Discipulado en la Nueva Era II - Enseñanza sobre la Iniciación IX
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ENSEÑANZAS SOBRE LA INICIACION NOVENA
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Hallará de valor, hermano mío, hacer un resumen del cúmulo de información dada sobre la iniciación; [i381] no me refiero sólo a lo que estas instrucciones particulares contienen, sino también a los [e333] numerosos libros que he escrito. Los enunciados aislados y los detalles interesantes realmente no tienen importancia, sino el cuadro general y el reconocimiento del lugar que ocupa la iniciación en el esquema evolutivo, el cual debería ocupar su atención. Anteriormente señalé en estas instrucciones que la meditación era una técnica planetaria; también puede considerarse que la iniciación indica las sucesivas culminaciones planetarias que marcan, por ejemplo, el nacimiento de cada uno de los reinos de la naturaleza; la iniciación es, por excelencia, una serie de pasos o despertares graduados que permiten al ser humano convertirse oportunamente en un miembro o punto de luz, en el reino de Dios. Cuando un número suficiente de miembros del cuarto reino hayan pasado por el proceso de la iniciación (técnicamente entendido), entonces el quinto reino se manifestará exotéricamente. Se acerca rápidamente el momento de aplicar el método que convertirá a este reino, hasta ahora subjetivo, en una entidad real, y la prueba de ello la tenemos, por primera vez en la historia, en la iniciación grupal, la cual puede recibirse ahora, y para ello la Jerarquía está trabajando actualmente, en lo que a aspirantes y discípulos concierne. Sé muy bien
que les resulta difícil comprender el problema de la iniciación
grupal. Lógicamente surgirán muchas preguntas. Por ejemplo,
¿pueden impedir los defectos de un discípulo que el
grupo reciba la iniciación? La respuesta es, no. Los defectos
predominantes de los miembros del grupo que se están preparando
para la iniciación, trae como resultado su eliminación
momentánea del grupo, pero no lo detienen al grupo que atraviesa
el portal cuando tuvieron lugar las iluminaciones necesarias y desarrollaron
determinadas facultades en conjunto y mutuamente. Especificaré
algunas de ellas sin entrar en detalles:
Éstas son simplemente algunas de las facultades desarrolladas por el aspirante individual y -si se estudian detenidamente- se comprenderá su importancia fundamental. La fusión de estas capacidades en el trabajo grupal permite que el grupo aspire a la iniciación y reciba la bienvenida de Aquellos que están al otro lado del portal, que lentamente se va abriendo. Otra pregunta que podría ser contestada es: ¿Los miembros del grupo deben estar en la misma etapa en el sendero del discipulado o en distintas y variadas [i383] etapas del discipulado o de la iniciación? Lo que ustedes quieren significar cuando hacen esta pregunta es: Debido a que el grupo está formado por individuos ¿recibe la misma iniciación? ¿Sus miembros se hallan en la misma etapa de evolución? De ninguna manera. Un grupo deberá estar, y está, compuesto de individuos de distintas etapas de desarrollo; algunos pueden estar preparándose para recibir la segunda iniciación; otros quizás se entrenan para la tercera y unos pocos ya están preparados para recibir la cuarta o la quinta iniciación. La naturaleza de la iniciación sólo es conocida por el discípulo y su Maestro, y no le interesa al grupo; la diversidad de las iniciaciones para las cuales se hacen preparativos, tiende a enriquecer el contenido grupal; cuando los miembros del grupo pertenecen a muchos tipos de rayos, su servicio será más valioso. La unión de grupos que se preparan para la iniciación condujo al actual cambio fundamental en los métodos de la Jerarquía. Al principio el seudo iniciado no trabaja exclusivamente bajo la tutela del Maestro de determinado Ashrama. A algunos de ellos (por [e335] lo general, Maestros como yo, que recientemente recibieron la quinta iniciación) se los eligió para entrenar e instruir aspirantes que pertenecen a todos los rayos, hasta después de la tercera Iniciación de la Transfiguración. Sólo entonces el discípulo iniciado ingresa en el Ashrama del Maestro de su rayo, uno de los Maestros avanzados en conexión con los siete Ashramas principales. Si el discípulo se halla en el Ashrama de un Maestro que pertenece a cualquiera de los Rayos de Atributo, la tarea del Maestro consiste en prepararlo para la transición a uno de los principales Rayos de Aspecto. Este traslado e intercambio tiene lugar constantemente. Cuando, por ejemplo, el Maestro R. asumió la tarea del Mahachohán, Señor de la Civilización, Su Ashrama fue trasladado del séptimo Rayo de Orden Ceremonial al tercer Rayo de Inteligencia Activa; la mayoría de los que han recibido la segunda y la tercera iniciaciones fueron transferidos con Él de acuerdo a lo que podría llamarse una "dispensación especial"; los restantes miembros de Su Ashrama quedaron bajo la tutela e instrucción del Maestro que ocupó su lugar como punto central del Ashrama de séptimo rayo. Podrían formular otras preguntas: ¿Qué [i384] actitud deberá adoptar el grupo durante la iniciación, si cada miembro individual recibe una iniciación diferente? ¿Está en peligro la integridad grupal? Durante el período de la iniciación mantiene cada uno una meditación enfocada, concentrada y profunda, donde la actitud interna está dedicada exclusivamente al concepto de la Jerarquía. En estos momentos el discípulo no se ocupa del Ashrama del cual forma parte, ni de formular preguntas sobre la naturaleza del Ashrama en el cual ingresa como iniciado -que ha recibido las iniciaciones de la Tierra- o como iniciado del sistema de Sirio en los grados avanzados. Durante las primeras cuatro iniciaciones el discípulo se centra consciente y totalmente en el Todo mayor del cual es parte el Ashrama al que pertenece; es dirigido por el Cristo, guía de la Jerarquía, porque es el Iniciador de las primeras dos iniciaciones, que le parecen siempre de gran importancia al neófito. Después de la