Astrología Esotérica - Capítulo 6
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CAPITULO VI
LAS TRES CRUCES
[e411] [i553] NO podré tratar detalladamente el tema de las tres Cruces zodiacales -las Cruces Mutable, Fija y Cardinal- porque conciernen a las totalidades o a la síntesis de la manifestación y a la experiencia unificada de una entidad encarnante, sea Dios o el hombre. Por lo tanto, sólo pueden comprenderlo quienes poseen conciencia incluyente, es decir, percepción iniciática. Sin embargo, pueden hacerse algunos comentarios generales.
Las tres cruces son, como bien saben:
1. La Cruz del Cristo Oculto.
Hablando en forma general, la Cruz Mutable rige por lo tanto a la forma o naturaleza corpórea; controla todo el ciclo de vida del alma individual a través de las etapas de las experiencias inferiores de la humanidad, etapas estrictamente humanas, y los procesos integrantes del desarrollo de la personalidad, hasta que el hombre se trasforma en una persona alineada, reorientándose lentamente hacia una visión superior, una captación horizontal y vertical más amplia de la realidad, y convirtiéndose en aspirante. Esta Cruz rige a la triplicidad inferior en manifestación y a los tres mundos de la evolución humana. La Cruz Fija rige al alma, que ahora es consciente dentro de la forma humana y en los tres mundos, pero controla todo lo denominado los cinco mundos de la realización humana -los tres niveles de actividad estrictamente humanos y los dos superhumanos, es decir, la trinidad inferior y la Tríada espiritual. Concierne a toda la vida de la experiencia y la expresión del alma, después que la Cruz Mutable ha obligado, en realidad, al hombre a pasar los senderos de purificación y del discipulado. Se relaciona con la integración del alma y la personalidad y su total mezcla o fusión. La Cruz Cardinal rige la manifestación de la Mónada en toda su gloria y belleza, ciclo de influencia que tiene dos etapas: Una, en que la Mónada se expresa en los seis planos de manifestación, en sabiduría, fuerza y belleza, por intermedio del alma y de la personalidad integradas. Esta etapa es relativamente breve. La otra, en que -retirado y abstraído de esas formas de Ser- el UNO prosigue en un Camino superior y pasa a [i558] reinos desconocidos, hasta para los más elevados Hijos de Dios en nuestra Tierra.
Podría decirse que la Cruz Mutable constituye la influencia condicionante de ese gran centro planetario denominado humano; la Cruz Fija constituye eminentemente la principal serie controladora de energías regentes, trasmitidas por el centro denominado Jerarquía planetaria; la Cruz Cardinal rige y condiciona (en forma desconocida para los hombres) ese gran centro planetario denominado Shamballa.
Por lo tanto, verán cuán grandioso es mi tema. Permítaseme repetir que sólo quienes pueden pensar en términos de cualesquiera de las tres Totalidades mencionadas, sabrán de lo que hablo; las mentes menos capacitadas obtendrán una imagen o visión [e415] de posibilidades trascendentales que los ayudará a obtener una expansión de conciencia, pero lo que expondré permanecerá en el nivel de lo (momentáneamente) inalcanzable.
Técnica y académicamente se aclarará el tema, si puntualizo que:
Estas tres Cruces en su total manifestación se relacionan con las tres energías básicas, que trajeron a la existencia el sistema solar; constituyen las tres expresiones principales y sintéticas de la Voluntad suprema, motivadas por el amor y expresadas por la actividad. En estas Cruces, la capacidad de Ver el Todo, propósito-móvil-expresión, vida-cualidad-apariencia, se trasforma y cambia. En la Cruz Mutable, el hombre crucificado no ve nada. Sufre, agoniza, desea, lucha, y es la víctima aparente de las circunstancias, caracterizándose por la visión velada y los anhelos incipientes, que gradualmente toman forma hasta que alcanza la etapa de aquiescencia. y aspiración. Luego, en la Cruz Fija, empieza a comprender la totalidad del propósito de la experiencia en la Cruz Mutable (en lo que a la humanidad concierne) que hay un propósito jerárquico que puede ser captado sólo por el hombre que está dispuesto a ser crucificado en esa Cruz. Alcanza la etapa de la responsabilidad, de la autopercepción y de la correcta dirección. Su orientación es ahora espiritualmente vertical, lo que implica la incluyente horizontal. En esta etapa va adquiriendo forma, en su conciencia, el Plan del Logos. En la Cruz Cardinal, el propósito y la culminación unificada de las dos crucifixiones anteriores evidencia en forma casi cegadora, aparece con toda claridad la visión de la intención unificada de las tres Personas de la Trinidad subyacente -cada una en Su Propia Cruz.
