarece la analogía entre la evolución de la sustancia
y la evolución del espíritu.
Respecto a los devas del Grupo B, poco más puede agregarse. Sólo
es conveniente hacer algunas generalizaciones.
Esto devas, especialmente los del cuarto éter, están tan
estrechamente vinculados al hombre, que uno de los desarrollos más
inmediatos consistirá en llegar a conocer su existencia y el consiguiente
y gradual dominio de los mismos. Este dominio se producirá por
varios motivos, pero sólo será total cuando el hombre pueda
actuar en el cuarto éter cósmico, el plano búdico.
Una de las cosas que la Jerarquía trata de realizar en esta etapa
es demorar el despertar de la humanidad a esta comprensión
pues ese acontecimiento necesitará [i651]grandes reajustes y, al principio, podrá
producir aparentemente muchos efectos maléficos. El desarrollo
del ojo físico se lleva a cabo de acuerdo a la Ley, e inevitablemente
toda la raza humana logrará ese doble enfoque que permitirá
al hombre ver las formas densas y las etéricas. En la etapa actual
su incapacidad para hacerlo reside mayormente en la falta de vitalidad
pránica. Tal resultado se debe principalmente a las malas condiciones
de vida y al abuso de los alimentos. La tendencia general que existe por
lograr condiciones de vida correctas y puras, [e528]el retorno a las costumbres más
simples y sanas, la gran necesidad de higienizarse, de aire puro, de luz
solar y el gran deseo por ingerir alimentos de frutos oleaginosos, darán
por resultado, inevitablemente, una rápida asimilación de
los fluidos pránicos. Esto producirá ciertos cambios y mejoras
en los órganos físicos y en la vitalidad del cuerpo etérico.
Por lo tanto, a los que percibimos algo del Plan se nos insta a difundir
el conocimiento de la Religión de la Sabiduría y, sobre
todo, a romper con los preconcebidos dogmas de la preguerra. Debemos hacer
notar aquí que la guerra fue un gran acontecimiento oculto y produjo
un cambio vital en la mayoría de los planes y arreglos de la Jerarquía.
Ha sido necesario hacer modificaciones y algunos sucesos tendrán
que ser demorados mientras otros serán acelerados. Donde la guerra
produjo sus más vastos efectos fue entre los devas de las sombras
y, principalmente, entre los del cuarto orden. La trama etérica
que protegía a ciertos grupos en los reinos humano y animal ha
sido rasgada en varios lugares y los resultados de ese desastre deben
ser contrarrestados. Otro efecto producido sobre los devas, como resultado
de la guerra, puede verse entre los del Grupo A, que son (en un sentido
oculto) los átomos físicos permanentes de todos los seres
autoconscientes. La cuarta espirilla ha sido enormemente estimulada y
su evolución se ha acelerado [i652]en grado extraordinario, en tal forma,
que en algunos de los hombres menos evolucionados, debido a la tensión
del peligro y de la experiencia, les fue estimulada hasta más allá
de lo que le corresponde a la humanidad común. Mediante el estímulo
de la cuarta espirilla en las unidades de la cuarta Jerarquía creadora
en esta cuarta ronda, en el cuarto globo y en este cuarto esquema, se
ha efectuado un enorme impulso progresivo en el sendero evolutivo, lográndose
uno de los grandes objetivos de la guerra. Un estímulo aún
más tremendo se dio en la cuarta raza raíz durante la guerra
de ese periodo, y el resultado fue que entraron en el Sendero de Iniciación
muchos que ni siquiera normalmente ahora lo hubieran hollado. Un efecto
similar puede esperarse en la actualidad; la Jerarquía se está
preparando para hacerse cargo de muchas cosas de naturaleza extraplanetaria,
debido a la casi inmediata disponibilidad de un número comparativamente
grande de hijos de los hombres. No debe olvidarse que el estímulo
de las espirillas afecta al aspecto materia o sustancia dévica.
El hombre es literalmente sustancia dévica y un Dios, siendo de
esta manera un verdadero reflejo del Logos solar. (8) (9) [e529]
[i653]Grupo
A. Agníchaittas, Hemos visto que,
en todos los planos, los grupos de devas pueden dividirse en tres [i654]grupos principales, aunque usualmente
se estudia la capacidad dual de unidades de [e530]fuerzas involutiva y evolutiva. Hablando
en general, estos grupos pueden ser considerados como:
Representando al aspecto positivo o fenómenos
eléctricos positivos.
Representando al aspecto negativo.
Constituyendo -en tiempo y espacio- la unión
de los dos
[e531]aspectos
y, durante la evolución, manifestando el tercer tipo de fenómeno
eléctrico.
Puede hacerse otra agrupación de esta triplicidad que los alineará
en el orden de manifestación tal como ha sido expuesto en Ia
antigua cosmogonía, seguida al enumerar los grupos de los Agnichaitas.
Grupo A. Corresponde a las manifestaciones de la existencia como se
observan en el plano superior, ese aspecto comprendido por el término
Agni.
Grupo B. Corresponde al aspecto Vishnu-Surya.
Grupo C. Corresponde al aspecto Brahma o Logos creador.
La recapitulación fue hecha de esta manera, porque el concepto
debe estar claramente definido.
Ya hemos considerado a los dos grupos inferiores de devas. Ahora debemos
tratar el Grupo A, el más importante del plano físico
desde el punto de vista de la creación y de la objetividad, pues
constituye la vida de la materia misma y la inteligencia que anima a
las formas de todo lo que existe en el plano físico [i655]del sistema, no constituyendo una inteligencia
autoconsciente, sino la conciencia tal como la comprende el ocultista.
Cada uno de los subplanos atómicos en el sistema solar está
estrechamente interrelacionado con los demás; los siete subplanos
atómicos de todos los planos forman una unidad y son esencialmente
el plano físico cósmico, tal como se comprende esotéricamente
el término. Los subplanos de los cuales este grupo es su fuente
de origen, tiene con ellos la misma relación que el sexto principio
con el séptimo. Por lo tanto, los devas del Grupo A son la fuerza
creadora concentrada de los subplanos, el origen del aspecto objetivo
de la manifestación física y la fuente de los siete Alientos
del Logos creador en el plano físico. Pero debe recordarse que,
en cada esquema, el impulso o voluntad creadora lo constituye el Logos
planetario del esquema, quien crea Su cuerpo físico de manifestación
de acuerdo a la Ley (su planeta físico denso), así como
el hombre -regido por la misma ley- crea su cuerpo físico, o
como el Logos solar (en el otro extremo de la escala) crea Su cuerpo,
un sistema solar.
Esto ejerce una influencia definida y esotérica sobre el tema
en discusión, y las diferencias esenciales, que existen entre
los Hombres celestiales que tratan de manifestarse, se apreciarán
en Sus esquemas y, por lo tanto, en los distintos tipos de devas por
medio de los cuales actúan y con cuya esencia está hecha
Su forma.
Esto podría expresarse de la siguiente manera: Así como
cada hombre tiene un cuerpo que, por su forma y características
[e532]principales,
se parece a otros cuerpos, aunque su calidad y rasgos distintivos personales
sean únicos, del mismo modo cada uno de los Hombres celestiales
construye un cuerpo de sustancia dévica o Espíritu-materia
de la misma naturaleza que el de Sus hermanos y, sin embargo, distinto,
matizado por Su peculiar colorido, vibrando a su ritmo particular y
demostrando Su propia y singular cualidad. Esto se produce por medio
de un tipo peculiar de esencia [i656]dévica que Él elige,
o (explicándolo en palabras quizás más ocultas)
involucra la respuesta de ciertos grupos peculiares de devas con Su
propia nota. Contienen en sí mismos exactamente las partes componentes
que Él necesita para construir Su cuerpo o esquema. Por lo tanto,
se reconocerá que los devas del Grupo A, siendo lo que podríamos
llamar los devas-clave, son de primordial importancia y, desde
nuestro punto de vista actual, deben permanecer abstractos y esotéricos.
Si esto lo consideramos de acuerdo a la Ley de Analogía y estudiamos
la naturaleza esencialmente esotérica del plano del Logos (el
primer plano llamado Adi) se evidenciará la razón de ello.
Si los hombres evolucionados reconocieran o tan sólo establecieran
contacto con los devas del Grupo A, el estudio de su naturaleza, coloración
y tono revelaría a la humanidad desprevenida el color y el tono
de nuestro particular Logos planetario. La raza no está todavía
preparada para este conocimiento. Revelaría también, estudiando
la Ley de Acción y Reacción, cuáles de los Egos
encarnantes pertenecen al rayo de este Logos; las deducciones resultantes
podrían conducir a los hombres a zonas peligrosas y pondrían
el poder en manos de quienes no están aún preparados para
manejarlo con inteligencia.
En consecuencia, el Grupo A de Agnichaitas debe permanecer siendo totalmente
esotérico, y su verdadera naturaleza puede ser revelada sólo
al Adepto de la gran Ley.
Es por eso que sólo se permite dar muy pocas indicaciones, las
que tratan simplemente de las relaciones del hombre con dichas entidades;
éste se vincula principalmente con ellas porque su átomo
físico permanente está directamente energetizado por las
mismas, pues él es parte de su naturaleza y ocupa un lugar en
su forma. Será evidente, para cualquier estudiante que, si los
átomos permanentes del hombre se hallan dentro de la periferia
causal, los devas de los tres mundos, en los subplanos atómicos,
han de trabajar en la más estrecha colaboración, debiendo
existir unidad de propósito y de plan.
Los devas de los niveles atómicos de todos los planos de nuestro
esquema trabajan en estrecha asociación: [i657]
Entre si, formando de
este modo, siete grupos, suma total del aspecto Brahma de nuestro
sistemaplanetario.
[e533]
Con los Siete grupos que constituyen la materia
atómica del esquema, nuestro polo opuesto.
Con el grupo particular de ese esquema que
Constituye uno de los vértices del triángulo del sistema
del cual nuestro esquema, conjuntamente con el opuesto, constituyen
los otros dos vértices.
Con los correspondientes grupos, en menor
grado, en todos los esquemas del sistema.
Con el esquema que corresponde al primer aspecto
o plano de Adi.
Con esos devas que forman la sustancia-espíritu
de la manifestación de ese Rishi particular de la Osa Mayor,
prototipo de nuestro particular Logos planetario.
Con los devas que forman la sustancia de una
de esas existencias esotéricas a las cuales se refiere La
Doctrina Secreta (10) como Las esposas de los siete Rishis
o las siete hermanas, las Pléyades. Una de estas siete hermanas
tiene una estrecha relación con nuestro Hombre celestial
y, por lo tanto, tenemos la interesante interacción cósmica
siguiente:
Uno de los siete Rishis de la Osa Mayor.
Una de las siete Hermanas, una Pléyade.
El Hombre celestial de nuestro esquema.
Dicha interacción será triple y, en lo que a nosotros concierne,
justamente ahora involucrará la transmisión de la fuerza
vital que circula en la sustancia dévica a través de la
materia atómica de nuestros planos. Esto afectará materialmente
a algunos seres humanos más que a otros, de acuerdo a su rayo y
naturaleza, y este efecto se demostrará en [i658]la vivificación de las espirillas
de los átomos permanentes y de los centros.
Agnisuryas - Devas del Plano Astral.
Iniciamos aquí el estudio de esos grupos de devas que constituyen
la sustancia del plano astral, los Agnisuryas. Podrían considerarse
de la siguiente manera y, empleando términos sinónimos,
obtenerse una idea general de su función antes de iniciar su diferenciación
en grupos y estudiar su relación con:
Las diversas entidades, el alma de los diversos
reinos o grupos, como ser los reinos animal y humano y esos superiores
al hombre en la escala de la conciencia -el Logos planetario. [e534]
El hombre mismo.
El plano en su totalidad.
Debemos considerar a estos devas:
Primero, como sustancia del plano astral en sus siete grados.
Segundo, como ese aspecto de la manifestación logoica que corresponde
al subplano líquido en el plano físico del sistema.
Tercero, como el vehículo del Señor deva Varuna.
Cuarto, como las vidas animadoras de esa materia involutiva del plano
astral que llamamos esencia elemental y como la vitalidad que energetiza
a los elementales del deseo que existe en todo lo sensible. Considerados
bajo este aspecto, especialmente en relación con el hombre, constituyen
la analogía en el plano astral de los devas de las sombras,
pues el cuerpo de deseo de todos los seres humanos está compuesto
de materia del segundo, tercero y cuarto subplanos del plano astral.
Esto es algo que debe ser cuidadosamente considerado y será iluminador
establecer la analogía entre el cuerpo etérico o el vehículo
de prana, que vitaliza al físico denso y [i659]el cuerpo astral del hombre, además
del método que se emplea para vitalizarlo.
Quinto, desde el punto de vista del plano físico, como suma total
de la actividad material (aunque subjetiva) que produce lo tangible
y lo objetivo. Así como el sistema solar es un Hijo de
la necesidad o del deseo, así el cuerpo físico de
todo lo que existe es el producto del deseo de una entidad superior
o interior, dentro del sistema.
Sería oportuno señalar aquí las líneas a
través de las cuales la energía -ya sea manásica,
pránica o astral- penetra en el sistema y llega hasta un plano
determinado, encontrando así su camino hacia todas las unidades
de conciencia, desde un átomo hasta un Logos solar.
El plano físico denso está energetizado
por medio de
el cuerpo etérico planetario,
el plano mental, o el subplano gaseoso cósmico,
el plano átmico, o el tercer éter
cósmico
el plano adi o el primer éter cósmico.
y, como consecuencia (por medio del átomo permanente logoico),
penetra una afluencia similar de fuerza desde los niveles cósmicos.
El plano astral es energetizado por medio de
el plano búdico, el cuarto éter
cósmico,
el plano monádico, el segundo éter
cósmico,
el plano astral cósmico,
llegando así al Corazón de todo Ser. [e535]
El plano mental es energetizado por medio de
el plano átmico, el tercer éter
cósmico,
el plano adi, el primer éter cósmico,
el plano mental cósmico, siendo innecesario
para nosotros ir más allá de éste.
El estudiante cuidadoso observará que dichos planos podrían
ser considerados, en lo que respecta a los tres mundos [i660]como que manifiestan dos tipos de fuerza,
primero, una fuerza que tiende a la diferenciación tal como en
el plano mental (el plano de la inherente separación); y en el
plano físico (el plano de la verdadera separación); segundo,
una fuerza que tiende hacia la unidad, como acontece en el plano astral
y en el plano de la fundamental armonía, el búdico. Debe
recordarse que estamos considerando a la fuerza cuando afluye a través
de, o compenetra a, la sustancia dévica. Una sugerencia de la verdad
reside en el hecho de que, en la actualidad, el cuerpo astral del hombre
es positivo en lo que respecta al plano físico, negativo en lo
que concierne al mental y positivo respecto al plano búdico. A
medida que la evolución continúa el cuerpo astral llegará
a transformarse en positivo respecto al mental, demostrando así
que es invulnerable a las influencias de las corrientes mentales y a los
procesos separatistas de dicho plano; negativo respecto al plano búdico
o receptivo a las fuerzas de ese plano. Cuando se haya logrado el equilibrio
y las fuerzas estén equitativamente balanceadas, el cuerpo astral
ha de convertirse en transmisor desde el plano búdico o el cuarto
éter cósmico, por intermedio del gaseoso, hasta el físico
denso. Este concepto debe estudiarse en conexión con la consumación
por medio del fuego de la trama etérica del planeta, así
podrá obtenerse el esclarecimiento. En el plano astral no existe
textualmente una división tal como la encontramos en los planos
mental o físico. Ambos se dividen en dos; el mental se dividió
en superior e inferior, rupa y arupa, concreto y abstracto, y el físico
en niveles etéricos y subplanos densos.
Por consiguiente existe una analogía entre ambos. La razón
de que exista una aparente división (considerando aparte la cuestión
de los estados de conciencia del ser humano) se debe a la etapa de desarrollo
de los grandes devas que personifican y animan al plano, quienes se manifiestan
a través de éste como un hombre se manifiesta por medio
de su cuerpo. Varuna, el Señor del plano astral, ha realizado un
control consciente más unificado que Sus hermanos de [i661]los planos mental y físico. Viene
a la manifestación vinculado a uno de los Hombres celestiales,
el Señor de un Rayo mayor. Los otros dos están vinculados
con los Señores de un Rayo menor. Esta información encierra
un indicio sugestivo para los estudiantes podríamos justificadamente
preguntar ¿si esto es así, [e536]por qué aparentemente se manifiesta
en forma tan desastrosa con respecto al hombre? Hay varias razones que
lo justifican, una de ellas se funda en que la fuerza que fluye a través
del vehículo del gran deva, el plano, es más fuerte que
en los otros dos casos debido a Su etapa más avanzada de desarrollo,
y también a que el Logos Mismo está polarizado en Su cuerpo
astral. La otra razón consiste en que tiene un vínculo particular
con el Regente del reino animal y, como el ser humano no se ha disociado
de su naturaleza animal ni ha aprendido a controlarla, también
está influenciado por esta tremenda fuerza. Hay otras razones ocultas
en el karma de nuestro Hombre celestial, pero bastan las mencionadas.
1. Las funciones de los Agnisuryas. Los devas del plano astral
están especialmente vinculados al hombre en la actualidad debido
a la polarización astral y al papel que desempeña el deseo
y el sentimiento en su evolución. La conciencia se expande por
medio del contacto, por la apreciación inteligente de aquello con
lo que se hace contacto y por la comprensión de lo que ha de conseguirse
por medio de un contacto específico. Aquello con lo que ha de hacerse
contacto depende de la vibración recíproca y, en consecuencia,
el deseo (la búsqueda de sensaciones) y el sentimiento (el reflejo
de ese deseo) es de real importancia, poniendo constantemente al hombre
en contacto -aunque él no se dé cuenta- con la sustancia
dévica de cualquier tipo. Aunque el hombre haya alcanzado una etapa
evolutiva relativamente elevada, la expresión de esa etapa de realización
se observa en el tipo de no-yo con el cual hace contacto; únicamente
cuando es un iniciado [i662]comienza a acercarse y a conocer el significado
de la unidad esencial que reside en el corazón del Ser y a comprender
la unidad del Alma Universal y la Unidad de esa Vida subjetiva que se
oculta detrás de cada forma. Debe recordarse que el aspecto materia
se encuentra en todos los planos; sin embargo, las formas existirán
hasta trascender el círculo no se pasa solar y evadir
el Logos Su actual limitación. Por eso los devas del plano astral
asumen un lugar muy importante en los tres mundos.
Anteriormente, los hemos considerado en un aspecto quíntuple, dividiéndolos
en cinco grupos. A esta altura del estudio, nos limitaremos a considerar
la relación que existe entre los entes autoconscientes tales como
el Hombre y el Logos planetario y dicha sustancia dévica. Existe
una gran diferencia entre el hombre y su prototipo, un Hombre celestial.
El plano astral desempeña una parte muy real en la evolución
del hombre, teniendo una estrecha relación con uno de sus principios.
Materia y vibración astral son uno de los factores que controlan
la vida de la mayoría de la gente. Para el Hombre celestial [e537]la materia astral corresponde a la parte
líquida del cuerpo físico del hombre, por lo tanto no constituye
para Él un principio.
El plano astral es para el hombre el principal campo de batalla y la zona
más intensa de su campo de sensación -la sensación
mental esotéricamente comprendida, es por ahora sólo una
posibilidad. El cuerpo astral es el lugar de la vibración más
violenta del hombre y las vibraciones constituyen la causa poderosa de
su actividad en el plano físico. El hombre debería comprender
en la actualidad, que los devas del plano astral controlan casi totalmente
lo que hace y dice, y que la meta de su evolución, la meta inmediata,
consiste en liberarse de su control a fin de que él, el verdadero
Ego o Pensador, pueda convertirse en una influencia predominante. Para
ser más explícitos y a fin de ilustrar esto diré
que las pequeñas vidas elementales que forman el cuerpo emocional
y la vida [i663]positiva de cualquier deva evolutivo
vinculado (debido a vibraciones similares) a un hombre determinado le
proporciona un cuerpo astral de poder coherente y positivo, que todavía
controla prácticamente a la mayoría. El hombre generalmente
hace lo que sus deseos e instintos le sugieren. Si este deva evolutivo
es de orden elevado (como en el caso de un hombre altamente desarrollado)
la vibración será elevada y los deseos e instintos, en consecuencia,
buenos y exotéricamente correctos. Sin embargo, si el hombre se
deja controlar por ellos, es porque permanece bajo la influencia dévica
y debe liberarse. Si la vida dévica es de orden inferior, el hombre
demostrará instintos bajos y viciosos y deseos viles.
Si estas observaciones son correctamente interpretadas se comprenderá
algo de lo que se quiere significar cuando se habla de la evolución
dévica como evolución paralela a la del hombre.
En los tres mundos las dos líneas de evolución son paralelas,
pero conscientemente no deben ser una sola. En los planos de la Triada
se las conoce como unidad que produce al divino Hermafrodita u Hombre
celestial -los entes humanos autoconscientes personifican los tres aspectos
de la divinidad, mientras que las unidades dévicas conscientes
personifican los atributos divinos. Ambos, fusionados, forman el cuerpo
de manifestación los centros y la sustancia del Hombre celestial.
Grande es el misterio, y mientras el hombre no conozca su lugar dentro
del todo consciente, debe reservar su opinión en cuanto a su significado
Por lo tanto será evidente que en vista de la relación existente
entre el plano astral, y su trabajo unificado, y el plano búdico,
con la consciente armonía que allí se experimenta, el cuerpo
astral del hombre clama por un estudio y comprensión más
estrechos. Por su intermedio se hallará un vínculo con el
plano búdico y se producirá una actividad armoniosa [e538]en el plano físico. Respecto a
esto, el estudiante de ocultismo deberá estudiar cuidadosamente:
[i664]
El sol físico y su relación
con el prana y el cuerpo etérico.
El sol subjetivo y su relación con
el plano astral, con el principio kama-masánico y el cuerpo
astral.
El sol central espiritual y su relación
con el Espíritu o atma del hombre. (11)
El corazón del sol y su relación
con los cuerpos mentales, inferior y superior, que producen esa
manifestación peculiar denominada cuerpo causal. A este respeto
se ha de recordar que la fuerza que fluye desde el corazón
del sol actúa a través de un triángulo formado
por el esquema venusiano, la Tierra y el Sol. Era de esperar, de
acuerdo a la ley, que se formara otro triángulo involucrando
a dos planetas; los triángulos varían de acuerdo al
esquema implicado.
Cósmicamente, existe una serie muy interesante de triángulos
que será descubierta por quien estudie la astrología esotérica
y los ciclos ocultos. Dichos triángulos se originan en el sol central
de nuestro grupo particular de sistemas solares, cuya serie involucra
a las Pléyades. Esta realidad no será conocida hasta la
última década del siglo actual ni lo reconocerá la
ciencia hasta el momento en que ciertas líneas de conocimiento
e investigación lleven a los científicos a una comprensión
de que existe un tercer tipo de electricidad que siempre equilibra y forma
el ápice del triángulo, pero el momento no ha llegado todavía.
Todo lo que se dice aquí está expresado en términos
de grupos dévicos y fuerzas dévicas que forman (en su conjunto)
una sustancia que responde a una vibración análoga. Ciertos
nombres definidos lo expresan esotéricamente. Por lo tanto, es
posible transmitir sin ningún peligro, información de carácter
incomprensible para el profano en una frase como la siguiente: El
triángulo de ... y del Grupo... de los Agnisuryas se formó
y en el girar de la Rueda se produjo el tercero. Esto imparte a
la mente del ocultista el conocimiento [i665]de que en la afluencia de fuerza desde
una constelación particular completamente foránea a nuestro
sistema, por medio de un esquema planetario específico y a través
del cuerpo astral del Logos planetario, se produjo cierta condición
que trajo la aparición del tercer reino de la naturaleza, el sensitivo
y consciente reino animal. Frases similares encierran también el
significado de la relación dévica que existe con la individualización
del hombre, pero no es de ningún valor revelarlas; lo anterior
sólo se menciona a fin de lograr tres cosas:
Demostrar parcialmente la naturaleza y
extensión de las fuerzas que fluyen a través de nuestro
sistema.[e539]
Mostrar el estrecho vínculo que tenemos
con la evolución dévica.
Destacar la naturaleza triangular y la interrelación de
todo lo que acontece.
Sería conveniente hacer resaltar un punto relacionado con los devas
de los planos inferiores (con los cuales el hombre está peculiarmente
vinculado). Pueden ser divididos en ciertos grupos, que indican el lugar
que les corresponde en la escala de la conciencia. Quizás se pregunten
por qué nos ocupamos únicamente de los grupos de devas que
se encuentran en los tres mundos. Esotéricamente comprendido, dichos
devas (del tipo que estamos considerando) se encuentran sólo en
el cuerpo físico denso del Logos -la sustancia de los tres subplanos
inferiores del físico cósmico. El Antiguo Comentario al
respecto dice lo siguiente:
Las esferas de fuego tratan de ubicarse en los tres inferiores.
Se originan por medio de la quinta, sin embargo se fusionan en los planos
de la yoga. Cuando las esencias ígneas compenetran todo, entonces
ya no existe la quinta, la sexta ni la séptima, sino únicamente
las tres que brillan por medio del cuarto.
Por lo tanto, para los propósitos de este estudio, los devas sólo
se encuentran en los tres mundos. Más allá de estos tres
planos, tenemos los tres aspectos de [i666]los tres mayores que se manifiestan por
intermedio del cuarto y, en consecuencia, las esferas de los Logos planetarios
en el plano búdico. Sintetizan todo lo que ha ido desarrollándose
por medio de la manifestación densa. Desde el punto de vista de
la filosofía esotérica, el plano físico cósmico,
en el cual todo nuestro sistema tiene su lugar, debe ser estudiado de
dos maneras:
Desde el punto de vista de los Hombres celestiales que abarcan
las evoluciones de los cuatro planos superiores, los niveles etéricos.
Sobre éstos prácticamente nada podemos saber hasta
después de la iniciación, momento en que la conciencia
del ser humano es transferida gradualmente a los planos etérico
cósmicos.
Desde el punto de vista del ser humano en los tres mundos. El
hombre constituye la evolución culminante en los tres mundos,
así como los Hombres celestiales la constituyen en los cuatro
superiores.
En los tres mundos tenemos las evoluciones paralelas, dévica y
humana en su gran variedad de grados, lógicamente que la humana
nos concierne más íntimamente, aunque ambas evolucionan
mediante la interacción. En los cuatro mundos superiores tenemos
a esta dualidad considerada como unidad, considerándose sólo
el [e540]aspecto
de la evolución sintética de los Hombres celestiales. Sería
de gran beneficio para nosotros si pudiéramos comprender algo del
punto de vista de los grandes devas que colaboran inteligentemente en
el plan evolutivo. Poseen Su propio método de expresar estas ideas,
que consiste en el color que puede oírse y sonido que puede verse.
El hombre invierte el proceso, ve los colores y oye los sonidos. Aquí
hay un indicio sobre la necesidad de emplear símbolos porque imparten
verdades e instrucciones cósmicas y pueden ser captados por
los seres avanzados de ambas evoluciones. Debe tenerse en cuenta,
como ya se indicó anteriormente, que: [i667]
El hombre manifiesta los aspectos de la divinidad.
Los devas manifiestan los atributos de la divinidad.
El hombre está desarrollando la visión
interna y debe aprender a ver. Los devas están desarrollando
el oído interno y deben aprender a oír.
Ambos son todavía imperfectos y el
resultado es un mundo imperfecto.
El hombre evoluciona por medio del contacto
y de la experiencia. Se expande. Los devas evolucionan disminuyendo
el contacto. La limitación es la ley que los rige.
El hombre aspira a adquirir autocontrol. Los
devas se desarrollan cuando son controlados.
El hombre es inherentemente Amor, Fuerza que
produce coherencia. Los devas son inherentemente inteligencia, fuerza
que produce actividad.
El tercer tipo de fuerza, el de la Voluntad,
el equilibrio balanceador de los fenómenos eléctricos,
ha de actuar equitativamente en ambas evoluciones y a través
de ellas, pero en una se demuestra como autoconciencia y en la otra
como vibración constructiva.
En el Hombre celestial estos dos grandes aspectos de la divinidad están
equitativamente mezclados y durante el mahamanvantara los Dioses imperfectos
se hacen perfectos. Se destacan estas diferencias amplias y generales
porque arrojan luz sobre la relación entre el Hombre y los devas.
Los devas del plano físico, aunque están divididos en
los grupos A. B. C. corresponden al grupo de los Devas de Séptimo
Orden. El séptimo orden está peculiarmente ligado
a los devas de primer orden del primer plano. Reflejan la mente de Dios,
de la cual el primer orden constituye su expresión y la manifiesta
a medida que se ha ido desarrollando desde el [i668]plano arquetípico. Dichos devas
están directamente influenciados por el séptimo [e541]Rayo, y el Logos planetario de ese
Rayo trabaja en estrecha colaboración con el Señor Raja
del séptimo plano. Debido a que la meta de evolución de
los devas es desarrollar el oído interno, se comprenderá
por qué los sonidos mántricos y las modulaciones rítmicas
constituyen el método para entrar en contacto con ellos y producir
los distintos fenómenos. Los trabajadores del sendero de la izquierda
emplean a estos devas para practicar el vampirismo y la desvitalización
de sus víctimas. Actúan sobre los cuerpos etéricos
de sus enemigos y, por medio del sonido, afectan a la sustancia dévica,
produciendo así los resultados deseados. El mago blanco no actúa
en el plano físico con sustancia física, sino que transfiere
Sus actividades a un nivel superior y de allí que manipula deseos
y móviles, trabajando por intermedio de los devas de sexto orden.
Los devas de sexto orden corresponden al plano astral y están
muy ligados con las fuerzas que producen los fenómenos que llamamos
amor, impulso sexual, instinto o anhelo, y móvil impulsor que
se manifiestan luego en el plano físico como una actividad determinada.
La vibración positiva, iniciada en el plano astral, produce resultados
en el plano físico y es por eso que el Hermano Blanco, si acaso
trabaja con los devas, lo hace sólo en el plano astral y con
el aspecto positivo.
Como es de esperarse, estos devas de sexto orden están estrechamente
vinculados con los de segundo orden en el plano monádico y con
el centro cardíaco de determinado Hombre celestial a cuyo Rayo
pertenezcan. Están ligados también a las fuerzas dévicas
del plano búdico; en estos tres grandes órdenes de devas
tenemos un poderoso triángulo de fuerza eléctrica -los
tres tipos de electricidad descritos en los libros de ocultismo. Debe
tenerse en cuenta que el tipo de fuerza [i669]
equilibradora (aún desconocido en la actualidad) fluye desde
el plano búdico, encontrándose allí el ápice
del triángulo.
Estos tres órdenes son (en el actual sistema
solar) los más poderosos, especialmente en la presente cuarta
ronda. Influencian particularmente al cuarto reino de la naturaleza
y fundamentan la búsqueda del equilibrio, a fin de lograr la
armonía, la unión y el yoga, que caracterizan al hombre
en todos los niveles; su manifestación inferior la constituye
el instinto sexual tal como lo conocemos, y la anterior el anhelo de
unirse a Dios.
