[e72][i55]Por el significado de la palabra
envoltura deducirán que pasaremos a estudiar los
fuegos que se manifiestan a través de tales exteriorizaciones
o velos de sustancia que envuelven y ocultan la Realidad interna.
No nos ocuparemos del tema de las envolturas en los planos superiores,
sino de los fuegos que animan a los tres vehículos inferiores,
el cuerpo físico en sus dos divisiones (etérico y denso),
el cuerpo emocional o astral y la envoltura mental. Con gran frecuencia
el estudiante ocasional pasa por alto el hecho de que tanto el cuerpo
astral como el mental son materiales, tan materiales en su esfera
como el físico denso, y también que la sustancia de
que están compuestos se halla animada por un triple fuego,
lo mismo que el físico.
En el cuerpo físico tenemos los fuegos de la naturaleza
inferior (el plano animal), centralizados en la base de la columna
vertebral. Están situados en un punto que tiene, con respecto
al cuerpo físico, la misma relación que el Sol físico
con el sistema solar. Este punto central de calor irradia en todas
direcciones, utilizando la columna vertebral como arteria principal,
pero actúa en estrecha relación con ciertos ganglios
centrales, dondequiera estén ubicados, manteniendo una asociación
especial con el bazo. [i56] [i57]En
el cuerpo etérico, réplica
exacta de su contraparte más densa, tenemos el órgano
del fuego activo o irradiante, que como ya se sabe, es el vehículo
del Prana. Su función es almacenar los rayos de luz y calor
irradiante que extrae del Sol, transmitiéndolos, por medio
del bazo, a todas las partes del cuerpo físico. Por lo tanto,
en el futuro, se llegará a reconocer que la columna vertebral
y el bazo son de máxima importancia para el bienestar físico
del individuo y que, cuando la columna vertebral esté debidamente
ajustada y alineada y el bazo descongestionado y sano, no tendrá
tantas [e73]
[e74]dolencias el cuerpo físico
denso. Cuando la hoguera del físico arda intensamente y el
combustible del cuerpo (rayos pránicos) se asimile adecuadamente,
la estructura humana funcionará como es de desear.
La forma en que se fusionan ambos fuegos, fusión que se realiza
totalmente en una persona normal y sana, debería ocupar la
atención del médico moderno, quien entonces trataría
de eliminar la congestión nerviosa o material, a fin de dejar
despejado un canal para que circule el calor interno. Esta fusión,
que ahora es un desarrollo natural y común en todo ser humano,
en un sistema solar anterior fue signo de realización o de
iniciación. Así como en el actual sistema solar la iniciación
y la liberación se caracterizan por la fusión de los
fuegos del cuerpo, de la mente y del Espíritu, así también
en un ciclo anterior, la realización se caracterizó
por la fusión de los fuegos latentes en la materia con los
fuegos activos o irradiantes y luego su unión con los fuegos
de la mente. En el período anterior, los efectos manifestados
de la Llama divina era tan remotos y se hallaban tan profundamente
ocultos que casi no se los reconocía, aunque existían
en forma imperceptible. Su analogía puede observarse en el
reino animal, donde el instinto mantiene en estado latente a la intuición
[i58]
y el Espíritu los influencia imperceptiblemente. Sin embargo,
todo es parte de un todo divino.
El tema del calor irradiante de los sistemas macro y microcósmico
será tratado más detalladamente en una sección
posterior. Aquí trataremos únicamente el fuego interno
latente de
el Sol,
el planeta,
el hombre,
el átomo.