[e416] Quizás la simplicidad de los tres símbolos que se darán a continuación, puedan servir de algo para aclarar lo que he tratado de impartir.
[i560] La Cruz Mutable, de cambio material y movimiento constante, puede ser representada por la svástica. El Hombre es inconsciente
de la naturaleza de las cuatro energías entrantes y poco puede interpretar en términos del alma. Las energías hacen impacto sobre él y lo impulsan a la actividad material. La Cruz de la personalidad hace que el hombre crucificado en ella, se dedique a las cosas materiales, para poder en su oportunidad emplearlas divinamente. Los nazis eligieron de esta Cruz el aspecto inferior del símbolo, expresando así al finalizar el ciclo material de la existencia humana, el falso y maligno empleo de la materia, cuya clave es la separatividad, la crueldad y el egoísmo. El mal uso de la sustancia y la prostitución de la materia y de la forma para fines malignos, constituye el pecado contra el Espíritu Santo. Podría decirse que la svástica lleva a un terrible peligro y a erróneos caminos a aquellos cuya codicia es grande y no ven la belleza de la Cruz que alborea ni sienten amor por las vidas humanas. Para quienes no responden a los aspectos y efectos inferiores de la Cruz que gira (según se la denomina a veces), la svástica los arroja lejos y fuera de sí misma hasta que se detienen en la Cruz de la crucifixión elegida, la Cruz Fija del discípulo consagrado.
El símbolo de la Cruz Fija (en lo que a la humanidad se refiere) puede ser expresado así. Ésta es la [i561] Cruz de la Humanidad.
En ella el hombre obtiene la iluminación y es consciente de los efectos del ciclo completo (indicado por el círculo) de las cuatro energías, a las cuales estaba sometido en la Cruz Mutable.
El símbolo de la Cruz Cardinal es más complicado y puede ser representado así: [e417]
He aquí el triángulo de la Mónada manifestada, más los tres ciclos de cuatro energías, enfocadas y mezcladas en una unidad, y también la línea de la evolución (la evolución de la conciencia) descendiendo profundamente e incluyendo a la materia y, al mismo tiempo, extendiéndose a los Espacios de la Divinidad.
Mucho de lo que puede decirse sobre las tres Cruces ya se ha expuesto en forma diseminada, cuando fueron considerados separadamente cada uno de los doce signos del zodíaco, y es innecesario repetirlo. Este tratado, igual que La Doctrina Secreta está destinado a incitar la investigación y tiene el poder de desentrañar y buscar, porque el proceso produce un efecto definido sobre las células del cerebro y conduce al estímulo necesario. En el estudio de las Cruces, el verdadero significado de sus influencias sólo aparecerá cuando empiecen a pensar en términos de síntesis o en relación con las cuatro corrientes de energía que fluyen en forma unida sobre y a través de cualquier tipo de manifestación divina. Esto no es fácil de realizar, pues la capacidad de pensar sintéticamente recién está comenzando a aparecer en las mentes más destacadas de la raza, lo cual puede ser ilustrado y ello analíticamente (que siempre niega la síntesis), afirmando en lo que respecta a la Cruz Mutable, que, por ejemplo, la [i562] síntesis de la evolución, su problema y su meta, aparecen como si estuvieran unidos en una total presentación, cuando las influencias son observadas como:
Esta radiación culminante es el resultado del enfoque de la vida, la intención y la energía en un punto de poder radiante. Se ha dicho que, en conexión con la Cruz Mutable, actualmente el signo Piscis es el más poderoso y, cuando el trabajo de la Cruz Mutable ha sido realizado, el discípulo pasivo pasa a la Cruz Fija y se prepara para las pruebas y experiencias de la iniciación. Esto [e418] lo expresa El Antiguo Comentario en su simbología oculta, de esta manera:
La Luz brilla porque la luz mayor y la menor se acercan y se invocan mutuamente. Sus luces mezcladas, aunque todavía no son un sol radiante, se están fusionando rápidamente. Estas luces fusionadas revelan el Camino Iluminado. El hombre se ve a sí mismo siguiendo al otro Camino, el de las totalidades iluminadas, que conduce desde la forma al alma, desde la oscuridad a la luz, y así alrededor de la Rueda. Retrocediendo sus pasos y yendo hacia atrás en el Camino (la rueda revertida del zodíaco, A. A. B.), avanza. Penetra una nueva luz. Las siete hermanas desempeñan su parte (las Pléyades en Tauro son el primer signo de la Cruz Fija), entonces brillan tres luces. Y así aparece un radiante sol.