tercera iniciación está atento a esa "velada Presencia" de gran Poder que pone a prueba su capacidad para "trabajar en la voluntad de Dios". Les pido que observen esta frase peculiar "trabajar en la voluntad de Dios" y recuerden que esa voluntad centrada o enfocada en Shamballa, constituye una de las grandes energías básicas; el iniciado debe aprender a trabajar en esa Voluntad y a través de ella. Por lo tanto, si cada iniciado del grupo es consciente de la siguiente iniciación que recibirá, entonces subconscientemente eliminará toda percepción de los contactos externos y permanecerá solo, aunque en formación [e336] grupal, ante uno de los dos Iniciadores. La afluencia de energía dinámica que le llega por la aplicación del cetro de la Iniciación se convierte en herencia grupal y sirve para energetizar, integrar y fusionar al grupo en una renovada actividad y en una unión subjetiva más profunda. Frecuentemente se pasa por alto algo que mencioné anteriormente y es el acercamiento mental a la iniciación. Se ha puesto tanto énfasis sobre la cualidad amorosa de la Jerarquía, y lo que es la expresión del segundo aspecto divino, que reiteradamente se olvida la mentalidad jerárquica (si puedo emplear una frase así); sin embargo hay una ley -estrechamente relacionada con la iniciación- que dice: ``El iniciado lleva a cabo su trabajo dentro del círculo infranqueable de la Mente Universal". [i385] Quisiera que dedicaran a estas palabras una detenida y madura consideración. El Logos planetario actúa en lo que concierne a su manifestación, la Tierra, desde niveles mentales cósmicos; lo único que manifiesta por medio de Su Palabra Creadora es Su pensamiento enfocado e intención mental fija. A fin de crear un mundo material, dirige Su pensamiento desde lo que podrían considerarse niveles concretos del plano mental cósmico, y todo el proceso es de precipitación, consolidación e irradiación. Todos los procesos iniciáticos por los cuales debe pasar el discípulo, conciernen principalmente al pensamiento de la suprema Deidad encarnante, pensamiento que se manifiesta como voluntad al bien. El progreso del discípulo, de una iniciación a otra, otorga la gradual revelación del Propósito divino. Cuando éste se expresa a través del Plan jerárquico y manifiesta la cualidad del amor (la voluntad al bien), otorga al Propósito y al Plan, calidez, atracción magnética y el principal atributo de curar. Podría decirse que cuando el Propósito del Logos planetario emana desde su lugar elevado por el impacto de Su voluntad al bien, es de naturaleza redentora. El tema de la redención (que subyace en todos los procesos iniciáticos) está oculto en las responsabilidades kármicas de Sanat Kumara; una etapa tras otra y una iniciación tras otra, el discípulo llega a comprender el significado de la redención. Ante todo aprende a redimir su triple personalidad; luego el concepto se amplía en líneas paralelas, a medida que trata de redimir a sus semejantes; posteriormente comparte el trabajo redentor vinculado a todo verdadero esfuerzo jerárquico y se convierte en "parte activa de un Ashrama redentor". En iniciaciones posteriores, y después de la quinta Iniciación de la Revelación, percibe con una nueva claridad algunas de las deudas kármicas que indujeron al Logos Planetario a crear este planeta de sufrimiento, angustia, [e337] dolor y lucha; entonces comprende (con alegría) que este pequeño planeta tiene esencialmente un propósito y técnicas excepcionales y que sobre y dentro de él; (si pudiera penetrar debajo de la superficie) [i386] se está llevando a cabo un gran experimento redentor; sus principales factores complementadores y agentes científicos son los "hijos de la mente que eligieron ser hijos de los hombres y, sin embargo, siguen siendo por toda la eternidad Hijos de Dios". Estos "hijos de la mente" fueron elegidos en esa legendaria época en que vino a la existencia el cuarto reino de la naturaleza, para desarrollar la ciencia de la redención. Hay una significación verdaderamente histórica y espiritualmente esotérica en las palabras de El Nuevo Testamento, de que "toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora..., aguardando la manifestación de los hijos de Dios". San Pablo se refiere en ella al propósito planetario y a la insistente decisión de los hijos de Dios, de que oportunamente -a medida que rediman la sustancia, la materia y la forma, probando así la posibilidad de esa redención por medio de sus propias personalidades transfiguradas- su recompensa podría ser la manifestación eventual como expresión de la divinidad. Con ese propósito y ese objetivo en vista, instituyeron el gran proceso evolutivo de la iniciación, estableciendo continuidad de revelación e iluminación. En realidad, el lapso en que se recibe la iniciación final, es simplemente la culminante y triunfal demostración de la comprensión y el propósito de todas las experiencias pasadas; el cumplimiento (por el Iniciador Uno) de la primera promesa hecha a los "hijos de la mente", cuando originalmente comenzaron su trabajo redentor, y que consiste en "una repentina y luminosa glorificación individual y su fusión con la gloria del todo durante la iniciación". Estas ideas quizás les proporcionen un nuevo punto de vista sobre la iniciación y si reflexionan y piensan correctamente los ayudará a penetrar algo en la mente de Dios, permitiéndoles, por lo menos, introducirse en esa "zona prometida" de la cual depende toda esperanza espiritual, expectativa e intención dinámica que subyace en el proceso evolutivo. Las "aulas de la iniciación" (hablando nuevamente en símbolos) donde el iniciado demuestra cualidad redentora, constituyen la verdadera "tierra prometida". La historia del pueblo judío está basada en el reconocimiento de esta verdad fundamental, sin embargo la distorsionaron por la posesividad individual y racial, debido al profundo egoísmo [i387] materialista de la raza. Distorsionaron la esperanza eterna (esperanza de todos los hijos de la mente) en forma material y racial y la convirtieron en un objetivo puramente