[e542]Los
devas de sexto orden están influenciados especialmente por el
Señor del sexto Rayo del Idealismo Abstracto; este vínculo
posibilita el desarrollo de la idea arquetípica hasta llegar
al plano físico. La sexta Jerarquía creadora también
está especialmente relacionada con este orden particular de devas,
y a través de esta influencia dual se produce esa manifestación
física definidamente objetiva -un tipo de fuerza actúa
por intermedio de la manifestación etérica y otro por
intermedio del físico denso.
Esto constituye aún un misterio insoluble para el estudiante,
pero mucho podrá descubrirse en el significado que encierran
los números. Este ángulo del tema debe ser estudiado a
fin de desentrañar el verdadero significado de los devas de sexto
orden cuyo símbolo es la Estrella de seis puntas, dispuesta en
un ángulo particular y en plena manifestación. La estrella
de seis puntas es el signo de que un Hijo de la necesidad
[i670](ya
sea un Dios o un hombre) ha deseado encarnar físicamente. Los
devas de sexto orden, los Agnisuryas, constituyen el factor principal
para lograrla. En la sexta ronda dichos devas comenzarán a hacer
sentir su presencia en forma más poderosa, pero la fuerza de
su vibración será gradualmente dirigida, hacia arriba
y no hacia abajo, al plano físico. Esto involucrará la
transmutación del deseo en aspiración y producirá,
oportunamente, la liberación del Logos planetario poniendo fin
a un manvantara o Su ciclo de encarnación física. Al retirarse
la fuerza del deseo también cesa la existencia física
del hombre. El Antiguo Comentario expresa esta verdad en las siguientes
palabras:
Los de sexto orden se retiran dentro de si mismos; se dirigen
a los de quinto orden, dejando solos a los de séptimo orden.
Continuando el estudio sobre estos órdenes dévicos, debemos
señalar que los tres órdenes inferiores -el quinto, el
sexto y el séptimo- se relacionan estrechamente con la luna.
Son los agentes constructores que (trabajando en la materia involutiva
de los tres mundos) construyen los tres cuerpos inferiores del hombre
encarnante. Constituyen una rama especial de los Pitris lunares, pero
debe recordarse que funciona en nuestro esquema particular y está
estrechamente ligada a nuestro Logos planetario. Grupos de tales Pitris
se encuentran en todos los esquemas donde haya hombres encarnados; otros
esquemas difieren algo de los nuestros, ya que el Misterio de
la Luna está relacionado con una condición esotérica
peculiar que concierne a nuestro Logos planetario.
Donde el hombre se halle encarnado se encontrarán los Constructores
de sus cuerpos, los cuales diferirán en:
Además se ha de recordar que en cada ronda cambia la sustancia
o evolución dévica; ellos también evolucionan y,
por lo tanto, el tema de los devas, en su aspecto dual, como sustancia
negativa y positiva que produce objetividad, debe ser estudiado en forma
triple si queremos llegar a tener un verdadero concepto. Por consiguiente,
los devas -suma total de la sustancia- deben ser considerados desde
el punto de vista de:
La evolución de la ronda.
Un Logos planetario, puesto que forma Su cuerpo de manifestación,
un esquema.
El reino humano.
Si esto no se considera desde dichos puntos de
vista se obtendrá un concepto estrecho y erróneo. En el
futuro, como podrá observarse mediante el estudio de La Doctrina
Secreta, (12)el
Logos en Su naturaleza septenaria será visto como el Macrocosmos
para el Hombre, mientras que el Microcosmos, el Hombre mismo, será
visto también como el Macrocosmos para los tres reinos inferiores.
Ésta es simplemente una manera de estudiar la evolución
de la Entidad consciente -Dios, el Hombre o la vida inferior- por medio
de la sustancia dévica; involucra el estudio de la interacción
positiva y negativa. Nuevamente, como dice El Antiguo Comentario:
Cuando el Padre se acerca a la Madre, aquello
que ha de ser toma forma. La unión de ambos oculta el verdadero
misterio del Ser.
Cuando los dos grandes devas se buscan, encuentran y fusionan, se
cumple la promesa de la vida.
Cuando aquel que ve y conoce permanece entre sus progenitores, entonces
puede verse la fructificación del conocimiento y se conoce
todo lo que existe en los planos de la conciencia.
Cuando se ve que Anu, el infinitesimal, contiene a Ishvara en Su poder,
cuando las esferas y ciclos inferiores se expanden en el [i672]circulo de los Cielos, entonces la
Unidad esencial será conocida y plenamente manifestada.
Cuando el Uno que contiene la vida se transforma en el tres, tras
del cual se oculta esa vida; cuando el tres por rotación se
convierte en el siete y el diez; cuando los trescientos mil millones
de vidas dévicas repiten la rotación; cuando se llega
al punto central y éste revela al tres, al nueve y a la JOYA
radiante interna, entonces el circulo de manifestación se habrá
consumado y el Uno se convierte nuevamente en el diez, el siete, el
tres y el punto.
Aquí reside la clave del matrimonio místico;
el estudio de estos pares de opuestos le revelará mucho al estudiante
de ocultismo [e544]-le revelará el proceso en tiempo
y espacio, mediante el cual esta unión y su fruto son consumados,
observando la creación resultante del divino Hermafrodita en
Su elevado plano.
Debemos recordar siempre con claridad que en esta parte del tratado
estamos considerando los devas evolutivos, Vida positiva que anima a
la materia involutiva o sustancia dévica. Por lo tanto, la analogía
del matrimonio místico, Espíritu y materia, puede verse
actuando en la sustancia dévica, por medio de la interacción
de las vidas dévicas positivas y negativas. La sustancia misma
representa una dualidad esencial; las formas repiten la misma dualidad
y, cuando llegamos al hombre, tenemos allí una dualidad más
un tercer factor. Estos tres órdenes de sustancia dévica
-el quinto, sexto y séptimo inferiores- constituyen un grupo
muy misterioso en lo que se refiere al hombre. (13) [i673]Raras veces se menciona en la literatura
ocultista, pero contienen en sí el secreto de nuestra individualización
planetaria. Este grupo tuvo mucho que ver con el pecado de los
sin mente y está muy estrechamente asociado con el hombre
animal. Al poder y al control que ejercían estos pitris puede
atribuírsele gran parte de los primeros acontecimientos desastrosos
a los cuales se refiere La Doctrina Secreta, como el pecado
mencionado, y también los fracasos iniciales al intentar
la construcción de vehículos apropiados para los Espíritus
que deseaban encarnar. También puede hallarse aquí el
origen de ese enigmático antagonismo denominado los senderos
de izquierda y derecha, cuyas condiciones (dentro del cuerpo logoico,
siendo por consiguiente parte de la conciencia divina) se originaron
en el remoto espacio de tiempo en que los hijos de Dios
buscaban una forma. También se relaciona con una condición
especial existente en el cuerpo astral de nuestro Logos planetario y
con Su historia, oculta en la luz astral.
[e545]Esto
concierne a aquello que el Logos planetario ha de superar y a la mayoría
de los problemas que enfrenta el ocultista, incluso el pecado
de los sin mente, el fracaso de la época atlante, y también
ese misterioso fracaso de Buda (que tiene un significado
planetario, insinuado en La Doctrina Secreta) (14) pueden ser
atribuidos a la condición de la sustancia dévica de la
cual están construidos el cuerpo astral de nuestro planeta y
los cuerpos astrales de todas las formas. Es uno de los Señores
mencionados como señor de menor grado y más apasionado
que los tres superiores. Ni siquiera ha completado Su trabajo, pues
aún [i674]no ha controlado plenamente la sustancia
dévica en sus distintos grados de vida. La evolución dévica
tiene mucho que hacer todavía.
Si este concepto se amplía hasta abarcar el sistema solar, evidenciará
que los vehículos astrales de los diferentes Logos planetarios
difieren. Dicha diferencia depende necesariamente de Su vida astral
cósmica que afecta directamente al astral del sistema, subplano
físico líquido del físico cósmico. Esto
es algo muy poco comprendido. Como ya sabemos, el cuerpo físico
denso del Logos planetario tiene una triple condición -densa,
líquida y gaseosa- y el plano cósmico correspondiente
actúa directamente sobre cada una. Algún día se
sabrá que las condiciones de los distintos planetas físicos
dependen de este hecho.
Cuando la naturaleza síquica del Logos planetario sea comprendida
(conocimiento que se adquiere después de la iniciación,
pues es parte de la Sabiduría) se encontrará que la naturaleza
de los diferentes esquemas, en lo que se refiere a su aspecto acuoso,
por ejemplo, está conectada a un estado astral particular. A
medida que el iniciado progresa en sabiduría, comprende intuitivamente
la naturaleza esencial de los siete grupos o del Septenario logoico,
la cual se refiere a su color o cualidad, el que depende de la naturaleza
síquica de un Logos planetario determinado, pudiendo estudiar
el iniciado en cierta medida Su naturaleza emocional o de deseo. Esto
conducirá oportunamente a una consideración científica
del efecto que dicha naturaleza produce sobre Su cuerpo físico
denso y, especialmente, sobre esa parte llamada plano astral, subplano
líquido del plano físico cósmico. Un reflejo de
ello (o un desarrollo posterior si se prefiere este término)
se encuentra en las partes líquidas del planeta físico.
El séptimo subplano del plano físico cósmico puede
ser [e546]subdividido en siete, constituyendo
nuestros siete subplanos [i675]físicos. La posesión
de este conocimiento permite que el mago realice su trabajo. Dado cierto
fenómeno físico -el peso del agua en un planeta por ejemplo-,
un iniciado de grado superior puede hacer deducciones, basándose
en ello, sobre la cualidad de la excelsa Vida manifestada por intermedio
de un plano. Llega a dicha conclusión a través de un razonamiento
que abarca el subplano líquido (sexto) del plano físico
del sistema:
Al subplano líquido del físico
cósmico, nuestro plano astral del sistema.
Al cuarto éter cósmico, el plano
búdico.
Al segundo éter cósmico, el
plano monádico o el plano de los siete Hombres celestiales.
Al plano astral cósmico, entrando así
en contacto con la naturaleza de deseos de Dios.
Lógicamente, el método involucra un vasto conocimiento
de la sustancia dévica y exige una comprensión intuitiva
de sus órdenes y grupos -las notas clave de esos órdenes
y de los planos- y también de la triple naturaleza de la sustancia
y además saber cómo trabajar con el tercer tipo de fuerza
eléctrica, el tipo de energía que pone al hombre en contacto
con los fenómenos foráneos al sistema. De allí
que dicha fuerza siga siendo desconocida y, por ahora, sólo los
iniciados superiores pueden hacer contacto con ella.
Nuevamente se verá por qué los Agnisuryas son de tan suprema
importancia; personifican una fuerza que es una emanación directa
del plano astral cósmico, que revela -cuando está tríplemente
fusionada- la naturaleza de deseo de nuestro Hombre celestial y de cualquier
Logos planetario particular. En los opuestos, denominados por los teólogos
Cielo e Infierno, tenemos dos de estos tipos de fuerza,
y en este concepto tenemos además una de las claves para el plano
astral.
2. Resumen. Antes de entrar a considerar [i676]esos devas que se ocupan de la construcción
del cuerpo causal del hombre y son el grupo de enlace entre la Triada
y el Cuaternario, tanto en el hombre como en el Logos, enumeraremos
brevemente los grupos principales de Agnisuryas que se hallan en el
plano astral del sistema, pues forman, en su totalidad, el cuerpo de
manifestación del gran deva o Señor Raja del plano correspondiente.
Primero. El Señor Raja, gran deva Varuna, Vida central
de la sustancia del plano astral de nuestro esquema planetario, que
a su vez es la avanzada de la conciencia de ese Deva mayor que personifica
a la sustancia del plano astral solar, el sexto subplano [e547]del plano físico cósmico,
quien, a Su vez, refleja también a Su prototipo, esa gran Entidad
cósmica que anima al plano astral cósmico.
Segundo. Los siete grandes devas, fuerza positiva de cada uno de
los siete subplanos del plano astral del sistema.
Tercero. Varios grupos de devas, que realizan diferentes funciones,
llevan a cabo diversas actividades y producen resultados constructivos.
Pueden ser enumerados, teniendo presente que sólo tratamos con
algunos de los muchos grupos existentes, habiendo un sinnúmero
de ellos cuyo nombre es absolutamente desconocido para el hombre y,
si fueran mencionados, serían ininteligibles:
Aquellos devas que forman la sustancia atómica permanente
de todas las mónadas, ya sea en encarnación física
o fuera de ella. Se dividen en siete grupos de acuerdo al Rayo de
la Mónada.
Aquellos devas que forman el aspecto líquido
del cuerpo físico de los Logos planetario y solar. Constituyen
miríadas, e incluyen a las existencias dévicas desde
las que animan al plano astral y a las corrientes astrales de naturaleza
religiosa y aspiracional superior, hasta los pequeños espíritus
[i677]
del agua, reflejo de dichas entidades astrales
precipitadas en materia física acuosa.
Un grupo de devas que constituyen el cuerpo
de deseos de esa gran entidad que anima al reino animal. Son la
total manifestación kámica (divorciada de la mentalidad)
del deseo animal en su aspecto impulsor e incentivador.
Ciertos devas que -por ser de tercer orden-
constituyen el Cielo del cristiano o creyente ortodoxo común
de cualquier credo. Otro grupo -de séptimo orden- constituye
el infierno para el mismo tipo de pensador.
Aquellos devas que constituyen la vida
astral de cualquier forma mental. Nos ocuparemos de esto más
adelante cuando estudiemos la construcción de formas mentales.
Un misterioso grupo de devas íntimamente
relacionados en la actualidad con la expresión sexual de
la familia humana en el plano físico. Grupo que en esta oportunidad
ha sido impulsado a la existencia, y personifica el fuego de la
expresión sexual tal como lo comprendemos, impulso o instinto
que se halla detrás del deseo sexual físico. Dominó
en la cuarta raza raíz, época en que las condiciones
sexuales alcanzaron una etapa de increíble horror desde nuestro
punto de vista. A dichos devas se los va controlando gradualmente
y, cuando el último lemuriano haya pasado a la quinta raza
raíz, este grupo, lenta y totalmente, habrá desaparecido
del sistema solar. Se halla relacionado con el fuego
pasional del Logos solar y con uno de Sus centros en particular;
dicho centro [e548]
está paulatinamente entrando en
la oscuridad y su fuego será transferido a un centro más
elevado.
Hay también un grupo de devas vinculados
a la Logia de Maestros, cuyo trabajo consiste en construir las distintas
formas de aspiración, que puede lograr el hombre común.
Se clasifican en tres grupos, vinculados con la ciencia, la religión
y la filosofía, y por intermedio de los grupos de sustancia
dévica, quienes dirigen estos tres sectores llegan hasta
los hombres. Constituyen uno de Sus [i678]
canales para trabajar. El Maestro Jesús
se halla especialmente activo en esta línea, trabajando
en la línea científica en colaboración con
ciertos adeptos, que -mediante la deseada unión entre la
ciencia y la religión- tratan de destruir por una parte
el materialismo occidental y por otra la devoción sentimental
de la mayoría de los devotos de todos los credos. Esto
es posible ahora debido a que está saliendo el sexto Rayo
y entrando el séptimo. Los estudiantes deben tener presente
cuando estudian los planos -la sustancia y energía de los
planos-, que éstos cambian continuamente pues se hallan
condicionados por el flujo y el reflujo. La materia de todos los
planos circula y, cíclicamente, ciertas partes están
más energetizadas que otras; de este modo se halla sometida
a una triple influencia o -empleando otras palabras- la sustancia
dévica está sujeta a un estímulo cíclico
triple:
El estimulo de rayo, depende
del rayo que se halle en el poder. Es intersistemático
y planetario.
El estímulo zodiacal, proveniente
de fuera del sistema, siendo también cósmico y
cíclico.
El estímulo solar, impacto
de la fuerza o energía que proviene directamente del
sol sobre la sustancia de un plano; emana del corazón
del Sol y es particularmente potente.
Todos los planos se hallan sujetos a esta triple influencia pero,
en el caso de los planos búdico y astral, la fuerza de
este tercer estímulo es enorme. Los adeptos -trabajando
juntos con los grandes devas- utilizan la oportunidad cíclica
para lograr resultados definidamente constructivos.
Un grupo de devas estrechamente conectado
con los misterios de la iniciación. Constituyen lo que se
llama esotéricamente el Sendero del Corazón
y son el puente entre los planos astral y búdico. De ninguna
manera están [i679]
vinculados con los átomos permanentes
del cuerpo causal, pero están totalmente asociados con
la hilera central de pétalos del loto egoico o con los
pétalos de amor. Por una parte la fuerza interactúa
entre los tres pétalos, y por otra sobre los devas que
forman elSendero del Corazón [e549]
los cuales son el puente de materia astral-búdica
por el cual los iniciados de cierto tipo místico realizan
el gran acercamiento.
Devas de todo grado y capacidad vibratoria, quienes constituyen
todos los tipos de deseo.
Los devas de fuerza transmutadora. Constituyen un grupo peculiar
de devas que personifican los fuegos de transmutación
y tienen varios nombres, como por ejemplo:
Las hogueras de purificación.
Los elementos fundidores.
Los dioses del incienso.
Por ahora resulta imposible e igualmente inútil enumerar otros;
se ha considerado conveniente llevar al conocimiento de los estudiantes
estos innumerables tipos de sustancia dévica debido a la importancia
primordial que tiene el cuerpo astral en los tres mundos. Dominando
estas vidas dévicas, transmutando el deseo en aspiración
y por medio de los fuegos purificadores del plano astral, el hombre
oportunamente adquirirá conciencia búdica.
El reconocimiento del poder purificador de los fluidos ocultos -agua
y sangre- ha hecho que los cristianos (aunque erróneamente interpretado)
den tanta importancia a ambos.
3. LOS ANGELES SOLARES - LOS AGNISHVATTAS.
Observaciones de Introducción.
Iniciamos aquí el estudio de los Agnishvattas o devas del Fuego
en el plano mental, [i680]introduciéndonos así
en el maravilloso tema relacionado con nuestra evolución planetaria;
contiene uno de los significados más esotéricos para el
hombre, pues dichos Angeles (15) solares conciernen a la propia naturaleza
esencial del sol y constituyen el poder creador mediante el cual trabaja.
Esto es de máximo interés e importancia para todo propósito
práctico y para [e550]elucidar la evolución espiritual
del hombre, y merecería ser una de las partes del tratado más
ampliamente estudiada. El hombre siempre se interesa profundamente en
sí mismo y, antes de llegar a desarrollarse debidamente, debe
comprender científicamente las leyes de su propia naturaleza
y la constitución de su propia manera de expresarse.
También ha de comprender algo de la interrelación de los
tres fuegos a fin de poder resplandecer en el futuro.
La cuestión de estos Dhyanes del Fuego y su relación con
el hombre es un misterio muy profundo, y todo el tema está tan
entretejido de leyendas intrincadas que desespera a los estudiantes
lograr la deseada y necesaria claridad mental. No será posible
todavía disipar completamente las nubes que velan el misterio
central, pero quizás por medio de la apropiada clasificación
y síntesis y una precavida amplificación de los datos
impartidos, las ideas del estudiante consciente puedan ser menos confusas.
Hay dos enunciaciones en La Doctrina Secreta que el lector ocasional
pasa por alto, pero si [i681]se medita debidamente sobre ellas,
encierran mucha información Observemos las dos enunciaciones:
Se requieren dos principios vinculadores. Para ello es necesario
el fuego espiritual viviente del principio medio proveniente de
los estados quinto y tercero del Pleroma. Dicho fuego es propiedad
de los Triángulos.
Estos Seres son Nirvanas de un Mahamanvantara anterior.
Hemos considerado algo respecto a los devas de tendencia evolutiva burdamente
agrupados y también sobre los Pitris lunares. (16) Éstos
se dividen en cuatro grupos y se ocupan de la construcción del
cuerpo físico dual del hombre, de sus cuerpos astral y mental inferior,
energetizados por la fuerza de los Pitris a través de los átomos
permanentes. Pero para los propósitos de la naturaleza subjetiva
del hombre, deben ser estudiados los tres grupos -etérico, astral
y mental inferior. El trabajo de los Agnishvattas (los [e551]principios autoconscientes, los Constructores
o erectores del cuerpo egoico en los niveles mentales superiores) consiste
en unificar los tres principios superiores -atma, budi, manas- y los tres
inferiores, y así llegar a ser en realidad el principio medio del
hombre. Ellos mismos tienen su origen en el principio medio logoico. (17)
De esta manera se completa el Siete esotérico. Como sabemos el
cuerpo físico en su más densa manifestación, considerado
esotéricamente, no es un principio.
Los devas de los niveles mentales inferiores, en lo que respecta al [i682]hombre, trabajan por intermedio de la
unidad mental y, generalizando, están divididos en cuatro grupos,
siendo, en efecto, la primera condensación del triple cuerpo inferior
del hombre. Forman parte de su cuerpo lunar. Se hallan directamente vinculados
con las esencias espirituales más elevadas y representan la manifestación
de fuerza más inferior que emana del plano mental cósmico,
vinculándose con la Jerarquía humana por medio de las unidades
mentales. Constituyen los devas gaseosos del cuerpo físico Logoico.
No nos ocuparemos de ellos muy detalladamente aquí, pues a medida
que estudiemos el tema del quinto principio se irán aclarando ciertos
puntos; se obtendrán más datos del trabajo que realizan,
en conexión con el hombre, a medida que proseguimos. Mayor información
sólo traería complicaciones.
Comprendamos con toda claridad qué es lo que estamos tratando:
Vamos a considerar:
Ese quinto estado de conciencia llamado plano mental.
La sustancia de ese plano tal como existe en su aspecto dual, rupa
y arupa. (18)
Las vidas que animan a la materia, especialmente en su relación
con el hombre.
Los Egos o entes autoconscientes que constituyen el punto medio
en la manifestación.
La construcción del cuerpo causal, la apertura del Loto
egoico y la construcción de esos grupos que llamamos egoicos.
La individualidad de esas Existencias denominadas
Agnishvattas,
Manasadevas.
Dhyanes del Fuego,
Ángeles solares o Pitris solares,
Asuras,
[e552]y
muchos otros nombres con que se las menciona en los libros ocultistas.
[i683]Existe
gran confusión en la mente de los estudiante respecto a la diferencia
existente entre los Agnishvattas que encarnaron en el hombre, y aquellos
que simplemente fueron responsables de la implantación de la
chispa manásica o mental en el hombre animal. Esto nos introduce
en el tema de la individualización y de la encarnación
de ciertas existencias espirituales, a quienes -cuando poseen cuerpo-
se los denomina Avatares, Budas de Actividad o manifestaciones directas
del Logos. Todo el misterio se halla oculto en la relación que
existe entre las Mónadas individuales que forman los diversos
centros en el cuerpo de un Logos planetario y la Entidad autoconsciente
de ese Logos planetario. El estudiante debe recordar el hecho de que
el plano mental es el primer aspecto del cuerpo físico denso
del Logos planetario, siendo el plano búdico un plano etérico
cósmico y donde se encuentran los centros etéricos de
un Hombre celestial.
Desde el plano búdico (en sentido planetario o solar) provienen
la vitalidad y el impulso que energetizan al vehículo físico
denso a fin de realizar una actividad coherente e intencionada; por
consiguiente, en el plano mental es donde primero se siente este impulso
y se establece el contacto entre ambos. Aquí hay un indicio que
servirá a un propósito si se medita sobre él. El
estudiante debería estudiar el lugar y el propósito del
plano mental y su relación con el Logos planetario y el Logos
solar. A medida que investiga más estrechamente la naturaleza
de su propio cuerpo etérico, debe ampliar ese conocimiento hasta
los niveles superiores esforzándose por comprender la constitución
de la esfera mayor de la cual es una parte. Cuando la naturaleza de
sus centros y la acción efectiva sobre su propio cuerpo físico
denso sean mejor captadas, llegará a comprender más plenamente
el correspondiente efecto producido en el cuerpo del Logos.
En el plano mental (reflejo en los tres mundos de los estados tercero
y quinto del Pleroma) se siente toda la fuerza de la vitalidad etérica.
Un indicio respecto a su [i684] significado se podría hallar
en el hecho de que el cuerpo etérico del hombre recibe prana
y lo trasmite directamente al cuerpo físico; la vitalidad de
la estructura física se ha de medir en gran parte por la condición
y acción del corazón. El corazón hace circular
la vitalidad hacia las miríadas de células que constituyen
el cuerpo físico denso; se observa algo análogo en el
hecho de que estos devas del fuego son el Corazón del cuerpo
Dhyan chohánico, (19) porque su energía procede
del sol espiritual así como la energía de los devas [e553]pránicos del cuerpo etérico
viene del sol físico. Esta energía de los Agnishvattas
se manifiesta en el plano mental, el subplano gaseoso del físico
cósmico, así como la energía de los centros etéricos
del cuarto subplano etérico se manifiesta primero y potentemente
en la materia gaseosa del cuerpo físico. A esto se debe que los
Hijos de la Sabiduría, que personifican el principio búdico,
la fuerza de la vida o el aspecto amor, sean conocidos en el quinto
plano como principios autoconscientes; budi emplea a manas como vehículo;
los escritores esotéricos frecuentemente hablan en términos
de vehículo. El Ego o la Entidad autoconsciente es en esencia
y en verdad Amor-Sabiduría, pero se manifiesta principalmente
como conciencia inteligente.
Debemos estudiar cuidadosamente la afirmación concerniente a
kama-manas que trata de las condiciones que producen la individualización,
permitiendo venir al Ser autoconscientemente a esas Mónadas que
procuran expresarse plenamente. La afirmación es la siguiente:
Sólo cuando el centro cardiaco de un Hombre celestial (cada
uno en su correspondiente ciclo y cada uno cíclicamente diferente)
se vitaliza y alcanza cierta capacidad vibratoria es posible que las
Mónadas, de acuerdo a la ley, se individualicen.
Repito, sólo cuando el triple cuerpo físico denso de un
Logos planetario (tal como lo expresan nuestros tres mundos, los planos
mental, astral y físico denso) ha alcanzado [i685]la vibración correspondiente
y repetido el desarrollo cíclico del mahamanvantara anterior,
se produce ese contacto vibratorio que hace que los grupos egoicos en
el plano mental resplandezcan. Ello da lugar a la manifestación
de los impulsos del corazón del Hombre celestial, y de esta manera
impele a la objetividad a esas Mónadas (energetizadas por la
vida del Corazón) que forman diversos centros. En El Antiguo
Comentario se dice:
Cuando el Corazón del Cuerpo palpita con energía
espiritual y cuando su contenido séptuple vibra por el impulso
espiritual, la corriente se extiende y circula, y la divina manifestación
se convierte en Realidad; el Hombre divino encarna.
En el plano físico la analogía
la constituye el estímulo de la vida que se siente entre el tercero
y cuarto mes del período prenatal, cuando el corazón del
niño vibra con vida y la existencia individual se convierte en
posibilidad.
Esta vibración de vida emana del alma de la madre (analogía
del Pleroma o alma universal) y coincide con el despertar de la tercera
espirilla del átomo físico permanente del niño.
Debe tenerse presente que así como en cada ronda todas las etapas
precedentes son rápidamente recapituladas, y en el período
prenatal, [e554]durante el proceso formativo, el feto
recapitula la historia de los reinos precedentes, del mismo modo puede
verse un procedimiento similar en el sistema solar. Cuando cierto punto
ha sido alcanzado y los tres planos inferiores vibran o son energetizados,
la encarnación cósmica se convierte en una posibilidad;
el Corazón despierta ocultamente y nace el Hijo
de Dios, la expresión del deseo y del amor del Logos. (20)
(21) La encarnación cósmica de ciertos excelsos Seres
llega a la consumación, y uno de sus indicios es la aparición
de grupos egoicos [i686]en niveles mentales y la individualización
resultante. El método y el tiempo pueden variar de acuerdo a
la naturaleza de cualquier Logos planetario particular, pero para todos
y cada uno el Corazón del Cuerpo ha de vibrar con
la vida que despierta, antes que la respuesta venga desde lo inferior.
Los Pitris lunares también han de llevar a cabo su trabajo en
nuestro esquema y sistema antes que los ángeles solares, vibrando
ante la expectativa, tomen posesión de las formas preparadas
por su esfuerzo y las estimulen para adquirir vida autoconsciente y
existencia separada. Así los cuatro grandes esquemas en el sistema
solar, los vehículos para cuatro de los Logos planetarios (que
constituyen el Cuaternario logoico), han de alcanzar cierta etapa de
capacidad vibratoria y de conciencia antes de que un acontecimiento
similar pueda ocurrir en toda su magnitud en el sistema solar, sintetizándose
los cuatro inferiores y los tres superiores. El corazón logoico
vibra y la respuesta llega de todos los esquemas, debido a que tres
espirillas vibran en cada uno de ellos, pero el Hijo de Dios no es todavía
plena y cósmicamente autoconsciente. Cuando llega la respuesta,
los centros despiertan. Un centro logoico responde plenamente al estímulo
del corazón, y es Venus, quien está pasando por la última
ronda.
El estudiante comete un error si disocia nuestro sistema solar del anterior
y considera que el pralaya, al finalizar este mahamanvantara, será
la última y total consumación de todas las cosas. En el
sistema precedente, el plano físico cósmico alcanzó
cierta capacidad vibratoria, y los devas de las hogueras internas llegaron
(relativamente hablando) a obtener un alto grado de evolución;
entonces resplandecieron los fuegos de la materia. Ciertas
Existencias alcanzaron la autoconciencia en el sistema anterior, son
los nirvanas de los cuales habla H. P. B. (22) Como es de
esperar, están caracterizados por la inteligencia activa, realizada
y desarrollada por medio de la evolución materialista durante
un [e555]mahamanvantara anterior. Son [i687]los Manasadevas y, en su totalidad,
los vehículos de la Mente divina, las fuerzas dhyan-chohánicas,
el conjunto de los Ah-hi. Ciertas eventualidades son posibles debido
a que en el actual sistema solar está predominando la vibración
del plano astral cósmico, la cual llega por medio del cuarto
éter cósmico (donde se hallan, como anteriormente se ha
indicado, los centros etéricos de los Logos planetarios) y de
nuestro plano astral del sistema. Los Hijos del deseo, logoicos
o humanos, pueden aprender ciertas lecciones, pasar ciertas experiencias
y agregar la facultad de amor-sabiduría a la inteligencia previamente
adquirida.
Nuestro Logos solar y los Hombres celestiales están polarizados
en el plano astral cósmico, y el efecto que produce Su energía
vital al afluir a través del Corazón del sistema,
puede observarse en la actividad que despliega el plano astral y en
la parte que el sexo y la pasión desempeñan en la evolución
del hombre. Al finalizar este mahamanvantara habrá nirvanas preparados
para manifestarse en el tercer sistema venidero, y constituirán,
en esencia, amor inteligente activo, debiendo esperar hasta
que los cinco planos inferiores del sistema hayan alcanzado la etapa
vibratoria que les permitirá entrar en dicho sistema, así
como los nirvanas del actual sistema debieron esperar que los tres planos
inferiores fueran capaces de vibrar en respuesta. Estamos hablando aquí
en términos de Hombres celestiales. En el esquema terrestre su
analogía se halla oculta en el advenimiento de los Egos en la
tercera ronda, en la tercera raza raíz y en la tercera cadena.
