Los Rayos y las Iniciaciones - Las Siete y las Nueve Iniciaciones de nuestra Vida Planetaria
|
|||
|
|||
|
|||
|
|||
SEGUNDA PARTE - SECCION SEGUNDA EL ASPIRANTE Y LAS INICIACIONES MAYORES LAS SIETE Y LAS NUEVE INICIACIONES DE NUESTRA VIDA PLANETARIA |
|||
Ahora consideraremos estas iniciaciones desde el ángulo de la Vida planetaria, hasta donde nos es posible. Durante mucho tiempo las hemos considerado desde el ángulo de la humanidad, el discípulo mundial, así como también desde el ángulo del iniciado individual, pero no debe olvidarse que estas iniciaciones tienen también una significación planetaria. Desde el punto de vista de la Jerarquía y de Shamballa constituyen los factores principales que hacen posible en la Tierra el proceso iniciático entre los hombres. Esto es lo que significa, lógicamente, en relación con nuestro Logos planetario. No debe olvidarse que el progreso en Su sendero cósmico elegido, posibilita todo el proceso evolutivo. Así como el Maestro que ha recibido la quinta iniciación debe proyectar Su propia empresa especifica por intermedio de Su ashrama, demostrando [i657] de este modo Su respuesta al aspecto voluntad del Logos planetario, haciéndose responsable de una fase del Plan planetario, así un Logos planetario tiene igualmente -y de acuerdo a la Ley de síntesis- que llevar adelante un proyecto específico en línea con la voluntad del Logos solar. Nuestro Logos planetario, Sanat Kumara, está en proceso de hacer esto, proporcionando una cultura definida en la que puede fomentarse el germen de la voluntad solar en uno de sus aspectos. Entonces -en conjunción con un proyecto similar que tiene lugar en otros dos planetas, fomentan así otros dos aspectos- el núcleo del tercer sistema solar será traído eventualmente a la expresión. Resulta difícil para la mente humana apreciar esta síntesis básica y relación existente en todo el sistema solar donde los Logos planetarios complementan el propósito divino; los hombres no pueden comprender todavía las relaciones en el aspecto personalidad de nuestro Logos planetario -la Tierra y todo lo que hay en ella. Pero esa síntesis existe y es el factor relacionante entre nuestra Tierra y el Sol, entre los diferentes Logos planetarios y el Logos solar. Todo lo que podemos hacer es obtener un cuadro general de las iniciaciones planetarias, las siete y las nueve iniciaciones. De la única manera que podemos captar, aunque sea en pequeña medida, la intención planetaria, es mediante un estudio de las grandes civilizaciones desarrolladas por la humanidad bajo la impresión de las fuerzas espirituales más elevadas de nuestro planeta, [e539] y que nos llegaron hasta ahora por intermedio de la Jerarquía. A estas civilizaciones deben agregarse sus derivadas culturas. Esto, obviamente, no podemos hacerlo, porque requeriría una investigación de todos los períodos y ciclos históricos conocidos y desconocidos, más una consideración de toda la evidencia -antropológica, arquitectónica y sociológica. A este acercamiento a la intención y al propósito del Logos planetario debe añadirse una consideración de ciertas crisis en la vida del género humano, que son de la índole de las iniciaciones menores, a las cuales el Logos planetario se ha sometido, en el sentido de ser Él el Iniciador. La humanidad, siendo el producto evolutivo más altamente desarrollado en nuestro planeta, reacciona a estas iniciaciones; las cuales [i658] producen los acontecimientos mundiales y esos estupendos puntos de crisis que (hasta la fecha) han actuado destructivamente en lo que al aspecto forma se refiere, pero se han desarrollado en esas etapas de desenvolvimiento y progresión sensibles, cuando al trabajo de los Constructores (el segundo aspecto divino) se agrega y aprovecha la libertad o liberación producida por el Destructor (el primer aspecto). Ambas fases siempre existen. Por medio de las civilizaciones pasadas y su destrucción catastrófica eventual, el Logos planetario ha