material -el objetivo [e338] territorial. A su vez, todo esto está basado en la arrogancia, el carácter agresivo y la carencia de una verdadera perspectiva, características fundamentales del pueblo judío, a pesar de las numerosas excepciones. La "zona prometida" donde el pensamiento divino se proyecta, dirige y se mantiene fiel al impulso originante del Logos planetario, se halla en los niveles cósmicos, y allí permanece inmutable. Es la que mantiene a Sanat Kumara en Su Cámara del Concilio en Shamballa, apoyando firme y constantemente a esas vidas que se están redimiendo y a todos los agentes del proceso redentor, hasta que "el último cansado peregrino haya encontrado su camino al hogar". Dichos agentes son los hijos de los hombres que -cada uno y todos- demostrarán oportunamente, "dentro de los atrios del Cielo" y en el lugar de la iniciación, la naturaleza de su elevada vocación; probarán a todos los que pueden captar la significación de esa demostración, que sólo "expresan plena y nuevamente lo que fueron siempre". Ahora, la eliminación de los velos de la materia permite que brille la gloria interna y -habiendo llegado a su fin el trabajo redentor- "pueden participar gloriosamente en empresas creadoras". Cito aquí palabras que Cristo pronunció (en una iniciación que tuvo lugar hace poco) cuando dirigió la palabra a un grupo de nuevos iniciados. Las Insinuaciones Ahora consideraremos las insinuaciones que he hecho. Son siete y ya traté dos, que son:
[i388] Quedan por considerar cinco insinuaciones y nos las expondré en forma de pregunta como anteriormente, sino con las palabras originales. Les pido que las lean varias veces, concentrando el pensamiento y observando la estrecha relación que guardan entre sí y la luz que arrojan sobre el proceso iniciático, el cual es excepcional y de valor sintético e iluminador. Como ya dije, cada una es factible de siete interpretaciones, pero para nuestro propósito nos limitaremos a su estudio desde el ángulo del discípulo aceptado, es decir, de los discípulos que trabajan en un ashrama y se preparan para prestar servicio y recibir la iniciación. [e339]
En conexión con la sexta insinuación señalé que la revelación -inducida por la correcta orientación y el correcto pensar- es parte del entrenamiento del iniciado. La mayoría de los que así se entrenan demoran su progreso porque no reconocen la revelación cuando se asoma en su horizonte espiritual. Observarán que a menudo hasta las insinuaciones mismas se refieren a la naturaleza de una insinuación; cuando es apropiadamente considerada constituye la simiente o el germen de una revelación designada. El Maestro sabe muy bien cuál es la próxima revelación [i389] que corresponde al discípulo en entrenamiento; mediante insinuaciones siembra la simiente de la revelación, pero le corresponde al discípulo descubrir lo que la insinuación está destinada a producir y nutrir la simiente hasta que florezca en la belleza de la revelación. Al dilucidar las insinuaciones, no crean que hago el trabajo de ustedes. En realidad sólo estoy ordenando, para beneficiarlos, las ideas, la información y los conceptos que están ya en el subconsciente, introducidos por medio de la meditación, el estudio y la vida experimental. Ahora los dejo que sigan solos y sin ayuda, hasta el momento de la revelación. Ustedes hablan de una serie de iniciaciones, pero los Maestros hablan de series de revelaciones, y su trabajo consiste en preparar a sus discípulos para la [e340] revelación. Recuerden, hermanos míos, que la revelación es difícil de captar y retener -algo que con frecuencia se pasa por alto. La revelación agota la personalidad del discípulo, pero no es de utilidad alguna, a no ser que la personalidad la reconozca; estimulado excesivamente el iniciado, en lo que a una revelación concierne, pasa por tres etapas: Primero, la etapa de éxtasis y del supremo reconocimiento; luego la oscuridad y casi la desesperación cuando la revelación se desvanece y el discípulo descubre que debe deambular nuevamente en la luz común del mundo; entonces sabe lo que es, y aquí reside su prueba, porque debe depender de ese conocimiento interno, pero prescindir del estímulo de la revelación. Finalmente está tan absorbido prestando servicio, ayudando a sus semejantes, conduciéndolos hacia su siguiente revelación, que olvida la excitación y la reacción. Entonces descubre con sorpresa que en cualquier momento y a voluntad -si es de utilidad para sus intereses altruistas- la revelación siempre le pertenece. Reflexionen sobre esto. Estudiaremos las restantes insinuaciones: Insinuación tres: Los discípulos de todos los ashramas tienen la tarea simultánea de "modificar, calificar y adaptar el Plan divino". ¿Porqué es así? ¿Por qué no se impone el Plan? [i390] Observarán inmediatamente la relación de esta insinuación con la primera. El concepto de responsabilidad subyace en la significación de esta insinuación y en conexión con ella les recordaré que -desde el ángulo de la ciencia esotérica- el sentido de responsabilidad es la primera y sobresaliente característica del alma. Por lo tanto, en la medida en que el discípulo está en contacto con el alma y su personalidad se va fusionando con ella y, en consecuencia, está dirigida por la misma, emprenderá la tarea asignada en esta tercera insinuación. El proceso de "modificación, calificación y adaptación", se lleva a cabo por intermedio de una personalidad intelectualmente enfocada, ayudada por la comprensión de que la mente concreta es capaz. Es el resultado de la actividad del alma en su propio nivel, y está enteramente relacionado con la intención grupal jerárquico, para desarrollar el Plan divino. La captación de este Plan por el discípulo variará necesariamente de acuerdo a su etapa de evolución. En las primeras etapas del discipulado, su capacidad de "modificación, calificación y adaptación", es realmente ínfima, pero cada expansión de conciencia lo adecua acrecentadamente para ello. Encontrarán de interés volver a estudiar las etapas del discipulado, según están delineadas