La individualización, tal como la entendemos, no fue posible
hasta lograr el tercer estado del Pleroma, ya sea universalmente
en lo que se refiere al Hombre celestial o en conexión con la
unidad humana.
Si se considera este tema de abajo hacia arriba el animal del tercer
reino es el que debiera individualizarse. Viéndolo de arriba
hacia abajo es el quinto reino, el espiritual, que anima al tercero
y produce el cuarto o el reino humano autoconsciente. Esta enumeración
[i688]debería
ser estudiada porque encierra un misterio y aunque el verdadero significado
oculto no será revelado hasta la tercera Iniciación mayor,
ni totalmente comprendido hasta la quinta, sin embargo, siempre puede
afluir la luz sobre tema tan difícil. Del mismo modo, en el próximo
sistema solar, la individualización (término inadecuado
para ser aplicado a un estado de conciencia inconcebible aún
para un iniciado de tercera Iniciación) no será posible
hasta la segunda o la sexta etapa del Pleroma. Entonces, la conciencia
resplandecerá en el plano monádico, que constituirá
el plano de la individualización. Todos los estados de conciencia
inferiores a ese nivel elevado serán para el Logos lo que es
para Él ahora la conciencia de los tres mundos Así como
el cuerpo [e556]físico del hombre no es un principio
en la actualidad, todos los planos inferiores al cuarto éter
cósmico tampoco son considerados un principio por el Logos.
Nuestros Angeles solares o devas del fuego actuales, ocuparán
entonces una posición análoga a la de los Pitris lunares
en la actualidad, pues todos formarán parte de la conciencia
divina y, sin embargo, serán esotéricamente considerados
como que se hallan por debajo del umbral de la conciencia.
El hombre tiene que aprender a controlar, guiar y utilizar las sustancias
dévicas de las cuales están compuestos sus cuerpos inferiores;
esta meta implica el desarrollo de la plena autoconciencia, lograda
por intermedio de los ángeles solares o constructores y vitalizadores
del cuerpo egoico; mediante éstos la autoconciencia se convierte
en una realidad. En el próximo sistema solar, tampoco representarán
el tipo de conciencia a que aspira el hombre, pues tendrá que
aspirar a más grandes realizaciones y, nuevamente en sentido
oculto, apoyando sus pies sobre ellas las logrará
aún mayores. En el actual sistema solar, debe ascender apoyando
sus pies sobre la serpiente de la materia. Dominando la materia se eleva
y se convierte en una serpiente de sabiduría. En el próximo
sistema solar, ascenderá por medio de la serpiente de sabiduría,
y dominando [i689]y controlando a los Agnishvattas logrará
algo que ni aún la mente iluminada del más elevado Dhyan
Chohan puede concebir.
a. El Quinto Principio.
Los Angeles solares son los Pitris, los Agnishvattas, los grandes
devas de la Mente, los constructores del cuerpo del Ego y productores
de la individualización o logro de la conciencia.
Algunas afirmaciones amplias y generales fueron expuestas a fin de abocarnos
a esta materia estupenda y práctica, en un esfuerzo por vincular
con el pasado y el futuro al actual sistema solar en su aspecto manásico
fundamental.
La parte que ahora abordaremos
concierne al desarrollo de los divinos Manasaputras, considerados como
un todo colectivo conteniendo a la Mente divina y también a la
Mónada individual que responde a Su vida y forma parte del cuerpo
de estos Dhyan Budas.
a. Considerados cósmicamente. Aquí tiene cabida
una frase oculta. Encierra la clave del misterio de los quíntuples
Dhyanes:
Los Tres superiores cíclicamente al unísono
trataron de conocer y ser conocidos. Los Tres inferiores (sin contar
al octavo) nada sabían ni veían, sólo oyeron y
tocaron. El cuarto no tenía lugar. El Quinto (que es también
el cuarto) formó en el punto medio una TAU cósmica, que
fue reflejada sobre el Séptimo cósmico.
[e557]H.
P. B. afirma (23) (24)que cuando la Mónada se individualiza
tiene más conciencia espiritual que la misma en su propio plano,
el segundo. Debe recordarse aquí que los Logos planetarios encarnan
sólo físicamente en nuestro sistema; sus cuerpos de individualización
se hallan en el planos mental cósmico, por consiguiente, les
resulta imposible [i690]expresarse plenamente durante la manifestación.
Por lo tanto, durante la manifestación, el hombre es apenas
capaz de expresarse a sí mismo plenamente cuando adquiere la
conciencia de los lugares elevados. Antes de estudiar este
quinto principio debemos señalar que los Manasaputras divinos,
en su propio plano, deben ser considerados desde el punto de vista de
la encarnación física, mientras que el hombre puede ser
considerado desde lo que para él constituye un aspecto espiritual.
(25)
La individualización humana o la aparición de los entes
autoconscientes en el plano mental, involucra un desarrollo mayor, porque
se sincroniza con la apropiación, por el Logos planetario, de
un cuerpo físico denso; este cuerpo está compuesto de
materia de nuestros tres planos inferiores. Cuando los centros etéricos
de los Manasaputras en el cuarto plano etérico cósmico
se vitalizan, producen una acrecentada actividad en el plano mental
del sistema, el gaseoso cósmico, y la conciencia del Hombre
celestial y Su energía vital empiezan a hacerse sentir. Simultáneamente,
de acuerdo a la Ley, la fuerza mental o energía manásica
afluye desde el quinto plano cósmico, el mental cósmico.
Esta energía dual, al entrar en contacto con aquello que es inherente
al cuerpo físico denso del Logos, produce analogías en
los centros de ese plano y aparecen los grupos egoicos. Contienen fusionados
en potencia los tres tipos de electricidad, constituyendo ellos mismos
fenómenos eléctricos. Están compuestos de esos
átomos o tipos de vidas que forman parte [e558]de la cuarta Jerarquía [i691]creadora, el conjunto de Mónadas
puramente humanas. Similarmente, esta triple fuerza, producida por la
apropiación consciente del Hombre celestial, anima a la sustancia
dévica, y el cuerpo físico denso del Logos planetario
se manifiesta objetivamente. Esto es lo que se quiere significar en
la enunciación de que los devas se encuentran únicamente
en los tres mundos. Afirmación análoga a aquella donde
se expresa que la humanidad se halla sólo en los tres mundos,
sin embargo, las mónadas humanas, en sus siete tipos, se encuentran
en el plano del espíritu -el plano de la dualidad- así
como también las mónadas dévicas.
Los estudiantes deberían recordar que estos temas esotéricos
pueden expresarse de doble manera:
En términos de los tres mundos, o desde el punto de vista del
cuerpo físico denso logoico.
En términos de fuerza o energía, o desde el punto de vista
del cuerpo logoico pránico o de vitalidad, los cuatro éteres
cósmicos.
Lo que comprendemos por quinto principio sólo es la expresión
en el plano causal de esa fuerza o energía que emana del cuerpo
causal logoico en el quinto plano cósmico, por intermedio de
la analogía logoica de la unidad mental. (Dichas analogías
implican un concepto mucho más avanzado que el que puede tener
un iniciado en la actualidad.) En la quinta ronda, el significado interno
será más evidente para el discípulo. A medida que
la voluntad logoica se transmuta gradualmente en deseo, produciéndose
así la encarnación física, tiene lugar un enorme
descenso de fuerza vitalizadora desde el quinto plano cósmico
hasta llegar a nuestro quinto plano, el mental. Esta fuerza es la que,
en el exacto momento cíclico, en tiempo y espacio y en los tres
mundos, produce ciertos acontecimientos, Su cuerpo físico denso.
El primero es la apropiación, por el Logos, de ese vehículo
físico denso y el surgimiento a la manifestación [i692]del Sol físico y de los planetas
físicos. Aunque desde nuestro ángulo esto abarca un período
de tiempo inconcebiblemente vasto, para el Logos es sólo el breve
período de gestación que sufren todos los cuerpos. Otro
acontecimiento importante lo constituye la apropiación, por
los distintos Prajapatis (26) u Hombres celestiales, de sus cuerpos
físicos -también en distintas épocas de acuerdo
a su etapa evolutiva. Esto por lo general sucede primero [e559]a los tres, luego a los siete. Una
idea del significado de esta diferencia se podrá vislumbrar cuando
se estudie el proceso de la encarnación del ego.
Por lo tanto, ¿ qué encontramos? Ante todo, el impulso o
la voluntad de ser que emana del plano mental; luego, deseo que emana
del plano astral, produciendo la manifestación en el físico
denso.
Esta idea debe extenderse a los tres Logos o Aspectos logoicos, entonces
tenemos la clave del misterio de los nueve Sephiroth, la triple Trimurti.
Puede además observarse el otro acontecimiento -la apropiación,
por las Mónadas individuales de sus cuerpos de manifestación,
en un período aún posterior en tiempo y espacio.
La afluencia de esta fuerza de energía, que emana del quinto
Principio logoico, da lugar a dos cosas:
La apropiación, por el séptuple Logos, de Su cuerpo físico
denso. La aparición de los cuerpos causales de las Mónadas
humanas, en el quinto plano del sistema.
La encarnación para la Vida mayor.
La individualización para las vidas menores. Debe reflexionarse
sobre esto.
[i693]Será
evidente para todos los pensadores por qué el quinto principio
hizo vibrar el tercer aspecto para que entrara en actividad autoconsciente.
b. Considerados hilozoísticamente. (27) Continuando nuestra
consideración del quinto Principio logoico, lo analizaremos en
su aspecto hilozoísta. Hemos visto que puede ser, considerado
como la fuerza, la energía o la cualidad que emana de la unidad
mental logoica en el plano mental cósmico; necesariamente esto
tiene un efecto definido en el quinto plano del sistema y en el quinto
subplano del plano físico, el gaseoso. Antes de tratar en detalle
el tema de los Agnishvattas, tres puntos deben tenerse en cuenta.
Primero, se ha de recordar que todos los planos de nuestro sistema,
considerados como sustancia dévica, forman las espirillas en
el átomo físico permanente del Logos solar. Esto ha sido
ya [e560]señalado antes, pero es necesario
que volvamos a insistir sobre este punto. Toda conciencia, toda memoria
y toda facultad están depositadas en los átomos permanentes.
Aquí estamos tratando de esa conciencia; sin embargo, el estudiante
debe tener en cuenta que en los subplanos atómicos se centraliza
la conciencia logoica (por muy alejada que esté de la Realidad).
Este átomo permanente del sistema solar, que tiene la misma relación
con el cuerpo físico logoico que el átomo permanente humano
con el del hombre, es un receptor de fuerza y, por lo tanto, recibe
emanaciones de fuerza de otra fuente foránea al sistema. Una
idea de la naturaleza ilusoria de la manifestación, tanto humana
como logoica, puede extraerse de la relación que existe entre
los átomos permanentes y el resto de la estructura. El [i694]cuerpo físico humano no puede
existir separado del átomo permanente.
Igualmente las formas y los reinos difieren de acuerdo a la naturaleza
de la fuerza que fluye a través de ellos. En el reino animal
lo que corresponde al átomo permanente, responde a la fuerza
de carácter involutivo que emana de un grupo determinado. El
átomo permanente humano responde a la fuerza que emana de un
grupo en el arco evolutivo y del Rayo de un Logos planetario particular,
en Cuyo cuerpo la Mónada humana tiene un lugar definido.
Segundo, por lo que antecede, será evidente que en este período
de afluencia y desarrollo manásicos nos concierne la adquisición
de la plena vitalidad y la entrada en actividad de la quinta espirilla
logoica; esta vitalización se manifiesta en la intensa actividad
del plano mental y en la triple naturaleza de los fenómenos eléctricos
que en él se observa.
a. El subplano atómico
átomos manásicos permanentes.
Positivo
b. El cuarto subplano
unidades mentales
Negativo.
c. Los grupos egoicos
cuerpos causales
Neutro o equilibrio.
Esto se halla en proceso de manifestación durante el transcurso
de la evolución. Tratamos aquí del aspecto sustancia y consideramos
a la energía en sus diversas manifestaciones. La respuesta de la
sustancia dévica a la afluencia de fuerza en el plano mental tiene
un triple efecto en conexión con el Logos o el Septenario:
Produce una actividad muy acrecentada, en los centros logoicos,
en el cuarto éter cósmico, debido a la acción
refleja que se siente arriba o abajo del plano de actividad.
Estimula los esfuerzos de las especies más desarrolladas
del tercer reino, produciéndose en ello un efecto [i695]
dual, pues [e561]
aparece el cuarto reino de la naturaleza
en el plano físico y las Tríadas se reflejan en los
cuerpos causales que se encuentran en el plano mental.
Como ya se ha dicho, el físico denso
está ligado y coordinado con los cuerpos etéricos
de los Logos solar y planetario. En consecuencia los tres planos
inferiores se sintetizan con los cuatro superiores, y los devas
de un mahamanvantara anterior o ciclo solar, entran en conjunción
con aquellos que pertenecen a un nuevo orden y esperaban las condiciones
adecuadas. La encarnación física del Logos se completa.
Los tres reinos inferiores, que son negativos a la fuerza superior,
la atracción mutua de ambos y su interacción, traen
a la existencia al cuarto reino o humano. Los tres fuegos: de la
mente, del Espíritu y de la materia se unen, iniciándose
el trabajo de la plena autoconciencia.
Por último, el estudiante debería reflexionar muy cuidadosamente
sobre el significado de los números tres, cuatro y cinco en la
evolución de la conciencia. Hasta ahora, la numerología
ha sido estudiada principal y correctamente desde el aspecto sustancia,
pero no desde el punto de vista de la energía consciente. Los
estudiantes, por ejemplo, consideran generalmente a la Tríada
como el triángulo formado por los átomos permanentes manásico,
búdico y átmico; el cubo representa al hombre material
inferior y la estrella de cinco puntas frecuentemente se interpreta
en forma materialista. Todos estos puntos de vista son necesarios y
deben preceder al estudio del aspecto subjetivo, pero el énfasis
se pone más bien sobre lo material; sin embargo, el tema debe
ser estudiado psicológicamente. Los números citados en
este sistema solar, son los más importantes desde el punto de
vista de la evolución de la conciencia. [i696]En el sistema anterior, los números
seis y siete encerraban el misterio. En el próximo sistema, serán
el dos y el uno. Esto se refiere al desarrollo síquico. Permítaseme
ilustrar: La estrella de cinco puntas en el plano mental significa (entre
otras cosas) la evolución, por medio de los cinco sentidos, en
los tres mundos -factibles también de una quíntuple diferenciación-
del quinto principio, la adquisición de la autoconciencia y el
desarrollo de la quinta espirilla.
En el plano búdico, cuando este número resplandece en
la iniciación, significa el pleno desarrollo del quinto principio
o cualidad -el ciclo completo del Ego en los cinco Rayos regidos por
el Mahachohan- la asimilación de todo lo que ha de aprenderse
respecto a ellos y la obtención no sólo de la plena autoconciencia,
sino también de la conciencia del grupo al cual pertenece el
[e562]individuo.
Implica también el pleno desenvolvimiento de cinco pétalos
egoicos, quedando dos, los cuales se abrirán antes de la iniciación
final.
Durante las iniciaciones que se llevan a cabo en el plano mental la
estrella de cinco puntas aparece resplandeciente sobre la cabeza del
iniciado. Significa que las tres primeras iniciaciones se reciben por
intermedio del vehículo causal. Se ha dicho que las dos primeras
se llevan a cabo en el plano astral, lo cual es correcto, pero ha dado
lugar a una mala interpretación. Se sienten grandemente en los
cuerpos físico, astral y mental inferior, controlándolos.
Debido a que se siente el efecto principal en esos cuerpos, el iniciado
puede interpretarlo como que ha tenido lugar en los planos correspondientes,
pues el efecto es muy vivido y estimula ampliamente al cuerpo astral.
Debe recordarse siempre que las iniciaciones principales se reciben
en el cuerpo causal o -cuando están desvinculadas de ese cuerpo-
en el plano búdico. En las dos iniciaciones finales, que liberan
al hombre de los tres mundos y lo capacitan para actuar en el cuerpo
vital logoico y a manejar la fuerza que anima a ese [i697] vehículo, el iniciado se convierte
en la estrella de cinco puntas, que desciende sobre él, se fusiona
con él y se lo ve en el centro de la misma. Este descenso
lo produce la actividad del Iniciador, que maneja el Cetro de Poder,
poniendo al hombre en contacto con ese centro en el Cuerpo del Logos
planetario del cual es una parte, ello se efectúa conscientemente.
Las dos iniciaciones llamadas sexta y séptima tienen lugar en
el plano átmico; la estrella de cinco puntas resplandece
desde dentro de sí misma según una expresión
esotérica, y se convierte en la estrella de siete puntas, la
cual desciende sobre el hombre, entonces él penetra en la Llama.
La iniciación y el misterio de los números conciernen
principalmente a la conciencia, pero no fundamentalmente a la capacidad
de actuar en un plano ni tampoco a la energía de la materia,
como podría deducirse de lo que expresan tantos libros ocultistas.
Se ocupan de la vida subjetiva, la vida como parte de la conciencia
y autorrealización de un Logos planetario o Señor de un
Rayo, y no de la vida en la materia tal como la comprendemos
El Hombre celestial funciona en Su vehículo pránico, encontrándose
allí Su conciencia en lo que a nosotros atañe en este
sistema; trabaja conscientemente por intermedio de Sus centros.
Resumiendo: Hay una etapa en la evolución
de la conciencia en que el tres, el cuatro y el cinco se mezclan y fusionan
perfectamente. De esto surge una confusión debido a dos causas,
siendo ambas el punto de realización individual del estudiante.
Interpretamos y matizamos las afirmaciones de acuerdo al estado de [e563]nuestra conciencia interna. H. P. B.
menciona esto (28)cuando trata de los principios; también
la interpretación de estos números varía de acuerdo
a la clave empleada. Se entra en el reino espiritual o quinto, cuando
las unidades del cuarto reino han conseguido vitalizar la quinta espirilla
en todos los átomos del triple hombre inferior; cuando [i698]han desarrollado tres de los pétalos
egoicos y están en proceso de desarrollar el cuarto y el quinto
y cuando van adquiriendo conciencia de la fuerza pránica del
Hombre celestial.
c. Los Ángeles solares y el quinto principio. Podemos
estudiar ahora a las Entidades relacionadas con ese quinto principio
y el efecto que produce sobre la evolución de la conciencia.
En lo que al hombre se refiere, los Ángeles solares o Agniswhattas,
producen la unión de la Tríada espiritual o Yo divino,
con el Cuaternario o yo inferior. En lo que se refiere al Logos solar
o planetario, producen condiciones por las que el etérico y el
físico denso se convierten en una unidad.
Representan un tipo peculiar de fuerza eléctrica; su trabajo
consiste en mezclar y fusionar y, sobre todo, son los fuegos transmutadores
del sistema y esos agentes a través de cuyos cuerpos flamígeros
pasa la vida de Dios cuando desciende de lo superior a lo inferior y
cuando asciende de lo inferior a lo superior. Los grupos más
avanzados están relacionados con esa parte del centro logoico
coronario que corresponde al corazón, y aquí reside la
clave del misterio de kama-manas. Los ángeles kámicos
son vitalizados desde el centro cardíaco y los ángeles
manásicos desde el centro logoico coronario, por intermedio
del punto, dentro de ese centro, conectado con el corazón. Estos
dos grupos predominantes son la suma total de kama-manas en todas sus
manifestaciones. Los ángeles solares forman tres grupos que se
relacionan con el aspecto autoconciencia y están energetizados
y relacionados con la quinta espirilla del átomo permanente logoico,
funcionando como una unidad.
Un grupo, el más elevado, está vinculado con el centro
logoico coronario ya sea solar o planetario. Actúa con los átomos
permanentes manásicos y representa la voluntad de ser en la encarnación
física densa. Su poder se siente en el subplano atómico,
y en el segundo subplano constituye la [i699]vida y sustancia de dichos planos.
Otro grupo está definidamente relacionado con los cuerpos causales
de todos los egos y es de principal importancia en este sistema solar.
Viene desde el centro del corazón y expresa esa fuerza. El tercer
grupo, que corresponde al centro laríngeo, demuestra su poder
en el cuarto subplano por intermedio de las unidades [e564]mentales. Es la suma total del poder
del Ego para ver, oír y hablar (o emitir sonido) en sentido estrictamente
esotérico.
Aquí se dará una indicación para aquellos que tienen
el poder de ver. Estas constelaciones se relacionan con el quinto principio
logoico en su triple manifestación: Sirio, dos de las Pléyades
y una pequeña constelación que debe ser reconocida por
la intuición del estudiante. Las tres rigen la apropiación
por el Logos, de Su cuerpo denso. Cuando el último pralaya finalizó
y el cuerpo etérico se hubo coordinado, se formó en los
cielos, de acuerdo a la ley, un triángulo que permitió
la afluencia de fuerza produciendo vibración en el quinto plano
del sistema. Ese triángulo persiste aún y es la causa
de la continua afluencia de fuerza manásica; está vinculado
con las espirillas de la unidad mental logoica, y mientras persista
Su voluntad de ser, la energía continuará afluyendo. En
la quinta ronda se hará sentir su máxima potencialidad.
Considerando a las Entidades (79)que dieron el principio manásico
al hombre, debemos recordar que son los seres que en manvantaras anteriores
lograron la realización y -en esta ronda- esperaron el momento
exacto [i700]para entrar, a fin de continuar su
trabajo. Un caso similar puede verse en la entrada -durante la época
atlante- de Egos provenientes de la cadena lunar. La similitud no es
exacta, ya que una condición particular prevalecía en
la luna, y un propósito kármico particular los trajo a
todos en esa época.
Se ha de recordar aquí que en la Luna, el quinto principio de
manas incubó normalmente y se desarrolló gradualmente
el instinto hasta fusionarse imperceptiblemente con manas, que es de
naturaleza similar; en la ronda actual debido a una condición
peculiar fue necesario un estímulo foráneo al planeta
y este grupo especial de Pitris efectuó una transición
de lo inferior a lo superior mediante un descenso de energía,
por conducto del Primario de la Tierra, proveniente de un centro fuera
del sistema.
Las tres rondas centrales, tanto en los planos como en los [e565]principios, son las más importantes
para la evolución de los entes autoconscientes de este sistema,
y este afán por lograr la perfección del tres, del cuatro
y del cinco señala, tanto para el Logos planetario como para
el hombre, el ciclo de madurez. Los ciclos anterior y posterior indican
el progreso hacia la madurez y la cosecha de los frutos de anteriores
experiencias. Las tres Aulas podrían ser consideradas desde este
ángulo y ubicar el periodo central en el Aula del Aprendizaje.
En todos los planetas dichos manasadevas trabajan siempre en tres grupos,
pero variando los métodos empleados de acuerdo a la etapa de
evolución del planeta en cuestión y el karma de su Señor
planetario. Su método de trabajo en la Tierra puede ser estudiado
en La Doctrina Secreta y tiene un interés muy significativo
para los hombres en la actualidad. (30) Los tres grupos deben ser cuidadosamente
considerados desde el punto de vista de su trabajo oculto, y son insinuados
en las frases siguientes:
Aquellos que rehusaron encarnar.
Aquellos que implantaron la chispa de manas.
Aquellos que tomaron cuerpo y modelaron el tipo.
[i701]El
segundo grupo, el intermedio, puede subdividirse en dos grupos menores:
Aquellos que implantan la chispa de manas,
Aquellos que avivan y nutren la llama latente
en los mejores tipos del hombre animal,
formando así nuevamente cinco. Estas afirmaciones han sido aceptadas
en su valor intrínseco, pero se presta poca atención a su
verdadero significado. Mucho se aprovecharía si el lector estudiara
el tema desde el punto de vista de la energía y de la interacción
magnética. Quienes rehusaron encarnar o energetizar con su vida
las formas ya preparadas, actuaban de acuerdo a la Ley y su oposición
a encarnar en estas formas se fundaba en la repulsión magnética.
No podían energetizar las formas proporcionadas porque implicaba
oponerse a aquello que esotéricamente es similar. La vida
menor no era negativa a la Vida mayor. Allí donde fue implantada
la Chispa tenemos la receptividad del aspecto negativo a la fuerza positiva
y por lo tanto el progreso del trabajo. En todos los casos, tenemos sustancia
dévica de una polaridad energetizada por otra polaridad con el
objeto de producir -por mutua interacción- un equilibrio de fuerzas
y obtener un tercer tipo de fenómeno eléctrico.
[e566]El
tema de la llegada de los Señores de la Llama será dilucidado
de ahora en adelante con el título de Individualización.
Aquí tratamos únicamente del trabajo que realizan estas
fuerzas chohánicas desde el ángulo del sistema y del cosmos.
Estas entidades solares, siendo Esencias inteligentes liberadas, estuvieron
en un pralaya de naturaleza secundaria cuando llegó su momento
de reaparecer en la manifestación. Cuando se emitió la PALABRA
que produjo en la Tríada el deseo por autoexpresarse y cuando el
sonido de la manifestación inferior se hubo mezclado con ella y
elevado a los Cielos, como lo expresan los libros esotéricos, [i702]se produjo un efecto que evocó
una respuesta de ciertas constelaciones afines; éstas liberaron
energía que se introdujo en el sistema solar, trayendo consigo
aquellos ángeles solares que descansaban en el Corazón
de Dios hasta que el momento fuera llegado. Su aparición
en el plano mental causó la unión del Espíritu con
la materia y de esta unión nació una Entidad autoconsciente,
elEgo. En niveles cósmicos, tiene lugar un proceso análogo
en relación con estas maravillosas Entidades, como ser el Logos
solar y la Vidas septenarias.
Cuando la energía de un ser humano que trata de encarnar desciende
desde el plano de intenso propósito, el plano mental, al vehículo
físico en el quinto subplano o gaseoso, un estímulo algo
análogo tiene lugar en el cuerpo logoico. Un proceso parecido también
se efectúa en relación con esta energía del cuerpo
humano al estimular la vida de una célula individual: ello provoca
la relativa colaboración inteligente en el trabajo grupal y la
capacidad de ocupar su lugar en el cuerpo colectivo. Lo mismo pasa con
las mónadas humanas, las células del cuerpo logoico. Cuando
la ciencia reconozca este hecho (lo cual demorará todavía
algún tiempo) pondrá su atención sobre las esencias
volátiles del cuerpo, principalmente en el centro cardíaco
y su relación con estos elementos gaseosos. Se hallará que
el corazón no sólo es la máquina que hace circular
los fluidos de la vida, sino que también genera cierto tipo de
esencia inteligente, factor positivo en la vida de la célula.
De esto puede obtenerse alguna idea respecto al proceso microcósmico,
porque la individualización de los entes se realiza por un acontecimiento
macrocósmico que produce efectos en el microcosmos.
Es necesario insistir aquí sobre un último punto. Esotéricamente
comprendido, los cinco Kumaras o cinco Hijos de Brahma, nacidos de la
Mente, son los que personifican esta fuerza manásica en [i703]nuestro planeta; pero sólo reflejan
(en la Jerarquía de nuestro planeta) la función de los cinco
Kumaras o Rishis, Señores de los cinco Rayos que se manifiestan
por intermedio de los cuatro planetas menores y el planeta sintetizador.
[e567]Estos
cinco Kumaras constituyen los canales para esta fuerza, y uno de Ellos,
el Señor del planeta Venus, personifica en Sí Mismo la función
de la quinta Jerarquía. Esto explica la actividad de Venus en el
momento de la individualización en esta ronda. En la próxima
ronda, esta quinta Jerarquía utilizará del mismo modo a
nuestro esquema terrestre, entonces veremos a manas, en plena fructificación,
actuando sobre la familia humana. Esta quinta Jerarquía de Agnishvattas,
en sus muchos grados, personifica el principio Yo, produce
la autoconciencia y construye el cuerpo de realización del hombre.
En tiempo y espacio y, en el plano mental, constituye el Hombre en su
fundamental esencia, capacitándolo para construir su propio cuerpo
de causas, desarrollar su propio loto egoico y liberarse gradualmente
de las limitaciones de la forma que ha construido, y así entrar
-a su debido tiempo- en la línea búdica de energía.
En otras palabras, por medio de su trabajo el hombre puede llegar a ser
consciente sin necesidad de utilizar el vehículo manásico,
pues manas sólo es la forma por la cual se da a conocer un principio
superior. La vida de Dios es influenciada cíclicamente por diferentes
Jerarquías o fuerzas, las cuales construyen temporalmente su vehículo,
la pasan a través de su sustancia, le dan de esta manera cierta
cualidad o coloración y, por este medio, acrecientan su capacidad
vibratoria hasta que, oportunamente, la vida se libera de las limitaciones
jerárquicas. Entonces regresa nuevamente a su fuente eterna con
lo que ha adquirido durante sus experiencias, más la energía
acrecentada, resultado de sus diversas transiciones.
Tengamos cuidadosamente presente que los Rayos son el aspecto positivo
en manifestación y descienden a la [i704]materia negativa, la sustancia dévica
o jerárquica, causando así ciertos indicios de actividad.
Las Jerarquías constituyen el aspecto negativo respecto a los Rayos
y responden al impulso de los mismos. Pero, dentro de cada Rayo y de cada
Jerarquía, en el actual sistema, existe también una fuerza
dual. Los Hijos de Dios son bisexuales. La sustancia dévica, por
ejemplo, también es dual, pues los devas evolutivos son la energía
positiva del átomo, de la célula o de la forma subhumana,
mientras que los electrones o vidas menores dentro de la forma son negativos.
En esto y en la función de la quinta Jerarquía se halla
oculto el enigma de los Manasaputras: nada más puede revelarse
acerca de ello. El secreto de budi, el sexto principio o crístico,
que concierne a estos Hijos de Dios, y el secreto de la Quinta Jerarquía,
vehículo receptor de budi, no pueden ser mencionados fuera de los
círculos iniciáticos. Uno oculta la posibilidad del desarrollo
del Ego y el otro el karma de los Hombres celestiales, los cinco Kumaras.
[e568]El
quinto principio de manas está personificado en los cinco Kumaras
y, si el estudiante analiza el significado de los primeros cinco pétalos
que se abren en el loto egoico, puede considerarse al borde del misterio.
El quinto Rayo, el Rayo del quinto Kumara, responde poderosamente a la
energía que fluye a través de la quinta Jerarquía.
Como el estudiante de ocultismo ya sabe, el Señor del quinto Rayo
mantiene ese lugar en la enumeración septenaria, pero de acuerdo
a la quíntuple clasificación ocupa el tercer lugar o el
del medio.
1.
El Señor cósmico de Voluntad o Poder
2.
El Señor cósmico de Amor-Sabiduría
3.
El Señor cósmico de Inteligencia
Activa
1
4.
El Señor cósmico de Armonía
2
5.
El Señor cósmico de Conocimiento
Concreto
3
6.
El Señor cósmico de Idealismo Abstracto
4
7.
El Señor cósmico de Magia Ceremonial
5
[i705]Debe
meditarse sobre esto y tener presente Su estrecha vinculación
como transmisor de fuerza dentro de la cadena lunar, la tercera cadena,
en relación con el tercer reino o reino animal, y la tercera
ronda. Uno de los símbolos que puede encontrarse en los registros
arcaicos en lugar de Su nombre o descripción es una estrella
de cinco puntas invertida, con el Triángulo luminoso en el centro.