[i563] El tema de las tres Cruces es fusión e integración. La fusión de la personalidad en un todo funcionante; la fusión consciente del alma y la personalidad; la fusión de la triple expresión de la divinidad -Mónada, ego y personalidad, a fin de que aparezcan las energías fusionadas. La nota clave de sus influencias es el poder de incluir y la plena expresión en forma simultánea de la vida vertical y horizontal en tiempo y espacio.
Debería observarse que hay siete formas de luz, relacionadas con la sustancia de los siete planos, los cuales son estimulados y realzados por las doce formas de luz de las Jerarquías Creadoras, relacionada cada una con cualquiera de los doce signos del zodíaco. No puedo extenderme sobre esto, pues se relaciona con los misterios de las iniciaciones superiores. Las enuncio simplemente para que puedan apreciar una realidad oculta, que aún no pueden comprobar. Una afirmación paralela sería que la luz de los siete centros en el hombre (cuando están realzados por la luz de los siete centros planetarios) y los cinco reinos de la naturaleza (7 + 5 12) además de las doce luces del zodíaco, culminarán la efectividad de la luz que posibilitará la expresión de la totalidad, y esto por medio de la humanidad. Esta afirmación fundamental tiene muy poco significado para ustedes todavía, pero constituirá -en el próximo siglo- un pensamiento simiente o sonido clave para la próxima revelación de la Sabiduría Eterna.
Mientras la significación de las tres Cruces no sea comprendida en forma más plena y sintética por los astrólogos y los investigadores de la astrología es casi imposible hallar las [e419] palabras necesarias para trasmitir con claridad el significado designado. Hasta ahora no ha habido una real tentativa, por parte de los astrólogos (aún de los más avanzados), para llegar a una comprensión general o sintética del efecto que producen las Cruces [i564] sobre la humanidad. Todo lo que hasta ahora se ha trasmitido es el efecto que ejerce un brazo de la Cruz sobre el sujeto nacido en un signo particular. Pero hay una fusión de energía que debe observarse cuando, hablando esotéricamente, el hombre permanece en el punto medio donde se unen las cuatro energías. El hombre cuyo signo del Sol está en Géminis, por ejemplo, está sujeto a las fuerzas que afluyen a través de toda la Cruz, a menos que sea un ser humano de grado muy inferior; será sensible a las influencias de los otros tres signos, cuando entran a ejercer poder, a medida que el zodíaco menor del año desempeña su parte. Más tarde, cuando el valor práctico de la astrología esotérica sea mejor comprendido, los hombres aprovecharán las tres energías de los otros tres signos de la Cruz en la que está ubicado el signo del Sol. Éste es un futuro desarrollo de la ciencia de la astrología esotérica. En términos más simples y, por lo tanto, limitando necesariamente la significación, podría decirse que el hombre, cuando está en Sagitario, tratará de practicar la centralización sobre determinada línea; cuando se halle en Virgo, sabrá que tiene la oportunidad de poner a la forma bajo la influencia del Cristo oculto y que, en Piscis, la sensibilidad a la impresión superior será su derecho y privilegio. Estas cuatro posibilidades, en lo que al iniciado avanzado se refiere, están bellamente demostradas para nosotros en la vida de Jesús, el Maestro que pertenece al sexto rayo.
El aspecto Géminis de Su vida está demostrado en la fusión perfecta de la dualidad básica que reside en la humanidad: lo humano y lo divino.
El aspecto Virgo vino a la expresión en Su duodécimo año, cuando dijo: No sabéis que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre, indicando con ello la subordinación de la vida de la forma a la voluntad del Cristo interno; lo cual fue consumado cuando la divinidad descendió sobre Él en el Bautismo. [i565]
La energía de Sagitario Lo capacitó para decir, cuando enfrentaba con pleno conocimiento el inminente sacrificio que tendría que hacer: Debo ir a Jerusalén, y leemos que entonces Él volvió Su rostro y recorrió el Sendero del Salvador, que conduce a la liberación de la humanidad.