Debemos tener en cuenta que en las envolturas astral y mental tenemos
la contraparte de los centros ubicados en el cuerpo físico. Estos
centros tienen que ver con la materia y su evolución. Podría
formularse un enunciado fundamental respecto a los fuegos internos del
Sol, de un planeta, del hombre y del átomo:
Existe en el Sol, en el planeta, en el hombre y en el átomo, un
punto central de calor y (si se me permite emplear un término tan
limitador e inadecuado) una caverna central de fuego o núcleo de
calor; este núcleo central llega hasta los limites de su esfera
de influencia, su circulo no se pasa, por medio de un triple
canal.(15) [e75]
a. El Sol. Dentro del Sol, en su mismo corazón, existe un
mar de fuego o de calor pero no un mar de llamas. Esta es una diferenciación
que quizás no tenga significado para algunos. Constituye el centro
de la esfera y el punto de calor interno más intenso, pero tiene
poca relación con las llamas o gases ardientes (cualquiera sea
el término que se [i59]emplee), que por lo general se sabe que
existen en lo que respecta al Sol. Es el punto de máxima incandescencia;
la esfera objetiva de fuego no es más que la manifestación
de esa combustión interna. Este calor central que se irradia a
todo el sistema por medio de un triple canal o a través de sus
Rayos de Acercamiento, en conjunto nos da una idea de lo que
es el calor del sol.
Akasha, en sí misma, es materia
vitalizada o sustancia animada por el calor latente.
Electricidad, es sustancia de una
sola polaridad. energetizada por uno de los tres aspectos logoicos.
Expresándolo en términos más ocultos, es sustancia
que manifiesta la cualidad del Señor cósmico, Su energía.
Rayos de Luz de aspecto pránico,
algunos de los cuales comienzan a ser reconocidos por los científicos
modernos. Constituyen solamente aspectos del calor latente del Sol
cuando se acerca a la Tierra por una determinada línea de
menor resistencia.
La expresión canal o rayo de acercamiento significa
pasar del centro de irradiación solar a la periferia. Todo lo que
el canal o rayo encuentre en su trayectoria -por ejemplo los cuerpos planetarios-,
será afectado de algún modo por las corrientes akáshicas.
eléctrica y pránica, pero dichas corrientes constituyen
únicamente los fuegos internos del sistema observados desde otro
punto de vista del espacio universal, no del solar. Por lo tanto es evidente
que el tema del fuego es tan complejo como el de los rayos. Los fuegos
internos del sistema solar, al ser considerados desde el ángulo
de un planeta, se convierten en externos e irradiantes, mientras que los
fuegos internos del planeta afectan al ser humano por irradiación
de la misma manera que las emanaciones pránicas de [e76]su cuerpo etérico afectan a otro
cuerpo físico que también emite irradiaciones. En estos
aspectos se ha de comprender [i60]que cada uno y todos ellos tienen que
ver con la materia o sustancia y no con la mente o Espíritu.
b. El planeta. En las profundidades del corazón de un planeta,
por ejemplo la Tierra, se encuentran los fuegos internos que ocupan la
esfera central o las cavernas que, llenas de fuego incandescente, hacen
posible la vida en el mismo. Los fuegos internos de la Luna se encuentran
prácticamente consumidos; en consecuencia sólo brilla por
reflejo, pues carece del fuego interno que se combine y fusione con la
luz externa. Podrá observarse que los fuegos internos de la Tierra
actúan, como en el Sol, por medio de tres canales principales:
La Substancia productiva, o materia
del planeta, vitalizada por el calor. Este calor, conjuntamente
con la materia, actúan como madre de todo lo que germina
y como protectores de todo lo que existe dentro y fuera. Corresponde
al Akasha, la materia activa vitalizada del sistema solar que nutre
todo como una madre.
Fluido eléctrico, latente
en el planeta, aunque poco conocido. Quizás se pueda precisar
mejor mediante la expresión magnetismo animal.
Cualidad característica de la atmósfera de un planeta,
o su círculo no se pasa eléctrico. Es
el polo opuesto del fluido eléctrico solar, y el contacto
de ambos y su correcta manipulación constituyen el objetivo
-quizás inconsciente- de todo el esfuerzo científico
en la actualidad.
