La reaparición de Cristo - Capítulo 1

 


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SEGUNDA PARTE

 LAS CAUSAS DEL ESPEJISMO

[e77] [i94] 1. Desarrollo del Espejismo Racial e Individual

Emplearemos ahora la palabra "espejismo" para designar todos los aspectos de la decepción, ilusión, mala interpretación e incomprensión que enfrenta el aspirante en cada paso de su camino hasta que logra la unidad. Observen la palabra "unidad", porque contiene el secreto de la desilusión, tal como se ha denominado esotéricamente al proceso de liberarse del espejismo. Les resultará evidente (si han estudiado estas instrucciones con cuidado) que el origen del espejismo está fundado principalmente en el sentido de dualidad. Si ella no existiera no habría espejismo; la percepción de la naturaleza dual de toda manifestación se halla en la misma raíz de la dificultad o dificultades que enfrenta la humanidad, en tiempo y espacio. Esta percepción tiene distintas etapas, siendo el gran problema de la entidad consciente, que es en sí una dificultad en el reino de la conciencia misma y realmente no es inherente a la sustancia o materia. El morador del cuerpo percibe erróneamente e interpreta incorrectamente lo que percibe, luego se identifica con aquello que no es él mismo; traslada su conciencia hacia un reino fenoménico que lo engolfa, alucina y aprisiona, hasta que comienza a sentirse inquieto o infeliz, presintiendo que algo anda mal. Finalmente llega a la conclusión de que él no es lo que parece ser y que el mundo fenoménico de apariencias no es idéntico a la realidad [i95] como lo suponía hasta entonces. Desde ese momento obtiene el sentido de dualidad, reconoce la "diversidad" y se da cuenta que su sentido de dualismo debe terminar, para emprender el proceso de unión, hasta lograr la unificación. Así, el hombre en evolución comienza a observar y a enfrentar conscientemente sus dificultades teniendo por delante un largo período para "desprenderse del espejismo y penetrar en ese mundo donde sólo se conoce" la unidad. Las etapas que, en adelante, ha de atravesar, son las siguientes: 

[e78] Primero: La etapa donde el mundo material es reconocido y valorado. Momentáneamente se convierte en la meta de toda actividad, y al negarse el hombre a reconocer la diferencia existente entre él y el mundo natural y material, trata de identificarse con éste y buscar satisfacción en los placeres y prácticas puramente físicas. Esta etapa se divide en dos partes. 

a.      Cuando trata de satisfacer, respondiendo casi automáticamente a los instintos físicos, al sexo, alimento y calor. Estos son muy importantes para la conciencia del hombre. La naturaleza animal del hombre se convierte en el centro del esfuerzo para lograr cierto sentido de unidad. Debido a que los impactos del hombre sutil interno (como se lo denomina esotéricamente) son aún débiles, tiene lugar una unificación física momentánea que sirve para ahondar el espejismo y demorar el progreso hacia la liberación. 

b.      Cuando busca, en el ámbito de las posiciones materiales, la satisfacción y el sentido de unidad y también establecer, en el plano físico, un centro de belleza y bienestar. Allí el hombre puede sentirse como en su casa y no darse cuenta del creciente sentido de dualidad que va fortaleciéndose diariamente. Esta etapa sólo tiene lugar [i96] en épocas posteriores, cuando el aspirante está a punto de reorientarse hacia la verdad y dar los primeros pasos en el Sendero de Probación. Al finalizar el Sendero de Evolución se produce una analogía con la etapa recién mencionada, pero quien la experimenta es una persona muy diferente a aquélla que busca la síntesis, en la materialización de la belleza, en el plano externo. El hombre sutil es el que   ahora está comenzando a  dominar. 

Segundo: La etapa en que el hombre llega a ser, antes que nada, consciente de la dualidad, expresada en las palabras "el hombre y las fuerzas". Llega a darse cuenta que él y toda la humanidad son víctimas de fuerzas y energías sobre las cuales no tiene control y llevan al hombre de un lado a otro. Llega también a ser consciente de fuerzas y energías que existen dentro de él, sobre las que tampoco tiene control y lo obligan a actuar de diferentes maneras, convirtiéndolo frecuentemente en la víctima de su propia rebeldía, de sus propios actos y energías dirigidas egoístamente. Aquí el hombre descubre (primero inconsciente y luego conscientemente) la dualidad inicial ‑el cuerpo físico y el cuerpo etérico o vital. Uno es el mecanismo de contacto en el plano físico, el otro, el mecanismo de contacto con las fuerzas, las energías internas y los mundos del ser. Este cuerpo vital controla y galvaniza [e79] al cuerpo físico en una actividad casi automática. Ya me he referido a esta dualidad en una instrucción anterior. Esta etapa es de gran dificultad para el hombre como individuo y para la humanidad como un todo. Los hombres son aún tan ignorantes de "la realidad que brilla bajo la envoltura que la cubre" ‑como lo expresa el Antiguo Comentario‑ que resulta difícil, y al principio prácticamente imposible, obtener la verdadera percepción. Ciega e ignorantemente, los hombres tienen que contender con este primer par de opuestos, y es lo que sucede en el mundo, en esta época. Las masas comienzan a comprender que son víctimas y [i97] exponentes de fuerzas que no controlan ni comprenden. Quisieran controlarlas y están determinadas a hacerlo, siempre que sea posible. Esto constituye el problema más serio en los campos económico y gubernamental y en la vida diaria. 

La tensión mundial de hoy consiste en que la fuerza física y la energía etérica están en pugna. No olviden lo que dije anteriormente, que la fuerza etérica está íntimamente relacionada con la Mónada, el aspecto espiritual más elevado. Es la vida misma que está a punto de exteriorizarse. De allí el énfasis puesto sobre el espíritu de la humanidad, sobre el espíritu de una nación y el espíritu de un grupo. Todo esto es el resultado de la lucha que se está librando entre este par de opuestos, en el campo de los asuntos humanos y de la vida humana individual común. Sin embargo, tal conflicto ‑llevado al punto de síntesis y de unificación- trae la  reorientación de la raza y del individuo hacia los verdaderos valores y hacia el mundo de la realidad. Si logra triunfar, conducirá al hombre, como individuo, y a la masa, como un todo, hacia el Sendero de Purificación. Cuando estas energías están unificadas en el plano físico, tenemos una actividad centralizada y la determinación de seguir una dirección específica. Después de esto se produce la resolución (observen esta palabra y su empleo) de la dualidad en una unidad.

Esta resolución se convierte, en las primeras etapas (en lo que se refiere al tipo común de aspirante), en una momentánea unidad astral, apareciendo entonces el devoto centralizado, que se lo encuentra en todos los campos ‑religioso, científico, político o en cualquier otro sector le la vida. Su unidad etérica, al producir reorientación, que da por resultado clara visión, captación de la verdad y visión del camino inmediato a seguir, sirve temporariamente para producir en el hombre el espejismo por medio de la sensación de realización, seguridad, poder y destino. Prosigue [i98] ciega, furiosa y despiadadamente hasta que se enfrenta bruscamente con condiciones cambiantes, percibiendo otra situación mucho más difícil. Los pares de opuestos del plano astral lo [e80] encaran, convirtiéndose en Arjuna en el campo de batalla. Toda su sensación de unidad, dirección, seguridad y a veces de complaciente satisfacción desaparecen, perdiéndose en las brumas y los espejismos del plano astral. Tal es el dilema que tienen en la actualidad muchos discípulos bien intencionados, y a él me referiré momentáneamente, debido a que la tarea destinada a este grupo, cuando pueda actuar como tal, consiste en disipar parte del espejismo mundial. Algún día (y esperemos que sea pronto) éste y otros grupos similares deben, como grupo y bajo la dirección de su Maestro, perforar el espejismo del mundo a fin de que pueda entrar alguna luz e iluminación, para que los hombres, de allí en adelante, puedan hollar sin peligro el Camino. 

Por lo tanto, para participar en esta tarea he elegido a varios aspirantes cuya tendencia es sucumbir al espejismo, aunque dos de ellos son menos propensos que los demás, y una de las razones por la que los he elegido se debe a que están relativamente liberados del espejismo; ellos son D. L. R. y  D. P. R. Ambos deben mantenerse libres de cualquier tendencia hacia el espejismo, si desean servir correctamente a sus semejantes como yo quisiera. En las instrucciones personales daré indicaciones acerca de la tendencia que los lleva a ello. Los demás miembros del grupo son muy fácilmente propensos al espejismo, lo cual los angustia. Sin embargo, esto puede convertirse rápidamente en un haber. ¿Quién puede disipar el espejismo del mundo, sino aquéllos que lo reconocen por lo que es y lo han combatido en su vida diaria? ¿Cómo puede haber éxito en extirpar el espejismo del mundo mediante la iluminación, si esta iluminación no es producida por quienes han aprendido a dirigir el faro del alma en los lugares oscuros y a hacer desaparecer, [i99] como individuos, el espejismo que los circunda? No se desanimen por esta "debilidad ilusoria", consideren el esfuerzo que realizan por comprender el problema y su capacidad de llegar a resoluciones en sus propias vidas, para contribuir a solucionar este estupendo problema mundial. Disipen su espejismo morando en la luz y manteniendo la mente firme en esa luz y aprendan a arrojarla sobre las brumas del espejismo del plano astral. No intenten resolverlo, como hacen con frecuencia algunos aspirantes diciendo: "Ahora comprendo", mientras que lo único que hacen (y también muchos de ustedes) es reaccionar a una autoevidente verdad esotérica. 

     Tercero: A la etapa del espejismo se la denomina a menudo la experiencia de Arjuna. Actualmente el Arjuna mundial está enfrentando los pares de opuestos, así como lo hace el discípulo individual que está preparado -cuando estos pares de opuestos se [e81] han resuelto en una unidad- para hollar el Sendero del Discipulado. Se puede decir que: 

1.      En todos los países, las masas luchan con el primer par de opuestos, en el plano físico. Cuando haya tenido lugar la "resolución" dichas masas entrarán en el Sendero de Purificación. Esto ya se está efectuando rápidamente. Podría agregarse que es un proceso largo y lento porque, en esta etapa, la conciencia no es la percepción inteligente del hombre reflexivo sino la ciega conciencia del hombre físico, más las fuerzas mismas de la naturaleza. 

2.      El ciudadano común educado, de todos los países, está enfrentando actualmente la experiencia de Arjuna y los pares de opuestos del plano astral. De allí el intenso sentimentalismo que prevalece en el mundo y también la búsqueda por obtener iluminación mediante la educación, la religión y los numerosos métodos de instrucción mental y el consiguiente [i100] desarrollo del conocimiento, la sabiduría y las correctas relaciones. Estas personas, por lo general, pueden ser clasificadas en dos clases: 

a.      Las que son conscientes de la necesidad de decidir y discriminar, cuando piensan y eligen, pero que todavía no se dan cuenta plenamente de las implicaciones e indicaciones. Se la denomina la "etapa de la incertidumbre de Arjuna" y a los espejismos racial, nacional e individual existentes, han agregado el espejismo espiritual que densifica la bruma. 

b.      Los que han salido de estas condiciones y están llegando a ser conscientes de su problema. Ven los pares de opuestos y están entrando en la "etapa de reconocimiento, en la liberación de Arjuna". Columbran la Forma de Dios y la Realidad que mora dentro de esa Forma, y están por decidir que el Guerrero continúe la lucha. Entonces, cuando hayan decidido y elegido correctamente,  "se levantarán y lucharán" y no estarán ya en el Sendero de Purificación sino en el Sendero del Discipulado. 

Ustedes ya están familiarizados con esta etapa; los aspirantes de este grupo de estudiantes no necesitan de mis instrucciones para hollar ese sendero que los sacará del espejismo y los llevará a la luz. Las reglas son bien conocidas: los espejismos a los cuales son susceptibles les son también familiares; los espejismos hacia los cuales tiende la humanidad son también muy conocidos por ustedes.  Sólo les resta seguir el antiguo camino del Raja Yoga y [e82] emplear la mente como medio de dispersión, aprendiendo así a permanecer en la "luz" entre los pares de opuestos y a través de esa "luz", alcanzar la liberación, hollando el noble sendero medio. A veces pienso que saben mucho teóricamente, pero que han realizado [i101] muy poco. Entonces me pregunto, si no asumo una responsabilidad indebida dándoles más instrucciones; pero recuerdoles que no sólo escribo para ustedes sino también para otros, teniendo poco tiempo para realizar este servicio particular. 

La resolución de estas dualidades tiene lugar cuando el alma, el verdadero hombre espiritual, no se identifica ya con ninguno de los opuestos, sino que se mantiene libre en este camino medio; el discípulo ve ante sí "el Camino iluminado", aprendiendo a recorrerlo sin ser atraído por los mundos del espejismo que se extienden a ambos lados. Va directamente hacia su meta. 

3.      La etapa en que el hombre reflexivo e inteligente, ya sea discípulo, aspirante bien intencionado o iniciado de primero o segundo grados, debe aprender a distinguir entre la verdad y las verdades, el conocimiento y la sabiduría, la realidad y la ilusión. Cuando esta etapa ha sido superada lo conduce a la tercera iniciación, donde la personalidad (propensa al maya, espejismo e ilusión) permanece libre. Experimenta de nuevo una sensación de unificación. Esto se debe al desarrollo del sentido de la intuición, que pone en manos del discípulo un instrumento infalible para discriminar y discernir. Su percepción se agudiza y se halla relativamente libre del engaño y de las erróneas identificaciones e interpretaciones. 

Habrán observado en qué forma la carrera de la vida del hombre ha progresado, de una crisis de dualidad, a una de relativa unidad, sólo para hallar que ese sentido de unificación ha sido perturbado por un renovado reconocimiento de que existe una dualidad superior y más profunda. Esta dualidad produce momentáneamente otra brecha en la vida del hombre, y así se reinicia el torturante proceso de establecer un puente o de "salvar esotéricamente" [i102] esa brecha que existe en la continuidad de la conciencia espiritual. Les recordaré aquí que esa sensación de paz o percepción de la separación es en sí una ilusión, de la misma naturaleza del espejismo, y se funda en el sentido ilusorio de identificarse con aquello que no es el yo o alma. El problema puede ser resuelto totalmente si la conciencia deja de identificarse con las experiencias inferiores y se identifica con el hombre real y verdadero. [e83]

4. Etapa tras etapa, el hombre ha progresado de un estado de ilusión o de espejismo a otro, de un punto de oportunidad discriminativa a otro, hasta que ha desarrollado en sí mismo tres capacidades fundamentales: 

  1. La capacidad de manejar fuerza.
  2. La capacidad de hollar el camino medio entre los pares de opuestos.
  3. La capacidad de utilizar la intuición.