El aspecto Piscis, en su expresión más elevada, está demostrado por Su sensibilidad al contacto inmediato e ininterrumpido con Su Padre en los Cielos; Él estaba en comunicación [e420] constante con la Mónada, probando así al mundo que Él había sido iniciado en esos estados de conciencia de los cuales la tercera iniciación es sólo el comienzo.
Todo ello demuestra que las tres Cruces funcionaron simultáneamente en Su Vida -algo hasta entonces desconocido en la perfección que Él demostraba. la perfección de la perfecta respuesta y también la perfecta demostración del resultado, dándonos una manifestación y un ejemplo de la fusión de las doce energías en una sola Personalidad divina (expresando la Individualidad) en el plano físico. Completaré brevemente la demostración de esta verdad -la verdad de que en el iniciado de grados superiores las doce energías zodiacales pueden enfocarse simultáneamente y producir una total manifestación de la divinidad, que está destinada oportunamente a expresarse a través de la humanidad en este planeta. He dado la forma en que se expresa la Cruz Mutable. Consideraremos las otras dos en relación con el Cristo y con el Cristo cósmico.
LA CRUZ FIJA
Tauro. - El Cristo dijo (como lo dijeron todos los Hijos de Dios que conocieron la verdadera significación de la Cruz Fija) Yo soy la luz del mundo, y añadió, si tu ojo fuese iluminado. todo tu cuerpo estaría pleno de luz. Tauro es, como habrán oído decir, la Madre de la Iluminación, y [i566] el ojo del Toro es el símbolo del ojo al cual se refirió Cristo.
Leo. - Es el signo de la identidad autoconsciente Esto lo testimonio el Cristo en las palabras que pronunció a sus discípulos: ¿ De qué le serviría al hombre ganar el mundo y perder su alma ? o su propio centro de autoconciencia -ese significativo punto de realización que debe preceder a los más incluyentes estados de conciencia
Escorpio. - La significación de este signo en la vida del Cristo ha sido eliminada de El Nuevo Testamento, pero conservada para nosotros en la antigua leyenda cristiana que -en la cuna misma- Cristo mató o estranguló a dos serpientes, refiriéndose a los pares de opuestos, los cuales ya no podían controlarlo
Acuario. - La expresión de esta influencia nos ha sido bellamente dada en la historia de la Ultima Cena. El Cristo envió a Sus discípulos a la ciudad para que buscaran al hombre que llevaba un cántaro de agua sobre sus hombros. Éste [e421] es el símbolo del signo Acuario, en el cual la universalidad del agua de la vida llegará a ser un factor en la conciencia humana; entonces todos compartiremos oportunamente la comunión del pan y del vino. Se refirió indirectamente a la misma idea cuando dijo que Él era el Agua de la Vida, que apaga la sed de la humanidad.
Por medio del empleo de las energías de los cuatro signos de la Cruz Fija, el Cristo demostró la perfección. [i567]
LA CRUZ CARDINAL
En los cuatro signos de esta Cruz hallamos que Él también manifestó sus energías en su forma más elevada (desde el ángulo de la comprensión humana), aunque más por implicación que por enunciación directa.
Aries. - El signo de los comienzos proporcionó el impulso de la energía que Lo capacité paran inaugurar la era cristiana; inició, por Su intermedio, la era del Amor, que sólo ahora está empezando a tomar forma, y su potencia es tan grande que ha traído (en forma paradójica) la actual separación mundial.
Cáncer. - La potencia de este signo está expresada en las palabras del Cristo, a menudo mal interpretadas: Otros corderos tengo que no son de este rebaño, y a esos también debo traerlos. Se refiere a la conciencia masiva, en oposición a la conciencia iniciática de Sus discípulos. Cáncer es el signo de las masas.
Libra. - El Cristo permaneció en el punto de equilibrio de la evolución humana; permaneció entre el viejo mundo y el nuevo, entre Oriente y Occidente. En la era cristiana se obtiene un punto de equilibrio, o esas crisis de equilibrio en el reino humano.