La Emanación del planeta que podríamos
denominar Prana Planetario. A ella nos referimos cuando hablamos
de las cualidades dadoras de salud de la Madre naturaleza, y en
ello se funda el médico moderno cuando dice sabiamente hay
que volver a la naturaleza. La emanación fluídica
de este prana actúa sobre el cuerpo físico, aunque
en este caso no lo hace por intermedio del cuerpo etérico.
Es absorbida [i61]exclusivamente por la
piel; los poros son su línea de menor resistencia.
c. El hombre. En la base de la columna vertebral se hallan ocultos
los fuegos del sistema humano o fuegos internos del microcosmos. El centro
está situado allí, y desde éste sus irradiaciones
pasan a través de los tres canales que existen en la columna vertebral.
Calor corpóreo. Hay un canal
por el cual se irradia el calor que tiene como finalidad calentar
la estructura [e77]corpórea.
Este proceso de vitalización de la materia densa del cuerpo
tiene su analogía en el akasha del sistema y en la sustancia
productiva del planeta.
Reacción nerviosa. Es el
fluido tenue y vitalizador que estimula los centros nerviosos y
origina la reacción eléctrica cuando se estable contacto
entre los nervios y el cerebro. Esto debería estudiarse más
detenidamente. Corresponde a la electricidad planetaria y a la del
sistema.
Emanación pránica. Es
la emanación producida por intermedio del cuerpo etérico,
que en el hombre corresponde al prana solar y planetario. Se demuestra
principalmente en el aura de salud y nada tiene que ver con las
cualidades magnéticas, como generalmente se la interpreta
cuando se considera a la personalidad o al hombre como una unidad
o ente. Repito esto pues es muy necesario que no haya confusión
mental entre el magnetismo que es emanación espiritual y
el magnetismo exclusivamente animal.
Seria conveniente indicar que esta triple manifestación del fuego
se manifiesta similarmente en los cuerpos astral y mental, y tiene que
ver con la sustancia de dichos cuerpos. Podemos describirlo, en
su triple manifestación, como la suma total del fuego esencial
o actividad vital del tercer Logos. Se debe tener muy [i62]en cuenta que la manifestación
del trabajo de los tres Logos es la expresión de la mente de alguna
Entidad cósmica. Similarmente, las siete Entidades planetarias,
los siete Hombres celestiales, son siete Logos (también Seres cósmicos),
quienes forman el Cuerpo del triple Logos. Tenemos por consiguiente:
El Indiferenciado Logos -una Entidad cósmica.
El Logos, triple en manifestación:
El Señor
Cósmico de Poder Voluntad
El Señor
Cósmico de Amor Sabiduría.
El Señor
Cósmico de Inteligencia Activa.
El triple Logos, séptuple en manifestación,
por ejemplo, los siete Logos planetarios.(16) (17), (18)
[e78][i63]Cada una de estas Entidades cósmicas
es, en Su esencial esencia, fuego; cada una se manifiesta como
fuego en forma triple. Respecto al tiempo, el Señor Cósmico
de Inteligencia Activa, considerado desde el punto de vista de la evolución
cósmica, ha evolucionado más que Sus dos Hermanos.
Constituye la vida de la materia, el fuego latente interno. Es la esencia
ígnea que se encuentra en el corazón del Sol, del planeta
y de las formas materiales del hombre, y la suma total del Pasado.
El Señor Cósmico de Amor actualmente trata de unirse con
Su hermano y, en lo que respecta al tiempo, personifica todo el presente.
Es la suma total de todo lo que tiene forma; es Existencia consciente;
es el Hijo divino, y Su vida y naturaleza evolucionan por medio de todas
las formas. El Señor Cósmico de Voluntad mantiene oculto
el futuro dentro de Sus planes y conciencia. Los tres son hijos de un
Padre; los tres son aspectos de UN SOLO Dios, los tres son Espíritu,
los tres son Alma y los tres son Rayo, que [e79]emanan de un solo centro cósmico.