Ha desarrollado dichas capacidades resolviendo los pares de opuestos en los planos físico, astral y mental inferior. Ahora enfrenta la resolución culminante, equipado con estos poderes. Se hace consciente de esas dos grandes entidades aparentemente antagónicas (con las que se encuentra concientemente identificado), el Ángel de la Presencia y el Morador en el Umbral. Detrás del Ángel presiente tenuemente, no a otra dualidad sino a una gran Identidad, una viviente Unidad que -a falta de mejor término- denominamos PRESENCIA. 

Descubre entonces que el camino de salida, en este caso, no lo constituyen el método de manejar fuerza, el desentenderse de los pares de opuestos ni el correcto reconocimiento a través de la intuición, sino que ambos, el Morador y el Ángel, deben encontrarse; la entidad inferior debe ser "oscurecida" en la "luz" u "obligada a desaparecer dentro de la [i103] radiación". Dicha tarea debe llevarla a cabo la más evolucionada de las dos entidades, aquélla con la cual el discípulo o el iniciado se identifica consciente y deliberadamente. Este proceso lo trataremos más adelante. Tal es el problema que enfrenta el iniciado antes de recibir las tres iniciaciones finales. 

Debe recordarse que ninguna de estas tres etapas, en realidad, está separada entre sí por definidas líneas de demarcación, ni se suceden correlativamente. Se superponen y frecuentemente se suceden con simultaneidad parcial. Sólo cuando el discípulo enfrenta ciertas iniciaciones, despierta a la realidad de estas diferencias. Por lo tanto se puede afirmar que: 

1.      En la primera iniciación, el discípulo demuestra haber resuelto las dualidades en el plano físico y que puede imponer correctamente la energía etérica (la más elevada de las dos) sobre la energía física. 

2.      En la segunda iniciación, el iniciado demuestra que puede [e84] elegir entre los pares de opuestos y proseguir decididamente en el "camino medio". 

3.      En la tercera iniciación, el iniciado puede emplear la intuición para percibir correctamente la verdad; en esta iniciación percibe la primera y real vislumbre del Morador en el Umbral y del Ángel de la Presencia. 

4.      En la cuarta iniciación el iniciado demuestra su capacidad para lograr una total   unificación entre el aspecto superior e inferior del alma en manifestación, y ve cómo el Morador en el Umbral se convierte en el Ángel de la Presencia. 

5.      En la quinta iniciación ‑y aquí fracasan las palabras para expresar la verdad‑ ve al Morador en el Umbral, [i104] al Ángel y a la Presencia, convertidos en una síntesis divina. 

Por lo tanto surge el interrogante, ¿qué es lo que produce este espejismo y esta ilusión? El tema es tan vasto (abarcando todo el campo de la historia planetaria) que sólo puedo indicar algunas de las causas. Hasta ahora muy pocas han sido susceptibles de ser corregidas, excepto en los casos individuales. Esto significa que cuando alcanzan el punto de evolución en que pueden identificarse con su aspecto superior, el alma, e introducir la energía del alma para neutralizar, subyugar y dominar las fuerzas inferiores de la personalidad, entonces inevitablemente pueden corregirlas. Cuando llegue el momento en que un sinnúmero de personas se dé cuenta del espejismo mundial ( al descubrirlo y experimentarlo en sus propias vidas, encararemos el problema en forma grupal. Entonces atacaremos definitivamente el espejismo mundial y, cuando ello suceda, hablando esotéricamente, "se producirá una abertura que permitirá entrar la luz del orbe solar. Las brumas desaparecerán lentamente, subyugadas por la radiación solar, y los peregrinos hallarán entonces el CAMINO iluminado que conduce, desde el centro de la bruma, directamente hacia el portal de la luz". 

Con la intención de descubrir hasta dónde los aspirantes y discípulos del mundo han comprendido y manejado este problema, se ha permitido emprender un experimento, tal como el que se lleva a cabo en estos grupos. 

2. Causas que Producen el Espejismo Mundial. 

Las causas que producen el espejismo mundial pueden dividirse en tres grupos: [i105] 

  1. Causas planetarias.

  1. Causas iniciadas por la misma humanidad. [e85]

  1. Causas inducidas por cualquier individuo, no obstante basadas en los dos grupos de factores condicionantes citados anteriormente.

  A.  Las Causas Planetarias son dos y están más allá de la comprensión finita de ustedes. Sólo las menciono y les pido que las acepten como conjeturas razonables y posibles hipótesis exactas:

1.      Causas inherentes a la sustancia misma. Los átomos, con los cuales están construidas todas las formas, han sido heredados de un universo o sistema solar anterior y, por lo tanto, están matizados con los resultados de esa gran manifestación creadora. Los efectos producidos en esa expresión de la existencia divina constituyen los factores predisponentes o las causas iniciales en el actual sistema solar y en la vida planetaria. Estos factores condicionantes y heredados no pueden ser evitados. Determinan la naturaleza del impulso de la vida, la orientación del desarrollo evolutivo y las tendencias innatas que poseen todas las formas, así como la capacidad para crecer y desarrollarse, orientar el tipo correspondiente, expresar en tiempo y espacio el arquetipo o canon y delinear y determinar la estructura de los reinos en que la ciencia divide al mundo natural. Sin embargo, sólo son algunas de las innatas características inherentes en la sustancia misma, heredadas y condicionadas en nuestra presente rnanifestación de la vida divina. 

2.      La vida o manifestación del Logos planetario, "Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser", está determinada por Su propia naturaleza. Para nosotros, esa gran Vida personifica la perfección, y sus cualidades características son aquéllas hacia las cuales dirigimos nuestra más elevada [i106] aspiración. Pero, desde el punto de vista de las Vidas más avanzadas que Él en el sendero cósmico (hablo simbólicamente y en términos de la experiencia humana), Él está entre los "Dioses imperfectos". Tales imperfecciones obstruyen el desarrollo o la perfecta expresión de la energía divina cuando entra en conjunción con las cualidades y predisposiciones, heredadas de la sustancia a través de la cual debe expresar Su vida, Su propósito y Sus intenciones, produciendo las "semillas de la muerte y la descomposición", que caracteriza a nuestra evolución planetaria en los cuatro reinos de la naturaleza. Crean los obstáculos, obstrucciones y dificultades contra las cuales debe luchar el alma [e86] en todas las formas creadas, adquiriendo con ello fortaleza y comprensión y oportunamente la liberación. 

Éstas son las dos causas planetarias principales. No pueden evitar que el alma se emancipe, pero pueden obstaculizar y postergar su emancipación. Es inútil que el hombre especule sobre tales hipótesis con su actual equipo y tipo de cerebro inadecuados. Nada conseguiría, ni tampoco llegaría a ser más sabio. 

B. Causas iniciadas por la humanidad misma. Lentamente, paso a paso, la humanidad ha creado e intensificado la condición ilusoria de la conciencia, que llamamos el plano astral. Todo espejismo es producido por la conjunción de una o más corrientes de energía que producen un momentáneo torbellino de energía y, desde el ángulo del hombre ‑el observador y participante‑, produce la oscuridad, un estado de confusión que torna difícil la clara elección y la correcta discriminación, imposible en las primeras etapas. Crea un aura de naturaleza tan general y omniabarcante, que hoy todos, hablando simbólicamente, se encuentran sumergidos en ella. En la infancia de la raza, dicha aura [i107] sólo rodeaba a las personas más avanzadas. Para comprender lo que quiero significar con esto, les llamaré la atención sobre el hecho de que las personas muy ignorantes, las que se hallan entre los tipos humanos más inferiores y aquéllas que son algo más que animales activos, regidos principalmente por los instintos, encaran con toda sencillez y directamente las realidades de la existencia que los enfrentan, pues para ellos es de máxima o única importancia ‑como ser el hambre, el nacimiento y la muerte, la autoprotección y la perpetuación. Casi no hay ilusión en sus reacciones hacia la vida y el vivir, y su simplicidad, como la del niño, los salva y protege de muchos de los males más sutiles. Sus emociones no son sutiles y sus mentes aún no están despiertas. Pero a medida que la humanidad ha evolucionado, los niveles superiores de la conciencia racial se hicieron más sutiles y el factor mente se hizo lentamente más activo, entonces el espejismo y la ilusión se desarrollaron con más rapidez.

Los primeros indicios del espejismo aparecieron cuando los discípulos y aspirantes del mundo lemuriano (cuyo problema era la correcta comprensión y el correcto funcionamiento y control del cuerpo físico) comenzaron a diferenciarse entre sí como seres autoconscientes y fuerzas físicas vitales. Eso inició inmediatamente una enorme actividad en el centro laríngeo, el aspecto superior del centro sacro (el centro del sexo), y condujo así al espejismo inicial y al primer reconocimiento y consideración definida del impulso sexual, de la atracción sexual y -para el iniciado de ese [e87] período- de la necesaria transmutación sexual. Esto se llevó a cabo paralelamente con la yoga más primitiva, o sea el culto al cuerpo físico, para que fuera controlado por el alma, además de la consiguiente fusión de la conciencia y la subconciencia. 

Alrededor de los aspirantes de esa época podía observarse cómo se agrupaban las primeras nubes y brumas del espejismo, a pesar de que la ilusión [i108] no existía todavía. El primer reconocimiento del plano de las emociones, el plano astral, fue evocado en la conciencia de los grupos en preparación para la primera iniciación, la iniciación superior de esa época. La razón de que emergiera tan lentamente la conciencia astral, en el aspirante físicamente polarizado de esa época, se debió a que uno de los secretos de la iniciación consiste en comprender y utilizar correctamente la conciencia de que se es consciente y capaz de actuar en un plano superior a aquél en que vive toda la humanidad, en un momento dado. De allí que en la época lemuriana, el hombre que estaba centrado físicamente y próximo a ser admitido en el Sendero, tenía conciencia de: 

1.      La dualidad física, donde su conciencia estaba acostumbrada a funcionar normalmente y del conflicto entre el cuerpo físico y el cuerpo etérico o vital. 

2.      La conciencia superior vagamente percibida, que se caracterizaba por la cualidad y sensibilidad, siendo en esa época, lo único con lo cual podía hacer contacto en el plano astral, que hoy nos es tan familiar. 

3.      La creciente sensación de autoidentificación con aquello que era el alma o yo, en proceso de despertar, el Maestro, que iba a conducirlo fuera de la conciencia puramente física para llevarlo a la siguiente etapa divina, la conciencia astral. No olviden, debido a la familiaridad y al cansancio que produce el conflicto, que cada paso evolutivo es divino. 

Será evidente, siempre que la afirmación anterior sea verídica, que el espejismo surgió por el reconocimiento de estos factores en la conciencia, y como resultado de las reacciones del hombre a la complejidad de su propia constitución y a la energía de su propia alma. 

[i109] A medida que transcurría el tiempo, toda la familia humana llegaba a ser consciente del nuevo dualismo emergente que existía entre la constitución física y el plano astral, además de la actividad desplegada dentro de sí mismo, por el centro que en esa etapa hizo su aparición como conciencia o comprensión innata -que entonces era irreflexiva-, como el anhelo hacia una vida superior o la tendencia hacia una actividad inferior. Esta conciencia nebulosa [e88] se convirtió oportunamente en lo que llamamos la Voz de la Conciencia. Cuando esto ocurrió, la complejidad y la dificultad de la vida aumentaron enormemente y el espejismo apareció definitivamente en la Tierra, lo cual envolvió y dio demasiada importancia a lo inferior, a expensas de lo superior, y sirvió para distraer la atención que el aspirante ponía en la realidad. ¿Debo afirmar nuevamente que, en esta etapa primitiva, el espejismo era sólo evocado y reconocido por las personas muy evolucionadas de esa época? 

Luego la raza Lemuria se perdió lentamente y vino a la existencia la raza Atlante. Durante los millones de años que esta raza proliferó en la tierra, un gran número de personas poseía al mismo tiempo conciencia lemuriana, así como hoy, en la moderna raza aria, varios millones de personas expresan conciencia atlante y están polarizados en su cuerpo astral, siendo víctimas de la emoción y del consiguiente espejismo. 

En la raza Atlante quedó resuelta la dualidad física, y los cuerpos físico y etérico constituyeron una unidad que, en las personas sanas, todavía lo constituye. 

La sensación de dualidad los llevó a un creciente reconocimiento del conflicto en el reino de la dualidad, y al campo de lo que hoy llamamos los "pares de opuestos" -bien y mal, dolor y placer, verdadero y falso, razón y sin razón y la multiplicidad de opuestos que enfrentan hoy al aspirante. 

[i110] En las primeras etapas de cada historia racial, se ve el establecimiento de un temporario sentido de unidad cuando la brecha anterior ha sido eliminada y la dualidad inicial se ha resuelto en unidad. Luego se obtiene el creciente reconocimiento de la existencia de un nuevo campo de elección, basado en el surgimiento de valores superiores y, finalmente, llega un período de conflicto en la conciencia del individuo y de la humanidad como un todo, cuando se trata de resolver la dualidad superior que enfrenta al hombre o a la raza. 

Esta solución se produce, cuando un aspecto superior de la conciencia es visualizado vagamente y los hombres llegan a tener conciencia de sí mismos como seres mentales. Entonces se produce una creciente demanda, a fin de desarrollar la naturaleza mental que, al entrar en actividad, resuelve el problema de esta categoría de opuestos en el plano astral. 

Al mismo tiempo el sentido de autoidentificación o la conciencia de "yo soy" aumenta gradualmente y el iniciado enfrenta el esfuerzo de liberarse de la esclavitud de los sentidos en el plano astral, del denso espejismo a que esta percepción sensoria lo ha arrojado, logrando su liberación mediante el completo control del [e89] cuerpo astral. Esto lo realiza cuando desarrolla oportunamente el poder de pasar entre los pares de opuestos sin que ellos lo afecten, trascendiéndolos de esta manera. Lo logra empleando la mente como distribuidor de la luz que revela el "camino medio" y que disipa el espejismo con su brillo y radiación. 