Se observará que los puntos involucrados en este símbolo
suman ocho -representan ese estado peculiar de conciencia que se produce
cuando la mente es el matador de lo Real. Aquí se oculta el secreto
del avitchi (31)planetario, así como el tercer esquema
principal puede ser considerado como el avitchi del sistema; en un tiempo
la Luna mantenía una posición análoga en relación
con nuestro esquema. Esto debe ser interpretado en términos de
conciencia y no de lugar.
Ciertas cosas sucederán en el punto medio de la quinta ronda.
La quinta Jerarquía ascenderá a su pleno poder. Esto precederá
al Día del Juicio y marcará una etapa de tremenda lucha,
pues el vehículo manásico manas (que ellos
personifican) luchará contra el traslado de la vida interna (budi).
Por lo tanto, se desarrollará en una escala racial, involucrando
a millones de seres simultáneamente, repetición de la
misma lucha librada por el [e569]hombre que trata de trascender la mente
y vivir la vida del Espíritu. Éste será el Armagedón
final, el Kurukshetra planetario, seguido por el Día del Juicio
en el que serán expulsados los Hijos de Manas y regirán
los Dragones de Sabiduría. Esto sólo significa que aquellos
que posean un principio manásico ya sea superpoderoso o subdesarrollado,
se los considerará fracasados y [i706]tendrán que esperar un período
más conveniente para evolucionar, mientras que a quienes vivan
la vida búdica, la cual acrecienta su fuerza -hombres espirituales,
aspirantes, discípulos de diversos grados, iniciados y adeptos-
se les permitirá seguir el curso natural de la evolución
en el esquema actual.
El misterio de Capricornio se halla oculto en estos cinco y en las palabras
bíblicas los corderos y las cabras. (32)El cristiano se refiere a ello cuando dice
que el Cristo reinará en la tierra mil años, durante los
cuales será aprisionada la serpiente. El principio crístico
triunfará por el resto del manvantara y la naturaleza material
inferior y la mente entrarán en la pasividad hasta la próxima
ronda en que se presentará una nueva oportunidad para algunos
de los grupos descartados, aunque la mayoría será mantenida
en suspenso hasta otro sistema. Algo similar volverá a tener
lugar en la quinta cadena pero, como esto se relaciona con un centro
del Logos planetario del que sabemos muy poco, no es necesario extendernos
sobre él.
Las cadenas planetarias personifican a los centros y, a medida que éstos
se van despertando y son estimulados, permiten venir a la encarnación
física a ciertos tipos de manasaputras. El tipo regido por la
energía de la quinta cadena es poco conocido, pues está
todavía evolucionando en el quinto esquema, de manera que considerarlo
sería perder tiempo. Se relaciona con el desarrollo del quinto
pétalo egoico de un Logos planetario en Su propio plano y, por
consiguiente, con la actividad de la quinta espirilla. Cuando llegue
la hora, estas unidades de energía, provenientes de otro esquema,
entrarán en una corriente de energía cósmica
que pasará a través de un triángulo particular
del sistema, en la misma forma que los egos entraron en esta ronda.
Debería observarse aquí que los ángeles solares,
relacionados con la quinta Jerarquía, son naturalmente un factor
potente en la evolución del quinto reino o espiritual; posibilitan
esto porque no sólo [i707]tienden un puente sobre la separación
que existe entre el cuarto y el tercer reinos, sino que lo hacen también
entre el cuarto y el quinto.
Es necesario que sigamos considerando esta cuestión del quinto
principio por dos razones:
[e570]Primero,
porque para nuestro propósito, el tema ha sido bastante dilucidado
anteriormente en una de las partes de este tratado; segundo, porque
no puedo en este momento revelar totalmente al manas cósmico
y a las entidades que llegan con esa influencia. Lo que ha sido dado
en La Doctrina Secreta y los detalles suplementarios suministrados
aquí, bastarán para la investigación de los estudiantes
de la próxima generación .Cada generación deberá
producir a quienes son capaces de comprobar por sí mismos algún
hecho subjetivo; emplearán lo exotérico y conocido como
peldaños en el sendero del conocimiento perfecto. Adquirirán
y divulgarán el conocimiento y, cincuenta años después
de realizar su trabajo, los muchos reconocerán la verdad revelada
por los pocos. Esto se puso en evidencia en el caso de H. P. B. En la
actual corriente de esfuerzo será vindicada La Doctrina Secreta,
quedando justificado su trabajo.
b. La Individualización.
a. El trabajo de los Ángeles solares. Consideraremos brevemente
la construcción general del cuerpo del Ego enumerando sus partes
componentes y teniendo presente que la forma está debidamente
preparada antes de ser ocupada. Por el estudio de este cuerpo podemos
obtener alguna idea y cierta iluminación respecto a la Individualización
macrocósmica.
El cuerpo causal, llamado a veces (inadecuadamente) karana sarira,
está localizado en el tercer subplano del plano mental, el plano
abstracto inferior, donde el Rayo del tercer Logos proporciona la necesaria
luz para la construcción. (Ello se debe a que cada
subplano está especialmente influenciado por su Número,
Nombre o Señor). Cuando llega el [i708]momento de coordinar los vehículos
de budi, ciertos grandes Seres, los Señores de la Llama o Manasadevas,
por medio de una fuerza externa impulsora, entran en conjunción
con la materia de ese subplano y lo vitalizan con Su propia energía.
Constituyen un impulso nuevo y positivo que coordina la materia del
plano, produciendo un temporario equilibrio de fuerzas. He aquí
el significado de la condición blanca o trasparente,
del nuevo cuerpo causal. Permanece con el ego recién nacido,
primeramente para romper el equilibrio y luego para recuperarlo al final
del proceso, produciendo una radiante forma de colores primarios.
Cuando llegan los Manasadevas para producir la autoconciencia y llevar
a cabo la encarnación de los Egos divinos, cuatro cosas tienen
lugar en ese plano. Si a éstas el estudiante agrega lo que ya
he citado en diversos libros ocultistas referente al efecto de la individualización
en el hombre animal y la aparición como [e571]identidad autoconsciente en el plano
físico, le proporcionará una hipótesis activa mediante
la cual el hombre puede emprender científicamente su propio desarrollo.
A continuación se mencionarán de acuerdo a su aparición
en tiempo y espacio:
Primero. Se inician en el tercer subplano del plano mental ciertos
impulsos vibratorios nueve en total- que corresponden a la quíntuple
vibración de estos Manasadevas en conjunción con la cuádruple
vibración iniciada desde abajo, inherente a la materia de este
subplano, el quinto desde el punto de vista inferior. Esto produce el
loto egoico nónuple, que en esta etapa está muy
cerrado, con los nueve pétalos plegados uno sobre otro, siendo
luz vibrante y centelleante pero no de brillo excesivo.
Estos capullos de loto se agrupan de acuerdo a la influencia
particular de los quíntuples Dhyanes, los que actúan sobre
ellos, construyéndolos con Su propia sustancia y coloreándolos
débilmente con el fuego de manas. [i709]Segundo.
Aparece un triángulo en el plano
mental producido por la actividad manásica; este triángulo
de fuego comienza a circular lentamente entre el átomo manásico
permanente y un punto en el centro del loto egoico y desde allí
a la unidad mental que ha aparecido en el cuarto subplano por medio
del instinto innato, la cual se asemeja a la mentalidad. Este triángulo
de fuego, formado por fuerza manásica, puramente eléctrica
acrecienta su brillo para lograr una respuesta vibratoria tanto de lo
inferior como de lo superior. Este triángulo es el núcleo
del antakarana. El trabajo del hombre altamente desarrollado consiste
en reducir este triángulo a una unidad y, por medio de su aspiración
elevada (que es simplemente deseo transmutado, el cual afecta a la materia
mental), lo dirige al Sendero, reproduciendo así, en forma sintética
y más elevada, el sendero anterior por el cual descendió
el Espíritu para tomar Posesión de su vehículo,
el cuerpo causal, llegando desde allí al Yo personal inferior.
Tercero. En cierta etapa de actividad vibratoria, el trabajo realizado
por los Señores de la Llama, al producir un cuerpo o forma y
una vibración que exige respuesta prácticamente da lugar
a un acontecimiento simultáneo.
En la línea del triángulo manásico tiene lugar
una afluencia que desciende desde budi hasta alcanzar un punto en el
centro mismo del loto. Allí, por el poder de su propia vibración,
se origina un cambio en la apariencia del loto. En el corazón
mismo del loto y aparecen tres pétalos más que se cierran
sobre la llama central, cubriéndola totalmente y permaneciendo
encerrada hasta llegado el momento de revelar la Joya en el Loto.
Como vemos, el loto egoico está compuesto de doce pétalos,
nueve de los cuales [e572]aparecen en esta etapa en forma de
capullo, estando tres totalmente ocultos y secretos.
Al mismo tiempo los tres átomos permanentes están encerrados
dentro del loto y el clarividente los ve como tres puntos de luz en
la parte inferior del capullo, debajo [i710]de la parte central. En esta etapa
forman un triángulo que arde tenuemente. El cuerpo causal, aunque
en estado embrionario, pero completo en su triple naturaleza, está
preparado para entrar en plena actividad a medida que transcurren los
eones. El aspecto materia, que concierne a la forma material
del hombre en los tres mundos, o a su Yo personal inteligente activo,
puede ser desarrollado y controlado por intermedio de la unidad mental
del átomo astral permanente y del átomo físico
permanente. El aspecto Espíritu se halla oculto en el
corazón del loto, para ser revelado a su debido tiempo cuando
los manasadevas hayan realizado su trabajo. La voluntad perdurable está
allí eternamente. El aspecto conciencia que personifica
el amor sabiduría del Ego divino, al revelarse por intermedio
de la mente, se encuentra predominantemente allí, y en los nueve
pétalos y en su capacidad vibratoria residen ocultas toda oportunidad,
capacidad innata para progresar y habilidad para funcionar como una
unidad autoconsciente, esa entidad denominada Hombre. (33)Mahadeva reside en el corazón, Surya o Vishnu lo revela
en Su esencia como la Sabiduría del Amor y el Amor de la Sabiduría,
y Brahma, el Logos Creador, hace posible esta revelación. El
Padre en los >[i711]Cielos será revelado por el
Cristo, el Hijo, mediante el método de la [e573]encarnación, siendo posible
por el trabajo del Espíritu Santo. Todo esto se lleva a cabo
por el sacrificio y la meditación de ciertas entidades cósmicas
que Se ofrendan Ellas Mismas a fin de que el Hombre pueda
ser. Dan de su misma esencia aquello que se necesita para producir el
principio individualizador y lo que llamamos autoconciencia,
a fin de que el Espíritu divino adquiera una vida más
plena dentro de las limitaciones que proporciona la forma, mediante
las lecciones aprendidas durante el largo peregrinaje y la asimilación
lograda en múltiples existencias.
Cuarto. Cuando han ocurrido estos tres acontecimientos la luz
y el fuego que circulan alrededor del triángulo manásico
se retiran al centro del loto, y este prototipo del futuro
antakarana, si puede expresarse así, desaparece. La triple energía
de los pétalos, los átomos y la joya se han
centralizado, porque ha de generarse el impulso que hace descender energía
desde el nuevo vehículo causal hasta los tres mundos del esfuerzo
humano.
Hemos tratado el método de la individualización mediante
la introducción de los Señores de la Llama, pues es el
método más importante en este sistema solar; cualquier
método que se siga en los diversos esquemas y cadenas la individualización
-durante la etapa intermedia- constituye la ley universal. Debido a
que las condiciones kármicas tienen que ver con un Logos planetario,
podrán efectuarse modificaciones y ponerse en acción a
manasadevas cuya actividad puede no ser exactamente igual, pero los
resultados son siempre similares, pues los Egos divinos en sus cuerpos
causales poseen instrumentos análogos para trabajar.
El último punto de gran significado es que los Agnishvattas
construyen los pétalos empleando Su propia sustancia sustancia
energetizada por el principio [i712]del
Yo ismo o ahamkara. Éstos energetizan a los átomos
permanentes con Su propia fuerza positiva, para llevar, oportunamente,
a su máxima actividad y utilidad a la quinta espirilla. Toda
posibilidad y esperanza, todo optimismo y todo éxito futuro se
hallan ocultos en esto.
Como hemos visto, el trabajo de los Agnishvattas en el plano mental
dio por resultado un descenso de fuerza o energía desde la Mónada
(o espíritu) y, en conjunción con la energía del
cuaternario inferior, se produjo la aparición del cuerpo del
Ego en el plano mental. En la luz eléctrica común tenemos
una vaga ilustración del pensamiento que estoy tratando de expresar.
La luz se crea por la aproximación de los dos polos. Mediante
un tipo análogo de fenómeno eléctrico brilla la
luz de la Mónada, pero tenemos que extender la idea a los planos
más sutiles y tratar con siete tipos de fuerza o energía
en conexión con un polo y con cuatro respecto al otro. Para el
proceso de la individualización [e574]existe una fórmula científica
que explica este contacto dual, con sus diferentes tipos de energía,
mediante un solo símbolo y guarismo, pero no puede ser revelado
aquí.
Los Manasadevas están energetizados por la fuerza proveniente
del plano mental cósmico -fuerza que ha estado siempre en actividad
desde que se individualizó el Logos solar en kalpas muy remotos.
Personifican en Su naturaleza colectiva la voluntad o propósito
del Logos, y son los prototipos cósmicos de nuestros
Angeles solares. Los ángeles solares del plano mental del sistema
personifican esa medida de voluntad y propósito que el Logos
puede manifestar durante una sola encarnación y que Ellos, en
grupos, pueden desarrollar. Por consiguiente, trabajan por intermedio
de grupos egoicos y principalmente, después de la individualización,
sobre las unidades mentales de los entes separados que componen los
grupos. Éste es Su trabajo secundario, el cual puede ser descrito
parcialmente de la manera siguiente:
[i713]Primero,
realizan la unión del Ego divino
con el Yo personal inferior. Esto ya lo hemos tratado.
Segundo, trabajan por intermedio de los entes mentales, plasmando
sobre el átomo, por microscópica que sea, esa parte del
propósito logoico que el individuo puede realizar en el plano
físico. Al principio su influencia es asimilada inconscientemente
y el hombre responde al plan ciega e ignorantemente. Luego, a medida
que prosigue la evolución, su trabajo es reconocido por el hombre
al colaborar conscientemente con el plan de la evolución. (34)
Después de la tercera iniciación predomina el aspecto
voluntad o propósito.
Debe señalarse aquí que la fuerza positiva de los Manasadevas
produce la iniciación. Su función está representada
por el Hierofante. Éste, viendo ante Sí el vehículo
de budi, pasa el voltaje desde los planos superiores a través
de Su cuerpo y, por medio del Cetro (cargado con fuerza manásica
positiva), transmite al iniciado esta energía manásica
superior a fin de que pueda conocer [e575]conscientemente y reconocer el plan
correspondiente al chakra o centro, que forma ese grupo por medio de
un estímulo grandemente acrecentado. Esta fuerza, por conducto
del antakarana, desciende desde el átomo manásico permanente
y va dirigida a cualquier centro que el Hierofante -de acuerdo a la
Ley- ve que ha de ser estimulado. Estabiliza la fuerza y regula su afluencia
cuando circula a través del Loto egoico para que, al realizarse
el trabajo de desenvolvimiento, pueda revelarse el sexto principio en
el Corazón del Loto. Después de cada iniciación
el Loto se abre algo más [i714]y la luz central comienza a resplandecer
-luz o fuego que quema los tres pétalos del relicario, permitiendo
que la plena gloria interna sea vista y se manifieste el fuego eléctrico
del espíritu. Como esto se realiza en el segundo subplano del
plano mental (sobre el que está ahora situado el loto egoico)
tiene lugar un estímulo en la sustancia densa que forma los pétalos
o ruedas de los niveles astral y etérico.
b. La individualización y las razas. Sí este tratado
no sirve otro propósito que llamar la atención de los
que estudian ciencia y filosofía para que estudien la fuerza
o la energía en el hombre y en los grupos, e interpreten al hombre
y a la familia humana en términos de fenómenos eléctricos,
mucho bueno se habrá logrado. La polaridad de un hombre, de un
grupo y de un conjunto de grupos; la polaridad de los planetas y su
relación entre sí y con el Sol; la polaridad del sistema
solar y su relación con otros sistemas; la polaridad que tiene
un plano con otro y un principio con otro; la polaridad de los vehículos
más sutiles y la aplicación científica de las leyes
de la electricidad a todo lo existente en el plano físico, traerá
una revolución en este planeta sólo comparable a la efectuada
en el momento de la individualización. Señalaría
aquí cierto hecho significativo que los estudiantes deberían
considerar cuidadosamente.
En la tercera raza raíz (35)tuvo lugar la individualización.
Acontecimiento que se hizo posible debido a ciertas condiciones y relaciones
de polaridad y porque las leyes científicas fueron comprendidas
y los Conocedores [i715]aprovecharon una condición eléctrica
particular para apresurar la evolución de la raza. Fue un estupendo
tipo de fenómeno eléctrico que produjo las luces
que siempre [e576]arden, resultado del conocimiento
de la ley natural y su adaptación a la oportunidad.
En la cuarta raza raíz la adaptación de la fuerza
se inició de otra manera. Allí también se aprovechó
el momento y la oportunidad para abrir la puerta al quinto reino, aplicando
el método de iniciación forzada. Un tercer tipo de electricidad
desempeñó su parte para producir este acontecimiento,
y el efecto que produce este fenómeno eléctrico sobre
los entes (siendo ellos mismos centros de energía) -científicamente
considerados- indica que el hombre ya está preparado para la
ceremonia de la iniciación y dispuesto para transmitir energía
espiritual al mundo. Técnicamente cada iniciado es un transmisor
de fuerza, por lo tanto su trabajo es triple y consiste en:
Proporcionar un triple vehículo capaz de ofrecer la necesaria
resistencia a la fuerza, recibirla y también retenerla.
Transmitirla como energía al mundo al cual sirve.
Almacenar cierta cantidad de la misma para un doble propósito:
Proporcionar una reserva de fuerza para
casos de emergencia y trabajo especial que puedan requerir los
Grandes Seres.
Actuar como dínamos para ese grupo
inmediato que toda alma avanzada, discípulo e iniciado,
reúne a su alrededor en cualquiera de los planos en los
tres mundos.
En la quinta raza raíz podrá esperarse otro trascendente
acontecimiento, qué sucederá en un futuro inmediato, y se
inició conjuntamente con la energía que culminó oportunamente
en la guerra mundial. El primer efecto que se produce al aparecer un nuevo
estímulo eléctrico, proveniente de centros que se hallan
[i716]fuera
del sistema, consiste en causar primeramente una destrucción que
conduce a la revelación. Lo que está aprisionado debe ser
liberado. Así acontecerá en la actual raza raíz,
la quinta. Ciertas fuerzas cósmicas ya están actuando y
aún no se evidencia el pleno efecto de su energía. La Jerarquía
aprovechará esta fuerza entrante a fin de impulsar los planes planetarios.
En todos los casos el efecto producido por el fenómeno se siente
en cualquiera de los reinos además del humano. Durante el período
de individualización es evidente que tuvo lugar un grandioso estímulo
en el reino animal, estímulo que ha persistido y conducido
a ese fenómeno denominado animales domésticos
y su etapa de inteligencia relativamente elevada comparada con la de los
animales salvajes. En los días atlantes, la apertura de la puerta
que conduce al quinto reino, o etapa de conciencia búdica, produjo
un profundo efecto en el reino [e577]vegetal.
Dicho efecto puede observarse en los
resultados obtenidos por Burbarh, siendo de la misma naturaleza que el
proceso iniciático en el hombre e involucrando la rápida
adquisición de una perfección relativa.
En el trascendental e inminente acontecimiento, la gran revelación
que se aproxima, la Jerarquía aprovechará nuevamente el
momento y la energía para producir ciertos acontecimientos que
tendrán lugar principalmente en el reino humano, pero también
se observará como regeneración de fuerza para el reino
mineral. Cuando la energía se sintió por primera vez
en el reino humano, produjo esas condiciones causantes de la tremenda
actividad que desembocó en la guerra y también de la actual
tensión mundial; en el reino mineral afectó a algunos minerales
y elementos, y aparecieron las sustancias radiactivas. Esta característica
(o radiactividad) de la pechblenda (o pecblenda, mineral de uranio) y
demás unidades involucradas, constituye comparativamente un nuevo
desarrollo de acuerdo a la ley evolutiva y, aunque latente, sólo
[i717]necesitó
la extracción del tipo de energía que ya comienza a afluir
en la tierra. Esta fuerza comenzó a afluir a fines del siglo dieciocho
y no se siente aún su pleno efecto, pues pasarán centenares
de años antes de que desaparezca. Por su intermedio será
posible hacer ciertos descubrimientos, y durante su vigencia vendrá
el nuevo orden. Los Grandes Seres que conocen el tiempo y el momento,
harán que se produzca en nuestra raza raíz esos acontecimientos
que se sucedieron en la tercera y cuarta razas.
c. Métodos de individualización. Hemos visto ya que
el método característico de individualización en
este sistema solar es el resultado de la fuerza que emana del plano mental
cósmico, impeliendo a la actividad a esos entes cuya función
consiste en formar el cuerpo egoico, construyéndolo con su propia
sustancia viviente en el plano mentaI, y, por medio de sus propias cualidad
y naturaleza, dotan a los entes humanos del plano físico con la
facultad de autoconciencia, produciendo así al Hombre. Su trabajo
consiste en energetizar a las unidades mentales de los hombres, en coordinarlas
por medio de la fuerza que ellas personifican y en energetizar los cuerpos
del triple hombre inferior para que a su debido tiempo puedan expresar
inteligentemente la voluntad y el propósito del Pensador inmanente.
Llevando a cabo esta función, en el caso de la familia humana,
se producen ciertas condiciones en los planetas y en el sistema.
Los cuerpos denso y etérico del Logos y de los Logos planetarios
se fusionan, proporcionando así un coherente vehículo de
expresión de dichas Entidades cósmicas.
Cuando el ser humano obtiene la autoconciencia llega a su [e578]consumación la plena conciencia
del Logos involucrado. Es el momento de la fructificación y (desde
cierto punto de vista esotérico) marca la realización del
Septenario perfecto. Los tres reinos involutivos o elementales, y los
tres subhumanos [i718]hallan su séptimo principio en
el cuarto reino de la naturaleza 3 + 4 = 7. Cuando la vida de Dios ha
circulado a través de los siete reinos, se adquiere la plena autoconciencia,
desde un punto de vista relativo, y el Hijo está por alcanzar la
realización. Entonces esta perfección relativa debe lograrse
también en otras etapas, en las que la autoconciencia separada
de las Entidades implicadas (humanas o planetarias), debe eventualmente
fusionarse con la conciencia universal.
También son estimulados ciertos centros en los cuerpos logoico
y planetario, y los Rayos (si se puede expresar así) se hacen radiactivos.
Esta radiación traerá oportunamente la actividad grupal
consciente que lleva a la interacción planetaria que, de
acuerdo a la Ley de Atracción y Repulsión, traerá
una eventual síntesis.
En niveles cósmicos o fuera del sistema, el proceso de individualización
produce la actividad correspondiente en el cuerpo egoico del Logos, por
eso se acrecienta la vibración en ese centro del cuerpo de AQUEL
SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, y que nuestro Logos lo representa. Produce
también una reacción o reconocimiento oculto
en el prototipo del Septenario, los siete Rishis de la Osa Mayor, y esta
reacción en círculos cósmicos persistirá hasta
el fin del Mahamanvantara, cuando el Logos se libere (aunque momentáneamente)
de la existencia en el plano físico.
Esto también produce una liberación cíclica de fuerza
desde el plano mental cósmico. En la actual ronda, la cuarta, la
fuerza máxima de este ciclo se sintió en la tercera raza
raíz. En la próxima ronda y en la cuarta raza raíz,
durante un período muy breve, un nuevo ciclo alcanzará su
cenit y volverá a abrirse la puerta de la individualización
a fin de permitir la entrada de ciertos Egos muy avanzados que tratan
[i719]de
encarnar para realizar un trabajo especial. Esta ronda no proporcionará
cuerpos adecuados a su necesidad. La próxima podría hacerlo
si los planes se llevan a cabo como fueron proyectados. En este caso,
los Manasadevas correspondientes no individualizarán a hombres
animales como en la ronda anterior, sino que estimularán el germen
mental en esos miembros de la actual familia humana, que como dice H.
P. B., aunque aparentemente son hombres, no poseen la chispa de la mente.
(36)En los próximos
setecientos años, estas razas [e579]aborígenes inferiores prácticamente
morirán y -en esta ronda- no reencarnarán, siendo por lo
tanto rechazados. En la ronda siguiente la oportunidad volverá
a presentarse y los Manasadevas reiniciarán el trabajo de formar
núcleos individualistas para el desarrollo de la autoconciencia.
Los Egos que esperan la oportunidad lógicamente no entrarán
hasta que el tipo humano de esa era esté suficientemente refinado
para su propósito. Su tarea consiste en desarrollar el sexto pétalo
del Loto egoico logoico, siendo de tal naturaleza que apenas podemos imaginarlo.
Se hallan en la línea de los Budas de Actividad, quienes se han
liberado para el actual mahamanvantara, mientras que los Egos ya mencionados
tienen todavía algo que evolucionar. Podrían entrar
sólo a mediados de la quinta ronda y constituyen un grupo de iniciados
que detuvieron su propia evolución (hablando técnicamente)
a fin de realizar un trabajo especial en el planeta Vulcano; por lo tanto
deberán volver para continuar y terminar aquello que quedó
sin realizar. Dados los resultados de su experiencia en Vulcano, el vehículo
físico debería ser de tal calidad que en estos momentos
y en la actual ronda producirían un desastre si encarnaran.
En la individualización de la próxima ronda se observarán
indicios del tercer método -el del próximo sistema. [i720] Dicho método ha sido descrito
como de abstracción oculta. Se relacionará con
la extracción de la vitalidad latente en el tipo más inferior
de los seres humanos que existan en esa época (mediante el conocimiento
de la constitución etérica del cuerpo) y temporariamente
se les aplicará el fuego latente a fin de acrecentar la actividad
del germen o chispa mental, efectuándose por la acción dinámica
de la voluntad. Esta fraseología parecerá incomprensible
y casi sin sentido si se la considera en términos de conciencia
y de espiritualidad, pero cuando el estudiante analiza el fenómeno
en términos del plano físico cósmico y, desde el
punto de vista de los subplanos gaseoso y etérico, entonces verá
que en todos estos fuegos septenarios existe siempre en realidad el fuego
de la materia y que esas diversificaciones séptuples de los fenómenos
eléctricos pueden afectarse recíprocamente.
Durante el mahamanvantara pueden observarse los tres métodos de
individualización empleados en nuestro esquema planetario en:
La cadena lunar, se empleó el
método de la evolución gradual de la autoconciencia
por ley natural.
La cadena terrestre se emplea el método
de lograr la autoconciencia con la ayuda de agentes foráneos.
Método característico de este sistema.
Las próximas
ronda y cadena se emplearán en forma [e580]
embrionaria el método de abstracción
por el poder de la voluntad.
Los he considerado desde el punto de vista de
nuestro propio esquema. En todos los esquemas en que se encuentra el
hombre, en un período u otro, se entrará en contacto con
estos tres métodos, los cuales señalan el control gradual
que ejerce el Logos en los niveles cósmicos de Su triple naturaleza
inferior. En el primero, la analogía reside en la conciencia
latente de la materia y actúa por la Ley de Economía.
Tiene que ver principalmente con la Autoconciencia del Logos [i721]en Su cuerpo físico denso y
Su polarización dentro del mismo. Igualmente puede decirse del
Hombre celestial; el misterio del mal reside parcialmente en la disposición
de ciertas entidades cósmicas (particularmente nuestro Logos
planetario en la cadena lunar) para continuar polarizadas en el cuerpo
físico etérico después de haber dominado, por supuesto,
al aspecto materia u obtenido el control del tercer Fuego en un sistema
anterior. He aquí otro indicio para el estudiante inteligente
respecto al mal actual en este planeta.
La segunda analogía concierne a la latente conciencia de
deseo y actúa bajo la Ley de Atracción, ley de este
sistema que se refiere a la capacidad del Logos para amar sabiamente,
en el sentido oculto del término; tiene relación con la
polarización del Logos en Su cuerpo astral y produce el fenómeno
llamado actividad sexual en todos los planos del sistema.
En el sistema anterior la emancipación se efectuó por
medio de la facultad de discriminación, aunque dicha palabra,
tal como se la emplea hoy, sólo explica vagamente el proceso
operado en el sistema en aquellos días. La fuerza engendrada
durante dicho proceso inició esa vibración que persiste
hoy en la materia. Lo evidencia el átomo de la sustancia por
su inteligencia activa y selectiva capacidad discriminadora. En nuestro
sistema, la emancipación tendrá lugar por medio del desapasionamiento
esotérico; esto dejará también su impronta
en la materia, coloreándola de tal manera que en el tercer sistema
la sustancia primordial poseerá una segunda cualidad. En el próximo
sistema el método del desapego por medio de la abstracción
será lo que más se asemejará al proceso de liberación,
pero es inútil que el hombre especule sobre ello pues su mente
no puede concebirlo.
d. Los Avatares. Su naturaleza y trabajo. En la exposición
precedente hemos vinculado el fenómeno de la individualización
con la apropiación, por parte del Logos o un Logos planetario,
de Su vehículo físico [i722]y de Su existencia autoconsciente por
intermedio del cuerpo físico. Aquí podríamos dilucidar
un tema muy difícil y misterioso -el de los AVATARES, y aunque
no podremos tratarlo [e581]en toda su magnitud, porque es uno
de los misterios más ocultos y secretos, quizás podamos
arrojar alguna luz sobre él.
Con el fin de obtener claridad y elucidar un tópico extremadamente
difícil sobre todo para la mente occidental (teniendo en cuenta
el hecho de que no ha llegado todavía a comprender racionalmente
la reencarnación) sería conveniente dividir en cinco grupos
los diferentes tipos de avatares, teniendo en cuenta que cada avatar
es un Rayo emanado de una fuente puramente espiritual, y sólo
una entidad autoconsciente adquiere el derecho para trabajar en esta
forma particular por haber logrado la realización durante una
serie de vidas anteriores.
Avatares cósmicos.
Avatares solares.
Avatares interplanetarios.
Avatares planetarios.
Avatares humanos.
Como acabo de decir, un avatar es un Rayo de gloria refulgente y perfecta
que se reviste de materia con el propósito de servir. En el sentido
estricto de la palabra todos los avatares son almas liberadas, con la
diferencia de que los avatares cósmicos y solares se han liberado
de los dos planos inferiores de los planos cósmicos, mientras que
los avatares planetarios e interplanetarios sólo se han emancipado
del plano físico cósmico, los planos de nuestro sistema;
el avatar humano ha logrado liberarse de los cinco planos del esfuerzo
humano. En sentido estrictamente técnico e inferior, un Maestro
encarnado físicamente constituye un tipo de avatar, porque es un
alma liberada que ha elegido encarnar con un propósito
específico, pero [i723]de esto no nos ocuparemos. Podemos subdividir
estos grupos a fin de aclarar más nuestras ideas.