preparado gradualmente el terreno o campo planetario, para la "siembra del germen de la Voluntad" -cuya nutrición es parte futura del destino humano. Las siete fases principales del desenvolvimiento de la raza humana (nuestra moderna raza Aria es la quinta) tiene el carácter de las siete iniciaciones o desenvolvimientos planetarios; la palabra "iniciación" no se debe tomar en el sentido exacto en que las iniciaciones humanas son comprendidas e interpretadas. Los hombres se inician en las fases de la conciencia divina mediante el estímulo aplicado, por el cual sus vehículos evidencian la preparación; en conexión con el Logos planetario Él inició un nuevo proceso en siete fases, preparatorio para la esperada siembra divina. Debe recordarse que el empleo de la palabra "siembra" es puramente simbólico. Cada fase acerca a la fructificación el propósito divino o proyecto espiritual original; por eso Sanat Kumara vino a la manifestación o encarnación. Cada una de estas fases afecta a los cuatro reinos de la naturaleza, y produce una etapa más elevada de sensibilidad en cada fase sucesiva, pero sólo en el cuarto reino, el humano, existe la posibilidad de un registro y reconocimiento consciente de la intención divina y de una tenue respuesta vibratoria al aspecto voluntad de la divinidad. Se han necesitado milenios para producirlo. Si recuerdan que sólo en la crisis mundial actual el Logos planetario osó someter las formas de los cuatro reinos al estímulo directo de Su impelente voluntad, comprenderán que la gran paciencia es [e540] quizás [i659] Su característica más distintiva. La paciencia es una cualidad de la voluntad, que tiene el carácter de una firme adhesión a una intención fija. En cada transición de una civilización a otra (por estar erigida sobre la simiente cultural de la precedente, después de su debido florecimiento), podríamos decir de Sanat Kumara lo que se dijo de Cristo, que "Él ve los afanes de Su alma y quedará satisfecho". Los hombres son tan ciegos que, al llegar a su fin una civilización, cuando el sistema familiar de expresión cultural cae (como suele suceder) bajo la mano del destructor, lo consideran un gran desastre y se sobresaltan y temen la ruina que generalmente acompaña a tal acontecimiento. Pero desde el punto de vista del mundo de las significaciones, se ve el progreso y se acerca el día de la realización. Nuestra civilización moderna actual (bajo el martillo del aspecto destructor) va cambiando; las antiguas cosas van desapareciendo, pues han cumplido su propósito. Las cosas nuevas no son notadas o apreciadas todavía, aunque ya están presentes. El trabajo de preparación para sembrar el germen o simiente de la voluntad divina sobre la Tierra, casi ha terminado; cuando la Jerarquía se haya exteriorizado y los hombres reconozcan conjuntamente la posición que ocupan en la Tierra el Cristo y Su iglesia "invisible" (la unión de todas las almas hechas perfectas, verdadera descripción de la Jerarquía), entonces en forma no prevista por la humanidad -Shamballa asumirá el control, y desde la Cámara de Concilio de Sanat Kumara surgirá el Sembrador de la simiente, sembrará en el suelo preparado por la humanidad, quedando así asegurado el futuro, no sólo para el Logos planetario sino para ese Todo mayor en el cual nuestro planeta desempeña su pequeña parte. Ese momento tendrá lugar en la civilización futura, y en la siguiente gran raza que emergerá de todas las razas y naciones modernas tendrá lugar la siembra. La próxima raza constituirá la fusión de la totalidad, y el reconocimiento mundial de la Humanidad Una es un prerrequisito esencial de la siembra. El establecimiento de este reconocimiento universal será una de las mayores tareas de la reaparición de Cristo y de la Jerarquía que Lo asiste. Cuando las "pequeñas voluntades de los [i660] hombres" empiecen a responder en destacada amplia escala a la Voluntad mayor de la Vida divina, entonces será posible la principal tarea