Capricornio. - Este signo marca el punto de concreción y cristalización que trae oportunamente la muerte de la forma, y es lo que está sucediendo actualmente. En Su triunfo sobre la muerte y Su resurrección a la vida, el Cristo indicó el profundo misterio de Capricornio. [i568]
Un estudio de estas pocas sugerencias respecto a la vida del Cristo, traerá luz y vivencia sobre el tema de las tres Cruces. Es innecesario recordarles aquí, que en el Monte Gólgota las tres Cruces están representadas como: [e422]
2. La Cruz del Cristo Crucificado.
Para quienes lean este tratado, la Cruz de primordial importancia es la Cruz Fija de los Cielos. El número de aspirantes a los Misterios aumenta constantemente en la actualidad, y esto implica su reorientación hacia la luz, su reversión consciente en la rueda del zodíaco y su comprensión respecto a los objetivos de los procesos a los cuales se han dedicado en la Cruz Fija. Los discípulos tienden a pensar que el hecho de ocupar su lugar en esa Cruz y demostrar su disposición para someterse a las pruebas y manifestar una inalterable estabilidad, constituye el principal factor implicado. Pero en realidad no es así. Cada una de estas Cruces hace sentir su presencia como una cuádruple esfera de influencia o un potente centro de energía, por intermedio de un sonido invocador. Este sonido se eleva de cada una de las Cruces y produce resultados y respuesta en alguna parte. Este nuevo dato respecto a las Cruces es importante y lo trataré brevemente. Sólo cuando la influencia de los cuatro brazos de cada Cruz haya producido un efecto en el sujeto, tendrá lugar una transición en la conciencia, de una Cruz a otra -marcando cada transición un punto de crisis, tanto en [i569] el individuo como en el todo mayor. Entonces se iniciará un proceso de invocación -al principio inconscientemente, y será en este caso algo así como un esparcido llamado y luego, conscientemente, cuando adquiera la forma de un llamado enfocado.
Cuando llega el momento de la transición de la Cruz Mutable a la Cruz Fija, suceden tres cosas:
Lo que antecede es aplicable al discípulo individual y también a la entera humanidad y, como he dicho a menudo, este proceso de invocación está teniendo lugar en la familia humana, produciendo la terrible crisis actual. Las dos etapas ya descritas están presentes hoy en la humanidad en forma general y potente.
El reconocimiento de estas dos etapas en la humanidad, me indujo a dar, bajo instrucciones de la Jerarquía, como puntos ampliamente separados en el tiempo, dos estrofas de un gran mántram oculto. La primera, empleada en 1936, se refería a la vaga aspiración general del conjunto de pueblos del mundo, evidenciada hoy más que nunca y enfocada cada vez más hacia el verdadero bienestar.
LA GRAN INVOCACIÓN
Que las Fuerzas de la Luz
iluminen a la humanidad.
El empleo de esta primera estrofa, obtuvo un éxito inmediato y plena respuesta de esas personas buenas y bienintencionadas, [e424] cuyo enfoque es predominantemente astral y anhelante y cuya meta es paz y tranquilidad. La paz y la tranquilidad proporcionan una zona de conciencia en la que puede florecer la aspiración, alcanzarse el bienestar físico y emocional y posibilitar el reconocimiento de la visión mística. [i571]
Que surjan los Señores de la Liberación.
Esta invocación fue dada a las masas durante esta prueba, pero estaba principalmente destinada a ser empleada por esos aspirantes y discípulos que no sólo son místicos, sino que han logrado por lo menos un pequeño progreso en su tentativa de hollar el camino oculto; están mentalmente enfocados y reconocen el camino superior; han visto la visión y están ya preparados para algo más cercano y real. Por lo tanto, la última estrofa está destinada principalmente a los que han ascendido o están en proceso de ascender a la Cruz Fija.
Por eso fue relativamente limitado el empleo de la segunda parte de [i572] la Gran Invocación, repudiada (a veces casi violentamente) por las personas de tipo emocional que no pueden ver más allá de la belleza de la paz -expresión de la meta en el plano astral. Su visión del todo mayor y la evocación de la [e425] voluntad al bien (que no es voluntad por la paz) estaba extremadamente limitada, aunque no por su culpa. Simplemente indicaba el lugar que ocupaba en la escala de la evolución, y marcaba un punto relativamente útil de servicio, pero en proceso de ser trascendido. Los pueblos del mundo ya están comprendiendo (por medio del sufrimiento y su consiguiente reflejo) que existe algo más grande que la paz, y es el bien de la totalidad, y no únicamente pacíficas condiciones individuales o paz nacional. Esta reorientación de la conciencia humana es creada por la actitud determinada de las almas de los hombres en forma masiva y fusionada, organizada y enfocada por la visión del bienestar general de la humanidad.