1. Avatares cósmicos: representan la fuerza personificada
proveniente, entre otros; de los siguientes centros cósmicos:
Sirio.
Una de las siete estrellas de la Osa Mayor,
animada por el arquetípico Señor de nuestro tercer
Rayo principal.
Nuestro centro cósmico.
Representan a entidades tan alejadas de la conciencia del Hombre como
el hombre lo está de la conciencia del átomo de sustancia.
Millares de esos grandes ciclos denominados cien años de
Brahma, han pasado desde que Ellos se aproximaron a la etapa humana,
personificando la fuerza y la conciencia que se ocupa de la coordinación
inteligente de los Cielos estelares.
Han realizado todo lo que el hombre puede concebir, tal como [e582]trascender la voluntad, el amor y la
inteligencia, y a esta triple síntesis le han agregado cualidades
y vibraciones, las cuales no tenemos palabras para expresarlas, ni siquiera
pueden ser visualizadas por nuestros adeptos más elevados. Muy
rara vez aparecen en un sistema solar y sólo son reconocidos en
los dos planos superiores. Sin embargo, dada la naturaleza material de
nuestro sistema solar, Su advenimiento constituye literalmente la aparición,
en forma física, de un Ser espiritual plenamente consciente.
Dichas Entidades, provenientes de Sirio, aparecen cuando el Logos solar
recibe una iniciación, y están vinculadas peculiarmente
con los cinco Kumaras y por medio de ellos (utilizados como puntos focales
de fuerza) con el departamento del Mohachohan en todas las Jerarquías
ocultas del sistema. Sólo una vez, en relación con la aparición
en tiempo y espacio de los cinco Hijos de Brahma nacidos de la mente,
un Ser de esa naturaleza ha visitado nuestro sistema. El efecto que produce
la visita de un Avatar como el de Sirio, se considera que [i724]es la culminación de la civilización
y de la cultura, desde el punto de vista de todo el sistema, en un relámpago
de tiempo.
Cuando se acerque el pralaya y produzca en el cuerpo del Logos lo que
llamamos Muerte, entonces aparecerá un avatar desde
el centro cósmico. Es el Segador cósmico y (para
reducir lo dicho en palabras comprensibles) pertenece a un grupo que representa
a la energía abstrayente del cosmos, de la cual existe una tenue
analogía en el trabajo del aspecto destructor del Logos
y en las fuerzas que producen la muerte física y la desintegración
del cuerpo físico del hombre. No es posible decir más sobre
estos asuntos fundamentalmente esotéricos, y el valor de lo que
se ha dicho reside principalmente en llevar a la mente del estudiante
la realidad de nuestra interrelación cósmica.
2. Avatares solares: Son de tres tipos, aunque en realidad hay
muchos más. Son también visitantes que provienen de fuera
del sistema y se ocupan principalmente de ciertos procesos del mismo,
entre otros, la aplicación de la ley de causa y efecto o ley de
karma. Personifican el karma de los kalpas pasados, en lo que respecta
a nuestro Logos, dando el impulso inicial a los procesos de ajuste, expiación
y reconocimiento en lo que concierne al sistema actual como un todo. Una
Entidad como el Avatar kármico apareció en la
segunda vibración logoica, vino impulsado por el segundo Aliento,
ha permanecido hasta ahora y permanecerá, con nosotros, hasta que
todos los esquemas hayan entrado en su quinta ronda y estén cercanos
a su Día del Juicio. En ese momento podrá retirarse
dejando que los Logos planetarios implicados cumplan el propósito
kármico sin ser vigilados. El impulso vibratorio será entonces
[e583]tan
fuerte y la comprensión del principio búdico tan conscientemente
vívida, que nada podrá detener la marcha de los acontecimientos.
Bajo Su dirección trabaja un número determinado de entidades
cósmicas que, como se dice en La Doctrina [i725]Secreta,
(37)tienen
el privilegio de trasponer el círculo no se pasa; sin
embargo no son avatares, pues Ellos Mismos evolucionan aplicando la ley
del karma. Tal es Su trabajo y Su oportunidad para progresar. Un avatar
nada puede aprender en el lugar donde aparece. Su trabajo consiste en
aplicar la fuerza de cierto tipo de energía eléctrica a
la sustancia en cualquiera de sus diversos grados, y lograr así
resultados anticipados.
Otro tipo de Avatar solar, que aparece en los esquemas, tiene relación
con el centro cardíaco de un Logos planetario, apareciendo en los
planos superiores (nunca en los inferiores) cuando comienza a hacerse
sentir la actividad del corazón y los procesos energetizantes producen
tres cosas:
Expansión de conciencia.
Acrecentamiento de luz y brillo espirituales.
Radiactividad planetaria.
Este fenómeno planetario (en conexión con el cuarto reino
de la naturaleza) abre al hombre la puerta de la iniciación.
Dichos avatares no tienen vinculación con determinada Jerarquía,
sino con la totalidad del sistema. Producen la fusión de los
colores y la síntesis de las unidades de sus grupos.
Cuando un Logos planetario recibe la iniciación puede aparecer
un avatar, en el séptimo globo de Su esquema, proveniente de
esa estrella o centro cósmico animado por el Rishi particular
que (en la constelación de la Osa Mayor) es Su prototipo cósmico.
Para la Entidad implicada esto significa tomar una forma física,
pues nuestros planos superiores sólo constituyen materia desde
Su punto de vista. Se ha insistido frecuentemente sobre esto pues su
significado aún no ha sido captado suficientemente. Debido a
la aparición de ese avatar, en el séptimo globo, el Logos
planetario [i726]puede mantener la continuidad de conciencia
cósmica, aunque se halle en encarnación física;
el avatar solar desempeña la misma función para el Logos
planetario que el Gurú para Su discípulo. Posibilita ciertos
acontecimientos por medio del estímulo y la protección
de Su aura, y actúa como transmisor de energía eléctrica
desde el centro cósmico. Debemos tener cuidado de no ajustarnos
demasiado a la analogía, pues el verdadero trabajo que realiza
no puede ser comprendido por el hombre. Dicho avatar tiene lógicamente
un efecto directo sobre los centros del Hombre celestial, en [e584]consecuencia aunque sólo indirectamente,
sobre los entes o mónadas humanas y sobre la Mónada en
su propio plano. Tal influencia obtiene poca respuesta de la Mónada
hasta después de la tercera Iniciación, cuando su vida
consciente se hace tan fuerte que se aferra nuevamente a su expresión
egoica en una sola dirección, despertando a la realización
planetaria en otra. Este tipo de avatar aparece sólo en el momento
de la iniciación de un Logos planetario. Éste recibe en
el actual sistema de dos a cuatro iniciaciones.
3. Avatares interplanetarios. Tenemos aquí un grupo interesante
de avatares. Se ocupan principalmente de tres cosas: primero, de supervisar
la trasferencia de unidades de fuerza o grupos egoicos de un
esquema a otro (no de entes individuales de una cadena a otra). Aparecen
generalmente dos veces en las historia de un esquema y aunque no puedan
tomar cuerpos físicos de materia más burda que la de las
sustancias átmica y búdica, trabajan con los impulsos
efectuados sobre la materia mental, realizando estas trasferencias grupales.
Se subdividen en tres grupos:
Aquellos que efectúan
la transferencia de los esquemas menores o manifestaciones de Rayo,
en el tercer Rayo; ocupándose de los resultados producidos
por la fusión de los polos opuestos de los cuatro [i727]
esquemas menores, hasta que sólo
queda uno, transfiriendo luego la vida y la cualidad de lo que
queda, al tercer Rayo.
Aquellos que se ocupan de la transferencia
e interacción de las fuerzas vitales entre los tres Rayos
mayores.
Aquellos que producen la última transferencia
del sistema al finalizar la era.
Segundo, ciertos avatares provenientes de la cuarta Jerarquía
creadora, por razones esotéricas inexplicables, abandonan la
propia Jerarquía y aparecen en una de las Jerarquías dévicas.
Esto sólo sucede una vez en la historia de cada esquema; ocurre
en el momento en que es más densa la apariencia física
y tiene relación con la transferencia del impulso dévico
de un esquema a otro, vinculándose así con la aparición
de los entes autoconscientes, pues son la primordial personificación
de la latente autoconciencia del átomo de la sustancia dévica
y establecen el tipo de devas en cualquier esquema determinado.
Tercero, sólo una vez en la historia de cada esquema aparece
en niveles mentales un avatar de la constelación de Capricornio.
Éste es el nivel más inferior en el cual se exteriorizan
dichas deidades interplanetarias. Nada más puede decirse sobre
esta cuestión. Aquí reside oculto el misterio de
la cabra. Este avatar hace
[e585]su aparición en la tercera ronda
de la tercera cadena y desaparece en la quinta ronda de la cuarta cadena.
Dichos avatares interplanetarios vienen como resultado de kalpas muy
remotos, cuando las condiciones del sistema están suficientemente
refinadas como para permitir su aparición. Son los nirmanakayas
de un ciclo solar anterior que ahora aprovechan la oportunidad para
efectuar (activamente y por medio de la manifestación física)
cierto trabajo inconcluso.
4. Avatares planetarios. Emanan del Logos [i728]planetario central de un esquema y
personifican Su voluntad y propósito. Son de dos tipos. El primero
constituye una manifestación, en niveles físico etéricos,
del Logos planetario mismo durante un lapso específico. Significa
que uno de los Kumaras toma definitivamente un cuerpo físico.
Puede decirse que Sanat Kumara es uno de estos avatares que, con los
otros tres Kumaras, personifica los cuatro principios cuaternarios planetarios.
En un sentido muy real Sanat Kumara es la encarnación del Señor
del Rayo Mismo; es el Observador Silencioso, el gran Sacrificio para
la humanidad. (38)
En segundo lugar, como he indicado en el párrafo anterior, tenemos
tres Entidades que personifican los principios planetarios. Son (hablando
desde el punto de vista actual) la energía dinámica que
mantiene unidos a cada uno de los tres reinos inferiores, considerando
como unidades y no como diferenciaciones. Estas unidades están
estrechamente relacionadas con el aspecto energía de las tres
cadenas anteriores y sólo se necesitó el trabajo de un
avatar interplanetario que les permitió (cuando se formó
el triángulo que dio por resultado el período de individualización
en los días lemurianos) tomar cuerpos etéricos y encarnar
entre los hombres. Actúan como puntos focales para la energía
del Logos planetario en Su propio plano. En sentido misterioso, el primer
Kumara es la energía que produce la autoconciencia en la familia
humana. Los otros tres Kumaras o los tres Budas de Actividad, actúan
como puntos focales similares para la energía que anima a los
tres reinos inferiores y produce sus diferentes grados de conciencia.
No es posible expresar este gran misterio con más claridad, pero
si el estudiante agrega estas pocas insinuaciones a las dadas anteriormente
en La Doctrina Secreta, el misterio de los Cuatro Santificados
puede ser parcialmente esclarecido desde el punto de vista de la energía
y de la evolución.
Las épocas y momentos de su aparición varían de
acuerdo [i729]al karma particular del Señor
de Rayo y lo que esté vinculado a estos grandes ciclos y períodos
de encarnación no puede ser revelado a profanos y neófitos.[e586]
5. Avatares humanos. Ya han sido considerados totalmente por
H. P. B. y nada más puede añadirse a su información,
pues el momento no es propicio. (39) Lo mencionado tiene cabida aquí,
porque concierne al misterio de la fuerza y de la conciencia; detrás
del efecto y aparición de estos distintos avatares se halla oculta
la máxima manifestación, en cuerpo físico denso,
de un Logos planetario y de un Logos solar.
e. La individualización, una forma de Iniciación. Poco
es lo que se puede agregar actualmente respecto a la individualización.
Lo que aquí y en La Doctrina Secreta se ha expuesto no
es más que una tentativa para expresar hechos profundos y significativos,
en términos de pensamiento humano, sobre la existencia y la manifestación,
valiéndonos de lo restringido del lenguaje. Desde un punto de
vista más esotérico el Hombre es un deva,
Espíritu y sustancia dévica unidos por la actividad de
la energía dévica consciente. Reúne en sí
los tres aspectos de la deidad. Mientras está en objetividad
constituye:
El Yo, el no-yo y el vínculo inteligente en un sentido
muy vital.
Shiva, Vishnu y Brahma en manifestación sintética.
El medio por el cual la Voluntad de Dios, el Amor de Dios y la
Mente de Dios se hacen inteligibles y evidentes.
La fuerza eléctrica positiva, la fuerza eléctrica
negativa y el medio equilibrador.
La llama, el Fuego y la Chispa en manifestación esencial.
El fuego eléctrico, el fuego solar y el fuego por fricción.
[i730]Pero
sobre lo que se ha de insistir es que el hombre, en tiempo y espacio y
en los tres mundos, manifiesta todos estos aspectos simultáneamente
sólo al finalizar el proceso de evolución. Así como
en el Macrocosmos Brahma manifiesta primeramente actividad, luego el segundo
aspecto o intermedio, y finalmente evidencia el primer aspecto, voluntad
o propósito, lo mismo sucede con el microcosmos.
El aspecto Brahma, en el cual se evidencia y predomina el aspecto
del no-yo materialista. Esto abarca las etapas subhumanas y los primeros
tres ciclos de la Vida de la Personalidad:
a.
Primer ciclo
estado salvaje.
b.
Segundo ciclo
hombre medio.
c.
Tercer ciclo
el triunfante hombre intelectual.
El aspecto Vishnu, en el cual predomina gradualmente el aspecto
amor-sabiduría y surge por intermedio del aspecto Brahma. [e587]Abarca las
das etapas finales de la vida de la personalidad humana y ese período
de crecimiento egoico que incluye las dos Iniciaciones finales:
a. Primer ciclo El
Sendero de Probación.
b. Segundo ciclo El Sendero de Iniciación
(hasta la tercera Iniciación).
c. Tercer ciclo El
Sendero que abarca la cuarta y quinta Iniciaciones.
Ésta constituye una consumación
momentánea pero, así como en el reino animal está
latente y en estado instintivo la mente humana, y en el reino humano
lo está el aspecto búdico, durante el ciclo final del
esfuerzo humano, Atma o aspecto superior de la Mónada, también
está latente y en estado instintivo. Esto deberá producir
posteriores etapas de desarrollo. No existen lapsos en la evolución
ni períodos en los cuales falte cualquiera de estos aspectos;
todos se hallan presentes pero [i731]aparecen en forma alternada. Únicamente
cuando el fuego de la materia arde vivamente y llega a irradiar, entonces
el fuego de la mente puede surgir, aunque siempre es inherente a la
misma. Sólo cuando los fuegos de la materia han alcanzado la
etapa en que producen calor y luz energéticos, el fuego eléctrico
del Espíritu puede aparecer en toda su gloria. Únicamente
cuando estos tres arden juntos, se extingue el fuego de la materia por
falta de combustible y, sólo cuando esto ocurre, el fuego de
la mente (en niveles mentales) consume aquello que hasta entonces había
animado. Cuando esto se realiza, el fuego del Espíritu puro (aumentado
e intensificado por la esencia gaseosa del fuego de la materia o fuego
por fricción, coloreado y hecho irradiante por el fuego
de la mente) resplandece en perfecta gloria, de manera que lo único
que se ve es una llama vibrante. Esta idea puede ser extendida desde
el Hombre al Hombre celestial y también hasta el Logos en su
relación cósmica.
La individualización marca una etapa en el proceso de la
intensificación del fuego por fricción. Se
relaciona con la realización de Brahma y marca un punto en la
energetización de la sustancia. Ciertas formas están preparadas
para obtener autoconciencia. Dos Rayos cósmicos de distintas
polarizaciones se atraen mutuamente.
La Iniciación marca una etapa en la intensificación
del Fuego solar. Se vincula con la realización de
Vishnu, marcando un punto en la evolución de la conciencia, que
va de la autoconciencia a la conciencia grupal o conciencia universal.
La identificación con el conjunto de grupos podrá
ser el término empleado para expresar las etapas finales del
proceso evolutivo; más un período hacia el final del mahamanvantara
cuando [e588]todos los grupos comienzan conscientemente
a cumplir la Voluntad eterna. Involucra un tipo de realización,
inconcebible hoy para el hombre, pero concebible [i732](aunque todavía no practicable)
para los Chohanes de la Jerarquía que se hallan ahora en la Tierra.
Trabajan conscientemente cumpliendo la Voluntad del Logos planetario
en el planeta, pero aún así están muy lejos de
comprender plenamente la Voluntad y el propósito del Logos a
medida que actúa a través del sistema. Pueden tener vislumbres
y una idea del plan general, pero los detalles son todavía irrecognoscibles.
c. La Encarnación.
a. Cósmica, planetaria y humana. Habiendo considerado
la autoconciencia, a medida que se logra por intermedio de un tipo determinado
de sustancia dévica proporcionada por los Agnishvattas para el
cuerpo del Ego, entraremos ahora a estudiar la encarnación cósmica,
planetaria y humana. Un indicio respecto a la constitución de
los Pitris y Manasadevas solares puede llegarle al estudiante que reflexione
respecto al lugar que ocupa el ente egoico en el cuerpo del Logos planetario
y en el centro particular del cual es parte componente. Los Manasadevas
y los Dhyan Chohanes que producen la autoconciencia en el hombre, constituyen
en realidad la energía y la sustancia del Hombre celestial cósmico.
La palabra encarnación en su acepción radical
significa expresar la verdad fundamental que implica tomar un cuerpo
físico denso, y técnicamente debería ser aplicada
sólo a ese periodo de manifestación que concierne a los
tres subplanos inferiores del
plano físico cósmico, en relación
con un Logos solar y un Logos planetario;
plano físico del sistema, en relación
con el hombre.
Se ha conservado su significado respecto a las entidades cósmicas,
pero cuando se considera al hombre, el término se aplica a la unificación
del doble etérico con el cuerpo físico denso, o a la apropiación,
por parte del hombre, del vehículo compuesto de la [i733]sustancia del subplano superior del plano
físico cósmico en sus aspectos más inferiores. Esta
diferencia tiene cierto significado y debe recordarse. Dicha apropiación
está regida por las mismas leyes que gobernaron la apropiación,
por parte del Logos, de Su vehículo físico. A fin de tener
una idea de lo que es este procedimiento, sería de valor considerar
los distintos tipos de pralaya y meditar sobre los períodos que
transcurren entre las diferentes encarnaciones. Desde el punto de vista
de cualquier ente implicado, un pralaya es un período de pasividad,
de cesación de toda actividad, que involucra objetividad, pero
desde el punto de vista [e589]del gran todo, con el cual el ente puede
estar implicado, un pralaya podría considerarse simplemente como
una transferencia de fuerza de una parte a otra. Aunque el ente pueda
estar temporalmente desvitalizado en lo que se refiere a su forma, sin
embargo, la Entidad mayor persiste y sigue activa.
Consideraremos el tema primeramente desde el punto de vista humano y estudiaremos
el pralaya en lo que afecta a la Mónada en encarnación.
(40) Tenemos cinco tipos de pralaya de los cuales podemos muy bien ocuparnos.
Primero debemos observar el hecho de que esta condición se refiere
principalmente a las relaciones entre Espíritu y materia, donde
se produce una condición en la sustancia por la acción del
factor energetizante, el Espíritu. Por lo tanto, tiene que ver
con la relación existente entre los devas mayores y los devas menores
que representan la sustancia viviente cuando realizan la construcción
de la forma [i734]regidos por la Ley proveniente de la
Voluntad de Dios. Será evidente para el estudiante, que se refiere
a la relación del Espíritu Santo con la Madre en la producción
del Hijo y a la relación del Hijo con la Madre. Si las ideas formuladas
en este tratado han sido cuidadosamente seguidas, es obvio que al estudiar
la cuestión del pralaya estamos estudiando la relación que
existe (en tiempo y espacio) entre la energía positiva del Logos
solar, del Logos planetario y del Hombre con la sustancia, única
sustancia por la que le es posible manifestarse. Debido a esta relación
se produce la existencia en los planos objetivos.
b. La naturaleza del pralaya. Podemos considerar al pralaya como
el trabajo de abstracción y el método que pone
a la forma bajo el aspecto Destructor del Espíritu, actuando siempre
bajo la Ley de Atracción, de la cual la Ley de Síntesis
es subsidiaria. La ley básica del sistema rige la relación
de todos los átomos con el conglomerado de átomos, y del
Yo con el no-yo. Desde el punto de vista ocultista es la más poderosa
demostración de [e590]fuerza en el sistema y si, inconcebiblemente,
la ley cesara de actuar, instantáneamente el sistema y todas sus
formas planetarias, humanas y no humanas dejarían de ser. Por un
acto de voluntad los esquemas planetarios persisten; por un acto de voluntad
el sistema ES; por un acto de voluntad egoica el hombre aparece. Cuando
la Voluntad del Logos, del Hombre celestial y del Ego divino humano se
abocan a otros fines, la sustancia de Sus vehículos es afectada
y sobreviene la desintegración. Los cinco tipos de pralaya que
conciernen al ser humano son los siguientes:
1. El periodo de pralaya entre dos encarnaciones. Es de naturaleza
triple y afecta a la sustancia de los tres vehículos: físico,
astral y mental, reduciendo la forma a su sustancia primitiva y disipando
su estructura atómica. La energía del segundo aspecto (el
constructor de la forma) se retira por voluntad del Ego, [i735]y los átomos que componen la forma
se disocian entre sí, retornando a la fuente de reserva de donde
volverán a ser retirados cuando llegue el momento. Esto se produce
gradualmente por medio de las etapas que ya conocemos:
La primera etapa consiste en retirar la fuerza vital del vehículo
etérico del triple cuerpo físico (denso, líquido
y gaseoso) y la consiguiente corrupción", siendo dispersado
en los elementos. El hombre objetivo desaparece y el ojo físico
ya no lo ve aunque se halla en su cuerpo etérico. Cuando la visión
etérica esté desarrollada, la idea de la muerte asumirá
proporciones muy diferentes. Cuando la mayoría de la raza pueda
ver a un hombre actuar en su cuerpo físico etérico, el abandono
del cuerpo denso será considerado como una liberación.
La siguiente etapa consiste
en retirar la fuerza vital del cuerpo etérico y en desvitalizarlo.
El etérico sólo es una extensión de un aspecto del
sutratma o hilo, y este hijo es hilado por el Ego dentro del cuerpo causal
en forma similar a como una araña teje su tela. Puede ser acortado
o alargado a voluntad, y cuando ya se ha decidido la duración del
período del pralaya, este hilo de luz o de fuego solar (observen
la palabra solar) se retira y vuelve al subplano atómico donde
seguirá vitalizando al átomo permanente, manteniéndose
conectado dentro del cuerpo causal. Entonces los impulsos de vida, en
lo que se refiere al plano físico, se centralizan dentro de la
esfera atómica.
La tercera etapa consiste en retirar la fuerza vital de la forma astral
para que se desintegre en forma similar y la vida se centralice dentro
del átomo astral permanente. Ha adquirido una acrecentada vitalidad
por medio de la existencia en el plano físico, y le ha dado color
por medio de la experiencia astral.
La etapa final para el átomo humano consiste en ser retirado [e591][i736]del
vehículo mental. Las fuerzas vitales, después de esta abstracción
cuádruple, se centralizan totalmente dentro de la esfera egoica;
el contacto con los tres planos inferiores sigue siendo posible por medio
de los átomos permanentes, centros de fuerza de los tres aspectos
de la personalidad.
En cada encarnación las fuerzas vitales han adquirido, por medio
del empleo de los vehículos,
una actividad acrecentada, almacenada en el
átomo físico permanente,
una coloración, almacenada en el átomo
astral permanente
una cualidad de fuerza o propósito
activo, almacenada en la unidad mental,
actuando como facultad en el Devachan.
El Devachan (41) (42) es un estado de conciencia que refleja [i737]
la [e592]vida
de la Personalidad, ese estado elevado que llamamos conciencia nirvánica,
logrado por la acción egoica, reflejado tenuemente en los entes
separados (y, por consiguiente, matizados por el placer egoísta
y separatista) que se hallan grupalmente en dicho estado. En ese estado
elevado de conciencia cada ente separado, por medio de la autorrealización,
participa de la realización grupal, residiendo allí su felicidad,
no sintiendo ya la separación sino únicamente unión
y unidad esenciales. Por lo tanto, como puede naturalmente deducirse,
no existe devachán para el salvaje o el hombre poco evolucionado,
pues no les corresponde ni tienen mentalidad para comprenderlo; a ello
se debe la rapidez con que vuelven a encarnar y la brevedad del período
praláyico. En tales casos el Ego, en su propio plano, tiene muy
poco que asimilar en el resto de las encarnaciones, de allí que
el principio vida se retira rápidamente de la forma mental, impulsando
al Ego a reencarnar casi inmediatamente.
Cuando la vida de la personalidad ha sido plena y rica, pero no ha alcanzado
la etapa en que el yo personal puede colaborar conscientemente con el
Ego, la personalidad atraviesa por períodos nirvánicos cuya
duración depende del interés en la vida y de la capacidad
del hombre para reflexionar sobre sus experiencias. Más tarde,
cuando el Ego domina la vida de la personalidad, el hombre se interesa
en cosas más elevadas, y el nirvana del alma se convierte [i738]en su meta. Ya no le interesa el devachán.
Empero, aquellos que están en el Sendero (ya sea el de probación
o el de Iniciación) por regla general no van al devachán,
sino que encarnan inmediatamente al girar la rueda de la vida, lo cual
ahora sucede por la colaboración consciente entre el yo personal
y el Yo divino o Ego.
2. El período entre ciclos egoicos. Aquí se oculta
el misterio de las 777 encarnaciones que concierne al vínculo que
existe entre [e593]la unidad y su grupo en el plano egoico,
antes de desarrollarse el quinto pétalo. Atañe al período
del hombre comprendido entre la etapa del salvaje y la del discípulo,
cuando es un hombre común, pero que todavía se halla en
las dos Aulas. Aquí reside el misterio de todas las razas raíces;
los ciclos egoicos coinciden con la construcción de las formas
y civilizaciones raciales. Un hombre encarnará repetidas veces
en las diferentes subrazas de una raza raíz hasta haber atravesado
determinado ciclo, luego ha de pasar por un período praláyico,
hasta que en una raza raíz posterior (y a veces muy posterior)
responderá a su llamado vibratorio, que le hará sentir nuevamente
el impulso egoico por encarnar. Como ejemplo de ello debemos recordar
que la actual humanidad más avanzada no encarnó hasta la
cuarta raza raíz. Estos ciclos constituyen uno de los misterios
de la iniciación, aunque uno de los primitivos que se revelan en
la segunda iniciación, y permiten al iniciado comprender su posición,
percibir algo de la naturaleza de los impulsos kármicos y leer
su propio archivo a la luz astral.
Estos deben ser considerados como los dos períodos praláyicos
menores y conciernen principalmente a la vida en los tres mundos.
3. Después viene el período en que adquiere la liberación.
En esta etapa, el hombre, el alma liberada, ha logrado de acuerdo
a la ley, abstraerse de la materia de los tres mundos. Ha
empleado sustancia dévica, ha trabajado con ésta y establecido
todos los contactos [i739]vibratorios posibles, adquiriendo todos
los conocimientos y revelaciones que le corresponden;
los devas ya no pueden mantenerlo prisionero. Es libre hasta que consciente
y voluntariamente, pueda regresar, en otra ronda como miembro de una Jerarquía,
a fin de continuar Su trabajo de servicio para la humanidad poco evolucionada
de esa época lejana. Como esto se refiere a los siete senderos
de oportunidad que se le presentan a un Maestro, no nos ocuparemos de
ello. (43) Este es el gran pralaya humano.
4. Pralaya planetario. El hombre, después de estos acontecimientos
cíclicos, forma parte consciente de su grupo y es un punto vibrante
en un centro del cuerpo de un Hombre celestial, percibiendo conscientemente
el lugar que le corresponde en el gran todo.
[e594]Esto
significa que él ha de saber de qué centro es un punto de
energía, debe conocer qué tipo de fuerza ha de transmitir
y manipular desde niveles cósmicos y ha de estar en relación
consciente con los otros seis centros de la Vida planetaria a la cual
está asociado.
Este período de actividad consciente en sustancia etérica
(de la cual está formado el cuerpo planetario) persiste de acuerdo
al karma del Señor planetario, pues el ente está ahora conscientemente
asociado al karma planetario y ayuda a cumplir la voluntad y propósito
del Señor de su Rayo. En los planos superiores del sistema esta
etapa persiste durante la vida de un esquema, a la cual sigue un período
de pralaya que comienza antes de finalizar la séptima ronda de
cualquier esquema, o de la quinta ronda si la Ley de Persistencia de un
esquema actúa en ciclos quíntuples. Aquí [i740]estoy hablando en términos amplios
y generales; el karma de los entes difiere, y un hombre -de acuerdo sendero
que elige después de la quinta iniciación- permanece en,
y trabaja dentro de su propio esquema, pero pueden ocurrir cambios ocasionados
por los siguientes factores:
El karma planetario.
La voluntad del Señor de su Rayo.
Las órdenes que emanan del Logos solar
y le son impartidas después de la liberación, vía
el Logos planetario y por intermedio del Chohan de su Rayo.
Entonces es abstraído, de acuerdo a una misteriosa
ley planetaria que sólo se aplica en niveles etéricos cósmicos,
y transferido a su destino. Si interpretamos lo que antecede en términos
de energía y de radiactividad, evitando los peligros de hacerlo
en forma materialista, el significado se esclarecerá.
5. El gran pralaya. Este intervalo ocurre al finalizar cada cien
años de Brahma, y destruye cualquier tipo de formas -sutiles y
densas- en todo el sistema. Es un período análogo al que
nos ocupamos de dilucidar, el retiro del hombre de su vehículo
etérico y de su capacidad para actuar en el plano astral, disociado
de su forma física dual. Podrá observarse que dentro del
sistema el hombre pasa por un proceso similar cuando retira el cuerpo
etérico del vehículo físico denso, al finalizar el
mahamanvantara. Abarcará el período en que los cuatro Rayos
menores se fusionan y mezclan, a fin de hallar la dualidad y sus polos
opuestos. Oportunamente los cuatro se convierten en dos, los dos en uno,
sintetizándose todos en el tercer Rayo mayor. Pero aún no
ha llegado el momento, pues faltan incontables eones. Ello constituye
la primer aparición del aspecto destructor vinculado a los esquemas
[e595]planetarios
y marca el principio del [i741]período en que el efervescente
calor derretirá los Cielos y el Sol se transformará
en siete soles. (44)
La analogía microcósmica puede observarse en el proceso
siguiente. El átomo físico permanente absorbe toda la fuerza
vital del cuerpo físico, de allí que aumente su calor y
luz ingénitos, hasta que en la cuarta iniciación las siete
espirillas están completamente vitalizadas y vibrantes. El calor
interno del átomo más el calor externo del cuerpo egoico,
donde el átomo está ubicado, producen aquello que destruye
al átomo permanente. Momentáneamente, y justo antes de la
destrucción, se transforma en un minúsculo séptuple
sol debido a la irradiación y a la actividad de las espirillas.