Dicho espejismo se ha ido agrandando e intensificando constantemente, a medida que un mayor número de personas ha logrado eliminar la brecha física inicial y se ha centrado en la conciencia astral. Actualmente este espejismo ha adquirido tal magnitud y tan grande ha sido el éxito del proceso evolutivo, que la humanidad como un todo, deambula entre las brumas y miasmas del mundo de la conciencia sensoria. Cuando [i111] uso la palabra "sensoria" no me refiero al mecanismo sensorio del sistema nervioso físico, sino a la percepción sensoria del Yo, tan sumergida hoy en el espejismo, que los hombres se identifican totalmente con el mundo del sentimiento, de la cualidad, de la interacción sensoria y de las reacciones emotivas, con sus simpatías y antipatías, su propia conmiseración, uno de los principales espejismos del hombre evolucionado y sensible. Dichas personas evolucionadas son las que más contribuyen a mantener el espejismo mundial. El gran espejismo del aspirante es su reacción a la verdad y a la realidad, cuando por primera vez llega a darse cuenta de aquello que está más allá del plano astral. Interpreta todo lo que allí percibe y ve, en términos de espejismo, de comprensión emotiva o fanatismo sensorio. Se olvida que la verdad está más allá del mundo del sentimiento, el cual no la afecta, y sólo puede ser percibida en toda su pureza cuando el sentimiento ha sido trascendido y transmutado. El segundo gran espejismo es la propia conmiseración. 

El mundo de hoy está dividido en tres grupos, sujetos a ciertos aspectos del espejismo: 

1. Aquéllos que poseen conciencia atlante y, por lo tanto, los seduce completamente el espejismo: 

a.       De lo material y lo deseable. 

b.      De lo que sienten en toda clase de relaciones. 

c.       De lo que creen que es ideal, verdadero o justo, basándose en las reacciones que en ellos despiertan los pensadores del momento, pero que no comprenden mentalmente. 

d.       De lo que exigen como belleza y bienestar emocional. 

e.       De lo que les produce gozo espiritual en el campo de la religión y del deseo religioso. Observen esta frase. 

       [e90] [i112] 2. Los que poseen una conciencia más definidamente aria. Significa que el factor mente está despertando, constituyendo una dificultad, y las ilusiones del plano mental se suman ahora a los espejismos del plano astral. Tales ilusiones son de naturaleza teórica e intelectual. 

       3. Un grupo que está surgiendo de ese grupo sometido al espejismo y a la ilusión, atento a la Voz del Silencio y a las demandas del alma. 

La complejidad del moderno problema psicológico reside en el hecho de que nuestra raza y período vislumbra la síntesis de todos los espejismos y el surgimiento de las ilusiones emanantes del plano mental. Actualmente tenemos aspirantes en todas las etapas de desarrollo, y las masas recapitulan las distintas etapas del camino evolutivo, siendo el estrato más inferior de la raza humana, definidamente de conciencia lemuriana, aunque, relativamente hablando, sean muy pocos. 

La ilusión aumenta rápidamente a medida que el poder mental de la raza se desarrolla, pues significa el sometimiento a las poderosas formas mentales creadas por los pensadores de esta época y de la inmediata anterior, que en el momento de su creación constituían la esperanza de la raza. Entonces personificaron las nuevas y emergentes ideas mediante las cuales la raza debía progresar. Cuando estas formas se cristalizan y caducan se convierten en una amenaza y un obstáculo para la expansión de la vida. En los siglos venideros se comprenderá el problema de la ilusión, pues cuando la raza haya superado el espejismo, entonces habrá en el planeta pocas mentes de naturaleza atlante y ninguna de conciencia lemuriana. Sin embargo, a medida que prosigue la evolución, las cosas se aceleran grandemente y, como se supone, no está distante la época en que la humanidad estará predominantemente caracterizada por [i114] la conciencia aria. No hablo en términos de raza aria, como se comprende generalmente, ni de sus implicaciones nórdicas. 

C. Causas iniciadas por el individuo. Si han estudiado lo antedicho será evidente que el individuo viene a la encarnación obstaculizado por el espejismo existente, el cual es de origen muy antiguo y está más allá de su control en esta etapa. Posee un enorme poder. Utilizo la palabra "obstaculizado" deliberadamente a falta de un mejor término. Sin embargo, quisiera señalar que el verdadero significado de la situación existe en el hecho de que estas condiciones ofrecen al hombre la oportunidad de evocar la comprensión y punto de vista del alma, porque proporcionan los medios por los cuales se obtiene experiencia. Esta experiencia [e91

 

Raza

Dualidad

Problema

Método

Meta

Lemuria

Fuerza Física

contra

Energía Vital

Maya

Control astral

 

1ra. Iniciación

 

 

 

Hatha Yoga:

Aspirantes

 

Inspiración

 

 

 

Laya Yoga:

Discípulos

 

 

 

 

 

 

Atlante

Pares de

Opuestos

Espejismo

Control mental

2da. Iniciación

 

Cualidad

 

Bhakti Yoga:

Aspirantes

Iluminación

 

Sensibilidad

 

Raja Yoga:

Discípulos

 

 

 

 

 

 

Aria

Morador en el

Umbral

Ilusión

Control por el alma

3ra. Iniciación

 

 

Ángel de la

Presencia

 

Raja Yoga:

Aspirantes

Intuición

 

 

 

Agni Yoga:

Discípulos

 

[e92conducirá oportunamente a que el alma asuma el control de su mecanismo, la personalidad, dando así a aquélla un definido campo de servicio. Los vehículos a través de los cuales el alma busca experiencia y expresión están, normal y naturalmente sujetos a los espejismos mundiales y al espejismo y a la ilusión de la humanidad. El hecho de que el alma, en las primeras etapas de la experiencia, sea atrapada por maya, por el espejismo y oportunamente por la ilusión, se debe a que el alma se identifica con esas formas y, por lo tanto, con el espejismo circundante, no logrando identificarse consigo misma. A medida que la evolución prosigue, se hace evidente, para el alma en encarnación, la naturaleza del problema, iniciándose entonces un proceso por el cual se libera de las consecuencias de la identificación errónea. Cada alma encarnada, que logra liberar su conciencia del mundo de la ilusión y del espejismo, sirve definidamente a la raza y ayuda a liberar a la humanidad de esta antigua y potente esclavitud. 

[i115] Pero debe tenerse en cuenta que cuando el hombre se acerca a la etapa de conciencia en que los cuerpos astral y mental están activos y funcionantes, se convierte en un creador de espejismo. Lucha contra las fuerzas que se hallan dentro de sí mismo y del mundo en que vive, y el creciente poder de la afluyente energía del alma (que entra en conflicto con las fuerzas de la personalidad) produce gradualmente, a su alrededor, un campo de espejismo y un ámbito de ilusión, que activa plenamente este espejismo de  tercera categoría. 

Tales espejismos dependen de la forma en que se expresan las diferentes fuerzas que constituyen la naturaleza inferior del hombre, de las cuales es cada vez más consciente, atraviesan las etapas en que son reconocidas, se expresan poderosamente, llegando a ser violentas cuando están en conflicto, hasta que el alma luchadora se detiene ‑como lo hizo Arjuna‑ en medio de las dos fuerzas antagónicas (las fuerzas de la personalidad y la energía del alma) preguntándose: 

1.       ¿Qué es lo correcto, esto o aquello? 

2.       ¿Cómo puedo saber cuál es mi deber o mi responsabilidad? 

3.       ¿Cómo puedo salir de esta confusa situación? 

4.       ¿Qué puedo hacer para que domine el Guerrero, y los dos grupos de fuerzas que estimo puedan convertirse en una unidad? 

5.       ¿Cómo puedo salir de este "impasse"? 

6.       ¿Por qué debo herir a lo que estimo, a través de lo cual me he expresado durante épocas? [e93] 

7.       ¿Cómo puedo llegar a ser consciente de esa iluminación mental que revelará el "camino medio" entre los pares de opuestos? 

8.       ¿ Cómo puedo ver a Dios, o por lo menos, la Forma de Dios? 

[i116] Muchas de estas preguntas surgen en la mente del aspirante. Indican dilema, perplejidad, conciencia del espejismo circundante, un estado de ilusión y una condición de impotencia. Todas las fuerzas de su naturaleza como también las de toda la humanidad y las planetarias, luchan contra el discípulo. Se siente inerme e inerte, débil, desamparado y desesperado. Ni siquiera puede ver el camino de salida. Sólo queda una clara realidad, la realidad del Alma, la Identidad inmortal, el Guerrero detrás de la escena, el Auriga, Krishna, el Cristo interno. 

El Baghavad Gita puede ser leído desde el punto de vista de la lucha que libra el discípulo contra el espejismo, y los estudiantes deberían estudiarlo de esta manera. 

Los espejismos individuales, de los cuales el discípulo llega a ser consciente, se caracterizan por cinco tipos de fuerzas. Cuando entran en actividad simultáneamente, producen esos espejismos que inicia y crea exclusivamente el hombre mismo, los cuales son: 

1.      Las fuerzas de su naturaleza física densa y del cuerpo vital, que al actuar a través de la naturaleza física densa, producen maya o energía incontrolada. 

2.      Las fuerzas de la naturaleza astral, basadas en el deseo y en las sensaciones que, en esta etapa, constituyen dos grupos denominados pares de opuestos. Su potencia se está acentuando en este período de la historia individual porque el discípulo, en la mayoría de los casos, está polarizado en su cuerpo astral y sujeto, por lo tanto, a los espejismos producidos por la interacción de los opuestos además de la condición de maya, mencionada anteriormente. 

3.      Las fuerzas de la naturaleza mental inferior, chitta o sustancia mental, que compone el cuerpo mental, estando [i117] matizada por actividades pasadas, como lo está la sustancia de que están compuestos todos los vehículos. Esto agrega maya y espejismo a la ilusión. 

4.      Luego surge el rayo de la personalidad e intensifica los tres aspectos en que se expresa la fuerza, produciendo oportunamente su trabajo sintético. Después tenemos esa condición llamada "triple espejismo", reducida a un solo espejismo. 

5.      El rayo o energía del alma, durante todo este tiempo incrementa constantemente su potencia rítmica, tratando de [e94] imponer su propósito y voluntad sobre la personalidad. Esta relación unida y su interacción es lo que impulsa al hombre cuando se ha logrado un punto de equilibrio hacia el Sendero de Probación o el Sendero del Discipulado, hasta el portal de la iniciación. Allí, ante el Portal, reconoce la última dualidad que aguarda la resolución, el Morador en el Umbral y el Ángel de la PRESENCIA. 

La naturaleza de estos espejismos difiere con las personas, porque la cualidad de rayo determina el tipo de espejismo o ilusión ante el cual sucumbe más fácilmente el hombre y ese tipo de espejismo que con mayor facilidad creará. Los discípulos tienen que aprender a diferenciar entre: 

1.      El espejismo o espejismos, existentes en su ámbito, los cuales lo atraerán o él atraerá fácilmente, por constituir la línea de menor resistencia. 

El espejismo que él crea, cuando enfrenta la vida por medio de un equipo particular, matizado por las experiencias de encarnaciones pasadas y por la cualidad de rayo bajo el cual vino a la existencia.

[i118] Este tema es tan complejo que no servirá de nada entrar en detalles; sólo expondré los espejismos principales (y en ello incluyo las diversas ilusiones y mayas) a los cuales está predispuesto el hombre debido al rayo a que pertenece. Si los aplican a los tres vehículos de manifestación y también a la personalidad y al alma, comprenderán lo complicado del problema. Sin embargo, recuerden lo siguiente: 

La finalidad es segura y ha sido determinada, porque en este sistema solar, el triunfo del alma y su dominio y control final está decidido, no interesando la magnitud del espejismo ni la violencia de la lucha. De allí que uno de los primeros pasos para comprender la naturaleza de su problema y el método de liberación es la comprobación exacta (por el aspirante) de cuál es el rayo que lo influye. La psicología futura se dedicará a descubrir el rayo que rige al alma y el que rige a la personalidad. Habiéndolo realizado, mediante un estudio de los diferentes tipos físicos, de las reacciones emocionales y de las tendencias mentales, se dedicará a descubrir los rayos que rigen los vehículos especializados. Cuando los cinco rayos (de la personalidad, físico, astral, mental y egoico) han sido aproximadamente comprobados, se requiere entonces la consideración de los siguientes factores:

1.      La naturaleza, cualidad y estabilidad del sistema glandular. [e95] 

2.      El punto alcanzado en la evolución. Esto se hará mediante una cuidadosa consideración de los centros y las glándulas  y su relación entre sí. 

3.      El reconocimiento de los puntos donde se producen las separaciones o la doble personalidad que puede existir: 

a.      Entre los cuerpos etérico y físico, que trae la falta de vitalidad, debilidad física, obsesión y otras muchas dificultades. [i119] 

b.      En el emotivo cuerpo astral, que conduce a un vasto número de problemas y    dificultades psicológicas basadas en una sensibilidad indebida, en la reacción al espejismo circundante, en las tendencias innatas hacia el espejismo que existe en el equipo, o como resultado de la sensibilidad al espejismo de otras personas. 

c.      En el cuerpo mental, imponiendo ilusiones mentales de muchos tipos, tales como el control ejercido por las formas mentales autocreadas, sensibilidad hacia el mundo existente, formas mentales nacionales o circundantes de cualquier escuela de pensamiento, ideas fijas, el sentido de lo dramático o de lo importante, o una fanática adhesión al conjunto de ideas heredadas o a las reacciones mentales de naturaleza puramente personal. 

d.      Entre cualquiera de los grupos de fuerzas que denominamos cuerpos: 

Los cuerpos etérico y astral. 

Los cuerpos astral y mental. 