Sin embargo, fue esencial que las diferenciaciones en las actitudes aparecieran con toda claridad y, por lo tanto, dimos las dos estrofas de la Gran Invocación, en forma separada y en distintos momentos. Así aprendieron a apreciar la diferencia entre las actitudes de la masa de personas bien intencionadas del mundo y las actitudes correctamente orientadas de los aspirantes y discípulos inteligentes. Esto fue necesario antes de que pudiera tener lugar una acción más amplia. Hago una pausa aquí para recordarles que ambos grupos son necesarios: el primero -emocional e idealista- tiene que desempeñar su parte para enfocar la masiva aspiración fluida, cuya responsabilidad es hacia el público en general. El otro grupo de pensadores entrenados y personas que están principalmente animadas por la voluntad al bien (que es de mayor importancia en este ciclo mundial que la voluntad para la paz) tienen la función de evocar respuesta jerárquica, [i573] contestando a la aspiración del primer grupo. Enfoca su aspiración en el plano mental, creando una forma mental que personifica el objetivo y proyecta el llamado que puede llegar a oídos de los Señores de la Liberación.
La invocación fusionada y el llamado unido, elevará una poderosa demanda desde los distintos niveles de la conciencia humana hasta los Centros ocultos de la Fuerza Salvadora. Tal el llamado unido que deben ahora organizar. Así la masa de la humanidad será estimulada para pasar de la Cruz Mutable a la Cruz Fija, y el nuevo ciclo mundial que empieza en Acuario (un brazo de la Cruz Fija), será definitivamente inaugurado por la humanidad misma.
Por lo tanto, podría decirse que la Gran Invocación, tal como fue dada la primera vez, es para que la empleen aquellos que están crucificados en la Cruz Mutable, la Cruz del cambio, mientras que la Segunda Invocación es para quienes están [e426] crucificados en la Cruz Fija, la Cruz de la correcta orientación, y también para que la empleen esos hombres y mujeres cuya finalidad es expresar la voluntad al bien, y pensar en términos de servicio mundial, porque están orientados hacia la luz -la luz del conocimiento, la luz de la sabiduría y de la comprensión y la luz de la vida misma.
En la Cruz Fija, la influencia unida de sus cuatro corrientes de energía, cuando se expresan plenamente por intermedio de un discípulo individual y de la Jerarquía, produce también tres condiciones emergentes:
Por lo tanto, al principio se despierta en él una vaga determinación que cede su lugar, con el tiempo, a la evocación de la voluntad en sí mismo. Esto oportunamente lo relaciona con el aspecto voluntad de la Deidad cuando emana y desciende aminorado, desde Shamballa, por conducto de la Jerarquía, en cuya organización espiritual está siendo gradualmente integrado, mediante la experiencia de la Cruz Fija. Aquí debería observarse que:
Oportunamente, se convierte en un radiante centro de voluntad espiritual que afecta a la humanidad y evoca su voluntad al [e427] bien, la fusiona con la de la Jerarquía hasta donde puede, y a su vez fusiona esta voluntad humana con la actividad jerárquica, en un esfuerzo por evocar respuesta desde Shamballa. [i575]
3. La Cruz del Cristo Resucitado.
No puedo extenderme más sobre este tema, ni será útil que lo haga, respecto a las condiciones que emergen en la conciencia del iniciado en la Cruz Cardinal. Mis palabras no tendrían significado. La mayoría de ustedes se halla en el estado de transición, en el que están estabilizando la voluntad individual y tratando acrecentadamente de expresarla como voluntad al bien. Quisiera que comprendieran profundamente que si están condicionados por la voluntad para la paz, significa que aún actúan en niveles emocionales, y que deberán trabajar con la primera estrofa de la Gran Invocación y distribuirla a las masas. Si la voluntad al bien los influye y dirige, entonces, a la tarea de despertar la aspiración de las masas, deben agregar la de evocar respuesta a la necesidad mundial en los pensadores y aspirantes, por medio de la segunda estrofa, fusionando los dos acercamientos en un esfuerzo por evocar -por conducto de la Jerarquía- la voluntad de salvar de Shamballa.
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