Los tres son sustancia pero, en el pasado, un Señor fue el Hijo
mayor; en el presente, otro Señor pasa adelante y en el futuro,
otro hará lo mismo. Pero esto sólo sucede en lo que respecta
al tiempo. Desde el punto de vista del Eterno Ahora, ninguno es ni más
ni menos grande que el otro, porque el último será el
primero y el primero, el último. Fuera de la manifestación
el tiempo no existe, y fuera de la objetividad no existen estados de
conciencia.
El fuego del Espíritu es el fuego esencial del primer Señor
de Voluntad, además de ser el fuego del segundo Logos, el de
Amor. Estas dos entidades cósmicas se combinan, fusionan y manifiestan
como Alma utilizando la ayuda del tercer Logos a fin de manifestarse.
Los tres fuegos se combinan y fusionan. En. esta cuarta ronda y en este
cuarto globo de nuestro esquema planetario, los fuegos del tercer Logos
de materia inteligente se fusionan parcialmente con los fuegos de la
mente [i64]cósmica, manifestándose
como poder o voluntad y animando al Pensador en todos los planos. La
finalidad de Su colaboración es manifestar, en forma perfecta,
al Señor Cósmico de Amor. Debe reflexionarse sobre esto,
porque revela un misterio.
La combinación de los tres fuegos, la fusión de los tres
rayos y la colaboración de los tres Logos, tienen por objetivo
(en la actualidad y dentro de este sistema solar) el desarrollo de la
Esencia del Señor Cósmico de Amor, la segunda Persona
de la trinidad logoica. Al principio no fue así, en el futuro
tampoco lo será, pero ahora lo es. Considerados desde el plano
mental cósmico, estos Tres constituyen la PERSONALIDAD DEL LOGOS
y puede verse que actúan como uno. He aquí el secreto
-bien conocido como hecho, aunque no comprendido- del calor excesivo,
ocultamente expresado, del cuerpo astral o central de la triple personalidad.
Anima y controla al cuerpo físico y sus deseos predominan en
la mayoría de los casos; su analogía existe en tiempo
y espacio como unión temporaria del espíritu
y la materia, los fuegos del amor cósmico y los fuegos de la
materia fusionada. Una analogía similar se halla en el aparente
calor de este segundo sistema solar.
d. El átomo. Podrá observarse que los fuegos internos
del átomo actúan de modo similar, y esto ya está
siendo reconocido por la ciencia. Por lo tanto no hay necesidad de elucidarlo.(19)
II. LOS ELEMENTALES DEL FUEGO Y LOS DEVAS
[e80][i65]Será de utilidad considerar
brevemente los elementales del fuego y los devas y tratar la relación
que existe entre el Rayo de la Personalidad y el fuego interno del sistema
y su triple manifestación.
Se conocen ciertos hechos respecto a los espíritus del fuego,
si así pueden denominarse. El hecho fundamental que debe acentuarse
es que AGNI, el señor del Fuego, rige a los elementales y devas
del fuego en los tres planos de la evolución humana, físico,
astral y mental; no sólo los rige en este planeta denominado
Tierra, sino en los tres planos que corresponden a todo el sistema.
Es uno de los siete Hermanos (expresión familiar empleada para
los estudiantes de La Doctrina Secreta), y cada uno de ellos
personifica uno de los siete principios, constituyendo en Sí
Mismos los siete centros en el cuerpo del Señor Cósmico
del Fuego, denominado Fohat por H. P. B. Es la ígnea
inteligencia activa, base de los fuegos internos del sistema solar.