en El Discipulado en la Nueva Era, Tomo I. Observarán que cada etapa (cuando la experiencia es efectiva) permite al [e341] discípulo ver el Plan desde el ángulo del Ashrama y del Maestro con creciente claridad; finalmente, llega el momento en que el discípulo se aproxima al mismo corazón de las cosas y está tan cerca del corazón del Maestro que los proyectos jerárquicos se convierten en algo en que él puede participar y contribuir. Dos pensamientos deben ser considerados aquí. Primero, deberá comprenderse que el discípulo, de acuerdo a la Ley, tiene que dominar ante todo la técnica de la contemporización espiritual, y segundo que las tres palabras: modificación, calificación y adaptación, se refieren definidamente a los tres mundos en el cual el Plan debe manifestarse. Existen dos tipos de contemporizaciones, hermano mío. Uno, en que se establece el equilibrio por conveniencia y por lo general en bien de lo menos deseable, lo más materialista y lo más fácil, y otro, el que impele a la decisión (y [i391] la decisión está siempre involucrada en el desarrollo del Plan) hacia aquello que concierne a los valores espirituales y que dará oportunamente lugar al mayor bien para el mayor número. El discípulo debe aprender el arte de contemporizar, pues poco se gana imponiendo los valores espirituales. La contemporización que el discípulo impone debe ser entre el reconocimiento de la etapa alcanzada por la humanidad común, y los aspectos inmediatos del Plan que los Maestros creen que deben ser presentados a todos y reconocidos por todos. El valor que tiene para el ashrama un discípulo entrenado y activo, reside en la capacidad de "ver conjuntamente con el ashrama" la necesaria actividad y la técnica y el método de crear otro desarrollo dentro del Plan eterno, a lo cual debe añadirse la comprensión del discípulo sobre la civilización y cultura de las cuales forma parte, más la comprensión del campo donde reside su esfuerzo. Debido a que es un ser humano activo y también parte del gran panorama de la vida, puede interpretar para el Ashrama lo que ve respecto al difundido mal, lo que observa referente a los esfuerzos de la humanidad hacia el bien y la "voz reveladora" de las masas inexpresivas; su sugerencia sobre el método inmediato para trasformar las ideas jerárquicas en ideales humanos comunes son de importancia para el Maestro de Su ashrama. En este aspecto del trabajo jerárquico, su valor reside en que no es un Maestro, está lógicamente en más estrecho contacto con la vida diaria de los seres humanos comunes y en que el campo de sus actividades son las personalidades, mientras que los Maestros y los iniciados avanzados trabajan con las almas. Cuando un discípulo posee una personalidad realmente fusionada con el alma, puede ser de valiosa ayuda para el Maestro. Debe señalarse que hay tres tipos de trabajadores jerárquicos: [e342]
El grupo más elevado formula el Plan; el segundo grupo "modifica, califica y adapta" el Plan a los requisitos humanos contemporáneos, asegurando de esta manera la continuidad gradual y firme del Plan; el tercer grupo son los agentes que llevan este Plan al género humano y tratan de hacerlo factible, guiados por la contemporización espiritual, contemporización evidenciada por el segundo grupo. Los discípulos son los agentes principales a medida que captan el Plan y se van informando espiritualmente sobre los pasos que deben dar para modificar el Plan en el nivel mental, a fin de que sea aceptado por la humanidad en forma inteligente y progresiva, pero no impuesto dinámicamente, con los consiguientes y desastrosos efectos. Aceptan la responsabilidad para la contemporización necesaria, porque ésa es su responsabilidad y no la de los Maestros. Los diferentes aspectos del Plan -como les es presentado en el Ashrama- son entonces modificados y reordenados, de manera que el Plan se convierte en una serie de pasos consecutivos y no es el impacto violento de una idea incomprendida. Podría decirse que la contemporización espiritual del discípulo (que trabaja en el Plan) trasforma la idea básica (por medio de la modificación mental) en un ideal aceptable. Cuando el proceso de modificación se ha completado, la idea -en la forma de ideal- desciende al plano astral, el plano de las emociones. Allí se colora con la cualidad que el discípulo activo cree que será de mayor atracción para las masas humanas con las que puede estar trabajando y, principalmente, con los intelectuales que tienen aspiraciones. Actualmente dos cualidades matizan el ideal de la civilización verdadera, para la cual todos los discípulos trabajan: la libertad y la seguridad espiritual. Esto es verdad, aunque el hombre que habla en términos de seguridad omite la palabra "espiritual". Sin embargo, siempre la busca. Después, el ideal "debidamente [e343] modificado y calificado", es presentado al mundo de los [i393] hombres en el plano físico, donde es adaptado a los diferentes campos del pensamiento, a los distintos tipos de conciencia y a las naciones y grupos con los cuales trabaja el nuevo grupo de servidores del mundo. Este triángulo de trabajadores está rodeado por el mundo de las almas y de los hombres; su ápice llega a los niveles más altos de la Jerarquía; su segundo punto está arraigado en el nuevo grupo de servidores del mundo; su punto más bajo penetra en las masas humanas. Por lo tanto tenemos: IMAGENHay una línea recta de descenso espiritual desde los Maestros a las filas de los hombres y -en el nuevo grupo de servidores del mundo- se lleva a cabo la tarea de "modificación, calificación y adaptación. A menudo se cometen errores, porque este triple trabajo depende de la clara visión y el juicio equilibrado, pero a despecho de todo, el trabajo sigue adelante y (a la larga) aquello que es la idea divina emerge como un ideal aceptado y, a su debido tiempo, es el medio para llevar adelante a toda la familia humana por el sendero de la Evolución. Insinuación cuatro: El iniciado adquiere conocimiento porque trabaja. ¿Qué significa esta insinuación? Toda la historia de la evolución