Lo mismo sucede con el sol físico del sistema; en forma similar
se transformará en siete soles cuando haya absorbido la esencia
vital de los planos totalmente evolucionados y de los esquemas planetarios
que en ellos existen. La conflagración resultante es el trabajo
final del aspecto Destructor. Marca el momento de desarrollo más
elevado de la sustancia dévica en el sistema, la consumación
del trabajo de Agni y de sus ángeles de fuego y la iniciación
de Brahma. Entonces la sustancia atómica se individualizará
(lo que, como ya sabemos, es la meta para el átomo), y después
del gran pralaya, el próximo sistema solar empezará a manifestarse
con el triple Espíritu, a través de la sustancia esencialmente
caracterizada por el amor activo inteligente. Esto lógicamente
resulta incomprensible para nuestras mentes de cuarta ronda.
Hemos considerado así los diversos tipos de pralaya, en lo que
afectan al ente humano; cada ente encuentra oportunamente su camino hacia
uno de los centros astrales cósmicos de esa determinada Entidad
cósmica, el Señor que corresponde a su Rayo; por lo tanto,
durante el gran pralaya, esos entes humanos, que han obtenido la realización
y no pasaron a otros centros cósmicos lejanos, encontrarán
allí su lugar.
Antes de ocuparnos de los pralayas planetario y cósmico, podríamos
considerar las relaciones existentes entre los Agnishvattas [i742](que causaron la individualización
del hombre animal en este planeta) y otros ciclos anteriores de evolución,
y la razón por la cual solo los hemos tratado desde el punto de
vista de un mahamanvantara y de un kalpa. No hemos considerado específicamente
al grupo de Agnishvattas, Kumaras y Rudras relacionados con la Tierra,
porque hemos tratado el tema desde el punto de vista planetario y no en
relación con la familia humana. El estudiante que procura obtener
una información detallada respecto a los Agnishvattas de la cadena
terrestre, no tiene más que estudiar La [e596]Doctrina
Secreta. Hemos procurado llevar el pensamiento
del estudiante más allá de su pequeña esfera propia,
hasta considerar el trabajo de los Manasadevas en el sistema solar. En
cada esquema tienen Su lugar, pero en algunos -como en el esquema de Júpiter-
recién ahora están comenzando Su trabajo y en otros -como
en los esquemas de Vulcano y de Venus -casi Lo han terminado. Venus pasa
por su última ronda y casi ha desarrollado a la perfección
su cuarto reino, o hasta donde le es posible lograrlo en el sistema. En
el esquema terrestre están en pleno trabajo, sólo en la
próxima ronda demostrarán la culminación de Su actividad.
Pasan cíclicamente a través de los esquemas de acuerdo a
la Ley -Ley del Karma para el Logos planetario, pues se ocupan esencialmente
de Su vida a medida que activan Sus centros. Llegan a un esquema en una
oleada de energía manásica, proveniente del centro coronario
del Logos, y al pasar a través de su centro cardíaco ocurren
tres cosas:
Se dividen en siete grupos.
Se dirigen como corrientes de energía a algún esquema
particular.
Su contacto con un esquema produce la manifestación de
la cuarta Jerarquía creadora y lleva a las Mónadas
a adquirir forma en los tres mundos.
[i743]Las
entidades que Se sacrifican por la Jerarquía humana (debemos observar
aquí la veracidad del hecho de que emanan del centro coronario
logoico o aspecto voluntad), son los verdaderos Salvadores que ofrendan
Sus vidas por el bien de la raza. Constituyen para la totalidad
de los esquemas lo que la Jerarquía oculta de cualquier planeta
en particular es para el hombre del planeta implicado. Durante el
pralaya se retiran (como todos los demás) de la manifestación
y regresan a un centro cósmico del cual el centro coronario logoico
no es más que un tenue reflejo, retornando enriquecidos por la
experiencia recogida.
El Antiguo Comentario dice:
El deva brilla con mayor luz cuando lo ha penetrado la virtud de
la voluntad. Cosecha color, como el segador recoge el trigo y lo almacena
para nutrir a la multitud. La mística Cabra reina sobre las huestes
dévicas. Makara es y no es, sin embargo el vinculo persiste.
Las rondas aparecen y desaparecen (excepto desde el punto de vista de
un planeta determinado), los Manasadevas están siempre presentes,
aunque su influencia no se hace sentir siempre.
Al considerar el pralaya planetario podríamos enumerar brevemente
los siguientes períodos de pasividad que tienen lugar entre: [e597]
Dos Globos de una Cadena. Abarca el período en que es abstraída
la simiente de toda vida y transferida de una esfera a otra. El Manu de
las Simientes de un globo recoge para Sí todas las fuerzas vitales
como lo hace el Logos al final de un sistema; lo mismo ocurre también
al finalizar una cadena y las mantiene pasivas en Su aura. Esto comprende
el período de un manvantara o un día de Brahma.
Dos Cadenas. Abarca el período de un mahamanvatara o un año
de Brahma.
Hay muchas maneras de llegar a conocer los ciclos mayores, pero es innecesario
provocar confusión citando guarismos complicados. Los Diez Prajapatis
o Rishis o [i744]los diez Logos planetarios se manifiestan
por intermedio de Sus diez esquemas, en tiempo y espacio, difiriendo la
hora de Su aparición. Cada uno se manifiesta como lo hace el Logos
por medio de un septenario y una tríada, sumando el diez de la
perfección.
Dos Sistemas Solares. Abarca el período de cien años
de Brahma; estudiando los ciclos planetarios se podrá llegar a
comprender estos ciclos mayores. Sin embargo, la confusión del
estudiante se debe a que dos de los esquemas cubren sus períodos
cíclicos en cinco rondas, mientras que otros lo hacen en siete;
un esquema contiene nada más que tres rondas, y aquí se
oculta un misterio: durante la ronda interna un planeta tiene que recorrer
nueve ciclos antes que se cumpla el propósito de su Señor.
Ciertos períodos menores de pralaya no se relacionan con el hombre,
conciernen al átomo de materia, cuando se libera de cualquier
tipo de forma en los reinos subhumanos. El pralaya es el resultado de
la radiactividad llevada a su fin.
c. Tipos de renacimiento humano. Cuando hemos estudiado la
manera de construir formas mentales y los agentes para construirlas, consideramos:
La sustancia dévica con la cual se construyen.
La energía que las anima y su fuente de origen.
Su aparición en tiempo y espacio, o encarnación.
Su desaparición o pralaya.
Las entidades constructoras que producen estas formas, de manera
triple, utilizan
La meditación, acto preliminar
a la construcción.
La fuerza dinámica,
o la energía positiva que se apodera de su polo opuesto
(sustancia negativa) y la utiliza. [e598]
El método para impartir color
o cualidad que moldea lo que ha sido preparado.
La vitalización secundaria que
pone independientemente en movimiento a la forma mental así
creada.
Consideraremos ahora el misterio del renacimiento o la encarnación
de esas vidas que existen en materia sutil y que, sin embargo, tratan
de adquirir forma de acuerdo a la ley; nos referiremos a su propósito
específico en los niveles físico densos. Podemos considerar
esto en relación con las entidades cósmicas que tratan de
existir en el plano físico del cosmos, nuestros planos del sistema
solar, o con los jivas reencarnantes impelidos por la Ley hacia la manifestación
terrenal, a fin de adquirir (por medio de la vida sensoria) plena conciencia
y mayores facultades y poder.
H. P. B. expresó que los renacimientos puedan dividirse en tres
tipos: (45)
Los de los Avatares.
Los de los Adeptos.
Los de los jivas que tratan de evolucionar.
A quienes se esfuerzan por captar algo del misterio del renacimiento,
sus leyes y propósito, y se confunden cuando consideran el misterio
de Buda y el propósito secreto de esa enigmática Entidad,
el Observador Silencioso, y a quienes encuentran casi insuperable el
problema de comprender la posición de los Kumaras y Su relación
con el Logos planetario, sería conveniente decirles que estudien
y mediten sobre la diferencia que existe entre los principios inferiores
y los tres superiores, el lugar y la posición que estos principios
inferiores tienen en el cuerpo del Logos planetario y también
que reflexionen respecto a las analogías que existen entre:
El pralaya de una Entidad cósmica,
tal como el Señor de una cadena, el Señor de un
esquema y el Señor de un Rayo.
Me refiero a la analogía en su sentido esotérico,
únicamente en propósito y experiencia, y no a la analogía
detallada. Puede decirse que los tres estados constituyen períodos
de desarrollo, largos ciclos de meditación e intervalos entre
etapas de actividad. De allí el énfasis puesto sobre la
práctica de la meditación en Oriente y en todas las escuelas
ocultistas, porque constituye el medio que otorga al ente, en entrenamiento,
la capacidad de adquirir el poder de: [e599]
Abstraerse o liberarse de la forma.
Crear.
Dirigir la energía por un acto de
voluntad.
Actuar constructivamente en el futuro.
Por la meditación un hombre puede liberarse de la ilusión
de los sentidos y de su atracción vibratoria; encuentra su propio
centro de energía positiva y es conscientemente capaz de utilizarlo;
por lo tanto se da cuenta que su verdadero Yo actúa libre y conscientemente
más allá de los planos sensorios; penetra en los planes
de esa Entidad mayor dentro de cuya capacidad irradiatoria tiene su lugar;
entonces puede llevar a cabo conscientemente esos planes, a medida que
llega a captarlos en las diversas etapas de realización y a ser
consciente de la unidad esencial. Pero cuando un hombre ha llegado a liberarse
de los objetos sensorios en los tres mundos, también se da cuenta
de la necesidad de continuar meditando; esta forma de meditar -inconcebible
para el hombre en los tres mundos- absorbe la atención del Adepto
y durante dos grandes etapas, precediendo cada una a las dos Iniciaciones
finales, la sexta y la séptima. No me refiero aquí únicamente
a los Adeptos que hacen el sacrificio y eligen renacer para
servir en el planeta, sino a todos los adeptos. La libertad de actuar
en cualquier Sendero debe obtener se por la meditación [i747]
ocultista; la libertad de salir del círculo
no se pasa también se obtiene de esta manera, y lo mismo
sucede durante esa curiosa etapa de pasividad lograda por Quienes se
han ofrecido servir como Jerarquía oculta en la próxima
ronda. En Ellos se han de acumular las simientes síquicas del
conocimiento, disponibles en la quinta ronda; esto Les exige mantener
una actitud receptiva hacia los acontecimientos que se producen al final
de cada raza raíz, cuando tiene lugar, en niveles más
sutiles, un acopio de fuerzas síquicas, que acumularán
Aquellos que están preparados para recibirlas. Su trabajo es
análogo al del Manu de la Simiente, que trabaja por medio de
un septenario, así como lo hacen esos acopiadores de fuerzas
vitales síquicas.
También para dichas Entidades cósmicas, como los Logos
planetarios, transcurren períodos de meditación, llevados
a cabo en los planos cósmicos y sólo se sienten sus efectos
en nuestro plano. Meditan por medio de Sus cerebros físicos,
por lo tanto, emplean sustancia como lo hace el hombre, pero el proceso
se efectúa en el cerebro etérico. Debe reflexionarse sobre
esto, porque oculta un misterio. También debe tenerse muy presente
el hecho de que algunos de estos Señores de Rayo, son más
eficientes en la meditación que otrosy los resultados
obtenidos en Sus esquemas son distintos. [e600]
d. El futuro advenimiento del Avatar.
EL AVATAR QUE VIENE
Desde el cenit hasta el nadir, desde el alba hasta el crepúsculo,
desde el surgimiento al ser de todo lo que es y será, hasta entrar
en la paz de todo lo realizado, brilla el orbe azul y el fuego radiante
interno.
Desde los áureos portales hasta los abismos de la tierra, desde
el fuego llameante hasta la esfera de las tinieblas, cabalga el Avatar
secreto llevando la punzante espada.
Nada puede temer su acercamiento, ni nadie puede decirle que no se acerque.
Cabalga Él sólo hacia la oscuridad de nuestra esfera,
y aquello que trata de oponérsele ve en Su acercamiento un desastre
y el caos extremos. [i748]Los Asuras ocultan sus rostros, y el
abismo de maya se estremece hasta sus cimientos. Las estrellas de los
eternos Lhas vibran a ese sonido -la PALABRA pronunciada con séptuple
intensidad.
Grande es el caos; el centro mayor con las siete esferas vibratorias
se estremecen a los ecos de la desintegración. Los vapores que
emanan de la completa oscuridad ascienden y se disipan. El ruido discordante
de los elementos combatientes da la bienvenida a Aquel que viene, pero
no Lo detiene. La lucha y las exclamaciones de la cuarta gran Jerarquía,
mezclándose con la nota suave de los Constructores de la quinta
y sexta Jerarquías, van a Su encuentro. Sin embargo, sigue Su
camino, atravesando el círculo de las esferas y emitiendo la
PALABRA.
*
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Desde el nadir hasta el cenit, desde la víspera
hasta que el Día sea con nosotros, desde el círculo
de manifestación hasta el centro de la paz praláyica,
se ve el azul que todo lo cubre, perdido en la llama de la realización.
Ascendiendo desde el abismo de maya, regresando a los áureos
portales de las tinieblas y de la oscuridad, retornando al esplendor
del día, cabalga el Uno Manifestado, el Avatar, llevando la
Cruz destruida.
Nada puede detener Su retorno, nadie puede obstruir Su Sendero, pues
viene por el camino elevado, conduciendo a Su pueblo. Llega el fin
del sufrimiento, el fin de la lucha, la fusión de las esferas
y la unión de las jerarquías. Entonces todo es reabsorbido
dentro del orbe, el círculo de manifestación. Las formas
de maya y la llama que todo lo devora son acaparadas por Aquel que
cabalga en los Cielos y entra en el eterno Eón.
Extraído de los Archivos de la Logia.
Hemos considerado el tema de los Avatares y las diferentes
clases en que pueden ser divididos. Ahora nos extenderemos algo más
respecto a los métodos por los cuales ciertas Existencias cósmicas
y Entidades altamente evolucionadas aparecen entre los hombres para
realizar una tarea específica; podrían ser inadecuada
y brevemente resumidos de la manera siguiente:
El método de ejercer influencia.
El método de personificar a algún principio. [e601][i749]
El método que se observa en
el misterio del Bodhisattva o Cristo.
El método de encarnar directamente.
Las palabras limitan grandemente y las frases
citadas apenas insinúan su verdadero significado. En ello reside
la seguridad para el estudiante, pues su significado real le sería
incomprensible y lo desviaría, llevándolo a una errónea
interpretación. Mientras un hombre no sea un iniciado aceptado
no puede comprender el tema. El método más común
es el primero. Los métodos de manifestación empleados
quizás los comprenda mejor el estudiante si son interpretados
en términos de fuerza y energía y si observa que
tenues reflejos e imperceptibles analogías de los mismos procesos
pueden hallarse entre los jivas que reencarnan. Cuando un hombre ha
alcanzado cierto grado de desarrollo y puede prestar servicio al mundo,
ocurre a veces que es influenciado por un gran adepto o -como
en el caso de H. P. B.- por un Ser más elevado que un adepto.
Un chela puede ser un centro a través del cual su Maestro puede
hacer fluir Sus energías y fuerzas para ayudar al mundo; durante
ciertas crisis importantes, los hombres han sido influenciados por
más de uno de los Grandes Seres. (46)[i750]Lo que sucede en los planos inferiores
es sólo un reflejo de procesos superiores, y en este concepto
puede hallarse la iluminación. El Hombre es un centro de fuerza,
ya sea para su Ego cuando ha evolucionado suficientemente o por conducto
de éste, para su fuerza grupal; cuando [e602]está muy evolucionado puede
ser conscientemente influenciado por un exponente de distinto tipo
de fuerza, que se fusiona con su fuerza grupal o de Rayo, y produce
resultados significativos en su vida terrena.
Si un Ego es muy evolucionado puede elegir, en determinada encarnación,
trabajar principalmente por medio de uno de los cuatro principios
inferiores; cuando esto sucede, la vida del hombre en la tierra constituye,
en forma significativa, un principio personificado. Parece
pulsar una nota y emitir un tono. Se observará que su trabajo
lo realiza exclusivamente en una línea. Es un fanático
de alto grado, pero realiza grandes cosas para su subraza, aunque
el cerebro físico no sea consciente del impulso egoico. Este
proceso tiene una curiosa relación con la oscuración
o la desaparición de la personalidad, pues el principio particular
personificado actúa por medio del correspondiente átomo
permanente, desarrollando en forma ultrarrápida sus espirillas,
de ahí que el fin de su período de servicio llega a
su fin. Sin embargo, éste es un hecho que se aprovecha cuando
un superhombre o gran adepto se convierte en la personificación
(durante una raza raíz) de un principio; las vestiduras o envolturas,
de las cuales el átomo permanente es el núcleo (por
medio de la fuerza innata de las espirillas desarrolladas), son conservadas
por medio de fórmulas mántricas. La vibración
se perpetúa durante ese lapso determinado en que él
necesita la vestidura o envoltura. Aquí hay un indicio que
puede ser de utilidad.
Cuando un hombre se ha convertido en discípulo puede, si quiere,
permanecer en el plano astral, seguir trabajando allí y -cuando
lo desee y de acuerdo al reajuste realizado en su karma por [i751]su Guru- reencarnar físicamente
de inmediato. En estos dos pensamientos hay una sugerencia sobre el
misterio del Bodhisattva, siempre que el estudiante transfiera
el concepto a los niveles etéricos del plano físico
cósmico y recuerde que, en dichos niveles, el adepto trabaja
totalmente como parte de un grupo y no como Entidad separada, como
lo hace el ego en los tres mundos. Por lo tanto, la energía
que fluye a través de Él puede provenir de:
Un determinado centro que se halla en la plenitud
de su fuerza en el cuerpo del Logos planetario.
Una serie particular de vibraciones dentro
de ese centro, o una parte de su fuerza vibratoria.
La energía de un principio particular,
ya sea uno de Sus propios principios superiores con el cual trata
de influenciar en la tierra y encarnar para ese propósito
específico, o la energía de uno de los principios
logoicos planetarios, cuando fluye a través de Él
por una espirilla o corriente de [e603]
vida particular en el átomo permanente
del Logos planetario.
Cuando estos tipos de fuerza se centralizan
en algún Adepto y Éste expresa nada más que esa
fuerza extraña, el efecto se observa en el plano físico
por la aparición de un avatar. Un avatar es, un adepto se
hace, aunque frecuentemente la fuerza, la energía, el propósito
o la voluntad de una Entidad cósmica utilizará los vehículos
de un adepto a fin de entrar en contacto con los planos físicos.
Este método, por medio del cual ciertas Existencias cósmicas
hacen sentir Su poder, puede verse actuando en todos los planos del
plano físico cósmico. Un ejemplo evidente puede observarse
en el caso de los Kumaras que, impelidos por ciertas fuerzas planetarias
y formando un triángulo del sistema, dieron un impulso al tercer
reino cuando, al ponerlo en conjunción con el quinto, produjo
el cuarto. Estos Kumaras, Sanat Kumara y [i752]Sus tres discípulos, habiendo
realizado la iniciación más elevada posible en el último
gran ciclo, aunque todavía (desde Su punto de vista) tienen
que dar otro paso, Se ofrecieron al Logos planetario de Su Rayo como
puntos focales de Su fuerza, de manera que por este medio
pudiera acelerar y perfeccionar Sus planes sobre la Tierra dentro
del ciclo de manifestación. Han aplicado tres de los cuatro
métodos. Están influenciados por el Logos planetario,
quien trabaja directamente como el Iniciador -en lo que al hombre
concierne- por intermedio de Sanat Kumara y con los tres reinos de
la naturaleza por intermedio de los tres Budas de Actividad -Sanat
Kumara se relaciona así directamente con el Ego en el plano
mental, y Sus tres Discípulos se ocupan de los otros tres tipos
de conciencia, de los cuales el hombre es la síntesis. En el
momento de la iniciación (después de la segunda Iniciación)
Sanat Kumara se convierte en vocero y agente directo del Logos planetario.
Esa gran Entidad habla por Su intermedio y durante un segundo (si
tal término puede aplicarse a un plano en que el tiempo, tal
como lo comprendemos, no existe) el Logos planetario del Rayo a que
pertenece el hombre dirige conscientemente -vía Su cerebro
etérico- Su pensamiento sobre el Iniciado llamándolo
por Su Nombre.
También los Kumaras constituyen principios personificados,
pero a este respecto debemos recordar que la fuerza y la energía
de uno de los principios del Logos afluyen a través de Ellos
por medio de lo que corresponde a la Mónada en lo que se refiere
a los Kumaras. Por Su intermedio, durante Su período de encarnación
y sacrificio voluntarios, el gran Prototipo del Logos planetario empieza
a hacer sentir Su presencia y la fuerza de la constelación
de la Osa Mayor vibra débilmente sobre la Tierra. Durante la
iniciación el hombre se da cuenta conscientemente de la Presencia
del Logos [e604]planetario mediante el contacto autoinducido
con su propio Espíritu divino. En la quinta Iniciación
se percibe la amplitud de esta influencia grupal planetaria y [i753]la parte que debe desempeñar
en el gran todo. En la sexta y séptima Iniciaciones siente
la influencia del Prototipo planetario que le llega por conducto del
Logos planetario actuando por intermedio del Iniciador.
Este método de encarnación directa se aplicaba
anteriormente cuando los Kumaras poseían forma física.
Esto sólo puede decirse de algunos de Ellos; Sanat Kumara y
Sus Discípulos tienen forma física, pero no han tomado
cuerpos físicos densos. Trabajan en los niveles etéricos
vitales y moran en cuerpos etéricos. Shamballa, donde Ellos
moran, existe en materia física igual que los Kumaras, pero
es materia de los éteres superiores del plano físico,
y sólo cuando el hombre haya desarrollado la visión
etérica, develará el misterio que hay detrás
de los Himalayas. Por lo tanto, aunque Sanat Kumara es el Logos
planetario, sin embargo, no lo es. Un reflejo de este método
de encarnación directa puede observarse cuando un discípulo
abandona su cuerpo y permite que su Guru o un chela más avanzado
lo utilice.
El misterio de los Bodhisattvas (47) ha sido tratado por H. P. B.,
y hasta que los estudiantes hayan asimilado y estudiado lo que ella
ha dicho, nada más puede agregarse. Captar la verdad es un
factor que siempre merece una nueva revelación.
Un período muy interesante tendrá lugar cerca del año
1966, y persistirá hasta el fin del siglo; para ese entonces
los Grandes Seres ya se están preparando. Concierne al esfuerzo
que realizan cada cien años la Logia y los Personajes que pertenecen
a ella. En cada siglo la Logia hace un esfuerzo en una línea
determinada de fuerza, con el objeto de llevar adelante los fines
de la evolución; el esfuerzo que realizarán en el siglo
veinte será de mayor envergadura que el efectuado durante mucho
tiempo y abarcará a un número de Grandes Seres. H. P.
B. y un sinnúmero de chelas intervinieron en un esfuerzo similar
durante el siglo diez y nueve; el que se ha de realizar en un futuro
inmediato [i754]involucrará a varios de los
Grandes Seres y al Mismo Maestro de Maestros; ahora podríamos
referirnos a tres de los distintos métodos anteriormente mencionados,
que se aplicarán para Su advenimiento.
En la aparición del Bodhisattva Mismo, se evidenciará
el misterio del Bodhisattva en su más pleno significado,
y no nos corresponde extendernos aquí sobre ello. Baste decir
que se utilizarán las vestiduras del GRAN SER, pero el tiempo
demostrará si el Señor que viene las revestirá
con un vehículo físico en ese evento particular, o si
el plano astral será el campo de Su actividad. Si el estudiante
[e605]reflexiona
sobre las consecuencias que implica apropiarse de ellas, se arrojará
mucha luz sobre los probables acontecimientos. Las vestiduras actúan
con capacidad dual:
Por estar excesivamente magnetizadas, tienen,
por lo tanto, un efecto profundo y de gran alcance.
Por actuar como punto focal para la fuerza
del Señor Buda y establecer un vínculo con el Señor
que viene, Le permitirán acrecentar Sus propios y maravillosos
recursos, extrayéndolos de centros de fuerza, aún
superiores, por conducto del Señor Buda.
Esta fuerza se expresará en el plano astral, produciendo vastos
resultados de naturaleza tranquilizadora, trayendo, por acción
refleja, paz en la tierra. La transmutación del deseo en aspiración
y la transformación del deseo inferior en superior constituirán
algunos de los efectos, mientras que el resultado de la fuerza que afluye
producirá grandes reacciones en los habitantes dévicos
de ese plano. Mediante la vibración así iniciada muchos
tendrán oportunidad (que no hubieran tenido de otro modo) de
recibir la primera Iniciación. Luego, a fines del ciclo mayor,
el Avatar que viene volverá a emplear las vestiduras [i755]y todo lo que ello implica, y tomará
un cuerpo físico, demostrando así en el plano físico
la fuerza del Logos al aplicar la Ley. Cuando Él venga al final
de este siglo y haga sentir Su poder, lo hará como Instructor
del Amor y de la Unidad, y Su tónica será regenerar por
medio del amor. Debido a que actuará principalmente en el plano
astral, Su trabajo se manifestará en el plano físico,
estableciendo grupos activos en toda ciudad, grande o pequeña,
y en todo país, que trabajarán agresivamente para lograr
la unidad, la colaboración y la fraternidad en todos los sectores
de la vida -económico, religioso, social y científico.
Dichos grupos obtendrán resultados imposibles de lograr ahora,
debido a la retención de la fuerza búdica, pero más
tarde esta fuerza será liberada sobre la tierra por intermedio
del Gran Señor, que actuará como un aspecto del Logos
y un punto focal para la conciencia y la energía del Buda.
Ésta es la probabilidad inminente que se tiene en cuenta al celebrarse
anualmente, durante un siglo, el Festival Wesak. Sería conveniente
que los estudiantes apoyaran los fines de la Jerarquía oculta
concentrándose en forma similar, en el período del festival,
iniciando así corrientes mentales de gran atracción, en
el sentido oculto de este término.
Un indicio de la proximidad de este acontecimiento lo constituirá
la opción que se iniciará durante los próximos
veinte y cinco años contra la delincuencia, el sovietísmo
y el radicalismo [e606]extremos, que en la actualidad están
siendo empleados por ciertas potestades para lograr objetivos contrarios
a los planes del Señor. Se inaugurará la era de paz, agrupando
en la tierra a las fuerzas que patrocinan la construcción y el
progreso, y reuniendo consciente y deliberadamente los grupos que personifican
en cada país (hasta donde puede ser visualizado) el principio
de la Fraternidad. Estén atentos a [i756]los signos de los tiempos, y no se
desanimen por el futuro inmediato. La aparición del Gran Señor
en el plano astral (seguida o no por Su encarnación física)
tendrá lugar al celebrarse determinado Festival Wesak, en él
Buda pronunciará un mántram (conocido sólo por
aquellos que están por recibir la séptima Iniciación),
liberando esa fuerza que permitirá a Su gran Hermano cumplir
Su misión. Por eso sería conveniente que en Occidente,
en forma gradual, se haga conocer el Festival Wesak y su verdadero significado,
ofreciéndose así la oportunidad a todos aquellos que están
dispuestos a situarse en la línea de esta fuerza, a fin de ser
vitalizados por ella y preparados para servir. La reacción mencionada
se producirá también debido a la presión que ejercen
los niños de hoy, muchos de ellos son chelas y algunos iniciados.
Han venido para preparar el camino que han de recorrer Sus Pies.
Cuando llegue el momento (cinco años antes de la fecha de Su
descenso) se los hallará cumpliendo plenamente su servicio y
sabiendo cuál es su trabajo, aunque ignoren lo que el futuro
les depara.
Cuando llegue el momento habrá casos (aunque ya han habido algunos)
en que se observará la actuación de esta influencia,
manifestándose de tres maneras. En todas las naciones de
Oriente y Occidente habrá discípulos preparados y hombres
y mujeres muy evolucionados desempeñando su tarea en las líneas
asignadas, ocuparán puestos destacados, que les permitirá
llegar hasta los muchos; poseerán también cuerpos suficientemente
puros para ejercer influencia. Esto sólo será posible
en aquellos que se han consagrado desde la infancia o han servido a
la raza durante todas sus vidas o, por el karma generado en vidas anteriores,
han adquirido ese derecho. Esta triple manera de ejercer influencias
se manifestará:
Primero. Plasmando en el cerebro físico del [i757]hombre las ideas, proyectos de trabajo,
ideales e intenciones que (aunque emanan del Avatar) se los considerará
sin embargo como propios, quien los ejecutará ayudado inconscientemente
por la fuerza que afluye. Esto constituye literalmente una forma de
telepatía mental superior, actuando en niveles físicos.
Segundo. Influenciando al chela mientras desempeña su
trabajo (por medio de conferencias, escritos y enseñanzas), e
iluminándolo para que preste servicio. Será consciente
de ello aunque [e607]incapaz de explicarlo; inspirado por
Su Señor tratará de estar cada vez más dispuesto
a servir, ofrendándose con total desinterés. Esto se llevará
a efecto por medio del Ego del chela, la fuerza que fluye a través
de su átomo astral permanente, siendo sólo posible realizarlo
cuando se ha abierto el quinto pétalo.
Tercero. Colaborando conscientemente en este tercer método
de influenciar, el chela se ofrendará a sí mismo (con
pleno conocimiento de las leyes de su ser y de su naturaleza), y abandonará
y entregará su cuerpo físico al Gran Señor o a
uno de Sus Maestros. Esto sólo es posible cuando el chela ha
alineado sus cuerpos inferiores, aunque todavía debe desarrollar
el sexto pétalo. Por un acto de voluntad consciente entrega su
cuerpo y se mantiene apartado durante determinado tiempo.
Estos métodos de ejercer influencia serán empleados principalmente
por el Gran Señor y Sus Maestros al finalizar el siglo y, por
esta razón, en todos los países encarnan discípulos
que tienen la oportunidad de responder a la necesidad de la humanidad.
De allí la urgencia de entrenar a hombres y mujeres a fin de
que reconozcan científicamente el psiquismo superior, la verdadera
inspiración y la mediumnidad. Dentro de cincuenta años
será muy grande la necesidad de verdaderos síquicos y
médium conscientes (como H. P. B. por ejemplo), si se llevan
a la fructificación [i758]los planes del Maestro y se inicia
el movimiento de preparación para el advenimiento de Aquel a
Quien todas las naciones esperan. Muchos deben desempeñar su
parte en esta tarea siempre que posean la perseverancia necesaria.
Lógicamente, el primer grupo será el más numeroso
pues no necesita poseer mucho conocimiento, pero implica mayor peligro
que los otros dos -peligro de que tergiverse los planes y acontezca
un desastre al ente implicado. El segundo grupo será menos numeroso,
y el último consistirá en sólo un puñado
o dos o tres en ciertos países. En este caso, resultará
verídico que, por el sacrificio, el Hijo del hombre nuevamente
recorrerá los caminos de los hombres, y Su encarnación
física será un hecho. Muy pocos estarán a Su disposición
porque la fuerza que Él posee requiere un instrumento
particularmente flexible, pero ya se está haciendo la debida
preparación.
También algunos Maestros e iniciados emplearán el método
de encarnación directa por el proceso de:
El nacimiento físico.