Existe, por ejemplo, una definida analogía entre esa condición de negatividad hacia la vida en el plano físico, resultado de la falta de integración entre los cuerpos físico y etérico, y esa falta de interés e ineptitud para manejar la vida en ese plano, que el pensador evidencia tan frecuentemente en los niveles abstractos y científicos. Ambos grupos no llegan a una manifestación definida y decisiva en el plano físico, ni encaran el problema de la vida en dicho plano, en forma clara y satisfactoria; tampoco son físicamente positivos, pero las causas que producen estas condiciones, relativamente similares, son totalmente diferentes ‑aunque similares en sus efectos. 

4.      La comprensión de cuál es el Sendero de la Vida para un individuo, al estudiar sus aspectos astrológicos. Respecto a [e96] esto debe considerarse el signo del sol [i120] bajo el cual ha nacido el hombre, como que indica sus tendencias personales y personifica las características heredadas del pasado, pero se ha de considerar el signo ascendente como que contiene en sí indicaciones del camino que el alma del hombre le impele a seguir. 

Muchos otros factores requerirán cuidadosa atención. El problema del individuo se complica por ciertas tendencias heredadas de la familia, de la nación y de la raza, que afectan poderosamente al cuerpo físico en sus dos aspectos, produciendo muchos tipos de espejismo. También lo afectan ciertas ideas heredadas, constituyendo las formas mentales que personifican el método por el cual la familia, la nación y la raza, se acercan a la verdad, produciendo poderosas ilusiones ante las cuales sucumbe fácilmente el individuo. Existen además las afluyentes fuerzas del signo por el que transita el sol, tales como las actuales condiciones mundiales, debido a que nuestro sol está entrando en un nuevo signo del zodíaco. Por lo tanto, nuevas y poderosas energías están actuando sobre la humanidad, produciendo efectos en los tres cuerpos, evocando espejismos en la naturaleza emocional e ilusiones en la naturaleza mental. Los que son propensos al espejismo hoy llegan a ser conscientes de una acentuada dualidad. Como podrán comprobar, el tema es vasto, y esta ciencia de las influencias psicológicas y los resultados de su impacto sobre el mecanismo humano se hallan todavía en la infancia. Sin embargo, he indicado lo suficiente como para despertar interés e iniciar la investigación en este nuevo campo de la actividad psicológica. 

Volveremos a considerar los innumerables tipos de espejismo producidos por ciertos tipos de rayos y relacionados con ellos. 

1er. RAYO 

El  espejismo de la fuerza física.

El espejismo del magnetismo personal. [i121]

El  espejismo de la autocentralización y la potencia personal. El espejismo del "uno en el centro".

El  espejismo de la ambición personal egoísta.

El  espejismo del líder, del dictador y del ilimitado control.

El      espejismo del complejo mesiánico en el campo de la política.

El  espejismo del destino egoísta, el derecho divino que los reyes exigen en forma personal.

El      espejismo de la destrucción.

El  espejismo del aislamiento, de la soledad y del retraimiento.

El  espejismo de la voluntad impuesta - en otros y en grupos. [e97]

 

2do. RAYO 

El  espejismo del amor de ser amado.

El  espejismo de la popularidad.

El espejismo de la sabiduría personal.

El espejismo de la responsabilidad egoísta.

El espejismo de una comprensión muy completa, que impide actuar correctamente.

El espejismo de la propia conmiseración, espejismo básico de este rayo.

El espejismo de la necesidad mundial, y del complejo mesiánico en el mundo religioso.

El espejismo del temor, basado en una indebida sensibilidad.

El  espejismo del autosacrificio.

El  espejismo del altruismo egoísta.

El  espejismo de la propia satisfacción.

El espejismo del servicio egoísta.

 

3er. RAYO 

El espejismo de estar ocupado.

El espejismo de la colaboración con el Plan, en forma individual [i122] y no grupal.

El espejismo del planeamiento activo.

El  espejismo del trabajo creador, sin motivo verdadero.

El  espejismo de las buenas intenciones, las básicamente egoístas.

El espejismo de "la araña en el centro".

El espejismo de "Dios en la máquina".

El espejismo de la constante e incierta manipulación.

El espejismo de la propia importancia, desde el punto de vista del conocimiento y eficiencia.

 

4to. RAYO 

El espejismo de la armonía, persiguiendo la comodidad y la satisfacción personales.

El     espejismo de la guerra.

El  espejismo del conflicto, con el objetivo de imponer la rectitud y la paz.

El  espejismo de una vaga percepción artística.

El espejismo de la percepción psíquica en vez de la intuición.

El espejismo de la percepción musical.

El  espejismo de los pares de opuestos, en su sentido superior. [e98]

 

5to. RAYO 

El espejismo del materialismo, de la sobreestimación de la forma.

El espejismo del intelecto.

El espejismo del conocimiento y de la definición.

El espejismo de estar totalmente seguro, basado en un estrecho punto de vista.

El espejismo de la forma que oculta la realidad.

El espejismo de la organización.

El espejismo de lo externo, que oculta lo interno. [i123]

 

6to. RAYO 

El espejismo de la devoción.

El espejismo de la adhesión a las formas y a las personas.

El espejismo del idealismo.

El espejismo de la lealtad y del credo.

El espejismo de la respuesta emocional.

El espejismo del sentimentalismo.

El espejismo de la interferencia.

El espejismo de los pares de opuestos inferiores.

El espejismo de los Salvadores e Instructores del Mundo.

El espejismo de la visión limitada.

El espejismo del fanatismo.

 

7mo. RAYO 

El espejismo del trabajo mágico.

El espejismo de la relación de los opuestos.

El espejismo de los poderes subterrenales.

El espejismo de aquello que une.

El espejismo del cuerpo físico.

El espejismo de lo misterioso y secreto.

El espejismo de la magia sexual.

El espejismo del surgimiento de las fuerzas manifestadas.

 

He enumerado aquí muchos espejismos. Aunque forman legión, no he abarcado de ninguna manera las posibilidades en el campo del espejismo.

Uno de los grupos con que he trabajado poseía ciertas características y dificultades, siendo de valor mencionarlas aquí.

 

     Dicho grupo tenía una curiosa historia relacionada a otros grupos, porque sus miembros fueron renovados varias veces. En cada oportunidad los que abandonaban el grupo habían estado en él por derecho kármico y por una antigua relación conmigo o con los [e99] miembros del grupo [i124] y, por lo tanto, tenían la oportunidad de participar en esta actividad, pero cada vez fracasaban por razones personales. Les faltaba comprensión grupal, ocupándose únicamente de ellos mismos. No poseían la nueva y amplia visión. Así fueron eliminados de esta actividad inicial de la nueva era. Explico esto pues es de valor que los discípulos capten el hecho de que la relación kármica no puede ser ignorada, debiendo ofrecerse la oportunidad grupal aunque demore su actuación al prestar servicio grupal. 

Varios miembros del grupo aún luchaban contra el espejismo, y al enfrentarlo necesitaban más tiempo para adaptarse al mismo. La principal tarea de este grupo consistía en disipar parte del espejismo universal mediante una meditación unida que yo había indicado. Algunos de los miembros estaban haciendo o habían hecho ciertos reajustes en sus vidas y no precisó mucho tiempo para establecerse el necesario ritmo subjetivo. Pero todos trabajaron con comprensión, perseverancia y entusiasmo, y en breve tiempo pudo iniciarse el trabajo grupal. 

Sería de valor que consideraran las siguientes preguntas: 

1.  ¿Cuál es el método para desarrollar las ideas desde el instante en que es impresionada la     mente de algún intuitivo? 

Hablando en forma general, aquéllas pasan por las siguientes etapas, como a menudo se ha explicado: 

a. La. idea.....basada en la percepción intuitiva.

b. El ideal .....basado en la formulación mental y en la distribución.

e. El ídolo......basado en la tendencia concretizadora de la manifestación física.

 

2.      ¿Cuáles creen que son los espejismos predominantes hoy en el mundo y por qué? [i125]

3.      He hablado muchas veces de la tarea que éste y otros grupos están tratando de realizar para disipar el espejismo mundial. ¿Tienen alguna idea de cómo debe hacerse o qué se les exigirá? 

3. Contraste entre los Espejismos Superior e Inferior 

Hemos considerado cuidadosamente (breve y muy superficialmente) algunas de las causas del denso espejismo que envuelve a la humanidad. Vimos, que indudablemente, es muy antiguo, está poderosamente organizado y constituye la característica dominante [e100] del plano astral, y consideramos las tres principales causas subsidiarias que predisponen a: 

1.      Los espejismos inducidos por la vida planetaria, inherentes a la sustancia misma. 

2.      Los espejismos iniciados por toda la humanidad, e intensificados en el transcurso de un    pasado legendario. 

3.      El espejismo engendrado por el individuo mismo, ya sea en el pasado, por haber participado del espejismo mundial, o el que ha originado en esta vida. 

Cada ser humano es propenso a ellos, y durante muchas vidas constituye la víctima inerme de aquello que luego descubre como erróneo, falso y engañoso. Aprende que no debe ser dominado indolentemente por el pasado astral, emocional e ilusorio ‑sino que está, si lo supiera, adecuadamente equipado para superarlo‑, y que existen métodos y técnicas por medio de los cuales puede conquistar la ilusión, disipar el espejismo y erigirse en el amo de maya. Ésta es la revelación inicial, y sólo cuando haya comprendido lo que implica y se haya [i126] propuesto dominar las condiciones indeseables, llegará más tarde a reconocer la dualidad esencial, la cual, momentáneamente, en ningún caso es ilusión. Descubre la relación que existe entre el verdadero Morador en el Umbral y el Ángel de la PRESENCIA, que custodia el portal de la iniciación. Esto marca un momento crítico en la vida del discípulo, porque indica el instante en que puede comenzar a hollar el Sendero de Iniciación, si es que lo desea y posee la fortaleza necesaria. 

En último análisis, vencer parcialmente el espejismo y evadir la total esclavitud, impuesta por la ilusión, indican a la atenta Jerarquía que un hombre está preparado para los procesos de la iniciación. Mientras no se deje engañar totalmente y hasta tanto logre pensar casi libremente, no podrá enfrentar al Ángel que aguarda, y atravesar el portal. Daré aquí una indicación: después de atravesar el portal de la iniciación el discípulo retomará nuevamente sus tareas en los tres mundos de actividad; allí repite los procesos anteriores ‑brevemente y con comprensión‑ después de lo cual comienza a dominar lo esencial de la siguiente lección iniciática. Estoy dando aquí una copiosa información en forma concisa, pues esto es todo lo que puede hacerse en esta época. 

Durante largo tiempo, una sensación de dualismo compenetra el ser del discípulo y hace que su vida aparente ser un incesante conflicto entre los pares de opuestos. La lucha entre los opuestos se libra conscientemente en la vida del discípulo. Alterna entre las experiencias pasadas y el recuerdo de las experiencias de la iniciación recibida, [e101] poniendo el énfasis, sobre todo, en las primeras experiencias y luego en la última gran experiencia, que colora tan intensamente su vida interna. Durante prolongados momentos es el discípulo confuso que lucha contra el espejismo, y durante breves momentos es el iniciado triunfante. [i127] Descubre en sí mismo las fuentes del espejismo, de la ilusión y de atracción de maya, hasta que llega el momento en que se sitúa ante el portal y enfrenta las principales dualidades de su propio y particular pequeño cosmos ‑el Morador y el Angel. Al principio teme al Ángel, atemorizándolo la luz que fluye del rostro del Ángel, porque pone vívidamente de relieve la realidad de la naturaleza del Morador, él mismo. Siente, como nunca lo había sentido, la formidable tarea que tiene ante sí y el verdadero significado de la empresa a la cual se ha comprometido. Poco a poco dos cosas surgen con alarmante claridad en su mente: 

1.      El significado de su propia naturaleza con su dualismo esencial. 

2.      El reconocimiento de la relación entre los pares de opuestos, con los cuales él, como discípulo, debe trabajar. 

Una vez que capta la relación existente en la dualidad inferior (la personalidad y el alma) está entonces preparado para pasar a la realidad superior, la del Yo integrado (personalidad y alma) y su relación con la PRESENCIA. En esta afirmación, he expresado en pocas y concisas palabras el resultado de las primeras tres iniciaciones y las dos últimas. Mediten sobre ello. 

Creo que les será de valor si relaciono los diversos contrastes que caracterizan al hombre inteligente y al discípulo, abarcando con la palabra "discípulo" todos los grados de desarrollo, desde el discípulo aceptado hasta el Maestro. Sólo existe la Jerarquía, término que significa progreso continuo de un estado inferior de ser y de conciencia, a uno superior. En cada caso constituye el estado de conciencia de algún Ser, limitado, confinado y controlado por la sustancia. Observarán que [i128] digo "sustancia" y no "forma" porque en realidad es la sustancia la que controla al espíritu durante un extenso, muy extenso, ciclo de expresión; la materia no controla por la simple razón de que la materia burda está siempre controlada por las fuerzas que son consideradas esotéricamente de naturaleza etérica y, por lo tanto, como sustancia, no como forma. Recuerden esto en todo momento porque contiene la clave de la comprensión de la naturaleza inferior.

Ahora estudiaremos los contrastes básicos esenciales que el discípulo debe percibir intuitivamente y con los cuales ha de familiarizarse. [e102] Dividiré lo que tengo que decir en cuatro partes, tratando cada una de ellas brevemente, y espero les será de utilidad: 

a.      El contraste entre la Ilusión y su opuesto.....................Intuición

 

b.      El contraste entre el Espejismo y su opuesto.............. Iluminación

 

c.      El contraste entre Maya y su opuesto...........................Inspiración

 

d.      El contraste entre el Morador en el Umbral

            y su opuesto.................................................................El Ángel de la PRESENCIA 

Esto, como comprenderán, es un tema muy vasto y, trata del problema principal del discípulo. Aquí les pediría que revisen nuevamente lo que ya he dicho sobre estos cuatro aspectos del espejismo y también las clasificaciones y diagramas que les he dado periódicamente. 

a. Contraste entre Ilusión e Intuición. 

Lo he elegido como el primer contraste a considerar pues debería (aunque quizás no) constituir el principal espejismo de los miembros de este grupo. Lamentablemente aun predomina el espejismo emocional y, para la mayoría de ustedes, el segundo contraste, que existe entre el espejismo y la iluminación, podrá ser el más útil y constructivo. 