En cada plano rige uno de Ellos, y los tres mayores (los tres se verán
siempre, luego los siete, quienes con el tiempo se fusionan con los
tres primarios) rigen los planos primero, tercero y quinto, o Adi, Atma
(20) y Manas. Es esencial que recordemos que constituyen, [i66]en su tercer aspecto, el fuego de
la materia. En su totalidad, estos siete Señores forman la
esencia del Señor Cósmico, denominado Fohat en los libros
ocultistas.(21)
[e81]Similarmente
los siete Choanes (22)y sus grupos de discípulos forman
la esencia o centros del cuerpo de uno de los Hombres celestiales, uno
de los Logos planetarios. Estos siete, a su vez, forman la esencia del
Logos.
Cada uno de los siete Señores de Fuego (23)se divide en numerosos grupos de entes de
fuego, desde los Señores de los devas de un plano, descendiendo
hasta las pequeñas salamandras de las hogueras internas. No nos
referimos a las esencias ígneas de los planos superiores en esta
etapa de nuestro estudio. Enumeraremos sólo sucintamente algunos
de los grupos más conocidos con los cuales se hace contacto en
los tres mundos.
1. Plano Físico.
Salamandras, son los diminutos elementales del fuego que algunos
pueden ver danzando en toda llama, cuidan los fuegos del hogar y de
la fábrica. Pertenecen al mismo grupo de los espíritus
del fuego que se encuentran en las profundidades de las ígneas
entrañas del planeta.
Los espíritus del fuego, latentes en todo foco de calor,
son en si mismos la esencia del calor, se los encuentra [i67]en el calor de la estructura corpórea,
humana o animal, y constituyen similarmente el calor terrestre.
Los Agnichaitas, o espíritus del fuego de grado superior,
forman un vórtice de fuego, y se los ve en gran escala en los
volcanes y en los grandes incendios. Se hallan estrechamente vinculados
a un grupo de devas aún más importante, quienes forman
la envoltura ígnea del Sol.
[e82]Los
elementales pránicos, esas diminutas
esencias ígneas que tienen la capacidad de compenetrar la contextura
de un cuerpo humano, de un árbol y de todo cuanto se encuentra
en los reinos humano, animal y vegetal, y se fusionan con los fuegos
de los sistemas microcósmicos.
Ciertos miembros del reino dévico, que pueden ser descritos
como animando ciertos grandes rayos de luz, quienes son la esencia de
esos rayos. Podríamos enumerar otras formas elementales de vida
y grupos de devas, pero los ya citados son suficientes para nuestro
propósito.
2. Plano Astral.
Las esencias ígneas de este plano son más difíciles
de comprender, pues aún no tenemos desarrollada la vista para
ver dicho plano. Constituyen en sí el calor del cuerpo emocional
y del cuerpo sensorio. Son de orden inferior mientras se hallan en el
sendero del deseo, y de orden superior cuando están en el sendero
de la aspiración; entonces el elemental se trasmuta en deva.
Tienen muchos grados y categorías, pero sus nombres no interesan,
excepto en un caso. Será importante conocer el nombre que se
aplica a los devas del fuego, cuya misión es cuidar los fuegos
que más tarde destruirán al cuerpo causal. Debemos recordar
que el ascenso del fuego latente en la materia y su fusión con
los otros dos fuegos causa destrucción. Estos elementales y devas
se denominan Agnisuryas, siendo en [i68]su totalidad las esencias ígneas
de budi, de manera que su manifestación más inferior es
el sexto plano, el astral.
En este tratado se dará más adelante una detallada y extensa
Información sobre estas vidas dévicas.
_________________________
15) "La esencia divina que compenetra el
entero universo de millones de sistemas solares, es arrebatada por nuestro
Sol y trasmitida, en forma manifestada, a los confines de nuestro sistema
solar, a fin de que esta esencia manifestada sea la tierra fértil
para el crecimiento, conservación y destrucción de nuestros
mundos; esa esencia divina es simplemente el Nadam de la filosofía
yogui; este Nadam u OM se manifiesta como siete corrientes. Lo inmanifestado
se manifiesta o es gestado por las ramificaciones subsiguientes. Estas
corrientes son las siete vocales y las siete notas. Estas siete vocales
y notas han de tener una correlación especial con los siete versículos
védicos, pues en el Vishnu Purana, Parasara describe los versículos
védicos como cauces de la esencia solar." Some Thougts on
the Gita, pág. 74.