está encerrada en estas pocas palabras. El Cristo lo expresó en otros términos cuando dijo: "Si un hombre cumple Su voluntad, conocerá"; de acuerdo a la Ley oculta, el hacer precede siempre al conocimiento, porque el conocimiento se obtiene por el experimento y la experiencia. El discípulo o aspirante trabaja siempre en la oscuridad, particularmente en las [i394] primeras etapas del desarrollo, siguiendo un instinto, profundo y oculto, hacia la correcta actividad. Primero, por ese arduo y persistente cumplimiento del deber, por la presión de la conciencia, por el impulso de su alma que va despertando y por la influencia del Maestro, avanza de la oscuridad a la luz y descubre que la obediencia a sus instintos espirituales lo conduce inevitablemente al reino del conocimiento, que -una vez adquirido- se [e344] trasforma oportunamente en sabiduría. Entonces se convierte en un Maestro y ya no camina en la oscuridad. Por lo general los aspirantes sufren amargamente por los muchos ciclos de oscuridad que aparentemente atraviesan, se quejan de la dificultad de trabajar en la oscuridad o de que no ven la luz en parte alguna, olvidando que la capacidad de trabajar en la oscuridad o en la luz constituye una sola facultad inherente. La razón de esto es que el alma únicamente conoce al ser, y la luz y la oscuridad son para el alma, una y la misma cosa. Sobre todo, el conocimiento viene por medio del experimento consciente y no puede obtenerse experiencia alguna donde no hay una actividad experimental. El conocimiento es la recompensa de ambos factores cl conocimiento que no es teórico sino comprobado y real y resultado inteligente de un arduo trabajo, es también efecto de la frecuente angustia (correctamente manejada) y de la anticipación espiritual. Lo antedicho es verdad en la vida y en el trabajo del aspirante individual cuando encara el problema de su propia naturaleza inferior y se prepara para la etapa de llegar a ser una personalidad fusionada con el alma; atañe también al discípulo activo que busca el conocimiento y la sabiduría, cuando cumple lo mejor que puede el Plan jerárquico. Forzosamente debe experimentar y obtener experiencia práctica; aprender el significado tanto del éxito como del fracaso, y el conocimiento que pueda obtenerse por medio de ello. El conocimiento llega primero cuando se lucha por avanzar hacia una luz mayor y más clara y después cuando el aspirante (que trata de expresar el alma) aprende a olvidarse de sí mismo ante la necesidad de los demás, cuando ellos le demandan la luz y el conocimiento que pueda poseer. La sabiduría ocupa el lugar del conocimiento cuando en la transmutación de los fuegos de la lucha, el dolor y [i395] el arduo trabajo, el aspirante se trasforma en discípulo activo y es gradualmente absorbido en las filas de la Jerarquía. Hay otros significados más profundos que los mencionados, pero les indiqué el camino hacia el conocimiento más pleno. La significación latente se revelará en forma inevitable, a medida que pasen del experimento a la experiencia y de la experiencia a la expresión manifestada de la divinidad. Insinuación cinco: La clave para la correcta interpretación de una insinuación reside en su asociación con la idea de dirección en tiempo y espacio. Me pregunto, hermanos míos, si se dieron cuenta que una insinuación deja de serlo si no proporciona dirección ni otorga el [e345] poder de ir adelante. Una insinuación no es un punto estático de información. Correctamente encarada se convierte en el siguiente subyacente y dinámico paso hacia el sendero de retorno. Allí llegan a tener significación las palabras en "tiempo y espacio". Una de las primeras cosas que el discípulo debe aprender es saber cuál es el momento propicio respecto a su propia vida espiritual y experimental y la relación con el trabajo que puede estar realizando en el mundo de los asuntos cotidianos, bajo la impresión jerárquica. Ésta es la lección más difícil de aprender, especialmente en la etapa que el discípulo puede ser fácilmente desviado por el entusiasmo impulsivo y emotivo, algo particularmente difícil que lo comprendan las personas que pertenecen al sexto Rayo de Idealismo o Devoción. Donde más se equivocan los discípulos durante el noviciado, es en el factor tiempo, lo cual es de esperarse, porque tiempo es una palabra que significa el vivir eventual cotidiano. Quisiera que consideraran la palabra eventual en su doble acepción, con los acontecimientos actuales. El factor tiempo es sólo una sucesión de acontecimientos registrados por la conciencia del cerebro físico, que tiende a producir un efecto excesivo y demasiado poderoso sobre el discípulo. Sin embargo, una vez que puede pensar en los acontecimientos como aspectos del tiempo, no sólo comienza a desarrollar la necesaria continuidad de conciencia, sino también un sentido de proporción que tiene un efecto estabilizador y sensato. Los estudiantes [i396] harían bien en emplear las palabras "dirección en tiempo y espacio" como pensamiento simiente en la meditación. La recompensa será grande. Es conveniente recordar que "el espacio es una entidad" según expresión de H.P.B. Cuando definió de esta manera el espacio hizo una de las más importantes insinuaciones a la humanidad. Conocer la existencia de esta entidad conduce al reconocimiento práctico del aforismo de que "en Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser", que explica la necesidad de la enseñanza esotérica sobre los centros planetarios y los planos, como estados de conciencia. El discípulo comienza entonces a estudiarse a sí mismo en relación con esta "Entidad omniabarcante", a cerciorarse de la "dirección" de donde llegan las diferentes energías (que dan poder a su vida y motivan sus acciones) y se va familiarizando gradualmente sobre "la ubicación de estas usinas de poder y radiantes centros de luz que -creados por el divino Hacedor- son fuentes de vida y origen de la luz y del conocimiento", según expresiones de los antiguos archivos, que trato de traducirles a veces. Dirección. Tiempo. Espacio. Con estos conceptos en la mente, la información ocultista comienza a asumir una nueva y profunda [e346] importancia esotérica, que el discípulo (y para ellos escribo) puede estudiar de dos maneras:
El discípulo se mueve siempre en un mundo de energías que hacen impacto sobre él desde muchas variadas direcciones. Tiene que saber qué energías debe rechazar y cuáles recibir; todas estas energías se mueven en el espacio y son en realidad el aspecto vida de la entidad-espacio; a todas las determina el factor tiempo con el cual el discípulo [i397] debe familiarizarse. Por otra parte a veces se invierte el proceso. El discípulo aprende a utilizar energías -localizadas y descubiertas por él en el espacio- dentro de un tiempo establecido: luego las dirige con certeza (vía el centro ajna) al trabajo y al grupo que está influido jerárquicamente, mediante el propio esfuerzo inmediato. Reflexionen sobre esto, porque estas palabras ocultan mucha iluminación. Las dos insinuaciones restantes serán abordadas en mi próxima comunicación, pues allí terminará lo impartido sobre las Insinuaciones. La enseñanza sobre las Fórmulas concluyó en una instrucción anterior, porque ya di lo suficiente sobre estas fórmulas abstrusas, como para cumplir los propósitos de la instrucción durante el ciclo venidero. Puntos de Revelación. Considerados ya dos de los puntos de revelación, por lo tanto ambos se refieren a las dos primeras iniciaciones recibidas en los planos físico y astral respectivamente. En la segunda iniciación, el iniciado empieza por primera vez (aunque en forma más elemental) a emplear el aspecto voluntad, y -en la revelación concedida- da un importante paso hacia la tercera Iniciación de la Transfiguración. Esto significa la Transfiguración de la personalidad y su liberación del seductor aprisionamiento en los tres mundos. Ahora enfrenta la gran iniciación de la transición y también la revelación expresada para nosotros en las siguientes palabras: La Mónada es para el Logos planetario lo que el tercer ojo para el hombre. Estas palabras enigmáticas sólo pueden ser comprendidas si se las relaciona con la revelación anterior que involucra la Voluntad [e347] y la Ley de Sacrificio. Debería recordarse que la Ley de Sacrificio (en su aspecto destructor) rige durante la segunda, la tercera y la cuarta iniciaciones:
La significación de estos "episodios destructivos que producen la liberación del prisionero del planeta" (es decir, el divino hombre espiritual), reside en el hecho de que, después de la cuarta iniciación, la luz del propósito es el único factor controlador en la carrera del iniciado; entonces entra en una etapa en que se acerca más firmemente al "centro donde la voluntad de Dios es conocida". En la tercera iniciación se le otorga una revelación elemental del Propósito divino; en ese momento únicamente se le revela la primera etapa de ese misterioso Propósito omniabarcante; las restantes seis iniciaciones revelan progresivamente (al Maestro) el Propósito omniabarcante. He dicho anteriormente que tres palabras deberían ser consideradas en relación con los Puntos de Revelación: Procedimiento. Ubicación. Objetivo. Los tres son de valor aquí al considerar la naturaleza de la revelación inminente. El reconocimiento de estos Puntos de Revelación se dividen automáticamente en dos procedimientos principales o procesos planificados:
De lo que antecede pueden ver que toda esta abstrusa enseñanza avanzada debe necesariamente permanecer velada y protegida, a fin de salvaguardar y proteger al iniciado. Este doble procedimiento, en relación con el momento crucial de cada iniciación, es siempre muy escrupulosamente protegido. Lo que debe y deberá ser siempre protegido es ese momento "en que el Iniciado, al permanecer en el punto dentro del triángulo y no del cuadrado", percibe (en un destello instantáneo) el gran proceso alineador que lo llevará desde el punto inmediato de revelación a la gloria final. La ubicación de este particular punto de revelación se halla en el plano mental; por medio del alineamiento de la mente concreta inferior, del Hijo de la Mente y de la mente abstracta, se crea un canal directo para la visión. El medio de revelación en esta iniciación es el antakarana, que rápidamente se va construyendo y puede llegar a ser el eslabón vinculador y el método esotérico de la visión. El instrumento de recepción es el tercer ojo, que -por un momento- suspende temporariamente su tarea de dirigir la energía en el plano físico y luego se convierte en un órgano receptivo estacionario, dirigido hacia adentro, mirando la luz superior. Por lo tanto, está involucrado el centro coronario, y tiene lugar un alineamiento secundario entre el centro ajna, el centro coronario y el cuerpo del alma. Todo esto se lleva a cabo en un elevado punto durante la tercera iniciación; por primera vez en la historia personal del iniciado está completamente [i400] alineado y puede actuar directamente desde el centro coronario hasta el punto más elevado de la Tríada espiritual. He aquí, por lo tanto, la razón de la repentina afluencia de la gloria transfiguradora. Éste es el objetivo de la iniciación que establece el triangular procedimiento, ubicación y objetivo, el cual viene a la existencia en un destello y, luego, al finalizar el proceso iniciático, desaparece, dejando sin embargo una permanente, nueva, espiritual e instintiva tendencia hacia la percepción y las vivencias monádicas. Observarán, por lo tanto, que esta información -al señalar la actitud del tercer ojo, durante este proceso iniciático, y su nueva fusión en relación con la mónada- arroja nueva luz sobre el trabajo que ella realiza. Este tercer ojo es ahora el receptor de la [e349] luz que proviene de una fuente más elevada, la impresionante exteriorización de su actividad, y actúa como lente para reflejar la luz y obtener la visión interna más elevada posible, en ese punto particular alcanzado en la evolución. Todo esto representa una actividad que (excepto en el caso de los iniciados más avanzados) sigue siendo muy misteriosa. Sin embargo, el