Ilusión es el poder que posee alguna forma mental, ya sea un ideal o un concepto ‑percibido, captado e interpretado [i129] mentalmente‑ para dominar los procesos mentales del individuo o la raza, produciendo, en consecuencia, la limitación individual o grupal. Tales ideas y conceptos pueden ser de tres clases y creo que ya lo saben: 

1.      Pueden ser las ideas heredadas, en el caso de aquéllos que hallan difícil ajustarse a la nueva visión de la vida mundana y del orden social, tal como lo expresan las nuevas ideologías. Se hallan poderosamente condicionados por su casta, tradición y raigambre. 

2.      Pueden ser las ideas más modernas que, en último análisis, constituyen la reacción del pensamiento moderno hacia la condición y situación mundiales, y muchos aspirantes son propensos a ella en forma natural, especialmente si viven en el vórtice de fuerza que llamamos Europa moderna. Esas ideas modernas convergen hoy, en corrientes mundiales e ideológicas predominantes, y, toda persona inteligente debe reaccionar inevitablemente a ellas, aunque olvide que esa reacción está basada en la tradición, o en una predisposición nacional o internacional. [e103] 

3.      Pueden ser las ideas más nuevas percibidas vagamente, que tienen en sí el poder de condicionar el futuro y conducir a la moderna generación, de la oscuridad a la luz. Ninguno de ustedes ha sentido realmente todavía estas nuevas ideas, aunque en momentos de elevada meditación y realización espiritual puedan reaccionar vaga y brevemente. Dicha reacción puede ser verdadera en la medida que definidamente condiciona el servicio que prestan al semejante. Pueden reaccionar correcta y acrecentadamente si mantienen la integridad del alma y no son vencidos por la lucha y por lo febril del medio ambiente, en el campo elegido para servir. 

[i130] Una ilusión mental podría ser descrita como una idea personificada en una forma ideal, lo cual no da entrada ni cabida a ningún otro ideal. Por lo tanto, presupone la capacidad de hacer contacto con las ideas. El hombre está atado al mundo de ideales e idealismos. No puede zafarse de él. Esta ilusión mental ata, limita y aprisiona al hombre. Una buena idea puede convertirse fácilmente en una ilusión y llegar a ser un desastroso factor condicionante en la vida del hombre que la registra. 

Quizás se interroguen si la Jerarquía misma no está condicionada por una idea y si no es víctima de una difundida ilusión general. Aparte de que a los Dirigentes de la Jerarquía y a los Custodios del Plan no se les permite llegar a ese grado hasta no estar libres del incentivo de la ilusión, les recuerdo que todas las ideas entran en la conciencia planetaria a través del canal de los siete rayos. De esta manera, la Jerarquía está ampliamente abierta, en todos los casos, a los siete principales grupos de ideas que constituyen la IDEA de Dios en cualquier época específica, expresada también de siete maneras principales, todas igualmente correctas, sirviendo a la séptuple necesidad de la humanidad. Cada una de estas siete formulaciones de la IDEA de Dios tiene una contribución específica que hacer; cada una constituye una idea que debe desempeñar su parte en el servicio humano o planetario; cada una está tan interrelacionada con las otras seis expresiones de la misma Idea divina, desarrollándose como ideales en el plano mental, que no pueden ser reducidas a una sola idea y sus ramificaciones, como sucede entre los hombres. Por lo menos existe sensibilidad hacia los siete grupos de ideas y sus ideales resultantes y, aunque fuera sólo por eso, dentro de esa medida, la Jerarquía posee fluidez y adaptabilidad. Pero es mucho más que esto, pues para los miembros de la Jerarquía, las ideas y sus efectos no sólo son interpretados en términos de formas mentales humanas e idealismo humano, sino que también deben hacer contacto con ellas y estudiarlas en su relación con la [i131] Mente de Dios y con los reinos planetarios. Dichas ideas provienen [e104] y emanan del plano búdico, que raras veces está abierto para la conciencia del discípulo común y ciertamente no lo está para el idealista medio. Les recordaré aquí que son muy pocos los idealistas que se hallan personalmente en contacto con la idea que ha dado nacimiento al idealismo; sólo están en contacto con la interpretación humana de la idea, tal como ha sido formulada por algún discípulo o intuitivo -cosa muy diferente. 

Por lo tanto, una ilusión puede definirse como la consecuencia de una idea -traducida en ideal-, siendo considerada como la total presentación, como la historia o solución y como separada y visualizada independientemente de las otras ideas, tanto las de naturaleza religiosa como las aparentemente desligadas de la religión. Esta afirmación contiene la historia de la separatividad y la incapacidad del hombre para relacionar entre sí las distintas implicaciones de una idea divina. Cuando se las visualiza y capta en forma estrecha y separatista, existe lógicamente una distorsión de la verdad, y el discípulo o aspirante se adhiere inevitablemente a un aspecto parcial de la realidad o del Plan y no a la verdad, en la medida en que puede ser revelada, o al Plan, tal como los miembros de la Jerarquía lo conocen. Esta ilusión evoca en el discípulo o en el idealista una reacción emotiva que inmediatamente nutre el deseo y, en consecuencia, lo traslada desde el plano mental al astral; de esta manera se evoca un deseo por un ideal parcial e inadecuado y la idea no puede llegar a su plena expresión debido a que su exponente sólo ve este ideal parcial como la verdad total, no pudiendo por lo tanto captar sus implicaciones sociales, planetarias y cósmicas. 

Donde existe verdadera percepción de la idea (algo verdaderamente raro) no puede haber ilusión. La idea sobrepasa en magnitud al idealista, pues únicamente su humanidad lo salva de su estrechez. Donde existen la ilusión (cosa general y común) [i132] y una vaga reacción interpretativa a una idea, tenemos los fanáticos, idealistas superficiales, promulgadores sádicos de la idea captada, hombres y mujeres egocéntricos e intolerantes, que tratan de imponer su interpretación de la idea de Dios, y visionarios restringidos y limitados. Tal ilusoria representación de la realidad y visionaria presentación de la idea, ha sido a la vez el orgullo y la maldición del mundo. Éste es uno de los factores que ha conducido a nuestro mundo moderno a la penosa situación en que se encuentra y, debido al abuso de esta facultad divina de hacer contacto con la idea y trasformarla en un ideal, el mundo actualmente está sufriendo, quizás inevitablemente. La imposición de estas ideas, interpretadas humana y mentalmente en forma de ideologías limitadas, ha tenido un lamentable efecto en los hombres, quienes deben aprender [e105] a penetrar y llegar hasta la verdadera idea que se halla detrás de su ideal e interpretarla con exactitud a la luz de su alma, empleando además esos métodos que han sido garantizados y sancionados por el AMOR. Por ejemplo, y es necesario remarcarlo, no es una ilusión la idea expresada en la afirmación de que "todos los hombres son iguales", habiendo sido adoptada por las personas de inclinación democrática. En realidad constituye una afirmación real, pero cuando no se tienen en cuenta las ideas igualmente importantes de la evolución, atributos raciales y características nacionales y religiosas, entonces la idea básica se aplica en forma limitada. De allí los sistemas ideológicos impuestos en nuestra época moderna y contemporánea y el rápido desarrollo de las ilusiones ideológicas que están, no obstante, basadas en una idea verdadera ‑todas y cada una sin excepción. Tampoco es una ilusión que el desarrollo de la conciencia crística constituye la meta de la familia humana, pero cuando ello es interpretado en términos de religión autoritaria, por quienes aún no han desarrollado la conciencia crística, se convierte sencillamente en un hermoso concepto y con frecuencia en un incentivo sádico, penetrando inmediatamente en el reino de la ilusión. 

[i133] Cito estas dos ilustraciones entre muchas otras posibles, para que puedan comprender cómo se producen y desarrollan las ilusiones, debiendo disiparse oportunamente; de esta manera pueden obtener cierta norma comparativa por la cual captar el valor relativo de lo verdadero y lo falso, de lo inmediatamente temporario y de la básica eternidad de lo real. 

En consecuencia, será evidente que los niveles inferiores o concretos del plano mental hayan adquirido o acumulado ‑a través de las edades‑ un vasto número de ideas, formuladas como ideales, revestidas de materia mental, nutridas por la vitalidad de aquéllos que han reconocido la parte de verdad contenida en la idea que son capaces de expresar y que han puesto sobre estos ideales el énfasis de su facultad de crear formas mentales y su atención dirigida, lo cual implica necesariamente la energetización del limitado ideal formulado, pues ‑como ya saben‑ la energía sigue al pensamiento. 

Estas formas mentales se convierten en objetivos hacia los cuales tiende la realidad subjetiva, el hombre, y con los cuales se identifica durante prolongados períodos de tiempo; en ellos se proyecta a sí mismo, vitalizándolos de esta manera y otorgándoles vida y persistencia. Llegan a ser parte de él; condicionan sus reacciones y actividades; nutren su naturaleza de deseos y asumen, en consecuencia, indebida importancia, creando una barrera (de densidad [e106] variable, de acuerdo al grado de identificación) entre el hombre en encarnación y la realidad que es su verdadero Ser. 

No es necesario especificar aquí cualquiera de estas predominantes formas mentales y aspectos de la ilusión intelectual y mental. No quisiera que en ningún momento crean que la idea corporificada, que llamamos ideal, es en sí una ilusión. Sólo llega a serlo cuando se la considera como un fin en si misma en vez de ser lo que esencialmente es, un medio para un fin. Un ideal, correctamente comprendido y utilizado, provee una ayuda [i134] momentánea para la consecución de una realidad inmediata e inminente, la meta del hombre o de la raza en determinada época. La idea que tiene ante sí la raza es el restablecimiento (en una vuelta más alta de la espiral) de esa relación espiritual que caracterizó a la raza en su estado infantil, en su primitiva condición. Entonces, bajo la sabia guía y la actitud paternal de la Jerarquía y de los sacerdotes‑iniciados de la época, los hombres conocieron que pertenecían a una familia -una familia de hermanos- y esto lo supieron por medio del sentimiento y de la percepción sensoria desarrollada. Hoy día, bajo el nombre de Hermandad la misma idea está buscando su forma mental y el establecimiento de una renovada relación espiritual (la idea), mediante el entrenamiento de correctas relaciones humanas (el ideal). Tal es la meta inmediata de la humanidad. 

Este resultado se producirá inevitablemente a través del ciclo de necesidad que estamos pasando, y la idea vagamente percibida, impondrá ‑como consecuencia de una extrema necesidad‑ su ritmo sobre la raza, acelerando así la comprensión del verdadero Ser en todos los hombres. Si se realiza un estudio detallado del fundamento básico de todas las ideologías sin excepción, se descubrirá que la idea de relación integral (a menudo distorsionada en su presentación y oculta a través de métodos erróneos), de objetivos espirituales y de definida y positiva actividad fraterna, subyace detrás de toda forma externa. He presentado esta situación común como una ilustración de la idea al tomar forma de ideal y lamentablemente se convierte, con frecuencia, en el ídolo y en la meta sobreestimada y fanáticamente mal interpretada de las masas, guiadas por algún destacado idealista. Un ideal es la expresión temporaria de una idea básica; no está destinada a perdurar, sino a servir una necesidad e indicar el camino para salir del pasado y entrar en un futuro más adecuado. Los ideales actuales, expresándose a través de las actuales ideologías, servirán su [i135] propósito y oportunamente desaparecerán, de la misma manera que todo ha desaparecido en la historia de la raza, cediendo su lugar oportunamente a una relación espiritual reconocida, a mancomunada [e107] subjetividad, Como también a una definida y expresada hermandad, las cuales producirán, una vez bien desarrolladas y comprendidas, una especie de control y guía y una forma de gobierno que los pensadores avanzados de esta época ni siquiera pueden concebir. 

Cuando los ideales, los conceptos y las formas mentales formuladas dominan la mente de un individuo, una raza o a la humanidad en general, excluyendo toda perspectiva o visión y ocluyendo lo real, entonces constituyen una ilusión, mientras controlan la mente y el método de vida. Impiden el libre juego de la intuición, con su poder para revelar el futuro inmediato; frecuentemente excluyen en su expresión el principio básico del sistema solar, el Amor, debido al control que ejerce algún principio temporario y secundario; de esta manera pueden constituir una "oscura y amenazante nube" que sirve para ocultar la "nube de cosas cognoscibles" (a la cual se refiere Patanjali en su Libro Último), esa nube de sabiduría que se cierne sobre el plano mental inferior y los estudiantes y aspirantes pueden penetrar y utilizar mediante el libre juego de la intuición. 

Consideremos ahora la intuición, el opuesto de la ilusión, recordando que la ilusión aprisiona al hombre en el plano mental y lo envuelve totalmente con formas mentales de creación humana, impidiéndole llegar a reinos superiores de conciencia o prestar ese servicio amoroso que debe ser rendido en los mundos inferiores donde se realiza y manifiesta el esfuerzo consciente. 

El punto principal que quiero tratar aquí es el de la intuición, la fuente o el dispensador de la revelación. Mediante la intuición se revela en el mundo la progresiva comprensión de los métodos de Dios, en bien de la humanidad; [i136] se capta correlativamente la trascendencia y la inmanencia de Dios, y el hombre puede así penetrar en ese conocimiento puro y razonamiento inspirado que le permitirá comprender no sólo los procesos de la naturaleza en su quíntuple expresión divina, sino también las causas que subyacen en los mismos, comprobándose que son efectos y no acontecimientos iniciáticos; mediante la intuición el hombre llega a experimentar el Reino de Dios y a descubrir la naturaleza, los tipos de vida, los fenómenos y las características de los Hijos de Dios, cuando vienen a la manifestación. La intuición le hace conocer algunos de los planes y propósitos que se desarrollan a través de los mundos creados y manifestados y le muestra de qué manera él y el resto de la humanidad pueden colaborar y apresurar el propósito divino, haciéndole también conocer progresivamente las leyes de la vida espiritual, leyes que rigen a Dios Mismo, condicionan a Shamballa y guían a la Jerarquía, a medida que es capaz de valorarlas y trabajar con ellas. 