16) Subba Rao, en Esoteric Writings,
pág. 20, dice: "Por regla general cuando en la antigua ciencia
oculta de la India, se mencionan en cualquier conexión los siete
entes, se ha de suponer que esos siete entes vinieron a la existencia
procediendo de tres primarios y que éstos, a su vez, evolucionaron
de un solo ente o mónada. Para dar un ejemplo conocido: Los siete
colores contenidos en el rao solar se originan en los tres rayos de
colores primarios; los tres colores primarios coexisten con los cuatro
colores secundarios en el rayo solar. Análogamente, los tres
entes primarios que trajeron al hombre a la existencia coexisten en
él con los cuatro entes secundarios surgidos de las diversas
combinaciones de los tres entes primarios."
La terminología cristiana los denomina
las tres Personas de la Trinidad y los Siete Espíritus ante el
Trono. Comárese con: "Nuestro Dios es un fuego consumidor."
Heb. 12:29.
17) "Al hablar de este Logos, he
dicho ya que es muy posible que fuera Él mismo quien apareció
en la forma de primer Dhyan Choan o Espíritu planetario cuando
recomenzó la evolución del hombre, después del
último período de inactividad en este planeta, como se
dice en el libro Budismo Esotérico, de Sinnett, y después
de poner en movimiento la corriente evolutiva se retiró al plano
espiritual que tiene afinidad con Su propia naturaleza; desde entonces
ha estado vigilando los intereses de la humanidad y de vez en cuando
aparece relacionado a alguna individualidad humana para bien de la raza.
Podría considerarse que el Logos representado por Krishna, es
de la misma categoría que el Logos que apareció así.
Hablando de Si mismo, Krishna dice, Cap. X, Vers. 6:
"Los siete grandes Rishis, los
cuatro Manú precedentes, que participan de mi naturaleza, nacieron
de Mi mente; de Ellos brotó (nació ) la raza humana y
el mundo."
Habla de los sapta Rishis y de los Manu
como sus manasaputras o hijos nacidos de la mente, como pudieran serlo
si Él fuera el denominado Prajapati, que apareció en este
planeta y comenzó el trabajo de la evolución". The
Theosophist, T. VIII, pag. 443.
18) Debe tenerse en cuenta la clasificación
siguiente:
Siete ramales constituyen
una subraza
Siete subrazas constituyen
una raza raiz
Siete razas raíces constituyen
un período mundial
Siete períodos mundiales constituyen
una ronda
Siete rondas constituyen
un período de cadena
Siete períodos de cadena constituyen
un esquema planetario
Diez esquemas planetarios constituyen
un sistema solar
19) "Se ha de recordar que la escala
comparativa no interesa, porque la grandeza y la pequeñez son
esencialmente relativas. El destino de cada átomo es crear un
brahmanda (huevo de brahma). Brahmandas similares, más grandes
o más pequeños que el nuestro, unidos por un Sol, están
presentes en todo átomo. Vishvas (grandes sistemas mundiales)
existen en un átomo, y átomos existen igualmente en esos
vishvas. Éste es el significado de "los muchos en uno";
donde veamos el uno deberemos reconocer también los muchos y
viceversa. Después de obtener la capacidad y emplearla para crear
un brahmanda, el siguiente paso es la creación de un jagat (universo),
luego un vishva, después de un maha vishva y así sucesivamente
hasta alcanzar el estado de maha vishnu." Pranava Vada, pág.
94, por Bhagavan Das.
20) Atma, significa el Yo, Ego, o un
centro individualizado, alrededor del cual se agrupan y se ordentan
todas las expwriencias mundanas en su doble aspecto de subjetivas y
objetivas.