La apropiación de un vehículo
o cuerpo adecuado.
La creación
directa por un acto de voluntad. Esto será muy raro. [e608]
El segundo método, o intermedio, será el más frecuentemente
empleado. Seis Maestros, cuyos nombres son completamente desconocidos
para el estudiante ocultista corriente, han encarnado físicamente
-uno en la India, otro en Inglaterra, dos en América del Norte
y uno en Europa central, mientras que otro ha hecho un gran sacrificio
y tomado un cuerpo ruso en el deseo de actuar como centro de paz ese
desviado país. Ciertos iniciados de la tercera Iniciación
han tomado cuerpos femeninos -uno en la India, que a su debido tiempo
hará mucho para emancipar a las mujeres de la India, mientras
que otro tiene un trabajo peculiar vinculado al reino animal, e igualmente
está esperando el día de Su aparición.
[i759]El Maestro Jesús tomará
un vehículo físico y, con algunos de Sus chelas, llevará
a efecto la reespiritualización de la iglesia católica,
derribando la barrera que separa las iglesias Episcopal y Griega de
la Romana. Si los planes progresan, como es de esperar, esto podrá
suceder alrededor del año 1980. El Maestro Hilarión también
vendrá y se convertirá en un punto focal de energía
búdica en el vasto movimiento espiritista, mientras que otro
Maestro está trabajando en el movimiento de la Ciencia Cristiana
(Christian Science) a fin de inducirla a adoptar líneas más
sólidas. Es interesante observar que dichos movimientos han puesto
un fuerte énfasis sobre el corazón o aspecto amor, por
lo tanto, podrán responder con más rapidez a la fuerza
que afluirá durante el advenimiento, que los demás movimientos
considerados muy avanzados.
La mente puede matar el reconocimiento de lo Real, pues
el odio entre hermanos aleja la corriente de la fuerza de amor. Los
tres Maestros, estrechamente vinculados con el movimiento teosófico,
ya están haciendo Sus preparativos y actuarán también
entre los hombres, reconocidos por Sus seguidores y por quienes tienen
ojos para ver. A esos chelas que están sometidos a la necesaria
disciplina se les ofrecerá la oportunidad de trabajar en el plano
astral y, si ellos así lo eligen, de encarnar inmediatamente,
siempre que hayan logrado la continuidad de conciencia. El Maestro conocido
por D. K. tiene proyectado restaurar -por medio de Sus estudiantes-
algunos de los antiguos y ocultos métodos de curar, y también
señalar:
el lugar que ocupa el cuerpo etérico,
el efecto que produce la fuerza pránica,
el desarrollo de la visión etérica.
Nada más puede decirse sobre los planes de los Grandes Seres.
Su aparición no será simultánea, pues los pueblos
no podrían resistir la enormemente acrecentada afluencia de fuerza;
el reconocimiento de los Maestros y de Sus métodos dependerá
de la intuición [i760]y del [e609]entrenamiento de los sentidos internos.
No los anunciará ningún heraldo, y sólo Sus obras
los proclamarán
e. Impulso y encarnación. Quizás podría
arrojarse alguna luz sobre la tan difícil cuestión de
los jivas, adeptos y avatares encarnantes si el estudiante recuerda
que:
Un hombre común manifiesta el tercer aspecto de
actividad inteligente en la vida de su personalidad y está
desarrollando conscientemente el segundo aspecto o la manifestación
egoica, en el plano físico.
Un adepto manifiesta plenamente el segundo y tercer aspectos,
y en su propia vida interna está en proceso de desarrollar
el primer aspecto o de esforzarse por llevar la vida monádica
a una actividad consciente en el plano búdico
Un avatar manifiesta de acuerdo a su karma particular
una de las dos cosas:
La luz pura de La Mónada, traída
al plano físico por Intermedio del Ego y de la
personalidad perfecciona dos. La línea de fuerza se extiende
directamente de los niveles monádico al físico.
La luz del Logos en uno de sus
aspectos, siendo consciente y directamente transmitida al plano
físico por medio de la Mónada desde el Logos planetario,
o también desde el Logos solar.
En los dos primeros casos, el deseo de llevar una existencia sensoria,
o de servir a la humanidad, son los factores que producen la manifestación
física (uno por la fuerza de la evolución misma, el otro
por un acto consciente de la voluntad). El deseo de llevar una vida
sensoria es sólo el segundo aspecto latente que trata de expresarse
por medio del no-yo; en el otro caso, el segundo aspecto manifestado
emplea conscientemente la forma como medio para lograr un fin. En el
caso [i761]de todos los avatares actúa
el aspecto voluntad y produce la aparición -ya sea la voluntad
del adepto perfecto como el Buda Mismo o (como en el caso del verdadero
Avatar, quien ya lo es, pero no ha podido realizarlo) la voluntad del
Logos planetario o del Logos solar, toma forma para un propósito
especifico. Significa un despliegue de la facultad creadora más
elevada que la manifestada por el Adepto al crear Su cuerpo de manifestación,
el Mayavirupa. (48) Las frases apropiación de un cuerpo
físico y [e610]creación de un cuerpo
físico deben ampliarse para incluir no sólo nuestro
plano físico, el séptimo subplano del físico cósmico,
sino todos los planos del sistema solar.
Las causas conjuntas que producen la encarnación son tres:
El impulso egoico.
La actividad de los Ángeles solares y lunares.
El karma o el papel que la actuación anterior desempeña
en la manifestación.
Difícilmente podemos disociarlas, al considerar nuestro tema,
dada la constitución innata del cuerpo egoico mismo y el papel
que la conciencia inmanente desempeña al producirse la aparición
por medio de un acto de la voluntad. Por lo tanto, reconsideremos brevemente
lo que hemos aprendido acerca del cuerpo egoico y su constitución,
y luego veamos los pasos dados por el Ego al obtener resultados en los
tres mundos.
Hemos visto que en el tercer nivel del plano mental se encuentra el
loto egoico, por lo tanto, el estudiante debería imaginárselo
de la manera siguiente:
Oculto en el mismo centro o corazón del loto hay un punto brillante
de fuego eléctrico de un tono blanco azulado (la [i762]joya en el loto), circundado y completamente
oculto por tres pétalos herméticamente cerrados. Alrededor
de este núcleo central o llama interna, están dispuestos
los nueve pétalos en círculos de tres pétalos cada
uno, formando en total tres círculos. Dichos pétalos,
igual que los tres centrales, están formados por la sustancia
de los ángeles solares -sustancia que no sólo es sensoria
como la que compone las formas de los tres mundos y los cuerpos lunares,
sino que tiene una cualidad adicional de yoísmo o
autoconciencia, que permite al ente espiritual, situado en el centro,
adquirir por su intermedio, conocimiento, percepción y autorrealización.
Los nueve pétalos tienen un color predominantemente anaranjado,
aunque los otros seis colores existan como secundarios en distintos
tonos. Los tres pétalos internos son de color amarillo limón.
En la base de los pétalos del loto están los tres puntos
de luz que marcan el lugar de los átomos permanentes, el medio
de comunicación entre los Ángeles solares y los pitris
lunares. El Ego, por intermedio de estos átomos permanentes,
de acuerdo a su grado de evolución, puede construir sus cuerpos
lunares, adquirir experiencia y conocimiento en los tres planos inferiores
y llegar a ser consciente. En una vuelta más alta de la espiral
la Mónada, por intermedio de los pétalos egoicos y con
la ayuda de los Ángeles solares, adquiere conocimiento y se hace
análogamente consciente en niveles más excelsos.
La luz interna que se halla en los átomos permanentes tiene un
fulgor rojo apagado; por lo tanto tenemos tres fuegos [e611]manifestándose en el cuerpo
causal -fuego eléctrico en el centro, fuego solar circundándolo
como la llama circunda el núcleo central o esencia en la llama
de una vela y fuego por fricción, que se asemeja al pabilo
enrojecido que se encuentra en la base de la llama superior.
Estos tres tipos de fuego en el plano mental -que se unen y unifican
en el cuerpo egoico- producen con el tiempo irradiación o calor,
que afluye por todas partes del loto produciendo esa forma esferoidal
que observan los investigadores. [i763]Cuanto más evolucionado sea
el Ego y estén más abiertos los pétalos, mayor
será la belleza de la esfera circundante y más inmaculados
sus colores.
En las primeras etapas, después de la individualización,
el cuerpo egoico tiene la apariencia de un capullo. El fuego eléctrico
del centro no se percibe y los nueve pétalos están cerrados
sobre los tres internos; el color anaranjado tiene un aspecto apagado,
y los tres puntos de luz en la base sólo son puntos y nada más;
tampoco se percibe el triángulo que se ve luego conectando dichos
puntos. La esfera circundante es incolora y sólo es observada
como vibraciones ondulantes (como las ondas en el aire o el éter)
llegando escasamente más allá de la línea de pétalos.
En el momento en que se recibe la tercera Iniciación tiene lugar
una transformación maravillosa. La esfera externa, de amplio
radio, fulgura con los colores del arco iris; las corrientes de energía
eléctrica que circulan en ella son tan poderosas que escapan
fuera de la periferia del círculo, asemejándose a los
rayos del sol. Los nueve pétalos están totalmente abiertos,
formando un gracioso engarce para la joya central, y su matiz anaranjado
es ahora de una primorosa transparencia, salpicada de muchos colores,
predominando el del rayo egoico. El triángulo que se halla en
la base es vívido y chispeante y los tres puntos son pequeños
fuegos fulgurantes, apareciendo ante la vista del clarividente como
séptuples verticilos de luz, que hacen circular su luz entre
los puntos de un triángulo que se mueve rápidamente.
En el momento de recibir la cuarta Iniciación la actividad de
este triángulo es tan grande que se parece a una rueda girando
rápidamente. Tiene un aspecto cuadridimensional. Los tres pétalos
en el centro se están abriendo, revelando la joya radiante.
En esta iniciación, por la acción del Hierofante que maneja
el Cetro de Poder eléctrico, los tres fuegos son estimulados
repentinamente por un descenso de fuerza eléctrica o positiva,
desde la [i764]Mónada y, en respuesta, su fulgor
produce esa fusión que destruye toda la esfera, desintegra toda
apariencia de forma y establece un momento de equilibrio o suspenso,
en que los elementos son consumados por el ardiente calor.
Entonces se conoce el momento de radiación más intensa.
Luego -por la pronunciación de cierta [e612]Palabra de Poder- los grandes Ángeles
solares absorben en sí mismos el fuego solar, produciendo así
la desintegración final de la forma y, por ende, la vida se separa
de la misma; el fuego de la materia retorna al depósito general,
y ya no existen los átomos permanentes ni el cuerpo causal. El
fuego eléctrico central se centraliza en atma budi. El Pensador
o la entidad espiritual se libera de los tres mundos, funcionando conscientemente
en el plano búdico. Entre las etapas de inercia pasiva (aunque
autoconsciente) y de actividad radiante que produce un equilibrio de
fuerzas, hay una larga serie de vidas.
Al estudiar el tema de los jivas reencarnantes, hemos tocado tres tópicos:
Los avatares, a fin de esclarecer la
confusión que existe en las mentes de los estudiantes respecto
a ciertos tipos de apariciones. Aquí sólo nos ocuparemos
de los procedimientos aplicados por el hombre común.
Los pralayas, a fin de despertar en
la mente del estudiante la idea de los intervalos de pasividad dependientes
de los períodos intermitentes de actividad.
La aparición
del cuerpo egoico y su composición general, a fin de
que el estudiante comprenda que la evolución afecta también
a ese cuerpo y no sólo a las formas del hombre en los tres
mundos. Los efectos del proceso son interdependientes y, a medida
que el yo inferior se desarrolla o que la personalidad se hace más
activa e inteligente, se obtienen resultados en el cuerpo superior.
Debido a que estos efectos son acumulativos y no efímeros,
[i765]los resultados inferiores, el cuerpo
egoico similarmente se hace más activo y la manifestación
de su energía aumenta. Al finalizar el período evolutivo
en los tres mundos se ve un constante intercambio de energía;
la luz irradia sobre las formas inferiores, que reflejan la irradiación
superior; el cuerpo egoico es el Sol del sistema inferior, y sus
cuerpos reflejan sus rayos así como la luna refleja la luz
del sol solar. Similarmente, el Sol egoico -por medio de la interacción-
brilla con mayor intensidad y gloria. En los niveles superiores
tiene lugar una interacción similar, durante un corto periodo
de tiempo, entre la Mónada y su reflejo, el Ego, pero sólo
en el próximo sistema solar esta interacción será
llevada a una lógica conclusión.
Habiendo considerado, por lo tanto, muy brevemente estos tres tópicos,
podemos ahora seguir estudiando el proceso seguido por el Ego cuando trata
de manifestarse en los tres mundos. Esforcémonos por interpretar
mentalmente los procesos en términos de energía y de fuerza.
[e613]
El Antiguo Comentario dice:
Cuando la Chispa toca los cuatro pabilos, y cuando el Fuego
espiritual en su triple esencia se encuentra con aquello que es combustible,
surge la Llama. Fulgurando tenuemente al principio parece acercarse a
la muerte, pero los pabilos arden y fulguran reteniendo el calor. Éste
es el primer ciclo, y se denomina la rueda fulgurante.
El fulgor se acrecienta en una pequeña llama, y los cuatro pabilos
arden pero no se consumen, pues el calor no es suficiente. La luz de estos
tres fuegos es tan tenue que no ilumina la caverna. Sin embargo, Aquel
que se acerca y vigila, siente la llama y el calor esenciales. Éste
es el segundo ciclo, y se denomina la rueda que da calor.
La pequeña llama se convierte en una lámpara encendida.
El fuego arde, el humo prevalece porque los pabilos arden intensamente
y el calor es suficiente para destruirlos rápidamente. La lámpara
ubicada en medio de la oscuridad, hace que se manifieste la densa oscuridad;
la luz y el calor se perciben. Este tercer ciclo se denomina la rueda
iluminada.
[i766]Los cuatro pabilos y la llama parecen
ser uno; se ha desvanecido casi todo el humo porque lo que más
se ve es la llama. La caverna se ilumina, aunque la lámpara todavía
es aparente. El cuarto ciclo se denomina la hora de la rueda ígnea.
El ciclo final llega cuando la lámpara misma se ha consumido, destruida
por la intensidad del calor. Aquel que vigila, viendo realizado el trabajo,
aventa el punto central de fuego, produciéndose una repentina llamarada.
Los pabilos nada son -la llama es todo. La Ciencia Sagrada dice que éste
se denomina el ciclo de la rueda consumida.
En esta simbología arcana está oculto (en términos
de energía y de actividad radiante) todo el secreto de la energía
egoica y del impulso que hace sentir su presencia en la sustancia de los
planos inferiores; el estudiante debería interpretar las frases
que anteceden tanto macrocósmica como microcósmicamente.
En toda manifestación el impulso originador viene del primer aspecto
que se halla oculto en el corazón del loto egoico, pero dicha Entidad
actúa de acuerdo a la ley; en las primeras etapas (los primeros
tres ciclos) el proceso tiene lugar bajo la Ley de Economía, ley
de la sustancia misma; en los dos ciclos finales esta ley se fusiona (aunque
no es reemplazada, pues aún es muy poderosa) con la Ley de Atracción,
la ley fundamental del Yo divino. La incomprensión de esto ha dado
lugar a la confusión que existe en las mentes de muchos metafísicos
respecto a lo que se manifestó primero, si el deseo o la voluntad,
y a la diferencia que existe entre ellos, y también entre impulso
y propósito, instinto e intención. En las primeras etapas
el hombre reencarna regido por la Ley, de Economía; sin embargo,
aunque el aspecto voluntad está detrás del proceso, durante
un largo período de tiempo la atracción de la sensación
y reflejo en la conciencia, el deseo, produce el renacimiento. Dando la
sensación una cualidad de la materia o [e614]sustancia, el Yo al principio se identifica
con la sensación. Luego, cuando el Yo empieza a identificarse consigo
mismo y a reconocer la naturaleza del no-yo, la Ley de Atracción
y de Repulsión se hace [i767]más activa, desplegándose
la voluntad y el propósito conscientes. Debe recordarse aquí
que existe una gran diferencia, en tiempo y espacio, entre el Logos o
Macrocosmos y el Hombre o Microcosmos. El hombre corriente viene a la
encarnación por medio del impulso egoico, basado sobre el deseo
y la relación entre el segundo y el tercero o el Yo y el no-yo.
El hombre traerá oportunamente (por medio de la evolución)
la revelación del primer aspecto, y el impulso egoico (basado en
la comprensión mental consciente del propósito en consideración)
será el factor dominante, demostrándose por medio de una
definida voluntad de actuar. En relación con el Logos, la primera
etapa ha sido dejada muy atrás; la manifestación logoica
se basa en la voluntad y el propósito y también en la actividad
consciente inteligente. La razón de esto consiste en que el Logos
y también los Logos planetarios están en el sendero de iniciación
cósmica.
En consecuencia, aunque el impulso originador viene del punto central,
al principio no se evidencia. En el momento de la individualización,
el delineamiento confuso de una forma tal como la descrita anteriormente
hace su aparición en niveles mentales, y (aunque todavía
no ha sido reconocido por los estudiantes) se hace evidente que en los
niveles mentales ha transcurrido un período destinado a prepararse
para el inminente acontecimiento. Debido a la actividad de los Ángeles
solares, los doce pétalos han tomado forma gradualmente, ya que
el punto de fuego eléctrico en el corazón ha empezado a
hacerse sentir, aunque todavía no se haya localizado. Entonces,
los tres primeros pétalos se configuran y se cierran sobre el punto
vibrante o joya, regido por el poder de la Ley de Atracción.
Uno por uno otros nueve pétalos toman forma a medida que las vibraciones
empiezan a afectar a la sustancia solar, siendo cada uno de los tres tipos
de pétalos influenciados por uno de los Rayos mayores; éstos
a su vez lo son por la fuerza proveniente de centros cósmicos.
[i768]Como ya se ha mencionado, dichos pétalos
forman un capullo, estando cada uno herméticamente cerrado. Únicamente
pueden observarse tenues vibraciones que palpitan en el capullo, apenas
perceptibles como para testimoniar que es un organismo viviente. Puede
verse sombrío y confuso al circulo no se pasa, el límite
que ha de circunscribir la actividad de la Conciencia incipiente. Es un
ovoide o esfera, muy pequeño todavía. El proceso de formación
del loto egoico se ha ido desarrollando silenciosamente desde el momento
en que el hombre animal inferior y los cuatro principios [e615]inferiores, alcanzaron un punto en que
la energía (generada por él) podía empezar a hacerse
sentir en niveles mentales. Cuando el fuego (el triple fuego de la sustancia
misma) de las envolturas inferiores, ya preparadas, se hace radiactivo,
la aparición nebulosa del tercer subplano del plano mental comienza
a organizarse como resultado de la atracción descendente que ejerce
lo inferior sobre lo superior y de la respuesta del aspecto Espíritu
a la irradiación o atracción de la materia. Pero la individualización,
tal como la entendemos, todavía no se ha efectuado. Este proceso
de radiactidad de lo superior, abarca un largo período en que los
Ángeles solares actúan en Su propio plano y los Pitris inferiores
también en los Suyos; un grupo produce el núcleo del cuerpo
egoico, y el otro el receptáculo para la vida de Dios o la Mónada
en los tres mundos.
Luego llega un momento preestablecido en la vida del Logos planetario
en que Sus centros se activan en forma particular, el cual coincide con
la encarnación de las Mónadas y su descenso en los tres
mundos. Se forma un triángulo en el sistema (pues los tres siempre
producen los siete); mediante la liberación de la triple energía
se coordina el trabajo de los Pitris solares y lunares, y el jiva correspondiente
se apropia de los tres átomos permanentes que aparecen en la base
del loto egoico. La individualización ha tenido lugar y el trabajo
de unificación se ha completado; el cuarto reino [i769]de la naturaleza es un 'hecho consumado;
la Mónada se ha revestido de cuerpos materiales, apareciendo el
ente autoconsciente en el plano físico. Si leemos lo que expone
H. P. B. sobre las tres primeras rondas de nuestro esquema terrestre,
considerando que se refiere al período de condensación del
cuerpo causal en el nivel mental y abarca el periodo de tiempo que conduce
a la aparición del hombre en la cuarta ronda, tal como es en la
actualidad, puede arrojarse alguna luz sobre este difícil tema.
Podrá observarse que los lotos egoicos están agrupados,
y cada uno forma parte de un grupo. A su vez estos grupos forman parte
de un loto más vasto que personifica la conciencia de una Entidad
mayor, cuya joya puede encontrarse en el segundo subplano.
A su vez todos pueden dividirse en siete grupos fundamentales. Estos siete
grupos o conjuntos de lotos egoicos, forman los siete tipos de conciencia
de esas Entidades que son los siete centros de fuerza de nuestro Logos
planetario. Estos siete, a su vez también se sintetizarán
en niveles superiores, en tres centros superiores, hasta que toda la energía
y fuerza que ellos representan es reunida y absorbida por el centro que
corresponde al centro más elevado de la cabeza del Logos planetario.
Cada Logos personifica a un tipo de energía cósmica y cada
uno de Sus centros personifica a una de sus [e616]siete diferenciaciones de ese tipo de
energía. Cada uno de estos siete nuevamente se manifiesta por medio
de grupos egoicos, los cuales también están compuestos por
esos puntos de energía que llamamos Egos.
Tales innumerables grupos egoicos forman un todo radiante y entrelazado,
aunque son diversos y diferentes en lo que respecta a su grado de desarrollo
y color secundario. Así como los pétalos del loto egoico
de los jivas encarnantes se abren con distintos colores y en diferentes
períodos, así también los grupos egoicos se desarrollan
diversamente en cuanto a tiempo y secuencia. Esto le da una apariencia
maravillosa. Así como el Maestro puede [i770](estudiando el grupo o el loto mayor
del cual forma parte) asegurarse de la condición en que se encuentran
los entes humanos que constituyen el grupo, de la misma manera el Logos
planetario puede hacerlo por medio de la identificación consciente
(observen los términos) de la condición de los diversos
grupos por cuyo intermedio Su trabajo puede ser realizado.
Será evidente así para el estudiante que la aparición
de los Jivas encarnantes en el plano físico será regida:
Primero, por el impulso basado en la voluntad-propósito de la Vida
que anima al conjunto de grupos pertenecientes a cualquier subrayo o a
uno de los siete grupos mayores.
Segundo, por el impulso basado en la voluntad, coloreada por el deseo,
de la Vida que anima al grupo egoico de un hombre.
Tercero, por el impulso basado en el deseo del Ego por manifestarse en
el plano físico.
A medida que madura la identificación de un hombre con su grupo,
el impulso del deseo se modifica, hasta que oportunamente es sustituido
por la voluntad grupal. Si se medita sobre esto se evidenciará
que los Egos no vienen a la encarnación uno por vez, sino de acuerdo
al impulso grupal y por lo tanto en forma colectiva. Ésta es la
base del karma colectivo y del karma familiar. El impulso individual que
lógicamente es una reacción al impulso grupal, es el resultado
del karma personal. Aunque se haya arrojado alguna luz sobre el tema de
la reencarnación, quizá se ha dicho demasiado para acrecentar
su magnitud y complejidad. El hombre común está limitado
a emplear el cerebro físico y, por lo tanto, es incapaz de pensar
en términos grupales.
El impulso egoico, en cualquier grupo o unidad grupal, se hace sentir
por una palpitación o acceso de energía que emana del punto
central. Esta actividad central la produce la actividad del Logos planetario
quien actúa por intermedio de Ios grupos que se [e617]encuentran en Sus centros y, de acuerdo
con el [i771]centro estimulado, así serán
afectados los grupos correspondientes. No nos podemos extender más
sobre esto, pues el tema es estupendo y se halla más allá
de la comprensión del hombre; solo es necesario que comprenda que
en esta cuestión él depende del Logos planetario.
En consecuencia, del centro grupal surge el anhelo de emprender una renovada
actividad, y ésta se propaga por todo el loto grupal hasta
que los entes que responden a la vibración de ese rayo particular
despiertan en sentido oculto. Durante todo el tiempo (en lo
que se refiere a los jivas) éste ha sido el primer aspecto de fuerza,
pasando desde un punto central a otros puntos centrales. En cada caso
los núcleos positivos son afectados por el surgimiento del fuego
eléctrico o energía. Cada punto implicado responde con una
contracción primaria, seguida por un despliegue de energía
que va hacia afuera o que se expande. Cada Entidad involucrada pronuncia
una PALABRA. Este sonido se expande hasta convertirse en un mántram
y los Ángeles solares vibran en respuesta. Aquí deben tomar
nota de un punto muy interesante.
El primer aspecto actúa por medio de
la Palabra de Poder.
El segundo aspecto actúa por medio
de combinaciones mántricas.
El tercer aspecto actúa por medio de
fórmulas matemáticas.
Habiendo pronunciado la Palabra el primer aspecto, representado por
el fuego eléctrico en el centro del loto, se sumerge en una pasividad
y se convierte en una abstracción, en lo que respecta al ente
autoconsciente El trabajo ha comenzado, la vibración necesaria
ha sido iniciada y todo el proceso prosigue entonces de acuerdo a la
ley. Los Angeles solares emprenden su actividad y hasta que su trabajo
no haya alcanzado una etapa muy elevada, el aspecto Espíritu
debe, en el cuerpo causal, convertirse en la analogía del Observador
Silencioso. A medida que los Ángeles solares continúan
pronunciando el mántram, base de su trabajo, los Pitris lunares
responden [i772]a ciertos sonidos de ese mántram
(no a todos al principio), extrayendo de esos sonidos la fórmula
bajo la cual su trabajo debe proseguir. De esta manera la Palabra es
la base del mántram y el mántram es la base de la fórmula.
En cada encarnación se necesitan formas más refinadas;
por lo tanto, las fórmulas son más complicadas y los sonidos,
sobre los cuales están basadas, más numerosos. Con el
tiempo las fórmulas se completan y los Pitris lunares no responden
ya a los sonidos o mántram entonados en el plano mental. Esto
indica la etapa de perfección y demuestra que los tres mundos
ya no ejercen una
76) El pecado de los sin Mente. D. S..
III, 187,192. Este pecado tiene que ver con el período de la Separación
de los Sexos durante la primitiva tercera raza raíz, la Lemuria. El
mismo hecho histórico se insinúa en La Biblia, Génesis VI, 2, 4. "Ellos
(los sexos) ya se habían separado antes de que el rayo de la razón divina
iluminara la región oscura de sus mentes, hasta entonces adormecidas,
y pecaran, es decir, antes de haber cometido el mal inconscientemente,
produciendo un efecto antinatural." D. S. IV. 242-248
77) En la actual ronda, la cuarta, el
deseo o respuesta al contaco y a la sensación, es llevado a su más plena
expresión. En la próxima ronda, la quinta, el quinto principio de la
mente o manas, alncanzará su frutificación.
78) Observern la analogía que pued aplicarse
aquí. En el segundo plano tenemos la Ley de Cohesión-amor. En el segundo
plano de la Tríada en manifestación tenemos ls Ley de Control Magnético
-amor. También tenemos más abajo, en el segundo plano de la Personalidad,
la Ley de Amor. La exactitud de la analogía es muy interesante , y da
lugar a hacer reflexiones.
79) Las Tres Emanaciones..."En el diagrama,
los símbolos de los tres aspectos (del Logos) están ubicados fuera de
tiempo y espacio y sólo sus corrientes de influencia descienden a nuestro
sistema de planos... representan en su debido orden lo que generalmente
se llama las tres Personas de la Trinidad.... Se verá que de cada uno
es proyectada una emanación de vida o fuerza hacia los planos inferiores.
Consecutivamente el primero es la línea recta que desciende desde el
tercer aspecto; el segundo es esa parte del óvalo grande que está a
la izquierda -la corriente que desciende desde el segundo aspecto hasta
el punto más inferior de la materia; luego asciende por el lado derecho
hasta el nivel mental inferior. Se observará que ambas emanaciones de
vida divina, se oscurecen y velan a medida que descienden a la materia,
hasta que en el punto inferior casi cuesta reconocerlas como vida divina,
pero a medida que ascienden al pasar por su nadir aparecen con mayor
claridad. La tercera emanación, que desciende del aspecto más elevado
del Logos, difiere de las demás en el sentido de que no es oscurecida
por la mateia a través de la cual pasa, sino que conserva sup pureza
virginal y su esplendor inmaculado. Se verá que esta emanación desciende
únicamente hasta el nivel del plano búdico (el cuarto plano); el vínculo
entre ambas está representado por un triángulo dentro de un círculo,
que representa el alma individual del hombre -el ego reencarnante. Aquí,
el triángulo está formado por la tercera emanación y el círculo por
la segunda... " El Credo Cristiano, por C. W. Leadbeater.
80) Véase pág. 69.
81) ¿Por qué consideramos
este tema de los devas del sistema intermedio(así como podríamos
considerar aquellos que están vinculados con los actuales budi
y kama-manas) cuando nos ocupamos de las formas mentales? Por dos razones:
La primera consiste en que todo lo que está dentro del sistema solar
sólo es sustancia energetizada de los planos mental cósmico y astral,
que ha sido empleada para construir formas mediante el poder de la ley
de la electricidad; todo lo que se percibe sólo son formas animadas
por ideas. La otra reside en que conociendo el proceso creador del sistema,
el hombre oportunamente aprende a convertirse en un creador. Podríamos
ilustrar esto diciendo que una de las principales funciones del movimiento
teosófico, en sus diferentes ramas, consiste en construir una forma
que a su debido tiempo podrá ser animada por la idea de Fraternidad.
82) La Vida y las Vidas. H.P.B. dice en La Doctrina
Secreta: "El ocultismo no acepta nada inorgánico en el cosmos. La expresión
empleada por la ciencia "sustancia inorgánica" significa simplemente
que la vida latente que dormita en las moléculas de la llamada "materia
inerte" es irreconocible. Todo es Vida y cada átomo, aunque sea de polvo
mineral, es una Vida que está más allá de nuestra comprensión y percepción...
Por lo tanto, la vida existe en tods partes del universo. . . allí donde
existe un átomo de materia, una partícula o molécula, incluso en su
condición más gaseosa, existe vida, aunque latente e inconsciente."
D. S. I, 265, 274-275.
83) La Vida y las Vidas.
Todo vive y es consciente, pero toda vida y conciencia
no es similar a la humana. D. S. I, 105.
La Vida es la única forma de
existencia que se manifiesta en la materia.
La materia es el vehículo para
la manifestación del alma
El alma es el vehículo para
la manifestación del Espíritu.
Por lo tanto, colaboran el primero, el segundo y el tercer
Logos. Ilustración: La Vida del 3er. Logos, anima a los átomos de materia.
La Vida del 2do. Logos, anima a las formas o conjunto de átomos. La
Vida del 1er. Logos, anima a las formas compuestas.
La Vida Una sintetiza esta triplicidad.
Apliquemos esto al Macro y al Microcosmos.
Fohat, Prana, Electricidad, Flúido Magnético, son términos
empleados para designar esta vida vitalizadora.
El Microcosmos está animado y vitalizado por el prana,
y sus actividades están controladas por el Pensador inmanente.