[e108] Cuatro son los tipos de personas propensas a la revelación mediante el despertar de la intuición: 

1.  Los que pertenecen a la línea de los salvadores mundiales. Hacen contacto con el plan divino y lo perciben, y están comprometidos a servir y a trabajar para la salvación de la humanidad. Poseen distintos y variados grados de comprensión, que van desde el hombre que trata de revelar la divinidad de su propia vida a su pequeño círculo inmediato (por los cambios y efectos producidos en su vida personal), hasta esos grandes Intuitivos y Salvadores mundiales, tales como Cristo. Probablemente el primer caso es motivado por una crisis intuitiva que ha reconstruido al hombre totalmente, proporcionándole un nuevo sentido de valores: el último puede, a voluntad, ascender hasta el mundo de la percepción y de los valores [i137] intuitivos y comprobar allí la voluntad de Dios y la amplia visión del Plan. Estos grandes Representantes de la Deidad disponen de la libertad que otorgan la Ciudad Sagrada (Shamballa) y la Nueva Jerusalén (la Jerarquía). De allí que sean excepcionales debido a sus contactos, y que hasta ahora hayan existido relativamente muy pocos.

2.  Los que pertenecen a la línea de los profetas. Establecen contacto con el Plan en elevados momentos intuitivos y saben lo que contiene el futuro inmediato. No me refiero aquí a los profetas hebreos, tan familiares para Occidente, sino a todos aquellos que perciben con claridad lo que debe hacerse para llevar a la humanidad de la oscuridad a la luz, teniendo por base, la situación tal como existe y mirando hacia un futuro de divina consumación. Poseen una clara imagen mental de lo que es posible realizar, y el poder para señalarlo a los pueblos de su época. Necesariamente incluye a quienes tienen una visión relativamente clara del cuadro y objetivos cósmicos y a quienes simplemente ven el próximo paso que ha de dar la raza o la nación. Isaías y Ezequiel fueron los únicos profetas hebreos que tuvieron una profética y verdadera visión cósmica. Los otros eran pequeños hombres inteligentes que, por el análisis y la deducción, determinaron el futuro inmediato e indicaron las posibilidades inmediatas, pero no tuvieron una intuición reveladora directa. En el Nuevo Testamento, Juan, el discípulo amado, tuvo el privilegio de percibir un cuadro cósmico y una verdadera visión profética, que personificó en el Apocalipsis, siendo el único que logró esto, y lo hizo debido a su amor profundo, sabio e incluyente. Su intuición fue enfocada a través de la profundidad e intensidad de su amor ‑como sucedió con su Maestro, el Cristo. 

[e109] 3.  Los verdaderos sacerdotes. Son sacerdotes por vocación espiritual y no por elección. La errónea interpretación de las atribuciones y deberes de un sacerdote ha conducido a la Iglesia, en Oriente y en Occidente, a su desastrosa [i138] posición autoritaria. La mayor parte del clero de las religiones de todo el mundo carece de ese amor a Dios y del verdadero incentivo espiritual que reconoce a Dios inmanente en toda la naturaleza y expresa singularmente dicha divinidad en el hombre. No los guía el amor, ni los orienta ni les sirve de intérprete. De aquí el dogmatismo de los teólogos, su ridícula y profunda convicción de que su interpretación es correcta, su frecuente crueldad, embozada en su enunciación de correctos principios y buenas intenciones, aunque también existe el verdadero sacerdote en todas las religiones. Es amigo y hermano de todos; debido a su profundo amor posee sabiduría; despierta su intuición (si es de tipo mental y posee entrenamiento mental), siendo la revelación su recompensa. Reflexionen sobre esto. Los verdaderos sacerdotes no abundan ni se encuentran sólo en las denominadas "órdenes sagradas". 

4.  Los místicos u ocultistas prácticos. Éstos, en virtud de una vida disciplinada, una ardiente aspiración y un intelecto entrenado, han podido evocar la intuición y, por lo tanto, están personalmente en contacto con la verdadera fuente de la divina sabiduría. Su función consiste en interpretarla y formularla en sistemas transitorios de conocimiento. Existen muchos de ellos, trabajan pacientemente hoy en el mundo y no son conocidos ni buscados por los irreflexivos. Deben "congregarse" en esta hora de necesidad mundial y hacer que su voz sea escuchada con claridad. Dichas personas están convirtiendo el sentido de dualidad en una unidad conocida; su preocupación por la realidad y su hondo amor hacia la humanidad les ha despertado la intuición. Cuando tiene lugar este despertar, desaparecen las barreras, y el verdadero conocimiento, como resultado de la sabiduría revelada, constituye la ofrenda de tales personas a su raza y a su época. 

Estos cuatro grupos se ocupan de reemplazar la ilusión por la intuición, lo cual constituye la resolución inicial de los pares de opuestos, porque no existe tal resolución sin la ayuda del intelecto, pues el intelecto ‑por medio del análisis, la discriminación [i139] y el correcto razonamiento- indica lo que debe hacerse.

 

b.  Contraste entre Espejismo e Iluminación. 

Uno de los símbolos más apropiados, mediante el cual podemos vislumbrar la naturaleza del espejismo, es imaginarnos el plano astral en tres de sus niveles (segundo, tercero y cuarto, contando [e110] de arriba abajo), como un país cubierto por una densa bruma de diversas densidades. La luz del hombre común, similar a la de los faros de un automóvil, que poseen su propio reflector, sirve sólo para intensificar el problema y no penetra las nieblas ni las brumas. Simplemente las pone de relieve, de manera que su densidad y sus efectos desalentadores llegan a ser más evidentes. Revela la condición de la bruma y nada más. Lo mismo ocurre en el plano astral en relación con el espejismo; la luz autoinducida y autogenerada que está en el hombre, no puede penetrar ni disipar las brumosas penumbras ni las condiciones miasmáticas. La única luz que puede disipar las brumas del espejismo y evitar sus malos efectos en la vida, es la del alma, que como haz de luz pura y disipadora, posee la curiosa y singular cualidad de revelar, disipar e inmediatamente iluminar. La revelación concedida, diferente a la de la intuición, revela aquello que el espejismo vela y oculta, siendo una revelación peculiar del plano astral condicionada por sus leyes. Esta particular utilización de la luz del alma adopta la forma de una concentración de luz (emanando del alma, vía la mente) enfocada sobre el espejismo particular o específico, general y mundial; así se revela la naturaleza del espejismo, se descubre su cualidad y fundamento y se pone fin a su poder mediante un constante y prolongado período de concentración, dedicado a disipar dicha condición. 

[i140] En la tercera parte de este libro consideraremos detalladamente la técnica para emplear la luz científicamente; por lo tanto, no elaboraré el tema ahora. Únicamente me ocuparé de aquello que les permitirá, como grupo, iniciar su tan esperada tarea para resolver el problema de disipar el actual espejismo mundial ‑al menos en algunos de sus aspectos. No definiré aquí el espejismo ni daré ejemplos de su actividad, como lo hice con la ilusión y su opuesta analogía, la intuición, puesto que ya he abarcado el tema con bastante amplitud en la primera parte, la cual sólo tienen que leer y consultar respecto a lo que voy a impartirles ahora. 

Sin embargo, definiré brevemente lo que significa iluminación, pidiéndoles que tengan en cuenta que aquí no estamos tratando con la iluminación que revela la realidad o la naturaleza del alma, o que esclarece la visión que tienen ustedes del reino del alma, sino la iluminación que arroja el alma al mundo del plano astral. Esto implica el uso consciente de la luz y su empleo, primero, como faro que escudriña el horizonte astral, localizando el espejismo, causa de las dificultades, y segundo, como enfocada distribución de luz, dirigida intencionalmente a esa zona del plano astral en que se ha determinado realizar un esfuerzo para disipar la bruma y niebla concentradas allí. 

[e111] En consecuencia existen ciertas premisas básicas que podrían exponerse de la manera siguiente: 

1.      La cualidad y la principal característica del alma es luz. Por lo tanto, si el discípulo y el trabajador han de emplear esa luz y expresar esa cualidad, ante todo deben establecer y reconocer el contacto con el alma, a través de la meditación. 

2.      La cualidad del plano astral -su principal característica- [i141] es el espejismo. Es el campo donde debe librarse la gran batalla de los pares de opuestos, siendo la expresión de antiguos deseos ilusorios, engañosos y falsos por un lado, y por otro un elevado anhelo espiritual por aquello que es real y verdadero. Debe recordarse que el deseo astral, la emotividad errónea y egoísta, la reacción astral a las realidades de la vida diaria, no son naturales del alma y constituyen oportunamente una condición que sirve para velar totalmente la verdadera naturaleza del hombre espiritual. 

3.      Debe entonces establecerse una relación entre el alma y el plano astral, vía el cuerpo astral del discípulo. Éste debe considerar al cuerpo astral como el mecanismo que responde al mundo de las emociones y como el único instrumento por el cual su alma puede hacer contacto con ese nivel de expresión ‑temporario o breve, según el caso. El discípulo tiene, por lo tanto, que establecer contacto con el alma y hacerlo conscientemente y con el necesario énfasis, para poder llevar la luz del alma a su propio cuerpo astral y allí aprender a enfocarla en el centro llamado plexo solar y, desde ese punto de realización, trabajar en el plano astral en la ardua tarea de disipar el espejismo. 

4.      Cuando se ha establecido esta línea de contacto, y el alma, el cuerpo astral y el plano astral están  íntimamente relacionados, el discípulo debe llevar la luz enfocada en el plexo solar (donde ha sido localizada momentáneamente) al centro cardíaco, debiendo mantenerla constantemente allí y trabajar consistente y perseverantemente desde ese centro superior. Podría aquí repetir una antigua instrucción para discípulos, extraída de los Archivos de la Jerarquía, que se refiere a este proceso específico. Les daré una breve e inadecuada paráfrasis de esta antigua expresión simbólica:  [i142] 

"El discípulo permanece, y de espaldas a la bruma ilusoria mira hacia el Oriente, desde donde debe fluir la luz. Dentro de su corazón acopia toda la luz disponible y, desde ese punto de poder entre los omóplatos, la luz brilla". 

5.      [e112] El discípulo debe evitar toda sensación de tensión o tirantez y aprender a trabajar con fe pura y amor. Cuanto menos sienta y se preocupe por sus propios sentimientos o sensación de realización o no‑realización, habrá mayor probabilidad de que el trabajo prosiga con eficacia y el espejismo sea lentamente disipado. En esta tarea no hay prisa. Lo muy antiguo no puede ser disipado inmediatamente, no importa cuán buena sea la intención y la exactitud con que se capte la técnica necesaria. 

Como habrán podido observar, existen elementos peligrosos en este trabajo; a no ser que los miembros del grupo estén alerta y cultiven el hábito de vigilar cuidadosamente, pueden sufrir el sobreestímulo del plexo solar, hasta haber dominado el proceso de transferir rápidamente la luz del alma y la innata luz del cuerpo astral, enfocadas ambas en el plexo solar, al centro cardíaco, entre los omóplatos. Por lo tanto, les advertiré a cada uno y a todos, que vayan con mucho cuidado y si sufren algún trastorno en el plexo solar o se produce una acrecentada inestabilidad emocional, no deben preocuparse indebidamente. Les pido que consideren el fenómeno de perturbación, simplemente como una dificultad momentánea, incidental al servicio que están tratando de prestar. Si sólo le prestan esta inteligente atención, sin afectarse o perturbarse, no tendrán malos resultados.

[i143] Referente al trabajo grupal mencionado en estas líneas, continuarán con la meditación grupal como indiqué anteriormente, y --cuando hayan llegado a la tercera etapa de la meditación grupal- trabajarán juntos de la manera siguiente. D. en la N. E., p. 70, T. 1.

 

Tercera Etapa. 

    1. Habiéndose vinculado con los hermanos del grupo, luego se han de llevar a cabo las indicaciones dadas simbólicamente en el antiguo escrito que he parafraseado anteriormente. 

a.      Vincularse conscientemente con el alma y comprender que dicha vinculación es una Realidad. 

b.      Llevar la luz del alma, mediante el poder de la imaginación creadora, directamente  al cuerpo astral y desde allí al centro denominado plexo solar -la línea de menor resistencia. 

c.      Transferir la luz del alma y la innata luz del cuerpo astral desde el centro del plexo solar  al centro cardíaco, por un acto definido de la voluntad. 

     2.  Luego, imaginativamente, volver la espalda al mundo del [e113] espejismo, enfocando en el alma el ojo de la mente, cuya naturaleza es AMOR. 

3.  Entonces se ha dejar que transcurran algunos minutos a fin de estabilizarse para realizar el trabajo, y en forma definida y consciente enfocar en el centro cardíaco la luz disponible, proveniente de todas las fuentes. Imaginar a ese centro, entre los omóplatos, como un sol radiante. Podría señalar aquí que ese centro, en el individuo, es la analogía microcósmica del "Corazón del Sol" que está siempre dirigido por el "Sol central espiritual", localizado en la cabeza. Deben imaginarlo con toda claridad en la conciencia, pues implica la actividad dual, aunque sintética, de la cabeza y el corazón. 

[i144] 4. Después se ha de visualizar un haz amplio y brillante, de luz blanca y pura, que fluye del centro cardíaco, entre los omóplatos, y va hacia al espejismo ya localizado, que el grupo está tratando de disipar. Dónde está ubicada esta zona lo mencionaré, a continuación: 

5. Cuando inspirados por el deseo y la fuerza hayan definido esto con toda claridad en sus mentes y visualizado claramente el cuadro simbólico, entonces visualizarán el haz de luz individual fusionado con los haces que proyectan sus hermanos de grupo. De esta manera una gran afluencia de luz dirigida, proveniente de varios aspirantes entrenados (¿están ustedes entrenados?), afluirá a esa zona de espejismo que, supongo, están tratando de disipar. 

6. Realicen este trabajo durante cinco minutos con intensa concentración, luego procedan como se indicó en la cuarta etapa del delineamiento de la meditación. 

Al definir la iluminación como la antítesis del espejismo, es evidente que mis observaciones deben estar limitadas lógicamente a ciertos aspectos de la iluminación y solamente concernirán a esos modos de trabajar en forma dirigida y a esas presentaciones del problema que se referirán al empleo de la luz en el plano astral y, particularmente, en conexión con el trabajo que ustedes se han propuesto realizar. Existen muchas otras posibles definiciones, porque la luz del alma es como un inmenso faro, cuyos haces luminosos pueden ser dirigidos en muchas direcciones y enfocados en muchos niveles. Sin embargo, únicamente nos interesa aquí su uso especializado. 