de Shamballa; sin embargo, previamente a ello, la humanidad debe responder a la luz y al amor que son las corrientes preparatorias de la energía espiritual que afluye ya en respuesta a la invocación humana. Al comprender los procesos iniciáticos planetarios, tal como han sido instituidos por el Logos planetario, los hombres deben relacionarlos con las grandes crisis que han ocurrido en todas las razas humanas. Así como el iniciado-discípulo pasa de una [e541] iniciación a otra por el proceso de dejar atrás continuamente esos aspectos de la vida de la forma, destruidos por inútiles, así la humanidad deja atrás una civilización tras otra por el estímulo del propósito evolutivo de Sanat Kumara, que inicia constantemente lo nuevo y aquello que servirá mejor a Su voluntad. Los hombres se inclinan a pensar que todo el proceso evolutivo -incluyendo el desarrollo de los reinos subhumanos de la naturaleza- es meramente una manera de alcanzar la perfección y desarrollar mejores formas por las cuales manifestar esa perfección. Pero, en último análisis, el progreso humano es puramente relativo e incidental. El factor de suprema importancia es la habilidad del Logos planetario para realizar su intención primitiva y llevar Su "proyecto" a una sólida consumación, cumpliendo así la tarea encomendada por Su gran superior, el Logos solar. Las octava y novena iniciaciones (de las cuales ustedes y yo, prácticamente nada podemos saber) se relacionan con las iniciaciones de esos métodos y técnicas por los cuales la "simiente de la voluntad", que florecerá más tarde en el tercer sistema solar, puede ser nutrida y fomentada, y promovido su crecimiento. Esta nutrición y fomento será la tarea de un grupo de Maestros (a desarrollarse en la importante próxima raza, que, en la Iniciación de la Decisión, la sexta, Se dedicarán, como grupo, al Sendero del Servicio en la Tierra. Además se consagrarán, específicamente y con plena iluminación, a la promoción del proyecto de Sanat Kumara. Con esto no está específicamente [i661] relacionado nuestro grupo actual de Maestros; Su tarea consiste en aplicar el proceso evolutivo con la finalidad de preparar el campo del mundo para la futura siembra divina. Nada más puedo decir. Todo lo que he hecho es dar un indicio sobre el significado de las iniciaciones, instituidas por el Señor del Mundo. Éstas no son, puedo repetirlo, iniciaciones a las cuales está sujeto el Logos planetario. Las crisis mundiales que preceden siempre a la iniciación, en escala planetaria, son parte del trabajo preparatorio, ensayos y pruebas que hacen posible alguna iniciación cósmica, a la cual Él ha estado y estará eventualmente sujeto. Con ellas nada tienen que ver, ni las comprenderían si fuera más explícito. La Ley de Analogía y de Correspondencia falla en determinado punto en el sendero de la comprensión, y algo nuevo y totalmente distinto, llega. La Ley de Analogía rige cuando se considera al microcosmos dentro de la vida del Macrocosmos, pero, si se aventuraran fuera de esa Vida limitada y manifestada (si ello fuese posible, lo cual no lo es), entrarían en contacto con otras Leyes y otros acercamientos a la verdad, existentes en niveles cósmicos. [e542] Poco más puedo decir acerca de las iniciaciones planetarias o, -como podrían ser llamadas más correctamente- procesos iniciáticos planetarios. Éstas afectan a toda nuestra vida planetaria, pero no son esencialmente iniciaciones tal como entendemos el término, o como esa palabra podría ser aplicada a Sanat Kumara. Constituyen una parte definida del proceso cósmico y particularmente de la evolución solar, pero como hemos visto sólo son en preparación a esa iniciación para la cual fue hecho nuestro mundo -la manifestación sobre la Tierra del más elevado de los tres aspectos: la VOLUNTAD de Dios, tal como se la denomina universalmente. |
|||
|
|||
|
|||
|
|||
|
|||
Esta obra está bajo una licencia de: ![]() Los Libros Azules © 2010 — info@libros-azules.org |