estudio del empleo del tercer ojo, en la tercera iniciación, pondrá en claro lo enseñado respecto a que la mónada es para el Logos planetario lo que el tercer ojo (en su función iniciática) es para el discípulo que ha recibido la iniciación de tercer grado. La mónada es una fuente de luz, no sólo para la familia humana, sino también la receptora de la luz que proviene del triple Sol; es la lente a través del cual la luz del Logos solar puede afluir al Logos planetario, y en esa luz preserva y mantiene firme la visión, el propósito, la voluntad y la intención creadora del Logos planetario. Nada más puedo decir sobre esto. Únicamente hacer sugerencias veladas y formularles ciertas frases o pensamientos simientes, que (si se los considera y reflexiona debidamente) irán entrenando su percepción y desarrollando el tercer ojo, que les permitirá reorientarse y cambiar su función cuando llegue el momento propicio y la correcta emergencia. He dicho que estos puntos de revelación son el germen o la simiente de determinado poder invocador, siendo especialmente verdad y correcto en lo que a la enseñanza del tercer ojo concierne. La iniciación no es un proceso abstracto ni místico, [i401] al cual es sometido el discípulo en uno de los planos sutiles, cuyo conocimiento debe infiltrarse gradualmente en su conciencia. Esto puede ser parcialmente verdad respecto a las primeras dos iniciaciones (las iniciaciones del umbral en Sirio), pero las restantes iniciaciones involucran a todo el hombre y a los "tres vehículos periódicos", produciendo la firme fusión de los tres, una creciente reacción a la Luz del Mundo, más la capacidad de registrar en el cerebro físico lo que sucede (si el iniciado actúa en cuerpo físico debido al karma, a la decisión o al servicio), estando íntimamente involucrado el tercer ojo en este proceso registrador. El tercer ojo es sometido a un entrenamiento desde la tercera iniciación y comienza a actuar de dos maneras:
[e350] Observarán por consiguiente, el nuevo significado que estas ideas dan a las tres etapas que acompañan a los puntos de revelación: la etapa de Penetración, la de Polarización y la de Precipitación. Trabajen y extraigan las inferencias de la enseñanza después de un detenido estudio. El cuarto Punto de Revelación, se halla implícito en las siguientes palabras:
Este punto de revelación lleva al iniciado a una de las etapas más elevadas de la contemplación, donde repentinamente capta -en la cuarta Iniciación de la Renunciación- otra fase de la divina Voluntad condicionante. Comienza a reconocer e interpretar -aunque [i402] de manera elemental, comparado con lo que reconocerá en la novena iniciación- el aspecto destructor de la Voluntad, que se expresa por medio de la Ley de Sacrificio. Ahora, por primera vez (como resultado de la destrucción), comenzará a captar el esencial aspecto constructor de la misma Voluntad y a apreciar la función futura que le corresponde como Constructor creador. Les recordaré que la construcción que debe llevarse a cabo no es la que caracteriza al segundo aspecto divino -el de Amor-Sabiduría, sino que está exclusivamente vinculada con la del primer aspecto, Propósito, Poder o Voluntad; tiene que ver con los procesos que preceden a la efectiva construcción creadora, y con los anteproyectos (si puedo emplear esta palabra) "confinados en Shamballa", donde los elevados Seres espirituales deben forjar Sus planes. Este proceso es distinto del de la construcción creadora y está relacionado con una misteriosa tarea, llevada a cabo de acuerdo a la "Ley de Asamblea". La energía aplicada, con la cual el iniciado hace su primer y momentáneo contacto, es empleada por el Logos planetario cuando acopia en Su círculo infranqueable la sustancia extraplanetaria que debe ser utilizada progresivamente cuando el mundo del ser y de las formas progresa de acuerdo a la Ley de Evolución. Debe recordarse, por ejemplo, que en la actualidad las formas planetarias están compuestas de una sustancia muy superior a la de los días primitivos, y también que un gran proceso de eliminación se lleva a cabo constantemente con otro proceso paralelo de sustitución. Aquello que ya no sirve al Propósito del Logos planetario es rechazado y expulsado esotéricamente y reemplazado por aquello que "estará a la altura del propósito del Padre". Este concepto ha sido tergiversado y distorsionado por la enseñanza cristiana sobre la "expiación vicaria", que deriva de una básica confusión entre la Ley de Sacrificio [e351] y la Ley de Asamblea y tuvo lugar cuando el conocimiento de la naturaleza del Padre constituía un gran misterio; el proceso de interpretarlos en términos del primero y más elevado Aspecto de la Trinidad esencial, totalmente desconocido por el hombre, en vez de hacerlo en términos del segundo aspecto, el Aspecto Constructor magnético [i403] del amor. Estamos -si sólo pudieran comprenderlo- en proceso de reinterpretar y reordenar lo que puede llamarse "la estructura doctrinaria que fundamenta la relación entre conocimiento y sabiduría". Involucra la eliminación de viejos conceptos tales como la trinidad de la manifestación y la introducción de nuevas y correctas ideas que inevitablemente reemplazarán a las antiguas cuando el iniciado en el sendero tenga que desarrollar el primer aspecto. Éste, por medio de ciertas actividades posteriores, se infiltrará gradualmente en la conciencia de la humanidad y así la nueva religión mundial estará basada en una percepción espiritual más profunda respecto al Padre o Aspecto Vida, en lugar de la imagen del Hijo o aspecto conciencia, que va cristalizándose rápidamente. Aquí tienen un indicio de la enseñanza que frecuentemente impartí, de que los procesos superiores del desarrollo espiritual deben ceder conscientemente su lugar a una fase de percepción muy superior, que no existen palabras para denominarla. En lo que a la conciencia respecta hablamos constantemente de iniciación, y para definir este nuevo proceso simultáneo de percepción e interpretación, empleamos la vaga palabra "identificación". El proceso por