La iluminación y la luz del conocimiento son considerados términos sinónimos; muchos espejismos deben ser disipados y dispersados cuando están sujetos a la potencia de la mente informativa, porque la mente es esencialmente el subyugador de la emoción, [e114] mediante la presentación de un hecho. El problema consiste en [i145] inducir al individuo, la raza o la nación, que actúa bajo la influencia del espejismo, a que invoque el poder mental de analizar la situación y someterla a un sereno y frío escrutinio. El espejismo y la emoción se intercambian mutuamente y la emotividad, por lo general, es tan intensa, en relación con el espejismo, que resulta imposible introducir la luz del conocimiento con facilidad y efectividad. 

La iluminación y la percepción de la verdad son también términos sinónimos, pero debe recordarse que la verdad, en este caso, no es la verdad existente en los planos abstractos cognoscibles ‑verdad que puede ser formulada y expresada en términos y fórmulas concretas. Cuando entra la luz de la verdad el espejismo desaparece automáticamente, aunque sea sólo durante un período breve. Aquí nuevamente surge una dificultad, porque a muy pocas personas les interesa enfrentar la verdad real, pues implica que han de abandonar oportunamente el tan apreciado espejismo, adquirir la capacidad de reconocer el error y admitir las equivocaciones, y esto no lo permitirá el falso orgullo de la mente. Puedo asegurarles que la humildad es uno de los factores más poderosos para liberar el poder iluminador de la mente, cuando refleja y trasmite la luz del alma. El enfrentar en forma determinada la vida real y reconocer decididamente la verdad -fría, serena y desapasionadamente- facilitará enormemente la evocación de la afluencia de luz que bastará para disipar el espejismo. 

Ya que estamos tratando el problema del espejismo y de la iluminación, podría ser de valor aquí ocuparnos de un determinado espejismo, y pediría al grupo que ayude a disiparlo. Me refiero al espejismo de la separatividad. El trabajo a realizar en esta línea tendrá implicaciones muy prácticas y saludables, porque ninguno de ustedes (como lo descubrirán) será capaz de trabajar eficazmente en este asunto si tiene cualquier sensación de separatividad; esta reacción separatista puede expresarse como odio, antipatía activa o crítica verbal [i146] -y quizás en algunos casos, como las tres. Existen fuerzas que personalmente pueden ser consideradas como separatistas o causa de separación. Quiero recordarles que los muy apreciados puntos de vista y las muy queridas creencias de aquéllos contra quienes ustedes mentalmente se oponen (a menudo bajo el disfraz de una firme adhesión a lo que consideran como correctos principios) son para ellos correctos y a su vez creen que los puntos de vista de ustedes son erróneos y los consideran como separatistas en sus efectos y base de las dificultades. En su posición, son tan sinceros como ustedes y están tan ansiosos de lograr la actitud correcta también como ustedes. Esto con frecuencia [e115] se olvida y quiero recordárselos. Podría también ilustrar este punto señalándoles que el odio o (si les parece muy fuerte la palabra odio) la antipatía que algunos de ustedes puedan sentir por las actividades que desarrolla el gobierno alemán y por lo que se ha hecho contra el pueblo judío podría, con igual justificativo, volcarse contra los mismos judíos. Éstos han sido siempre separatistas y se han considerado como "los elegidos del Señor" y nunca se han asimilado a ninguna nación. Lo mismo puede decirse de los alemanes, pues evocan en otras personas la misma reacción que ellos sienten contra los judíos, aunque no los persigan físicamente. Ninguna de esas actitudes, como bien saben, se justifica desde el ángulo del alma; ambas son erróneas, y éste es un punto de vista que el judío y el antijudío deben comprender oportunamente y, por medio de la comprensión, darle fin. 

Menciono esto porque voy a pedirles que se ocupen de este antiguo y mundial espejismo -el espejismo del odio contra el judío. Entre los miembros de este grupo existen aquéllos que, por lo menos en pensamiento, son violentamente antialemanes, y otros, definida, aunque inteligentemente, antijudíos. Les pediría a aquellos que cultivan estas tendencias que reconozcan el problema que los enfrenta. [i147] Es tan antiguo y se halla tan profundamente arraigado en la conciencia de la raza, que es mucho más grande de lo que el individuo puede visualizar; en consecuencia, el punto de vista individual es tan limitado, que la utilidad constructiva se perjudica grandemente. Después de todo, el punto de vista del "perseguido" no es necesariamente el único ni tampoco el correcto. Los alemanes y los judíos merecen nuestro amor impersonal, especialmente porque ambos son culpables (si es que cabe el término) de cometer las mismas faltas y errores básicos. El alemán es poderosamente consciente de la raza, igual que el judío. El alemán es separatista en su actitud hacia el mundo y también lo es el judío. El alemán insiste hoy en la pureza racial, cosa que el judío ha insistido durante siglos. Un pequeño grupo de alemanes son anticristianos, igualmente lo son un pequeño número de judíos. Podría continuar acumulando semejanzas, pero las mencionadas bastarán. Por lo tanto, la antipatía que ustedes sienten por un grupo, no tiene mayor justificativo que el negarse a reconocer y justificar las actividades y actitudes de los otros. Lo semejante con frecuencia rechaza y se aparta de lo semejante, y los alemanes y los judíos son curiosamente semejantes. Así como innumerables ingleses y la mayor parte de los británicos son romanos que han reencarnado, también muchos alemanes son judíos que han reencarnado. De allí la similitud de sus puntos de vista. Ésta es una querella familiar, y nada hay más terrible que esto.

[e116] Les voy a pedir que en su meditación grupal incluyan a los alemanes y a los judíos y envíen el amor grupal a esa separación que existe en la familia humana entre hermanos. Por lo tanto traten, antes de iniciar la meditación, de liberarse emocional y mentalmente de todo antagonismo y odio latente, cualquier idea preconcebida de lo correcto o incorrecto, para que puedan simplemente apoyarse en el amor de sus almas, recordando que [i148] los judíos y los alemanes son almas como ustedes y de idéntico origen y con objetivos y experiencias vitales. 

Cuando difundan la corriente de luz blanca y pura (como les indiqué en la tercera etapa), procuren que afluya a través de ustedes, con pureza y claridad, como una sola corriente. Luego traten de bisectarla en partes o porciones iguales ‑una corriente de luz y amor viviente dirigida a los judíos y la otra a los alemanes. Lo que tendrá valor es la cualidad del amor y no la exactitud del análisis ni la perfección de la técnica. 

c.  Contraste entre Maya e Inspiración. 

Entramos aquí definitivamente en el ámbito de la sustancia material, siendo esencialmente y en forma particular, el reino de la fuerza. Maya es predominantemente, para el individuo, el conjunto de fuerzas que controlan sus septenarios centros de fuerza, excluyendo, debo recalcarlo, la energía controladora del alma. Observarán por lo tanto, que toda la humanidad, hasta que el hombre llega al Sendero de Probación, se halla controlada por maya, porque un hombre sucumbe a maya cuando es controlado por cualquier fuerza o fuerzas, no por energías que provienen directamente del alma, que condicionan y controlan a las fuerzas menores de la personalidad, como oportuna e inevitablemente deben hacerlo y lo harán. 

Cuando un hombre está controlado por las fuerzas físicas, astrales y mentales, está convencido de que tales fuerzas para él son correctas. Aquí reside el problema de maya. Sin embargo, cuando dichas fuerzas controlan al hombre, se manifiestan como actitud separatista y producen un efecto que nutre y estimula la personalidad y no permite penetrar la energía del alma, la verdadera individualidad. Este análisis deberá ser iluminador para ustedes. Si hombres y [i149] mujeres permitieran que el verdadero hombre interno o espiritual analice sus vidas más concienzudamente, podrían determinar qué combinación de energía condiciona la actividad de sus vidas y no continuarían actuando -como hasta ahora- tan ciega, inadecuada e ineficazmente. 

Por esta razón tienen tanto valor e importancia el estudio y la comprensión de los móviles, pues tal estudio determina intelectualmente [e117] (si es investigado con propiedad) qué factor o factores inspiran la vida diaria. Esta afirmación es digna de una cuidadosa consideración. Les preguntaría: ¿Cuál es el principal móvil que los hace actuar? Cualquiera que sea, condiciona y determina la tendencia predominante en su vida. 

A muchas personas, particularmente la masa ignorante, sólo les inspira el deseo --material, físico y momentáneo. El deseo animal por satisfacer los apetitos animales; el deseo material por los bienes y las comodidades de la vida material; el deseo de obtener "cosas", comodidades y seguridad ‑económica, social y religiosa- controla a la mayoría. El hombre se halla influido por la forma más densa de maya, estando las fuerzas de su naturaleza concentradas en el centro sacro. Otros están impulsados por cierta forma de aspiración o ambición ‑aspiración por algún paraíso material (la mayoría de las religiones pintan al cielo de esta manera), ambición de poder, deseo de satisfacer los apetitos emocionales o estéticos y poseer realidades más sutiles, tranquilidad emocional, equilibrio mental y seguridad de que los deseos superiores serán cumplidos. Todo esto es maya en su forma emotiva, y no es lo mismo que espejismo. En el caso del espejismo, las fuerzas de la naturaleza del hombre están asentadas en el plexo solar; en el caso de maya, están asentadas en el centro sacro. El espejismo es sutil y emocional. Maya es tangible y etérico. 

[i150] Las fuerzas de maya actúan, motivan y energetizan la vida del hombre común. Se halla indefenso bajo su influencia porque le inspiran todo su pensamiento, aspiración y deseo y todas sus actividades en el plano físico. Su problema es doble: 

1.      Permitir que todos sus centros sean inspirados por el alma.  

2.      Trasmutar las fuerzas de los centros inferiores que controlan la personalidad, en las energías de los centros situados encima del diafragma, las cuales responden automáticamente a la inspiración del alma.              

Este pensamiento explica en qué consiste el poder y el valor simbólico de los ejercicios de respiración, cuya finalidad es lograr que el alma controle, aunque los métodos empleados son, en la mayoría de los casos, definidamente indeseables; sin embargo el desarrollo incipiente de la vida mental, inevitablemente determinará y condicionará. Los métodos empleados, quizás no resguarden de ciertos males y resultados desastrosos, al indefenso cuerpo físico; sin embargo, a la larga y en último análisis, podrán condicionar la experiencia futura (probablemente en otra vida) en tal forma, que el aspirante estará más capacitado para actuar como alma, que quizás de otra manera no lo hubiese hecho. 

[e118] Al finalizar con esta particular instrucción sobre el espejismo, quisiera llamar la atención del grupo, sobre las frases esotéricas que di a D. L. R. antes de que abandonara el grupo. Están relacionadas definidamente con el trabajo grupal y quisiera que las estudiaran y consideraran cuidadosamente. El Antiguo Comentario, al referirse a aquéllos cuyo dharma consiste en disipar el espejismo del mundo, utiliza las siguientes frases iluminadoras: 

       "Llegan y permanecen. Permanecen en medio de formas que giran ‑unas de rara belleza y otras de [i151] horror y desesperación‑, no miran aquí o allá, sino que permanecen con sus rostros hacia la luz. Así, a través de sus mentes, fluye la pura luz que disipa las brumas.

       "Llegan y descansan. Cesa su tarea externa, haciendo una pausa para realizar un trabajo diferente. En sus corazones hay sosiego. No corren de un lado a otro, sino que constituyen un punto de paz y reposo. Aquello que en la superficie vela y oculta lo real empieza a desaparecer, y desde el corazón en reposo se proyecta un haz de fuerza disipadora, que se mezcla con la luz brillante, entonces las brumas creadas por el hombre desaparecen.

       "Llegan y observan. Poseen el ojo de la visión y también el poder de dirigir correctamente la fuerza necesaria. Ven el espejismo del mundo, y al verlo, perciben detrás de él la verdad, la belleza y la realidad. Así, a través del ojo de budi, llega el poder de disipar los velos y los ondulantes espejismos de ese mundo ilusorio.

"Permanecen, descansan y observan. Ésa es su vida y tal el servicio que rinden a las almas de los hombres." 

Les recomiendo que reflexionen cuidadosamente sobre estas líneas.  No sólo les dirán cuál es su campo de servicio grupal sino también la actitud deseable a seguir en la vida personal de cada miembro del grupo. 

Quisiera también, en este punto, tratar ligeramente un factor de real importancia en este trabajo y repetir mi advertencia anterior. Recuerden que es particularmente esencial para este grupo, realizar el esfuerzo para liberarse de la irritabilidad, o de aquello que en el libro Agni Yoga se le denomina "peligrosidad" (palabra muy peculiar pero satisfactoria). La irritabilidad prevalece excesivamente en estos días de tensión nerviosa y pone [i152] en peligro el progreso, retardando los pasos del discípulo que recorre el Camino. Puede producir una peligrosa tensión grupal si está presente en alguno de ustedes; esta inducida tensión grupal puede interferir en el libre juego del poder y la luz, y se supone que ustedes [e119] han de utilizar, aunque los otros miembros del grupo sean inconscientes de la fuente de emanación. La irritabilidad genera, de manera definida, un veneno que se localiza en la región del estómago y del plexo solar; es una enfermedad, si puedo usar esta palabra, del centro llamado plexo solar y, en forma alarmante, es muy contagiosa. Por lo tanto vigilen cuidadosamente y recuerden que de acuerdo a como puedan vivir centrados en la cabeza y en el corazón, terminarán con la enfermedad de la "peligrosidad" y ayudarán a transferir las fuerzas del plexo solar al centro cardíaco. 

d.  Contraste entre el Morador y su opuesto, el Ángel de la Presencia. 