El Macrocosmos está animado y vitalizado por Fohat;
sus actividades están controladas por esa Inteligencia que le da forma,
denominada Logos.
84) ". . .Agni, es el origen de todo aquello que da
luz y calor. Existen diferentes especies de Agni (fuego); pero "cualquier
otro fuego que pueda existir, solo es ramificación de Agni, el inmortal"
(Rig Veda, L. 59,I). La división primaria de Agni es triple. "Agni",
se dice en Vishnu Purana, "tiene tres hijos, Suchi, Pavamana y Pavaka"
(I,x). Suchi significa Saura o fuego solar; Pavamana significa Nirmathana,
fuego producido por fricción, como cuando se frotan dos pedazos de madera,
y Pavaka significa el vaidyuta o fuego del firmamento, por ejemplo el
fuego de rayo o fuego eléctrico. Debo advertirles que estos tres fuegos
se originan en las tres deidades principales de las cuales se habla
en el Veda, es decir, Surya, el sol, que representa el fuego solar;
Indra (y a veces Vayu), la deidad que produce la lluvia, y rpresena
el fuego del firmamento y Agni, que representa el fuego terrestre, el
fuego producido por la fricción (Nirukta, VII, 4); se ha de recordar
que los tres son meras ramificaciones de un solo Agni; que a su vez
es una emanación del Supremo Uno; como verá el lector, por la descripción
alegórica dada en el Vishnu Purana, Agni es un hijo de Brahama nacido
de la boca. Ahora bien, cada una de las tres formas de Agni tiene numerosas
subdivisiones. El fuego solar se caracteriza por varias divisiones de
acuerdo a la naturaleza de los rayos emitidos por la gran luminaria."
The Theosophist, T. VII, 196.
85) H.P.B. en La Doctrina Secreta se refiere a "...
la solución del enigma... ante el cual aún el Dhyan Chohan más elevado
debe postrarse en silencio e ignorancia -El Misterio Inefable de aquello
denominado por la vedanta, Parabrahman". D. S. II, 41.
86) La Biblia. Proverbios IV, 18.
87) Los Pitris Lunares. "Los grandes Choahanes pidieron
a los Señores lunares, de los cuerpos aéreos: "Produzcan Hombres", "hombres
de vuestra naturaleza". Dénles sus formas internamente. Ella (Madre
Tierra) construirá las envolturas externas (cuerpos externos). Serán
machos hembras, también Señores de la Llama... Cada uno fue a su tierra
asignada: Siete de ellos, cada cual a en su parcela. Los Señores de
la Llama se quedaron detrás. No quisieron ir. No quisieron crear." Estanza
III, 12-13; D. S. III, 85, 87.
88) Los Pitris lunares crearon al hombre físico.
D. S. I, 134, 204.
Existen en tres grandes categorías:
Los más evolucionados. Constituyen en la 1er.
ronda la suma total de los tres reinos y adquieren una forma human.
D. S. I, 209. En las 2da. y 3ra. rondas constituyen la suma total
de lo que oportunamente será humano. En la 4ta. ronda, constituyen,
en su comienzo, los cuerpos etéricos de nuestra humanidad terrestre
Aquellos cuyos cuerpos son ocupados por los Ángeles
solares D. S. I, 209.
Los tres reinos conocidos en la actualidad.
89) La Tierra da al hombre su cuerpo; los Dioses le proporcionan sus
cinco principios internos... El Espíritu es uno D. S. I, 247.
La Tierra le otorga el físico denso.
Los Dioses lunares le proporcionan tres principios
inferiores
Cuerpo etérico.
Prana.
Kama-manas.
Los Dioses solares le otorgan dos principios
d. Mente inferior.
e. Mente superior.
La Mónada constituye los dos principios superiores
unificados.
f. Budi.
g. Atma.
90) La totalidad de la forma. Dios Es "Uno, no obstante
las innumerables formas que están en Él", así es también el hombre en
la tierra, el microcosmos del macrocosmos. D. S. III, 191, III, 281;
IV, 214-215. Todo está comprendido en el hombre. Él unifica en sí mismo
todas las formas. El misterio del hombre terrenal es el misterio del
Hombre celestial. La potencialidad de cada órgano útil a la vida animal
está encerrada en el hombre, el microcosmos del macrocosmos. D. S. IV,
243.
91) Pitris. Los antepasados o creadores de la humanidad
son de siete clases, tres de las cuales son incorpóreas y cuatro corpóreas.
Generalmente se los denomina Pitris lunares o antepasados, y no deberán
ser confundidos con los Pitris solares o Ángeles, que otorgan la mente
al hombre y crean el cuerpo más o menos permanente del Ego o Yo superior.
92) Devas. "...él habría (1) dividido a los Devas en
dos clases - denominándolos "Rupa-devas" y "Arupa-devas"- la "forma"
u objetividad y lo "amorfo" o los Dhyan Chohanes subjetivos; (2) lo
mismo habría hecho para su tipo de "hombres", pues hay Cascarones y
"Mara-rupas" o sea cuerpos sujetos a la aniquilación. Ellos son:
1.
Rupa-devas
Los Dhyan Chohanes que tienen formas
Ex hombres
2.
Arupa-devas
Los Dhyan Chohanes que no tienen formas
Ex hombres
3.
Pisachas
(de dos principios)
fantasmas
4.
Mara-rupa
Sujeto a la muerte (tres principios)
5.
Asuras
-Elementales- que tienen forma humana
Hombres futuros
6.
Bestias
-Elementales segundo tipo- elementales animales
Hombres futuros
7.
Rakshasas
-Demonios- Almas o formas astrales de hechiceros
Hombres que han alcanzado el ápice del conocimiento
en el arte prohibido. Vivos o Muertos han engañado a la naturaleza
,por así decirlo, pero solo temporariamente -hasta que nuestro
planeta entre en la oscuración, después de lo cual, quieran o no,
han de ser aniquilados.
Estos siete grupos forman las divisiones principales
de los Moradores del mundo subjetivo que nos circunda." The Mahatma
Letters to A. P. Sinnet, pág. 107.
93) Rupa... con forma o cuerpo.
Arupa... amorfo o sin cuerpo.
Hablando en general, el término rupa se aplica
a todas las formas en los tres mundos mientras que el término
arupa se aplica a todas las formas por medio de las cuales las existencias
se manifiestan en los cuatro niveles del sistema solar y los niveles
abstractos del plano mental.
94) Los Pitris lunares o Barhishad tienen la siguiente
función: D. S. III, 102.
1.
Son los Antecesores del Hombre
D. S. III, 109
2.
Son los Modeladores de su forma.
3.
Poseyeron el fuego físico o creador.
4.
Revistieron únicamente a las mónadas
humanas
5.
No pudieron hacer al hombre a su semejanza
6.
No pudieron proporcionarle mente
D. S. III, 88
7.
Construyeron su forma externa.
8.
Proporcionan el principio inferior.
D. S. III, 96
95) Temporariamente, son los Conquistadores del Espíritu.
D.S. III, 73.
a.
El Espíritu se sumerge en las
formas materiales.
b.
Las formas constituyen el campo de batalla
c.
El Espíritu matará oportunamente
a las formas.
D. S. III, 75.
d.
Obsérvese el orden esotérico.
D. S. III, 93, 96, 103, 117.
96) En la Voz del Silencio se dice:
"Antes de entrar en ese Sendero, debes destruir
tu cuerpo lunar, purificar tu cuerpo mental y limpiar tu corazón."
97) Los Ángeles solares son de naturaleza dual.
"Manas es dual -lunar en la parte inferior, solar en la superior."
D. S. IV, 63.
a. El aspecto solar es atraído hacia budi.
b. El otro desciende hasta el animal inferior, o es
atraído por éste.
c. Los Ángeles solares formal el "Alma"
o segundo Aspecto.
d. El "Alma" principal constituye Manas o
mente. D. S. IV, 64, 202
98) Se hace referencia a la Clave Astrológica
en la D.S. III, 38.
99) Agni, el Dios del Fuego en el Veda, es
el más antiguo y reverenciado de los Dioses de la India. Es el
triple aspecto del Fuego y, por lo tanto, la suma total de la manifestación.
También se lo considera el Señor del plano mental (el 5to. plano)
cuyo símbolo es el fuego.
Varuna, es el Dios del Agua, en el sentido
de las aguas del espacio o las aguas de la materia. Tamabién se lo considera
como Regente del plano astral (el 6to. plano) cuyo símbolo es el agua.
Kshiti, es el Dios de la Tierra, en el sentido
de la sustancia densa y no de un cuerpo planetario, el Dios del plano
físico, el séptimo plano.
1) Los cuarenta y nueve Manues constituyen los custodios
y guardianes de los ciclos de la raza en un manvantara o Día
de Brahma. Existen siete razas en un período mundial y siete
períodos mundiales.
2)Ver D. S. II, 220.
3) Los Ángeles lunares han de alcanzar el plano
de los Ángeles solares. D. S. I, 209.
Han de conquistar la inmortalidad. D.s. vi, 152-153.
La autoconciencia es su meta. D. S. I, 211; IV, 154.
4) La naturaleza "entificada" de toda sustancia es técnicamente
conocida como hilozoísmo. H.P.B. dice al respecto: "El hilozoísmo, entendido
filosóficamente, constituye el aspecto más elevado del Panteismo. Es
el único medio posible para escapar del tonto ateísmo basado en el materialismo
mortal y en los conceptos antropomorfos más tontos aún de los monoteístas,
permaneciendo entre ambos, totalmente neutral. El hilozoísmo exige un
Pensamiento divino absoluto que compenetraría a las innumerables fuerzas
creadoras activas o "los Creadores", cuyas Entidades son impelidas por
ese Pensamiento divino en el cual tienen su ser, proviniendo de él y
a través del mismo..... Se sabe que existen tales "Creadores" activos
y se cree en ellos, porque son percibidos y presentidos por el Hombre
interno del ocultista" D.S. III, 162-163.
5) Un átomo es una abstracción entificada. D. S. II, 213-214.
La entidad que da forma al sistema
es el Logos
La entidad que da forma a un plano
es su Señor-raja. Como lo son Indra, Agni, Varuna, Kshiti.
La entidad que da forma a un planeta
es su Logos Planetario.
La entidad que da forma en el
Microcosmos es un Dhyan Choan.
La entidad que da forma en el
cuerpo causal es el divino Pensador.
La entidad que da forma en un
átomo físico es una vida elemental.
El Fuego se halla en todas las cosas. D.S.I, 61; III, 242
La entidad que da forma es Fuego.
D.S. I, 160-161.
La materia de la forma está compenetrada
por fuego. D.S. I, 132-133
La mente en desarrollo es fuego
cósmico. D. S. I, 134.
7) El Sendero de la Izquierda es el que recorre
el Mago Negro y los Hermanos de las Sombras. Comienza por emplear las
fuerzas de la naturaleza para fines egoístas; se caracteriza
por el intenso egoísmo y separatividad, y termina en Avitchi,
la octava esfera, el hogar de las almas perdidas, o esos cascarones
del hombre inferior que se han separado de su principio vital, egoico
o individual.
8) "De esta manera Dios mora en todo,
Desde los principios ínfimos de la vida, hasta
llegar finalmente
Al hombre - la consumación de este esquema
Del ser, la completación de esta esfera
De vida: cuyos atributos
Han sido dispersados por el mundo visible, antes de
Pedir ser integrados, tenues fragmentos destinados a
Unirse en un todo maravilloso,
Cualidades imperfectas de la creación,
Que sugieren a una increada criatura,
Algún punto donde esos rayos dispersos deberían unirse
Convergiendo en las facultades del hombre. . .
Cuando toda la raza sea perfecta como lo es
El hombre; todo lo que atañe a la humanidad,
Y lo que el hombre ha producido, todo , hasta ahora,
tiene su fin:
Pero en el hombre integrado comienza de nuevo
La tendencia hacia Dios. Los profetas pronosticaron
El acercamiento del hombre; así surge en el yo del hombre
Augustas anticipaciones, símbolos, figuras
De un tenue espledor aparecen ante él
En ese eterno círculo que la vida persigue.
Pues los hombres comienzan a pasar los límites de su
naturaleza,
Y encuentran nuevas esperanzas y cuidados que rápidamente
suplantan
Sus propias alegrías y penas; crecen demasiado grandes
Para los estrechos credos del mal y del bien que se
desvanecen
Se eleva dentro de ellos cada vez más.
Tales hombres ya están sobre la tierra,
Serenos entre la ronda de criaturas semiformadas."
Paracelso, por Robert Browning.
9)
El hombre es un animal, más un Dios viviente, dentro
de su cascarón físico. D.S. III,90,265
El Hombre constituye el Macrocosmos
para el animal, por lo tanto, cotiene todo lo que se entiende por
el término animal. D. S. III, 173,180.
La divina conciencia es recibida
del Dios viviente. D. S. III, 106
El animal constituye la base
y el contraste de lo divino. D. S. III, 103.
La luz del Logos se despierta
en el hombre animal. D. S. III, 55.
El hombre es el Tabernáculo, el vehículo únicamente
para su Dios. D. S. I, 235, 275; III, 293; V,73. Compárese D. S. III,
168-169. Léase Proverbios VIII. Estúdiese la descripción bíblica del
Tabernáculo:
El atrio externo, el lugar de
purificación y sacrificio del animal.
El Santo lugar, el lugar de
consagración y servicio.
El Sancto Sanctorum.
El primero corresponde a la vida de la personalidad
El segundo al del Ego o Yo superior.
El último al de la Mónada o Yo divino
El hombre contiene en sí mismo todos los elementos que se encuentran
en el universo. D. s. II, 263; V, 214.
Todo en la naturaleza tiende
a convertirse en Hombre. D. S. III, 173.
Todos los impulsos de la fuerza
dual, centrípeta y centrífuga, están dirigidos hacia un punto -el
Hombre. D. S. VI, 243.
El hombre es el depósito...
reúne en sí mismo todas las formas. D. S. III, 281
La potencialidad de cada órgano
útil para la vida animal está encerrada en el Hombre. D. S. VI.
243.
El hombre tiende a convertirse en un Dios y luego
en Dios, como todo átomo en el universo. D. S. I, 193.
Compárese el átomo y el microcosmos, el hombre. D. S. I, 184.
Cada átomo tiene siete planos del ser. D. S. I, 211. Compárese I, 207.
Cada átomo contiene el germen
del cual puede surgir el árbol del conocimiento. (Del bien y del
mal, siendo por lo tanto la discriminación consciente.) D. S. IV,
154.
Es la evolución espiritual del
hombre interno inmortal que constituye el principio fundamental
de las ciencias ocultas. D. S. II, 325.
Átomos y almas son términos
sinónimos en el lenguaje de los iniciados. D. S. II, 264-265.
Seres humanos. . . esas Inteligencias que han alcanzado
el equilibrio apropiado entre el Espíritu y materia. D. S. I, 149-150.
Léase cuidadosamente también: D. S. I, 263; II, 120-121.
En el arco desdendente el espíritu
se hace materialista. D.S. II, 326; III, 183.
En la vuelta intermedia de la
base, ambas se unen en el hombre. D. S. I, 218, 266-267.
En el arco ascendente el Espíritu
se afirma a expensas de la materia.
Esto es verdad respecto a los
Dioses y a los hombres. D. S. III, 92-93.
Por consiguiente el hombre es
un compuesto de Espíritu y materia. D. S. III, 55.
º
En el hombre, la inteligencia
vincula a ambos. D. S. III, 105-106
º
Véase llamada D. S. III, 129. Compárese D. S. II, 362
10) D. S. IV, 116-119
11) D. S. III, 236
12) D. S I, 280; III, 172 180.
13) Sankaracharya y Buda. El gran sabio Sankaracharya
es conocido por todos como guia principal del movimiento adváitico,
iniciado después de la época del gran sabio conocido como Gautama Buda,
guía de la doctrina de budi o budismo. Ambos son grandes Maestros de
Compasión y pueden concebirse como los dos hemisferios del ardiente
globo de luz ubicado en la montaña mental central a fin de impartir
luz a Oriente y a Occidente. Si escuchamos a H. P. B., estos dos grandes
Maestros están místicamente vinculados; comprender la naturaleza de
estos dos seres es comprender que la naturaleza de todo el cosmos es
divisible en dos hemisferios, siendo uno la tierra donde sale el sol
del eterno pensamiento, y el otro "el Pilar que se halla hacia el Occidente
sobre cuya faz el sol naciente del eterno pensamiento impele sus ondas
más gloriosas". Para nosotros (pobres hijos del polvo de la tierra)
representan los dos grandes poderes conocidos en los Puranas como Shiva
y Vishnu, el sembrador y el cosechador universales que, por su interacción,
se dice, mantienen el universo del progreso. Some Thoughts on the
Gita, págs. 92-93.
14) Las Estanzas de la Doctrina Secreta, ponen de manifiesto
estos fracasos.
D. S. III, 186-187, 192; IV, 242,248. El fracaso de Buda.
D. s. vi, 28, 218, 219. La Doctrina Secreta se refiere a los Dioses Imperfectos
en I, 218; II, 121; III, 211;V, 192.
15) Por lo tanto, los ángeles solares son entidades
de orden espiritual elevado -con una conciencia refinada correspondiente
a la sustancia materia con la cual están revestidos. A fin de relacionar
esto con lo ya dicho, puede considerarse que los ángeles solares forman
colectivamente al Señor Brahama de la isla del loto. Se les denomina
con distintos nombres, espíritus planetarios, Asuras, etc., pero a fin
de tener una idea adecuada respecto a su naturaleza puede decirse que
la relación que tienen con el mundo espiritualmente regenerado y liberado
de los Brahmines mundiales o Nirmanakayas, es la misma que existe entre
ellos y la humanidad común. Los ángeles fueron esos Brahmines, que en
Mahamanvantaras anteriores pasaron períodos excesivamente extensos,
trabajando y sufriendo con el fin de fomentar la sabiduría en el mundo;
de allí surgieron como ángeles de la matriz infinita de Aditi bajo su
impulso kármico después de un período de Mahapralaya. Some Thougts on
the Gita, pág. 137.
16) Todos los Pitris lunares son Espíritus de la Naturaleza.
D. S. III, 109-110.
Poseen o contienen el fuego del tercer aspecto. D.
S. III, 87.
Su trabajo prcede al de los Ángeles solares. D. S.
I, 263.
Se dividen en siete clases , igualemente que los
ángeles solares. D. S. III, 99.
Tres incorpóreas que constituyen
los tres reinos elementales de la naturaleza y proporcionan al hombre
sus cuerpos eérico, astral y mental
Cuatro corpóreas que constituyen
las formas de los cuatro reinos de la nuatrualeza. D. S. III, 97.
D. S., 220-221
17) D. S. III, 88-89.
18) Para definicioes de rupa y arupa ver pág. 502.
19) Este nombre se le da en D. S. III, 100.
20) Compárese D. S. I, 209; III, 110,122, 260
21) Estos tres planos son las analogías de las tres
espirillas inferiores en el átomo físico permenanete del Logos solar
y del Logos planetario.
22) D. S. III, 88-89, 229
23) D. S. I, 206-208.
24) Ver D. S. I, 207-208.
25)
1.
2.
3..
4.
Reino________
_______
_
________
_________Principio
5.
6.
7.
8.
Esto tiene dos significados, uno cósmico y otro del
sistema; para arrojar luz sobre ese acontecimiento que concierne a nuestro
propio esquema deben estudiarse las estanzas que se refieren a la llegada
de los Señores de la Llama
26) Prajapatis. Los Progenitores, los que dan vida a
todo lo que existe en la Tierra. Son los siete y los diez que corresponden
a los siete y a los diez Sephiroth. En el cosmos son los siete Rishis
de la Osa Mayor, en el sistema son los siete Logos planetarios y, desde
el punto de vista de nuestro planeta, son los siete Kumaras. D., S.
I, 130, 141; II, 130, 298-299; III, 44, 48, 86 (llamada 10)
27) Hilozoísmo: Del griego "ule", materia; "zoom", animal;
e "ismo". Ismo es un sufijo que representa la doctrina o idea abstracta
del sustantivo al cual se adhiere. Hilozoísmo es la doctrina que sostiene
que toda materia está dotada de vida.
"Cuando se haya comprendido el concepto hilozoísta de
un universo material viviente, se solucionará el misterio de la naturaleza."
Diccionario Standard.
28) D. S. VI, 98.
29) Una pregunta muy lógica podría formularse
aquí: ¿Por qué consideramos la materia de los devas del sistema intermedio
(como podrían denominarse a los que están vinculados a nuestro sistema
y con budi y kama-manas) cuando elucidamos las formas mentales? Por
dos razones: Una, que todo lo que está en el sistema solar no es más
que sustancia energetizada desde los planos mental y astral cósmicos,
con ella se construyen la forma por el poder de la Ley eléctrica; todo
lo que es posible conocer son formas animadas por ideas. La otra, que
por el conocimiento de los procesos creadores del sistema, el hombre
aprende con el tiempo por sí mismo a convertirse en un creador. Podríamos
ilustrarlo diciendo que una de las principales funciones del movimiento
teosófico en todas sus ramas consiste en contruir una forma que pueda
ser animada, a su debido tiempo, por la idea de la Fraternidad.
30) Véase la primera parte del T. III de La Doctrina
Secreta.
31) Avitchi. Es un estado de conciencia que no se logra
necesariamente después de la muerte o entre los nacimientos, sino que
puede lograrse también en la tierra. Literalmente significa "infierno
ininterrumpido". Se nos dice que el último de los ocho infiernos es
donde "los culpables mueren y nacen ininterrumpidamente-pero con la
esperanza de obtener la redención final". D. s. vi, 146, 154, 161-162.
32) La Biblia. Rev., XX, 6-7. Mat., XXV, 32.
33) El Señor solar, el Ego divino. Las dos corrientes
de desarrollo del alma a las cuales se refiere H. P. B., en su libro
"La Voz del Silencio", como el sendero de "Dhyana" y "Dharma" o los
"Paramitas"; Ramayana se basa sobre este último. Los "Siete Portales",
a los cuales se hace referencia en dicho libro, probablemente corresponden
a los siete cantos de este poema sagrado. Solo he leido el primer canto
y daré su sentido hasta donde lo he captado. Excluyendo el prefacio
del poema, lo primero que aparece en ese primer canto es la descripción
de las circunstancias peculiares que acompañaron al nacimiento de Rama
en la familia Dasaratha. Como todos saben, Dasaratha es un descendiente
de los reyes solares que empezaron a gobernar sobre la tierra desde
el tiempo del Manu Vyvaswatha. Como su nombre implica, es un rey cuyo
carro puede viajar en diez direcciones; en sentido esotérico microcósmico,
es el rey del cuerpo humano que posee diez sentidos en acción y percepción
que lo conecta con las diez direcciones. Estamos perfectamente familiarizados
con la descripción que nuestros antiguos filósofos solían hacer del
cuerpo como una ciudad con nueve puertas. Como bien se sabe, las nueve
puertas son los nueve orificios del cuerpo humano. Si a éstos se les
agrega el orificio conocido como Brahma-rundra o la pauerta de Brahma,
tenemos diez puertas que corresponden a las diez direcciones. La palabra
"Dasaratha" indica la conciencia relacionada con nuestros sentidos,
la cual es inferior a la conciencia que denominamos mente. The Theosophist,T.
XIII, pág. 340.
34) El Sacrificado o Yajamana. Yajamana es la persona
que se ha sacrificado por el bien del mundo y que ha emprendido la tarea
de moldear los asuntos del mismo en obediencia a la ley. Si se lo toma
al cuerpo humano como el campo de sacrificio, su manas es el yajamana.
Todos los actos del hombre durante su vida, desde el nacimiento a la
muerte, constituyen un gran proceso yajnico, llevado a cabo por la verdadera
entidad humana llamada Manas. Quien tiene la voluntad de sacrificar
su cuerpo, su palabra y su pensamiento para el bien del mundo, es un
verdadero yajnika y todos los planos o lokas superiores le están reservados.
La nota clave central de la vida del yajnika es hacer bien a todos,
sin tener en cuenta casta o credo, así como el sol brilla para todos.
Some Thoughts of the Gita, pág. 90.
35) Razas raíces. La Doctrina Secreta enseña que estos
siete grupos de unidades humanas habitan siete continentes durante la
evolución. D.S. III, 23-24-25.
a.
1ra. raza
La Tierra Sagrada Imperecedera.
b.
2da. raza
La Tierra Hiperbórea.
c.
3ra. raza
Lemuria.
d.
4ta. raza
Atlante.
e.
5ta. raza
Aria.
f.
Dos razas más
sucederán a la actual.
36) Estos son los Veddhas de Ceylan, los Bosquimanos
de Australia y algunos ejemplares de las razas africanas más
inferiores. D.S. III, 196-197, 279,402-403.
37) Son los Señores Lipika. D. S. I, 170.
38) D. S. II, 58-59, 113-114, 308-309.
39) D. S. VI. Sección XLI; V. 308.
40) Fundamentalmente existen tres clases de Pralaya.
D. S. II, 78-79-80.
1.
Pralaya solar.
Ocurre al finalizar cien años
de Brahma. Marca la reabsorción dentro de la unidad; el fin
de la manifestación del sistema solar. Concierne al Logos
solar.
2.
Pralaya incidental.
Es posterior a los días de Brahma. Marca
períodos entre manvantaras. La forma temporal cesa pero la
dualidad permanece. Concierne a un Logos planetario.
3.
Pralaya individual.
Logrado por un hombre en la quinta iniciación.
Marca el logro de la perfección. Concierne a la mónada.
Existe también el pralaya vinculado con la evolución
humana que llamamos devachánica. Concierne a la personalidad.
41) Deva-Chan. "(3) ¿ Quiénes van
al Deva-Chan? Lógicamente el Ego personal, pero beatificado,
purificado y santificado. Cada Ego - la cominación del sexto
y séptimo principios que después del período de
gestación ha vuelto inconscientemente a nacer en el Deva-Chan,
es necesariamente tan inocente y puro como una criatura recién
nacida. Por haber vuelto a nacer se demuestra sencillamente la preponderancia
del bien sobre el mal en su antigua personalidad. Mientras el Karma
(del mal) se aparta momentáneamente a fin de seguirlo a su futura
reencarnación terrena; no lleva consigo más que el Karma
de sus buenas acciones, palabras y pensamientos al Deva Chan. "Malo"
es un término relativo para nosotros - como se ha dicho más
de una vez-; la Ley de Retribución es la única que nunca
falla. Por eso, todos los que no han caído en el fango del pecado
y de la bestialidad irredimibles van al Deva-Chan. Más adelante,
tendrán que pagar por los pecados cometidos voluntaria o involuntariamente.
Mientras tanto son recompensados, reciben los efectos de las causas
producidas por ellos.
"Lógicamente, es un estado por así
decir, de intenso egoísmo durante el cual un Ego cosecha la recompensa
de su altruísmo en la tierra. Se halla totalmente absorbido en
la felicidad producida por todos sus efectos personales terrenos, preferencias
y pensamientos, recogiendo el fruto de sus acciones meritorias. Ningún
dolor, aflicción, ni siquiera una sombra de pena oscurece el
luminoso horizonte de su felicidad absoluta, es un estado de "Maya"
perpetuo... Considerando que la percepción consciente de la personalidad
de un individuo sobre la tierra sólo es un sueño que se
desvanece, esa sensación será también un sueño
en el Deva-Chan- solo que cien veces intensificado"
"Bardo" es el período entre la muerte
y el renacimiento - y puede durar desde algunos años hasta un
kalpa. Está dividido en tres subperíodos; (1) cuando el
Ego liberado de su mortal envoltura penetra en el Kama-Loka (la residencia
de lo Elementales); (2) cuando entra en "Estado de Gestación";
(3) cuando vuelve a nacer en el Rupa-Loka del Deva-Chan. El 1er. subperíodo
puede durar desde algunos minutos hasta cierto número de años
-si se emplean las palabras "pocos años" sin una explicación
anterior confunden y resu
ltan inútiles; el 2do. subperíodo es "muy
largo", quizás más largo de lo que pueden imaginar,
sin embargo está de acuerdo al vigor espiritual del Ego; el 3er.
subperíodo dura en proporción al buen karma, después
del cual la mónada vuelve a reencarnar."
". . . Cada efecto debe estar en proporción
con la causa. Así como la extensión del período
de la existencia encarnada del hombre proporcionalmente es pequeña,
comparado con los períodos de existencia entre nacimientos en
el ciclo manvantárico, así los buenos pensamientos, palabras
y acciones de cualquiera de estas "vidas" en un globo, causan
efectos cuyo desarrollo requiere mucho más tiempo que la evolución
de las causas." De Mahatma Letters to A. P. Sinnet, págs.
100-106.
42) Devachan. Un estado intermedio entre dos vidas terrenas
en el cual entra el Ego después de haberse separado de sus aspectos
o envolturas inferiores.
43) Los siete Senderos por uno de los cuales todos debemos
pasar:
1er. Sendero.
El Sendero de Servicio en la Tierra.
2do. Sendero
El Sendero del Trabajo Magnético.
3cer. Sendero
El Sendero de los Logos Planetarios.
4to. Sendero
El Sendero hacia Sirio.
5to. Sendero
El Sendero de Rayo.
6to. Sendero
El Sendero de los Logos solares.
7mo. Sendero
El Sendero de la Filiación Absoluta.
44) D. S. IV. 264-265-266.
45) D. S. VI. 17-18-19-20.
46) Discipulado o estado de Chela....Los antiguos misterios
sólo fueron una escuela para el entrenamiento espiritual y el
perfeccionamiento para adquirir la verdadera sabiduría; la purificación
del corazón de todas las pasiones sensuales y falsas percepciones
era uno de los requisitos preliminares, aunque el Maestro podía
guiar al neófito a través de la peligrosa etapa en que,
como el niño, no puede andar solo; en las etapas superiores debía
aprender a orientarse y a cuidarse como el hombre adulto debe hacerlo
en la vida común; la meta final era la expansión del yo
hacia la existencia y potencialidades infinitas; sin embargo, aunque
las formas y ceremonias iniciales podían diferir en apariencia,
tenían idéntico objetivo. The Theosophist, T. IX, pág.
246.
Sólo el corazón puro y la mente limpia
permiten obtener la salvación. Esta era su doctrina. Del mismo
modo lo enseña el Mahabharata Aria (Sección CXCIX Vana
Parva) donde dice:
"Esas personas de alma elevada que no cometen pecados
de palabra, de hecho, de corazón ni de alma, se dice que practican
austeridades ascéticas, pero no se dice que sus cuerpos se debilitan
por los ayunos y las penitencias. Aquel que no es bondadoso con sus
parientes no puede estar libre de pecado, aunque su cuerpo sea puro.
Esta dureza de corazón es el enemigo del ascetismo. El ascetismo
no significa abstenerse de los placeres del mundo. Aquel que es puro
y lleno de virtudes, aquel que practica la bondad en su vida, es un
Muni, aunque lleve una vida doméstica. "The Theosophist,
T. XIII, pág. 259.
47) D. S. I. 107-108.
48) El Mayavirupa es, literalmente, la forma ilusoria;
es el cuerpo de manifestación temporal que el Adepto crea ocasionalmente
por el poder de la voluntad y en el cual actúa a fin de establecer
ciertos contactos en el plano físico y emprender cierto trabajo
para la raza.