el cual se le permite al iniciado participar durante y después de la cuarta Iniciación de la Renunciación (que le es presentada en una serie sucesiva de puntos de revelación), es factible porque se somete a la Ley de Sacrificio, la cual pone a la vez su conciencia -en etapas progresivas- bajo la influencia de la Ley de Asamblea. En ninguna de mis instrucciones anteriores me referí a esta ley. El iniciado -por medio de la revelación valorada y comprendida- puede entonces agregar al trabajo que realiza con el Plan y a su técnica de construcción, la capacidad de trabajar con el Propósito divino y con esas sustancias (de naturaleza etérica) y energías que compenetran el cuerpo etérico cósmico (los cuatro planos superiores de nuestro plano físico cósmico), de acuerdo a la ley que el Padre pone en vigencia y posibilita la actividad constructiva del Hijo, a fin de que esté totalmente de acuerdo con el Propósito divino. Otro aspecto de este proceso, puesto de manifiesto por el punto de revelación alcanzado en la cuarta iniciación, reside en que indica la etapa más elevada alcanzada en el proceso de redención, [i404] porque las energías liberadas dentro de la Cámara del Concilio [e352] de Shamballa, constituye "la sustancia viviente, sucedánea y disponible para el progresista punto de luz". Ese punto de la conciencia divina que podemos llamar (para nuestro propósito) la Unidad, el Hombre, redime secuencialmente a la sustancia de la cual están hechas todas las formas y trae a la manifestación la contraparte superior de esa sustancia liberada -en Shamballa para que la utilice el hombre. Éste es un profundo misterio y temo no poder expresar estas ideas con mayor claridad. Sin embargo, de acuerdo a la Ley de Correspondencia o Analogía, el iniciado en forma gradual puede llegar a percibir realmente las significaciones involucradas. Estos puntos de revelación emanan del mundo de las significaciones y no del mundo del significado, redimiendo y liberando así las formas que existen en el mundo de las apariencias. Por lo tanto tenemos en este punto de revelación sugerido, los mismos tres métodos consecutivos de captación de la verdad contenida en todas las revelaciones, ¿Cuáles son estos métodos? Ante todo debe reconocerse el gran procedimiento que, de acuerdo a la Ley de Asamblea, será responsable de traer las energías extraplanetarias cuando el segundo aspecto divino lleve a cabo la redención de los mundos, del ser y de la forma. Sobre tal procedimiento nada puedo decirles. Queda aclarado que el lugar o ubicación donde se lleva a cabo la Asamblea, es la Cámara del Concilio de Shamballa. Sin embargo, hermano mío, llamaré la atención sobre el hecho de que Shamballa es simplemente una palabra que da la idea de un vasto punto focal de energías acopiadas y reunidas por el Logos planetario, con el fin de crear una manifestación adecuada a Su intención en desarrollo y al servicio planetario. El objetivo también es claro, y consiste en reunir aquello que contiene energías redentoras. Así como la Ciencia de Redención, de acuerdo al Plan jerárquico, es la técnica empleada para redimir al mundo de las apariencias, del mismo modo -en un nivel muy superior- la Ley de Asamblea [i405] produce la Ciencia de la Energía, proceso redentor (en un sentido que posiblemente no pueden comprender) que influye en la tarea de quienes trabajan para la redención en el mundo de significados. Aquí también pueden ver que todo tiene cabida en las tres etapas de Penetración, Polarización y Precipitación, porque está relacionado con el acopio de energías redentoras, introducidas en nuestro círculo infranqueable, mediante la actividad de esos Seres en Shamballa que pueden penetrar en esferas extraplanetarias y enfocar (dentro de la Cámara del Concilio de Shamballa) las energías así reunidas. Entonces pueden precipitarlas en el círculo infranqueable de la Jerarquía, y traerán como [e353] consecuencia el apresuramiento del trabajo redentor y el descenso de las energías desde los niveles más elevados del plano físico cósmico al nivel más bajo de la manifestación físico densa externa. El agente de este proceso es la energía de la intuición o de la razón pura, cualidad mental "dentro del círculo infranqueable de la Mente Universal", que aplican acrecentadamente los iniciados superiores en la tarea de reunir energías. Esta energía percibe la etapa de redención alcanzada en el mundo de las formas, a medida que la Jerarquía aplica las energías redentoras y también la cualidad y el grado de actividad que deben poseer las nuevas energías a reunirse. Les llamaré la atención sobre el hecho de que este punto de revelación está relacionado con el plano de la razón pura o con el plano búdico, siendo el más bajo de los niveles etéricos cósmicos, por lo tanto, un plano de "transición y expulsión" -un nivel desde el cual las nuevas y acopiadas energías son "liberadas sobre el mundo de las formas externas". Este proceso fue grandemente facilitado desde que la Jerarquía trasladó su ubicación, en 1925 de nuestra era, desde los niveles mentales superiores al plano búdico, posibilitando así la recepción etérica directa e ininterrumpida. Éste es uno de los significados de las palabras que leemos en El Nuevo Testamento y que dicen, "el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo", forma simbólica de expresar la apertura de un canal ininterrumpido, que el Cristo hizo posible como [i406] Avatar, trabajando en colaboración con el Maestro Jesús y también por la etapa de evolución alcanzada por la humanidad de entonces. El quinto punto de revelación no lo trataremos ahora y lo consideraremos en la próxima instrucción. Es de enorme importancia, porque concierne al aspecto más elevado de la Voluntad y abarca la síntesis de las energías de los cinco planos de la evolución humana y superhumana. Esta síntesis precede al trabajo realizado en los dos planos más elevados del desarrollo divino y se enfoca y expresa plenamente cuando se recibe la sexta Iniciación de la Decisión. |
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