El tema del Morador y su relación con el Ángel (forma simbólica de tratar una gran relación y posibilidad y un gran hecho de la manifestación) recién ahora es posible considerarlo. Sólo cuando el hombre se convierte en una personalidad integrada, surge verdaderamente el problema del Morador, y únicamente cuando la mente está alerta y la inteligencia organizada (como sucede hoy en gran proporción) le es posible al hombre percibir en forma inteligente y no místicamente, al Ángel, y así intuir la PRESENCIA. Sólo entonces asume enormes proporciones el asunto referente a los obstáculos que personifica el Morador y las barreras que impiden el contacto espiritual y la realización. Pueden ser considerados benéficamente y darse los pasos para inducir la acción correcta; únicamente cuando se haya producido una fusión adecuada en la humanidad, [i153] aparecerá el Gran Morador en el Umbral humano como una entidad integrada, apareciendo el Morador en sentido nacional o racial, esparciendo y vitalizando el espejismo nacional, racial y planetario, fomentando y nutriendo los espejismos individuales y evidenciando inconfundiblemente el problema. Sólo entonces la relación entre el alma de la humanidad y las fuerzas que ha generado su antigua y potente personalidad, puede asumir proporciones que exigen una actividad drástica y colaboración inteligente. 

Ha llegado ya ese momento, y en los dos libros, Los Problemas de la Humanidad y La Reaparición de Cristo y también en los Mensajes de Wesak y de la Luna llena de junio, he tratado esta actual y urgente situación, que constituye en sí la garantía del progreso humano hacia su meta destinada, así como también la comprobación de los principales obstáculos para alcanzar la realización espiritual. Lo que ahora vamos a considerar es de primordial importancia para quienes se están entrenando para la iniciación. Dije "entrenándose", no que recibirían la iniciación en esta vida. No sé si lo lograrán; el asunto y el destino proyectado por sus [e120] propias almas están en sus manos. El problema esencial de ustedes es aprender a manejar al Morador en el Umbral, y asegurarse cuáles son los procesos y procedimientos que pueden llevar a cabo la importante actividad para obtener la fusión. Al producirse esta fusión, el Morador "desaparece y ya no se lo ve, aunque todavía funcione en el plano externo como agente del Ángel; la luz absorbe al Morador, y en la oscuración ‑radiante pero magnética- esta antigua forma de vida desaparece, aunque conserva todavía su forma; descansa y trabaja, pero ya no es ella misma". Tales son las paradójicas afirmaciones contenidas en el Antiguo Comentario. 

Anteriormente he definido en términos muy simples la naturaleza del Morador, sin embargo, quisiera [i154] extenderme sobre uno o dos puntos y hacerles una o dos nuevas sugerencias las que -por razones de claridad y para una más rápida comprensión- clasificaremos de la manera siguiente: 

1.      El Morador en el Umbral es esencialmente la personalidad; unidad integrada, compuesta de fuerzas físicas, energía vital, fuerzas astrales y energías mentales, constituyendo la suma total de la naturaleza inferior. 

2.      El Morador adquiere forma cuando el hombre ha reorientado conscientemente su vida, impresionado por su alma; entonces toda la personalidad está teóricamente encaminada a alcanzar la libertad de servir. El problema consiste en convertir en experiencia la teoría y la aspiración. 

3.      Durante un tiempo muy prolongado, las fuerzas de la personalidad no constituyen el Morador. El hombre no está en el umbral de la divinidad ni tiene conocimiento consciente del Ángel, siendo sus fuerzas incoativas. Trabaja inconscientemente en su ámbito, y es aparentemente víctima de las circunstancias y de su propia naturaleza, sintiendo la tentación y el deseo por la actividad y la existencia en el plano físico. Sin embargo, cuando la vida del hombre está regida por la mente, el deseo o la ambición y, por lo menos en gran medida, es controlada por la influencia mental, el Morador empieza a adquirir forma como fuerza unificada. 

4.      Las etapas en que el Morador en el Umbral es reconocido, sometido a una disciplina de discriminación y finalmente controlado y dominado, son principalmente tres: 

a.      Cuando la personalidad domina y rige la vida, ambición y meta que constituye el esfuerzo    vital del hombre. Entonces el Morador controla. [e121] 

b.      Cuando se produce una creciente separación en la conciencia [i155] del discípulo. El Morador o personalidad, es entonces impulsado en dos direcciones: una, hacia la persecución de ambiciones y deseos personales en los tres mundos; otra, donde el Morador hace el esfuerzo ( observen esta expresión ) para permanecer en el umbral de la divinidad y ante el Portal de la Iniciación. 

c.      Cuando el Morador busca conscientemente la colaboración del alma y, aunque todavía constituye en sí esencialmente una barrera para el progreso espiritual, se halla cada vez más influido por el alma que por su naturaleza inferior. 

5.      Cuando se alcanza la etapa final (y muchos ya la están alcanzando) el discípulo lucha con mayor o menor éxito para mantener firme al Morador (aprendiendo a "mantener la mente firme en la luz", controlando así la naturaleza inferior). De esta manera, domina gradualmente la fluidez constantemente cambiante del Morador, se efectúa su orientación hacia la realidad, apartándose de la Gran Ilusión, y el Ángel y el Morador entran lentamente en íntima armonía. 

6.      En las primeras etapas del esfuerzo e intento por controlar sus efectos, el Morador es positivo y el Alma negativa, en los tres mundos del esfuerzo humano. Luego viene un período de oscilación, que conduce a una vida equilibrada, donde no predomina ningún aspecto; después se rompe el equilibrio y la personalidad se va haciendo paulatinamente negativa y la influencia del alma o psiquis, llega a ser predominante y positiva. 

7.      Las influencias astrológicas pueden afectar poderosamente estas situaciones y -hablando en general y dentro de ciertas limitaciones esotéricas- podría destacarse que: [i156] 

a.      Leo.....................................controla al Morador positivo.

 

b.      Géminis..............................controla los procesos de oscilación.

 

c.      Sagitario.............................controla al Morador negativo. 

Habría que añadir que los tres signos, Escorpio, Sagitario y Capricornio, conducen finalmente a la fusión del Morador con el Ángel. 

8.      El rayo del alma controla y condiciona la actividad del Ángel y el tipo de influencia que ejerce sobre el Morador. Afecta al karma, a las épocas y a las estaciones del año. [e122] 

9.      El rayo de la personalidad controla al Morador, en las primeras etapas, hasta el momento en que el rayo del alma comienza a producir un acrecentado efecto. Como ya saben, el rayo de la personalidad es una combinación de tres energías que producen la cuarta -el rayo de la personalidad-, mediante su interrelación, durante un largo período de tiempo. 

10. Por lo tanto, los cinco tipos de energía que he indicado como de primordial importancia en sus propias vidas, cuando les expliqué la naturaleza de los cinco rayos que los controlan, rigen también la relación entre el Morador y el Ángel, tanto en el individuo como en toda la humanidad. Estas cinco energías son en sí el rayo del cuerpo físico, el rayo astral, el rayo mental, el rayo de la personalidad y el rayo del alma. 

11. Los rayos que rigen y condicionan a la humanidad y al actual problema del mundo, son los siguientes: 

   a.  El rayo del Alma ...........2do......... la humanidad debe expresar amor. 

   b.  El rayo de la Personalidad...3ro..........           el desarrollo de la inteligencia, para trasmutarla en amor-sabiduría. 

   c.  El rayo de la Mente ..............5to......... realización científica. 

  d.  El rayo astral ................6to......... desarrollo idealista. 

   e. El rayo físico..........................7mo........organización y negocios. 

[i157] El rayo del alma controla durante todo un período de vida. Los rayos de la personalidad dados anteriormente, corresponden a la Era de Piscis que ya comienza a desaparecer, sin embargo han condicionado definida e irrevocablemente a la humanidad. 

Observarán también que no figura el primer Rayo de Voluntad o Poder, ni tampoco el cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto. Este cuarto rayo está siempre activo, porque controla en forma peculiar a la cuarta Jerarquía creadora y podría considerarse que constituye el rayo básico de la personalidad de la cuarta Jerarquía creadora. El dado anteriormente es un rayo transitorio y efímero de la personalidad, en una encarnación menor.

12.   En la era acuariana que está entrando rápidamente, el Morador presentará fuerzas de la personalidad  algo diferentes: 

  a.  Rayo de la Personalidad .....4to........ de efecto creador       

  b.  Rayo de la Mente ............... 5to......... básico y determinante.       

c.  Rayo astral..........................6to..........incentivos condicionadores.      

d.  Rayo físico..........................7mo........rayo entrante. [e123] 

13.   Cada gran ciclo zodiacal constituye una encarnación de la familia humana, y cada gran raza constituye un acontecimiento algo similar, esto último es sin embargo más importante en lo que respecta a la comprensión y conciencia humanas. La analogía corresponde a las pocas encarnaciones importantes de la vida del alma, en contraste con las numerosas e importantes encarnaciones que rápidamente se suceden. Entre las encarnaciones importantes tres se destacan: las razas Lemuria, Atlante y Aria. 

14.   Cada raza ha producido su propio tipo de Morador en el Umbral, que tuvo que enfrentar al finalizar el ciclo espiritual (no el físico, que continúa hasta cristalizarse), [i158]  cuando alcanzó la madurez y fue posible cierta iniciación para la humanidad evolucionada de cada raza. 

15.   Cuando una encarnación racial y un ciclo zodiacal se sincronizan (lo cual no siempre sucede) tiene lugar un significativo e importante enfoque de atención del Morador sobre el Ángel y viceversa. Esto es lo que ocurre en la actualidad al finalizar la era pisceana y también lo será cuando la raza Aria haya alcanzado la madurez y un desarrollo relativamente elevado. El discipulado es signo de madurez, y cuando se ha alcanzado ésta, se enfrenta al Morador. La raza Aria está preparada para el discipulado. 

16.   El desarrollo de la sensibilidad, en el individuo y en la raza, indica la inminencia del reconocimiento del Ángel desde ambos puntos de vista y lo inmediato de la oportunidad. Esta oportunidad nunca ha sido tan real como ahora para lograr una activa fusión. 

17.   Las líneas de demarcación entre las zonas reconocidas de influencia, entre el Morador y el Ángel, son hoy más evidentes que nunca en la historia de la raza. El hombre conoce la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto y sabe ya elegir el camino a seguir. En la crisis racial atlante (crisis humana total) cuya historia se halla perpetuada en El Bhagavad Gita, en el relato que hace de Arjuna ‑símbolo del discípulo de esa época y del discípulo mundial actual- cuando se hallaba totalmente desorientado, no es muy aplicable en esta época. Los discípulos del mundo y el discípulo mundial ven la situación actual con bastante claridad. ¿Triunfará la comodidad personal, o se sacrificará amorosa y comprensivamente al Morador, por el Ángel?  Éste es el mayor problema. 

[e124] [i159] Les pediría que realicen dos cosas: estudien las ideas anteriores a la luz de la presente crisis mundial y de su propio problema del alma y de la personalidad. 

La humanidad avanzada permanece, como el Morador, en el mismo umbral de la divinidad. El Angel se mantiene expectante ‑absorbido por la PRESENCIA, sin embargo está preparado para absorber al Morador. La conciencia de la humanidad ha llegado hasta las mismas fronteras del mundo de los valores espirituales y del Reino de la Luz y de Dios. El Angel ha "descendido a la tierra" esperando ser reconocido; Cristo fue precursor y símbolo de este acontecimiento cuando vino hace dos mil años. Esta situación concierne a todos los aspirantes avanzados y puede concernirle a ustedes. También implica a la humanidad como un todo y a la Jerarquía que se acerca. Desde un punto de vista más elevado y espiritual, la conciencia de la humanidad actúa hoy por medio de un grupo de servidores, aspirantes y discípulos mundiales que aumenta constantemente, y sus miembros forman legión. 

La humanidad de hoy constituye el Morador, en tanto que la Jerarquía de almas es el Angel, y detrás de Él se halla la PRESENCIA de la Deidad Misma, intuida por la Jerarquía y tenuemente percibida por la humanidad, proporcionando así esa triple síntesis que constituye la divina manifestación en la forma. 

Los tres producen poderosas emanaciones (aunque la emanación de la PRESENCIA, a través de Shamballa, ha sido inteligentemente restringida desde que la raza humana vino a la existencia). Los tres poseen auras, si quieren denominarlas así, y hoy, en los tres mundos, la del Morador es todavía la más poderosa, así como en la vida del aspirante su personalidad constituye el factor que predomina y predispone. Esta poderosa emanación humana constituye el principal espejismo en la vida de la humanidad y del discípulo individual. Es una síntesis de espejismo, fusionado y mezclado por el rayo de la personalidad, pero precipitado por efecto de la creciente influencia del rayo del alma. Es [i160] la sombra o distorsión de la realidad, percibida ahora por primera vez, en amplia escala, por la raza humana y puesta de relieve mediante la luz que brilla en el Angel, el que trasmite energía desde la PRESENCIA.    

      Así permanecen, la Humanidad y la Jerarquía. Así permanecen ustedes, personalidad y alma, libres para marchar y penetrar en la luz o permanecer pasivos, si así lo determinan, sin aprender nada ni ir a ninguna parte; también son libres para volver a identificarse con el Morador, rechazando la influencia del Angel y la inminente oportunidad y postergando -hasta un ciclo muy posterior- su determinante elección. Esto es verdad tanto para ustedes [e125] como para toda la Humanidad. ¿Dominará la actual situación la personalidad materialista de tercer rayo de la humanidad, o su alma amorosa llegará a ser el factor más poderoso, manejando a la personalidad y sus pequeños asuntos, conduciéndola a una correcta discriminación y al reconocimiento de los verdaderos valores, para introducir así la era en que controlará el alma o la Jerarquía? El tiempo lo dirá. 

      Por ahora no impartiré nada más. Ansío que todos aprendan estas pocas afirmaciones esenciales, antes de abordar la tercera parte. También quisiera que las instrucciones grupales generales, recibidas últimamente, ocupen la mayor parte de su tiempo, interés y atención. Lo que se necesita urgentemente, y sobre lo cual quisiera que trabajen, es lograr los ajustes grupales internos y establecer más firmemente las relaciones grupales. Además quisiera recordarles que ‑así como en todo lo manifestado‑ existe una personalidad y un alma grupales, deben aprender a distinguir claramente entre ambas y poner todo el peso de su influencia, deseo y presión, a favor del Ángel grupal. De esta manera podría acontecer ese maravilloso reconocimiento para el cual la iniciación prepara al aspirante ‑la revelación de la PRESENCIA.


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